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Rastecinnada
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Rastecinnada
Nombre: Rastecinnada (pero pocas veces dice su nombre real)
Raza: humano
Edad: 24
Profesión: se llama a sí mismo un ladrón con un buen sentido del humor
Bando: neutral
Descripción física:
Un rostro pálido y desconocido. Mírame, mírame... no quiero ser yo misma. Un joven que es como una llovizna o la sensación de estar perdido; un joven fugaz de palabras fluidas y hermosas. ¿Es que no hay edad en esos ojos? No. Pero hay dolor e inocencia... y algo más; la comprensión del alma, de mí alma.
Además de ser alto y gris siempre parece estar lejos, aún cuando puedo tocarlo. Ahora, el viento enreda su pelo oscuro y veo una sonrisa triste entre sus pómulos blancos, en ese rostro pálido que nunca termino de conocer.
Es un joven humano de una belleza casi femenina y que está hecho de olvido.
Rastecinnada es pálido y mide un metro ochenta centímetros, de pelo negro y ojos avellana claro su rostro puede pasar fácilmente desapercibido. Quizá su rasgo más característico sea la expresión pensativa y los pómulos marcados.
Descripción psicológica:
Orgulloso, seguro de sí mismo. Desafiante y carismático. A veces es frío e impersonal (cuando desconfía de lo que ve) pero cuando habla suele sonreir y llega a ser acogedor. Es mayormente desleal, no se apega a las personas porque cree que lo sabe todo sobre ellas. Calculador. Se podría decir que es un sociópata altamente funcional (pero no se puede).
Habilidades:
Rastecinnada es un conocedor de la naturaleza de los corazones de las personas. Si es que posees uno quizá sepa un par de cosas que hasta tú ignorabas.
Es capaz de leer a la gente como a los libros y por ende tiene la cualidad de ser encantador -ocasionalemente falla pues es petulante y le gusta jactarse-.
Puede pasar llamativamente desapercibido y disfrazarse -también de mujer-.
Es un peleador decente pero mediocre, es más probable intente escapar o disuadir a su contrincante en vez de entablar un combate.
Fue criado por un herborista por lo que tiene conocimientos rudimentarios en medicina y algo más profundos en los efectos de hierbas y en la preparación de ciertos brebajes.
Posee una pipa y una tabaquera de plata.
Escribe.
Inteligencia
Carisma
Habilidad (y un poquito de suerte)
Constitución física
Voluntad
Historia:
Entrar en el castillo mal iluminado, esquivar a los guardias, engañar a las damas de compañía, deslizarme en la cámara del tesoro y tomar lo que buscaba había sido un juego de niños. Pensé que salir sería algo más difícil. Ya se me había ocurrido encaramarme a la pared más occidental del castillo cuando una puerta abierta me permitió hurtar algo de ropa y disfrazarme. Salí caminando por el ala principal y me dirigí hasta el establo donde ensillé un caballo, galopé hasta que estuve cerca de la ciudad y lo dejé, esperando que supiera volver sólo.
Entonces tendría que haber ido a la posada, dormir y esperar a la mañana para sacar un boleto. Sin embargo nunca temí ser desleal a mis compromisos. Mi voluntad suele flaquear o redundar en la facilidad, en los placeres más mundanos: una taberna, hidromiel y unas miradas; una sonrisa, las palabras..., mis palabras. Así que di un paseo hasta el centro. Un pequeño río discurría en silencio bajo un puente gris. De este lado desaparecían los últimos vestigios de un mercado; del otro, había una plaza y una taberna. Me acerqué hasta allí.
En la mesa más cercana a la calle había una muchacha joven escribiendo sobre un cuaderno con una pluma aterciopelada. Escribía en un idioma desconocido y era atractiva pero simple. El ceño fruncido, la camisa ligera y los dientes mordiéndose el labio me hablaron de una historia de amor inconclusa. Parecía humana, pero quizás, más probablemente, era mestiza.
- Buenas noches, señorita - dije -. ¿Puedo acompañarla?
Levantó la vista y sonrió.
- Espero a alguien.
- Podemos esperar juntos.
- O podemos ir a otro lugar… - se levantó y apretó la hoja de una daga contra mi abrigo -. John…
Me sorprendieron dos cosas. Que me llamara por un alias que había utilizado hacía meses y que de pronto su belleza casi infantil pudiera tornarse tan amenazante. Me guió por callejones, entramos en una posada y subimos una escalera que daba al techo. Bajamos por el edificio contiguo y en la puerta esperaba un carro tirado por dos caballos grises. Cuando estuvimos arriba del vehículo hablé.
- No hacía falta el arma, te habría seguido de todas formas - dije -. Por cierto, ¿quién me solicita?
Murmuró una respuesta ofuscada que no entendí. Empezó a llover.
Viajamos un largo rato y el murmullo del suelo de piedra fue reemplazado por los caminos de tierra que llevaban a las afueras de la ciudad, al bosque, incluso tal vez al mar. Una intuición oscura me decía que algo estaba por salir mal. Finalmente llegamos a destino. En efecto, estábamos cerca del mar: el olor a sal impregnaba el aire y el viento humedecido agitaba las copas de los árboles. Ya empezaba a anochecer y mi captora me llevó hasta una bajada abrupta del terreno donde la vegetación se volvía más escasa y la tierra rojiza y se mezclaba con la arena de la playa. A veinte pasos había un acantilado.
En ese momento me ataron las manos. Subimos a un bote y navegamos mar adentro hasta que anocheció. Para entonces ya me daba una idea de quién me requería. Pocos capitanes preferirían anclar su barco tan lejos de la costa con ese clima en vez de atracar en la orilla. Un pirata, y que tenía asuntos conmigo al parecer. Aunque a lo largo de mi vida había tratado un par de veces con piratas solo uno me guardaba recelo y nunca se me había ocurrido que fuera a buscarme.
Cuando el fulgor azulado de la luna iluminaba las olas crespas llegamos hasta un barco de alto bordo y velas ennegrecidas. Una lámpara de aceite solitaria iluminaba desde la quietud de la proa. Ayudado por una escalera de soga y unos brazos fuertes embarqué en la nave. Apenas estuve en cubierta me llegó un leve olor a alquitrán y alguien me desató las manos. No tardé en ver al capitán; un hombre alto cuya cara era surcada por dos cicatrices atroces, llevaba una espada y uno de sus brazos, que era de madera, despertaba en mí la sensación opresiva que suele provocarme la magia. Y supe por su mirada que yo no estaba ahí para conversar sino para recibir un castigo.
- John.
- Capitán Blanc - respondí -, ¿a qué se debe mi halagadora presencia?
- Se debe a que no has elegido bien a quién traicionar, amigo mío - e hizo una mueca perturbadora -. Hace unas semanas escuché que tenías negocios por aquí así que decidí darme una vuelta y ver cómo te iba. Así que…, ¿cómo te fue?
Sabía lo que quería y que no podía negarme. De entre mis ropas saqué la pequeña cajita metálica. Ahora que la veía a la luz podía ver el trabajo manual, el oro finamente labrado. Me seguía llamando la atención esa pequeña ranura situada en la parte frontal, como para que entrara una llave. Le entregué el tesoro al capitán Blanc y éste lo examinó con detenimiento.
- ¿Te prometieron cien coronas por esto? No parece tan valioso - se lo metió entre los labios y lo mordió, después me miró con furia y acercó su rostro hasta que estuvo a un palmo del mío -. No me mientas, John.
Negué con la cabeza. Todo era cierto, pero…, ¿por qué sabía tanto el capitán Blanc? Alguien había hablado demasiado; incluso conocía con exactitud la cifra que me habían prometido y por lo tanto se daba una idea de quién era mi cliente (o al menos donde se encontraba). En este punto ya estaba seguro de que me quedaban unos pocos momentos antes de que dieran la orden y la hoja oxidada de una espada me cortara el cuello. Morir en ese barco apestoso no estaba dentro de mis prioridades inmediatas por lo que...
- Capitán - comencé a hablar -, ¿qué le parece si hacemos un trato?
- Mátenlo.
- Si muero ahora nadie recibirá el dinero.
El capitán puso los ojos en blanco. Matarme lo tentaba pero aún más las riquezas. Los piratas pueden ser tan predecibles que me sorprendía que se esforzara en fingir que negociaba conmigo; de todas formas, ambos sabíamos que yo iba a traicionarlo y que él me mataría en cuanto tuviera oportunidad.
Así que cerramos un trato que nadie tenía la intención de cumplir. Él me llevaría hasta quien había requerido mis servicios, dividiríamos el dinero en partes iguales y cada uno podría irse felizmente a donde quisiera.
- ¡Leven el ancla e icen las velas! Todo a estribor, contramaestre - y sonrió -. Vamos hasta el reino de Jasperia.
Raza: humano
Edad: 24
Profesión: se llama a sí mismo un ladrón con un buen sentido del humor
Bando: neutral
Descripción física:
Un rostro pálido y desconocido. Mírame, mírame... no quiero ser yo misma. Un joven que es como una llovizna o la sensación de estar perdido; un joven fugaz de palabras fluidas y hermosas. ¿Es que no hay edad en esos ojos? No. Pero hay dolor e inocencia... y algo más; la comprensión del alma, de mí alma.
Además de ser alto y gris siempre parece estar lejos, aún cuando puedo tocarlo. Ahora, el viento enreda su pelo oscuro y veo una sonrisa triste entre sus pómulos blancos, en ese rostro pálido que nunca termino de conocer.
Es un joven humano de una belleza casi femenina y que está hecho de olvido.
Rastecinnada es pálido y mide un metro ochenta centímetros, de pelo negro y ojos avellana claro su rostro puede pasar fácilmente desapercibido. Quizá su rasgo más característico sea la expresión pensativa y los pómulos marcados.
Descripción psicológica:
Orgulloso, seguro de sí mismo. Desafiante y carismático. A veces es frío e impersonal (cuando desconfía de lo que ve) pero cuando habla suele sonreir y llega a ser acogedor. Es mayormente desleal, no se apega a las personas porque cree que lo sabe todo sobre ellas. Calculador. Se podría decir que es un sociópata altamente funcional (pero no se puede).
Habilidades:
Rastecinnada es un conocedor de la naturaleza de los corazones de las personas. Si es que posees uno quizá sepa un par de cosas que hasta tú ignorabas.
Es capaz de leer a la gente como a los libros y por ende tiene la cualidad de ser encantador -ocasionalemente falla pues es petulante y le gusta jactarse-.
Puede pasar llamativamente desapercibido y disfrazarse -también de mujer-.
Es un peleador decente pero mediocre, es más probable intente escapar o disuadir a su contrincante en vez de entablar un combate.
Fue criado por un herborista por lo que tiene conocimientos rudimentarios en medicina y algo más profundos en los efectos de hierbas y en la preparación de ciertos brebajes.
Posee una pipa y una tabaquera de plata.
Escribe.
Inteligencia
Carisma
Habilidad (y un poquito de suerte)
Constitución física
Voluntad
Historia:
Entrar en el castillo mal iluminado, esquivar a los guardias, engañar a las damas de compañía, deslizarme en la cámara del tesoro y tomar lo que buscaba había sido un juego de niños. Pensé que salir sería algo más difícil. Ya se me había ocurrido encaramarme a la pared más occidental del castillo cuando una puerta abierta me permitió hurtar algo de ropa y disfrazarme. Salí caminando por el ala principal y me dirigí hasta el establo donde ensillé un caballo, galopé hasta que estuve cerca de la ciudad y lo dejé, esperando que supiera volver sólo.
Entonces tendría que haber ido a la posada, dormir y esperar a la mañana para sacar un boleto. Sin embargo nunca temí ser desleal a mis compromisos. Mi voluntad suele flaquear o redundar en la facilidad, en los placeres más mundanos: una taberna, hidromiel y unas miradas; una sonrisa, las palabras..., mis palabras. Así que di un paseo hasta el centro. Un pequeño río discurría en silencio bajo un puente gris. De este lado desaparecían los últimos vestigios de un mercado; del otro, había una plaza y una taberna. Me acerqué hasta allí.
En la mesa más cercana a la calle había una muchacha joven escribiendo sobre un cuaderno con una pluma aterciopelada. Escribía en un idioma desconocido y era atractiva pero simple. El ceño fruncido, la camisa ligera y los dientes mordiéndose el labio me hablaron de una historia de amor inconclusa. Parecía humana, pero quizás, más probablemente, era mestiza.
- Buenas noches, señorita - dije -. ¿Puedo acompañarla?
Levantó la vista y sonrió.
- Espero a alguien.
- Podemos esperar juntos.
- O podemos ir a otro lugar… - se levantó y apretó la hoja de una daga contra mi abrigo -. John…
Me sorprendieron dos cosas. Que me llamara por un alias que había utilizado hacía meses y que de pronto su belleza casi infantil pudiera tornarse tan amenazante. Me guió por callejones, entramos en una posada y subimos una escalera que daba al techo. Bajamos por el edificio contiguo y en la puerta esperaba un carro tirado por dos caballos grises. Cuando estuvimos arriba del vehículo hablé.
- No hacía falta el arma, te habría seguido de todas formas - dije -. Por cierto, ¿quién me solicita?
Murmuró una respuesta ofuscada que no entendí. Empezó a llover.
Viajamos un largo rato y el murmullo del suelo de piedra fue reemplazado por los caminos de tierra que llevaban a las afueras de la ciudad, al bosque, incluso tal vez al mar. Una intuición oscura me decía que algo estaba por salir mal. Finalmente llegamos a destino. En efecto, estábamos cerca del mar: el olor a sal impregnaba el aire y el viento humedecido agitaba las copas de los árboles. Ya empezaba a anochecer y mi captora me llevó hasta una bajada abrupta del terreno donde la vegetación se volvía más escasa y la tierra rojiza y se mezclaba con la arena de la playa. A veinte pasos había un acantilado.
En ese momento me ataron las manos. Subimos a un bote y navegamos mar adentro hasta que anocheció. Para entonces ya me daba una idea de quién me requería. Pocos capitanes preferirían anclar su barco tan lejos de la costa con ese clima en vez de atracar en la orilla. Un pirata, y que tenía asuntos conmigo al parecer. Aunque a lo largo de mi vida había tratado un par de veces con piratas solo uno me guardaba recelo y nunca se me había ocurrido que fuera a buscarme.
Cuando el fulgor azulado de la luna iluminaba las olas crespas llegamos hasta un barco de alto bordo y velas ennegrecidas. Una lámpara de aceite solitaria iluminaba desde la quietud de la proa. Ayudado por una escalera de soga y unos brazos fuertes embarqué en la nave. Apenas estuve en cubierta me llegó un leve olor a alquitrán y alguien me desató las manos. No tardé en ver al capitán; un hombre alto cuya cara era surcada por dos cicatrices atroces, llevaba una espada y uno de sus brazos, que era de madera, despertaba en mí la sensación opresiva que suele provocarme la magia. Y supe por su mirada que yo no estaba ahí para conversar sino para recibir un castigo.
- John.
- Capitán Blanc - respondí -, ¿a qué se debe mi halagadora presencia?
- Se debe a que no has elegido bien a quién traicionar, amigo mío - e hizo una mueca perturbadora -. Hace unas semanas escuché que tenías negocios por aquí así que decidí darme una vuelta y ver cómo te iba. Así que…, ¿cómo te fue?
Sabía lo que quería y que no podía negarme. De entre mis ropas saqué la pequeña cajita metálica. Ahora que la veía a la luz podía ver el trabajo manual, el oro finamente labrado. Me seguía llamando la atención esa pequeña ranura situada en la parte frontal, como para que entrara una llave. Le entregué el tesoro al capitán Blanc y éste lo examinó con detenimiento.
- ¿Te prometieron cien coronas por esto? No parece tan valioso - se lo metió entre los labios y lo mordió, después me miró con furia y acercó su rostro hasta que estuvo a un palmo del mío -. No me mientas, John.
Negué con la cabeza. Todo era cierto, pero…, ¿por qué sabía tanto el capitán Blanc? Alguien había hablado demasiado; incluso conocía con exactitud la cifra que me habían prometido y por lo tanto se daba una idea de quién era mi cliente (o al menos donde se encontraba). En este punto ya estaba seguro de que me quedaban unos pocos momentos antes de que dieran la orden y la hoja oxidada de una espada me cortara el cuello. Morir en ese barco apestoso no estaba dentro de mis prioridades inmediatas por lo que...
- Capitán - comencé a hablar -, ¿qué le parece si hacemos un trato?
- Mátenlo.
- Si muero ahora nadie recibirá el dinero.
El capitán puso los ojos en blanco. Matarme lo tentaba pero aún más las riquezas. Los piratas pueden ser tan predecibles que me sorprendía que se esforzara en fingir que negociaba conmigo; de todas formas, ambos sabíamos que yo iba a traicionarlo y que él me mataría en cuanto tuviera oportunidad.
Así que cerramos un trato que nadie tenía la intención de cumplir. Él me llevaría hasta quien había requerido mis servicios, dividiríamos el dinero en partes iguales y cada uno podría irse felizmente a donde quisiera.
- ¡Leven el ancla e icen las velas! Todo a estribor, contramaestre - y sonrió -. Vamos hasta el reino de Jasperia.
Última edición por Rastecinnada el 28/04/16, 11:40 pm, editado 3 veces
Rastecinnada- Cantidad de envíos : 20
Re: Rastecinnada
Ante todo, bienvenido otra vez
Primero decirte que aunque me gusta el tono abstracto de la descripción física del pj... La veo demasiado abstracta y quizás añadir una imagen pueda ayudar a imaginárnoslo mejor ^^. Y también hecho en falta la descripción psicológica para hacernos una idea de sus motivaciones y demás (sobre todo para poder "darte guerra" y poner en apuros al pj si decides entrar en una trama guiada jiji). Igual no tienes completa la ficha (en ese caso no he dicho nada )
Dicho eso, me gusta la historia del personaje y que dejes abierto su pasado y su búsqueda para completarla roleando, así será muy fácil su integración ^^ y en cuanto a las habilidades las veo bastante bien y me gustan los detalles como que le gusta escribir y fumar
Y nada más, deseando ver caras nuevas y ver a Ras en acción.
Primero decirte que aunque me gusta el tono abstracto de la descripción física del pj... La veo demasiado abstracta y quizás añadir una imagen pueda ayudar a imaginárnoslo mejor ^^. Y también hecho en falta la descripción psicológica para hacernos una idea de sus motivaciones y demás (sobre todo para poder "darte guerra" y poner en apuros al pj si decides entrar en una trama guiada jiji). Igual no tienes completa la ficha (en ese caso no he dicho nada )
Dicho eso, me gusta la historia del personaje y que dejes abierto su pasado y su búsqueda para completarla roleando, así será muy fácil su integración ^^ y en cuanto a las habilidades las veo bastante bien y me gustan los detalles como que le gusta escribir y fumar
Y nada más, deseando ver caras nuevas y ver a Ras en acción.
Chelsie- Cantidad de envíos : 1022
Re: Rastecinnada
¡Eha! ¡Ficha nueva!
Yo tengo preguntas sobre la habilidad Es solo para entender mejor de que se trata, espero no molestar:
¿Como es que se da cuenta de la " naturaleza de los corazones de las personas"? ¿Los escucha? ¿Lo ve? ¿Es algo que esta activo todo el tiempo? ¿O el personaje tiene que activarlo a consciencia? ¿Hay algún modo de impedir que lo haga? ¿Puede percibir ideas como sueltas? ¿O es un mensaje bien claro como si leyera un libro?
Me gusta el personaje por eso quiero saber más de él ^^ así que espero no ser demasiado pesada con tantas preguntas.
¡Saludos!
Yo tengo preguntas sobre la habilidad Es solo para entender mejor de que se trata, espero no molestar:
¿Como es que se da cuenta de la " naturaleza de los corazones de las personas"? ¿Los escucha? ¿Lo ve? ¿Es algo que esta activo todo el tiempo? ¿O el personaje tiene que activarlo a consciencia? ¿Hay algún modo de impedir que lo haga? ¿Puede percibir ideas como sueltas? ¿O es un mensaje bien claro como si leyera un libro?
Me gusta el personaje por eso quiero saber más de él ^^ así que espero no ser demasiado pesada con tantas preguntas.
¡Saludos!
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Rastecinnada
Holaa, siento haberme tomado mi tiempo en responder. Ahora que lo releo, no me gusta mucho mi pj , me parece algo soso, aun así todo depende de como lo desarrolle.
Bueno, al personaje me lo imaginaba como una persona que es difícil de recordar de manera precisa por eso lo abstracto (alguien que es único pero universal al mismo tiempo -pero no tengo problema en agregar algo mas concreto). En cuanto a la habilidad, digamos que es completamente humana aunque me faltaría poner un ejemplo en el relato (eso haré) y respecto al funcionamiento es la impresión que le dan las personas (y suele ser acertada) y es casi inconsciente así que no puede "apagarlo". Lo que ve es bastante definido pero al ser demasiado orgulloso y seguro de si mismo eso le traerá problemas (porque da por sentado que lo que ve es verdad). No se si se entiende pero cuando cambie la historia, espero que sea más claro
Ehm, yo tambien tengo algunas preguntas. Durante las tramas se narra en 3ra persona y en pasado o es a elección propia? Y en cuanto a la imagen hay algún sitio de donde pueda sacar alguna? Gracias, y no me molestan en absoluto las preguntas, todo sea por un personaje más completo! Besis<3
Bueno, al personaje me lo imaginaba como una persona que es difícil de recordar de manera precisa por eso lo abstracto (alguien que es único pero universal al mismo tiempo -pero no tengo problema en agregar algo mas concreto). En cuanto a la habilidad, digamos que es completamente humana aunque me faltaría poner un ejemplo en el relato (eso haré) y respecto al funcionamiento es la impresión que le dan las personas (y suele ser acertada) y es casi inconsciente así que no puede "apagarlo". Lo que ve es bastante definido pero al ser demasiado orgulloso y seguro de si mismo eso le traerá problemas (porque da por sentado que lo que ve es verdad). No se si se entiende pero cuando cambie la historia, espero que sea más claro
Ehm, yo tambien tengo algunas preguntas. Durante las tramas se narra en 3ra persona y en pasado o es a elección propia? Y en cuanto a la imagen hay algún sitio de donde pueda sacar alguna? Gracias, y no me molestan en absoluto las preguntas, todo sea por un personaje más completo! Besis<3
Rastecinnada- Cantidad de envíos : 20
Re: Rastecinnada
Perfecto! Esperaré a las modificaciones ^^
Y en cuanto a las preguntas... Puedes narrar como más te guste; 1° ó 3°, en pasado o presente... Como te sientas más cómodo en realidad, aunque si es verdad que la mayoría narramos en 3° persona. Y la "foto" del personaje yo suelo buscar por deviantart que hay grandes artistas con unas ilustraciones preciosas
Saludos!
Y en cuanto a las preguntas... Puedes narrar como más te guste; 1° ó 3°, en pasado o presente... Como te sientas más cómodo en realidad, aunque si es verdad que la mayoría narramos en 3° persona. Y la "foto" del personaje yo suelo buscar por deviantart que hay grandes artistas con unas ilustraciones preciosas
Saludos!
Chelsie- Cantidad de envíos : 1022
Re: Rastecinnada
El personaje promete, suena interesante, espero las modificaciones a ver como resulta, y como es piscologicamente.
Como te han dicho devianart o directamente en google puedes buscar imagenes.
Como te han dicho devianart o directamente en google puedes buscar imagenes.
Delin- Cantidad de envíos : 622
Re: Rastecinnada
Bueno, no sé si tengo que avisar la edición pero por si acaso lo hago y de paso comento que aún no encontré una imagen que me satisfaga para representar al personaje. Cualquier inconsistencia avísenme! Saluds.
Rastecinnada- Cantidad de envíos : 20
Re: Rastecinnada
Por mi parte, está todo genial. Me gustan los cambios en la historia porque se ve lo pillo que puede ser y un poco la personalidad que tiene, además que como dije deja muy abierta la posibilidad de desarrollar el resto de la historia y eso te dará mucha libertad para rolear.
Así que por mí la ficha queda aprobada
Si necesitas ayuda con la búsqueda de imagen, por aquí andamos ^^
Pd: Tenía guardadas algunas, no sé si te servirán. Son de pinterest donde también puedes buscar imágenes para el pj
https://es.pinterest.com/pin/92886811042070737/
https://es.pinterest.com/pin/532550724667149224/
https://es.pinterest.com/pin/423197696211215542/
Así que por mí la ficha queda aprobada
Si necesitas ayuda con la búsqueda de imagen, por aquí andamos ^^
Pd: Tenía guardadas algunas, no sé si te servirán. Son de pinterest donde también puedes buscar imágenes para el pj
https://es.pinterest.com/pin/92886811042070737/
https://es.pinterest.com/pin/532550724667149224/
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Chelsie- Cantidad de envíos : 1022
Re: Rastecinnada
Me gustan mucho las modificaciones. Estoy deseando verlo en acción! Espero que disfrutes mucho por aqui
Delin- Cantidad de envíos : 622
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