Pamela Pormel (Lita)

por **Lita** 28/08/09, 05:06 am

- Nombre: Pamela Pormel, pero todos la conocen por Lita.

- Raza: Fantasma (espíritu) de una humana.

- Edad: Alrededor de 27.

- Profesión: No tiene, porque no puede, pero durante un tiempo fue bardo y artista.

- Descripción física: Es, o al menos era, una mujer muy atractiva y bastante alta. Tiene una característica marca de nacimiento debajo del brazo derecho, con forma de media luna. De pelo rubio y muy largo que siempre lleva suelto, con unos ojos grises cautivadores. Va vestida con un traje de seda entre gris y morado que parece transparente (aun más desde que es un fantasma) pero que no deja ver nada. También lleva una capucha de la misma tela, que utiliza para taparse y en ocasiones para pegar algún que otro susto. Tiene una voz dulce y melodiosa, pero es capaz de conseguir que parezca un rugido.

Spoiler:

- Descripción psicológica: Suele ser bastante tranquila y bastante seria, aunque de vez en cuando la gusta gastar bromas para reírse a pierna suelta, ya que es el único consuelo que la queda. En general su humor es bastante bueno, a menos que la recuerdan que no puede sentir ni frío ni calor, ni saborear una comida u oler el perfume de las flores, aunque si siente con el corazón; en general cuando esto ocurre, se vuelve melancólica y triste. Si alguien le cae mal, trata de hacerle la vida imposible gastándole bromas pesadas o algún que otro susto, pero en general es optimista y procura ayudar a las personas que se encuentra, al menos escuchando ya que es lo único que puede hacer. No tiene necesidades físicas, y trata de suplirlas con emociones fuertes, aunque, siendo un fantasma, no le tiene miedo a nada, excepto a su hermana.

- Armas y/o habilidades:
- No tiene armas, su única arma es asustar a la gente con su apariencia que puede modificar ligeramente.
- Puede cambiar su apariencia, por ejemplo volverse más pálida, o más cadavérica, volver su pelo más ceniciento…
- Puede hacerse invisible
- Puede flotar en el aire.
- Puede atravesar cualquier elemento ya que no tiene cuerpo.
- Se la da bien sorprender a la gente, y gastar bromas.
- Recientemente descubrió que puede tocar las ilusiones de un mago, para ella son como objetos reales.
- Gracias a las ilusiones, cuando tiene un arpa a mano, es capaz de utilizar su magia basada en la música (ver historia).

- Historia:

Lita despertó un día siendo un fantasma, perdida sola y sin ningún recuerdo. Los primeros como fantasma tiempos fueron difíciles: una depresión, una avalancha de preguntas y ninguna respuesta. Tampoco recordaba haber muerto, ni siquiera podía estar segura de que no hubiera sido siempre un fantasma, de que su vida no hubiera comenzado en aquel preciso instante. El único recuerdo que la quedaba era un extraño nombre: Lita.

Después de muchos meses vagando por distintos lugares, se dio cuenta de que lo único que le quedaba eran las emociones, y que cuando se ponía triste la única manera de sobreponerse era gastando bromas. Comenzó a exagerar lo que sentía llegando hasta límites casi ridículos.

También se dio cuenta de la que música la embelesaba y también la tranquilizaba, casi la hacía recordar un tiempo pasado, pero solo era una extraña sensación.

Nada más llegar al Reino de las Cascadas, se encontró con Sayeb, un genio muy amable y paciente, que la propuso encontrar una adivina para ver si ella podía devolverla sus recuerdos. La ayudó a encontrarla, y esta, fue capaz de devolver todos sus recuerdos, tras una extraña sesión de adivinación:

Dolor y sangre. Eso es todo lo que Pamela podía recordar de su infancia. Sus padres y su hermana pequeña siempre trataron de inculcarla el mal, pero su corazón se resistió a apagar las llamas del bien que ardían fuertemente en ella.

Burlas y castigos. Eso fue lo único que recibió de aquellos que hubieran debido darla amor y cariño. Solo tenía 12 años pero había sufrido y padecido torturas, burlas y desprecios.

Pero en medio de aquella tormenta siempre encontró un remanso de paz en una de las sirvientas de su mansión. Más que sirvienta se tendría que decir esclava, capturada y torturada, forzada a trabajar allí. Fue su amiga, su madre y su mentora.

Cuando lo inevitable ocurrió, cuando su mansión fue atacada por los siglos de dolor y odio que su familia había causado, Lenna solo se preocupó de que Lita saliera viva de la masacre, de ocultarla y esconderla. La ira y la sed de sangre cegaba los corazones de todos los reunidos y mataban sin contemplaciones, sin miramientos, sin pararse a pensar si eras un esclavo, o un leal a la casa.

Con solo 12 años vio como su casa, su familia y su única amiga eran destruidas. Si, Lenna consiguió su objetivo, pero a costa de su propia vida, justo después de sacar a Lita de la mansión una flecha atravesó su corazón. Su última mirada fue de amor y sus últimas palabras de aliento.

Los primeros días fueron dolorosos para el alma, pero no para el cuerpo que se alimentaba de la bolsa con comida que Lenna había preparado. La esclava había previsto todo, excepto que la pequeña Lita no descubriera la nota y el paquete, días después de que la comida se hubiera acabado. Allí, al fondo de la mochila, debajo de algunos útiles que su mentora había preparado para el viaje, se encontraba el paquete.

Un mapa, un colgante y unas instrucciones muy claras “Ve con mi tribu, ellos te cuidaran y te protegerán. El colgante les dirá que tus palabras son ciertas”. Llorando desconsoladamente por el recuerdo de la que, para ella, había sido su madre, se encaminó al lugar señalado con decisión pero sin fuerzas.

Varios días después, desnutrida, sedienta y agotada cayó a las puertas de la aldea. Sus recuerdos de aquella época fueron borrosos, pues su cuerpo se negaba a reaccionar y a comer por el dolor de su alma. Finalmente, meses después, su cuerpo empezó a recuperarse, a salir de la inconsciencia, empezó a levantarse, a comer...

Los siguientes 10 años los pasó en aquella extraña y magnifica tribu, y todo el amor, la comprensión y el cariño que habían faltado los conoció con creces. Aquella extraña tribu la enseñó a sobrevivir en los bosques, a valerse por sí misma y su extraña magia. Una magia que se valía de la música y de las canciones para ejecutarla. Unos breves versos y pequeños conjuros emergían. Unos versos más complicados y los elementos obedecían tu voluntad. Aprendió a cantar y a tocar el arpa. Cualquier que no supiera de la existencia de su aldea, la hubiera considerado un bardo.

Decidió salir de la aldea para conocer el mundo, para probarse a sí misma que podía hacerlo, que no tenía miedo del mundo y de su rechazo. Después de conseguir reunir el valor necesario para regresar al lugar donde había pasado su terrible infancia, se encaminó hacía allí. Para su sorpresa el lugar estaba sumido en el caos, por mucho que hubieran odiado y temido a su familia, al menos esta les había dado orden, un orden injusto y cruel, pero un orden. Sin hablar de su procedencia, sin decir quién era, con el corazón siempre en la mano y un toque mágico, consiguió poco a poco llevar la paz al lugar.

Por desgracia la felicidad no dura para siempre. Lo que ella no deseaba, lo que no quería era la fama y aun así la consiguió. A su pesar reconstruyeron una mansión sobre las ruinas de su antigua casa, siempre a sus espaldas, pensando que sería una grata sorpresa. Cuando se lo enseñaron amablemente lo rechazó, eligió a otro para su cargo y se marchó del lugar. Aún no tenía la suficiente fuerza y valor para estar allí, no estaba segura de querer ser importante, ni creía merecerlo.

Pero el daño ya estaba hecho: el boca a boca es raudo, y una persona de su pasado con quien no esperaba volver a encontrarse la reconoció. Las señales eran claras: su familia siempre destacó por sus melenas rubias, sus ojos grises y su gran atractivo; y lo que no daba lugar a dudas era una marca de nacimiento en la parte interior del brazo.

Un descuido y unos ojos demasiado observadores y el rumor se extendió como la pólvora. A los pocos metros de abandonar el pueblo que la vio nacer, el rostro desfigurado de su hermana pequeña la asaltó en el camino.

Ella también había sobrevivido, pero solo para agrandar su odio y su fiereza, su crueldad y su sed de sangre. Aprendió muchas artes oscuras y vagó creando el caos y matando por doquier. Al enterase de que su “querida” hermana seguía con vida quiso verlo con sus propios ojos, de modo que volvió al pueblo que quiso destruirla y, desde las sombras, comprobó los rumores. Al ver en lo que se había convertido, o mejor dicho, que seguía siendo la oveja blanca de la familia, que seguía renegando de la herencia de su familia; decidió saborear la venganza contra la traidora a su casa, a su nombre y su apellido.

La atrapó, la torturó, la golpeó y, finalmente, cuando estaba al borde de la muerte, o, al menos, eso creía ella, congeló su cuerpo y lo lanzó por un portal mágico y aleatorio para que nunca fuera encontrado.

Lo que su pequeña y malvada hermana no sabía era que el colgante que Lenna la dio hace tantos años también la protegía de ciertos actos de maldad. Lita se salvó de una muerte segura, el colgante absorbió gran parte de la magia, su cuerpo quedó congelado y en suspensión, pero su alma no pudo soportar los horrores del pasado y el presente y se separó de su cuerpo dejando toda su memoria, y su vida detrás. Aturdida y sin saber que ocurría, aun atraída por su cuerpo de una forma casi mágica, entró en el mismo portal aleatorio, que la condujo a otro lugar, sin memoria, sin cuerpo y sin dolor.

Después de averiguar aquello y de nuevo revivir los dolorosos recuerdos, se separó de Sayeb para tratar de recuperarse y asimilar la información recibida. Fue entonces cuando conoció a un ilusionista, al Ilusionista, recién llegado a aquel reino sumido en el caos y la tiranía.

Casi por accidente se dio cuenta de que las ilusiones que este creaba eran objetos tangibles para ella, asique decidió quedarse a su lado, no solo por aquello, también porque la actitud de Lusion la intrigaba.

Después de un tiempo a su lado, el mejor que podía recordar de su vida de fantasma, de varios espectáculos y actuaciones, se enamoró del mismo. Sin embargo, entristecida por la incapacidad de tocarle, compungida porque creía no poder hacerle feliz, decidió abandonar el reino de las cascadas y emprender, de nuevo, la búsqueda de su cuerpo. Sabía que aquello podía significar el adiós definitivo, pero no podía permanecer a su lado, sin sentirse terriblemente culpable.

- Otros: Ocupa su tiempo tratando de encontrar su cuerpo perdido.