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Las coincidencias no existen...
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Re: Las coincidencias no existen...
- No quiero cuartos.-dijo el demonio en tono cortante. Hubo un silencio. No sabía bien qué decir, aunque había recuperado la calma y la normalidad. - Lo siento. Se me fue de las manos. Sé que se merecían una lección, pero ha sido demasiado. He llamado demasiado la atención.-Su rostro reflejaba una gran culpa.
Echó una ojeada alrededor, la chica había tirado de él todo el trayecto hasta ese lugar más apartado de la taberna y Luthys ni siquiera había reparado en ello. Se dejó caer en el suelo y suspiró. Agachó la cabeza, la hundió entre sus manos y volvió de nuevo la vista a Sophitia.
-Hacía mucho que no me comportaba así. Yo ya no soy de este modo. O, al menos, es lo que llevo intentando durante años.-Hizo una pausa.-He venido a Adysium por este motivo, me pasa algo, Sophi, algo dentro, como si mi parte endiablada y demoníaca estuviera dándome golpes por dentro para salir afuera.-Supo entonces que era momento de decirle la verdad.-Alma y yo nos separamos por esto. Tuvimos un extraño encuentro en una biblioteca y... algo raro pasó. Desde entonces pierdo el control de pronto, para recuperarlo al rato. Aunque lo de la taberna supera con creces lo que hasta ahora me había ocurrido.-La miró un momento y añadió:-He venido en busca de la Torre de Marfil, tengo entendido que quizá puedan ayudarme.
No había dejado lugar para hablar a la chica, si no lo soltaba todo rápido, no sería capaz de hacerlo. Sus dotes de comunicación eran malas, penosas, y lo de sincerarse era aún peor. Aunque, en el fondo, se había quitado un gran peso de encima al compartirlo todo con la pirata. Y estaba seguro de que lo que ella fuera a decir le iba a ser grato de escuchar.
Echó una ojeada alrededor, la chica había tirado de él todo el trayecto hasta ese lugar más apartado de la taberna y Luthys ni siquiera había reparado en ello. Se dejó caer en el suelo y suspiró. Agachó la cabeza, la hundió entre sus manos y volvió de nuevo la vista a Sophitia.
-Hacía mucho que no me comportaba así. Yo ya no soy de este modo. O, al menos, es lo que llevo intentando durante años.-Hizo una pausa.-He venido a Adysium por este motivo, me pasa algo, Sophi, algo dentro, como si mi parte endiablada y demoníaca estuviera dándome golpes por dentro para salir afuera.-Supo entonces que era momento de decirle la verdad.-Alma y yo nos separamos por esto. Tuvimos un extraño encuentro en una biblioteca y... algo raro pasó. Desde entonces pierdo el control de pronto, para recuperarlo al rato. Aunque lo de la taberna supera con creces lo que hasta ahora me había ocurrido.-La miró un momento y añadió:-He venido en busca de la Torre de Marfil, tengo entendido que quizá puedan ayudarme.
No había dejado lugar para hablar a la chica, si no lo soltaba todo rápido, no sería capaz de hacerlo. Sus dotes de comunicación eran malas, penosas, y lo de sincerarse era aún peor. Aunque, en el fondo, se había quitado un gran peso de encima al compartirlo todo con la pirata. Y estaba seguro de que lo que ella fuera a decir le iba a ser grato de escuchar.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Las coincidencias no existen...
Durante todo el discurso la pirata siquiera intento decir algo, parecía que Luthys quería descargarse y si eso lo ayudaba entonces no se lo iba a impedir, aunque seguía mirando a los lados por las dudas de que alguien los siguiera, no era cuestión de confiarse.
En verdad se podía casi palpar la enorme culpa que sentía el demonio por sus actos, Sophitia se quedo mirándolo fijamente todo el tiempo, no lo tocaba, no lo consolaba, solo lo miraba en detalle mientras le contaba sus preocupaciones, lo que en verdad había pasado con Alma, el porque de su visita. No se notaba compasión alguna por parte de la muchacha, tampoco desprecio, mas bien era como si no entendiera.
- Verdaderamente no entiendo a lo que te refieres, Luthys... - Se puso al lado suyo, sin tocarlo, pero con cierto compañerismo - Me dices que no entiendes qué te pasa, que tienes arranques de furia, que tu parte demoníaca quiere salir... Yo no veo nada de eso - Se encogió de hombros y lo miro fijamente, quería que captara su punto de vista, que recapacitara - Para mi lo que sientes no es mas que el odio humano, así de simple ¿Crees que los demonios son peores que los humanos? ¿De verdad? Somos igual de mierda, y podemos ser igual de crueles, si vives una temporada conmigo lo podrás ver.
Se aparto un poco, dándole tiempo para que lo piense. Ella no veía la diferencia, había crecido en un ambiente donde las cosas mas crueles eran algo cotidiano, abandonos, torturas, crueldades, egoísmos, maltratos... ¿Y los demonios creían que la maldad era algo de su propiedad? Ellos solo tenían el derecho por antigüedad, pero los humanos jugaban en la misma carrera y les competían de igual a igual.
- Nunca te fuiste del infierno, Luthys, solo cambiaste de mapa - Le ofreció la mano para que salieran de allí, no era conveniente quedarse tanto tiempo - Los viejos magos de esa torre no van a poder solucionar que te estés volviendo tan humano...
En verdad se podía casi palpar la enorme culpa que sentía el demonio por sus actos, Sophitia se quedo mirándolo fijamente todo el tiempo, no lo tocaba, no lo consolaba, solo lo miraba en detalle mientras le contaba sus preocupaciones, lo que en verdad había pasado con Alma, el porque de su visita. No se notaba compasión alguna por parte de la muchacha, tampoco desprecio, mas bien era como si no entendiera.
- Verdaderamente no entiendo a lo que te refieres, Luthys... - Se puso al lado suyo, sin tocarlo, pero con cierto compañerismo - Me dices que no entiendes qué te pasa, que tienes arranques de furia, que tu parte demoníaca quiere salir... Yo no veo nada de eso - Se encogió de hombros y lo miro fijamente, quería que captara su punto de vista, que recapacitara - Para mi lo que sientes no es mas que el odio humano, así de simple ¿Crees que los demonios son peores que los humanos? ¿De verdad? Somos igual de mierda, y podemos ser igual de crueles, si vives una temporada conmigo lo podrás ver.
Se aparto un poco, dándole tiempo para que lo piense. Ella no veía la diferencia, había crecido en un ambiente donde las cosas mas crueles eran algo cotidiano, abandonos, torturas, crueldades, egoísmos, maltratos... ¿Y los demonios creían que la maldad era algo de su propiedad? Ellos solo tenían el derecho por antigüedad, pero los humanos jugaban en la misma carrera y les competían de igual a igual.
- Nunca te fuiste del infierno, Luthys, solo cambiaste de mapa - Le ofreció la mano para que salieran de allí, no era conveniente quedarse tanto tiempo - Los viejos magos de esa torre no van a poder solucionar que te estés volviendo tan humano...
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Las coincidencias no existen...
La respuesta de la pirata le sorprendió. ¿Sólo era más humano? ¿Sólo eso? No podía ser sólo eso. Aunque, pensándolo bien, Sophitia tenía razón. Él había conocido humanos que hubieran sido unos demonios rematadamente buenos. El odio, la codicia y la violencia de los humanos cada vez iba en aumento, y había técnicas que ni los demonios habían llegado a probar.
- Puede que tengas razón, Sophi. - La miró y le sonrió.- Sin embargo, ¿a qué se debe entonces que de repente salgan de mi boca palabras que impliquen cosas que ni siento ni pienso? Le dije a Alma que ojalá no nos hubiéramos conocido nunca. - Miró de nuevo a la chica, su rostro era el claro ejemplo de la culpabilidad. - ¿Acaso también hacen eso los humanos? Yo jamás he actuado así, desde que soy mortal, quiero decir.
Por extraño que pareciera, empezaba a sentirse mejor. Al menos Sophitia no había huído de su lado tras su ataque repentino de violencia en la taberna, y al hablarle de "su problema" lo vió tan normal como que a un niño le asusten los monstruos. Sonrió para sí por el simple hecho de tener a alguien con quien hablar, y no sólo eso, sino que fuera capaz de actuar con total normalidad ante las situaciones que a él le parecían el mayor problema del mundo.
- ¿Qué propones hacer entonces?- preguntó.
- Puede que tengas razón, Sophi. - La miró y le sonrió.- Sin embargo, ¿a qué se debe entonces que de repente salgan de mi boca palabras que impliquen cosas que ni siento ni pienso? Le dije a Alma que ojalá no nos hubiéramos conocido nunca. - Miró de nuevo a la chica, su rostro era el claro ejemplo de la culpabilidad. - ¿Acaso también hacen eso los humanos? Yo jamás he actuado así, desde que soy mortal, quiero decir.
Por extraño que pareciera, empezaba a sentirse mejor. Al menos Sophitia no había huído de su lado tras su ataque repentino de violencia en la taberna, y al hablarle de "su problema" lo vió tan normal como que a un niño le asusten los monstruos. Sonrió para sí por el simple hecho de tener a alguien con quien hablar, y no sólo eso, sino que fuera capaz de actuar con total normalidad ante las situaciones que a él le parecían el mayor problema del mundo.
- ¿Qué propones hacer entonces?- preguntó.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Las coincidencias no existen...
De a poco, muy de a poco, la pirata iba entendiendo lo que le pasaba a Luthys, o al menos eso pensaba ¿Sería que no estaba acostumbrado a tener sentimientos como los mortales? Así dicho sonaba sumamente extraño, pero era lo que se le ocurría en base a lo que le contaba. Lo único que podía hacer era ayudarlo a entender lo que parecía ser un mundo nuevo para él.
-Si, los mortales nos pasamos mas tiempo diciendo cosas que no pensamos de verdad de las que somos sinceros, y eso es simplemente porque si mientes las cosas son mas sencillas, si dices la verdad te arriesgas y dejas tus puntos débiles a la vista donde pueden golpearlos - Sin ir mas lejos, la misma Sophitia era sumamente desconfiada y prefería esa fachada de pirata mala antes que mostrarse como era en realidad, pero no quería pensar mucho en eso - Me parece que te falta conocer montones de cosas sobre los humanos, somos una peste en esta tierra, y ahora te nos sumaste, jajaja - Bromeaba, pero a la vez era en serio, no tenia gran fe en la humanidad ni en su progreso en cuanto a la moral.
Se asomó por un costado del edificio en el que estaba apoyados hablando para revisar si alguien se acercaba, habían guardias mirando acá y allá, pero mas que estar un poco mas alerta de lo normal, parecían seguir con su rutina.
-Me parece que necesitas relajarte un poco, vamos a un lugar bonito y tranquilo que conozco, no hay manera de que nos metamos en problemas ahí, y así podrás descansar - Aunque sonara raro que una humana se preocupara por un demonio, así era, parecía que el ritmo que llevaban lo estaba agotando y Sophitia no quería eso, prefería que al menos se llevara una buena impresión de ella, no porque quisiera gustarle, no porque le importara si no lo convencía, era raro, pero lo consideraba demasiado bueno para estar donde estaba.
Empezó a caminar de modo casual, como si nada hubiese pasado, incluso se detuvo en varios puestos y pregunto precios de distintas cosas sin llegar a comprar nada mas que unas uvas que le parecieron especialmente dulces, y una botella de licor de frutos del bosque. Llevo a Luthys de a poco a las zonas mas abiertas de la isla, donde las casas estaban cada vez mas separadas las unas de las otras y las huertas ocupaban mas espacio. Gran parte de la costa sur de Adysiam consistía en acantilados, y allí se dirigían.
-Hay un lugar al que vengo de vez en vez cuando estoy aquí, solo hay un acantilado, un árbol y el mar, me gusta sentarme y ver las olas un largo rato mientras pienso - Hizo una pausa mientras meditaba sobre el asunto - Tal vez puedas relajarte y pensar tu también, es lo mejor cuando uno esta confundido... - Hablaba desde la experiencia evidentemente.
-Si, los mortales nos pasamos mas tiempo diciendo cosas que no pensamos de verdad de las que somos sinceros, y eso es simplemente porque si mientes las cosas son mas sencillas, si dices la verdad te arriesgas y dejas tus puntos débiles a la vista donde pueden golpearlos - Sin ir mas lejos, la misma Sophitia era sumamente desconfiada y prefería esa fachada de pirata mala antes que mostrarse como era en realidad, pero no quería pensar mucho en eso - Me parece que te falta conocer montones de cosas sobre los humanos, somos una peste en esta tierra, y ahora te nos sumaste, jajaja - Bromeaba, pero a la vez era en serio, no tenia gran fe en la humanidad ni en su progreso en cuanto a la moral.
Se asomó por un costado del edificio en el que estaba apoyados hablando para revisar si alguien se acercaba, habían guardias mirando acá y allá, pero mas que estar un poco mas alerta de lo normal, parecían seguir con su rutina.
-Me parece que necesitas relajarte un poco, vamos a un lugar bonito y tranquilo que conozco, no hay manera de que nos metamos en problemas ahí, y así podrás descansar - Aunque sonara raro que una humana se preocupara por un demonio, así era, parecía que el ritmo que llevaban lo estaba agotando y Sophitia no quería eso, prefería que al menos se llevara una buena impresión de ella, no porque quisiera gustarle, no porque le importara si no lo convencía, era raro, pero lo consideraba demasiado bueno para estar donde estaba.
Empezó a caminar de modo casual, como si nada hubiese pasado, incluso se detuvo en varios puestos y pregunto precios de distintas cosas sin llegar a comprar nada mas que unas uvas que le parecieron especialmente dulces, y una botella de licor de frutos del bosque. Llevo a Luthys de a poco a las zonas mas abiertas de la isla, donde las casas estaban cada vez mas separadas las unas de las otras y las huertas ocupaban mas espacio. Gran parte de la costa sur de Adysiam consistía en acantilados, y allí se dirigían.
-Hay un lugar al que vengo de vez en vez cuando estoy aquí, solo hay un acantilado, un árbol y el mar, me gusta sentarme y ver las olas un largo rato mientras pienso - Hizo una pausa mientras meditaba sobre el asunto - Tal vez puedas relajarte y pensar tu también, es lo mejor cuando uno esta confundido... - Hablaba desde la experiencia evidentemente.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Las coincidencias no existen...
Empezó a entender que Sophitia hablaba totalmente desde la experiencia propia. No sabía mucho sobre ella, pero estaba bien claro que no había tenido una vida fácil. Parecía que la gente le había hecho daño y que ella misma había visto a gente comportándose como él mismo en la taberna.
Agradeció enormemente echar a andar y abtraerse entre los ciudadanos. Pasaron por unos puestos en los que la chica se detuvo a comprar unas uvas y un licor. Él se mantuvo al margen, no quería relacionarse con nadie más de momento, necesitaba pensar y descansar la mente y el cuerpo. Por suerte, Sophitia era de bastante ayuda y parecía saber exactamente a dónde dirigirse para que él se sintiera mejor.
Actuaban con naturalidad ante las gentes, nadie podía haber imaginado que habían sido perseguidos por guardias, que habían entrado en una casa, que había corrido por los tejados o que habían montado un espectáculo bastante desagradable en el interior de una taberna. El demonio caminaba preocupado por si alguien les reconocía, o por si aún había guardias en busca de ellos dos. Sin embargo, no ocurrió nada de eso y se tranquilizó.
La pirata había mencionado un lugar tranquilo y relajado, pero no pudo imaginar el lugar tan bonito al que estaban dirigiéndose. Se trataba de un acantilado, con un gran árbol en un rincón que ofrecía bastante sombra, y el inmenso mar que se extendía más allá de la orilla. Hacía mucho tiempo que le demonio no pisaba el mar, nunca le gustó mucho, pero supuso que Sophitia estaría encantada con él. Se acercó a la orilla, y contempló las olas. Le llegó el agradable olor de agua marina. Suspiró y sonrió.
Es cierto que este lugar es muy agradable. No me extraña que vengas aquí de vez en cuando, es verdaderamente placentero.
Dió la vuelta y se aproximó al árbol, se sentó junto al tronco y miró a la chica.
- Quizá podríamos dar unos tragos al licor que has adquirido en ese puesto. - dijo con una sonrisa burlona.- Algún día tendrás que contarme qué pasó con tu vida para que conozcas tanta maldad y seas tan desconfiada. - lo dijo en un tono que la invitaba a hablar sobre ello si así lo deseaba, por lo que hizo una pausa y esperó a ver qué diría Sophitia sobre eso.
Agradeció enormemente echar a andar y abtraerse entre los ciudadanos. Pasaron por unos puestos en los que la chica se detuvo a comprar unas uvas y un licor. Él se mantuvo al margen, no quería relacionarse con nadie más de momento, necesitaba pensar y descansar la mente y el cuerpo. Por suerte, Sophitia era de bastante ayuda y parecía saber exactamente a dónde dirigirse para que él se sintiera mejor.
Actuaban con naturalidad ante las gentes, nadie podía haber imaginado que habían sido perseguidos por guardias, que habían entrado en una casa, que había corrido por los tejados o que habían montado un espectáculo bastante desagradable en el interior de una taberna. El demonio caminaba preocupado por si alguien les reconocía, o por si aún había guardias en busca de ellos dos. Sin embargo, no ocurrió nada de eso y se tranquilizó.
La pirata había mencionado un lugar tranquilo y relajado, pero no pudo imaginar el lugar tan bonito al que estaban dirigiéndose. Se trataba de un acantilado, con un gran árbol en un rincón que ofrecía bastante sombra, y el inmenso mar que se extendía más allá de la orilla. Hacía mucho tiempo que le demonio no pisaba el mar, nunca le gustó mucho, pero supuso que Sophitia estaría encantada con él. Se acercó a la orilla, y contempló las olas. Le llegó el agradable olor de agua marina. Suspiró y sonrió.
Es cierto que este lugar es muy agradable. No me extraña que vengas aquí de vez en cuando, es verdaderamente placentero.
Dió la vuelta y se aproximó al árbol, se sentó junto al tronco y miró a la chica.
- Quizá podríamos dar unos tragos al licor que has adquirido en ese puesto. - dijo con una sonrisa burlona.- Algún día tendrás que contarme qué pasó con tu vida para que conozcas tanta maldad y seas tan desconfiada. - lo dijo en un tono que la invitaba a hablar sobre ello si así lo deseaba, por lo que hizo una pausa y esperó a ver qué diría Sophitia sobre eso.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Las coincidencias no existen...
Un único árbol había sobrevivido a los impetuosos vientos del mar, grande pero retorcido se posicionaba glorioso cerca del borde del precipicio. Tal vez algún día se caería el trozo entero de tierra con planta y todo, pero hoy no era ese día, la tarde estaba hermosa y la brisa el mar le pegaba a Sophitia en el rostro, lo cual la relajaba y la sacaba de su estado momentáneo de locura, producto de la ciudad.
Se quedo parada un rato en el borde, sonriendo en verdad contenta de encontrarse nuevamente con el que sería siempre su único amor, el mar. Tardo un poco en reaccionar al pedido de Luthys, finalmente le lanzo la botella para que la atrapara, se saco la bolsa del hombro y también la arrojo cerca del árbol, se escucho el sonido del metal al golpearse.
-Encontré este lugar por casualidad… Bah, sería más correcto decir que siquiera sé como lo encontré, una noche bebí mucho… Y bueno, desperté aquí… Supongo que estando ebria me resulto un lugar agradable para dormir – Se sentó finalmente junto a su amigo, apoyando la cabeza contra el tronco y cerrando los ojos.
No solo les gustaba el olor del mar y la sensación del agua, también la calmaba mucho el poder escuchar el sonido de las olas. Tal vez era porque de bebe siempre había dormido en barco, siendo mecida suavemente por el agua marina.
-¿Por qué conozco tanta maldad y desconfío tanto..? – Hablaba con los ojos cerrados, como si pensara en voz alta más que estar respondiendo a la pregunta – Debe ser porque viví, porque jamás me quede quieta en un lugar, ni me acobarde ante nuevas perspectivas, viaje, conocí, me caí, me levante, pise todas las islas de Jaspia y más lejos también, encontré a muchas personas muy distintas, a muchas culturas con ideas muy diferentes…
Hizo una pausa, pensando en las historias que había vivido, y en todas las personas que habían quedado en el camino.
-¿Sabes lo único que tienen en común las personas de todos los sitios? En todos lados la codicia, la envidia y la lujuria los lleva a hacer cosas atroces … - Se encogió de hombros de modo despreocupado – Con el paso del tiempo o te acostumbras o te vuelves loco – Entonces lo miro y le sonrió con ese estilo tan particular que tenia ella entre alegre y pícaro – Y de vez en vez encuentras gente que vale la pena y tienes que ver el modo de que no se escapen, jajaja.
Se reía como si el tema del que hablara no fuera serio, como si la muerte y la crueldad fueran algo que ya pasaran a través de ella sin mayores inconvenientes, y eso podía ser muy conveniente, pero también muy triste.
Se quedo parada un rato en el borde, sonriendo en verdad contenta de encontrarse nuevamente con el que sería siempre su único amor, el mar. Tardo un poco en reaccionar al pedido de Luthys, finalmente le lanzo la botella para que la atrapara, se saco la bolsa del hombro y también la arrojo cerca del árbol, se escucho el sonido del metal al golpearse.
-Encontré este lugar por casualidad… Bah, sería más correcto decir que siquiera sé como lo encontré, una noche bebí mucho… Y bueno, desperté aquí… Supongo que estando ebria me resulto un lugar agradable para dormir – Se sentó finalmente junto a su amigo, apoyando la cabeza contra el tronco y cerrando los ojos.
No solo les gustaba el olor del mar y la sensación del agua, también la calmaba mucho el poder escuchar el sonido de las olas. Tal vez era porque de bebe siempre había dormido en barco, siendo mecida suavemente por el agua marina.
-¿Por qué conozco tanta maldad y desconfío tanto..? – Hablaba con los ojos cerrados, como si pensara en voz alta más que estar respondiendo a la pregunta – Debe ser porque viví, porque jamás me quede quieta en un lugar, ni me acobarde ante nuevas perspectivas, viaje, conocí, me caí, me levante, pise todas las islas de Jaspia y más lejos también, encontré a muchas personas muy distintas, a muchas culturas con ideas muy diferentes…
Hizo una pausa, pensando en las historias que había vivido, y en todas las personas que habían quedado en el camino.
-¿Sabes lo único que tienen en común las personas de todos los sitios? En todos lados la codicia, la envidia y la lujuria los lleva a hacer cosas atroces … - Se encogió de hombros de modo despreocupado – Con el paso del tiempo o te acostumbras o te vuelves loco – Entonces lo miro y le sonrió con ese estilo tan particular que tenia ella entre alegre y pícaro – Y de vez en vez encuentras gente que vale la pena y tienes que ver el modo de que no se escapen, jajaja.
Se reía como si el tema del que hablara no fuera serio, como si la muerte y la crueldad fueran algo que ya pasaran a través de ella sin mayores inconvenientes, y eso podía ser muy conveniente, pero también muy triste.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Las coincidencias no existen...
Si algo le asombraba de Sophitia era su valor. Mucho más valor que cualquier demonio, que él mismo. Sí, él era un cobarde, uno de los grandes cobardes que jamás hubiera existido. Sin embargo, no era así su amiga. Tal vez si permaneciera el tiempo suficiente junto a ella aprendería a ver más allá de los terrores del mundo, más allá del miedo que le provocaban tantas cosas.
- Yo creo que ya he comenzado a volverme loco. -dijo Luthys en voz baja, mirando al suelo. - Y si crees que merezco la pena... tú también te has vuelto loca.- rió.
Rió. Rió sinceramente. Otra de las cosas buenas que tenía esa endiablada chica pirata era que le hacía reír. Sus conversaciones con ella le habían arrancado muchas sonrisas y alguna que otra carcajada. Y, siendo él quién y como era, era decir mucho.
- ¿Sabes? Soy demasiado cobarde. Mi raza es demasiado cobarde y yo, desde que me quitaron la inmortalidad, lo soy más aún. Es una mierda ser mortal. Y es una mierda vivir con miedo. Vivir con miedo de que te persigan y encuentren, de que aparezca alguien a cobrarse aquello que una vez hiciste, a meterte en un lío y que atraviesen tu cuerpo con algo que pueda matarte,...- Hizo una pausa y prosiguió.- Cuando estaba con Alma tuvimos una situación muy extraña, y después de eso nos separamos.- Odiaba sacar el tema tanto como necesitaba hablar de ello.
Miró al mar. En el fondo entendía a Sophitia. El mar transmitía la calma que tierra firme no transmitía. Quizá fuera el sonido de las olas, el olor salado, o la tranquilidad del movimiento de sus aguas. Volvió los ojos hacia la pirata y dijo:
- Tengo la pequeña esperanza de que los magos de Adysium puedan hacer algo conmigo...- dudó en terminar la frase - y con Alma.
- Yo creo que ya he comenzado a volverme loco. -dijo Luthys en voz baja, mirando al suelo. - Y si crees que merezco la pena... tú también te has vuelto loca.- rió.
Rió. Rió sinceramente. Otra de las cosas buenas que tenía esa endiablada chica pirata era que le hacía reír. Sus conversaciones con ella le habían arrancado muchas sonrisas y alguna que otra carcajada. Y, siendo él quién y como era, era decir mucho.
- ¿Sabes? Soy demasiado cobarde. Mi raza es demasiado cobarde y yo, desde que me quitaron la inmortalidad, lo soy más aún. Es una mierda ser mortal. Y es una mierda vivir con miedo. Vivir con miedo de que te persigan y encuentren, de que aparezca alguien a cobrarse aquello que una vez hiciste, a meterte en un lío y que atraviesen tu cuerpo con algo que pueda matarte,...- Hizo una pausa y prosiguió.- Cuando estaba con Alma tuvimos una situación muy extraña, y después de eso nos separamos.- Odiaba sacar el tema tanto como necesitaba hablar de ello.
Miró al mar. En el fondo entendía a Sophitia. El mar transmitía la calma que tierra firme no transmitía. Quizá fuera el sonido de las olas, el olor salado, o la tranquilidad del movimiento de sus aguas. Volvió los ojos hacia la pirata y dijo:
- Tengo la pequeña esperanza de que los magos de Adysium puedan hacer algo conmigo...- dudó en terminar la frase - y con Alma.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Las coincidencias no existen...
Mientras el demonio hablaba Sophitia saco las uvas y empezó a comerlas con calma, a veces las lanzaba al aire y las atrapaba con la boca solo para hacerlo más entretenido, parecía poco serio de su parte, pero en realidad era su modo de sacarle peso al ambiente… Porque si había una atmósfera en la que no se sentía cómoda esas eran en las que se ponían demasiado sentimentales. Quería ayudar a su amigo, escucharlo y darle consejo, pero no quería ponerse excesivamente cursi en el proceso, eso sí que no, los piratas no hacían esas cosas.
-Si te soy sincera, no es la primera vez que me dicen que estoy loca jaja – Y no solo a modo de insulto, sino casi como diagnostico – Pero creo que somos más felices que el promedio de las personas, así que no me quejo –
La pirata no tenía mucha idea de qué hacían en realidad los demonios, tenía sus teorías producto de los cuentos y rumores que corrían típicamente entre los humanos, pero nada más. Suponía que debían matar personas y cosas por el estilo, aunque no se imaginaba a Luthys haciendo cosas así, si hasta se sentía culpable por pegarle a un par de sujetos ¿Sería que junto con la inmortalidad había perdido la maldad?
-Debe ser que yo jamás tuve la seguridad de que nada me iba a pasar – Mismo se podría decir que era un milagro que siguiera viva dado el estilo de vida que llevaba – Lo mejor que puedes hacer es no pensar mucho en ello – Agarro el licor y tomo otro trago – Simplemente, si quieres hacer algo vas y lo haces, sin pensar en las consecuencias, porque si te detienes a pensar así sea un segundo, no lo haces – Le palmeo el hombro de modo amistoso- Créeme, es un consejo de una mortal a otro mortal, jaja.
Lo de Alma… Eso le sonaba a romance, y en eso Sophitia se sentía como pez fuera del agua, no estaba muy segura de cómo reaccionar, o qué aconsejar, nunca había estado realmente enamorada. Torció la boca como haciendo un esfuerzo por pensar en qué decirle, tomo un poco mas de licor y por fin se animo a hacer algún comentario.
-Yo… No soy muy buena en estos temas… No sé bien qué decirte pero… Si crees que los viejos esos pueden ayudarte ¡Pues ve para adelante! Me alegro que mas allá de las dificultades se hayan encontrado el uno al otro – Retiro la mirada para que no notara que la envidia se mezclaba en ella junto con la felicidad, nunca había sentido algo así, pero todo el mundo decía que era maravilloso estar enamorado, como estar embriagado con vinos caros y deliciosos pero sin la resaca del día siguiente, o algo parecido.
-Querer tanto a alguien debe ser muy lindo – Dijo mirando hacia algún punto no definido a lo lejos - Yo quiero mucho a Florangel, y quería muchísimo a mi padre, pero esto que dices es distinto a eso – El piso era mezcla de arena con tierra y algo de piedras, agarro una con punta y comenzó a hacer líneas en el piso como para distraerse de temas que le resultaban tan confusos – No creo que los viejos esos hagan nada por ti sin cobrar un buen precio, y no sé si en monedas de oro…
-Si te soy sincera, no es la primera vez que me dicen que estoy loca jaja – Y no solo a modo de insulto, sino casi como diagnostico – Pero creo que somos más felices que el promedio de las personas, así que no me quejo –
La pirata no tenía mucha idea de qué hacían en realidad los demonios, tenía sus teorías producto de los cuentos y rumores que corrían típicamente entre los humanos, pero nada más. Suponía que debían matar personas y cosas por el estilo, aunque no se imaginaba a Luthys haciendo cosas así, si hasta se sentía culpable por pegarle a un par de sujetos ¿Sería que junto con la inmortalidad había perdido la maldad?
-Debe ser que yo jamás tuve la seguridad de que nada me iba a pasar – Mismo se podría decir que era un milagro que siguiera viva dado el estilo de vida que llevaba – Lo mejor que puedes hacer es no pensar mucho en ello – Agarro el licor y tomo otro trago – Simplemente, si quieres hacer algo vas y lo haces, sin pensar en las consecuencias, porque si te detienes a pensar así sea un segundo, no lo haces – Le palmeo el hombro de modo amistoso- Créeme, es un consejo de una mortal a otro mortal, jaja.
Lo de Alma… Eso le sonaba a romance, y en eso Sophitia se sentía como pez fuera del agua, no estaba muy segura de cómo reaccionar, o qué aconsejar, nunca había estado realmente enamorada. Torció la boca como haciendo un esfuerzo por pensar en qué decirle, tomo un poco mas de licor y por fin se animo a hacer algún comentario.
-Yo… No soy muy buena en estos temas… No sé bien qué decirte pero… Si crees que los viejos esos pueden ayudarte ¡Pues ve para adelante! Me alegro que mas allá de las dificultades se hayan encontrado el uno al otro – Retiro la mirada para que no notara que la envidia se mezclaba en ella junto con la felicidad, nunca había sentido algo así, pero todo el mundo decía que era maravilloso estar enamorado, como estar embriagado con vinos caros y deliciosos pero sin la resaca del día siguiente, o algo parecido.
-Querer tanto a alguien debe ser muy lindo – Dijo mirando hacia algún punto no definido a lo lejos - Yo quiero mucho a Florangel, y quería muchísimo a mi padre, pero esto que dices es distinto a eso – El piso era mezcla de arena con tierra y algo de piedras, agarro una con punta y comenzó a hacer líneas en el piso como para distraerse de temas que le resultaban tan confusos – No creo que los viejos esos hagan nada por ti sin cobrar un buen precio, y no sé si en monedas de oro…
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Las coincidencias no existen...
¿Hacer algo sin pensar en las consecuencias? Hacía demasiado tiempo que Luthys no pensaba (y muy detenidamente) en cada cosa que se dispusiera a hacer.
- Entonces, ¿ése es el secreto? ¿Ése es el secreto de tu vida? No piensas en nada y ya está.- reflexionó un instante - Y así es como luego te encuentro perseguida por guardias en mitad de una ciudad.- soltó una carcajada, luego miró al suelo y suspiró.- Qué va, dudo que yo pueda hacer como tú algún día. Pero, si lo hago, no dudes que serás mi modelo a seguir.- le guiñó un ojo.
Miró al mar y pensó si de verdad debería actuar como la pirata le decía. Igual debía dejar el asunto de Alma y lo ocurrido en aquella biblioteca en el olvido. Al fin y al cabo, Alma se había ido, él mismo la había echado. Y, viendo a Sophitia y cómo vivía, no parecía ser una persona triste o infeliz, todo lo contrario.
- La verdad es que no sé si esos viejos de verdad pueden ayudarme. Fue a lo único a lo que pude agarrarme cuando me quedé solo. Y no sé muy bien cómo va eso de preguntarles cosas... Preferiría merodear un poco por los alrededores antes de ir a hablar con ellos, ya he tenido suficientes aventuras por el momento, no quiero más sorpresas. Ya me conoces.
Sophitia hablaba ahora de sentimientos. Una pirata alocada hablaba de sentimientos con un demonio. Esta historia era digna de ser escrita.
- Querer tanto a alguien es una mierda. - sentenció con total sinceridad y cansacio en la voz. - No es la primera vez que me pasa, y por si con la primera ocasión en la que los de mi raza me desterraron y me quitaron la inmortalidad no hubiera sido suficiente, vuelve a pasarme con un espectro. Con un jodido y maldito fantasma.
Suspiró bruscamente y se levantó. Volvía a estar muy enfadado. Quería golpear a alguien como había golpeado a ese hombre en la taberna. Apretó los puños, apretó los dientes, cerró bien fuerte los ojos y, tras un silencio, dijo en voz baja:
- Me apetece matar a alguien.
- Entonces, ¿ése es el secreto? ¿Ése es el secreto de tu vida? No piensas en nada y ya está.- reflexionó un instante - Y así es como luego te encuentro perseguida por guardias en mitad de una ciudad.- soltó una carcajada, luego miró al suelo y suspiró.- Qué va, dudo que yo pueda hacer como tú algún día. Pero, si lo hago, no dudes que serás mi modelo a seguir.- le guiñó un ojo.
Miró al mar y pensó si de verdad debería actuar como la pirata le decía. Igual debía dejar el asunto de Alma y lo ocurrido en aquella biblioteca en el olvido. Al fin y al cabo, Alma se había ido, él mismo la había echado. Y, viendo a Sophitia y cómo vivía, no parecía ser una persona triste o infeliz, todo lo contrario.
- La verdad es que no sé si esos viejos de verdad pueden ayudarme. Fue a lo único a lo que pude agarrarme cuando me quedé solo. Y no sé muy bien cómo va eso de preguntarles cosas... Preferiría merodear un poco por los alrededores antes de ir a hablar con ellos, ya he tenido suficientes aventuras por el momento, no quiero más sorpresas. Ya me conoces.
Sophitia hablaba ahora de sentimientos. Una pirata alocada hablaba de sentimientos con un demonio. Esta historia era digna de ser escrita.
- Querer tanto a alguien es una mierda. - sentenció con total sinceridad y cansacio en la voz. - No es la primera vez que me pasa, y por si con la primera ocasión en la que los de mi raza me desterraron y me quitaron la inmortalidad no hubiera sido suficiente, vuelve a pasarme con un espectro. Con un jodido y maldito fantasma.
Suspiró bruscamente y se levantó. Volvía a estar muy enfadado. Quería golpear a alguien como había golpeado a ese hombre en la taberna. Apretó los puños, apretó los dientes, cerró bien fuerte los ojos y, tras un silencio, dijo en voz baja:
- Me apetece matar a alguien.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Las coincidencias no existen...
En cierto modo, se podría decir que el secreto de la vida de Sophitia era el mantener una existencia despreocupada y libre, todo tiene sus consecuencias, claro. Su indiferencia con respecto a los resultados encubrían en realidad su poco apego a la vida, tampoco tenía mucho remedio, el intentar ser cuidadoso no iba de la mano con la profesión de pirata y la muchacha había nacido con la profesión ya predestinada.
-Si lo dices así terminare por pensar que soy muy afortunada por no haberlo vivido jaja – Se puso en pie y limpio la arena de sus pantalones, luego tomo su mochila y le hizo señas a Luthys para que la siga – Vamos, se me termino el licor y si no regresamos pronto la oscuridad no nos dejara ni ver el camino de regreso…
Para cuando el demonio comento su deseo de matar Sophitia ya se había dado la vuelta, por lo que su gesto se mantuvo oculto, contrario a lo que varios debían pensar, a ella no le gustaba herir de muerte a nadie, solo lo hacía cuando era necesario, el pelear era una diversión, un pasatiempo, como beber, bailar y cantar. Torció la boca mientras pensaba que si Luthys en verdad quería acabar con alguien sería difícil el acompañarlo.
-No sé si matar te haga sentir mejor, lo más probable es que luego te sientas culpable… - Y sinceramente lo creía así, si hasta hace un momento se sentía mal por haber golpeado a personas – No te decidas a hacer nada tan definitivo hasta que estés mas en tus cabales… -Dar consejos de cautela no era normal en la pirata, de hecho era algo que casi nunca hacia, pero no quería ver a su amigo castigándose al día siguiente, arrepentido por sus actos.
Comenzó a caminar despacio, desandando el camino hacia la ciudad, no hizo comentarios durante varios minutos, no porque estuviera enojada, o incomoda, sino porque había hablado demasiado y sin siquiera haber tenido la intención, se había metido en asuntos complejos y difíciles de desentrañar. Irónicamente, estaba más afectada por los temas en relación al amor, que por la declaración del demonio de querer matar a alguien. Rompió el silencio de modo repentino.
-¿Cómo crees que sería alguien que pudiera quererme? No me gustaría que fuera un pirata, yo sé como son ellos, tienen u amor en cada puerto… Pero no parece haber muchas más opciones ¿No? – Por suerte para ella la luz se estaba haciendo más tenue, y eso hacía que no se notara tanto lo incomoda que se sentía hablando del tema.
Aun faltaba para llegar a la ciudad, y Sophitia no parecía tampoco muy apurada por llegar.
-Si lo dices así terminare por pensar que soy muy afortunada por no haberlo vivido jaja – Se puso en pie y limpio la arena de sus pantalones, luego tomo su mochila y le hizo señas a Luthys para que la siga – Vamos, se me termino el licor y si no regresamos pronto la oscuridad no nos dejara ni ver el camino de regreso…
Para cuando el demonio comento su deseo de matar Sophitia ya se había dado la vuelta, por lo que su gesto se mantuvo oculto, contrario a lo que varios debían pensar, a ella no le gustaba herir de muerte a nadie, solo lo hacía cuando era necesario, el pelear era una diversión, un pasatiempo, como beber, bailar y cantar. Torció la boca mientras pensaba que si Luthys en verdad quería acabar con alguien sería difícil el acompañarlo.
-No sé si matar te haga sentir mejor, lo más probable es que luego te sientas culpable… - Y sinceramente lo creía así, si hasta hace un momento se sentía mal por haber golpeado a personas – No te decidas a hacer nada tan definitivo hasta que estés mas en tus cabales… -Dar consejos de cautela no era normal en la pirata, de hecho era algo que casi nunca hacia, pero no quería ver a su amigo castigándose al día siguiente, arrepentido por sus actos.
Comenzó a caminar despacio, desandando el camino hacia la ciudad, no hizo comentarios durante varios minutos, no porque estuviera enojada, o incomoda, sino porque había hablado demasiado y sin siquiera haber tenido la intención, se había metido en asuntos complejos y difíciles de desentrañar. Irónicamente, estaba más afectada por los temas en relación al amor, que por la declaración del demonio de querer matar a alguien. Rompió el silencio de modo repentino.
-¿Cómo crees que sería alguien que pudiera quererme? No me gustaría que fuera un pirata, yo sé como son ellos, tienen u amor en cada puerto… Pero no parece haber muchas más opciones ¿No? – Por suerte para ella la luz se estaba haciendo más tenue, y eso hacía que no se notara tanto lo incomoda que se sentía hablando del tema.
Aun faltaba para llegar a la ciudad, y Sophitia no parecía tampoco muy apurada por llegar.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Las coincidencias no existen...
Lo que más sorprendió a Luthys no fue el hecho de que la pirata calmara sus extrañas y repentinas ganas de matar, sino que ni siquiera se puso nerviosa con el comentario. ¿Quería eso decir que no se había creído su impulso repentino? ¿O qué significaba? Fuera lo que fuere, lo mantuvo en silencio durante un largo rato, en el que caminaron callados, uno junto al otro. ¿A qué habían venido ese ansia de sangre antes? ¿Qué le estaba pasando?
Hasta que Sophitia rompió el silencio de repente.
-Si te digo la verdad, yo creo que encontrarás el amor, el día menos pensado, en algun bar. -hizo una pausa. -Sólo espero que no sea ningun pirata loco o alguna cosa parecida, pero confío en que le mantendrás a raya. - le dió un codazo como señal de que bromeaba. Aunque, por lo que conocía a la chica, no dudaba que sus palabras no fueran solamente una broma.
Sophitia enamorada. Como cualquier humano que se precie. Qué simples eran las vidas de los hombres y mujeres. Todas pasaban por lo mismo, los mismos deseos, las mismas inquietudes, los mismos sentimientos. Sin embargo, él cada vez quería ser más humano, más hombre. Estaba empezando a comprender qué era pertener a algo, algo importante de verdad, profundo e íntimo; y no simplemente una raza, en la que cada cual es diferente y en dónde nadie está verdaderamente unido a nadie.
Alzó la vista y vió luces a lo lejos, lo que supuso que serían las luces de la ciudad. Había empezando a oscurecer, comenzaba a oírse los ruidos propios de la noche, dejando atrás los cantos de los pájaros.
-Ojalá encuentres algún día a alguien que te quiera de verdad, que sepa ver en ti todo lo que tienes, y que sepa adaptarse a tu forma de vida, a tus costumbres y a ti misma. Ese es el mayor problema del mundo, sobre todo del mundo humano. Todos buscan a alguien que se adapte a ellos, pero pocos son capaz de adaptarse a los demás. -Y entonces calló. Se estaba metiendo en terreno peligroso, demasiados sentimientos desenterrándose entre ambos, cuando ninguno de los dos era muy dado a abrirse de tal modo. Esperaba llegar pronto a la ciudad, o Sophitia iba a conocer al primer demonio con lágrimas en los ojos.
FDI: Cuando empecé este tema tenía ideas en mente para hacer una trama medianamente en condiciones, pero con tanto parón que he hecho y tanto lío en lo personal, se me ha olvidado todo :S Creo recordar que quedamos en no ir a lo de los magos, porque tú no querías y para mí lo de los magos era sólo una excusa para entrar en Adysium. Así que si tienes alguna idea para darle vidilla al tema (y que no nos dure años xD) adelante
Hasta que Sophitia rompió el silencio de repente.
-Si te digo la verdad, yo creo que encontrarás el amor, el día menos pensado, en algun bar. -hizo una pausa. -Sólo espero que no sea ningun pirata loco o alguna cosa parecida, pero confío en que le mantendrás a raya. - le dió un codazo como señal de que bromeaba. Aunque, por lo que conocía a la chica, no dudaba que sus palabras no fueran solamente una broma.
Sophitia enamorada. Como cualquier humano que se precie. Qué simples eran las vidas de los hombres y mujeres. Todas pasaban por lo mismo, los mismos deseos, las mismas inquietudes, los mismos sentimientos. Sin embargo, él cada vez quería ser más humano, más hombre. Estaba empezando a comprender qué era pertener a algo, algo importante de verdad, profundo e íntimo; y no simplemente una raza, en la que cada cual es diferente y en dónde nadie está verdaderamente unido a nadie.
Alzó la vista y vió luces a lo lejos, lo que supuso que serían las luces de la ciudad. Había empezando a oscurecer, comenzaba a oírse los ruidos propios de la noche, dejando atrás los cantos de los pájaros.
-Ojalá encuentres algún día a alguien que te quiera de verdad, que sepa ver en ti todo lo que tienes, y que sepa adaptarse a tu forma de vida, a tus costumbres y a ti misma. Ese es el mayor problema del mundo, sobre todo del mundo humano. Todos buscan a alguien que se adapte a ellos, pero pocos son capaz de adaptarse a los demás. -Y entonces calló. Se estaba metiendo en terreno peligroso, demasiados sentimientos desenterrándose entre ambos, cuando ninguno de los dos era muy dado a abrirse de tal modo. Esperaba llegar pronto a la ciudad, o Sophitia iba a conocer al primer demonio con lágrimas en los ojos.
FDI: Cuando empecé este tema tenía ideas en mente para hacer una trama medianamente en condiciones, pero con tanto parón que he hecho y tanto lío en lo personal, se me ha olvidado todo :S Creo recordar que quedamos en no ir a lo de los magos, porque tú no querías y para mí lo de los magos era sólo una excusa para entrar en Adysium. Así que si tienes alguna idea para darle vidilla al tema (y que no nos dure años xD) adelante
Luthys- Cantidad de envíos : 890
Re: Las coincidencias no existen...
Una parte de Sophitia se sentía decepcionada, amaba el ser pirata, pero no quería amar a un pirata, precisamente porque los conocía bien, porque no había manera alguna de confiar en ellos para tener algo serio. Pero Luthys se lo confirmaba, el lugar donde más probablemente iba a encontrar a alguien era en un bar, se le escapo un suspiro y considero resignada sus posibilidades dentro de una taberna.
-Jajaja, yo también espero que no sea un pirata loco, aunque no parece haber mucha opción- Dijo mientras aceptaba el codazo del demonio con camarería – La gente cuando se enamora hace muchas cosas tontas, así que… Quien sabe… - Concluyo el incomodo asunto poniendo las manos en los bolsillos en gesto despreocupado.
Sentía como se le revolvía el estómago al escuchar a su compañero, un extraño nudo que se apretaba en la garganta como si del cadalso se tratara. No quería ponerse tan sentimental, pero tampoco estaba acostumbrada a que las personas le dijeran cosas así de dulces, no tenía defensas preparadas contra cosas como esas.
-Eh… Ah… ¡Oye! ¡No digas esas cosas! – Lo pellizco en las costillas y acelero un poco el paso para cubrir su vergüenza.
Comenzaban ya a introducirse en las angostas calles de la ciudad, con su gentío impresionante y sus olores apestosos, pero cuando se está en buena compañía todas las incomodidades parecen poca cosa. A la pirata los humores le duraban lo mismo que un suspiro, rápidamente su buen genio regreso, tomo a Luthys de la mano y lo arrastro a alguna taberna, donde seguramente beberían y festejarían, y quien sabe, incluso hasta podrían terminar bailando el resto de la noche para arrepentirse a la mañana siguiente al sufrir las consecuencias de su descontrol.
Sea como fuere, esta había sido una visita muy oportuna, y cuando la pirata se despidiera de Luthys al día siguiente, prometiendo claro el volver a verse pronto, no podía dejar de pensar en que las coincidencias de la vida algo se tenían que significar y tal vez habían varios aspectos que tenía que replantearse. Cuando le contara a Florangel como había terminado el robo se sorpr… ¿Y dónde estaba su bolsa con el botín? Sophitia se percataría recién entonces que la bolsa había desaparecido en la fiesta nocturna, y agarrándose la cabeza con desdicha se iría caminando hasta el muelle meditando alguna buena excusa para justificar su enorme descuido.
-Jajaja, yo también espero que no sea un pirata loco, aunque no parece haber mucha opción- Dijo mientras aceptaba el codazo del demonio con camarería – La gente cuando se enamora hace muchas cosas tontas, así que… Quien sabe… - Concluyo el incomodo asunto poniendo las manos en los bolsillos en gesto despreocupado.
Sentía como se le revolvía el estómago al escuchar a su compañero, un extraño nudo que se apretaba en la garganta como si del cadalso se tratara. No quería ponerse tan sentimental, pero tampoco estaba acostumbrada a que las personas le dijeran cosas así de dulces, no tenía defensas preparadas contra cosas como esas.
-Eh… Ah… ¡Oye! ¡No digas esas cosas! – Lo pellizco en las costillas y acelero un poco el paso para cubrir su vergüenza.
Comenzaban ya a introducirse en las angostas calles de la ciudad, con su gentío impresionante y sus olores apestosos, pero cuando se está en buena compañía todas las incomodidades parecen poca cosa. A la pirata los humores le duraban lo mismo que un suspiro, rápidamente su buen genio regreso, tomo a Luthys de la mano y lo arrastro a alguna taberna, donde seguramente beberían y festejarían, y quien sabe, incluso hasta podrían terminar bailando el resto de la noche para arrepentirse a la mañana siguiente al sufrir las consecuencias de su descontrol.
Sea como fuere, esta había sido una visita muy oportuna, y cuando la pirata se despidiera de Luthys al día siguiente, prometiendo claro el volver a verse pronto, no podía dejar de pensar en que las coincidencias de la vida algo se tenían que significar y tal vez habían varios aspectos que tenía que replantearse. Cuando le contara a Florangel como había terminado el robo se sorpr… ¿Y dónde estaba su bolsa con el botín? Sophitia se percataría recién entonces que la bolsa había desaparecido en la fiesta nocturna, y agarrándose la cabeza con desdicha se iría caminando hasta el muelle meditando alguna buena excusa para justificar su enorme descuido.
- Spoiler:
- FDI: Gracias por este tema, Lu ^^ Le doy final porque creo que puedes continuar una nueva historia tal como la tenias planeada en la torre de magos con otro personaje que si quiera acercarse a ese lugar. Sophitia se puso muy contenta de ver de nuevo al educado demonio, y le sirvió para pensar un montón de cosas. Gracias de nuevo por cumplirme el capricho =3
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Las coincidencias no existen...
FDI: ¡Nada tienes que agradecerme! A mí también me apetecía ^.^ La pena es que no haya podido estar al 100%. Lo siento mucho
DDI:
Le gustaba ver que Sophitia se tomaba bien sus bromas, sobre todo porque él nunca había sido muy dado a hacer ninguna. Pero hacía mucho que no era quien fue, y eso se notaba en muchos aspectos de su vida y de su personalidad.
Y ahí estaban, adentrándose de nuevo en Adysium, caminando y caminando hacia algún lugar que les llevaría directos a una nueva historia. Tenía que llegar hasta esos magos de los que tanto había oído hablar. Esperaba obtener de ellos algo bueno, al menos todo lo bueno que podía esperarse dada la situación en la que se encontraba y los problemas que había tenido. Agradecía mucho poder encontrarse acompañado en estos momentos. Esos momentos en los que tan perdido se encontraba. Esos momentos en los que tan solo estaba.
Pero ahí tenía a la joven pirata, siempre con una cerveza que tomar a su salud. Hablando de cerveza:
No estaba muy seguro de si era cosa suya o no, pero empezaba a notarse hambriento y sediento como cualquier humano normal y corriente. Aunque bien podría ser el hecho de que caminar con la pirata le contagiara sus buenas costumbres. Estaba claro que lo que más estaba cambiando su forma de ser eran las compañías de las que se rodeaba. Lo único que esperaba era seguir teniendo la misma suerte en ese aspecto.
DDI:
Le gustaba ver que Sophitia se tomaba bien sus bromas, sobre todo porque él nunca había sido muy dado a hacer ninguna. Pero hacía mucho que no era quien fue, y eso se notaba en muchos aspectos de su vida y de su personalidad.
Y ahí estaban, adentrándose de nuevo en Adysium, caminando y caminando hacia algún lugar que les llevaría directos a una nueva historia. Tenía que llegar hasta esos magos de los que tanto había oído hablar. Esperaba obtener de ellos algo bueno, al menos todo lo bueno que podía esperarse dada la situación en la que se encontraba y los problemas que había tenido. Agradecía mucho poder encontrarse acompañado en estos momentos. Esos momentos en los que tan perdido se encontraba. Esos momentos en los que tan solo estaba.
Pero ahí tenía a la joven pirata, siempre con una cerveza que tomar a su salud. Hablando de cerveza:
No estaba muy seguro de si era cosa suya o no, pero empezaba a notarse hambriento y sediento como cualquier humano normal y corriente. Aunque bien podría ser el hecho de que caminar con la pirata le contagiara sus buenas costumbres. Estaba claro que lo que más estaba cambiando su forma de ser eran las compañías de las que se rodeaba. Lo único que esperaba era seguir teniendo la misma suerte en ese aspecto.
Luthys- Cantidad de envíos : 890
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