El Kraken Beodo

El curioso cartel que coronaba la puerta del establecimiento, captó rápidamente mi atención. Viajaba junto con Nimué, mi ahijada, huyendo de la costa y de los piratas que amenazaban nuestra seguridad y nuestras vidas. Necesitábamos un lugar donde guarecernos y descansar. En aquella taberna, muy posiblemente tuviéramos tiempo suficiente para reposar.

Dejamos el carro junto a los establos, ya habría tiempo de negociar con la mercancía. Con paso tranquilo, nos adentramos en el interior de la misma. La taberna parecía un lugar de reunión de los habitantes de aquellos lares.

Se trataba de un edificio de dos plantas, con una gran chimenea, que asomaba majestuosa en el tejado. La fachada estaba conformada por un sólido y grueso paramento de piedra, con estrechos vanos en forma de ventanas. La luz se filtraba por ellas, dando tenue luminosidad al interior del local.

Un gran salón se extendía ante nuestros pies. El suelo y las paredes interiores eran de madera, y estaban decorados con alfombras y cuadros de todo tipo, que daban un toque rústico y recargado a la estancia. En la zona izquierda, se encontraba la barra, con una gama de vinos y cervezas que se mostraban en un armario tras el mostrador. El resto de la habitación estaba compuesto por unas mesas de madera artesanas en las que los parroquianos aguardaban sus tragos. La chimenea permanecía apagada, pero con toda seguridad la encendieran al llegar la noche.

Subiendo las escaleras, llegaríamos a la zona privada del local, donde presumiblemente vivía el tabernero con su hija.
Si en vez de subir, las bajaramos, llegaríamos a la bodega de la taberna, una larga habitación subterránea, oscura y lúgrube, donde se conservan los vinos añejos y los toneles, formando una red de laberínticos pasillos.

Offrol: Las preguntas para las entrevistas se enviarán por MP, una vez me confirméis que estáis interesados.

Os enviaré una lista con 100 preguntas, pero no os asustéis, NO hay obligación de responderlas todas. Podéis elegir las preguntas que os apetece contestar. Habrá entrevistas más largas y otras más cortas; seréis vosotros los que elijáis la extensión de la misma.

Cuando respondáis, reenviando el MP, procederé a redactarlas e intentar rolearlas. Podéis escribir acciones en vuestras entrevistas, y cualquier cosa que se os ocurra, para ayudarme con la narración de la misma.

El ambiente distendido en la taberna, hacía fácil que personas de distinta clase social y condición interaccionaran entre sí. Sentado en una mesa al fondo del local, observé a un caballero de porte noble y regio, entrado en años, pero no por ello había perdido ese toque aristocrático y de regio abolengo que podía percibirse desde la otra punta de la taberna.

Armado con una pinta de cerveza, que debía sostener con ambas manos para que no volcara, me dirigí en pos de una buena historia.

- Disculpad, buen caballero, ¿tendríais la bondad de permitirme tomar asiento? Son pocas las mesas vacías... - el anciano caballero, con gesto aburrido, hizo un ademán con la mano para quitar yerro al asunto. Deposité aquella enorme pinta, en la que casi podía tomar un baño. Y con esfuerzo sobrehumano, trepé por la silla a la mesa, donde comienza el relato.

- Decidme buen caballero, si no es mucho el importuno, ¿con quién tengo el placer de compartir mesa y desayuno? -pregunté al noble de porte altanero.

- Bueno, esa es fácil. Arzhel de la casa de Loïc. - respondió sin rodeos.

La voz del hombre, en su  juventud debía haber sido diáfana, y con toda seguridad más de una mujer, echó una cuerda por su balcón tras agasajarla con una serenata. La cadencia de su voz denotaba que no se me daba mal el verso, ni la canción. Pero los años... De todos formas, seguía imponiendo respeto. Esa clase de voz que hiela la sangre a cualquiera con un "¿Quién vive y quién va?". No queréis oírlo en un callejón oscuro, a la hora de las ánimas.

- Creo estar en lo cierto, y poder aseverar, por vuestro acento peculiar que sois nacido en esta ciudad sin par

- Nací en la casa familiar, en la zona vieja de Trinacria. Una mansión antigua y vieja Cincuenta y dos primaveras hace ya de aquello...

- La casa Loïc es antigua, y sus raíces tan profundas que se pierden en los anales del tiempo. ¿A qué rama corresponde vuestro nacimiento?

- Mi augusto padre fue el caballero Gus II de Loïc, que contrajo matrimonio con una de las hijas del señor de Eberyn, Branguena. Siguiendo la tradición familiar inaugurada por el fundador de nuestra casa mi padre se dedicó al ejercicio de las armas, y fue célebre en la corte regia por su ferocidad en combate y sus luengas barbas. Murió hace ya años, una indigestión de acero, me temo -ríe quedamente, para sí - De mi señora madre... Mejor es no hablar. Madre no hay más que una y se le debe respeto.

¡Brindo por las madres! Porque madre no hay más que una - procedí a remojar mi gaznate con el dorado lúpulo. Por lo que he entendido, no hay otro de ese matrimonio que sea nacido

Fui el único hijo del matrimonio, lo que me convierte en legítimo heredero de mi nombre

Aquel brindis parecía haber aflojado la lengua del veterano caballero, que quizás ebrio de licor o de narrar sus hazañas, prosiguió ahondando en la conversación.

El caballero mesó sus barbas, haciendo un gesto desdeñoso con la mano-: Actualmente me encuentro en campaña, y el Galgo Rojo, nuestro buen navío Trinacriano, es donde vivo. No es un hogar... Pero he estado en situaciones peores. Sin embargo, si lo que os interesa es hablar de hogares, o más parecido que he tenido a un hogar es mi viejo caserío en Darbash, un remoto pueblo agrícola de Moramailë. Estaba algo desmejorado, pero con la ayuda de los campesinos ha sido un sitio bastante entrañable en el que establecerse.Viví allí más de quince años en calidad de alguacil de la aldea, al fin y al cabo. Mi mejor compañía es Dagodeiwos, mi fiel montura.

Así que sois marino... Cabo de infantería de marina al servicio del Rey de Trinacria, embarcado en el Galgo Rojo. Para ser exactos. Voto a la Dama, un oficio como cualquier otro.

¿Cuán regio es vuestro abolengo? -aquella pregunta pareció ofender al noble. ¿Es que no os ha quedado claro el apelativo Caballero, voto a todo? -el caballero se levantó y echó la diestra al mango de la tizona, para luego estallar en carcajadas y sentarse de nuevo-. [/color=blue]La baja nobleza es susceptible, me temo.[/color]

Veo que vuestra merced es rauda con la espada, ¿pero que tal con la siniestra?

Me manejo mejor con la diestra, aunque... - dijo mientras desenvainaba con un siseo la fina daga que llevaba al costado derecho-. Unos cuantos pueden dar fe de mi habilidad con una buena daga en la zurda, si estáis dispuestos a ir a preguntarles

El caballero se me antojaba cínico, orgulloso, y tal vez algo osado. Lo que sí puedo aseguraros es que no era precisamente un amante de la tranquilidad. Un veterano curtido. Alguien que ha visto demasiadas veces en situaciones desesperadas, y jamás ha recibido la ayuda  ángel o demonio. Es complicado no ser un tanto cínico con una vida así. Para esta clase de hombres. sólo existía una mano firme y el viejo acero de mi familia.

Por lo que se denotaba en el tono de su voz, parecía alguien resentido y hastiado de la guerra. Una lucha de poder en la que no cree demasiado. Un caballero, heredero de una estirpe de nobles que han servido siempre a Trinacria; su deber es, por tanto, combatir en su nombre. Y que tampoco sabe hacer otra cosa. Un mohín se dibujaba en su rostro cuando se hablaba de la Dama o del Ducado de Aspher, debía ser una coincidencia agradable que ambos fueran sus enemigos.

¿Cuál es tu recuerdo más temprano? - traté de desviar la conversación. Los "abuelos", suelen ser más propensos a contar historias de su niñez; en concreto los abuelos algo achispados...

Voto al chápiro verde, eso es recorrer atrás muchos años en el tiempo. Valga el recuerdo de los muelles de Trinacria, en un caluroso día de verano. Todo abarrotado de gente, pues regresaban los barcos de ir a hacer la guerra a los piratas, en Nehmne. Las alabardas apuntando al cielo, y los soldados desembarcando: sucios, sudorosos, cansados, pero orgullosos. Vencedores. Algún día seré así, me dije -El veterano caballero hizo una pausa larga, parecía estar reviviendo mentalmente aquellos instantes.  - En ese momento no sabía que, por desgracia, mi deseo se cumpliría.

¿Cuál consideras el evento más importante en tu vida hasta ahora? -me atreví a preguntar, ahora que parecía haber encontrado un filón.

Un evento... -se mesó las barbas y dió un respingo en la silla-. ¿No sabéis el por qué de la barba? Un tajo de refilón, hace casi treinta años, en un combate naval. La vez que más de frente he visto la muerte, os lo aseguro. Como evento más importante, sin embargo, no puede ser otro que el crimen que me obligó a abandonar mi amada ciudad. Crimen por las leyes mezquinas, que no por el honor. No deseo hablar de ello -hizo un gesto tajante con la mano-.

Otro callejón sin salida. El Caballero se cerraba en banda con ciertos temas, por lo que tenía que estar caracoleando. Un pequeño traspiés y la conversación acabaría de manera irremediable.

¿Quién diríais que ha tenido más influencia en vuestra merced? ¿Cual es vuestra meta? La que con más fervor deseáis cumplir en esta vida -tomé aquella pinta y le di un buen trago mientras el anciano caballero relataba.

Mi padre siempre decía que para conocer a un hombre, uno debía conocer a los que le precedieron. Todos los caballeros de Loïc, con sus gestas, que están registradas en un magno libro que se custodia en la mansión familiar, me han influenciado mucho. Se podría decir que llevamos la milicia en la sangre. De todos quizá el mayor fuera el que fundó nuestra casa, Gus I; hijo de un noble de Rhylia con fuertes lazos con la Orden de la Dama, fue la oveja negra de su familia y uno de los más célebres aventureros de su época. Explorador y pirata, se puso al servicio del Trískel en un conflicto contra Cessele y vió recompensada su elección con el perdón real y el título de caballero. De pequeño su vida fue una de mis lecturas favoritas, y me causó una honda impresión. -el anciano caballero dio un sorbo a su espumosa rubia y prosiguió en su disertación.

-El semblante del caballero se volvió serio y se llevó la mano derecha al pecho, en un gesto reverencial-. Hice un juramento; hay un chiquillo viajando por el archipiélago en estos tiempos revueltos, y debo encontrarlo para ponerlo a salvo... Es una historia demasiado larga y escabrosa para explicarla aquí. Al margen de eso, me conformo con catorce palmos de suelo trinacriano y morir matando, más tarde que pronto, tras haber ajustado las cuentas con cierto viejo conocido - se quedó mirando pensativo su espada-.

Permitidme que discrepe, pero yo preferiría morir de viejo, en la cama, viendo como mis herederos se disputan mi descomunal fortuna. Mi vida ya está siendo suficientemente emocionante.

Si muriera ahora sería recordado como un asesino... Mejor ser recordado como un héroe, ¿no es cierto? -sonríe-. Tengo cuentas que ajustar todavía en Trinacria. Espero que algún día en los libros que cuentan la historia de los Loïc se me recuerde como el que devolvió el honor a mi linaje, que como ya debéis haber supuesto, no está en su mejor momento.

Algo intuía y espero sinceramente poder cantar vuestra gesta - alcé de nuevo la pinta para formular otro brindis. Que el Destino encuentre la forma de poner a cada uno en el lugar que corresponde

Mientras me afanaba en memorizar los detalles mas importantes de aquella conversación para reflejarla en mis crónicas, el caballero se alzó bastante achispado, tropezando con un "villano" en el proceso. La taberna quedó en silencio, mientras los presentes aguardaban el devenir de los acontecimientos.

¡Por las puercas enaguas de la Dama!. Voto a todo. Caballero, no queda sino, hip, batirnos -espetó mientras hacía un gesto a la moza de la taberna para que trajera dos jarras de vino. En aquel enfrentamiento no correría la sangre, sino el vino como los ríos de maná.

Trinacria, Vigesimo día del  Tercer Mes de Enki del Año 4994 de la Segunda Era.

- Hoy es el día de la entrevista sorpresa y he conocido un personaje un tanto curioso que ha picado mi curiosidad –los ojos de Katt brillaban con energía y decisión – Voy a estrenarme con mi nuevo trabajo como la reportera de El Kraken Beodo con un personaje algo difícil, pero seguro que lo conseguiré.

Katt se acercó unos metros al campo donde estaba trabajando el sujeto que despertaba su curiosidad. Trabaja con tesón, muy concentrado en su tarea.

- Os presento al señor Delin Warlock, a simple vista podemos decir de él que está en muy buena forma, que sabe concentrarse en su trabajo y que no le gusta nada de nada enseñar piel, aunque se adivinan buenos músculos debajo de esas ropas… eh! No se vaya! Solo serán unas preguntas!

El sujeto al oír su nombre completo decidió huir del lugar, no quería problemas, pero nuestra alegre reportera no se iba a rendir a las primeras de cambio, una carrera, un par de saltos y se plantó delante del hombre.

- Señor, esto es para un bien mayor, la gente se pregunta por la vida de sus ciudadanos y quieren saber más sobre usted, solo serán preguntas y no duelen, por ejemplo ¿Cuándo llegó al reino? ¿Cuándo es su cumpleaños? ¿Cuántos años tiene? ¿Por qué tiene el pelo con mechones blancos? ¿Por qué no habla con sus vecinos? ¿Por qué cambió de profesión? Tengo entendido que antes era capitán de un ejército… eh! No se vaya!

Otra carrera y otro saltito y estaba de nuevo delante del ex-capitán, algo sorprendido este soltó un gruñido y dio de nuevo media vuelta, pero no iba rendirse tan fácilmente y Katt volvió a perseguirlo.

- Vamos, vamos, solo unas cuantas preguntas y después me marcharé.

Katt puso su mejor carita de “por favoooooorrrrr” acompañándola de su melosa voz, quería saber cuánto de cierto había en la fama de duro del hombre.

Delin se giró de nuevo algo frustrado, no le gustaban las preguntas, no le gustaba hablar, en otra época de su vida, la hubiera matado sin más, ahora sabía que aquello no estaba bien. Antes de darse cuenta aquellos ojos dorados le miraban de nuevo fijamente. Después de la misma situación, de encontrarse con ella de nuevo girara donde girase, suspiró, no parecía tener escapatoria. Gruñó a la chica y se cruzo de brazos esperando.

- Bien, bien! Ante todo gracias por acceder a esta entrevista sorpresa. Empecemos, será rápido y sin dolor si colabora.- Sacó una pluma y un pergamino de algún recoveco de su ropa, aunque no parecía que aquella ropa dejara espacio a nada – ¿Dónde nació? ¿Cómo se convirtió en brujo? ¿Por qué dejó su trabajo en el ejército de esas otras tierras? ¿Qué dirían sus padres de su vida, estarían orgullosos de usted? ¿A qué se dedica actualmente?

Delin levantó la mano para frenarla, empezaba a sentirse abrumado y las preguntas si estaban resultando dolorosas. Al menos algunas de ellas en las que ni siquiera se había parado a pensar

- No recuerdo donde nací, solo donde me crié, fue en una tierra muy lejana que no quiero recordar. Me llevaron allí siendo casi un bebé y cuando salí era brujo. Ahora me dedico a trabajar la tierra y descargar barcos en el puerto.

- Vamos, vamos, señor Delin no se salte las preguntas. Al menos se ha dejado dos sin responder... Entonces ¿no sabes si tiene hermanos? ¿No recuerda a sus padres? Y oye, un brujo a que clase social pertenece?

Delin volvió a frenarla levantando la mano, visiblemente irritado por la insistencia del tapón, gruñendo cerró los ojos pensando en Muireall y Álainn para tranquilizarse.

- Trabajé en el ejercito de un tirano, y cuando las cosas se complicaron me fui, no quiero volver a ningún ejercito – le echó una mirada que no dejaba espacio a más preguntas sobre ese tema. – No… no creo que ellos estén orgullosos, hasta donde yo sé murieron. No tengo más familia. ¿Qué importan las clases sociales? ¿Para qué sirve eso?

- Interesante sisisi. – Katt anotaba muchas cosas en su trozo de pergamino, parecían garabatos sin sentido, pero para ella tenían mucho. - Entonces por lo que me ha dicho, no recuerda a sus padres, a su familia ni donde nació, asique su primer recuerdo ¿es con los brujos? ¿Y qué le hizo cambiar? En mis viajes por otros reinos he oído sobre usted y su crueldad pero aquí apenas le conocen y los pocos que si no dicen nada de eso

Delin volvió a gruñir aquella mujer con olor animal empezaba a ser realmente molesta.

- Si, me crié en casa de uno de ellos y hasta que fui a la academia. Lo primero que recuerdo es la cara de aquel tipo diciéndome que mis padres estaban muertos. Fui mercenario, asesino a sueldo, torturador… y de los mejores, ¿preferirías que siguiera siendo así? Ya no estarías viva. – le lanzó una mirada de odio gruñendo de nuevo, pero la reportera ni se inmutó, o decidió ignorarle - Conocí algunas personas que… me ayudaron.

Katt no se amedrentó ante la velada amenaza, era demasiado imprudente cuando su curiosidad estaba activa y estaba siendo saciada como para echarse atrás. Siguió anotando en su pergamino.

- Y quienes son esas personas que tanto han influido en ti? ¿Quién o qué puede conseguir que un asesino a sueldo cambie tanto para bien? ¿Aún mantiene el contacto con esas personas? ¿Vive con ellas?

Delin recordó a Mayo y a Elyon, hacía muchísimo tiempo que no sabía nada de ellos. Recordó como conoció a la mujer alada, recordó su primer encuentro con Muireall.

- No creo que las conozcas ni te importa, cambié y punto. – Hizo amago de levantase y marcharse, hablar de lo bueno de su vida aun le costaba más que nada, incluso pudo adivinarse un levísimo rubor al pensar en la selkie. Gruño y se dejó caer – Si no fuera por ella ya no estarías aquí preguntando.

- ¿Quién? ¿Ella? Oyoyoyoyoy… acaso el amor obró el milagro del cambio.

Delin se levanto furioso y se marchaba pero allí donde se girara los ojos de Katt se clavaban sus ojos castaños, ¿como podía ser que estuviera en todas partes con lo pequeñaja que era?

- No diré nombres! No sé qué quieres

- Está bien, está bien sin nombres, pero… ¿Vive con ella? ¿Habla con ella? ¿La ve?

- Sí – gruñendo.

Sonrisilla picara mientras anotaba más en su pergamino. Nuestro asesino reformado estaba enamorado!!!

- Casi hemos acabado aguante un poquito más. Ya para nuestro público, preguntas más sencillitas para conocerle a fondo ¿Por qué siempre va cubierto de tela? Más con este calor ¿Vive con lujos o en una casa pequeña? ¿Te gustaría que te recordaran cuando mueras? ¿Y cómo?

Viendo la cara del ex-capitán, descubrió que estaba llegando al límite, decidió que si respondía a esas sencillas preguntas se marcharía, de todos modos no iba a poder sacar mucho más.

- Voy cómodo así, - no iba a reconocer que no quería mostrar sus cicatrices, siempre conducían a más preguntas y aquella mujer ya era suficientemente preguntona. – Es una choza cómoda y sencilla, ¿acaso se necesita algo más? – gruñido – Una vez muerto ¿qué importa? No vas a saberlo de todos modos.

Katt se lanzó a dar un abrazo al hombre que no pudo esquivarla por la sorpresa.

- Has sido muy amable, gracias! - Katt le plantó un beso en la mejilla, y se alejó silbando feliz. Tarareando “Está enamorado! Está enamorado. - Y hasta aquí nuestra entrevista sorpresa a ex-capitán Delin Warlock, quizá en otro momento sepamos más sobre este misterioso hombre, asesino, mercenario sin escrúpulos que, movido por el amor, ha cambiado tanto. Quizá consigamos una entrevista con la persona que ha robado el corazón al hombre que recuperó los escrúpulos. Gracias por leernos!