Un nuevo comienzo, una nueva aventura.

off:

No había otra cosa que odiase más que montar en barco. Al principio una sube muy entusiasmada, pues al final del trayecto te espera una nueva aventura.

Mientras que, por el camino es toda una pesadilla. El vaivén del barco no me ayudaba en absoluto. Desde pequeña me mareaba con facilidad, y con el tiempo eso no cambió nada. Por el camino, conseguí calmarme un poco, en la popa del barco me tumbé en el suelo y apoyé la cabeza en unas cuerdas que estaban enrolladas. No parecían muy importantes en aquel momento, así que las usé como almohada. Al mirar arriba, tuve que tapar un poco mi rosto, para que los rayos del sol no me molestasen demasiado.

Se veía el cielo despejado completamente azul. Parecía libre de ataduras, como si este pudiese nadar y fundirse en el cristalino mar.  Varias gaviotas volaban intentando pescar algunos peces, los cuales algunos pescadores desearían atrapar. Cerrando los ojos pensé por un momento que todos los problemas habían cesado.

Decidí cambiar de ciudad ya que un chico muy pesado se había enamorado de mí y sin querer mis lobos lo atacaron. No sabía si seguía con vida o no. Nunca quise saberlo. A pesar de que la intriga me mataba poco a poco, me fui lejos de él y de allí. Quería empezar de nuevo, otra vez. Esta vez no socializaría con nadie a menos que fuese por trabajo…

- ¡Vengan ya pueden ir bajando!

El vozarrón del capitán del barco me tenía algo cansada, bajé del barco lo antes que pude, cargada por unas bolsas, en ellas tenía armas forjadas por mí misma. Solía venderlas a buen precio y hasta ahora nadie se había quejado. Me coloqué la capucha y entré hacia el pueblo.

-Todo comienza aquí Tiffa… Tranquila...