Los buenos mensajeros no se entretienen en las entregas

En un momento como aquel no podía pensar. Las acciones se precipitaban: Zeiss se debatía con Auria para mantenerla, la sangre salpicaba y la pobre muchacha moría con unos últimos estertores. Sentía la sangre y la veía, escuchaba a la muchacha fallecer y por dentro se quedó helado. Luchaba por mantener a Auria pero no le quitaba ojo de encima, observándola llorar sin sentir nada dentro de si más que aquella sobrecogedora frialdad.

Miraba y se debatía en aquel súbito estallido de violencia y sangre, por unos segundos incapaz de sentir nada por dentro... o simplemente indispuesto a dejarse llevar por emociones. La frialdad era total; era el momento en el que con despiadado metodismo habría cruzado la cara de Auria con una bofetada para hacerla dejar de llorar.

Pero ella comenzó a reír con risas desencajadas. Zeiss la escuchó con tanta frialdad como había demostrado hasta aquel momento, pero entonces, de golpe, un chispazo cruzó su mirada. Hubo un destello animal en el fondo de sus ojos, la fuerza de la ira transformando su mirada y por un momento su gesto. La agarró y la golpeó contra el suelo, con fuerza, no una sino dos veces, soltando por un momento las muñecas de ella en un momento de descontrol. ¿Entender? No, ella no había entendido nada. Nada.

Cuando ella al fin dejó de debatirse, el silencio cayó de golpe. Se escuchaba la pesada respiración del ladrón, quien aún se aferraba a Auria para que ella no se soltara, y un sonido más tenue pero mucho más inquietante, un goteo de sangre que recordaba el reciente asesinato.

- ¿Cómo me haces esto? - preguntó Zeiss, dejándose llevar, sólo por un segundo, por el desaliento. Sintió ganas de agarrar aquel cuello y que Auria dejara así de matar y de respirar, pero todo todo todo radicaba en no hacer aquello -. ¿Sabes qué? Te mataría - admitió -. Ha sido muy desconsiderado por tu parte comportarte así. Insisto. Pero, ¿sabes qué? La idea es no hacerlo. Es tu ventaja personal: si te mato, pierdo. Y si me matas, pierdo. Y si consigo que te des cuenta de lo que quiero decirte con todo esto, gano. Pero analizándolo fríamente llevo todas las de perder.

Volvía a sentirse frío; al hablar en voz alta había exorcizado sus propios demonios. Con la respiración aún acelerada, arrancó el bisturí de manos de Auria y lo lanzó lejos.

- No voy a dejar que te maten.

De haberse escuchado se habría arrepentido de muchas de las palabras que había dicho, pero uno no siempre puede mantenerse bajo control. Sin previo aviso, volvía a abandonar la desmesurada frialdad y volvía a ser humano, con un fondo de vehemencia en su voz; retorció sus muñecas y volvió a empujarla una vez contra el suelo encharcado de sangre.

- Eres adorable, Auria, ese es el problema. Eres BUENA. Tu único problema es que estás loca, pero te dejas llevar por ello y matas. ¿Qué importa tu pasado? Supéralo. Que venga o que muera, recuérdalo o olvídalo, pero ¿dominarte?. ¿Vas a dejar que te dominen recuerdos? Eres una asesina que mató a su familia; supéralo. Mataste en nombre de la Dama y te arrepientes, te arrepientes tanto que sigues matando para no darte cuenta de lo que hiciste. Sí: MATASTE.

Volvió a sacudirla contra el suelo, intentando que ella le mirara en todo momento, que mirara su cicatriz y pensara en la de ella, que al mirarse al espejo cada mañana le viera a él a través de las cicatrices, y que al verle a él recordara aquel momento y aquellas palabras.
Mataste.

- ¡Supéralo!

Mierda. No recordaba que entrar por una ventana fuera tan difícil y esta todo tan lleno de esos cristalitos relucientes y... jejeje, son como super graciosos y puedo ver a través de ellos, aunque son chiquititos, chiquititos, chiquititos, y hacen así como destellitos, jejeje. Oh vaya, si intento pasar apoyando las manos se ponen rojos y feos, ¿por mi sombra? Oh tio, la mano, tengo sombra saliendo de la mano. ¿A que sabrá la sombra? Mmmm… pues vaya, sabe a sangre y tiene trocitos crujientes… Mierda. No notó nada de nada, podía haberme dejado la mano ahí y no me habría enterado, je, habría sido una ventana super curiosa. Muy poco útil, eso si.

Creo que mejor me quito la camiseta y la pongo en el borde para pasar, no creo que a nadie le importe… Jo, podían haberse dejado alguna luz encendida, no veo casi nada y todo huele a la misma mierda ¿Dónde está mi bebida? Vamos levántate y busca, podría ir sentada, aunque… uy, ¿Qué hace mi camiseta en el suelo?¿Yo no la había dejado…? Da igual ¡Eso! Eso debe ser la barra, vamos, poco a poco. Al menos el suelo esta limpio, no he tropezado con nada aun y ya veo los bordes de las mesas como para poder esquivarlos, un hurra por mi. Ay, ese borde lo había visto pero… juraría que se ha movido. Vale, ahora solo tengo que pasar por encima de la barra y coger una botella, no creo que tengan botellas de agua… ¿no? Eso si que sería horrible, jejeje. Que barra más alta ¿no? Casi mejor me quedo aquí encima y si alargó el brazo… Joder como resbalan las muy zorras, siempre puedo bajar y beber del suelo el crujientito estaba bien.

Está irá bien. Mmm.. diría que es ron, pero el mas aguado de este mundo, apenas si se nota bajar por la garganta, joder. ¿Qué será esta otra?

“¡Fuera! ¡Deja mis botellas desgraciada hija de puta! ¡Fuera de mi taberna ahora mismo!”

“Eeeehhh, ¿como sabía que mi madre era puta? ¿Nos conocemos?” Que gracia, aunque si no deja de gritar no me va a oir, mis palabras suenan taaaaaan laaaaargaaaaaas. Es como, como si tuviera la lengua en... bueno como que me ocupa toooda la boca, jejeje "Ta... Ta... Ta... Ta... La... La..." Buah, suena raríiiiiiisimo.

“¡Levántate! Zorra drogada, deberían matarlos a todos los estúpidos drogados de mierda que…” Ufff, es imposible entender que dice si habla tan rápido. “Mi mujer ya ha ido a avisar a la compañía portuaria, te vas a enterar hija de puta…”

Menos mal que ya no estoy en la barra, ¿desde cuando? Da igual, no parece que este tipo conociera a mi madre. ¿Qué lleva, un trozo de madera? Jo, si va a tapiar la ventana mejor salgo antes. Si pudiera sentir algo sería dolor de cabeza, es increíble lo rápido que mueve la boca y escupe mientras habla , y jejeje, le tiemblan un montón esos mofletes gordos. Buah, es hipnotizante… Uuh, mira, mi camiseta, mejor me la intento poner , aunque no puedo con la botella, mierda, sujétemela un momentito.

¿Está camiseta no tenía agujeros para entrar? Quizás así… o mejor… No, no creo que en el suelo me la vaya a poner mejor, no sé por qué… Mira ya tengo un brazo y…

“Señooor, ¿Qué hace?” No va a poder tapiar la ventana si se esta quieto en el suelo, seguro. Pues vaya, que estúpido, esta dejando que se le escape un poco de sombra por la cabeza. Eh, mira, mi botella… aunque se ha ido más lejos de lo que pensaba… si la había lanzado flojito.

Debería levantarme, pero eso obvio que mi cuerpo quiere estar junto al suelo, así que…

Eso que la molestaba por dentro empujaba cada vez con más fuerza, la mareaba y le daba nauseas… Las mismas nauseas que sintió esa tarde, pero no podía, tenía que comportarse, había muchas personas presentes, muchos superiores atentos a sus reacciones, tenía que demostrarles, tenía que portarse bien, tenía que ser fría y mirar a el espectáculo como si no la tocara, como si fuera ajena a ella… Pero…

-No te hagas el santurrón conmigo, sentiste lo mismo que yo mientras esa chica moría: Nada. Sentiste lo mismo que yo cuando esa familia de granjeros se prendía fuego: Absolutamente nada – No podía quitar la vista de sus ojos, con desprecio por lo que consideraba una mentira más que obvia - ¿Quieres salvarme? ¿ De qué? Si tu eres igual a mi – Dice como si escupiera las palabras. Luego sonríe de modo encantador, como la mas inocente de las criaturas, pasando de un humor al otro en segundos – Déjame salvarte…. – Dice casi como un susurro, como las amantes en las noches de amor.

“- No voy a dejar que te maten.” La oración resonaba en su cerebro una y otra vez, ¿Alguien le había dicho eso antes? No lo recordaba, no recordaba nada ¿Por qué no podía recordar? ¿Por qué no le parecía raro?

-¿De quién estamos hablando? ¿De ti o de mi? Me parece que podrías estar mezclando historias, mi querido - Le sonríe con dulzura – Yo no mate a nadie, ellos debían ser sacrificados por ser pecadores – Se le escapa una risa aunque podría ser de tristeza o de alegría – Yo solo tuve que asistir a la…demostración pública…

Si, ahora podía recordarlo, los fragmentos de recuerdo se escurrían en su mente, a veces algo confusas, no necesariamente en orden, pero ahí estaban. Recordaba un atardecer rojo como la sangre, un cadalso, los acusados con las capuchas puestas, una mujer, un hombre y sus dos hijos pequeños. Ella estaba…. ¿Dónde estaba? ¿Entre los acusados? No, debería haber estado ahí, pero estaba entre el público, en primera fila, con sus ropas formales de la orden… Y luego…

-AAAAAAAAAAAAAAHHHH! – Auria empezó a sacudirse nuevamente, pero con mucha más energía que antes, no intentando lastimar a Zeiss, sino como queriendo protegerse de algo – ¡¡Deja de hacer eso!! ¡¡Deja de hacerlo!!

Una gota, dos gotas, podía escuchar la sangre caer, tres gotas, aprieta los puños, cuatro gotas, no iba a volver a recordar todo eso, cinco gotas, ella no era la culpable, seis gotas… La Dama así lo había pedido….

La escuchaba atento, con una mezcla de sentimientos dentro. Su mente se aferraba casi con desesperación a algunas de las cosas que decía Auria, repitiendo constantemente: "Exacto, exacto, ¡lo entiences!"... mientras que otra parte de sí negaba con incredulidad lo que escuchaba. Ambas combatieron, abriendo el ladrón los ojos con sorpresa mientras sus labios intentaban curvarse en una sonrisa incrédula sin llegar a conseguirlo.

Pero no era el momento de irse por las ramas, de discutir lo que había sentido o no había sentido al ver morir a una perfecta desconocida o matizar cuál era la realidad frente a lo que pensaba la asesina. Para explicarlo todo con calma habría necesitado un té, un salón tranquilo, sofás mullidos y una audiencia atenta y obediente; mientras que se encontraba rodeado de sangre, confuso, sujetando como bien podía a la médico. Además, ese "déjame salvarte" susurrado le enfurecía... pero de una forma familiar, una forma que le recordaba que él, Zeiss Ethesian, nunca dejaba que aquellas cosas le afectaran sino que seguía el juego.

- No... Hablamos de ti... - le respondió con fuerza, pero con un trasfondo sugerente inspirado en la forma de hablar de ella.

Escuchó lo que seguía con atención, esperando más... pero de golpe ella se volvió loca, sacudiéndose con fuerza en todos los sentidos. A Zeiss se le escapó uno de los brazos de Auria al no esperar aquella reacción, pero inmediatamente volvió a intentar atraparlo e inmovilizarla... Ella no dejaba de moverse y reaccionaba violentamente a aquellos recuerdos, pero el ladrón no iba a dejar de intentar indagar en ellos ahora que Auria le había dado la oportunidad.

- Descríbemela. ¿Cómo fue la demostración pública? ¿Qué sentiste entonces, cuando los sacrificaron ante ti y tú tuviste que verlo todo? - De nuevo su tono era fuerte, imperante, casi acusador. Si dejaba pasar aquel ataque Auria se cerraría, reiría, y se negaría a decirle nada más... Tenía que aprovechar y hacérselo revivir ahora que podía.

[Off: Colorines party time xD]

“ Señor, ¡señor! ¿se encuentra bien? Ponedle un pañuelo o alguna mierda de esas, joder, ¡pero que pare de sangrar!”

“Que marrón, joder, que no cobramos, como lo oigan no cobramos joder”

“Eso, intentad… yo que sé, maldita sea, presionar o…”

“Joe…” Si… sin duda es su voz, cuanto tiempo.

“¿Pero sigue viva? ¿Qué coño dice? ¡Calladle la puta boca! Tenemos que llevar a este hombre a algún sitio, joder”

“¿Joooe?”

“¿Joe? ¿Es que te conoce? ¿Conoces a esta zorra?”

“No, yo no… Creo que… ¿Sam? ¿Eres Sam? Pero… ¿desde cuando eres una tia?”

“¿La conoces?”

“Si… Bueno, sí, más o menos…”

“Tu te encargas, y más le vale que podamos sacar bien a este hombre”

“Jooooeeeeee” jijijijiji, también suena raaaro

“Estás drogado… drogada, ¿Qué mierda te has metido? Joder Sam, estás en un buen lío”

“Nono Joe, yo solo dije que si me sujetaba la botella y él se cayó y …”

“¿Qué? No se te entiende nada, ¿Qué has tomado?”

“Era esa médico que dijo que para lo de las costillas…”

“¿Un médico? ¿Conoces un médico cerca?”

“Si, pero ella es raaaaraaaa” Jejeje, ¿Cómo habrá entendido lo del médico? Se oye taaan extraño todo lo que digo, que gracioso.

“No sé qué dices… da igual, maldita sea, no deberíamos moverlo así… ¿Tu no sabias algo de vendas y todo eso? Tenias un libro o algo que… ”

“Jejeje, sisisisisi, yo, yo le curo” Eeeeh “¿Cómo sabes de mi libro?” Mmm… hablar tan lento cansa, se me cansa la enorme y esponjosa lengua que me ha salido en la boca, y es como super blandita cuando la muerdes, jejeje, me gusta.

“¿Por qué sonríes? Vamos, haz algo, o dinos como, pero ¡ya! ¡maldita sea!”

“No te enfa…” me canso, mejor vamos poquito a poquito, pasito… o de gatear… gatea… gateadito a gateadito… Si, mejor… Uuuuuuh, cuanta sombra hay por aquí, se me manchan las manos pero no pasa nada de nada porqué ahora ponemos…

(“¿Seguro que sabe lo que hace?”
“Espero que sí, tampoco es que tengamos mucha opción…”)

…las manitas por aquí… mmm… no, aquí no, no se ve donde está la herida con la sombra… claaaro, es que la han tapado con un pañuelo rojo oscuro, que torpes, jejeje, entonces es… aquí.

No no no no no, no grite, no grite, no me gusta que grite, no no no no

“¡Que esta pasando! ¿Qué coño le hace? Le… le ha metido la jodida mano… ¡Apartadla de ahí ahora mismo! Como he podido confiar en un novato y una drogada, pero se… “ demasiados murmullos, demasiados gritos, no entiendo nada.

“¡NO!” No lo entienden, no entienden nada, no me puedo separar ahora , necesita tiempo, un poco, un poco más. Nononono “Nononono”

No puedo sacarlas, no lo entienden, no se puede parar, se saldrá, deberían dejar de tirar, ¿y si se quedan dentro? No quiero, no quiero, no deben tirar, me tiran las muñecas, me cansan, demasiado esfuerzo, no deben, yo no…

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“Sam, ¡Sam! Despiértate, ¡maldita sea!” Mmmmmggghh… ¿Qué? ¿Qué pasa? “Vamos, vamos, tienes que irte, vamos Sam”

¿Me he dormido? ¿Otra vez? Me siento… notó… nada, no siento nada, todo sigue tan acolchado y… ¿irme? ¿Dónde?

“Vamos, levántate, tienes que irte enseguida” Jeje, ¿Para qué? Ya me esta levantando él podía irme él también, jejeje… No, no tiene sentido… ¿Por qué? Huele todo a sangre… Oh… Creo que quiero vomitar… Mierda… odio no saber vomitar, joder… Mmmmm… necesito dormir.

“¡No! Maldita sea Sam, levántate de una puta vez y sal de aquí corriendo… O lo más rápido que puedas” Jajajaja, corriendo como si… ¿Estoy dentro o fuera? Quizás ayudaría abrir los ojos, jejeje ¡Uh! Pero si estoy de pie.

“Vete ya” Tengo que irme, pero no entiendo… ¿Ésta es la puerta de atrás? Y entonces… ¿Por qué está atrancada si… si estoy fuera? Creo que me empieza a doler la cabeza… yo… tengo las manos pegajosas, no me gusta “Joe qué… ¿qué te ha pasado en la cara?” Oh mierda no se me entiende nada, la boca me sabe a… ugh, la cabeza…

“¡VETE!”

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Creo que me he perdido, pero no recuerdo por qué estoy intentando correr y… me pesan los ojos, no esta bien correr con los ojos cerrados pero es que no puedo tenerlos abiertos, hay uno que no se abre y… Jajaja, el tacto de esta casa contra mi cabeza me es conocido jajaja… No, pero creo que… no, no me he perdido, está allí la… donde la médico hace sus cosas y … ¿Por qué vuelvo? Necesito descansar, seguro que no les importa y puedo entrar sin hacer ruido por alguna ventana que… Mierda, está cerrada y ese señor está hay dentro, tiene que haber alguna otra que pueda… Al menos… al menos no están muy bajas… altas, lo que sea, es un primer piso, gracias por eso al menos… Esa otra… Si, esa otra esta medio abierta o no cerrada o mal cerrada si tuviera… o empujando un poco hacia arriba para acabar de abrirla sin hacer, ssssh, ssssh, ventanita buena no hagas ruido ahora, por favor… Jeje bien… Esta entrada ha sido más fácil que otra de… ¿Qué otra? Ugh, la cabeza me molesta…

Todo huele... y sabe... y hay... demasiado rojo. No puedo tocar nada sin... pero se pega y se seca, no es mio, no todo, no en las manos, pero no puedo abrir ese otro ojo y... deberia quitarme esta ropa, esta demasiado humeda y quiero limpiarme de todo esto de... no hace tanto pero no puedo verlo con claridad. Creo que me sentaré en el suelo y le cogeré algo a la doctora para cambiarme, quiero limpiarme de esto. Se me pegan las manos.

Uno de los brazos libres de la doctora se agitaba desesperado, mientras el otro seguía sujeto, parecía querer agarrarse a algo, a cualquier cosa, a lo poco que quedaba de su cordura tal vez, pero en lugar de eso solo logro dejar un rasguño en el cuello de Zeiss antes de que lograra por fin sujetarla de nuevo. Mas no por eso Auria dejo de moverse, patalear y sacudirse en un intento vano por soltarse, era como si el contacto del ladrón la quemara, aunque en realidad eran sus preguntas lo que la lastimaban.

- ¡¡No quiero!! – Grito con la voz algo ronca, producto de sus caóticos sentimientos – Tenían que admitir que eran pecadores... ¿¿porque no lo admitieron rápido?? ¡¡Yo estaba viendo!! ¡¡Me hicieron verlo todo!! ¡¡Las torturas, su muerte!!

Podía ver al capellán junto al verdugo, a todo el honorable publico sentado, mirando con sus caras serias y solemnes, con sus ropas de gala para ver la ejecución, el ejemplo de lo que les pasaba a los pecadores, a quienes se oponían a la orden.

- ¿Por qué nadie los ayudaba? – Pregunto la doctora mientras empezaba a llorar – Todos estaban mirando, y nadie los ayudaba... – Su voz sonaba como la de una niña abandonada, era doloroso escucharla – Sus gritos... Aun los escucho....

Cerró los ojos con fuerza, como si en ese mismo momento los pudiera escuchar, pero lo que se escuchaba en la vida real no eran gritos de torturados, sino de la guardia que golpeaban a la puerta con fuerza, alertados por los ruidos.

- ¡Abran la puerta! – Decían mientras golpeaban - ¡Abran ahora mismo o tiraremos la puerta!

Auria había dejado de moverse, miraba a la puerta aunque no parecía reconocer donde estaba, su gesto era de desconcierto, miro luego a Zeiss como intentando reconocerlo, con las lagrimas aun recorriendo su rostro, algo de la personalidad de la antigua Auria estaba en esa mirada, pero solo pudieron conocerse unos segundos, la medica cayo inconsciente casi de inmediato.

La escuchó con toda su atención centrada en ella, en la historia y en los gritos y movimientos de Auria. Sentía un leve picor donde la uña de ella le había hecho un rasguño pero lo ignoraba de la misma manera que ignoraba todo lo demás, concentrado en retenerla y en comprender lo que le decía. No comentó nada; dejó que ella hablara, sorprendido y casi fascinado cuando el grito se convirtió en llanto. La actitud acusadora y firme del ladrón desapareció con la sorpresa; el llanto de ella dejó paso a un silencio en el cual, vulnerable y perdida, reconoció entre todas aquellas lágrimas corriendo por sus mejillas a otra Auria, una Auria que llegó a mirarle fijamente durante un largo segundo.

Y entonces perdió el conocimiento. De golpe Zeiss se encontró solo frente a los insistentes golpes de la guardia, repitiéndose sobre la puerta hasta llegar finalmente a la conciencia del ladrón.

- ¡Vamos a echar abajo la puerta! - insistía aquella voz.

Zeiss levantó la mirada, descolocado. No recordaba lo oscura y llena de sangre que estaba la habitación hasta aquel mismo momento. El silencio que acababa de instaurarse era opresivo y pesado, y en él los insistentes golpes del guardia destacaban de una forma inusual y penetrante en su sórdido retumbar.

- ¡Por favor no griten tanto, tenemos a enfermos mentales de delicada salud descansando aquí! ¡Y son las tantas! ¡Ahora les abro, denme un segundo, tengo que acostar a esta mujer! ¡Paciencia por favor!

Intentó imitar una voz más grave que la suya, esperando que aquellos hombres no conocieran al médico que estaba casi muerto en la habitación de al lado. Mientras les hablaba se puso en pie e intentó levantar el cuerpo de Auria, lánguido en su inconsciencia. Miró a su alrededor. Si pasaban aquellos guardias... él no quería estar allí cuando pasaran, no señor. A través de la puerta se escucharon susurros, a lo que Zeiss supuso que los guardias no estaban del todo convencidos. Arrastró a Auria rápidamente hasta su habitación y cerró la puerta tras de si con llave, poniendo así al menos dos puertas a derribar entre él y las fuerzas del orden.

- ¡Sam!

Y en efecto: allí en la habitación, llena de sangre y con aspecto aún peor de lo que Zeiss la había visto antes, estaba Sam. Cargando a Auria, Zeiss no pudo sino creer aquello una bonita broma del señor de turno que mirara desde arriba, porque le pareció que la muchacha seguía drogada. Había una jarra de agua; dejando a la médico se colocó junto a la joven y le intentó limpiar la cara para reanimarla un poco.

- Mi buena amiga, hay que salir de aquí, y no sabes con qué prisa.

Se escuchó un estruendo en la habitación contigua. O habían derribado la puerta, o estaban a punto de hacerlo. Una exclamación indicó que había sido lo primero, y el ladrón consideró prudente ir levantando a Auria de nuevo.

- Yyyyyyy acaban de descubrir lo lleno de sangre y muerte que está este sitio. Em... bonita ventana. ¡Mira qué bonita ventana! Hay que salir por allí antes de que alguien piense en dar la vuelta al edificio.

No recordaba para nada que la ropa fuera tan difícil de quitar… es decir… ¿Cuántos agujeros tenía una camiseta? Pfff, no los voy a contar ahora porque tendría que abrir los ojos… y levantarme de la cama… y la cabeza me pesa como tuviera hierro en vez de hueso y claro está esa cosa que te mantiene en el suelo y no podría resistirlo… no estoy segura de que pensaba. Esta camiseta es negra, debería ponérmela, si creo que ya estaba en ello…

Mejor pruebo con la gabardina, chaqueta, bata lo que sea eso que no hay que meter la cabeza en ningún sitio estrecho o elástico… ¿no os encanta esa palabra? Elástico, se estiiiiraaaaa, jejeje… Se me pega la mano…

No ayudan los ruidos… los gritos y luego los golpes y más gritos… Por la Dama, odio tanto oir a la gente llorar cuando me duele la cabeza, se clava justo bajo la oreja…

“Eeeeh… Ze-iss, jejeje y Auuuria, no podía esperar para veros otra vez, jejeje” sigue sonando como si tuviera la lengua de esponja y es una imagen muy rara ahora que lo pienso… “Pero, ¡seguid jugando! ¡Oh! Que malo Zeiss, has jugado demasido fuerte ¿no crees? Jejeje”

Son como, taaaan graciosos, de verdad, super graciosos… Ay, dejame… No acierto ni para espantar una mano que se me acerca, es gracioso, ¿podría aplaudir? No lo creo jajaja

“¿Tienes prisa? Que tonto… entonces deberías dejarnos aquí a la señorita médico y a mí ¿no crees? Jejejeje”

Realmente cada vez hay más ruido ahí fuera, y la voz de Zeiss por agradable que sea retumba de una manera tan horriblemente desagradable que no puedo casi ni escuchar lo que dice, si bajara aún más la voz o lo dijera por señas… eso sería genial, jejeje

“Vale… ventanita y yo ya somos amigas ¿verdad? Mmm… vamos” Auria parece muy bien con Zeiss, estaría feo separarles aunque quizás para bajarla por la ventana… “Puedo… estar abajo y cogerla… si” Je, eso casi parece un pensamiento lúcido, si sólo se fuera esa niebla y ese dolor de cabeza…

Esta ventana me cae bien, creo que yo también le he caído bien porque he bajado taaaan bien, estoy casi de pie y todo, jejeje…
Aquellos… están lejos pero… no puede ser que me hayan seguido, ¿o si? No puedo recordarlo… demasiada gente…demasiado ruido…

“¿Conoces algún sitio? Yo creo que sí pero es que… no puedo… pensar…” ¿No había algún sitio? Un sitio seguro, escondido pero era…a la derecha o quizás… No tenemos opción vienen por ese lado sólo se puede ir hacia la derecha y mejor hacerlo rápido, creo que tenías razón Zeiss, hay que darse prisa… de alguna manera.

- Sí, jugué demasiado fuerte; la puse tan nerviosa cuando rompí el jarrón de porcelana de Móselec por dar demasiadas vueltas por la habitación que Auria gritó hasta que se infló y explotó, y ahora está inconsciente. Y ahora tengo prisa, pero tú también tienes prisa, porque llegamos tarde y se van a enfadar.

Sam decía incoherencias. ¿Qué mal podía hacer que él les siguiera el ritmo? ¿Qué, perdona? ¿Guardias aporreando la puerta, moviéndose por la habitación de al lado y buscándoles? ¿Salir cuestión de vida o muerte? Muy cierto, pero no creía que hubiera nada mala en no tomárselo taaan en serio y responder a cada cosa que Sam dijera.

La puerta vibró con el primer golpe de un guardia lanzándose contra ella. Puede que sí que hubiera un poco de prisa. De todas formas Sam ponía cara de que no le gustaba cuando Zeiss hablaba, así que el ladrón cerró el pico, cargó a Auria y esperó que su compañera saliera rápido rápido. Un poco más rápido que eso a ser posible. Eeeso es. Esperemos que no se mate ahora. No, parece que está bien.

Zeiss se agachó para pasar y agarró a Auria como mejor pudo por la cintura, y luego medio cargada al hombro como mejor sabía. Sólo tenía una mano libre y el peso era mucho para él, pero no tenía tiempo como para esperar que Sam estuviera bien estable abajo antes de pasar él. Quedó colgado de una mano y se dejó caer; no sería su mejor aterrizaje, pero cayó bastante bien y hasta consiguió controlar el cuerpo de la médico. Sólo sentía una leve molestia en el tobillo, pero aquél sería el mal menor y estaba seguro de no haberse roto nada.

- Conozco muchos sitios, Sam, mi buena amiga... Aam... corre.

Arriba un guardia se había asomado, y la única opción posible de escapada era siguiendo por la derecha, así que hacia allí comenzó a correr el ladrón. Pero enseguida tuvo que pasar a andar rápido, porque el peso de Auria era demasiado y él estaba cansado. Como no encontraran un escondite estaban perdidos, tan perdidos como para obligar a Zeiss a pelear en cuerpo a cuerpo y eso era algo que no le gustaba nada. Miró hacia los tejados, pero estaba seguro de no poder llegar allí arriba con el peso de Auria. Rápidamente pensaba en qué parte de la ciudad estaba, y si había un acceso al alcantarillado cerca...

- Sam, Sam, tú conoces este sitio como la palma misma de tu mano. Imagina que te tienes que esconder, y tiene que ser por aquí. No vale otro sitio. Imagina, por ejemplo, que te tienes que meter en el alcantarillado, o encontrar una casa vacía, o...

Tuvo que dejar de hablar. La fuerza, después de todo, sí se le iba por la boca en algunas ocasiones.

“Jajaja” Ups, je, con esta lengua tan pesada mis risas parecen estertores de muerte… estertores, algo mejor debo estar si puedo pensar en una palabra tan… tan, no sé, de ricos viejos o algo así… ¿Cuándo se ha puesto Zeiss a correr? Se me traban los pies o algo… Es curioso porque se apoyan en el suelo y entonces cogen impulso pero parece como si fueran enormes… o muy pequeños desde aquí arriba… que alta tengo la cabeza, seguro que si me acerco más al suelo estará más segura…

Pero mejor lo pruebo luego y ahora sigo intentando correr…
Una casa vacía, que tonto.

“Nooooo Zeeeeiiiiissssss, una casa vacía nooooo, la mayoría ya las conocen, claro, la casa del viejo Lu es mejor claro…” El viejo Lu… no puedo haberme acordado de eso de entre todo lo borroso de mi cabeza… Viejo viejo Lu, tan sordo y tan gruñón, jajaja, en su desván dormí como una semana sin que se enterase, pero la subida por el callejón de la parte trasera era como complicada y la entrada al sótano es tan fácil… viejo, sordo y cojo Lu… Es imposible que recuerde eso y me cueste contarme los dedos de la mano… porque sigo teniendo 10… ¿no?

¿Cómo se iba? Un segundo, sólo quiero un segundo sin esa nube y sabré para donde… “Mmmm… Creo que… Deberíamos… Girar a la izquierda en la siguiente, pero no…” No puedo estar segura de nada, no durante más de 3 segundos. Aunque tampoco los he contado… podía hacerlo, pero es difícil porque cuando acabara podía no estar convencida de porque estaba contando… 1…2…1…2….3….4…5… ¿Qué hago?

A la izquierda por esa calle estrecha… Zeiss parece más lento, Auria no está gorda… ¿lo está? No… yo creo que no… Luego le preguntaré a Zeiss que entre unas cosas y otras la está sobando bastante, jajajaja… Esto no puede acabar bien… y estoy tan cansada…

“Podríamos…” Mmmm… creo que iba a decir algo de sentarme, pero ya estoy en el suelo, asi que no tendría demasiado sentido así que… si seguimos ese pensamiento… “…levantarnos” y la preciosa pared siempre está dispuesta a ayudarme a hacerlo.

“A la… mmm… ese lado” lo he dicho hace nada pero es taaaan fácil apuntar con el brazo y Zeiss no está ciego, es hacia allí, hacia… hacia ese lado que no es la derecha, si justo entrando por esa calle que…

… no tiene salida. Mierda. No lo entiendo. ¿Por qué no tiene salida? Yo creía que era por aquí aunque… no recuerdo hacia donde estábamos yendo.

“¿No es curioso? Juraría que esta calle daba a algún sitio… jajaja”

- ¡Ah, el viejo Lu! ¿Ese tan cascarrabias pero que luego te da caramelos?

Por mucho que Zeiss llevara un tiempo merodeando y sacándole todo el partido posible a la ciudad y sus secretos, Sam ya había demostrado que el ladrón conocía sus calles y atajos mucho peor que ella, y como no había crecido en Trinacria ni de lejos se había encontrado nunca con el viejo Lu. Tampoco había oído hablar de él. Ni sabía dónde vivía. Ni cómo acceder a su casa. Pero sí tenía clara una cosa cuando vio a Sam virar en aquella encrucijada:

- Pero, Sam, querida, esa calle no...

Intentó avisarla, pero Sam estaba demasiado en su mundo para prestar oído a las advertencias de un humilde ladrón. Detrás de ellos se escuchaba el ruido metálico de los guardias dando lo mejor de sí para correr, y, claro, como siendo guardias de ciudad tampoco iban con armadura completa, lo conseguían y a bastante buen ritmo.

Bueeeno, Zeiss, congelemos este breve segundo y pensemos con calma. Nada de atosigarse, la decisión vendrá sola. Puedes dejar que Sam vaya a un callejón sin salida e ir tú por el otro lado; no conoces la zona tanto como ella en sus momentos lucidos, pero ahora mismo te irá mejor. A Sam la ha visto el guardia por la ventana, pero si tiene dos dedos de frente sabrá salirse de esa... Luego está... el problema del paquete explosivo... y lo que sea que haya hecho todo este rato por lo cual ha acabado tal y como está ahora... ¡Es muy probable que termine bajo llave, pero no morirá de ésta!

Zeiss miró hacia el otro lado, considerando seriamente la opción. Pero a él le gustaba arriesgar, y prefería tener que ingeniárselas para salvar a dos personas del calabozo que a una sola. Así que iba a hacer un todo o nada en toda regla, como debía ser.

Siguió a Sam al callejón sin salida, dejó a Auria en el suelo, retrocedió para coger carrerilla y consiguió alzarse al tejado de una planta. ¡Qué ganas de tumbarse en algún sitio y descansar! pensó mientras se izaba, reflexionando sobre lo agradable que sería una buena taza de chocolate caliente.

- ¡Sam, pásame a Auria! - dijo estirándose hacia abajo, tumbado sobre el tejado para no caer hacia abajo - Y luego sube aquí arriba. ¡En ese orden!

Odio el ruido. De verdad, lo peor de los guardias es el ruido que hacen siempre de metal, si dejarán las espadas y las corazas irían mucho más silenciosos y mejor… me dan dolor de cabeza… je je, me gusta sentir la cabeza al menos… no estoy segura… cuando pueda pensar decidiré si prefiero el dolor de cabeza o la nube, ahora tengo de los dos.

¡Uh! Auria debe de estar muy gorda, sin ella Zeiss está arriba de repente y dice algo que creo que debería procesar. Mmm… “pásame a Auria” ¡eh! Parece fácil, hagámoslo, aunque si pesa mucho no sé si podré… todo sea probar.

¿Cómo se la paso? Si la cojo así… no… mejor de esta otra manera o puede que… Por la Dama ¿no tiene como demasiados brazos y piernas y brazos? No se recoge nada bien… Si… puedo levantarla así y luego si la cojo por la cintura o las piernas la levantaré más pero… es que no está nada rígida, se dobla y… bueno si es por la cintura pero con las manos y la levanto más o menos creo que Zeiss podrá acabar de cogerla, parece lo más lógico, si…

Pues no pesaba tanto al fin y al cabo, aunque me haya costado taaanto levantarla, je, que torpe… ¿Tengo que subir yo ahora?

Mmmm… por aquí habíamos dicho que subo yo ¿no? No es por dudar de mis capacidades pero… bueh, si me caigo no creo que lo note demasiado, jejeje ¿Cómo era? Tirar para atrás para coger carrerilla y… me enfilo hacia donde esté Zeiss, al menos al borde del tejado llegaré ¿no? Una vez cogida subir será solo cosa de fuerza… si, de esa tenga que tengo taaaanta, jajaja, va a ser gracioso.

Gracias piernas, brazos y todas esas cosas por seguir reaccionando, ya que mi cabeza no lo hace, jajaja. Eh, oye, desde aquí arriba…. “¿No es ese el desván del viejo Lu?” Claaaaro, ahí estábamos yendo ¿no? Sólo se sube un poquito más por esa pared y… al menos eso queda fuera de la vista de los guardias o de cualquiera que esté en el callejón divirtiéndose… buah, yo me lo estaría pasando bomba, jejeje

“Si subimos ahí… él nunca se entera y vive solo, y era… no sé algo de alguien del ejército… podríamos descansar un poco y reanimar a Auria o algo…” Uf, por descansar un poco daría cualquier cosa.

Qué bien que Sam le hubiera hecho caso. Es decir, si hubiera conseguido subir Sam y hubiera dejado a Auria sola abajo... No, Zeiss no habría permitido eso...

Pero habiendo sido las cosas de esta otra manera mucho más conveniente y feliz, apartó el cuerpo inconsciente de Auria y ayudó en lo que pudo a su compañera de persecución a subir al tejado; aunque parecía que ella, incluso en su estado drogado, se las apañaba bastante bien por sí misma.

Retrocedió un par de pasos hasta donde fuera más difícil verle desde la calle abajo, y ya iba a volver a cargar a Auria para retomar la huida cuando escuchó la pregunta de Sam. Como ya se ha dicho, Zeiss no tenía ni idea de quién era el viejo Lu, pero lo que escuchaba le gustaba - si era cierto. Distraídamente agarró a Sam de la ropa y la apartó un poco del borde del tejado, no fuera a ser que se cayese o, aún peor, alguien la viera.

- ¿Y dices que al viejo Lu no le importará que usemos su desván un ratito?

Pero lo de reanimar a Auria... La miró sin esconder, sino más bien amplificando, un gesto de duda. No tenía especiales ganas de eso, la verdad. Ni siquiera tenía cuerda para atarla, ni cloroformo para volver a atontarla, ni le iba a dar un golpe en la cabeza con ese fin. Y estaba lo suficientemente cansado como para tener pocas ganas de tener que montar guardia, no fuera a ser que la médico asesina despertara mientras Sam y él dormían.

¿Pero había otra opción? De hecho sí, la había. Zeiss no se fiaba del todo de la idea del desván, ni de Sam tal como estaba ahora; pero de nuevo pensó que descansar un rato sería muy agradable, y que pasara lo que pasara él conseguiría escapar.

- Ayúdame con Auria, ¿quieres? - pidió rápido, entre cuchicheos, llevando el cuerpo hasta otro desnivel en tejados, si bien menor; igual que antes él subió primero y una vez todos arriba miró hacia el desván que había indicado Sam. ¡Estaba tan cerca! pero también era cuestión de un minuto o menos que la guardia pudiera verles. Y si no se movían rápido eso es lo que pasaría.

“¿El viejo Lu? Jejeje, no se entera de nada… ¡Eh! ¿No es ese su desván? Sería un sitio estupendo para descansar…” Uy, tengo la sensación de haber dicho ésto ya antes, pero si lo repito tanto debe ser importante ¿no? Sí que estaría bien descansar…

Je, Zeiss tiene una cara muy graciosa, creo que me intenta decir algo pero aparte de lo gracioso que es… no lo entiendo bien, se lo puedo preguntar luego, es como…. Mmm… ¿sorpresa? No creo… ¿de qué? ¿Enfado? Sería una cara de cabreo muuuy buena, jajaja, pero no se le tomaría en serio. ¿Duda? Tampoco… no sé de que podría ser… Lo dejaremos en cara graciosa de tipo raro #7. Seguro que ha tenido 6 caras graciosas antes… con todo lo que gesticula, jejeje, le van a salir muchas arrugas pronto, jajaja

Si, si, concentrarse en todo eso que hay que hacer y tal… ya sabes, subir a ese otro tejado. Oye, desde ahí al desván de Lu no falta nada… ¡Mierda! Si me lo repito si querer una vez más, me suicido o algo… jejeje, seguro que solo me harían falta un par de pastillas más, voy tan puesta… Aunque me siento algo mejor, supongo que moverse… bueno al principio ha sido malo por eso de mover la sangre pero ahora se consume poco a poco y… pensar si que no es bueno, me agota demasiado para no tener que hacer nada…

¡Eh! Creo que estoy cogiendo práctica en esto de coger correctamente a Auria y a todas sus extremidades… en serio, luego habrá que contarlas porque siempre parece que se escapen varias, que horror, alguien debería cortarle alguna, un médico o un carnicero, no importaría mucho.

Si tuviera que apostar algo… diría que Zeiss tiene prisa… aunque su cara de antes tampoco coincide con tener prisa… Mmmm.. .es todo un misterio, acuérdate de preguntarle, acuérdate. Jajajaja, pensar eso es como estar segura de no acordarte por lo que es como contradictorio ¿no?

¿Por donde íbamos? ¡Ah si! Subiendo y subiendo, je, me gusta… Aunque la última parte es un poco más complicada… No creo que pueda subirla sola, claro que, nunca quede por intentarlo ¡oh! Médico psicópata inconsciente siempre antes, cierto, cierto, endemoniadamente cierto, porque claro, ¿sino como va a subir estando inconsciente, no tieeeeneeee sentido, jajajaja

Si si, al menos se coge mucho mejor, casi a la primera y yo… “¿Me ayudas un poquito Ze-iss?” Sshhhh, shhhh, hay que decirlo todo bajito para que los guardias no se enteren, no no no, jajaja

Yendo rápido si, si, todo lo rápido que puedo si, si, aún así… si pesara un poco menos, que fácil sería todo.

FDI. Siento haber tardado tanto, de veras... Y ya que estoy he de añadir que he releido la parte final del hilo para ponerme en escena y me he vuelto a reir mucho con todos los posts de Sam... Son geniales todos!

- Sí, Sam, ese es el desván del viejo Lu. Se me ha ocurrido que podríamos ir allí a descansar, ¡pero no lo digas muy alto!

Parecía que Sam no se acordaba de lo que había dicho hacía menos de veinte segundos, así que Zeiss decidió apropiarse de la idea de esconderse en el desván del viejo Lu. La muchacha ya se lo había señalado unas cuarenta veces, así que el ladrón ahora tenía perfecta idea de hacia dónde iba... y era cierto que no faltaba nada, lo cual era una suerte: sentía todos los músculos extenuados, sudaba de manera desagradable a pesar del frescor del aire nocturno, y el peso de Auria parecía aumentar exponencialmente a cada segundo que pasaba. De no ser por lo cerca que quedaba ya habría tenido que meter a Auria en una chimenea y salir corriendo con Sam hacia un escondite, desván del viejo Lu u otro más lejano y seguro.

De cualquier forma era importante mantener la sangre fría, y Zeiss lo conseguía bastante bien. Es lo que tiene haber conseguido zafarse de cada problema que uno ha tenido en la vida: al final uno piensa que cualquier desafío puede superarse con suficiente esfuerzo, y que al final todo saldrá bien.

Sin responder, porque ya no le quedaba mucho aliento con el que decir nada, se agachó para tenderle una mano a Sam y ayudarla a subir. Comenzaba a sentir que incluso pensar le consumía energía, y como respuesta inmediata a eso su cerebro comenzó a trabajar más y más rápido, como queriendo sabotear todos sus esfuerzos. Le daba vueltas a cosas ridículas y sin sentido, se planteaba dilemas que no se le habían ocurrido antes y se le ocurrían experimentos que realizar. Volvió a cargar a Auria decidido a probar al día siguiente una combinación de tintes para conseguir un tono pelirrojo preciso que hasta entonces le había dado esquinazo, y a pocos metros de la entrada del desván se le ocurrió una hipótesis alocada pero que se le antojó muy probable sobre las actividades secretas de un hombre al que había estado vigilando. "Querido Zeiss, por favor, deja de pensar en eso ahora" intentó pedirse internamente; porque a mitad de la frase este pensamiento fue desviado y vino a sustituirle otra idea, que desembocó en otra y otra más. Intentó pedirle a Sam que le dijera qué se había tomado, convencido de que se trataba de una sustancia muy comercializable, pero de nuevo le fallaron las palabras.

Quedaba una pequeña subida hasta la entrada del desván del viejo Lu. Procurando no hacer ruido ni dejar caer una teja delatora al último momento, Zeiss repitió el procedimiento que habían seguido hasta entonces: izarse, pedirle a Sam que levantara a Auria, ayudar a Sam si fuera necesario. Su brazo temblaba incluso cuando se levantó a si mismo hasta el nuevo desnivel, por muy habituado que estuviera a hacerlo, y apenas pudo con Auria. Le parecía ya todo algodonado como en un sueño un tanto horrible, y tuvo que arrastrar literalmente a la médico hasta la entrada del desván donde, finalmente, pudo pasar a esconderse.

FDI: Ni te preocupes, me alegro de que hayas respondido =)

“Que buena idea Zeiss, si, si…” El viejo Lu, es genial… creo que ya lo había pensado, podía haberlo dicho si “Oye, el viejo Lu…” Que aburrido pensar en ese hombre, es tan gruñón… Sólo sirve para esconderse y… ¿por qué nos estábamos escondiendo? Aaag, si se me quitará de una vez esta niebla. Zeiss es raro, parece majo, le seguiré, hasta me ayuda a subir, eso está bien. Le daré una galletita. ¿Tengo galletitas? Tengo hambre. ¿Qué? Jejeje, me gusta escalar por los tejados, aunque quizás debería esperar un rato para seguir, hasta que mis pies crezcan o el suelo se haga más pequeño o… ¿no tenía que hacer algo?

¡Oh! ¡Claro! Aura, la médico… ¿o era Nuria? Juraría que hace un momento lo sabía… si alguna día se me olvida mi nombre podría poner Sam. O Tamtam. Jajaja, me gusta Tamtam, tiene como… ya sabes, jeje, me gusta.

Oh, me estoy haciendo muy buena en eso de subir a médico a sitios, podría dedicarme a ello, está entre los pocos oficios que me faltan, jejeje. Claro que… tendría que estar mucho tiempo, ya sabes, inconsciente y… y huyendo, claro. Jeje, no creo que a ella le gustara demasiado, jeje. Es un secreto… pero creo ha engordado en el camino, sssssh, no se lo digas a nadie.

Creo que… creo que me alegro de estar sentada y… oh, el viejo Lu, jejeje, creo que el ooooodia que le llamen así pero su desván es genial… Claro, los guardias nos seguían y… no pueden habernos visto y nadie molesta al viejo Lu, ese cascarrabias, como llames a su puerta te grita que cuando él era soldado estás cosas no pasaban… ¿Qué cosas? Jejeje, no estoy segura de si estoy loca yo o él. O lo dos. Bailemos.

No puede ser bueno… pero me encanta esconder botellas de whisky en todos mis escondrijos, la de aquí estaba casi nueva… ¡Bien por mí! Ya recuerdo hasta cosas estúpidas… claro que para el alcohol siempre tengo un quinto sentido ¿cuarto? ¿sexto? Está la vista, el oído… ¿el equilibrio? Ese no debería contarlo ahora, jejeje.

“¿Quieres un poco de whisky, Zeiss?” Jejeje, pero que orgullosa estoy, la palabra “whisky” se ha entendido muy bien, incluso hablando baaaajiiiitoooo, jejejeje. Mmmm… no recuerdo porque no debía beber, tonterías, siempre se puede beber, jeje.

“Creo que… estoy casada… Pffff, jejeje, ¡con mi botella!” No era eso ¿verdad? “Cansada… ¿tu no? Que suerte tiene Nuria…”

También creo que me gustaría vomitar y… no debería parar porque… me cansa más… no tiene sentido, je. Al menos ahora toca descansar y… esperar a que todo… pase. No sé que hago aquí.

¡A salvo! ¡E indemne! Parecía que las cosas habían salido bien, como era habitual, o incluso mejor de lo que era habitual porque aquella vez ni le habían visto ni le habían herido. Zeiss se dejó caer al suelo, totalmente rendido, y dedicó un minuto entero a recuperar el aliento.

- Mañana. Nos dolerán. Todos los músculos. ¡Ya verás! - le dijo a Sam entrecortadamente. La miró, tragó saliva, y con más dominio de su respiración añadió: - Y a ti además te va a doler la cabeza como nunca.

Se había librado del problema A, que eran los guardias; ahora le quedaban los problemas B y C: entiéndase el estado altamente drogado de Sam y encargarse de que Auria no pudiera matarlos cuando despertara. Pero los dos parecían problemas menores después de la persecución de la que acababan de escapar. Aún no había visitado los calabozos de Trinacria pero tenía entendido que no eran muy higiénicos.

- Menudo día más tenso. Y eso que comenzó con carreras y pastelillos. ¿Siempre te pasan estas cosas, Sam, querida?

Porque él, por supuesto, tenía una vida apacible y feliz alejada de problemas de toda índole, y jamás de los jamases se había visto envuelto en nada que incluyera explosiones, huidas por los tejados y/o médicos asesinos. En aquel momento, observando el errático modo de actuar de Sam, Zeiss se acordó de que Auria le había hecho tomar un botecito sospechoso hacía un rato. Había temido que se tratara de algo que le atontara, pero debía ser sólo agua, un engaño de aquella mujer, porque aún no había sentido ningún efecto. O así lo esperaba.

- Sam, eso no es whisky, es vinagre - mintió. Con un poco de suerte evitaría que Sam agravara su estado, pero no le quedaba mucha capacidad para hacerlo con fuerza así que lo intentó con maña -. ¿No tienes comida por aquí? Te sentaría mejor.

Al decir esto comenzó a rebuscar por el desván y encontró poca cosa, pero una cuerda que ataba algunas alfombras viejas le sacó una sonrisa de alivio. Se agachó y ató las manos de Auria a su espalda, con al menos siete nudos para asegurarse de estar vivo al día siguiente cuando despertara. No llegaba para atarle los pies, así que se dejó como pendiente el seguir rebuscando un poco más hasta encontrar otra cuerda; en cuanto a la mordaza, un cacho de tela arrancado de unas prendas viejas hizo un buen apaño. Tampoco era plan que Auria se despertara gritando y advirtiera a todo el vecindario, llevándose a si misma al calabozo después de las dificultades por las que había pasado para salvarla.

- ¡Qué bien que el viejo Lu esté medio sordo! Sam, mira. Acabo de recordar que yo sí tengo comida. Tómate esto.

Y de la pequeña bolsa que llevaba en el cinturón extrajo unas hierbas, que mientras rebuscaba había condensado en una pequeña bolita aplastada para que pareciera - al menos a ojos de alguien que no estuviera en plena posesión de sus facultades mentales - alguna especie de galleta verde. La realidad es que era una hierba purgante que sólo serviría para sacarle a Sam del estómago los restos de lo que fuera que la había dejado así. Después ya le daría, en un acto sumamente altruista, el único pedazo de pan duro que también tenía guardado.

Creo que… ya me duele cabeza, ¿mañana me dolerá más? Ahora noto más… todo. Creo que no me gusta. Seguro que el whiskey me ayuda. Por la Dama, ¿por qué me duelen las manos? Necesito beber más porque esto está perdiendo la gracia y antes era todo como taaaan divertido… claro que… no recuerdo demasiadas cosas de antes.

“No… Si, bueno, en realidad ¿Qué me ha pasado?” que tontería no puedo decir si me pasa de normal si no sé qué pasa. Creo que da igual, estamos seguros ahora ¿no? Si, da igual, aunque, jeje, la mención de los pastelillos me da hambre. Creo. También me duelen las costillas, ¿eso se puede confundir con hambre? Puede ser… Sería raro, jeje, todos los heridos tendrían hambre, no estaría nada bien.

¿Vinagre? ¿Cómo puede…? No sé, no me ha sabido… pero… ¿por qué que me lía? Yo creía que había dejado whiskey o… bueno, algo de alcohol, ¿por qué iba a dejar vinagre? Aunque casi no noto siquiera a que sabe, podría ser… Supongo que tendrá razón, jejeje, estoy peor de lo que pensaba, me duele la mano puedo soltar el… vinagre, esto es raro, jeje.

“Zeiss, que tontería, la comida se pone mala, el alc… bueno, esto no, jajaja, aunque… no sirve de nada, jajaja” Que pena, estaría bien tener comida, el vinagre me da dolor, bueno, hambre, jejeje, no sé que quiero. Estaría bien, sólo… dormir. Creo que no debo.

Quizás… debería buscar. Como Zeiss, aunque no sé el qué… creo que conocía todo esto y es como si… supiera lo que hay pero, jejeje, no hay manera, es como si me pesara muchísimo la cabeza, como cuando llevas… no lo sé, una corona de plomo o algo así, jeje. Uy, seguro que la podría vender super cara… si pesaran mi cabeza entonces… No, Sam, concéntrate, vuelves a desvariar, eso no es bueno.

Al menos me gustaría extender un par de alfombras para sentarme, sentarnos o dormir, o algo. Creo que puedo hacerlo y Zeiss ya las ha desatado, que detalle. Jejeje, son un poco… viejas, rotas y con polvo, jejeje, me gustan. Ésta está casi bien, parece una estupenda alfombra de picnic… en un desván. Necesito dormir un poco.

“Oye, pobre Aura ¿por qué la atas?” tendrá sus razones, han tenido sus… roces, jajaja “Habría sido más divertido enrollarla en una alfombra, jejeje”

El viejo Lu está sordo, juraría que hace años que no sube aquí, algún día le enviaré dulces pastelillos para agradecerlo las noches que he pasado aquí, claro que, espero que nunca lo sepa, jejeje.

¿Comida? ¿Dónde? Jejeje, si que debo tener hambre, si. Mmmm… parece comida rara pero… no me voy a quejar “Toma Zeiss, la mitad para ti” Estaría feo de otra manera, se parte raro… que más da “Gracias”
Creo que no sabe nada bien… si tuviera la lengua más despierta quizás no me gustará, si llena un poco… Pastelillos

“¿Por qué has tenido que mencionar los pastelillos?” Quiero dulce, y mucho… podríamos hacer una pequeña excursión a por chocolate y cosas ricas. Pastelillos.

Por la Dama esto me ha sentado raro, creo que… ugh, mejor voy a… el jarrón servirá. Agh, debía estar malísimo, joder. ¿Naúseas? ¿A estas alturas? Joder, no…

Qué asco. Qué asco. Qué asco. Odio vomitar. Por la Dama, no… agh, que asco, oh, por favor no pensaba que fuera tan… agh, ¿Cómo lo hacen los que vomitan cada vez beben? Puedo… agradecer tener el pelo corto. Ugh, no me gusta, me encuentro mal, me duele hasta el alma. Si es que tengo de eso.

“Creo… creo que voy a dejar de aceptar alimentos desconocidos” Mierda, no, ya no tengo nada que echar pero aún tengo arcadas. Arcadas, esta mierda realmente despierta a cualquiera “Agh, creo que quiero volver a drogarme”

- ¡Gracias! - exclamó, e inmediatamente se metió en la boca la otra mitad de la falsa galleta verde y tragó con toda naturalidad.

Las consecuencias no tardaron en hacerse notar, pero al menos Zeiss ya estaba al tanto de lo que iba a pasar. Incluso antes de sentir las primeras arcadas se acercó un viejo jarrón gemelo del que Sam había encontrado, y arrimado al mismo se quedó hasta que su estómago no quiso sacar ningún liquido más. Lo cierto es que no había mucho que echar, pero aquello no hacía las arcadas más agradables ni impedía que se sucedieran una tras otra. Al mismo tiempo escuchaba a Sam echando lo suyo y eso no hacía sino volver la escena más esperpéntica; se habría reído pero su estómago estaba demasiado ocupado monopolizando la caja torácica como para eso. "¡Esto debe ser el tipo de vivencia que afianza amistades!"pensó "Vomitar juntos después de una noche desenfrenada." E inmediatamente otra arcada.

Le lagrimeaban los ojos cuando se limpió el hilillo de bilis que le salía de la boca. A duras penas escuchaba los lamentos de Sam, a quien aún le duraban los restos de las arcadas, y escupiendo con desagrado forzó una risilla.

- ¡Creo que es una conclusión muy sana, aunque un poco tardía!

Apartó el jarrón sintiéndose algo más débil, pero al menos estaba seguro de que lo que fuera que le había dado Auria, agua u otra cosa, ya estaba todo lo fuera de su cuerpo que era posible a aquellas alturas. Tenía un sabor repulsivo en la garganta y mucha sed, así que pensó que dado que lo más probable era que Auria sólo le hubiera dado agua, aquello era todo muy irónico. Pero no quería tomar riesgos y acabar drogado o muerto.

Se acercó a Sam gateando y esta vez sacó de su bolsa el cacho de pan. Con un poco de agua habría podido ablandarlo, pero no era algo que tuviera a mano en aquel momento, según le recordó su garganta.

- Aunque no es un pastelillo te sentará igual de bien - le dijo -. Perdona por hacerte eso; pero a fin de cuentas será mejor para ti.

Dicho lo cual, y habiéndole abierto la mano a Sam para que aceptara el mendrugo, volvió donde Auria y siguiendo el consejo comenzó a enrollarla en una alfombra con total naturalidad.

- Que sepas que me ha parecido una idea fantástica.

En serio, que mierda de hierbas. Aunque estaría bien tenerlas, por si hay algún día de necesidad… como si me trago un veneno mortal, que asco. O para gastar bromas pesadas y desagradables. Es mucho más rápido que por la vía del alcohol. ¿Por qué me quejaba de la niebla? Me siento afortunada de que aún me duren parte de los efectos, hay varias partes del cuerpo que no quiero sentir por completo. Soy tonta, quiero mi niebla otra vez. Jajaja, nada tiene puto sentido. Quiero pastelillos.

“Jajaja, estás loco, ¿cómo te has comido esta… cosa sabiendo lo que era?” oh, claro, supongo que entonces realmente dejé whiskey en este desván. Aunque el vinagre también serviría para limpiarme la boca. Esto es un crimen, escupir alcohol, solo lo había hecho una vez y fue a los ojos de alguien, jeje, fue divertido. Nooooooo, recordar cosas noooo, ¿Dónde esta mi querido anéstesico? “Toma un poco, el vinagre es estupendo para limpiar la boca, jeje”

Jajaja, me encantaría ver como despierta Aura cuando esté envuelta en… alfombra. Es bastante divertido imaginarla intentando huir. O bailando. Definitivamente bailando. Si bailara con Zeiss ya sería la imagen perfecta. En esta casa hay más locura junta que en todos los calabozos de Trinacria. Quizás no tanta. Drogas, muchas drogas.

“Zeiss, ¿para que me das esta piedra? Jajaja… ya sabes, la mitad” Un martillo ayudaría a partirlo, no estoy demasiado fuerte y… que asco, si al menos… no, mejor… bueno, esta parte no está casi manchada de sangre. Más o menos. Uy, ¿eso es un cristal? Jejeje, no creo que se notará pero mejor quitarlo.

No lo entiendo. La imagen de los pastelillos bailando no se va de mi cabeza. Jeje. Me gusta mucho. Espero soñar con ello. Comer y dormir: el paraíso. Y limpiarme, mucho, me estoy comiendo parte de mi sangre, puro reciclaje, jejeje. Claro que… la que está seca no es mía. No estoy segura de si es bueno o mal. Me da ganas de vomitar otra vez.

“Podríamos descansar ¿no? Es un sitio seguro… ¡Oh! Quizás cuando sea más tarde podríamos bajar a la casa a por un poco de agua. O pastelillos. O agua. Y Pastelillos.” Bailes de taberna, con pastelillos, es perfecto. El vals iba bien… pero le faltaba ritmo, sin duda alguna. “Creo que quiero bailar” Eso atraerá a los dulces. “Oh, espera, antes… ¿podrías hacerme un resumen de la noche?” ¿En serio? Los pastelillos eran más divertidos.

- ¿Cómo rechazar tan generosa oferta tuya, Sam? ¿Cómo iba a decirte que no a media galleta verde, aún sabiendo que en realidad no era media galleta verde? ¡Tu generosidad me abrumó y mi mano se movió sola! - se exclamó, bajando la voz adecuadamente de acuerdo al lugar en el que se encontraban.

Al mismo tiempo terminó de enrollar a Auria y decidió no atarle los pies con nada más; aunque no es que le asomaran de la alfombra. Pensó que de todas formas no sería tan malo que la médico se levantara y se fuera dando saltos por la ciudad, metida totalmente en el tapiz. De hecho no le veía más que ventajas: por un lado sería muy gracioso, y por el otro le libraría a él de pensar qué hacer a continuación con ella. Alguien la encontraría y la daría por loca, cosa que era, y acabaría como tal en una casa de locos. Simple, ¿no?

Con estas reflexiones tan alegres, Zeiss volvió junto a Sam y aceptó el whisky que le había ofrecido, pero no para beber. En su lugar lo usó para enjuagarse la boca, literalmente: hizo unas gárgaras sonoras y escupió en el famoso y ya bastante conocido jarrón. Probablemente esto escandalizaría a Sam, pero Zeiss no era verdaderamente consciente de ello; lejos de soltar la botella, usó el whisky para mojar un poco el mendrugo de pan-piedra y que fuera más comestible.

- ¿Quieres que moje tu mendrugo, Sam? Lo del agua es una idea encantadora, pero es mejor no tomar muchos riesgos. De momento sí es seguro descansar, así que eso haremos...

¿Qué demonios estaba pensando al querer acaparar la botella? Seguro que Sam podía quitársela si quería, porque era más fuerte, aunque los dos estaban muy cansados. De cualquier forma...
Agarró la mano de Sam. La sangre era muy evidente, pero hasta entonces los trocitos de cristal le habían pasado desapercibidos totalmente. El origen de la sangre era otra cuestión sujeta a interpretaciones.

- Es una suerte el alcohol. Voy a despilfarrar un poco más del precioso líquido en echártelo en las heridas para que te duelan, ¿qué te parece? - pero Zeiss estaba tan cansado que sus comentarios jocosos sonaban muy lacónicos, en lugar de lo tradicionalmente juguetones -. No sé cómo has acabado así. Pero todo el resto de la historia te la puedo contar ahora, o después de dormir.

“Jajaja” lo más adecuado de no poder reírme en alto es que ahora mismo tampoco podría, creo que se me ha acabado la capacidad pulmonar. Eso es horrible. Solo lo permitiría si fuera por que una banda de pastelillos salvajes hubiera invadido mis pulmones. Sigue siendo horrible y encima está obsesión empieza a ser patológica. Tan poco pan y yo con tanto hambre. Creo que no era así la frase.

Ya me había hecho ilusiones de agua y excursiones nocturnas. Como si fuera capaz de despertarme una vez cierre los ojos… claro que tras los narcóticos casi estoy despierta. Es una sensación muy rara… me gusta más la borrachera normal y corriente, que por cierto… ¿Cómo será la resaca de esta mierda? Uuuuh, me muero de ganas de averiguarlo.

“No, me está gustando lo de ejercitar la mandíbula, con un par de estos podré empezar a partir rocas, jajaja” Y escaparé de prisiones a mordiscos, esto es puro entrenamiento, jajaja. Espera, espera, ¿he rechazado alcohol? Por la Dama, ¡debo estar fatal! Primero lo he escupido y ahora lo he rechazado, es un símbolo inequívoco de que me estoy muriendo, o algo peor. Como ir a dejar el alcohol, eso sí que sería horrible.

“¿Me vas a dar más comida?” esa es mi interpretación de que me coja la mano y no voy mal encaminada “No, no, estoy dejando el alcohol via intravenosa, ahora me limito a beberlo… ¡Ay, ay! Bueno, jajaja, en realida no lo noto mucho, jajaja” Y supongo que al fin y al cabo es bueno ¿no? Siempre he dudado las propiedades curativas del whiskey. El vodka es mucho mejor.

Así que me he ido de parranda drogada por ahí, bieeeen. ¿Y he vuelto a la clínica? Eso sí que es raro… Me siento muy orgullosa de mi sentido de la orientación, ya da igual lo que lleve en cuerpo. Quiero conseguir un trabajo de eso, ganaría un montón. Aunque ya he sido guía por la ciudad… no lo veo claro…

“Jo, pensaba que me contarías alguna historia genialmente absurda que involucrara… no sé, dromedarios, azúcar y 9 enanos de colores” Guau, sería una historia muy buena, perfecta para antes de irme a dormir… “Si, supongo que puede esperar hasta dentro de unas horas de sueño, no hace falta hacer guardias ni nada… quizás cerrar la ventana por si algún otro quiere refugiarse aquí pero nada más” Vale… este rincón de la alfombra es mío. Sería un gato estupendo, les he copiado la forma de enrollarse realmente bien. Se está bien, ni tan siquiera hace frío. “Espera, si… bueno, da igual. Buenas noches Zeiss”

- No seas tonta. ¡Los dromedarios no existen!

Sí, le había dado vueltas a un par de historias absurdas y de hecho aún no descartaba contarlas, pero lo prefería si aquello se reservaba para la mañana siguiente. Su imaginación sería más viva entonces; porque ahora mismo parecía haberse quedado totalmente congelada. Lo último que había salido de su imaginario había sido la imagen de Auria saltando dentro de la alfombra, y después de eso nada más; grifo cerrado. Eso sólo podía significar que estaba muy muy muy cansado.

De hecho hacía esfuerzos para mantener los ojos abiertos. Zeiss no tenía un horario de sueño fijo y compensaba largos periodos de actividad sin pausa con otros igual de largos de descanso, según le daba en gana y sin sentir consecuencias físicas de llevar su cuerpo a cada uno de los extremos, pero la actividad de aquel día había excedido sus costumbres muy de lejos. Sentía los párpados pesados y le escocían los ojos. Y si añadíamos a esto la sed, ya sí que no tenía ganas de ponerse a contar historias fantasiosas en el desván del viejo Lu.

- Si nos pillan mientras dormimos ya escaparemos - corroboró respecto a lo de no hacer guardia. Porque escapar de una prisión fortificada le parecía en aquel momento más fácil que posponer el sueño cinco minutos más -. Cierro ventana. Buenas noches.

Sam se acurrucó en una esquina de alfombra mientras Zeiss iba hasta la ventana para cerrarla bien cerrada, de forma que no fuera desatrancable al menos sin hacer ruido. Después volvió hacia donde estaban todos los trastos, casi haciendo eses, y sacó de entre todos ellos las ropas viejas que había encontrado antes, para usarlas a mitad como manta y a mitad como colchón. Una u otra opción, le daba igual. Le daba igual que olieran a raído y estuvieran amarillentas. Le daba bastante igual todo menos un dolor de músculos, la garganta reseca, y el sueño abrumador.

Muy perjudicado, no pudo evitar de todas formas volver a acercarse a Auria. Se paró delante y la miró durante tres segundos muy largos, intentando desembocar en una conclusión que no llegaba. Finalmente se dio por vencido; volvió a alejarse y se tiró entre todas aquellos trozos de ropa, donde acurrucado se durmió casi inmediatamente.

Creo que es la primera vez que me despierto por dolor de cabeza. Y de pecho. Y de manos. Y de todos los músculos de mi cuerpo. Pero sobretodo de cabeza. Esto suele funcionar al revés, es decir, me duermo con dolor de cabeza y cuando me despierto se me ha pasado. También es verdad que si me tomo algo suele ser antes de dormir y no antes de hacer nadie sabe qué y tirar el calmante (quien dice calmante dice anestésico para caballos) justo antes de dormir. Todo esto se traduce en que… voy a tener unas ojeras terribles, jajaja. Soy como una agujeta personificada. Y seca, muy seca. Si fuera solo resaca beber whisky ayudaría, aunque sería mejor una cerveza, pero dudo que sea eso porque no recuerdo haber bebido. Claro que tampoco recuerdo gran parte de la noche. Y esa sangre no era mía. Creo que esto me va a traer más problemas de los que me gustaría. No sé que hice, pero puedo imaginarlo. ¿Sólo tenía las manos bañadas en sangre? Estaba lo suficiente drogada para intentarlo. Y una que pensaba que no volvería a hacerlo nunca. Tampoco pensaba en dejarme drogar por una médico psicópata después de repartir a domicilio una bomba. Bien por mí. Supongo que tampoco lo acabé o no habría tanta sangre, es decir, se reabsorbe. Ugh, entonces tuvo que ser bastante asqueroso… ¡Que suerte que no lo recuerde! Jajaja, a veces sueno taaan melodramática en mi cabeza, me encantaría poder grabarlo para reírme con Charles de todas esas tonterías, ¡todo es más divertido si puedes compartirlo! Bueno, creo que voy a bajar a por un poco de agua, no puede haber pasado más que un par de horas desde que nos echamos a dormir así que Zeiss aún tardará en despertarse y yo ya estoy lo bastante despierta para bajar sin hacer demasiado ruido. Claro que tendría que bajar con una orquesta de unas 10 personas para que el viejo Lu se enterara de algo. Él también estará dormido así que… puede que de 20.

Nunca entenderé por qué si no sube aquí no atranca la trampilla, quizás ni tan siquiera llegue a cerrarla, mira que es bajito el cabrón, jajaja. Esté pequeño jarrón sin vómito servirá para coger agua, bueno, mejor quitándole un poco el polvo. Vale… con cuidado pero rápidamente, así si Zeiss que ya esté bajando cuando quiera pararme. Muy bien lo de poner la alfombra, es incluso más discreto bajar así.

Abajo y arriba de nuevo. No puedo haber tardado en volver más de dos o tres minutos, afortunadamente la cocina está cerca de la trampilla, aunque eso sí, nunca había bajado con la casa tan oscura, que suerte que conozca el camino a la cocina en un montón de casas ajenas. Seguro que eso no dice nada bueno de mí. Sería peor que conociera el camino a las cajas fuertes, o mejor, no estoy del todo segura. ¿Peor para mi moral y mejor para mi bolsillo? Podía ser terrible, si haciendo trabajos honestos vuelo naves comerciales si me dedicará a robar seguro que desataba alguna epidemia… Es una regla de tres un poco rara, nunca se me dieron demasiado bien las matemáticas filosóficas completamente inmateriales. Dejaré aquí el agua para más tarde, para Zeiss y Auria, la verdad, es como tener una garganta nueva. Claro que el desagradable sabor a drogas alcohol y bilis no me lo quita nadie. No habría pasado nada si se hubiera despertado el viejo Lu, con echarle el aliento lo habría tumbado para siempre.

Quizás debería irme, no sé. Sería un marrón dejarle a Auria, pero en mi cabeza están enamorados, de una manera muy sádica y siniestra, y posiblemente les vaya mejor solos, hasta ahora me llevo todo el mérito de transportar bombas y llamar al médico equivocado. Jajaja, esto es lo que yo llamo aprovechar el día al máximo. Quiero vestirme como un chico decente otra vez, limpiarme e investigar. Primero, averiguar si me buscan, si he hecho lo que creo y lo vio gente… eso podría ser un problema, aunque medio drogada y pareciendo una chica, puede que sobria y como visto de normal no me reconozcan. Y luego, me ha jodido lo de la bomba, me han hecho perder un trabajo, ¡sin que sea mi culpa! Eso no se lo paso a nadie. Y luego estaban los elfos esos, no te digo por donde les metería el puto arco por respeto a la pulcritud de mi limpia mente, pero creo que te haces una idea. ¿Qué pasó con la chica? Pobrecilla. Bueno, de todas formas, nunca he sido una escapista nocturna, así que me esperaré a que despierte Zeiss y ya vemos que se hace y cada uno por su lado. Una pena, me gusta este chico, no se encuentra gente tan rara y divertida de normal, y menos estando sobrios, jajaja.

Contrario a su costumbre de despertarse con un sobresalto al escuchar el más mínimo susurro, Zeiss durmió aquella noche sin que nada pudiera sacarle del más profundo letargo. Se había quedado lo que se dice totalmente dormido, tanto es así que aquel podría haber sido el fatídico día en que la guardia del lugar finalmente le atrapara y le metiera en prisión, o cuando al fin algún competidor en el terreno del latrocinio decidiera y consiguiera quitarle de en medio mediante un ataque a medianoche... Pero todo lo que pasó en realidad fue que Sam se levantó a las tantas y Zeiss no se dio cuenta de nada.

Cuando se despertó tras unas buenas seis horas de sueño no del todo reparador, la luminosidad del nuevo día se intuía a través de un ventanuco del desván. Zeiss parpadeó dos veces, giró sobre sí para ponerse boca abajo y a los pocos segundos se encontraba en pie. Sentía la garganta tan seca como antes de irse a dormir, con lo que el descubrimiento de un jarrón con agua no demasiado lejos le llenó de gozo.

- Sam, mi querida Sam, ¿Has invocado tú esto con tus artes mágicas? Has hecho de mi un hombre feliz.

Bebió buena parte del contenido, asegurándose de que quedara para Sam... Pero no teniendo demasiado en mente a Auria, todo debe admitirse. Justo en aquel momento, y no antes, recordó a la médico psicópata, y descubrió con sorpresa que ella seguía allí, atada y enfundada en una alfombra.

- La verdad es que pensé que habría huido - admitió en voz alta.

Se sentó a lo indio, con las piernas cruzadas, y apoyó pensativamente la cabeza en la palma de la mano. Le sonaba que la noche anterior se había dejado algo por hacer, ¿Pero qué? Era difícil determinarlo en aquel momento. Además algo en su cabeza le decía que debía pensar el siguiente movimiento, pero no tenía muchas ganas.

- ¿No te apetece ir a desayunar unos pastelillos, Sam?