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Una segunda oportunidad.
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Mar de Jaspia :: DUCADO DE CESSELE :: Nehmen :: Enie
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Una segunda oportunidad.
Alma se adentró en la capital de la aquella isla en la que sabía que la gente no solía adentrarse. A no ser que fuesen piratas, tuviesen negocios con piratas, o le tuvieran poco aprecio a su vida. Por suerte para la fantasma, ella ya estaba muerta.
No sabía muy bien por qué se había dirigido a aquella ciudad. Se había pasado los últimos meses huyendo. Siempre huyendo. En realidad, si se paraba a pensarlo, se había pasado toda su vida huyendo. Y también su muerte. O su media vida, o lo que quiera que fuese aquello. Y la única vez que había ido de frente, que había luchado por algo que realmente quería, no había servido para nada. Nunca conseguiría recuperarse a sí misma. Ni recuperaría a Luthys.
Lo mejor que podía hacer era olvidarlo todo, empezar de cero. Pero no podía olvidar su verdad,no podía olvidar que alguien, en algún lugar, estaba viviendo una vida que no le pertenecía. SU vida. Alma habría apretado los dientes y los puños, de haber tenido un cuerpo físico con que hacerlo.
Mientras flotaba por las calles de la ciudad, no se fijaba en si la veían o no. Había gente que la miraba con curiosidad, otros la obviaban, y otros directamente ni siquiera la veían. Era lógico que en aquel lugar hubiese mucha gente que la pudiese ver los piratas viven caminando por la línea que separa la vida y la muerte, al límite de sus posibilidades. Muchas de las personas que se cruzaba habían estado al borde de la muerte , y otros habían presenciado muchas cosas. Los tesoros que persiguen los piratas son famosos por sus maldiciones, guardianes... demasiadas cosas extrañas para obviar que existen los fantasmas.
A pesar de todo, la fantasma no les prestaba atención. Quizá había ido allí para sentirse parte de algo, o sencillamente para sentir las miradas de la gente en ella. Era uno de los pocos lugares donde podía sentirlas.
Sus pasos la condujeron a los muelles. Casi sin ser consciente recorrió los distintos barcos atracados con su percepción, como si buscase algo.
<< Es estúpido. Ese barco no puede estar aquí. Se hundió. >>
Entonces comprendió por qué había acabado allí. La búsqueda que había iniciado para conseguir algo parecido a una vida había empezado en un barco pirata. Sin aquella experiencia en ese barco maldito, que la había hecho perder sus facultades etéreas de fantasma, nunca se habría planteado buscar algo parecido para poder estar con Luthys. Se habría quedado con él, como fantasma, nunca le habría abandonado como lo hizo, y menos sin avisar.
Después de meses vagando, sentía que había vuelto al principio. Pero ya no podía remediar las cosas, por mucho que quisiera. Entonces reparó en un barco. Por un momento le pareció que era el que había estado buscando, pero pronto se dio cuenta de que no lo era, aunque se parecía bastante. Se acercó flotando a él, mientras usaba su percepción para sondear el interior. No parecía haber nadie a bordo.
Se detuvo ante él. No era un barco que destacara entre los demás, pero le resultaba extrañamente atrayente. Había algo...
Lo observó con más detenimiento.
<< "Espuma Blanca". Bonito nombre para un barco >>
No sabía muy bien por qué se había dirigido a aquella ciudad. Se había pasado los últimos meses huyendo. Siempre huyendo. En realidad, si se paraba a pensarlo, se había pasado toda su vida huyendo. Y también su muerte. O su media vida, o lo que quiera que fuese aquello. Y la única vez que había ido de frente, que había luchado por algo que realmente quería, no había servido para nada. Nunca conseguiría recuperarse a sí misma. Ni recuperaría a Luthys.
Lo mejor que podía hacer era olvidarlo todo, empezar de cero. Pero no podía olvidar su verdad,no podía olvidar que alguien, en algún lugar, estaba viviendo una vida que no le pertenecía. SU vida. Alma habría apretado los dientes y los puños, de haber tenido un cuerpo físico con que hacerlo.
Mientras flotaba por las calles de la ciudad, no se fijaba en si la veían o no. Había gente que la miraba con curiosidad, otros la obviaban, y otros directamente ni siquiera la veían. Era lógico que en aquel lugar hubiese mucha gente que la pudiese ver los piratas viven caminando por la línea que separa la vida y la muerte, al límite de sus posibilidades. Muchas de las personas que se cruzaba habían estado al borde de la muerte , y otros habían presenciado muchas cosas. Los tesoros que persiguen los piratas son famosos por sus maldiciones, guardianes... demasiadas cosas extrañas para obviar que existen los fantasmas.
A pesar de todo, la fantasma no les prestaba atención. Quizá había ido allí para sentirse parte de algo, o sencillamente para sentir las miradas de la gente en ella. Era uno de los pocos lugares donde podía sentirlas.
Sus pasos la condujeron a los muelles. Casi sin ser consciente recorrió los distintos barcos atracados con su percepción, como si buscase algo.
<< Es estúpido. Ese barco no puede estar aquí. Se hundió. >>
Entonces comprendió por qué había acabado allí. La búsqueda que había iniciado para conseguir algo parecido a una vida había empezado en un barco pirata. Sin aquella experiencia en ese barco maldito, que la había hecho perder sus facultades etéreas de fantasma, nunca se habría planteado buscar algo parecido para poder estar con Luthys. Se habría quedado con él, como fantasma, nunca le habría abandonado como lo hizo, y menos sin avisar.
Después de meses vagando, sentía que había vuelto al principio. Pero ya no podía remediar las cosas, por mucho que quisiera. Entonces reparó en un barco. Por un momento le pareció que era el que había estado buscando, pero pronto se dio cuenta de que no lo era, aunque se parecía bastante. Se acercó flotando a él, mientras usaba su percepción para sondear el interior. No parecía haber nadie a bordo.
Se detuvo ante él. No era un barco que destacara entre los demás, pero le resultaba extrañamente atrayente. Había algo...
Lo observó con más detenimiento.
<< "Espuma Blanca". Bonito nombre para un barco >>
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
Re: Una segunda oportunidad.
El puerto de Enie se veía en constante movimiento mercantil, como siempre, no parecía que aquel muelle durmiera jamás. Los barcos llegaban, salían, sus cubiertas se vaciaban de cajas, se llenaban. Las vociferaciones de los capitanes se alzaban gobernando el cotarro. El sudor de los grumetes hedía como pozo estanco desde mucha distancia. Las ropas siempre sucias y algo roídas, las caras de cansancio; solo deseaban que se les concediera el permiso de tierra para cantar, beber, y mantener relaciones subiditas de tono con las prostitutas de turno. Era un día normal, como cualquier otro, salvo por una situación que no llegaría a haber imaginado el vampiro de larga melena negra y ojos de rubí. Un personaje fantasmal, en particular, una joven (en apariencia al menos) muchacha de cabello color azabache y ojos más semejantes a dos esmeraldas que al verde de la hierba, debido a lo brillantes y relampagueantes que se veían; a pesar de la translúcida figura de la “joven” espíritu.
Sir Grimpow regresaba al muelle tras haber pasado ya una noche buscando tripulantes, una noche infructuosa, todo cabía decirlo. Y entonces vio a aquella muchacha que miraba el Espuma Blanca con mucha curiosidad, algo que llamó la atención del otro espectro, éste último bastante más corpóreo.
-Disculpad, milady, y lamento no poder besaros la mano como merece la dama, pero reconozco que jamás había tenido la vivencia empírica de tener que hacerlo ante un ente sin cuerpo físico.
Por lo que el dueño del barco que la mujer se hallaba observando, dedicó una reverencia cordial para con ella, inclinando levemente la cabeza y dedicando un movimiento simple de mano, como si la invitara a bailar. Luego, volvió a tomar posición erguida.
-Por lo que esta reverencia será lo único con lo que tengáis que conformaros. Y no sé si con esta denominación estaré equivocado al llamarla, joven muchacha. Pues el ser un fantasma puede cortar vuestra vejez corporal, más no la antigüedad de vuestra alma. ¿Me equivoco?
Sir Grimpow regresaba al muelle tras haber pasado ya una noche buscando tripulantes, una noche infructuosa, todo cabía decirlo. Y entonces vio a aquella muchacha que miraba el Espuma Blanca con mucha curiosidad, algo que llamó la atención del otro espectro, éste último bastante más corpóreo.
-Disculpad, milady, y lamento no poder besaros la mano como merece la dama, pero reconozco que jamás había tenido la vivencia empírica de tener que hacerlo ante un ente sin cuerpo físico.
Por lo que el dueño del barco que la mujer se hallaba observando, dedicó una reverencia cordial para con ella, inclinando levemente la cabeza y dedicando un movimiento simple de mano, como si la invitara a bailar. Luego, volvió a tomar posición erguida.
-Por lo que esta reverencia será lo único con lo que tengáis que conformaros. Y no sé si con esta denominación estaré equivocado al llamarla, joven muchacha. Pues el ser un fantasma puede cortar vuestra vejez corporal, más no la antigüedad de vuestra alma. ¿Me equivoco?
Grimpow- Cantidad de envíos : 13
Re: Una segunda oportunidad.
La fantasma se sobresaltó al oír la voz del desconocido, ya que tenía su percepción completamente centrada en el barco y no le había sentido llegar.
Se giró y retrocedió casi instintivamente. Los ojos carmesís del hombre estaban clavados en ella y la intimidaron. Por un momento le recordaron a las brasas ardientes de Luthys, pero pronto reparó en su piel blanca y su porte distinguido. Se relajó un poco e intentó recomponerse mientras aquel extraño la saludaba de una forma cortés con la que no estaba acostumbrada a tratar.
<< Eh... no se preocupe,de veras, no era necesaria la reverencia... >> SE sentía extraña ante los modos de aquel hombre resuelto, que se empeñaba en llamarla dama
<< Lo cierto es que se podría considerar que soy joven. >> Contestó, un poco indecisa. << DIsculpadme, ni siquiera me he presentado. Mi nombre es Alma. >> Dijo, realizando una reverencia e intentando llegar a un punto en la conversación donde sentirse cómoda. << ¿Y vos sois...? >>
Se giró y retrocedió casi instintivamente. Los ojos carmesís del hombre estaban clavados en ella y la intimidaron. Por un momento le recordaron a las brasas ardientes de Luthys, pero pronto reparó en su piel blanca y su porte distinguido. Se relajó un poco e intentó recomponerse mientras aquel extraño la saludaba de una forma cortés con la que no estaba acostumbrada a tratar.
<< Eh... no se preocupe,de veras, no era necesaria la reverencia... >> SE sentía extraña ante los modos de aquel hombre resuelto, que se empeñaba en llamarla dama
<< Lo cierto es que se podría considerar que soy joven. >> Contestó, un poco indecisa. << DIsculpadme, ni siquiera me he presentado. Mi nombre es Alma. >> Dijo, realizando una reverencia e intentando llegar a un punto en la conversación donde sentirse cómoda. << ¿Y vos sois...? >>
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
Re: Una segunda oportunidad.
-Sir Grimpow Cerverus, señorita.- respondió de buen agrado. Ocultando, eso sí, su sobrenombre de "Lengua Venenosa", impuesto por la sociedad pirata debido a su lengua tiznada de negro. Luego señaló su navío –y este es el Espuma Blanca, mi humilde barco. Dueño de largos viajes, superviviente de interminables batallas, testigo de lugares asombrosos.
La mujer fantasma parecía no haber ganado la seguridad en sí misma que dan la experiencia de muchos años. Pero no toda la gente es igual, lo que hace del mundo un lugar divergente y ameno. La mirada del espectro corpóreo de aquella interesante asamblea, se clavaron en el Espuma Blanca, maravillado con lo que veía: su casa, su existir, su mundo. Consumido estaría sin él, nuestro antiguo ser de las noches imperecederas. Acostumbrado a la nostalgia, consumido por la culpa de haber dejado solos a sus padre por haberse marchado a vivir con los elfos; a raíz de lo cual no pudo salvarlos de la quema… Se siento solo en este mundo, pensando por siempre jamás en sus desafortunados progenitores.
Grimpow, con su eterno semblante melancólico. Se volvió a dirigir a la muchacha traslúcida.
-Me gustaría que lo vierais por dentro, señorita. Gustoso estaría de que os subierais en él. Y comprobarais por vuestra propia certeza la grandiosidad de cada palmo de madera del Espuma Blanca.
La mano reposaba en el aire exquisitamente, a la espera de que ella la sujetase tras una pronta aceptación de la joven a su oferta.
La mujer fantasma parecía no haber ganado la seguridad en sí misma que dan la experiencia de muchos años. Pero no toda la gente es igual, lo que hace del mundo un lugar divergente y ameno. La mirada del espectro corpóreo de aquella interesante asamblea, se clavaron en el Espuma Blanca, maravillado con lo que veía: su casa, su existir, su mundo. Consumido estaría sin él, nuestro antiguo ser de las noches imperecederas. Acostumbrado a la nostalgia, consumido por la culpa de haber dejado solos a sus padre por haberse marchado a vivir con los elfos; a raíz de lo cual no pudo salvarlos de la quema… Se siento solo en este mundo, pensando por siempre jamás en sus desafortunados progenitores.
Grimpow, con su eterno semblante melancólico. Se volvió a dirigir a la muchacha traslúcida.
-Me gustaría que lo vierais por dentro, señorita. Gustoso estaría de que os subierais en él. Y comprobarais por vuestra propia certeza la grandiosidad de cada palmo de madera del Espuma Blanca.
La mano reposaba en el aire exquisitamente, a la espera de que ella la sujetase tras una pronta aceptación de la joven a su oferta.
Grimpow- Cantidad de envíos : 13
Re: Una segunda oportunidad.
Alma se quedó mirando al extraño mientras éste miraba embelesado su barco. La melancolía que emanaba hacía que la fantasma se sintiese conectada a él de alguna manera. La relacionaba con la que ella misma sentía.
Después volvió su mirada de nuevo al barco y lo examinó. Se preguntó si aquel navío había ayudado a Grimpow de alguna forma, lo miraba de una manera especial, o eso le parecía a ella.
Lo cierto era que el barco era hermoso. Se lo quedó mirando un poco más ensimismada de lo que debiera y se dio cuenta tarde de que le estaba hablando. Le pareció descortés comentar que podría haber examinado el barco sin moverse de donde estaba, así que se abstuvo de hacer ningún comentario. Antes de que le diera tiempo a contestar, el hombre le ofreció su brazo.
Durante un segundo, la fantasma se sintió descolocada y al segundo siguiente volvió a notar esa sensación de vacío en el estómago. Aquel gesto, natural para Grimpow,que parecía un hombre muy educado, le recordó a Alma todas las trabas que había tenido, le recordó que no podía tocar, le recordó que había perdido a Luthys por culpa de aquella estúpida condición de fantasma. Le recordó que, en algún sitio, ella se estaba aprovechando de algo que a Alma le permitiría ser normal y coger el brazo que le ofrecían.
Respiró hondo, o algo parecido, intentando no seguir el hilo de sus pensamientos. Miró a Grimpow e intentó sonreir, aunque no con demasiado éxito.
<< Me encantaría. Por favor, vos primero... ¿capitán? >>
Se apartó para dejar paso a Grimpow.
Después volvió su mirada de nuevo al barco y lo examinó. Se preguntó si aquel navío había ayudado a Grimpow de alguna forma, lo miraba de una manera especial, o eso le parecía a ella.
Lo cierto era que el barco era hermoso. Se lo quedó mirando un poco más ensimismada de lo que debiera y se dio cuenta tarde de que le estaba hablando. Le pareció descortés comentar que podría haber examinado el barco sin moverse de donde estaba, así que se abstuvo de hacer ningún comentario. Antes de que le diera tiempo a contestar, el hombre le ofreció su brazo.
Durante un segundo, la fantasma se sintió descolocada y al segundo siguiente volvió a notar esa sensación de vacío en el estómago. Aquel gesto, natural para Grimpow,que parecía un hombre muy educado, le recordó a Alma todas las trabas que había tenido, le recordó que no podía tocar, le recordó que había perdido a Luthys por culpa de aquella estúpida condición de fantasma. Le recordó que, en algún sitio, ella se estaba aprovechando de algo que a Alma le permitiría ser normal y coger el brazo que le ofrecían.
Respiró hondo, o algo parecido, intentando no seguir el hilo de sus pensamientos. Miró a Grimpow e intentó sonreir, aunque no con demasiado éxito.
<< Me encantaría. Por favor, vos primero... ¿capitán? >>
Se apartó para dejar paso a Grimpow.
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
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