Dulfary

Tras dos años de tenerla parqueada en las Fichas de las historias inacabas, me pareció justo equitativo y necesario el subirla al área oficial del foro. Quienes conocen la historia, saben el por qué de la tardanza.
Sin más preambulos, mi ficha:

Nombre: Dulfary
Raza Humana
Clan: Kazekage
Edad: Povisional 20 / Real: 12 años.

Descripción Física:

Descripción física (real): Es una niña menuda, con una cara angelical, rubia oscura, con ojos rojizos, que por razones que pocos entienden le solicitó a alguien que hiciera una ilusion sobre ellos para que se vieran café. Aunque es lo que se podría decir bonita, mas bien tiende a pasar desapercibida entre la multitud hasta que abre la boca y estalla en carcajadas. Viste a la usanza de su gente, bastante discreta, con ropa cómoda, por lo general en tonos de azul. La mayor parte del tiempo tiene el rostro descubierto lo que hace que gane reprimendas por parte de sus mayores (en el Clan), pero cuando debe tomar las cosas en serio y actuar como se espera de ella, es aplicada en el uso de una mascara que tela que le suele cubrir la cara hasta el tabique..



PROVISIONAL (Hasta nuevo aviso, es con esta con la que se ve en este momento): Por estar de curiosa y jugar donde no debía, en su primera misión asignada, se colocó un anillo con una maldición que la hizo crecer (que no madurar) 8 años, ahora luce como una joven de unos 20, dejando de ser esa niña que facilmente podía pasar desapercibida en la multitud, para llamar más la atención siendo muy bonita muy a su pesar (porque no debería ser notada aunque sea tan escandalosa a veces), con el cabello rubio claro, más largo, atado en una cola alta dejando caer algunos flecos sobre su cara, con ojos de iris rojizo. Continúa vistiendo como ninja, en tonos de azul, y sin cubrir su rosto como se le ordena, aunque ha ganado un poco de conciencia y por esto ocasionalmente lo cubre.



Descripción psicológica: Es una niña alegre, demasiado optimista llegando a ser empalagosa, nunca le ve problemas a nada, bastante inocente e ingenua y para ella todo puede ser tomado como algo divertido, es abierta y espontánea, es extraño no verla sonriendo, cuando habla no le importa ser escandalosa y a veces es complicado callarla. Su actitud cambia mucho cuando toma las cosas en serio llegando a ser muy sigilosa y sutil y guardándose los comentarios inoportunos que siempre suele hacer. Es demasiado confiada, lo que hace de ella una presa fácil, además que suele ser dulce y prestar su colabración, más allá de lo seguro para ella mima, a otras personas. Sin embargo, siendo una niña, aun conserva algunos rasgos de infantil crueldad, la cual no es mal intensionada, solo cuestión de su poca madurez.

Habilidades: - Estar en el lugar equivocado en el momento mas indicado.
- Como kazekage, al igual que todos en el Clan, domina tres (o debería dominar) tres habilidades: Armas, Viento y Sombras. Con el tiempo cada miembro del clan se va enocando en una de estas y Dulfary no sería la excepción, de no ser poque aun está en entranamiento:

• ARMAS: Es una experta con el kunai, tiene una puntería envidiable, no suele fallar los tiros aunque tarde en hacerlos para asegurarse de dar en el blanco. Su estilo es más defendivo que ofensivo, tiene muy buenas bases de anatomía, lo que sumado a su gran habilidad luchado cuerpo a cuerpo, la ha hecho muy buena neutralizando a sus contrarios, sin hacerles daño o sin llegar a matarlos, valiendose de artes marciales y uso de puntos de presión.

• VIENTO: Si es experta en el kunai, lo es aun más en el manejo del viento. Ha sido su aliado y casi su único y real amigo, aquel que jamás le ha fallado y jamás le fallara. Más que magia, se trata de una técnica. Si le preguntas, no dirá que lo domina, sino que es una relación de mutua ayuda, como si se tratase de un ser vivo, con quien incluso se comunica. Lo maneja a su antojo (y ella dirá que él la maneja a ella) y su relación es tan estrecha que cuando se encuentra privada de la posibilidad de interactuar libremente con él siente tal angustia que podría entrar en pánico. Para apoyarse con el viento, lo “invoca” ya que no lo crea de la nada, es decir, lo atrae a ella, se vale de las corrientes de aire circundantes y a partir de ahí va desde jugar con él hasta grandes ciclones; puede transportase en el viento y llegar a donde necesita (distancias no muy largas). Por supuesto, en lugares cerrados, aun cuando se creara brisa con un abanico, no podría realizar grandes cosas, aquellas que maneja mejor no serían tan fuertes o efectivas como siempre y cuanto más viento recolecte y más espectacular sea el efecto, mayor energía le consumirá.

• 
  SOMBRAS: Como todo kazekage, el abanico de posibilidades es infinito, aunque no pueden crearlas, las como el viento, están en todas partes y la manipulación sobre ellas es su arma principal para traer equilibrio al mundo. Ellos las comprenden como en ente vivo e independiente que son. Pero Dulfary, no es como todo kazekage y aun no domina bien la técnica, de hecho no la domina en lo absoluto y algunos dicen que incluso la técnica la rechaza a ella, pero no les pone atención y continúa entrenando; actualmente la técnica obedece más a sus estados de animo que a su voluntad sobre ellas. Pese a haber avanzado en el control de esta, su sombra simplemente la odia y cada que tenga la oportunidad actuará en contra de ella. La principal muestra de esto es que, como kazekage, puede moverse entre las sombras y aparecer el sitio en donde nunca debió estar… las sombras suelen hacer lo contrario de lo que ella quiere (aun necesita entrenar mas.

Atributos:
1º - Habilidad -
2º - Voluntad -
3º - Carisma -
4º - Astucia -
5º - Inteligencia -
6º - Constitución física -


Pertenencias: Una bolsa a su espalda que le genera infinitos kunais (solo un kazekage puede obtener las armas de ahí, los demas implementos los puede sacar con facilidad). Es casi como un agujero negro, porque guarda todas sus cosas ahí siendo esta algo pequeña.
Una brujula mientras aprende a moverse por las sombras
Una libreta con las anotaciones más importantes a tener en cuenta mientras termina de aprender. Las hojas son mágicas por lo que solo le muestran sus letras a ella o a quien autorice.
Tallarines por si no encuentra donde comer
Atado de hierbas dentro de un lienzo (casi siempre termina intoxicada por no saber que si y que no comer de la naturaleza)
Vendas blancas
Bolsa de dulces
Una muñeca para prácticar suturas, con el kit completo, incluyendo agujas e hilo

Historia:

Aldo sentía como se movía esa pequeña vida por debajo de su mano, a través de la piel y los músculos de Samia. Esta lo miraba rayado y la sonrisa de alegre picardía de Aldo solo la molestaba más. Él acababa de hacerle un cumplido y ella lo distorsionó hacia su gordura, su figura esférica debido al embarazo.

Este sería su cuarto hijo, pero él estaba tan emocionado como en el primero.

Había nacido niña.

La cuarta de tres hermanos. Y todo en el hogar de los herederos de Sheikah fue júbilo. había nacido sana, había llorado lo justo para avisarles que estaba viva y que le había disgustado que la sacaran de donde estaba tan a gusto, había nacido con el pelo rubio de su padre, fino como el de su mamá; había adquirido desde entonces su primera habilidad: "estar en el lugar equivocado en el momento indicado". Por el estado de Samia, se le había enviado a una misión de enfoque diplomático que por diversas razones, traiciones y trampas terminó en fracaso y en la toma de la ciudad en la que se encontraban, estando bajo amenaza constante de los enemigos del equilibrio, era un pésimo lugar para venir al mundo, pero de no haber nacido en ese instante en que lo hizo, su llanto los habría delatado en su escondite y habría nacido solo para fallecer. La cuarta bendición para la familia... las sonrisas se apagaron casi de inmediato.

Había nacido con los ojos rojos.

Su hermano mayor también había nacido con los ojos rojos, no era normal que dos personas en la misma generación heredaran el don. Cuando había pasado, otro tipo de tragedias habían sucedido.

La historia no tenía porque repetirse, así que decidieron no preocuparse y que llevara una vida normal, entre los cánones de los kazekage. No por ser la menor de la casa se esperaría ni se ha esperado menos de ella.

Entre entrenamientos y lecciones, bajo la tutela de sus padres, en particular de su madre, la primera parte de su infancia fue muy feliz, siendo los únicos instantes "amargos" aquellos en los que su hermano Nassem le hacía bromas pesadas o se peleaba con ella. Aprendió a comunicarse y hablar desde muy joven y desde temprana edad las sombras mostraron cierta reticencia a obedecerla aun antes de su primer intento por superar los rituales de formación, en cambio el viento se moldeaba según su deseo, volviéndose defensiva aun en el ataque; como a todos los de su clan la han entrenado en sus armas y en las habilidades propias de ellos y desde entonces ha desconcertado la forma en que varía entre ser muy torpe y muy hábil.

Pero todo momento de felicidad es efímero y un día, después que su mamá trato durante horas infructuosas de enseñarle como estar en armonía con su sombra, tuvieron otra de sus charlas trascendentales. era demasiado pequeña para recordar todos los detalles, pero fue la primera vez que le dijera que no se preocupara por su sombra, mucho menos se preocupara por las demás sombras porque tal vez ella traería equilibrio desde la luz sin tener que recurrir a ella, porque era comprensible que las sombras fueran cautelosas con ella, que brillaba tanto que por eso su sombra la rechazaba, no por que la odiara, sino porque le temía, le dijo que siempre tratara de seguir su propio camino, que no existía una sola forma para hacer las cosas.

Ese día su mamá sonreía mientras le hablaba, pero estaba triste y ni siquiera cuando la niña la cubrió con sus bracitos esa tristeza se fue. Desde el lugar mas alto de su ciudad natal, le mostró sus lugares favoritos y luego le entregó una brújula, le contó la historia del objeto y de la forma mas ceremonial, con la intimidad que les daba el estar solo ellas dos en el acto, se la heredó y le hizo prometer cuidarla hasta que se la diera a su propia hija. Continuaron con sus lecciones, con la misma energía y dureza de siempre, la última que tomaría en la semana, retomarían cuando ella regresara de una misión asignada, pero... nunca regresó.

Con la partida de su mamá a misión, su padre se hizo cargo por esos días del aprendizaje de la niña, valiéndose de ejemplos, ejercicios un poco mas flexibles que los de su esposa, integrándola a los que realizaban sus hermanos y enviándola a hacer pequeños recados al bosque mas cercano con el fin que entendiera en la práctica y casi empíricamente aquello que no le quedaba claro con palabras. En mas de una ocasión se perdió en el bosque, sin dejar de ser vigilada (pero no ayudada) y para sorpresa de quienes la cuidaban, el sentir miedo no era algo que frenara su motivación y animo por hacer las cosas y por la aventura logrando de esta forma desubicarse más y más, cada vez que se daba por vencida volvía a emprender la marcha y al regresar a casa siempre decía que todo había sobre ruedas aunque los reportes a su padre dijeran todos los detalles de sus excursiones.

Fue en una de las excusiones en las que se perdió, que llegó casi al otro extremo del bosque, aquel que colindaba por una parte de la ciudad. El ejercicio consistía en traer una bandera que estaba en el bosquecillo, sin ser atrapada o vista por quienes también se hallaban en él; en simultaneo, sus hermanos, los tres, tenían que evitar que alguien llegara a Dulfary, sin que la niña los notara y algunos de los kazekage ya entrenados debían ir en contra de los cuatro. Algo adicional se cruzó en el ejercicio y que nadie preveía, la presencia de mas personas que no tenían relación con ellos, fue la primera vez que se relacionaba con niños que no tenían su edad, ni eran sus amigos habituales, y fue de ellos de quienes experimentó el primer rechazo en su vida, ya que la trataron de demonio por el color de sus ojos, la ahuyentaron como a un animal peligroso y faltó mas bien poco para que la agredieran. Eran la muestra viva de aquello que ya le habían explicado: los seres vivos a veces atacan con fiereza aquello que les causa temor. Pero los comentarios de los otros niños iban mas allá de eso, llegando a ser tan crueles que los kazekage que presenciaron la escena se compadecieron de ella sin poder hacer nada por no deber intervenir. Sin embargo, inicialmente intimidada por lo que ocurría, desde esa temprana edad daba muestras de su “problema de actitud” hacia quienes se aprovechaban de ese tipo de situaciones y de su capacidad de inventiva, rebelándose contra la discriminación de los niños y en lugar de ser ella quien se fuera, utilizó los mismo argumentos que esgrimían en su contra para espantarlos a ellos, pero dejando que esto hiciera mella en ella. Solo el mas grande del grupo trato de lastimarla y entonces captó que tanto había progresado para la edad que tenía humillándolo ante sus compañeros, que empezaron a correr, al defenderse

En lo que Sheik y Yato tomaban medidas un poco mas hostiles en contra de ellos, Nassem la interceptó cuando cansada, triste y ofendida se puso a llorar a solas; fiel a su estilo sarcástico y pesado, sus palabras parecían mas de burla que de ayuda, haciéndola llorar más pero ayudándola en eso de “hallar mas de una forma de hacer las cosas” en este caso, de encajar los golpes. Desde entonces se fijó con detenimiento en las reacciones de los otros ente ella y sus ojos y estuvo segura que si, que los demás niños, pese a que parecían estimarla y ser sus amigos tenían cierto temor de ella, no lo asoció a su exceso de confianza, a su facilidad para hacer, tramar y llevar a cabo travesuras que los metían a todos en problemas, ni en que siendo la luz delos ojos del Líder del clan, a veces resultaba intimidante para ellos ; así que optó por buscar la forma de no tener los ojos rojos, después de todo, el clan solo necesitaba a uno.

El último entrenamiento con su padre nunca se dio. Ese día él tuvo una asamblea con el consejo de ancianos para ultimar detalles de seguridad en el Festival de los Suspensivos y cuando llegó a su cita, la niña dormía profundamente en posición de loto como si acaso estuviera meditando. Se despertó sobresaltada y creyó que se debía a que se sentía observada, tal y como lo era en ese momento por Aldo, muy de cerca. Su padre le preguntó si había estado durmiendo bien y después de tratar de mentirle para no preocuparlo, asumió en voz alta con humildad y vergüenza, que Yato le habría contado de todas las veces que había evitado que llegara hasta la habitación de sus padres por tener pesadillas. Al no tratarse de eso, su papá la tranquilizo al respecto y desvió sus sospechas; justo cuando iban a iniciar la practica que ella había estado esperado, entró uno de los compañeros de la mamá.

- Señor, traigo noticias de Samia... cumplió con su deber pero... creo que es mejor que la niña salga... –

Pero ella se quedó escuchando tras la puerta, y ante los reclamos verbales y físicos de su padre contra el mensajero de tan nefasta noticia, recordaba las palabras de su madre al partir, para ella,

Llegará el día en que te pares en la esquina de una vida
a la hora más oscura donde todo se vea perdido
en medio del frío de todo lo se presenta en el mundo...

y el sollozo fue ahogado al taparle Yato nariz y boca y sacarla de ahí antes que fuera sorprendida por alguien mas y en lo que su padre reclamaba la presencia de Sheik.

- Sabíamos que iba a pasar – le dijo al estar ocultos en los jardines
- Sabíamos?? –
- si- aunque solo era una forma de hablar.
- y por que no me dijeron… -
- Dul, pocos kazekage llegan a viejos – ante el llanto de la niña la abrazó y ella no pudo expresar la pregunta, obvia, que seguía – en algún momento nos pasa a todos, pero – suspiró sin que se le cortara la voz, acariciando su cabeza – recuerda siempre lo que has aprendido y tal serás la excepción –

Cuando fueron a presentarse ante su padre, por solicitud de este, los otros dos hermanos ya estaban ahí. La niña jamás olvidaría la expresión fría y vacía en los ojos de su padre, como si hubiera perdido el alma; los puños cerrados con fuerza, a los costados del cuerpo de Nassem con los nudillos blanqueados la cabeza gacha, muestra de su dolor, ira e impotencia; y los ojos cerrados de Sheik, sus manos apretando a su fiel lira. El reproche de su padre al verle los ojos hinchados por llorar, delatándola como espía de conversaciones ajenas, la dureza de ellos al clavarse en los de Yato detrás de ella.

- Su madre murió – repitió estando los cuatro, con la misma emoción con la que se anuncia un hecho intrascendente – alístense para el funeral – los tres muchachos asintieron marcialmente en lo que ella aun trataba de entender la actitud de su padre, las palabras que les decía, y bajó la vista sin poder contener las lágrimas, las únicas que corrían en la sala en aquel momento.

-Ahora tengo que ocuparme de algo, pero al volver terminaremos lo que quedó pendiente, de acuerdo? Pero no olvides esto… -

- no va a volver? – se quiso cerciorar.

- No. Creo que ya fui claro al respecto – fue lo suficientemente agrio para que ella bajara la vista de nuevo.

Luego la conversación derivó a que ella no tenía ropa adecuada para el funeral, lo que trajo la ira de su padre que con gran indiferencia le dijo que ese día se acaban las contemplaciones, que el trato que recibiría sería el mismo de cualquier otro niño en la ciudad, que alguien mas se haría cargo de tratar de entrenarla y que mas le valía empezar a comportarse como alguien del clan; la forma en que se dirigió a ella en ese momento y en todos los que siguieron era la del líder y no las del padre, el corazón le decía que no sería su trato por un tiempo si no que sería por lo que quedaba de vida, que así cómo la luz en sus ojos se había apagado , el cariño que mostraba por sus hijos, aunque existente, no se volvería a ver, y con eso formó la barrera entre ellos dos sin que ella pudiera entender por qué, sino años después. Se recluyó en su perdida y su dolor y para no volver a sufrir lo que sufría alejaba a sus hijos de él, exigió aun mas de ellos y tuvieron que ganarse a pulso volver a tener audiencias con su líder cuando quisieran, se convenció que hacerlos más fuertes era protegerlos, cortar los lazos les evitaría el sufrimiento de una futura perdida; y mientras sus hermanos aceptaron la nueva situación sin conmoción alguna, Dulfary se halló sola, desorientada y perdida.

Se le quemaba a ella, se le quemaba a su recuerdo, supuestamente al dolor y se quemaba su nombre. Desde el momento en que el funeral terminó no se volvió a hablar de ella, ni a mencionar su nombre, por tradición y decreto. Al funeral asistieron muy pocos, pero todo el clan lloró, no tanto como la niña que dejó que toda su tristeza por perder a sus padres se consumiera en esa tarde y que llegado el amanecer, viviría la vida agradeciendo por cada día, por cada cosa buena y que nada sería tan fuerte o tan malo para hacerla llorar una vez más.

Cada miembro restante de la familia se tomó unos días para interiorizar a su forma lo sucedido, incluso su padre abandonó la ciudad justo después de la ceremonia; al volver, la niña había tomado decisiones complicadas para su edad, todos tenían a alguien, cada vida que se quitaba haría que alguien se sintiera de la misma forma que ella lo hacía en ese momento y no quería nadie, conocido o desconocido pasara por eso y se rehusó, con mas ahínco a utilizar sus manos para lastimar de forma letal a otros; si su padre los alejaba por recordarle a su madre y si los niños le temían por tener ojos demoniacos, ella borraría esas expresiones y convenció a un gnomo para que hiciera un hechizo de ilusión, paulatino y muy fuerte sobre ella para dejar de ser tan rubia y no lucir sus ojos rojos. Al regreso de su padre, contrario a lo que esperaba, vio en su cara un poco de alivio por perdida del tono rojizo aunque con el tiempo volvió a mirarla con suspicacia.

Las aguas pronto volvieron a su cauce. Descubrió la facilidad con la que encontraba lo positivo en todo, y como esto la ayudaba sobreponerse a cualquier cosa, su exceso de optimismo siempre la metió en problemas, por eso se volvió experta en desaparecer. Pronto empezó a colmar la paciencia de sus maestros, cambiando de uno a otro, haciendo preguntas que los dejaban sin habla, estudiando por su cuenta, escarbando en los papiros antiguos, en los libros prohibidos (con su consecuente castigo por parte de su padre) modificando técnicas, esforzándose en su aprendizaje para no hacerle daño a los demás y aun así salir victoriosa, evadiendo compromisos, asignaciones, pruebas y rituales hasta donde ya no pudo eludirlos, haciendo trampa con Yato en los eventos en que los ejercicios chocaban con sus convicciones.

Y pronto se le empezó a comprar con sus hermanos, de forma abierta y directa, de forma poco alentadora para ella. La brecha con ellos empezó a darse y cada vez la sentía mas profunda y aunque le dolía asumía el golpe y continuaba a delante. Vio en Sheik una distancia por ser el siguiente líder, en Yato una distancia física por sus constantes asignaciones, en Nassem una distancia emocional. Pero su mamá le había dicho que existían muchas formas de hacer las cosas y un ejemplo de eso, eran los cuatro, cado uno iba tomando su camino; nunca fue consciente de que cada vez que ella terminaba en cama recuperándose de las consecuencias de cuestionar de forma directa y en publico a sus maestros, estos también desaprecian por un tiempo bajo la sombra de sus hermanos, que Nassem se escudaba diciendo que para ser un buen cazador debería practicar mucho cómo proceder con un renegado, que Yato, se volvió tan hábil infiltrando lugares por sacarlos a media noche de sus casas por devolver lo hecho a su hermanita, que Sheik estuvo a la sombra de las trampas que se hicieron para no tener que someterse a rituales de forma genuina o liderando a sus hermanos para castigar a los maestros.

Cuando sus hermanos empezaron a tener cada vez mas asignaciones fuera del reino, ella se entregó con mas pasión a su entrenamiento, buscando siempre el reconocimiento de ellos, que las inevitables comparaciones no los hicieran sentir mal a ellos ya que a ella no le importaban, encontrando nuevas formas de evitar asignaciones para quedarse en la ciudad jugando y se apegó aun mas al que llamaba hogar cuando le notificaron que Yato había desaparecido en misión, aun cuando ella recibió correspondencia de él incluso durante un mes después de la noticia.

Que el consejo de ancianos se diera cuenta de que no quería salir, no fue difícil y así se le exigió partir al Norte, entre las sombras como lo haría cualquier otro. Su padre no la apoyó en sus protestas e incluso le exigió que fuera: los tiempos no permiten que se espere más por tener manos extras contra la oscuridad que se cierne sobre el mundo sin control, ni sobre la luz que todo lo traga perdiendo el balance.

Ante una frase de insurrección, que le costó una bofetada del líder de su clan, la presión del consejo, de los maestros y de los encargados de las asginaciones se hizo mas fuerte, y cómo se podría proceder con el asomo si se tratara de alguien ajeno a la familia del líder de clan, circulo el rumor de quitarle el apoyo del clan. Sin embargo, en algo tenía razón, no se le podía enviar a un lugar al que no pudiera hacerle frente y dada su rebeldía en el entrenamiento, aparentemente carecía de algunas experiencias para sobrevivir en un lugar hostil. Por eso la enviaron a colaborar para que la luz fuera controlada en las Altas Tierras del Norte, no la enviaban contra la oscuridad pues nunca había matado, cuando se le ha enviado a misiones sencillas siempre había encontrado la forma de escabullirse y por eso no tiene todas las experiencias que suelen tener otros kazekages de su edad, lo que compensaba con su gran habilidad y todo el potencial que siempre había mostrado y desarrollado poco a poco.

Sin embargo, dadas sus serias dificultades para moverse por las sombras que son mas rápidas que el viento, su paradero fue otro… un sitio donde no la llamaron, pero al que tendría que darle todo su esfuerzo si quería hacer bien su labor. Al lugar al que llegó el balance lo había dejado hacía mucho tiempo, tal vez desde la última guerra por la que había pasado, pero ahora se tornaba totalmente hacia la oscuridad; la brújula con la que se guiaba estaba totalmente enloquecida, pero ella no se iba a amedrentar por un poco de sombras ni el resumen de la situación que le daba quien la recibió.

Quiso quedarse a ayudar un tiempo y de paso reportarse con quienes, de los suyos, estuvieran ahí, con la sorpresa de encontrar con algunos que eran reconocidos en su hogar, que además la reconocían a ella y además su hermano. La situación resultó ser mucho mas compleja y en lugar de salir del lugar, empezó a hacerse cargo de pequeñas misiones que implicaran mayor riesgo y ayudaran a los suyos a restaurar el equilibrio. Fue haciendo estas misiones que conoció no solo nuevas amistades, si no lecciones, metiendo en problemas cada vez más peliagudos, uniéndose a causas que asumía que tenía ver con la suya, siendo victima de trampas, traiciones y aprendió muchas formas de hacer tanto bien como daño a otros, conoció diferentes facetas de los seres pensantes y afianzó el asunto de los puntos medios y con cada aventura creció y maduró un poco.

Fue en una de esas pequeñas misiones que, explorando un torre abandona Dul, fue engañada por las sombras llegando a una habitación en la que encontró un anillo que no debió ponerse y que le cambió su apariencia, dejando de ser una niña de 12 años para verse de 20; encajar la noticia entre los que ya la conocía le costó algunas heridas y demasiadas explicaciones entre quienes entraban nuevos en su vida, por lo que optó por no contar la verdad hasta que pueda deshacerse de tal maldición

Cuendo los cabos sueltos en cada aventura le dieron alcance, también lo hizo sus deberes para con su Clan y fue reasignada, ante el descontrol de oscuridad en el Reino donde se encontraba. Sin más pertencias que aquellas quec argaba consigo, terminó marchandose con quien sería su amor, en busca de nuevas aventuras y retos, con misión muy clara, pero mal definida

Interpretacion: Tercera persona en rojo los dialogos. En rojo y cursiva los pensamientos

¿Cómo podría no aprobar la ficha de mi querida hijita?