Descripción general: Kuzueth

Kuzueth

Al noroeste de Jasperia, en las veteadas aguas del Mar de Jaspia, se encuentra una gran isla selvática conocida con el nombre de Kuzueth. Ésta isla, hermosa y abundante en riquzas, está rodeada de un halo de misterio que sus gentes no intentan borrar. Los locos -y osados- visitantes que recibe cuentan tanto maravillas como terribles pesadillas sobre ella... Si logran regresar.

En la costa, se suceden playas de guijarros rojizos y descomunales acantilados hasta llegar a una cala en la que desemboca el único río que tiene la isla. Allí, rodeado de piedras, se encuentra un viejo y desvalijado muelle de madera, en apariencia abandonado, decorado con extrañas muescas que asemejan la escritura.

Subiendo por el río, que desciende desde las montañas atravesando la salvaje y espesa selva, llegamos a un gran cañón de altas y completamente verticales paredes. En ese cañón se sitúa el pueblo de los Vashnak, seres descendientes de los antiguos trolls, cuyas casas, construidas sobre la pared de piedra, cuelgan sobre el río. Éste parece ser el único modo de llegar hasta el pueblo y, sin embargo, sus habitantes consiguen entrar y salir de él incluso en época de lluvias cuando el río se convierte en un auténtico infierno.

Según cuentan, los Vashnak son un pueblo caníbal ligado a un antiguo culto basado en los sacrificios, los rituales y los iconos. Creen y veneran a los espíritus, entendidos como seres que dan esencia -y por lo tanto vida- a cualquier cosa creada por la naturaleza. Sean caníbales o no, su aspecto no es demasiado amable; de pieles entre verdes y azuladas, poseen rasgos afilados y largos colmillos y, por lo general, suelen ir ataviados con ropas cuyos adornos no solo están creados con piedras preciosas, si no también con numerosos huesos de animales... y otras razas.

Su templo, situado en una antiquísima ciudad en ruinas conocida con el nombre de Loalouyaa, se encuentra en lo más alto de las montañas muy por encima del nivel de nieblas perpetuas. Allí, perdido entre el laberinto de piedras rojizas y excavado directamente en las paredes de la montaña se encuentra un impresionante templo que, según cuentan, escondería los mayores tesoros jamás imaginados.

No obstante, no son demasiados los que se aventuran para comprobarlo. Allí viven los oscuros sacerdotes, conocidos como los Hodash, que se encargan de contentar tanto a los malos como a los buenos espíritus. Ni tan si quiera los iniciados en la religión de los Vashnak se atreven a subir hasta allí, por miedo a los terribles espíritus que merodean por sus alrededores esperando el sacrificio de los sacerdotes.

El jefe de la tribu es conocido como Googou y cumple las funciones de líder tanto religioso como político. De él poco se sabe, incluso los de su propio pueblo ignoran la edad que puede tener. Sus ojos parecen ver más allá de lo que miran y a veces habla solo en una lengua desconocida, desvariando sobre cosas que solo él entiende e ignorando a aquellos que se cruzan por su lado. No obstante todos le temen, respetan y veneran.

Hsil, un hombre arisco y huraño, tiene la función de consejero. Dentro de la tribu todos le temen y suelen respirar aliviados cuando pasa largas temporadas en el templo. No saben que hace allí, pero es mejor tenerlo lejos. Según cuentan ha conseguido “domesticar” a algunos espíritus para que le obedezcan vendiéndoles a cambio su alma y su esencia si le daban el suficiente poder… pero nadie puede asegurarlo. Lo que sí es cierto es que en sus ojos se ve reflejada una maldad de dimensiones inabarcables.

Del otro lado de la isla, situado en una de las playas más grandes de todo Kuzueth, se encuentra el pueblo pesquero de Daosh. Daosh esta formado por pequeñas y humildes casas, situadas a lo largo de la línea de costa como si intentaran huir de la selva. La mayoría de sus habitantes trabajan en las minas, situadas a solo unos kilómetros de allí, sacando minerales y piedras preciosas. A pesar de esto, la mayoría de sus habitantes son pobres ya que el gobierno de Trinacria se preocupa bastante como para no dejar sin vigilancia la zona y que todo lo que se saque llegue a manos del gobierno sin que falte un solo gramo, pagando a los trabajadores mucho menos de lo normal. En realidad, todo esto es obra de Lerosse Ehamon, un noble caballero ambicioso y prepotente al que le encargaron la tarea de supervisar la excavación desde el gobierno.

Gunar Boinsin, alcalde de Daosh, lleva años intentando que el gobierno preste un poco más de atención al pueblo sin conseguir demasiado. Gunar es un hombre mayor, de aspecto enérgico y sonrisa amable, que se desvive por conseguir que los habitantes de Daosh vivan como se merecen. Mientras tanto éstos, de forma sumisa, solo intentan sobrevivir.

Las relaciones entre los Vashnak y el pueblo de Daosh no son ni malas ni buenas. Los habitantes de Daosh siempre los han temido y por eso han evitado adentrarse demasiado en la selva por miedo a encontrárselos ya que muchos de los que han ido no han vuelto jamás. Sin embargo, en ocasiones, algunos supersticiosos buscan ayuda en el extraño culto de los Vashnak para conseguir lo que quieren; dicen que vendiéndoles su alma o algo muchísimo peor.

Lo que sí es cierto es que ya han pasado muchos años desde el último ataque confirmado por parte de los Vashnak y el pueblo de Daosh vive en una relativa tranquilidad (aunque siguen temiendo adentrarse en la selva). Muchos de ellos sospechan que Gunar ha hecho tratos secretos con ellos para conseguir esta paz.


//Imágenes que os pueden ayudar a haceros una idea de como es esta zona//
- Pueblo de los Vashnak #1


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