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Dos entes y un objetivo
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Re: Dos entes y un objetivo
Alma sonrió ante la mención de las estrellas. Era algo que siempre había llamado su atención, una de las cosas más maravillosas que, en su opinión, había en el mundo. No se le escapó el tono melancólico de la voz de su compañero cuando mencionó a su mujer, y por eso intentó distraerlo un poco.
<< Son hermosas y tan mágicas... >> levantó un brazo y señaló una estrella. << Esa de ahí es la Estrella Polar. Siempre señala hacia el norte... está dentro de la constelación de la Osa Menor, que está formada por esas estrellas de menos brillo ... >> Movió el brazo y señaló una estrella un poco más allá, y luego trazó una figura en el aire, señalando diferentes estrellas, como si las uniese con una línea invisible. << Parece un cazo, pero a alguien se le ocurrió una vez que parecían una osa, por eso tiene ese nombre. >> sonrió mientras seguían caminando, sintiendo que aquel momento era especial y bonito.
Se calló un poco, mientras disfrutaba del momento y del lugar, con la cabeza vuelta hacia arriba mirando las estrellas. Es una gran ventaja el hecho de que la percepción de un fantasma no requiera de la vista, porque así podía asegurarse de qeu iba por un camino seguro sin necesidad de ir mirando al frente y así podía disfrutar de aquel maravilloso misterio que eran las estrellas.
<< El valle no está muy lejos. Pero tampoco tenemos prisa por llegar, ¿no es cierto? >>
Se rió y siguieron caminando.
<< Ésa es mi constelación favorita. >> comentó casi como si pensara en voz alta. De nuevo dibujó una forma en el aire, aunque estaba casi segura de que el demonio no podía saber exactamente a qué estrellas apuntaba. << Se llama Draco, la constelación del dragón. >>
Hizo una pausa, en la que se quedó contempándola absorta. Luego siguió adelante y, casi sin pensarlo, preguntó
<< ¿Cuál era su favorita? >>
<< Son hermosas y tan mágicas... >> levantó un brazo y señaló una estrella. << Esa de ahí es la Estrella Polar. Siempre señala hacia el norte... está dentro de la constelación de la Osa Menor, que está formada por esas estrellas de menos brillo ... >> Movió el brazo y señaló una estrella un poco más allá, y luego trazó una figura en el aire, señalando diferentes estrellas, como si las uniese con una línea invisible. << Parece un cazo, pero a alguien se le ocurrió una vez que parecían una osa, por eso tiene ese nombre. >> sonrió mientras seguían caminando, sintiendo que aquel momento era especial y bonito.
Se calló un poco, mientras disfrutaba del momento y del lugar, con la cabeza vuelta hacia arriba mirando las estrellas. Es una gran ventaja el hecho de que la percepción de un fantasma no requiera de la vista, porque así podía asegurarse de qeu iba por un camino seguro sin necesidad de ir mirando al frente y así podía disfrutar de aquel maravilloso misterio que eran las estrellas.
<< El valle no está muy lejos. Pero tampoco tenemos prisa por llegar, ¿no es cierto? >>
Se rió y siguieron caminando.
<< Ésa es mi constelación favorita. >> comentó casi como si pensara en voz alta. De nuevo dibujó una forma en el aire, aunque estaba casi segura de que el demonio no podía saber exactamente a qué estrellas apuntaba. << Se llama Draco, la constelación del dragón. >>
Hizo una pausa, en la que se quedó contempándola absorta. Luego siguió adelante y, casi sin pensarlo, preguntó
<< ¿Cuál era su favorita? >>
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
Re: Dos entes y un objetivo
Aunque escuchó a Alma atentamente, no dijo nada al respecto. Al fin y al cabo, él no sabía demasiado de esas cosas.
Seguía caminando y sonrió a Alma cuando ella contestó a su pregunta sobre el valle. A los dos se les veía contentos y caminar por el sendero en el que se encontraban, era muy cómodo. Sentía de vez en cuando una brisa rozar su cuerpo y era muy agradable la sensación que ésta proporcionaba. Le apenaba que su joven compañera no pudiera sentirlo. Se preguntaba cómo de diferente sería la vida para un fantasma.
Cuando de repente escuchó la pregunta de Alma, dejó de andar en seco. Fue un acto reflejo que consiguió volver a su lugar en seguida, caminando de nuevo. Pasó un rato hasta que Luthys contestó, pues estaba haciendo memoria.
- Creo recordar que se llamaba Águila. Aquila en lengua latina. - Hizo una pausa.- La verdad es que ella sabía mucho de muchas cosas, y me enseñó cientas de ellas. Lo malo es que ya sabes lo de mi memoria... hay cosas que debes deshechar para guardar otras nuevas. Aunque me acuerdo de la mayoría de cosas que ella me contó, no son ni la mitad de lo que debería haberme guardado. - Su voz acababa de quebrarse, por lo que esperó unos instantes antes de proseguir.- Sé que tú le habrías caído muy bien. Hay veces en las que me recuerdas tanto a ella... - Miró a Alma con un deje de tristeza tanto en sus ojos como en su voz.- Pero ya va siendo hora de que la vaya olvidando.
En absoluto estaba de acuerdo con su última frase, pero así era el carácter de los demonios. Nunca demostraban debilidad ante nadie, mientras pudieran evitarlo. Y, aunque estaba convencido de que no había sonado convincente, dijo esa barbaridad que en absoluto pensaba.
Seguía caminando y sonrió a Alma cuando ella contestó a su pregunta sobre el valle. A los dos se les veía contentos y caminar por el sendero en el que se encontraban, era muy cómodo. Sentía de vez en cuando una brisa rozar su cuerpo y era muy agradable la sensación que ésta proporcionaba. Le apenaba que su joven compañera no pudiera sentirlo. Se preguntaba cómo de diferente sería la vida para un fantasma.
Cuando de repente escuchó la pregunta de Alma, dejó de andar en seco. Fue un acto reflejo que consiguió volver a su lugar en seguida, caminando de nuevo. Pasó un rato hasta que Luthys contestó, pues estaba haciendo memoria.
- Creo recordar que se llamaba Águila. Aquila en lengua latina. - Hizo una pausa.- La verdad es que ella sabía mucho de muchas cosas, y me enseñó cientas de ellas. Lo malo es que ya sabes lo de mi memoria... hay cosas que debes deshechar para guardar otras nuevas. Aunque me acuerdo de la mayoría de cosas que ella me contó, no son ni la mitad de lo que debería haberme guardado. - Su voz acababa de quebrarse, por lo que esperó unos instantes antes de proseguir.- Sé que tú le habrías caído muy bien. Hay veces en las que me recuerdas tanto a ella... - Miró a Alma con un deje de tristeza tanto en sus ojos como en su voz.- Pero ya va siendo hora de que la vaya olvidando.
En absoluto estaba de acuerdo con su última frase, pero así era el carácter de los demonios. Nunca demostraban debilidad ante nadie, mientras pudieran evitarlo. Y, aunque estaba convencido de que no había sonado convincente, dijo esa barbaridad que en absoluto pensaba.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Dos entes y un objetivo
En un principio, Alma se asustó. La parada repentina de Luthys le hizo pensar que igual había herido sus sentimientos al preguntarle por ella. Entonces él reanudó su marcha y alma le siguió, sin apartar la vista de él. Le preocupaba haberle molestado y no sabía si diría algo al respecto.
Cuando empezó a hablar, la fantasma se relajó. Ciertamente parecía no haberle ofendido sino solo, quizá, sorprendido con su pregunta. A pesar de todo se dijo a sí misma que en adelante iría con más cuidado.
Cuando comentó que le recordaba a ella, algo recorrió a Alma por dentro. COmo una sacudida. Supo que, de no ser porque no tenía un cuerpo propio, se habría ruborizado hasta la raíz del pelo. Se preguntó por qué tenía esa reacción, pero cambió de idea y decidió que era mejor no pensar en eso apenas un momento después.
Era una tontería.
<< No creo que debas olvidar >> dijo, sin embargo. << Ella te dio muchas cosas, entre ellas las que te hicieron ser como eres. ¿Por qué olvidar? Es mejor recordar, mantenerla viva en tu corazón y en tu memoria. Recuerda todo lo bueno. >> hizo una pausa, pensando que quizá había hablado de más, pero decidió queya que había empezado, podría acabar de decir todo lo que pensaba.
<< Una vez alguien me dijo "Más vale haber amado y haber perdido que nunca haber amado". Sin ella aún seguirías siendo un demonio. Gracias a ella eres lo que eres, tienes un alma, una sensibilidad y una forma de ser completamente distintas de lo que se supone que deb ser un demonio. Si ahora lo olvidases todo... ¿cómo soportarías ser diferente? Tienes unas razones para ser como eres, para haber soportado lo que has soportado, y todo pasa por ella. Recuérdala, y recordarás por qué sigues vivo. Honra su memoria viviendo todo lo que puedas, disfrutando de las cosas que a ella le habría gustado disfrutar. Sé feliz. Aunque no la conozca, si realmente era como dices que era, eso es lo que habría querido para tí. >>
Se calló. todo lo que hubiese podido añadir no eran más que vueltas de tuerca a lo que ya había dicho. NO sabía si había hecho bien hablando tanto, pero había sentido la necesidad de hacerlo. Sabía que Luthys había dicho aquello sólo porque era lo que le tocaba decir, no creía que lo sintiese de verdad. Había visto la tristeza en sus ojos y había deseado poder borrarla con sus palabras. Había intentado darle una razón para seguir viviendo, una razón para aparcar el dolor que veía en sus ojos cada vez que hablaba de ella.
De alguna manera, sentía que aquel demonio había tenido suficiente sufrimiento. Apenas le conocía, pero sintió que hubiese dado cualquier cosa por que pudiese ser feliz después de todo lo que había luchado y soportado.
Habría dado su vida, o no vida, o lo que fuese que tuviera, si eso hubiese podido devolverle a Luthys la mitad que le faltaba, la única persona que le había hecho feliz en sus muchos siglos de vida. Así, al menos, podría haber sentido que su vida valía para algo. Aunque obviamente era algo imposible.
BAjó la cabeza y siguió flotado un poco por detrás del demonio, esperando su reacción
Cuando empezó a hablar, la fantasma se relajó. Ciertamente parecía no haberle ofendido sino solo, quizá, sorprendido con su pregunta. A pesar de todo se dijo a sí misma que en adelante iría con más cuidado.
Cuando comentó que le recordaba a ella, algo recorrió a Alma por dentro. COmo una sacudida. Supo que, de no ser porque no tenía un cuerpo propio, se habría ruborizado hasta la raíz del pelo. Se preguntó por qué tenía esa reacción, pero cambió de idea y decidió que era mejor no pensar en eso apenas un momento después.
Era una tontería.
<< No creo que debas olvidar >> dijo, sin embargo. << Ella te dio muchas cosas, entre ellas las que te hicieron ser como eres. ¿Por qué olvidar? Es mejor recordar, mantenerla viva en tu corazón y en tu memoria. Recuerda todo lo bueno. >> hizo una pausa, pensando que quizá había hablado de más, pero decidió queya que había empezado, podría acabar de decir todo lo que pensaba.
<< Una vez alguien me dijo "Más vale haber amado y haber perdido que nunca haber amado". Sin ella aún seguirías siendo un demonio. Gracias a ella eres lo que eres, tienes un alma, una sensibilidad y una forma de ser completamente distintas de lo que se supone que deb ser un demonio. Si ahora lo olvidases todo... ¿cómo soportarías ser diferente? Tienes unas razones para ser como eres, para haber soportado lo que has soportado, y todo pasa por ella. Recuérdala, y recordarás por qué sigues vivo. Honra su memoria viviendo todo lo que puedas, disfrutando de las cosas que a ella le habría gustado disfrutar. Sé feliz. Aunque no la conozca, si realmente era como dices que era, eso es lo que habría querido para tí. >>
Se calló. todo lo que hubiese podido añadir no eran más que vueltas de tuerca a lo que ya había dicho. NO sabía si había hecho bien hablando tanto, pero había sentido la necesidad de hacerlo. Sabía que Luthys había dicho aquello sólo porque era lo que le tocaba decir, no creía que lo sintiese de verdad. Había visto la tristeza en sus ojos y había deseado poder borrarla con sus palabras. Había intentado darle una razón para seguir viviendo, una razón para aparcar el dolor que veía en sus ojos cada vez que hablaba de ella.
De alguna manera, sentía que aquel demonio había tenido suficiente sufrimiento. Apenas le conocía, pero sintió que hubiese dado cualquier cosa por que pudiese ser feliz después de todo lo que había luchado y soportado.
Habría dado su vida, o no vida, o lo que fuese que tuviera, si eso hubiese podido devolverle a Luthys la mitad que le faltaba, la única persona que le había hecho feliz en sus muchos siglos de vida. Así, al menos, podría haber sentido que su vida valía para algo. Aunque obviamente era algo imposible.
BAjó la cabeza y siguió flotado un poco por detrás del demonio, esperando su reacción
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
Re: Dos entes y un objetivo
Sabía que ella tenía razón, lo sabía. Una vez escuchó todo lo que Alma dijo, Luthys no habló. Le dió vueltas y vueltas dentro de su cabeza a las palabras de Alma y a sus propios pensamientos.
No quería olvidarla. Pero estaba convencido de que sería lo mejor. Al fin y al cabo, a él podían quedarle siglos y siglos en el mundo y no iba a ser capaz de soportar toda la vida pensando en ella y echándola de menos. Así como estaba seguro de que no iba a encontrar a nadie capaz de suplantarla dentro de su corazón.
No, los demonios no se enamoraban. Nunca. Ningún demonio se había enamorado jamás... O eso era lo que contaban los de su raza, aunque dudaba de ello continuamente. Era imposible que sólo a él le hubiera ocurrido el enamorarse de una humana. ¿Por qué no iba cualquier otro demonio a enamorarse de nadie? Eso no podía ser verdad.
- Alma- dijo de repente con voz apagada - No sé si seré capaz de olvidarla o de aprender a recordarla sin que me duela...- hizo una pausa, dejó de caminar y se giró para mirarla a los ojos - Pero tengo que conseguirlo.
De haber sido humano hubiera roto a llorar en ese mismo instante, pero se trataba de un demonio y, aunque pudieran hacerlo, no lo hacían. Él sólo había llorado el día en que la perdió y no estaba dispuesto a repetirlo tan pronto.
En esos momentos, con el silencio y la oscuridad de la noche, quería un abrazo. No deseaba nada más. Un abrazo le proporcionaría apoyo como nada en el mundo era capaz de conseguirlo. Ella le enseñó a abrazar, y fue uno de los aprendizajes que más valoraba desde entonces. Consideraba que no hay en el mundo nada mejor que un abrazo.
No quería olvidarla. Pero estaba convencido de que sería lo mejor. Al fin y al cabo, a él podían quedarle siglos y siglos en el mundo y no iba a ser capaz de soportar toda la vida pensando en ella y echándola de menos. Así como estaba seguro de que no iba a encontrar a nadie capaz de suplantarla dentro de su corazón.
No, los demonios no se enamoraban. Nunca. Ningún demonio se había enamorado jamás... O eso era lo que contaban los de su raza, aunque dudaba de ello continuamente. Era imposible que sólo a él le hubiera ocurrido el enamorarse de una humana. ¿Por qué no iba cualquier otro demonio a enamorarse de nadie? Eso no podía ser verdad.
- Alma- dijo de repente con voz apagada - No sé si seré capaz de olvidarla o de aprender a recordarla sin que me duela...- hizo una pausa, dejó de caminar y se giró para mirarla a los ojos - Pero tengo que conseguirlo.
De haber sido humano hubiera roto a llorar en ese mismo instante, pero se trataba de un demonio y, aunque pudieran hacerlo, no lo hacían. Él sólo había llorado el día en que la perdió y no estaba dispuesto a repetirlo tan pronto.
En esos momentos, con el silencio y la oscuridad de la noche, quería un abrazo. No deseaba nada más. Un abrazo le proporcionaría apoyo como nada en el mundo era capaz de conseguirlo. Ella le enseñó a abrazar, y fue uno de los aprendizajes que más valoraba desde entonces. Consideraba que no hay en el mundo nada mejor que un abrazo.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Dos entes y un objetivo
Alma levantó la cabeza cuando él habló. Pudo sentir la tristeza que había tras sus apagadas palabras, el dolor que todo aquello le producía. Cuando la miró directamente, vio nítidamente por primera vez el infinito pozo de negrura y desesperación que se escondía tras sus llameantes ojos.
Su última frase le hizo un nudo en el estómago. Había visto suficiente del demonio como para saber el esfuerzo que le costaría, el tiempo que tardaría, la tristeza y el dolor que aguantaría antes de que pudiese recordarla y sonreir, sabiendo que estaba honrando su memoria disfrutando de la vida.
Gracias a su percepción de las cosas como fantasma pudo notar la tensión, la pena que flotaba en el ambiente. se sintió abrumada por aquel peso que Luthys cargaba y sintió, por enésima vez auqel día, que habría dado cualquier cosa por poder ayudarle. Incluso deseó poder confortarle con algo que no fuesen las palabras.
Las palabras nunca se le habían dado bien.
Alma flotó un poco más cerca de Luthys, y levantó una mano que quedó suspendida en el aire, indecisa. Finalmente se decidió y la acercó a su hombro tímidamente, dejándola a la distancia a la que una mano normal le habría tocado. Como cuando le había rozado en la habitación, pero esta vez no fue un contacto fugaz.
Quiso poder ser corpórea para que aquello fuese real. PEro como no lo era sintió la necesidad de dcir algo para apoar aquel consuelo tan nimio ya que dudaba incluso que pudiese sentir algo más que un ligero escalofrio donde ella había acercado la mano.
<< Lo conseguirás. >>
No sabía si aquello serviría. SI hubiese sido distinto, si ella hubiese estado segura de que lo notaría o de que podría hacerlo, le habría abrazado. A ella siempre le había parecido que un abrazo es el mejor consuelo para el alma, siempre había creído que la gente no era capaz de ver el verdadero valor de aquel acto. Pero cuando tenía cuerpo no había intentado abrirles los ojos y ahora que le hubiese gustado intentarlo y demostrar todo lo que un abrazo podía significar,era incapaz de darlos.
Así qeu se mantuvo flotando frente a él, mirándole a los ojos con una expresión de profunda compresión salpicada de la misma tristeza del demonio, con su mano rozando su hombro.
Ójala, decia su mirada, ójala pudiese hacer algo más por tí.
Su última frase le hizo un nudo en el estómago. Había visto suficiente del demonio como para saber el esfuerzo que le costaría, el tiempo que tardaría, la tristeza y el dolor que aguantaría antes de que pudiese recordarla y sonreir, sabiendo que estaba honrando su memoria disfrutando de la vida.
Gracias a su percepción de las cosas como fantasma pudo notar la tensión, la pena que flotaba en el ambiente. se sintió abrumada por aquel peso que Luthys cargaba y sintió, por enésima vez auqel día, que habría dado cualquier cosa por poder ayudarle. Incluso deseó poder confortarle con algo que no fuesen las palabras.
Las palabras nunca se le habían dado bien.
Alma flotó un poco más cerca de Luthys, y levantó una mano que quedó suspendida en el aire, indecisa. Finalmente se decidió y la acercó a su hombro tímidamente, dejándola a la distancia a la que una mano normal le habría tocado. Como cuando le había rozado en la habitación, pero esta vez no fue un contacto fugaz.
Quiso poder ser corpórea para que aquello fuese real. PEro como no lo era sintió la necesidad de dcir algo para apoar aquel consuelo tan nimio ya que dudaba incluso que pudiese sentir algo más que un ligero escalofrio donde ella había acercado la mano.
<< Lo conseguirás. >>
No sabía si aquello serviría. SI hubiese sido distinto, si ella hubiese estado segura de que lo notaría o de que podría hacerlo, le habría abrazado. A ella siempre le había parecido que un abrazo es el mejor consuelo para el alma, siempre había creído que la gente no era capaz de ver el verdadero valor de aquel acto. Pero cuando tenía cuerpo no había intentado abrirles los ojos y ahora que le hubiese gustado intentarlo y demostrar todo lo que un abrazo podía significar,era incapaz de darlos.
Así qeu se mantuvo flotando frente a él, mirándole a los ojos con una expresión de profunda compresión salpicada de la misma tristeza del demonio, con su mano rozando su hombro.
Ójala, decia su mirada, ójala pudiese hacer algo más por tí.
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
Re: Dos entes y un objetivo
Siguió con la mirada fija en Alma. Aunque quería agachar la cabeza no era capaz. Necesitaba saber que no estaba solo. Y asi parecía seguro que Alma estaba con él. Los ojos de la chica lo decían. Luthys había aprendido muchas cosas de los humanos, y aunque ahora fuera un fantasma, Alma era tan humana como cualquier otro, y su rostro mostaba apoyo a él.
Cuando Alma le "tocó", Luthys deseó con todas sus fuerzas que fuera real, que pudiera sentir su tacto caliente... Pero no fue así. Apenas un leve roce, como si de viento se tratara, le rozó el hombro. El demonio sintió rabia por dentro, pero tal era su estado de tristeza que ni siquiera esa rabia intentó salir fuera.
- Gracias, Alma- Consiguió sonreír, y lo hizo sinceramente. De no haber sido por aquel espectro que se cruzó en su camino incluso podría haber muerto. Estaba muy agradecido a Alma y a su presencia y compañía.
Al fin se dió la vuelta, suspiró y dijo:
- Bueno, dejemos el tema por el momento, ya habrá tiempo de volver a él más adelante.- Su voz sonaba más relajada y algo menos triste. - ¿Falta mucho para llegar a ese valle? - Se giró de nuevo para mirar a la fantasma y dijo guiñando un ojo: -[b] Estoy deseando ver algún pegaso.
Lo cierto es que así era, pues sabía que para olvidar lo mejor era no pensar.
Cuando Alma le "tocó", Luthys deseó con todas sus fuerzas que fuera real, que pudiera sentir su tacto caliente... Pero no fue así. Apenas un leve roce, como si de viento se tratara, le rozó el hombro. El demonio sintió rabia por dentro, pero tal era su estado de tristeza que ni siquiera esa rabia intentó salir fuera.
- Gracias, Alma- Consiguió sonreír, y lo hizo sinceramente. De no haber sido por aquel espectro que se cruzó en su camino incluso podría haber muerto. Estaba muy agradecido a Alma y a su presencia y compañía.
Al fin se dió la vuelta, suspiró y dijo:
- Bueno, dejemos el tema por el momento, ya habrá tiempo de volver a él más adelante.- Su voz sonaba más relajada y algo menos triste. - ¿Falta mucho para llegar a ese valle? - Se giró de nuevo para mirar a la fantasma y dijo guiñando un ojo: -[b] Estoy deseando ver algún pegaso.
Lo cierto es que así era, pues sabía que para olvidar lo mejor era no pensar.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Dos entes y un objetivo
<< De nada >>
Alma le devolvió la sonrisa, aunque con un deje de tristeza. Se alegraba de haberleservido de algo, pero sabía que podía haber hecho más. Bueno, no era realmente algo que pudiese hacer, pero sí algo que habría ayudado más aún a su amigo. Y se sentía una inútil por no poder dárselo, aun sabiendo perfectamente qué necesitaba.
El ambiente se distendió un poco, ela gobio y la pena se dispersaron con la brisa, aunque quedó un poso en torno a la fantasma y al demonio, apenas perceptible.
POr fin echaron a andar de nuevo.
<< No, no debe quedar mucho >> sonrió de nuevo ante la carantoña de Luthys, esta vez sin el asomo de tristeza. << Yo también estoy deseando ver alguno... >>
Apenas había hablado cuando pasaron unos árboles y , de pronto, una enorme extensión se abrió ante ellos. El cielo se veía espléndido, salpicado por un millón de estrellas uqe relucían y que ahora se veían nítidamente. El valle se extendía a sus pies y casi parecia no terminar.
<< Vaya, creo que ya hemos llegado >>
Soltó una risita y miró a su alrededor encantada.
Se fijó un poco mejor en las sombras de los montículos y árboles del valle. Entonces empezó a distinguir a unos cuantos pegasos descansando, pastando...
Y una sombra cruzó veloz por encima de ellos.
<< ¡¡¡MIRA LUTHYS!!! ¡¡¡Son pegasos!!! >>
Se volvió al demonio con los ojos brillantes sin poder contener la emoción.
Alma le devolvió la sonrisa, aunque con un deje de tristeza. Se alegraba de haberleservido de algo, pero sabía que podía haber hecho más. Bueno, no era realmente algo que pudiese hacer, pero sí algo que habría ayudado más aún a su amigo. Y se sentía una inútil por no poder dárselo, aun sabiendo perfectamente qué necesitaba.
El ambiente se distendió un poco, ela gobio y la pena se dispersaron con la brisa, aunque quedó un poso en torno a la fantasma y al demonio, apenas perceptible.
POr fin echaron a andar de nuevo.
<< No, no debe quedar mucho >> sonrió de nuevo ante la carantoña de Luthys, esta vez sin el asomo de tristeza. << Yo también estoy deseando ver alguno... >>
Apenas había hablado cuando pasaron unos árboles y , de pronto, una enorme extensión se abrió ante ellos. El cielo se veía espléndido, salpicado por un millón de estrellas uqe relucían y que ahora se veían nítidamente. El valle se extendía a sus pies y casi parecia no terminar.
<< Vaya, creo que ya hemos llegado >>
Soltó una risita y miró a su alrededor encantada.
Se fijó un poco mejor en las sombras de los montículos y árboles del valle. Entonces empezó a distinguir a unos cuantos pegasos descansando, pastando...
Y una sombra cruzó veloz por encima de ellos.
<< ¡¡¡MIRA LUTHYS!!! ¡¡¡Son pegasos!!! >>
Se volvió al demonio con los ojos brillantes sin poder contener la emoción.
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
Re: Dos entes y un objetivo
Agradeció a ALma que dejara el tema y que siguieran caminando con otro ánimo. Al parecer, esa conversación le gustaba tanto a ella como a él, por lo que cuanto antes la dejaran a un lado, antes disfrutarían del viaje.
Poco después de seguir caminando, se encontraron de frente con lo que parecía ser el valle que buscaban. Aún bajo la noche, se notaba su gran extensión, bañada por la luz de las estrellas. El demonio esperaba que fuera igual de bonito de ver por la mañana.
Oyó entonces la voz de Alma, y buscó su rostro rápidamente. No pudo más que sonreír cuando vio sus ojos brillando de emoción y una amplia sonrisa atravesando su cara. Siguió la mirada de la chica y entonces pudo ver él también a los pegasos. Soltó un silvido de asombro. Aquellos animales eran realmente bellos. En la oscuridad de la noche, el color blanco que los bañaba brillaba intensamente. Se encontraban relajados, con sus grandes alas posadas en sus lomos. La escena era realmente impresionante.
Buscó de nuevo el rostro de Alma. Le encantó encontrarla totalmente ensimismada contemplando a aquellos animales blancos. Él dirigió de nuevo la vista hacia ellos.
- ¿Crees que podremos acercarnos?- preguntó. Estaba seguro de que a Alma le encantaría la idea, incluso aunque no pudiera tocarlos. Y, aunque no lo reconociera, a él también.
De pronto miró al cielo, pues uno de los pegasos llegaba surcando el cielo hasta posarse en el suelo, junto a los demás de su especie. Era alucinante.
Poco después de seguir caminando, se encontraron de frente con lo que parecía ser el valle que buscaban. Aún bajo la noche, se notaba su gran extensión, bañada por la luz de las estrellas. El demonio esperaba que fuera igual de bonito de ver por la mañana.
Oyó entonces la voz de Alma, y buscó su rostro rápidamente. No pudo más que sonreír cuando vio sus ojos brillando de emoción y una amplia sonrisa atravesando su cara. Siguió la mirada de la chica y entonces pudo ver él también a los pegasos. Soltó un silvido de asombro. Aquellos animales eran realmente bellos. En la oscuridad de la noche, el color blanco que los bañaba brillaba intensamente. Se encontraban relajados, con sus grandes alas posadas en sus lomos. La escena era realmente impresionante.
Buscó de nuevo el rostro de Alma. Le encantó encontrarla totalmente ensimismada contemplando a aquellos animales blancos. Él dirigió de nuevo la vista hacia ellos.
- ¿Crees que podremos acercarnos?- preguntó. Estaba seguro de que a Alma le encantaría la idea, incluso aunque no pudiera tocarlos. Y, aunque no lo reconociera, a él también.
De pronto miró al cielo, pues uno de los pegasos llegaba surcando el cielo hasta posarse en el suelo, junto a los demás de su especie. Era alucinante.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Dos entes y un objetivo
Alma no podía dejar de mirar aquellos hermosos animales. Eran aún más magníficos de lo que había leído y de lo que había imaginado. Si hubiese respirado, aquella visión le habría sorpredido tanto que se habría quedado sin aire.
Hacía tiempo que no se emocionaba tanto con la visión de un paraje y de unos animales.
Miró a Luthys cuando él preguntó si podrían acercarse.
<< ¡¡Claro!! >>
Casi sin pensarlo, echó a andar. En ese momento no recordaba qeu no podría tocarlos, tampoco se le pasó por la cabeza que aquellos animales tan puros se pudiesen revolver ante la presencia de Luthys y de su aura demoníaca. Sencillamente estaba tan emocionada que olvidó absolutamente todo lo que no fuese la visión de aquellos fabulosos animales de alas blancas qeu relucían bajo las estrellas.
Se acercó a uno y alargó la mano. Fue en ese momento cuando recordó lo que era, al ver su translúcido brazo. Se quedó un segundo quieta, como volviendo a la realidad, mientras mantenía la vista fija en la mano. De repente el entsiasmo empezó a decaer, poco a poco. No iba a poder tocarlos, ni siquiera sabrían que estaba allí.Como tantas otras cosas, sólo podría contemplarlos. Hubiese querido llorar.
Entonces,el pegaso al que se había acercado, se giró. alma no se percató de ello, hasta que los ojos del animal estuvieron justo a la altura de los suyos. Le costó un poco darse cuenta de que la miraba, directamente a ella. La tristeza dejó paso a la incredulidad y la esperanza.
<< ¿Puedes verme? >>
El pensamiento salió de su cabeza casi sin que se diera cuenta, ya que ni siquiera sabía si el animal podría oírla. Pero eso no importaba porque podía verla. Alma había olvidado que muchos animales son más sensibles a lo sobrenatural que las razas más inteligentes. Y el animal que tenía delante era, además, uno de los más mágicos que podría encontrar, y por ello podía verla. Alma lo olvidó todo de nuevo, sumida en una profunda emoción, y extendió un poco más la mano para tocar el cuello del bello animal. Detuvo el avance de su brazo justo antes de que lo atravesara, sacudida por una extraña sensación.
Era como si pudiese tocarlo. Obviamente no lo estaba tocando, pero el animal poseía uan cantidad ingente de energía mágica en bruto que se escapaba de su cuerpo material, rodeándolo y había chocado con la energía de Alma. Era una sensación rara, demasiado como para intentar describirla, pero aquella sensación le devolvió la euforia inicial de cuando los acababa de ver. Se volvió a Luthys con una sonrisa. Habría tendio los ojos vidriosos de la emoción si hubiese podido.
<< Lo... Lo estoy tocando! >>
Hacía tiempo que no se emocionaba tanto con la visión de un paraje y de unos animales.
Miró a Luthys cuando él preguntó si podrían acercarse.
<< ¡¡Claro!! >>
Casi sin pensarlo, echó a andar. En ese momento no recordaba qeu no podría tocarlos, tampoco se le pasó por la cabeza que aquellos animales tan puros se pudiesen revolver ante la presencia de Luthys y de su aura demoníaca. Sencillamente estaba tan emocionada que olvidó absolutamente todo lo que no fuese la visión de aquellos fabulosos animales de alas blancas qeu relucían bajo las estrellas.
Se acercó a uno y alargó la mano. Fue en ese momento cuando recordó lo que era, al ver su translúcido brazo. Se quedó un segundo quieta, como volviendo a la realidad, mientras mantenía la vista fija en la mano. De repente el entsiasmo empezó a decaer, poco a poco. No iba a poder tocarlos, ni siquiera sabrían que estaba allí.Como tantas otras cosas, sólo podría contemplarlos. Hubiese querido llorar.
Entonces,el pegaso al que se había acercado, se giró. alma no se percató de ello, hasta que los ojos del animal estuvieron justo a la altura de los suyos. Le costó un poco darse cuenta de que la miraba, directamente a ella. La tristeza dejó paso a la incredulidad y la esperanza.
<< ¿Puedes verme? >>
El pensamiento salió de su cabeza casi sin que se diera cuenta, ya que ni siquiera sabía si el animal podría oírla. Pero eso no importaba porque podía verla. Alma había olvidado que muchos animales son más sensibles a lo sobrenatural que las razas más inteligentes. Y el animal que tenía delante era, además, uno de los más mágicos que podría encontrar, y por ello podía verla. Alma lo olvidó todo de nuevo, sumida en una profunda emoción, y extendió un poco más la mano para tocar el cuello del bello animal. Detuvo el avance de su brazo justo antes de que lo atravesara, sacudida por una extraña sensación.
Era como si pudiese tocarlo. Obviamente no lo estaba tocando, pero el animal poseía uan cantidad ingente de energía mágica en bruto que se escapaba de su cuerpo material, rodeándolo y había chocado con la energía de Alma. Era una sensación rara, demasiado como para intentar describirla, pero aquella sensación le devolvió la euforia inicial de cuando los acababa de ver. Se volvió a Luthys con una sonrisa. Habría tendio los ojos vidriosos de la emoción si hubiese podido.
<< Lo... Lo estoy tocando! >>
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
Re: Dos entes y un objetivo
Notó la total alegría en el rostro de Alma. Obviamente estaba encantada de acercarse a esos animales fantásticos. Y él estaba deseando verla hacerlo.
Era curioso: le encantaba verla feliz, como si él fuera igual de feliz cuando ella lo era.
Caminó tras la chica fantasma hasta que llegaron al lado de los pegasos. Luthys permaneció algo más atrás, quería comprobar que su aura demoníaca no alertaba a los animales. Además, quería ver actuar a Alma.
Al parecer, Alma estaba algo desanimada, y él supuso que sería por el hecho de ser un fantasma. No iba a poder acariciar a los animales, y ellos... Un momento. Uno de los pegasos se había cambiado de postura, mirando fijamente a Alma a los ojos. El demonio quedó sin aliento, observando la escena para no perderse detalle. ¿Realmente el animal notaba la presencia de Alma? ¿Era eso posible?
Al parecer sí que lo era. Finalmente la chica tocó al animal. Aunque no de la misma forma en la que hubiera acariciado un humano, sabía que para ella era más de lo que podía haber esperado.
Cuando Alma se giró para mirarle con gesto emocionada, él le dedicó una amplia sonrisa y se acercó también a los animales. Él también estaba emocionado, pero no quiso tocarlos. Al fin y al cabo, era un demonio, los demonios no hacían esas cosas... ¿no?
- No lo entiendo.- dijo al cabo de un momento.- ¿Cómo puedes tocarlos? ¿Se supone que eso es normal?
¿Por qué a él no podía tocarlo pero a esos animales sí?
Era curioso: le encantaba verla feliz, como si él fuera igual de feliz cuando ella lo era.
Caminó tras la chica fantasma hasta que llegaron al lado de los pegasos. Luthys permaneció algo más atrás, quería comprobar que su aura demoníaca no alertaba a los animales. Además, quería ver actuar a Alma.
Al parecer, Alma estaba algo desanimada, y él supuso que sería por el hecho de ser un fantasma. No iba a poder acariciar a los animales, y ellos... Un momento. Uno de los pegasos se había cambiado de postura, mirando fijamente a Alma a los ojos. El demonio quedó sin aliento, observando la escena para no perderse detalle. ¿Realmente el animal notaba la presencia de Alma? ¿Era eso posible?
Al parecer sí que lo era. Finalmente la chica tocó al animal. Aunque no de la misma forma en la que hubiera acariciado un humano, sabía que para ella era más de lo que podía haber esperado.
Cuando Alma se giró para mirarle con gesto emocionada, él le dedicó una amplia sonrisa y se acercó también a los animales. Él también estaba emocionado, pero no quiso tocarlos. Al fin y al cabo, era un demonio, los demonios no hacían esas cosas... ¿no?
- No lo entiendo.- dijo al cabo de un momento.- ¿Cómo puedes tocarlos? ¿Se supone que eso es normal?
¿Por qué a él no podía tocarlo pero a esos animales sí?
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Dos entes y un objetivo
Alma se volvió a Luthys sin romper el contactoc on el animal.
<< En realidad no lo estoy tocando es... es como si su energía mágia creara un campo contra el que mi esencia puede chocar. Me resulta esxtraño, pero es lo más parecido a tocar que he hecho en mucho tiempo. >>
Sonrió, y miró al pegaso otra vez, pero a volverse su sonrisa disminuyó. Le pareció ver una soombra cruzando la mirada del demonio. ¿Decepción? No estaba segura.
Se separó del pegaso y se acercó a él. SE quedó un momento quieta y luego sonrió.
<< Ven, compruébalo tú mismo. Estoy segura de que tú también lo notas incluso al tocarlo de verdad. >>
Flotó de nuevo junto al pegaso y alargó la mano para rodearle el cuello y acariciarlo de aquella forma tan extraña. Luego miró a Luhys, sonrió y le indicó que se acercara.
<< Vamos, inténtalo >>
<< En realidad no lo estoy tocando es... es como si su energía mágia creara un campo contra el que mi esencia puede chocar. Me resulta esxtraño, pero es lo más parecido a tocar que he hecho en mucho tiempo. >>
Sonrió, y miró al pegaso otra vez, pero a volverse su sonrisa disminuyó. Le pareció ver una soombra cruzando la mirada del demonio. ¿Decepción? No estaba segura.
Se separó del pegaso y se acercó a él. SE quedó un momento quieta y luego sonrió.
<< Ven, compruébalo tú mismo. Estoy segura de que tú también lo notas incluso al tocarlo de verdad. >>
Flotó de nuevo junto al pegaso y alargó la mano para rodearle el cuello y acariciarlo de aquella forma tan extraña. Luego miró a Luhys, sonrió y le indicó que se acercara.
<< Vamos, inténtalo >>
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
Re: Dos entes y un objetivo
Siguió observando a Alma mientras su cabeza daba vueltas al asunto de el "tacto" de Alma. Era muy extraño. Él también debía haber sentido algo como ese pegaso. No era justo. A él le hacía mucha falta un contacto físico en aquellos momentos.
Miró al cielo, como si esperara que éste le diera una explicación. Después, volvió a mirar a Alma. La chica insistía en que él tocara también a esos animales. Pero algo por dentro se lo impedía.
Notaba como dentro de él comenzaba a crecer cierto mal humor. Estaba seguro de que la situación lo estaba provocando. Odiaba a esos animales. ¿Qué tenían que a él le faltara? El mundo era cruel...y él comenzaba a desvariar.
Se debatía entre su interior bueno y su interior demoníaco, y sabía a ciencia cierta que, en la mayoría de las ocasiones, no ganaba el bueno.
- Alma - comenzó a decir mientras se alejaba lentamente.- Será mejor que nos vayamos. O, bueno, me iré yo. Veo que estás muy entretenida con esos animales - La última frase sonó con un tono muy malo y se odió a sí mismo por no haberlo visto venir. No quería seguir hablando para no llegar a hacerle daño a Alma, pero la cosa estaba complicada.
Siguió alejándose, se giró y echó a andar lentamente en dirección contraria a los pegasos.
¡Maldita su raza!
Miró al cielo, como si esperara que éste le diera una explicación. Después, volvió a mirar a Alma. La chica insistía en que él tocara también a esos animales. Pero algo por dentro se lo impedía.
Notaba como dentro de él comenzaba a crecer cierto mal humor. Estaba seguro de que la situación lo estaba provocando. Odiaba a esos animales. ¿Qué tenían que a él le faltara? El mundo era cruel...y él comenzaba a desvariar.
Se debatía entre su interior bueno y su interior demoníaco, y sabía a ciencia cierta que, en la mayoría de las ocasiones, no ganaba el bueno.
- Alma - comenzó a decir mientras se alejaba lentamente.- Será mejor que nos vayamos. O, bueno, me iré yo. Veo que estás muy entretenida con esos animales - La última frase sonó con un tono muy malo y se odió a sí mismo por no haberlo visto venir. No quería seguir hablando para no llegar a hacerle daño a Alma, pero la cosa estaba complicada.
Siguió alejándose, se giró y echó a andar lentamente en dirección contraria a los pegasos.
¡Maldita su raza!
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Dos entes y un objetivo
A la fantasma le preocupó d veras la reacción del demonio. PArecía molesto, y notaba como su enfado crecía poco a poco.Se separó del pegaso y flotó un poco hacia delante, pero las palabras de Luthys le pararon en el sitio.
Se marchaba. Y lo peor es que en ese momento la fantasma era incapaz de ir tras él, de impedírselo. La emoción y la alegría habían desaparecido tan e repente que no podía reaccionar, sólo intentar entender qué había pasado y cuándo... porque le parecía que se había perdido algo.
Le vio alejarse mientras su cabeza bullía de pensamientos. Sus últimas palabras habían sido para Alma como un veneno que se extendió rápidamente por todo su pensamiento.
Culpable. Tenía la culpa de lo que estaba pasando. Si no se hubiese empeñado en ir a ver los pegasos, si tan siquiera no lo hubiese sugerido, aquello no estaría ocurriendo. Si hubiese dejaod a un lado al animal y se hubiese quedado junto a Luthys en lugar de intentar que él lo tocara... si no hubiese intentado tocaral pegaso... si no...
De repente notó algo que la sacó de su estado de shock. El pegaso había acercado su morro a la palama de la mano de la fantasma, y esa sensación como eléctrica había velto.
alma miró al pegaso un segundo, luego buscó a Luthys con la mirada.
<< Luthys, ¡Espera! >> Sentía un nudo en el estómago, o el equivalente a eso para un fantasma queno tiene cuerpo propio. Aquello no tenía que estar pasando.
<< ¡Por favor, espera! >>
Inició un acercamintoalgo torpe, flotando detrás del demonio, a veces parándose a veces intentando alcanzarle. No sabía qué era lo que debía hacer. Se sentía perdida.
Había llegado allí para disfrutar aquello con el demonio, para intentar hacerle ver las cosas buenas que el mundo aún tenía y que él tenía que ver... por aquella a quien había amado. No lo había hecho para que se pelearan, para que él se sintiese...
¿cómo podía sentirse?
Alma sondeó el ambiente con su percepción mientras intentaba alcanzarlo, pero no lograba distinguir las sensaciones. ¿Impotencia?¿Frustración? Aquello era lo mismo que ella había sentido al no poder abrazarle. PEro ella no tenía la culpa de que el pegaso fuese distinto a él y pudiera hacer algo parecido a tocarlo...
¿acaso estaba decepcionado? Alma se alarmó ante ese pensamiento. Quizá le había decepcionado. Tenía sus motivos. Igual había prestado demasiada atención a los pegasos y no se había dado cuenta de algo que molestaba a su compañero. Quizá se le había pasado algo importante por alto...
Se maldijo a sí misma por ser tan torpe, aunque ni siquiera sabía si era aquello lo que le ocurria a Luthys. DE todas formas seguía sintiéndose culpable.
Por fin le dio alcance.
<< Por favor no te vayas. >>
Alargó la mano como lo habría hecho cualquier persona, para obligarle a darse la vuelta, pero en el último momento se detuvo. Bajó la mano y con ella la cabeza, había estado a punto de volver a cometer otro error...
<< Lo siento. >>
No sabía qué más hacer. Tenía miedo de aumentar su enfado, de hacer algo queno debí, a´si que se mantuvo quieta.
Cruzó los dedos para que él atendiese a su petición y se quedara. NO quería que se fuera y quedarse sola de nuevo...
Se marchaba. Y lo peor es que en ese momento la fantasma era incapaz de ir tras él, de impedírselo. La emoción y la alegría habían desaparecido tan e repente que no podía reaccionar, sólo intentar entender qué había pasado y cuándo... porque le parecía que se había perdido algo.
Le vio alejarse mientras su cabeza bullía de pensamientos. Sus últimas palabras habían sido para Alma como un veneno que se extendió rápidamente por todo su pensamiento.
Culpable. Tenía la culpa de lo que estaba pasando. Si no se hubiese empeñado en ir a ver los pegasos, si tan siquiera no lo hubiese sugerido, aquello no estaría ocurriendo. Si hubiese dejaod a un lado al animal y se hubiese quedado junto a Luthys en lugar de intentar que él lo tocara... si no hubiese intentado tocaral pegaso... si no...
De repente notó algo que la sacó de su estado de shock. El pegaso había acercado su morro a la palama de la mano de la fantasma, y esa sensación como eléctrica había velto.
alma miró al pegaso un segundo, luego buscó a Luthys con la mirada.
<< Luthys, ¡Espera! >> Sentía un nudo en el estómago, o el equivalente a eso para un fantasma queno tiene cuerpo propio. Aquello no tenía que estar pasando.
<< ¡Por favor, espera! >>
Inició un acercamintoalgo torpe, flotando detrás del demonio, a veces parándose a veces intentando alcanzarle. No sabía qué era lo que debía hacer. Se sentía perdida.
Había llegado allí para disfrutar aquello con el demonio, para intentar hacerle ver las cosas buenas que el mundo aún tenía y que él tenía que ver... por aquella a quien había amado. No lo había hecho para que se pelearan, para que él se sintiese...
¿cómo podía sentirse?
Alma sondeó el ambiente con su percepción mientras intentaba alcanzarlo, pero no lograba distinguir las sensaciones. ¿Impotencia?¿Frustración? Aquello era lo mismo que ella había sentido al no poder abrazarle. PEro ella no tenía la culpa de que el pegaso fuese distinto a él y pudiera hacer algo parecido a tocarlo...
¿acaso estaba decepcionado? Alma se alarmó ante ese pensamiento. Quizá le había decepcionado. Tenía sus motivos. Igual había prestado demasiada atención a los pegasos y no se había dado cuenta de algo que molestaba a su compañero. Quizá se le había pasado algo importante por alto...
Se maldijo a sí misma por ser tan torpe, aunque ni siquiera sabía si era aquello lo que le ocurria a Luthys. DE todas formas seguía sintiéndose culpable.
Por fin le dio alcance.
<< Por favor no te vayas. >>
Alargó la mano como lo habría hecho cualquier persona, para obligarle a darse la vuelta, pero en el último momento se detuvo. Bajó la mano y con ella la cabeza, había estado a punto de volver a cometer otro error...
<< Lo siento. >>
No sabía qué más hacer. Tenía miedo de aumentar su enfado, de hacer algo queno debí, a´si que se mantuvo quieta.
Cruzó los dedos para que él atendiese a su petición y se quedara. NO quería que se fuera y quedarse sola de nuevo...
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
Re: Dos entes y un objetivo
A pesar de que no quería irse, era exactamente lo que estaba haciendo. ¿Cuándo iba a dejar de atomentarle y darle problemas su yo demoníaco? Él ya no quería ser un demonio, y habría llorado de impotencia en ese instante, de no ser porque oyó la voz de Alma.
La chica le estaba llamando. Su voz sonaba desesperada, pero, ¿qué podía hacer él? Sabía perfectamente que hora no era Luthys quien actuaba, sino su yo interno, ese que no le dejaba disfrutar de las cosas buenas de la vida. Siguió caminando a paso lento, algo dentro de él no quería irse. Pisó una rama que había en el suelo y miró hacia ella. La había partido en dos. Igual que iba a acabar haciendo con el corazón de aquella chica, o lo que fuera que tuviese siendo un fantasma.
No quería hacerle más daño, pero tampoco podía separarse de ella. Había encontrado una muy buena compañía a su lado y se había acostumbrado a ella. Estaba seguro de que si se separaban iba a echarla mucho de menos, quizá demasiado como para poder soportarlo. Iba a volverse loco (si no lo estaba ya).
Notaba cómo su amiga, pues eso es lo que la consideraba, se debatía entre salir tras él o quedarse allí y esperar que él decidiera dejar de huir. Estaba convencido de que la pobre chica no entendía nada. Aunque su sexto sentido pudiera darle alguna idea de lo que le había llevado a tomar esa decisión, nunca lo sabría a ciencia cierta.
Tras unos instantes, el espectro le alcanzó. Al principio, Luthys no quiso contestarle, e incluso apartó la cara hacia el lado contrario del que ella se encontraba. Eran unos feos horribles los que le estaba haciendo a esa pobre chica, pero no podía evitarlos. Era como si todo su interior se encontrara en una lucha cuerpo a cuerpo... y la parte mala llevara ventaja.
Al fin, el demonio se giró y dejó de caminar. Intentó mirar a Alma a los ojos, pero no lo conséguía. Agachaba y levantaba la cabeza para mirarla en cortos períodos de tiempo. Hasta que, por fin, dijo en tono solemne:
- No puedo quedarme a tu lado, al menos de momento.- Aunque su voz parecía que hablaba en serio, su rostro mostraba todo lo contrario. - Un demonio y un fantasma no pueden ser amigos. Ni siquiera deberíamos...- Hizo una pausa, como si no quisiera seguir hablando...- Esto es un error.
¿Qué diantres estaba haciendo? ¿Por qué no dejaba de hablar sin sentido de una vez? ¡Maldito él y todos los demonios!
Le dirigió a Alma uno de los gestos más culpables de la historia, se encogió de hombros y suspiró con la cabeza gacha. Aunque su yo demoníaco quería salir de allí, esta vez no fue ese lado quien ganó. Permaneció allí, frente a ella, mirando al suelo, sin nada que decir.
La chica le estaba llamando. Su voz sonaba desesperada, pero, ¿qué podía hacer él? Sabía perfectamente que hora no era Luthys quien actuaba, sino su yo interno, ese que no le dejaba disfrutar de las cosas buenas de la vida. Siguió caminando a paso lento, algo dentro de él no quería irse. Pisó una rama que había en el suelo y miró hacia ella. La había partido en dos. Igual que iba a acabar haciendo con el corazón de aquella chica, o lo que fuera que tuviese siendo un fantasma.
No quería hacerle más daño, pero tampoco podía separarse de ella. Había encontrado una muy buena compañía a su lado y se había acostumbrado a ella. Estaba seguro de que si se separaban iba a echarla mucho de menos, quizá demasiado como para poder soportarlo. Iba a volverse loco (si no lo estaba ya).
Notaba cómo su amiga, pues eso es lo que la consideraba, se debatía entre salir tras él o quedarse allí y esperar que él decidiera dejar de huir. Estaba convencido de que la pobre chica no entendía nada. Aunque su sexto sentido pudiera darle alguna idea de lo que le había llevado a tomar esa decisión, nunca lo sabría a ciencia cierta.
Tras unos instantes, el espectro le alcanzó. Al principio, Luthys no quiso contestarle, e incluso apartó la cara hacia el lado contrario del que ella se encontraba. Eran unos feos horribles los que le estaba haciendo a esa pobre chica, pero no podía evitarlos. Era como si todo su interior se encontrara en una lucha cuerpo a cuerpo... y la parte mala llevara ventaja.
Al fin, el demonio se giró y dejó de caminar. Intentó mirar a Alma a los ojos, pero no lo conséguía. Agachaba y levantaba la cabeza para mirarla en cortos períodos de tiempo. Hasta que, por fin, dijo en tono solemne:
- No puedo quedarme a tu lado, al menos de momento.- Aunque su voz parecía que hablaba en serio, su rostro mostraba todo lo contrario. - Un demonio y un fantasma no pueden ser amigos. Ni siquiera deberíamos...- Hizo una pausa, como si no quisiera seguir hablando...- Esto es un error.
¿Qué diantres estaba haciendo? ¿Por qué no dejaba de hablar sin sentido de una vez? ¡Maldito él y todos los demonios!
Le dirigió a Alma uno de los gestos más culpables de la historia, se encogió de hombros y suspiró con la cabeza gacha. Aunque su yo demoníaco quería salir de allí, esta vez no fue ese lado quien ganó. Permaneció allí, frente a ella, mirando al suelo, sin nada que decir.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Dos entes y un objetivo
Alma no se atrevía a mirar a Luthys, aunque gracias a su percepción podía saber exactamente su expresión sin levantar la cabeza. A medida que el demonio hablaba, Alma se encogía un poco más, y bajaba n poco más la cabeza.
Empezaba a perder el control de sus pensamientos. En un momento no supo qé pensar, qué creer, qué hacer. Le temblaban las manos, o al menos eso era lo que ella creía,no estaba segura ni de sí misma.
Aquello era lo que había estado temiendo desde que empezó a sentirse cómoda con él. Aquello, de una forma u otra, era lo que le había pasado siempre. ¿no era eso? Siempre fallaba algo. Cuanto más cerca creía estar de alguien, más duro era luego saber que todo había sido un engaño. Nnca había estado realmente cerca de nadie, y eso la había llevado a rechazar a la gente. Al final siempre era la que sobraba, al final nunca valía lo suficiente.
Ahora estaba pasando lo mismo. ¿Un error? ¿Aquello, un error? ¿Considerar a aquel demonio que conocía de apenas un día, como uno de los mejores amigos que había tenido nunca, como una de las pocas personas que le habían hecho querer difrutar de la vida, que le habían hecho sentir bien, un error? ¿Por qué? ¿Qué tenía de malo? ¿Por qué era un error querer compartir su tiempo con alguien que le había hecho reir, que había confiado en ella y se había ganado su confianza? ¿Qué tenia que ver que fuese un demonio o ella una fantasma? ¿Por qué?
Un error...
Aquella palabra golpeaba su conciencia como una maza. Había velto a hacerlo mal. Algo en ella no estaba bien, por eso todos se marchaban. Siempre pensaba que las cosas podían ser, cuando no podían ser, siempre cometía el mismo error. ¿No era eso? Por eso había acabado dejado de lado al mundo, por eso ahora era una fantasma. Hacía tanto tiempo de aquello que creía haberlo olvidado y eso le había llevado a confiarse de nuevo.
No lo entendía, o no quería entenderlo. Se sentía estúpida. Se sentía idiota. Pero sobre todo se sentía pequeña, muy pequeña.
Se mantuvo un rato callada, intentando recuperar el control de sus propios pensamientos. Se habría echado a llorar si hubiese podido hacerlo.
Por fin, tras unos minutos que le parecieron años, su pensamiento se aclaró un poco y una lucecita se encendió al fondo de la negrura que la rodeaba. Aún no había acabado. Aún latía una pequeña esperanza de que todoa quello fuese solo un malentendido, un acto refejo del demonio que aún llevaba dentro y que en realidad Luthys no creyese lo que había dicho. Alma se aferró con fuerza a aquella idea, aún a sabiendas de que la caída sería más grande aún si aquel asidero se deshacía entre sus dedos.
Se atrevió a levantar un poco la cabeza y a mirar un momento al demonio, que aún seguía allí, mirándola.
<< ¿De verdad crees eso? >>
Las palabras fueron un susurro en la mente del demonio, ya qeu a Alma le costó mucho hacerlas salir.
No sabía si quería oír la respuesta.
Empezaba a perder el control de sus pensamientos. En un momento no supo qé pensar, qué creer, qué hacer. Le temblaban las manos, o al menos eso era lo que ella creía,no estaba segura ni de sí misma.
Aquello era lo que había estado temiendo desde que empezó a sentirse cómoda con él. Aquello, de una forma u otra, era lo que le había pasado siempre. ¿no era eso? Siempre fallaba algo. Cuanto más cerca creía estar de alguien, más duro era luego saber que todo había sido un engaño. Nnca había estado realmente cerca de nadie, y eso la había llevado a rechazar a la gente. Al final siempre era la que sobraba, al final nunca valía lo suficiente.
Ahora estaba pasando lo mismo. ¿Un error? ¿Aquello, un error? ¿Considerar a aquel demonio que conocía de apenas un día, como uno de los mejores amigos que había tenido nunca, como una de las pocas personas que le habían hecho querer difrutar de la vida, que le habían hecho sentir bien, un error? ¿Por qué? ¿Qué tenía de malo? ¿Por qué era un error querer compartir su tiempo con alguien que le había hecho reir, que había confiado en ella y se había ganado su confianza? ¿Qué tenia que ver que fuese un demonio o ella una fantasma? ¿Por qué?
Un error...
Aquella palabra golpeaba su conciencia como una maza. Había velto a hacerlo mal. Algo en ella no estaba bien, por eso todos se marchaban. Siempre pensaba que las cosas podían ser, cuando no podían ser, siempre cometía el mismo error. ¿No era eso? Por eso había acabado dejado de lado al mundo, por eso ahora era una fantasma. Hacía tanto tiempo de aquello que creía haberlo olvidado y eso le había llevado a confiarse de nuevo.
No lo entendía, o no quería entenderlo. Se sentía estúpida. Se sentía idiota. Pero sobre todo se sentía pequeña, muy pequeña.
Se mantuvo un rato callada, intentando recuperar el control de sus propios pensamientos. Se habría echado a llorar si hubiese podido hacerlo.
Por fin, tras unos minutos que le parecieron años, su pensamiento se aclaró un poco y una lucecita se encendió al fondo de la negrura que la rodeaba. Aún no había acabado. Aún latía una pequeña esperanza de que todoa quello fuese solo un malentendido, un acto refejo del demonio que aún llevaba dentro y que en realidad Luthys no creyese lo que había dicho. Alma se aferró con fuerza a aquella idea, aún a sabiendas de que la caída sería más grande aún si aquel asidero se deshacía entre sus dedos.
Se atrevió a levantar un poco la cabeza y a mirar un momento al demonio, que aún seguía allí, mirándola.
<< ¿De verdad crees eso? >>
Las palabras fueron un susurro en la mente del demonio, ya qeu a Alma le costó mucho hacerlas salir.
No sabía si quería oír la respuesta.
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
Re: Dos entes y un objetivo
El silencio del espectro eran para Luthys como si el mismo Lucifer le estuviera golpeando con una maza de hierro por todo el cuerpo. Realmente se sentía mal, pero era demasiado tarde para enmendarlo... y su otro yo no iba a dejale arreglar las cosas.
Se limitó a mirar al suelo, lanzado miradas fugaces a los ojos de Alma. El rostro de la joven había cambiado respecto a unos momenos antes, a cuando estaba junto a esos pegasos...
¡Los pegasos! Ellos tuvieron la culpa... No, en realidad los pobres animales no tenían nada de malo, era él y su carácter de demonio lo que lo habían metido en el embrollo en el que se encontraba. Ojala pudiera volver tan solo unos instantes atrás en el tiempo. Tendría haberse acercado a esos animales, tal y como Alma le pidió. Pero no, los demonios no eran tiernos, no se daban el lujo de comportarse como seres civilizados, amables y cariñosos... ¡Malditos ellos!
Mientras esperaba la respuesta de Alma, el demonio se dedicó a contemplar el paisaje que les rodeaba. Recordó lo ocurrido en esa misma noche. Ambos, fantasma y demonio, parecían conocerse de toda la vida, se compenetraban muy bien y cada vez se entendían mejor el uno al otro. Buscaron el valle con la misma ansia los dos. Una vez lo hallaron, ambos quedaron prendados de su belleza... y de aquellos seres, llamados pegasos, que allí habitaban.
¿Y ahora? ¿Qué ocurría ahora? Ahora estaba a punto de separar su camino del de Alma, y sabía que no iba a salir de su boca ni siquiera algo parecido a una disculpa. Aún sabiendo que no iba a ningun lado sin ella.
Fue en ese momento cuando el espectro habló en la mente del demonio. Y lo que dijo terminó de hundir la parte buena del interior de Luthys.
Claro que no pensaba eso. En absoluto. El problema era que sabía que no iba a decírselo. Aunque no por eso dejó de intentarlo.
- Lo pienso en parte. Aunque no es lo que pensé en un principio, es lo que pienso ahora. ¿No ves que sólo me haces daño?
"¿Qué solo me hace daño?", pensó Luthys, dejando de hablar. Carraspeó.
- Es obvio que no seguimos la misma línea. Al final uno de los dos acabará sufriendo de verdad. - Y sabía que el sufrimiento ya había comenzado.- Puedes seguir a mi lado, si quieres, pero no te lo aconsejo.- Hizo una pausa y, al fin, pudo soltar: - No quiero hacerte más daño. No te lo mereces.
Por fin. Lo había logrado. Aunque no había sido una disculpa en toda regla, se sentía mucho mejor por haber añadido eso.
Ahora solo quedaba esperar la reacción de Alma.
Se limitó a mirar al suelo, lanzado miradas fugaces a los ojos de Alma. El rostro de la joven había cambiado respecto a unos momenos antes, a cuando estaba junto a esos pegasos...
¡Los pegasos! Ellos tuvieron la culpa... No, en realidad los pobres animales no tenían nada de malo, era él y su carácter de demonio lo que lo habían metido en el embrollo en el que se encontraba. Ojala pudiera volver tan solo unos instantes atrás en el tiempo. Tendría haberse acercado a esos animales, tal y como Alma le pidió. Pero no, los demonios no eran tiernos, no se daban el lujo de comportarse como seres civilizados, amables y cariñosos... ¡Malditos ellos!
Mientras esperaba la respuesta de Alma, el demonio se dedicó a contemplar el paisaje que les rodeaba. Recordó lo ocurrido en esa misma noche. Ambos, fantasma y demonio, parecían conocerse de toda la vida, se compenetraban muy bien y cada vez se entendían mejor el uno al otro. Buscaron el valle con la misma ansia los dos. Una vez lo hallaron, ambos quedaron prendados de su belleza... y de aquellos seres, llamados pegasos, que allí habitaban.
¿Y ahora? ¿Qué ocurría ahora? Ahora estaba a punto de separar su camino del de Alma, y sabía que no iba a salir de su boca ni siquiera algo parecido a una disculpa. Aún sabiendo que no iba a ningun lado sin ella.
Fue en ese momento cuando el espectro habló en la mente del demonio. Y lo que dijo terminó de hundir la parte buena del interior de Luthys.
Claro que no pensaba eso. En absoluto. El problema era que sabía que no iba a decírselo. Aunque no por eso dejó de intentarlo.
- Lo pienso en parte. Aunque no es lo que pensé en un principio, es lo que pienso ahora. ¿No ves que sólo me haces daño?
"¿Qué solo me hace daño?", pensó Luthys, dejando de hablar. Carraspeó.
- Es obvio que no seguimos la misma línea. Al final uno de los dos acabará sufriendo de verdad. - Y sabía que el sufrimiento ya había comenzado.- Puedes seguir a mi lado, si quieres, pero no te lo aconsejo.- Hizo una pausa y, al fin, pudo soltar: - No quiero hacerte más daño. No te lo mereces.
Por fin. Lo había logrado. Aunque no había sido una disculpa en toda regla, se sentía mucho mejor por haber añadido eso.
Ahora solo quedaba esperar la reacción de Alma.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Dos entes y un objetivo
Alma escuchó a Luthys mientras volvía a clavar la mirada en el suelo. Le costó asimilar sus palabras, porque su primera frase la había dejado clavada en el sitio.
¿De verdad le hacía daño? Ella no lo había pretendido, había intentado ser amable, ser una buena...¿Amiga? Rememoró el día que habían pasado juntos, y entonces le pareció ver miles de cosas mal hechas por su parte. Había hablado demasiado cuando debería haberse callado, se había mostrado demasiado alegre en tal momento, había sido incapaz de ayudarle en otros, incluyendo el momento de los pegasos y por si fuera poco le había restregado por la cara, sin proponérselo, que podía tocar a aquellos espléndidos animales cuando a él no podía.
Era cierto, le estaba haciendo daño. Y el peor daño de todos era recordarle a la persona que había amado. ¿No había dicho eso? "Hay veces en las que me recuerdas tanto a ella..." Sí, y lo había dicho con un tono tan melancólico...
Alma se maldijo a sí misma por todo lo que le estaba haciendo. Entonces le miró, con la culpabilidad que sentía plasmada en sus ojos translúcidos. Luthys la miraba a ratos y estaba en silencio, como esperando.
Entonces la fantasma rescató las palabras que había dicho después.
"Te equivocas." - pensó, sin atreverse a dejar salir sus pensamientos.- "Eres tú el que no te mereces el dolor que te he causado. Has sufrido más de lo que nadie, incluso un demonio, podría soportar. Y entonces llego yo y añado un poco más... Lo siento. Realmente no te lo mereces. Sólo intentaba ayudar, pero supongo que no he hecho más que empeorar las cosas..."
No se atrevía a decir nada, porque pensaba que no serviría de nada reconocer su estupidez o su falta de habilidades. Decirlo en voz alta sólo pareceria un intento de despertar la compasión que el demonio pudiese atreverse a demostrar, y no quería hacerlo. Quería hacer lo correcto. TEnía que hacer lo correcto. Se sentía demasiado culpable por el dolor de Luthys, que casi le pareció que todo aquello era una manera de enmascararlo. Era como si todo lo que estaba diciendo fuese un intento por logar la compasión del demonio, un intento de que él la mirase y le dijese: no pasa nada, tienes razón. Todo era un intento de que este momento pasara, igual que habían pasado los otros momentos incómodos del día.
Entonces se dio cuenta de lo que debía hacer.
Ahora lo veía claro. Él se aferraba a ella del mismo modo que ella a él: ambos habían sido para el otro un pequeño oasis en mitad de un desierto que pensaban no acabaría nunca.
Por eso le había dado a elegir, por eso había pensado que era él quien la dañaba a ella, cuando la realidad era la contraria. Y si sólo ella se había dado cuenta, significaba que sólo ella tenía la solución en sus manos.
Si se iba ahora, Luthys podría continuar, conocería más gente, se distraeria con lugares nuevos. Ahora quería vivir, sólo tenía que hacerlo. Sabía que aquello le dolería, se habían entendido muy bien, pero se le pasaría pronto. Saldría adelante y aprendería a ser feliz.
Eso supondría que ella debía renunciar a la única persona que había sentido cercana casi desde que tenía memoria. Alma se había aferrado a Luthys tanto o más que éste a la fantasma, ya que para ella encontrar a alguien que la viera era una odisea, y conectar tan bien con ese alguien como había conectado con el demonio era casi imposible. Sabía que hacer lo que estaba pensando le iba a resultar mucho más que difícil. no quería quedarse sola.
Pero Luthys se merecía algo mejor que una fantasma que ni siquiera podría abrazarle cuando le necesitara. Si era ella quien se marchaba, el dolor de luthys podría transformarse en odio si era demasiado para él, podría odiarla y aferrarse a ese odio para seguir adelante. Sólo tenía que ponerle valor, y podría conseguir que el demonio siguiese adelante con su vida.
Sí, eso era lo que tenía que hacer.
Sólo tenía que mirarle a los ojos y decirle exactamente lo que tenía que decir. Hizo ademán de respirar hondo antes de ponerse firme y mirarle con una expresión totalmente cambiada. Esperaba que su determinación fuera suficiente para mantener aquella expresión decidida enmascarando sus verdaderos sentimientos.
<< Tienes razón >> - "si te sigo sólo sería una carga para tí."
Se tragó las palabras que sabía que no debería pronunciar. Hizo una pausa y decidió con cuidado lo que iba a decir a continuación. Decir lo que estaba diciendo le dolía en el alma, pero cuando volvió a mirar a Luthys a los ojos supo que era lo que tenía que hacer.
<< Si ésto sigue así uno de los dos sufrirá de verdad. Es mejor que nos separemos ahora >> -"no soportaría hacerte más daño."- << Si tú quieres quedarte o irte, eres libre de elegirlo, pero si te vas ahora, no seré yo quien te siga. >>
En el fondo deseaba que cambiase de idea, que se quedase, que aquello pasara y se arreglara. Pero le había dado a su voz un tono suficientemente duro como para que la parte que aún era demonio de Luthys se sintiese ofendido, o eso había intentado.
"... Lo siento mucho Luthys..."
Aguantó el tipo, seria y decidida, mientras el demonio reaccionaba. Esperaba que fuese pronto, no sabía cuánto podría contener sus emociones de aquella forma.
¿De verdad le hacía daño? Ella no lo había pretendido, había intentado ser amable, ser una buena...¿Amiga? Rememoró el día que habían pasado juntos, y entonces le pareció ver miles de cosas mal hechas por su parte. Había hablado demasiado cuando debería haberse callado, se había mostrado demasiado alegre en tal momento, había sido incapaz de ayudarle en otros, incluyendo el momento de los pegasos y por si fuera poco le había restregado por la cara, sin proponérselo, que podía tocar a aquellos espléndidos animales cuando a él no podía.
Era cierto, le estaba haciendo daño. Y el peor daño de todos era recordarle a la persona que había amado. ¿No había dicho eso? "Hay veces en las que me recuerdas tanto a ella..." Sí, y lo había dicho con un tono tan melancólico...
Alma se maldijo a sí misma por todo lo que le estaba haciendo. Entonces le miró, con la culpabilidad que sentía plasmada en sus ojos translúcidos. Luthys la miraba a ratos y estaba en silencio, como esperando.
Entonces la fantasma rescató las palabras que había dicho después.
"Te equivocas." - pensó, sin atreverse a dejar salir sus pensamientos.- "Eres tú el que no te mereces el dolor que te he causado. Has sufrido más de lo que nadie, incluso un demonio, podría soportar. Y entonces llego yo y añado un poco más... Lo siento. Realmente no te lo mereces. Sólo intentaba ayudar, pero supongo que no he hecho más que empeorar las cosas..."
No se atrevía a decir nada, porque pensaba que no serviría de nada reconocer su estupidez o su falta de habilidades. Decirlo en voz alta sólo pareceria un intento de despertar la compasión que el demonio pudiese atreverse a demostrar, y no quería hacerlo. Quería hacer lo correcto. TEnía que hacer lo correcto. Se sentía demasiado culpable por el dolor de Luthys, que casi le pareció que todo aquello era una manera de enmascararlo. Era como si todo lo que estaba diciendo fuese un intento por logar la compasión del demonio, un intento de que él la mirase y le dijese: no pasa nada, tienes razón. Todo era un intento de que este momento pasara, igual que habían pasado los otros momentos incómodos del día.
Entonces se dio cuenta de lo que debía hacer.
Ahora lo veía claro. Él se aferraba a ella del mismo modo que ella a él: ambos habían sido para el otro un pequeño oasis en mitad de un desierto que pensaban no acabaría nunca.
Por eso le había dado a elegir, por eso había pensado que era él quien la dañaba a ella, cuando la realidad era la contraria. Y si sólo ella se había dado cuenta, significaba que sólo ella tenía la solución en sus manos.
Si se iba ahora, Luthys podría continuar, conocería más gente, se distraeria con lugares nuevos. Ahora quería vivir, sólo tenía que hacerlo. Sabía que aquello le dolería, se habían entendido muy bien, pero se le pasaría pronto. Saldría adelante y aprendería a ser feliz.
Eso supondría que ella debía renunciar a la única persona que había sentido cercana casi desde que tenía memoria. Alma se había aferrado a Luthys tanto o más que éste a la fantasma, ya que para ella encontrar a alguien que la viera era una odisea, y conectar tan bien con ese alguien como había conectado con el demonio era casi imposible. Sabía que hacer lo que estaba pensando le iba a resultar mucho más que difícil. no quería quedarse sola.
Pero Luthys se merecía algo mejor que una fantasma que ni siquiera podría abrazarle cuando le necesitara. Si era ella quien se marchaba, el dolor de luthys podría transformarse en odio si era demasiado para él, podría odiarla y aferrarse a ese odio para seguir adelante. Sólo tenía que ponerle valor, y podría conseguir que el demonio siguiese adelante con su vida.
Sí, eso era lo que tenía que hacer.
Sólo tenía que mirarle a los ojos y decirle exactamente lo que tenía que decir. Hizo ademán de respirar hondo antes de ponerse firme y mirarle con una expresión totalmente cambiada. Esperaba que su determinación fuera suficiente para mantener aquella expresión decidida enmascarando sus verdaderos sentimientos.
<< Tienes razón >> - "si te sigo sólo sería una carga para tí."
Se tragó las palabras que sabía que no debería pronunciar. Hizo una pausa y decidió con cuidado lo que iba a decir a continuación. Decir lo que estaba diciendo le dolía en el alma, pero cuando volvió a mirar a Luthys a los ojos supo que era lo que tenía que hacer.
<< Si ésto sigue así uno de los dos sufrirá de verdad. Es mejor que nos separemos ahora >> -"no soportaría hacerte más daño."- << Si tú quieres quedarte o irte, eres libre de elegirlo, pero si te vas ahora, no seré yo quien te siga. >>
En el fondo deseaba que cambiase de idea, que se quedase, que aquello pasara y se arreglara. Pero le había dado a su voz un tono suficientemente duro como para que la parte que aún era demonio de Luthys se sintiese ofendido, o eso había intentado.
"... Lo siento mucho Luthys..."
Aguantó el tipo, seria y decidida, mientras el demonio reaccionaba. Esperaba que fuese pronto, no sabía cuánto podría contener sus emociones de aquella forma.
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
Re: Dos entes y un objetivo
Se encontraba en un momento muy duro para él. Separarse de Alma suponía perder todo lo que había sido capaz de conseguir tras la muerte de su amada. Escuchó a Alma y no la interrumpió en ningún momento. Igual que ella había sido capaz de mantenerse en silencio dejándolo hablar a él, ahora era su turno.
Logró cumplirlo, aún con el esfuerzo que le costó. No quería separarse de ella, pero ya era demasiado tarde. Era lo mejor para los dos.
Dejó pasar un momento de silencio entre ellos, tras la intervención de Alma, antes de decir:
- Entonces, esto es todo.[/b]- la miró fijamente a los ojos unos instantes y sintió miedo. Esperaba oír de ella un "no te vayas", pero no sucedió.- Me duele mucho separarme de ti. Pero alguien como tú no merece estar con alguien como yo. No mereces sufrir, ya bastante tienes con... bueno, con ser un fantasma.- Otro silencio.- Bien. Me marcho. Cuídate.
Verdaderamente aquello iba en serio.
La miró con el rostro lo más normal que pudo, y se giró. Tardó varios segundos en comenzar a andar, quizá porque aún esperaba ese "no te vayas".
Andaba cabizbajo, con las manos en los bolsillos y con pasos pesados. Nunca más volvería a verla. Y eso era de las peores cosas que podían ocurrirle.
Logró cumplirlo, aún con el esfuerzo que le costó. No quería separarse de ella, pero ya era demasiado tarde. Era lo mejor para los dos.
Dejó pasar un momento de silencio entre ellos, tras la intervención de Alma, antes de decir:
- Entonces, esto es todo.[/b]- la miró fijamente a los ojos unos instantes y sintió miedo. Esperaba oír de ella un "no te vayas", pero no sucedió.- Me duele mucho separarme de ti. Pero alguien como tú no merece estar con alguien como yo. No mereces sufrir, ya bastante tienes con... bueno, con ser un fantasma.- Otro silencio.- Bien. Me marcho. Cuídate.
Verdaderamente aquello iba en serio.
La miró con el rostro lo más normal que pudo, y se giró. Tardó varios segundos en comenzar a andar, quizá porque aún esperaba ese "no te vayas".
Andaba cabizbajo, con las manos en los bolsillos y con pasos pesados. Nunca más volvería a verla. Y eso era de las peores cosas que podían ocurrirle.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Dos entes y un objetivo
Alma le escuchó. Cada palabra de Luthys la hacía tambalearse un poco más tras su máscara de decisión.
Cuando se miraron directamente a los ojos, Alma sintió miedo, porque sintió que el demonio vería la verdad en sus ojos. Aunque en el fondo quería que la viera. Quería que supiera que todo aquello era una farsa, que ella le habría seguido mientras él hubiese querido porque era lo único verdaderamente bueno quele había pasado en mucho tiempo. Eso era lo que realmente la asustaba: que él se diese media vuelta y se marchase sin más.
Sabía que eso era lo que estaba intentando, que se marchara, que viviese su vida sin que ella se qeudase a su lado hiriéndole constantemente. Era lo que tenía que hacer, lo que había deciido que era lo mejor. Pero...
La mente de Alma se paró en seco cuando le vio darse a vuelta. De repente le entraron ganas de gritarle, de suplicarle queno se fuera. Ahora sabía que había estado esperando a que él decidiese quedarse, como si eso fuese el único argumento que necesitaba para rebatir todo lo que había creído. Si él se hubiese quedado, sería porque en realidad no le hacía tanto daño, sería porque disfrutaba tanto con ella como ella con él y no querría dejar pasar eso.
Pero en lugar de eso, había empezado a andar, cabizbajo. SE marchaba y aquello no pudo sino reafirmar la posición de Alma. Le había estado haciendo daño en lugar de ayudarle, y aquello era lo mejor...tenía que serlo.
Sus pensamientos se volvieron densos como la gelatina, le costaba pensar. Con cada paso que Luthys daba y se alejaba un poco más de ella, Alma se sentía menos capaz de reaccionar, como si no pudiese creerque aquello estuviera pasando. Con cada paso del demonio, Alma quería gritarle que se quedara. Deseaba que se diese la vuelta. Que parara.
Quería gritarle otra vez que esperara, como hacía apenas uos cuantos minutos.
Pero no lo hizo ni una sola vez.
Cuando Luthys dio el último paso, el que le hizo desaparecer entre los árboles de la percepción fantasmal de Alma, ella sintió que algo de ella se rompía en pedazos. Sintió como el vacío que habia llevado con ella desde siempre se abria de repente, cobrando dimensiones inusitadas, tragándosela. Sentía la presion de sus propias emociones y no podía sacarlas de ninguna de las maneras que sabía.
No podía llorar.
No podía gritar.
No tenía a nadie a quien abrazar, y aunque lo hubiese tenido no habría podido hacerlo.
Sólo podía hacer una cosa: huir. Irse de aquel lugar, intentar esconderse, intentar olvidar. Quizá encontraría la manera de olvidarse de sí misma. Además, ya había dado el paso para que Luthys se apartase de ella, así que no podía arriesgarse a que se cruzasen. No sabía si podría aguantar verle de nuevo sin pedirle perdón, sin suplicarle que se quedara. No podía arriesgarse a eso después de lo que le había costado aquello. No, ya sabía qué era lo mejor y tendría que ponerlo en práctica con todas sus consecuencias. Por mucho que aquello le doliera.
Sin siquiera volver a mirar a los pegasos o recrearse en el paisaje hermoso que la rodeaba, la fantasma salió flotando en la dirección opuesta al demonio, y perdiéndose en la oscuridad.
Cuando se miraron directamente a los ojos, Alma sintió miedo, porque sintió que el demonio vería la verdad en sus ojos. Aunque en el fondo quería que la viera. Quería que supiera que todo aquello era una farsa, que ella le habría seguido mientras él hubiese querido porque era lo único verdaderamente bueno quele había pasado en mucho tiempo. Eso era lo que realmente la asustaba: que él se diese media vuelta y se marchase sin más.
Sabía que eso era lo que estaba intentando, que se marchara, que viviese su vida sin que ella se qeudase a su lado hiriéndole constantemente. Era lo que tenía que hacer, lo que había deciido que era lo mejor. Pero...
La mente de Alma se paró en seco cuando le vio darse a vuelta. De repente le entraron ganas de gritarle, de suplicarle queno se fuera. Ahora sabía que había estado esperando a que él decidiese quedarse, como si eso fuese el único argumento que necesitaba para rebatir todo lo que había creído. Si él se hubiese quedado, sería porque en realidad no le hacía tanto daño, sería porque disfrutaba tanto con ella como ella con él y no querría dejar pasar eso.
Pero en lugar de eso, había empezado a andar, cabizbajo. SE marchaba y aquello no pudo sino reafirmar la posición de Alma. Le había estado haciendo daño en lugar de ayudarle, y aquello era lo mejor...tenía que serlo.
Sus pensamientos se volvieron densos como la gelatina, le costaba pensar. Con cada paso que Luthys daba y se alejaba un poco más de ella, Alma se sentía menos capaz de reaccionar, como si no pudiese creerque aquello estuviera pasando. Con cada paso del demonio, Alma quería gritarle que se quedara. Deseaba que se diese la vuelta. Que parara.
Quería gritarle otra vez que esperara, como hacía apenas uos cuantos minutos.
Pero no lo hizo ni una sola vez.
Cuando Luthys dio el último paso, el que le hizo desaparecer entre los árboles de la percepción fantasmal de Alma, ella sintió que algo de ella se rompía en pedazos. Sintió como el vacío que habia llevado con ella desde siempre se abria de repente, cobrando dimensiones inusitadas, tragándosela. Sentía la presion de sus propias emociones y no podía sacarlas de ninguna de las maneras que sabía.
No podía llorar.
No podía gritar.
No tenía a nadie a quien abrazar, y aunque lo hubiese tenido no habría podido hacerlo.
Sólo podía hacer una cosa: huir. Irse de aquel lugar, intentar esconderse, intentar olvidar. Quizá encontraría la manera de olvidarse de sí misma. Además, ya había dado el paso para que Luthys se apartase de ella, así que no podía arriesgarse a que se cruzasen. No sabía si podría aguantar verle de nuevo sin pedirle perdón, sin suplicarle que se quedara. No podía arriesgarse a eso después de lo que le había costado aquello. No, ya sabía qué era lo mejor y tendría que ponerlo en práctica con todas sus consecuencias. Por mucho que aquello le doliera.
Sin siquiera volver a mirar a los pegasos o recrearse en el paisaje hermoso que la rodeaba, la fantasma salió flotando en la dirección opuesta al demonio, y perdiéndose en la oscuridad.
Alma Swann- Cantidad de envíos : 300
Re: Dos entes y un objetivo
Aunque ya había comenzado a caminar, lo hacía muy despacio. Deseaba oír a Alma pedirle que no se fuera, de ser así, hubiera ordenado a sus pies que dejaran de caminar en esa dirección. Quería darse la vuelta y regresar junto a Alma, y que nada de lo ocurrido fuera tomado en cuenta.
Pero, tras unos largos instantes... supo de veras que Alma no iba a decir nada. Aquello había llegado al límite, y la pobre chica había comprendido también que era lo mejor.
Movió su cabeza levemente, aún mirando al suelo, en forma de negación. Aquella situación se le había ido de las manos. Había sido muy rápido en acobardarse y darse por vencido, en lugar de intentar controlar su carácter y hacer de aquella amistad una para siempre. Y, como era de esperar, era demasiado orgulloso para dar media vuelta y pedirle perdón a Alma, así como de dejarle ver que había sido un estúpido.
Con todo eso, tras comprobar que ella no iba a decir nada más, aceleró un poco más el paso y desapareció de la vista del espectro.
Ahora debía empezar de nuevo, buscar nuevos lugares, nueva gente, nuevas costumbres,... y todo eso tendría que hacerlo solo. Estaba convencido de lo mucho que iba a extrañar a su compañera fantasma.
Pero, tras unos largos instantes... supo de veras que Alma no iba a decir nada. Aquello había llegado al límite, y la pobre chica había comprendido también que era lo mejor.
Movió su cabeza levemente, aún mirando al suelo, en forma de negación. Aquella situación se le había ido de las manos. Había sido muy rápido en acobardarse y darse por vencido, en lugar de intentar controlar su carácter y hacer de aquella amistad una para siempre. Y, como era de esperar, era demasiado orgulloso para dar media vuelta y pedirle perdón a Alma, así como de dejarle ver que había sido un estúpido.
Con todo eso, tras comprobar que ella no iba a decir nada más, aceleró un poco más el paso y desapareció de la vista del espectro.
Ahora debía empezar de nuevo, buscar nuevos lugares, nueva gente, nuevas costumbres,... y todo eso tendría que hacerlo solo. Estaba convencido de lo mucho que iba a extrañar a su compañera fantasma.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
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