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Heimdall hijo de Angroshim, el enano
5 participantes
Página 1 de 1.
Heimdall hijo de Angroshim, el enano
Nombre: Heimdall Amfist
Raza: Enano
Edad: 172 años.
Descripción física: Heimdall es un enano proveniente de las tripas de las montañas de Nidavellir, y como en todos los de su raza, lo que más destaca es su extrema palidez, cadavérica (debido a que no soporta el sol). Sus rasgos son como los de la mayoría de su especie, toscos y duros, sobresaliendo en ellos una gran y gruesa nariz. Sus ojos son pequeños y negros, y el resto de la cara apenas se ve pues está cubierta por su largísima barba blanca, que llega hasta el final de la barriga y es uno de sus mayores orgullos. La lleva peinada en múltiples trenzas, y la decora con anillas y adornos de oro.
Lleva unos finos tatuajes negros alrededor de los ojos, que son un son el símbolo de los centinelas enanos en Nidavellir. También lleva tatuado el símbolo de su clan en el pecho, encima del corazón, y en ambos antebrazos.
Mide aproximadamente 1'45 m, pero en cambio su diámetro sí que es bastante superior al de un humano, pues como todos los enanos, es muy robusto.
El símbolo del clan:
Descripción mental: Heimdall es, incluso para un enano, terco, orgulloso, bravucón y valiente. Su valor, de hecho, roza la temeridad, y junto con su fanfarronería lo han llevado a ponerse en situaciones realmente comprometidas, aunque también a realizar grandes hazañas.
Ante todo, es leal a su clan y a su raza; su sentido del deber y del honor es -como el de la mayoría de enanos, por otra parte- proverbial, y mientras residía en Nidavellir su mayor meta era servir al clan de la mejor manera posible. Incluso fuera de Nidavellir, no puede evitar pensar que allí todo es mejor, empezando por la cerveza.
Desconfía, pues, de humanos (de los que sólo ha oído hablar en leyendas) y cualquier otra raza, a excepción de los elfos, orcos y gigantes, a los que odia con toda su alma.
Es avaricioso, y siente un gran apego por los metales preciosos y las joyas. Pero no es una avaricia "maliciosa"; piensa que el resto de los seres no son capaces de apreciarlos en todas sus dimensiones, por lo que es injusto que los tengan. Aún así, su honor le impide robarlos en la mayoría de las ocasiones, si bien la perspectiva de ganancias en metal o joyas siempre le tienta.
Armas:
· El martillo de Thodran Amfist, una soberbia obra de los mejores herreros y sacerdotes enanos, con más de 2000 años de antigüedad. Toda una reliquia para los enanos de Nidavellir, y concretamente para los miembros del clan Amfist. Está recubierto de una capa de oro decorada con runas y grabados sagrados, protegida mágicamente para que no sufra daños durante el combate y se mantenga siempre limpia.
En combate, el martillo es de gran eficacia ya sin valerse de sus habilidades mágicas, que consisten en que con las palabras adecuadas (que sólo conoce Heimdall), se activa el conjuro rúnico que lo impregna y la cabeza se prende en llamas durante un breve tiempo (aproximadamente, medio minuto). Una vez transcurrido el medio minuto, las llamas desaparecen, aunque las tres runas mayores que decoran el martillo no recuperan su habitual color azulado, sino que brillan como si fueran ascuas encendidas que van apagándose lentamente. Sólo al pasar un día vuelven a su tono normal, que indica que el hechizo puede ser utilizado de nuevo (es decir, ha de transcurrir un día entre cada activación).
En cuanto al tamaño, es algo más alto que el propio Heimdall, y muy pesado. No todos los enanos podrían blandir arma semejante, pues es necesario un entrenamiento de guerrero, y humanos, muy pocos.
Imagínense un martillo así, más o menos, aunque en lugar de las runas estas en azul, presenta la runa símbolo del clan:
· Un arcabuz enano, que funciona de manera irregular; Es potente, pero muy poco preciso. El cañón mide algo más de un metro, y mediante una primitiva mecha que al llegar a la cazoleta prende la pólvora, dispara proyectiles esféricos de unos veinte gramos, con gran estruendo y humareda. Además, como el resto de la tecnología de los enanos de Nidavellir, tiene cierta tendencia a atascarse y fallar, lo que lo inutiliza completamente hasta que no se repara. A pesar de ello, no deja de ser un arma peligrosa en distancias medias y, sobretodo, cortas. Su principal inconveniente es la cadencia de tiro, pues entre dispario y disparo es precisa una compleja operación de limpieza, carga y cambio de mecha que puede llevar entre diez y quince minutos. Es un arma aparatosa y muy ruidosa, que por su tamaño
y peso sería difícil de manejar para un humano pero que, sin embargo, Heimdall maneja con cierta soltura. Hay que señalar que en días de lluvia o mucha humedad, es un arma prácticamente inútil, pues la mecha no prende.
A modo de accesorios tiene una baqueta que sirve tanto para limpiar el interior del cañón como para atacar bien la bala, un cuerno para la pólvora, y una pequeña bolsa para las balas.
· Su armadura, consistente en una cota de mallas de magnífica calidad, fabricada por los mejores artesanos de Nidavellir. Se completa con unas hombreras y unas protecciones para los antebrazos, de placas, ricamente decorados, y el yelmo con cuernos, además del cinturón de gran hebilla con el símbolo de su clan. Debajo de la cota porta un gambesón, color azul marino. No es impenetrable, pero ofrece mejor protección que cualquier armadura de hechura humana.
· Un cuerno de batalla, con decoraciones rúnicas en hierro, que sopla antes de entrar en combate con un ruido atronador.
Habilidades:
Los enanos de Nidavellir tienen una serie de rasgos que los distinguen de sus congéneres de otros lugares. La principal de ellas es que no soportan nada bien el sol. Sus ojos están adaptados a la tenue luz de las antorchas de sus túneles subterráneos, y el sol los deslumbra y les impide ver con total claridad.
Por otro lado, compensan esto con una mayor visión en lugares con poca luz, y una fuerza superior a la de los humanos, y con una cierta resistencia a la magia.
Además, Heimdall en concreto es un enano fuerte incluso para su especie, debido a su entrenamiento -y experiencia- como guerrero. Es muy hábil en el manejo del martillo, y llegado el caso, también sabe combatir decentemente con hachas a una y dos manos. No así con las espadas, que considera armas inferiores. En cuanto al manejo del arcabuz, su puntería es buena, aunque por otro lado la poca precisión del arma hace que en ocasiones no sirva de mucho.
Domina también en el aspécto técnico dichas armas, y es capaz de repararlo en caso de que se rompa, así como de practicarle el mantenimiento necesario para que funcionen. No sería capaz de fabricar un arcabuz de cero, pues no sabría fabricar las piezas ni los pequeños mecanismos, debido a que es una tecnología que muy pocos enanos dominan.
Deja que desear, pero, en el dominio de la metalurgia, para ser un enano. Sabe fabricar pólvora, y también sus propios proyectiles, pero no son de la calidad que alcanzarían si los hubiera fabricado uno de los maestros forjadores de Nidavellir. Esto no quiere decir que no sepa manejarse en una forja; es algo intrínseco a su raza y su habilidad natural le permite rivalizar con cualquier herrero humano experimentado. Es simplemente que, a nivel de herreros, hay muchos enanos mejores que él.
Por último, cabe decir que también ignora casi por completo el mundo de la magia rúnica, reduciéndose sus únicos conocimientos a las palabras necesarias para activar el conjuro del martillo.
Atributos:
1- Constitución física
2- Voluntad
3- Astucia
4- Habilidad
5- Inteligencia
6- Carisma
Historia:
Nidavellir era un gran continente, una gran isla habitada tan sólo por dos razas: los elfos y los enanos. De hecho Nidavellir era el nombre dado por los enanos, que habitaban en grandes ciudades excavadas bajo tierra, pues los elfos denominaban a la isla Svartál.
En realidad, en Nidavellir habitaban dos razas porque las otras dos -orcos y gigantes- habían perecido a manos de las supervivientes, tras grandes guerras concluidas doscientos años antes del nacimiento de Heimdall en el seno del clan Amfist.
Dicho clan era de los más antiguos y respetados de entre los enanos: fue fundado por el legendario guerrero Thodran Amfist, que inició el proceso de reconquista del territorio perdido frente a los orcos. Desde entonces, los miembros del clan Amfist fueron de los más respetados guerreros entre los enanos, y se encargaron de la protección de los territorios fronterizos, lo que les valió su apodo: "los Vigilantes".
Encabezaron la lucha contra los orcos, hasta que el abuelo de Heimdall, Thanjor Amfist, partio la cabeza al último que quedaba en Nidavellir. En cuanto a los gigantes, mucho menores en número, habían sido erradicados tiempo atrás.
Tras el final de la guerra, las dos nuevas razas dominantes se repartieron el contiente: la superfície para los elfos, y el subsuelo para los enanos. Sin embargo, la paz no fue duradera. Incapaces de vivir en un estado diferente al de la guerra, pronto los elfos codiciaron las riquezas escondidas bajo tierra y los enanos la prosperidad de la superfície. El rey de las cámaras de piedra era, al momento de estallar las hostilidades, el padre de Heimdall, Angroshim Amfist, que falleció en combate al poco tiempo de iniciada la guerra.
Después de su muerte, las rivalidades entre los diferentes clanes eran tan pronunciadas que por primera vez en dos mil años, no hubo consenso para decidir quién debía ser el nuevo rey (cargo asignado por elección, no hereditario en Nidavellir). Se declaró que el trono seguiría vacante, y mientras tanto los elfos, aprovechándose del caos en el que estaban sumidos los enanos, fueron tomando ventaja en la guerra.
En este contexto vivió los primeros años de su vida Heimdall, bajo la sombra de su hermano mayor y líder del clan. Aún así, desde que fue capaz de empuñar un arma demostró por qué descendía del linaje del heroico fundador del clan. Pronto su hermano se convirtió en la cabeza pensante, y él en el líder de las fuerzas armadas de los Amfist, que debían hacer honor a su nombre y se encargaban de vigilar en primera línea los movimentos de los enemigos y alertar en caso de ataque. Fue nombrado líder de los centinelas enanos, motivo por el que exhibe el tatuaje alrededor de sus ojos.
Lograron revertir la situación, y la guerra llegó a un punto muerto: los elfos no eran capaces de acceder a las ciudades subterráneas de los enanos -cuyas entradas se situaban en las más altas cumbres de Nidavellir-, pero éstos tampoco eran capaces de romper los cercos alrededor de sus montañas. Fue entonces cuando los oráculos del Clan Llama Profunda, los más renombrados sacerdotes de los enanos de Nidavellir, leyeron entre los fuegos proféticos que sólo conseguiría decantar la guerra hacia su lado el bando que trajera "A aquellos que sin ser iguales, no son diferentes".
Sólo se encontró una interpretación posible: había otros enanos en otras tierras, y si querían salvarse del exterminio, tenían que traerlos hacia Nidavellir. Por supuesto, para una misión así, tenían que enviar al mejor... y en un consejo extraordinario entre los líderes de los clanes se decidió que éste debía ser Heimdall, el heroico líder de los centinelas que había evitado en tantas ocasiones que los elfos accedieran a las entradas al mundo subterráneo.
Y para garantizar al máximo el éxito de su misión, se le otorgarían las mejores armas posibles: tras mucho consultarlo con los miembros del clan, le fue concedido el martillo sagrado del fundador, Thodran Amfist, y la más moderna arma de los enanos: un instrumento llamado arcabuz, que permitía disparar esferas de metal con gran potencia merced de uno de sus más preciados descubrimientos: la pólvora.
Por último, se le facilitó el mejor y más rápido método de locomoción disponible: una estrambótica máquina voladora, consitente en una especie de armazón de madera recubierto de metal, con una hélice (una especie de helicóptero, vaya) a base de carbón, en la que Heimdall guardó grandes reservas de comida, pólvora y sobretodo, cerveza, confiando en su instinto para encontrar al resto de enanos.
Nota 1: El arcabuz lo puse tras hablarlo con Lis y Lohen, pero de todos modos si finalmente se considera inapropiado, no hay ningún problema en quitarlo (faltaría más).
Nota 2: No he incluido la máquina voladora en las armas/objetos, porque (como también había hablado con los dos) la intención es que llegue en ella a Jaspia, pero por un accidente, quedaría totalmente destruida e inutilizable, reducida a un montón de chatarra, con lo cual no la usaría para nada en el rol de aquí, sólo como medio de transporte hasta el archipiélago.
Raza: Enano
Edad: 172 años.
Descripción física: Heimdall es un enano proveniente de las tripas de las montañas de Nidavellir, y como en todos los de su raza, lo que más destaca es su extrema palidez, cadavérica (debido a que no soporta el sol). Sus rasgos son como los de la mayoría de su especie, toscos y duros, sobresaliendo en ellos una gran y gruesa nariz. Sus ojos son pequeños y negros, y el resto de la cara apenas se ve pues está cubierta por su largísima barba blanca, que llega hasta el final de la barriga y es uno de sus mayores orgullos. La lleva peinada en múltiples trenzas, y la decora con anillas y adornos de oro.
Lleva unos finos tatuajes negros alrededor de los ojos, que son un son el símbolo de los centinelas enanos en Nidavellir. También lleva tatuado el símbolo de su clan en el pecho, encima del corazón, y en ambos antebrazos.
Mide aproximadamente 1'45 m, pero en cambio su diámetro sí que es bastante superior al de un humano, pues como todos los enanos, es muy robusto.
El símbolo del clan:
- Spoiler:
Descripción mental: Heimdall es, incluso para un enano, terco, orgulloso, bravucón y valiente. Su valor, de hecho, roza la temeridad, y junto con su fanfarronería lo han llevado a ponerse en situaciones realmente comprometidas, aunque también a realizar grandes hazañas.
Ante todo, es leal a su clan y a su raza; su sentido del deber y del honor es -como el de la mayoría de enanos, por otra parte- proverbial, y mientras residía en Nidavellir su mayor meta era servir al clan de la mejor manera posible. Incluso fuera de Nidavellir, no puede evitar pensar que allí todo es mejor, empezando por la cerveza.
Desconfía, pues, de humanos (de los que sólo ha oído hablar en leyendas) y cualquier otra raza, a excepción de los elfos, orcos y gigantes, a los que odia con toda su alma.
Es avaricioso, y siente un gran apego por los metales preciosos y las joyas. Pero no es una avaricia "maliciosa"; piensa que el resto de los seres no son capaces de apreciarlos en todas sus dimensiones, por lo que es injusto que los tengan. Aún así, su honor le impide robarlos en la mayoría de las ocasiones, si bien la perspectiva de ganancias en metal o joyas siempre le tienta.
Armas:
· El martillo de Thodran Amfist, una soberbia obra de los mejores herreros y sacerdotes enanos, con más de 2000 años de antigüedad. Toda una reliquia para los enanos de Nidavellir, y concretamente para los miembros del clan Amfist. Está recubierto de una capa de oro decorada con runas y grabados sagrados, protegida mágicamente para que no sufra daños durante el combate y se mantenga siempre limpia.
En combate, el martillo es de gran eficacia ya sin valerse de sus habilidades mágicas, que consisten en que con las palabras adecuadas (que sólo conoce Heimdall), se activa el conjuro rúnico que lo impregna y la cabeza se prende en llamas durante un breve tiempo (aproximadamente, medio minuto). Una vez transcurrido el medio minuto, las llamas desaparecen, aunque las tres runas mayores que decoran el martillo no recuperan su habitual color azulado, sino que brillan como si fueran ascuas encendidas que van apagándose lentamente. Sólo al pasar un día vuelven a su tono normal, que indica que el hechizo puede ser utilizado de nuevo (es decir, ha de transcurrir un día entre cada activación).
En cuanto al tamaño, es algo más alto que el propio Heimdall, y muy pesado. No todos los enanos podrían blandir arma semejante, pues es necesario un entrenamiento de guerrero, y humanos, muy pocos.
Imagínense un martillo así, más o menos, aunque en lugar de las runas estas en azul, presenta la runa símbolo del clan:
- Spoiler:
· Un arcabuz enano, que funciona de manera irregular; Es potente, pero muy poco preciso. El cañón mide algo más de un metro, y mediante una primitiva mecha que al llegar a la cazoleta prende la pólvora, dispara proyectiles esféricos de unos veinte gramos, con gran estruendo y humareda. Además, como el resto de la tecnología de los enanos de Nidavellir, tiene cierta tendencia a atascarse y fallar, lo que lo inutiliza completamente hasta que no se repara. A pesar de ello, no deja de ser un arma peligrosa en distancias medias y, sobretodo, cortas. Su principal inconveniente es la cadencia de tiro, pues entre dispario y disparo es precisa una compleja operación de limpieza, carga y cambio de mecha que puede llevar entre diez y quince minutos. Es un arma aparatosa y muy ruidosa, que por su tamaño
y peso sería difícil de manejar para un humano pero que, sin embargo, Heimdall maneja con cierta soltura. Hay que señalar que en días de lluvia o mucha humedad, es un arma prácticamente inútil, pues la mecha no prende.
A modo de accesorios tiene una baqueta que sirve tanto para limpiar el interior del cañón como para atacar bien la bala, un cuerno para la pólvora, y una pequeña bolsa para las balas.
· Su armadura, consistente en una cota de mallas de magnífica calidad, fabricada por los mejores artesanos de Nidavellir. Se completa con unas hombreras y unas protecciones para los antebrazos, de placas, ricamente decorados, y el yelmo con cuernos, además del cinturón de gran hebilla con el símbolo de su clan. Debajo de la cota porta un gambesón, color azul marino. No es impenetrable, pero ofrece mejor protección que cualquier armadura de hechura humana.
· Un cuerno de batalla, con decoraciones rúnicas en hierro, que sopla antes de entrar en combate con un ruido atronador.
Habilidades:
Los enanos de Nidavellir tienen una serie de rasgos que los distinguen de sus congéneres de otros lugares. La principal de ellas es que no soportan nada bien el sol. Sus ojos están adaptados a la tenue luz de las antorchas de sus túneles subterráneos, y el sol los deslumbra y les impide ver con total claridad.
Por otro lado, compensan esto con una mayor visión en lugares con poca luz, y una fuerza superior a la de los humanos, y con una cierta resistencia a la magia.
Además, Heimdall en concreto es un enano fuerte incluso para su especie, debido a su entrenamiento -y experiencia- como guerrero. Es muy hábil en el manejo del martillo, y llegado el caso, también sabe combatir decentemente con hachas a una y dos manos. No así con las espadas, que considera armas inferiores. En cuanto al manejo del arcabuz, su puntería es buena, aunque por otro lado la poca precisión del arma hace que en ocasiones no sirva de mucho.
Domina también en el aspécto técnico dichas armas, y es capaz de repararlo en caso de que se rompa, así como de practicarle el mantenimiento necesario para que funcionen. No sería capaz de fabricar un arcabuz de cero, pues no sabría fabricar las piezas ni los pequeños mecanismos, debido a que es una tecnología que muy pocos enanos dominan.
Deja que desear, pero, en el dominio de la metalurgia, para ser un enano. Sabe fabricar pólvora, y también sus propios proyectiles, pero no son de la calidad que alcanzarían si los hubiera fabricado uno de los maestros forjadores de Nidavellir. Esto no quiere decir que no sepa manejarse en una forja; es algo intrínseco a su raza y su habilidad natural le permite rivalizar con cualquier herrero humano experimentado. Es simplemente que, a nivel de herreros, hay muchos enanos mejores que él.
Por último, cabe decir que también ignora casi por completo el mundo de la magia rúnica, reduciéndose sus únicos conocimientos a las palabras necesarias para activar el conjuro del martillo.
Atributos:
1- Constitución física
2- Voluntad
3- Astucia
4- Habilidad
5- Inteligencia
6- Carisma
Historia:
Nidavellir era un gran continente, una gran isla habitada tan sólo por dos razas: los elfos y los enanos. De hecho Nidavellir era el nombre dado por los enanos, que habitaban en grandes ciudades excavadas bajo tierra, pues los elfos denominaban a la isla Svartál.
En realidad, en Nidavellir habitaban dos razas porque las otras dos -orcos y gigantes- habían perecido a manos de las supervivientes, tras grandes guerras concluidas doscientos años antes del nacimiento de Heimdall en el seno del clan Amfist.
Dicho clan era de los más antiguos y respetados de entre los enanos: fue fundado por el legendario guerrero Thodran Amfist, que inició el proceso de reconquista del territorio perdido frente a los orcos. Desde entonces, los miembros del clan Amfist fueron de los más respetados guerreros entre los enanos, y se encargaron de la protección de los territorios fronterizos, lo que les valió su apodo: "los Vigilantes".
Encabezaron la lucha contra los orcos, hasta que el abuelo de Heimdall, Thanjor Amfist, partio la cabeza al último que quedaba en Nidavellir. En cuanto a los gigantes, mucho menores en número, habían sido erradicados tiempo atrás.
Tras el final de la guerra, las dos nuevas razas dominantes se repartieron el contiente: la superfície para los elfos, y el subsuelo para los enanos. Sin embargo, la paz no fue duradera. Incapaces de vivir en un estado diferente al de la guerra, pronto los elfos codiciaron las riquezas escondidas bajo tierra y los enanos la prosperidad de la superfície. El rey de las cámaras de piedra era, al momento de estallar las hostilidades, el padre de Heimdall, Angroshim Amfist, que falleció en combate al poco tiempo de iniciada la guerra.
Después de su muerte, las rivalidades entre los diferentes clanes eran tan pronunciadas que por primera vez en dos mil años, no hubo consenso para decidir quién debía ser el nuevo rey (cargo asignado por elección, no hereditario en Nidavellir). Se declaró que el trono seguiría vacante, y mientras tanto los elfos, aprovechándose del caos en el que estaban sumidos los enanos, fueron tomando ventaja en la guerra.
En este contexto vivió los primeros años de su vida Heimdall, bajo la sombra de su hermano mayor y líder del clan. Aún así, desde que fue capaz de empuñar un arma demostró por qué descendía del linaje del heroico fundador del clan. Pronto su hermano se convirtió en la cabeza pensante, y él en el líder de las fuerzas armadas de los Amfist, que debían hacer honor a su nombre y se encargaban de vigilar en primera línea los movimentos de los enemigos y alertar en caso de ataque. Fue nombrado líder de los centinelas enanos, motivo por el que exhibe el tatuaje alrededor de sus ojos.
Lograron revertir la situación, y la guerra llegó a un punto muerto: los elfos no eran capaces de acceder a las ciudades subterráneas de los enanos -cuyas entradas se situaban en las más altas cumbres de Nidavellir-, pero éstos tampoco eran capaces de romper los cercos alrededor de sus montañas. Fue entonces cuando los oráculos del Clan Llama Profunda, los más renombrados sacerdotes de los enanos de Nidavellir, leyeron entre los fuegos proféticos que sólo conseguiría decantar la guerra hacia su lado el bando que trajera "A aquellos que sin ser iguales, no son diferentes".
Sólo se encontró una interpretación posible: había otros enanos en otras tierras, y si querían salvarse del exterminio, tenían que traerlos hacia Nidavellir. Por supuesto, para una misión así, tenían que enviar al mejor... y en un consejo extraordinario entre los líderes de los clanes se decidió que éste debía ser Heimdall, el heroico líder de los centinelas que había evitado en tantas ocasiones que los elfos accedieran a las entradas al mundo subterráneo.
Y para garantizar al máximo el éxito de su misión, se le otorgarían las mejores armas posibles: tras mucho consultarlo con los miembros del clan, le fue concedido el martillo sagrado del fundador, Thodran Amfist, y la más moderna arma de los enanos: un instrumento llamado arcabuz, que permitía disparar esferas de metal con gran potencia merced de uno de sus más preciados descubrimientos: la pólvora.
Por último, se le facilitó el mejor y más rápido método de locomoción disponible: una estrambótica máquina voladora, consitente en una especie de armazón de madera recubierto de metal, con una hélice (una especie de helicóptero, vaya) a base de carbón, en la que Heimdall guardó grandes reservas de comida, pólvora y sobretodo, cerveza, confiando en su instinto para encontrar al resto de enanos.
Nota 1: El arcabuz lo puse tras hablarlo con Lis y Lohen, pero de todos modos si finalmente se considera inapropiado, no hay ningún problema en quitarlo (faltaría más).
Nota 2: No he incluido la máquina voladora en las armas/objetos, porque (como también había hablado con los dos) la intención es que llegue en ella a Jaspia, pero por un accidente, quedaría totalmente destruida e inutilizable, reducida a un montón de chatarra, con lo cual no la usaría para nada en el rol de aquí, sólo como medio de transporte hasta el archipiélago.
Última edición por Heimdall el 27/08/11, 07:30 pm, editado 2 veces
Heimdall- Cantidad de envíos : 16
Re: Heimdall hijo de Angroshim, el enano
Permítame el honor de ser el primero en concederle el Nihil Obstat a su ficha...
Bienvenido !
Bienvenido !
Lohengrin- Cantidad de envíos : 1179
Re: Heimdall hijo de Angroshim, el enano
Antes de aprobarla, me dicen por favor Angroshim de quien es hijo y quien es su abuelo. A respetar las costumbres Enanas, carajo!!
Despues de aclarado eso: Me gusta mucho el enano!!! ja!!! ya no soy la enana!
Despues de aclarado eso: Me gusta mucho el enano!!! ja!!! ya no soy la enana!
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Heimdall hijo de Angroshim, el enano
Por supuesto, como he podido ser tan maleducado -carraspea-. Soy Heimdall, hijo de Angroshim, hijo de Thanjor, hijo de Ingvar, hijo de Helmar "Martillo Sagrado", hijo de Hangvul, hijo de Erling el blanco, hijo de Tolghar, hijo de Rolf "Lengua Dorada", hijo de Wulfgaroth, hijo de Karli, hijo de Inger, hijo de Ebbenar, hijo de Thodran, hijo de...
Heimdall- Cantidad de envíos : 16
Re: Heimdall hijo de Angroshim, el enano
gracias ^^
Por mi parte, ficha aprobada.
Por mi parte, ficha aprobada.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Heimdall hijo de Angroshim, el enano
Por mi parte, no hay ningún problema tampoco.
Otto Hoenheim- Cantidad de envíos : 193
Re: Heimdall hijo de Angroshim, el enano
Ay, un enano!!
Me gusta. No tengo pegas, digo que sí a tu enano
Me gusta. No tengo pegas, digo que sí a tu enano
Luthys- Cantidad de envíos : 890
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