Los buenos mensajeros no se entretienen en las entregas

No me explico como puede el sol iluminar tanto. En serio, ¿os parece normal? Un bola enorme y lejana de luz y fuego que flota y que como te acabes de levantar, te destroza los ojos. No me cabe en la cabeza, ya podía ser como la luna, que tiene más en consideración a los que viven en sus dominios. Otra razón para preferir la noche.

Pero sin que yo entienda por qué, a la gente no le gusta nada, que aparezcas en la madrugada en su casa para entregarles un paquete, que tonterías ¿verdad? Y ya si por casualidad ese día vas con un ojo morado, llaman a toda la maldita caballería a gritos. No digo que me haya pasado, sino, no conservaría aun este trabajo, ni estaría de camino a entregar un paquete en... Calle Valanderiel número 20, segun pone aqui. Otra cosa tonta, ponerle nombres de lugares a las calles. Voy a Valanderiel. ¡Ah! Que bien, es una isla preciosa. No no, yo voy a la calle del puerto. Y en ese punto de la conversación ambos se quedan con una cara de tontos que es para hacerles un retrato.

"¡Ey! Buenos días Sra. Morten, ¿ese vestido es nuevo? Le queda genial, ¿Como están los peques?" "¡Bort! Esas frutas tienen una pinta estupenda, las has cogido hoy ¿verdad?"
" Lucille, ¿has probado el nuevo restaurante? Ya ya, la comida esta buena pero deberían cuidar más la limpieza, tienes razón"

Intento siempre evitar pasar por la Avenida del Mercado porque siempre hay gente que conoces, y aunque me encanta verlos, saludar y saber de ellos, si estas trabajando es más bien incómodo. Soy de las que prefiere pararse un rato a hablar con tranquilidad así que deshacerme rápido de la gente no es mi especialidad. No lo enseñaban en ninguno de los trabajos que he hecho, suele ser más bien al revés.

Vale, la Calle Valanderiel es donde esta el aserradero si no me equivoco... debían estar chistosos los que le pusieron el nombre al lugar, o tener muy mala leche, no lo tengo claro. Bueno sí, el caso es que se adonde ir, pasados ya los grandes montones de gente... pues aun me queda un buen trecho. Me ha tocado un envío bastante lejos... quizás... media hora o algo así.

Como las calles las conozco ya bien me dedicó a la interesante observación de un paquete. Últimamente, lo practico mucho eso. Este es más pesado de lo que acostumbro a llevar, al menos en comparación con el tamaño, pero lo que más llama la atención (si es que algo llama la atención en un paquete estandar bien envuelto) es lo elegante de la letra con que está escrita la dirección. Debía ser una mujer si es cierto lo que dicen de que las letras de mujer son más cuidadas y elegantes. No me puedo escoger como un buen ejemplo de ello.

A las calles del puerto, alguien debería hacer el favor de ponerles un ambientador o algo, porque como el pescado huele también... No quiero respirar para cuando llegué donde está el aserradero, que también es un lugar de olores dulces. Puag.

"¡Eh! ¡Ten cuidado!"

Maldita sea la gente, ¡la calle está vacía! Pues uno que pasa, uno que se choca conmigo, menudo... ¿Y este? ¿Será un ladrón o le persiguen los malos? Encima mirando el paquetito, ni le he visto la cara. ¿Cabrón o damisela en apuros? Da igual lo que sea, porque se acaba de meter en un callejón sin salida, que torpe es la gente que se mete en calles sin ver si tienen final. Le ha hecho un favor al perseguidor, otro más que me plantea las mismas preguntas.

Bueno, puedo darme la vuelta y seguir mi camino para entregar el paquete a su destinatario pronto.... ¡El paquete! ¡Menudo imbécil me lo ha tirado al suelo! Suerte que ha caído en seco... aunque... No puede ser, hace ruiditos... ya verás como lo haya roto me vuelven a despedir aunque... ya es tarde para eso. ¿Que está pasando ahí? Puedo entregar ya el paquete, o mirar a ver que pasa, si merece la pena meterse y después entregarlo... Bueno ¿qué que hago? La duda ofende.

Alguien se acercaba.

Zeiss se arregló el pelo, peinándolo hacia atrás y asegurándose de que ningún mechón rebelde escapara a la cinta morada que los retenía. Sacudió algo de polvo y suciedad de sus ropas, obviando lo raída que estaba la base de su capa, y adoptó una pose despreocupadamente afectada.
Un chico pasó por delante de su callejón... pero no era a él a quien estaba esperando, sino a aquellos pasos acelerados que, demasiado ocupados corriendo como para darse cuenta de lo ruidosos que resultaban, se acercaban rápidamente hacia él. Calculó con cuidado el tiempo. Dos segundos más.... uno... yyyy ¡ya!

Salió de golpe de su callejón, y se sorprendió al encontrarse solo. Quizás fue su imaginación, pero en aquel punto le pareció escuchar el cricri de unos grillos. Pestañeó un par de veces con la mayor tranquilidad, y entonces vio que el hombre que corría, con el que había esperado fingir una colisión para aligerarle un poco el bolsillo, se había metido por un callejón en el lado contrario de la calle... un callejón sin salida, si no se equivocaba. Un ligero "gasp" de pánico proveniente del mismo confirmó su teoría.

Zeiss se llevó una mano a la frente con trágica desesperación. ¡Incompetentes! ¡Incompetentes todos! ¡Si esquivaba así su pequeña trampa (una trampa muy básica, debía admitirlo, pero francamente divertida y eficaz), al menos haber tenido la decencia de meterse por un callejón con salida! "¡Te odio!" pensó con fuerza, y le dio una patadita infantil a una piedra cualquiera, que se llevó de esta forma el castigo.

En la calle seguía el chico (un chico bastante alto, más que él sin duda). Decidió que era la mejor persona a la que comentarle lo escandalizado que se encontraba.

- Es intolerable. Me esquiva, se mete en un callejón sin salida, y además te empuja por el camino. Quien quiera que sea, es un peligro público y debería ser detenido (aunque creo que lo será pronto... y me desentiendo del tema).

Hay gente muy rara por el mundo. Y creo que este encaja perfectamente en esa descripción. O tiene % años, con lo que pegaría mucho más todo lo que ha hecho antes de dirigirse a mí. Que también, menuda suerte tengo ¿eh? Va el tipo y se me acerca quejándose... de que le han esquivado. Raro.

"Sobretodo lo de esquivarte ha sido terrible por su parte ¿verdad?" no tengo el don de la ironía, así que las raras veces que me sale, por absurdo que dijera algo, no sería difícil tomarme en serio.

Un tipo curioso. Pero me esperaría más encontrármelo de noche que de día. De noche parece que suelten a todos los bichos raros que hay en este ciudad. Quizás pasa igual en los demás sitios, no lo sé, no he salido de aquí. Es raro que alguien quiera que se choquen con el... suele ser por que lo conocen, o algo... aunque saliendo tan de repente , es más como esos ladrones tan cutres que mientras se disculpan te limpian rápidamente. No me malinterpretes, no quiere decir que nunca lo haya hecho, pero eso son cosas que se dejan con el tiempo, no sé, me di cuenta de que me costaba mucho menos esfuerzo trabajar y conseguía más dinero también. Los robos organizados en casas de gente adinerada son otra cosa, más dinero, más emoción también. Aunque claro, yo ya salí escaldada en su momento de robar... O no, total como no me acuerdo, tampoco me paró mucho después. Eso sí, lo dejé, como decía, me sale mejor trabajar, así la noche, la uso para lo que a mi apetece.

Más gente hacia un callejón sin salida. Mira que hay que ser inútil para meterse todos en un callejón sin salida... O bueno, los de detrás habían sido sin duda más inteligentes. O habían tenido una suerte que ni se la creían.

¿Entonces les sigo a ver que paso o que? El tio este me ha chafado un rato lo de cotillear tranquilamente a ver que pasa. Lo mejor de todo esto es que tengo la impresión de que si yo no hubiera estado aquí se habría dirigido a una piedra con tal de hablar. Y punto, solo hablar. Tipo raro.

¿Se puede saber que leches estaís mirando? Vaya, salió uno de los tipos del callejón, menuda fiesta se han montado.

"¿Y a ti que coño te importa?" Es lo que se llama acto reflejo, ya se sabe las malas costumbres "Piérdete un rato"

Bueno está claro que no voy a cotillear hoy. Menudos ánimos. Eso sí como lo más fácil es culpar a los demás, la culpa es del tipo raro. Puede que me haya hecho un favor y pueda ir tranquilamente a entregar el paquete... justo lo que andaba buscando supongo. Pero si este es mi conciencia, mal vamos.

"Mira que eres inoportuno ¿eh?"

Zeiss, por la pinta, era de aquellos que no pillaban la ironía.

- Terrible, pero aún peor lo de empujarte a tí - respondió -. Espero que no llevaras nada muy frágil ahí dentro.

Observó el paquete con educada curiosidad, como si se esperara de él que lo hiciera aunque su interés real fuera casi nulo, hasta que otro set de pasos apresurados les adelantó por el lateral. Su mirada se paseó siguiendo a los recién llegados hasta el callejón sin salida, en cuyo punto no pudo distinguir nada más. Aquella zona estaba en penumbra y en realidad no podía culpar a nadie por equivocarse y meterse allí creyendo encontrar refugio de los perseguidores. A él le habia pasado en incontadas ocasiones, a veces con consecuencias desastrosas, y si se quejaba de la incompetencia de los demás era sólo por entretenerse. Tampoco tenía prisa por robar nada; estaba bastante bien surtido en monedas, que reservaba por el momento para cuando comenzara a hacer más frío por las noches.

En cuanto a la curiosidad que pudiera sentir por aquel grupo que se abalanzaba al mismo callejón... era suplida por su imaginación. Consideró varias opciones: un castigo colectivo contra la pobre víctima, el primero en entrar; que se tratara de cómplices que al diseñar su plan de acción habían acordado meterse por allí sin comprobar antes dónde desembocaba; o incluso que se trataba de una peculiar fiesta de té, y que en aquel momento se atiborraban a pastelillos sin ofrecerles ni uno.

Pastelillos. Había cambiado de idea. El dinero lo gastaría en eso.

De cualquier forma, era consciente de la curiosidad del chico, y de que de alguna forma le había molestado. Pero tampoco iba a arrepentirse de ello.

- Sí, lo siento - respondió a la recriminación, gennuínamente arrepentido -. Todo el mundo me lo dice, aunque... - su mirada se hizo algo más picara - yo no te entretengo más. Ve a mirar si es lo que quieres.

El tipo raro, por ahora, parece más bien tonto. No por no pillar mi ironía, que va, eso es de lo más común que puede haber pero pufff, cualquiera diría que le pudiera importar algo que sea de mí, o al paquete, lo cual, por favor, ofendería mi inteligencia si me lo creyera, principalmente porque no me ha pasado nada, detalles, ¿verdad? No sé hay gente de la que te lo crees, pero este tipo... Quizás si no le hubiera visto reaccionar cuando no se han chocado contra él le creyera más.

No se oía demasiado desde donde estaban pero seguro que ya había pasado la parte interesante, mucha gente, por alguna extraña razón, antes de pegar/arrastrar/secuestrar/robar/ a alguien, le recrimina cosas, y tal, que bueno tienen su gracia y su interés, y así decides si es algo por lo que merezca la pena luchar... o no. Casi siempre es la segunda, a no ser que te aburras mucho.

"Oh, vaya, eres un cabrón" parecía tonto el chaval, pero si eso no ha ido con mal leche, al menos ha ido a picar "Bueno, al menos no eres un imbécil"

¿Más pasos? ¿Que es esto? ¿Una maldita procesión? ¡Uuuuuh! Esos son la guardia seguro, pasando de estar por medio de esos barullos. No es que me lleve mal con ellos, tengo algunos amigos, pero... también tengo algunos conocidos a los que no les caigo demasiado bien. Ya se sabe, todos tenemos vida tras el trabajo y por las noches no son pocos los que me he encontrado en alguna taberna, y aunque jamás lo acepten, he ganado a varios. Luego de eso no te miran con buenos ojos, gente con aspiraciones de poder, típico. Por otro lado hay algunos que simplemente están siempre buscando follón. Vamos que paso de estar aquí más tiempo.

"Tienes razón" para lo cual no hace falta que diga nada "Mejor nos vamos, va"

Y no lo digo con un plural de yo y mi otro yo, que conste. Si llevas a alguien contigo, no hará nada contra tí a tus espaldas. Bueno, eso es un poco estúpido por mi parte, porque no hay razón para ello, pero ale, lo dicho, dicho está, será que mi subconsciente se aburre o algo de eso.

Vienen por la calle que bajaba yo, así que sigo caminando y les doy la espalda todo irá perfecto. Es mejor evitar las posibilidades de conflicto, aunque no es que tuviera muy cierto que pasara nada, lo mas probable es que no conociera a ninguno, o que no me vieran con la carrera, o bla bla bla, me aburro a mí misma.

"Calle Valanderiel, ¿la conoces?"

- Tanto halago. Me vas a sacar los colores - respondió tranquilamente, y ladeó la cabeza pensativo.

Pero aunque parecía que no lo decía en serio sí que se sentía halagado de alguna forma. No hay como una mirada extrañada, una mirada nerviosa, incómoda, ofendida o reprobadora, para sentir que estás haciendo bien tu trabajo... o tu pasatiempo.

- Oh, guardias - comentó en voz alta cuando comenzaron a escucharse más y más pasos viniendo desde atrás-. La verdad es que no tengo especial interés en verlos, así que si me disculpas, me escabulliré...

... por esta calle lateral, iba a decir. Pero en aquel punto le estaban invitando cordialmente a desaparecer de la vista de los guardias en grupo y Zeiss, siendo un caballero, no podía decirle que no a una invitación. Con una tranquila inclinación del busto y una floritura de su mano derecha, invitó al chico a ponerse en camino, y le siguió en cuanto comenzó a andar.

- En ocasiones uno desearía tener un caballo. Pero cuando lo tiene, lo que desearía es que el caballo lo deje a uno en paz - comentó, y aunque parecía que no venía a cuento se basaba en episodios anteriores de su vida para esta afirmación -. La Calle Valanderiel está bastante lejos de aquí, pero prácticamente todo el camino se hace por calles bastante anchas y salpicadas por tenderos y guardias.

Tenía curiosidad por saber la razón por la que aquel chico había tenido tanta prisa de repente, en cuanto fue evidente que llegaban los guardias. Ciertamente no conseguía llegar a imaginar la razón, y ya se hacía historias en la cabeza.

La verdad es que se podría considerar un halago realmente, aunque hay que tener mucha cara para aceptarlo. No era tonto, y eso era un gran paso, eso sí, si esforzaba por aparentarlo tampoco me iba yo a molestar demasiado en pensar lo contrario, es decir, ¿para que? Ahora tengo compañía para el camino por lo que se ve, al menos no me aburriré con el pintas este, que será cualquier cosa, pero no aburrido, no con tanta... digamos, expresividad.

Otro fugitivo de los guardias. A veces me pregunto si esa gente tendrá amigos o que. Bueno, yo tengo varios amigos entre ellos, pero... no, no es distinto, si deben tener amigos, aunque no mientras vayan de uniforme supongo. Podría preguntarle por que huía, pero primero, si había sacado la conclusión de que era alguna clase de ladrón, era obvio, y segundo, a saber que me contestaba haciendo aspavientos y usando frases rimbombantes. Pasando. Además de que eso sería una pregunta ligeramente más personal, y no todo el mundo es como yo, y prefieren guardarse sus cosas para sí. Es impresionante lo llena que está la gente de secretos.

"Yo nunca he tenido un caballo, no te hace falta para moverte por ciudad ¿sabes?" parece que conoce bien la ciudad pero... "Eso no es necesariamente bueno. Mejor guío yo."

No sé exactamente cuantos años llevo en esta ciudad, porque no se mi edad principalmente, pero puedo decir con tranquilidad que conozco la mayoría, sino todos, de agujeros oscuros y calles sucias y desiertas de este sitio. También las casas abandonadas que puedes usar para cruzar si no quieres ir a calles concurridas, y una vez en esas casas puedes subir a los terrados para seguir si tienes ganas y habilidad. Eso es más una afición que nada. Hay más aire arriba, aunque acabes bastante más cansado, claro.

Creo que con el lío que había en el callejón ni tan siquiera me había parado a mirar al tipo raro. Siempre me hace gracia encontrarme con chicos más bajitos que yo, no mucho, pero suficiente para ser más bajito. Tiene más papeletas para parecer una chica que yo, eso lo pienso también siempre, cuando veo gente con el pelo largo... y que dan ganas de hacerles trenzas. Aunque puede llevarlo despejado de la cara. No sé como aun veo bien, con lo molesto que es llevar el pelo sobre la cara. Y como conozco la ciudad mi imaginación se ocupa de rellenar espacios.

"Bonitos ojos" los míos son comunes, aunque funcionan a la perfección que es lo importante "Hoy van a ver un paseo por los mejores lugares de Trinacria, sobretodo si eres un vagabundo o no tienes sentido del olfato"

Tenía razón: un caballo era más un engorro que otra cosa a la hora de adentrarse por los callejones secundarios de cualquier ciudad. Pero para otras cosas... ¡Cuántas posibilidades podía abrirte, por mucho que a Zeiss le gustara ir andando a los sitios!

- ¿Si consigo un caballo te vienes de excursión a Tinaraith conmigo? ¿Sí? Aún no he conseguido a nadie que quiera acompañarme a visitar la zona... Con lo que no he estado allí.

No mencionó que él no sabía montar a caballo, no a lo que fuera más que un ligero trote... aunque en aquel sentido el joven desconocido parecía estar en igualdad de condiciones con él. Pero en fin, se las podrían apañar en cualquier caso asi que dejó la oferta en el aire. Lo que sí que parecía saber hacer aquel chico muy bien era callejear, según comprobó Zeiss al instante. Parecía seguro de las calles a tomar, y sus palabras eran las de un guía turístico para el que la ciudad no guarda secretos, si no muy íntimos y de índole personal.

Se sintió un poco decepcionado por esto. Si conocía Trinacria sería imposible confundirle, provocar que se metiera en callejones sin salida o que diera marcha atrás con la excusa de conocer "un atajo". Y al mismo tiempo estaba no tanto impresionado como curioso por la verdad de las palabras del chico... La duda le abría nuevas posibilidades.

- Vamos a ver si de camino a la calle Valanderiel eres capaz de enseñarme algo de Trinacria que yo no conozca ya.

Podría mirarlo con cara de "estás loco", pero la verdad, cosas más raras ha hecho. Y tampoco es que la proposición sea la más rara que me han hecho ¿sabes?. Lo único que parece sospechoso es lo de que no ha ido porque no ha encontrado a nadie. Menuda mierda de razón, con perdón de mi mente. No es exactamente el tipo de persona que parece necesitar continuamente una compañía... bueno por una parte la menos, por la otra, habla hasta con las paredes. Quien sabe que pasa en realidad por su cabeza. Quien le interese que busque.

"Déjame decidir si eres solo un capullo, o un cabrón mala persona" hay una gran diferencia "Luego ya si eso, te digo."

Quizás tampoco la rechazo de plano, porque no haber salido en los años que tengo de Trinacria, suena un poco triste. Pero siempre he estado liada entre unas cosas y otras, y bueno, es una inversión de dinero y tiempo y conozco esto tan bien. Aunque todo el mundo dice que las islas son preciosas tan distintas entre ellas. De una ciudad. No he salido nunca de una ciudad.

¿Suenan campanas? ¿Dulces campanas repiqueteando? ¡No! ¡No! ¡Son monedas! ¡El dulce sonido de las apuestas ganadas? Y quien dice monedas, dice cualquier otra cosa. Dicen mis amigos que cada vez que esto pasa me quedó en el sitio, esperando que el otro me miré a los ojos y siempre con la misma pose y la misma sonrisa. Extrañamente, también dicen que es la postura y la sonrisa más encantadoras y femeninas que tengo. Sale a flor mi yo natural supongo. Por suerte para cualquiera que me acabe de conocer y piense que soy un chico, parezco (como ya me han dicho un par de borrachos) tremendamente afeminado. tampoco es que estuvieran muy lúcidos ellos, pero poca gente desconfia de sus sentidos, antes que de los demás. Antes yo soy un chico afeminado, que aceptan que se han equivocado. Burros.

"¿Eso es una apuesta?"

- En realidad sólo soy un indefenso viandante que tiene en Tinaraith a su abuela enferma y moribunda, y necesita la protección de Gente Alta y Buenos Samaritanos para poder ir allí. Mi abuela está allí por la terapia de ceniza. Problemas cutáneos, ya se sabe.

Se habían detenido por un instante. Zeiss paseó la mirada por los edificios circunferentes, distraído mirando a los balcones que asomaban de cuando en cuando. Las fachadas estaban poco cuidadas, pero tampoco llegaban a ser lo peor de la ciudad; era sólo una calle secundaria un poco olvidada, no un arrabal de Trinacira... y de hecho poco más adelante se encontraba una de las famosas calles anchas y vivaces, con lo que Zeiss esperaba que su compañero de trayecto les desviara pronto para comenzar a callejear en serio. Sentía curiosidad por saber dónde lo llevaría.

No pudo evitar sonreir un poquito cuando escuchó el tono de su pregunta, aunque no le mirara directamente.

- Puede serlo - respondió, arqueando sútilmente una ceja -. ¿Quieres apostar sobre el honor, o con algo más concreto? Yo de pequeño apostaba bocanadas de aire y pelos, pero creo que no aceptarás eso.

Giró la cabeza hacia aquel ... chico. Por un momento le pareció una chica. No comentó nada ni hizo ningún gesto extraño.

Menudas historias se monta. Ni me creo ni me dejo de creer lo de su abuela. Es que es él. Parece bipolar (como mi amigo Xak que esta hasta las narices de que le digan que tiene varias personalidades... además siendo bipolar es bastante estresante que se cabree y después se deprima, no gano bastante para todas las cervezas a las que hay que invitarle para que se calme) o algo así. Tipo raro, si ya lo había dicho yo. Al menos me río un rato de camino al lugar de entrega.

"Sabes que le quitas las ganas a la gente de hacer nada ¿verdad? "

Vaaale. Comience ya la apuesta o no, es hora de cambiar la ruta, por qué paso de esas calles atestadas de gente, en ellas los guardias me la pelan, el problema es cuando te pillan en callejones oscuros cerca de peleas, pero en las calles donde hay mucha gente, siempre hay gente que te conoce y ahora mismo ya tengo bastante con un tipo raro. Así qué, a la derecha por esa calle, aun lo suficientemente ancha para caminar... emmm... cuatro personas en fila.

"¿Honor? ¿Quien tiene de eso?" a lo importante, ignoremos sus vivencias de infancia "No hay porque apostar monedas, tranquilo, hay mil cosas sobre las que apostar" aunque el dinero siempre es lo más fácil de pensar "siempre está sino el típico 'Haces lo que yo te diga'... que también es un poco infantil, la verdad jajaja"

... Eso ha sonado también un poco confiado. Pero, la verdad, la única confianza que tengo que tener, es en mi misma. Para algo voy a ganar. Y yo nunca me pasó con lo que digo, por favor, denme un poco de confianza.

¡Aaaah!¡Que hambre tengo! ¡Me había olvidado por completo que no había podido desayunar! ¡Que crimen! Je, mi tripa lo corrobora, que finura la mía, pero como no tengo necesidad de parecer ninguna elegante dama, pelo por delante y camisetas anchas.

"Aunque me parece que vamos a tener que hacer una paradita de camino" y no a cualquier lugar por supuesto "si te gusta el dulce te invito a probar uno de los mejores de la ciudad, jajaja" creo que me río demasiado y todo... siempre, jaja.

- ¿Entonces no quieres venir conmigo a Tinaraith? - respondió al primer comentario, poniendo ojos de corderito degollado que al segundo siguiente, distraído por el cambio de rumbo tomado, se e olvidó seguir manteniendo.

La calle era estrecha, pero no aparentaba estar abandonada, ni mucho menos. Había basura por el suelo, botellas rotas, alguna rata corriendo apresuradamente hacia zonas oscuras. Zeiss dejó de codearse con él y comenzó a seguir al chico, pensando con cierto apenado arrepentimiento en lo fácil que sería robarle en aquel momento desde la espalda y salir corriendo con el botín. Que fuera más alto no le preocupaba; él tenía experiencia en eso de correr y sospechaba que le costaría atraparle... lo que sería interesante sería comprobar si usando atajos y callejones, azoteas y casas abandonadas, Zeiss sería capaz de despistarle o, al contrario, el chico de atraparle con sobrada ventaja.

Eso sí que sería una apuesta, pero probablemente su compañero no quisiera comprenderla como tal, y le pegaría al final, cuando le atrapase. Auch.
De todas formas no apartaba la posibilidad de hacer esto más adelante. Aún había tiempo hasta la calle Valanderiel.

- Yo, yo estoy lleno de honor - respondía mientras su cabeza le daba aún vueltas a la ficción en la que corría contra aquel chico -. Es un poco infantil, pero puede resultar divertido y hasta provechoso para el ganador. Peero si quieres ya discutiremos de eso más adelante. Apruebo esa pausa para la comida.

Mejor me centro en el recorrido. Paso de que me mareé de mala manera con lo de Tinaraith el tipo raro este. Creo que en mi cabeza se va a quedar siempre con el nombre de tipo raro. Es simple, y adecuado, no creo que se me olvidé.

Vaaale, a ver, si ahora vamos a comer algo y después a Valanderiel... menos mal que no tenía hora de entrega y el paquetito que hace ruido cuando lo muevo, espera... si, comprobado hace ruiditos al moverlo. Genial ¿no? Espero que no quieran abrirlo delante mío, si me lo quieren lanzar a la cabeza siempre puedo correr, eso es algo que se me da bien, pero no me gustaría nada que me volvieran a despedir. Si al final el tipo raro me acompaña hasta allá intentaré liarlo para que sea él quien entregue el paquete, que al menos no lo conocen en la mensajería. Aunque siendo yo quien lo llevaba... bueno.

Quiero ir a Casa Ronnie a comer algo. Si entramos por la parte de atrás, por la parte donde está el honor, nos ahorramos entrar por la calle principal, pero claro para eso hay que cruzarla. La única pregunta es, ¿por arriba o por abajo?

El día que en esta ciudad pusieron alcantarillado sin saberlo me hicieron la chica más feliz del mundo. Aunque no sea muy completo ni funcione muy allá, a mí me sirve. Como no me apetece probar el equilibro de Tipo Raro, lo usaremos. Esa casa de la izquierda. Siempre me sorprende lo cuidada que está para el tiempo que lleva abandonada.

"La apuesta esta hecha entonces" que bonito es todo "Sobre que, ya lo veremos luego"

Me gustaría saber abrir cerraduras, pero se ve que no es lo mío, porque no será que no lo he intentado. Casa baja y de piedra. Suelo entrar por el segundo piso y bajar, posiblemente sea lo que hagamos, pero probaré suerte.

"Es aquí" ¿y mientras? Puedo... "Ve abriendo la puerta, que cuente a ver si llevo bien de monedas para unos dulces"

Pestañeó dos veces, algo extrañado:

- ¿Para qué abrir la puerta? Podemos ir al segundo piso; veo una ventana abierta.

Se giró hacia el que poco a poco se volvía Chico. Ladeó la cabeza y lo observó un momento, esperando que sacara las monedas para los dulces y comenzara a contarlas, tal como había dicho que haría. Mientras tanto intentó justificar eso de que quisiera que abriera la puerta. Reflexionó un poco, considerando la opción de que fuera demasiado grande como para resultar hábil también a la hora de escalar y colarse por rendijas... pero le parecía poco probable. Uno no puede jactarse de conocer todos los atajos de una ciudad sin saber al menos escalar sin miedo un par de pisos.

- No te preocupes, te invito yo - dijo una vez hubo llegado a esta conclusión tan poco concluyente, y le dió la espalda -. Pero si realmente es lo que quieres, te abro la puerta.

Dicho lo cual, se puso manos a la obra. De la pequeña bolsa que llevaba a la cintura sacó un juego de llaves de formas y tamaños variados, se agachó un poco para quedar más a nivel y probó un par hasta que una encajó en la cerradura.

- De todas formas... yo sé sobre lo que quiero apostar. Lo que quieras contra el pañuelo que llevas al cuello - comentó mientras realizaba este proceso. La llave entró pero, como era de esperar, no giraba. Zeiss le dió un pequeño golpecito bien dado; se escuchó un pequeño "clic" y la llave giró en la cerradura -. La otra forma de hacerlo es más artesanal y requiere su arte... Pero para qué molestarse cuando esto también funciona. Pase usted, por favor.

Jajaja, me encanta esa cara. Bueno hasta ahora yo había tenido muchas más papeletas de ponerla que él pero mira como van las cosas.

Metal, piececitas de metal era lo que repiqueteaba en mi bolsa, a ver, ¿por qué clase de estúpido me tomáis para que lleve todo en una bolsita fácilmente cogible en un cinturón endeble? Seguro que no por alguien que ha estado también quitando esas bolsitas. Por favor, sé que llevo bastante dinero. Pero al menos ahora Tipo Raro no me parece solo un ladrón de poca monta.

Bueno, y está en forma, ha visto la entrada normal, la del segundo piso, que yo me encojo de hombros como si eso no tuviera nada que ver conmigo, pero la verdad, yo había visto pocas veces abrir puertas así que me regocijo en mi alegría. Ale, felicidad pim pam pum, sigamos nuestro camino.

"Tengo bastante, no te preocupes" y de sobra también, que no son tan caros, otro detalle, si va invitando no puede estar tan mal para robar por supervivencia... o si y es tonto ofreciédolo "Se te da bien"

¿Me lo parece a mi o es una mierda de apuesta? Es decir, eso me lo pide por favor si tiene frío y se lo doy sin problema, por favor, que es un pañuelo y con el uso que le doy tengo varios, no me iba a morir. Uff, aunque me tendría que buscar algo para que me tapara de nuevo la cara, me da rabia que se me olviden estas cosas, de verdad.

"Me parece bien, yo aun no lo sé, pero no te preocupes que saldré con algo" tarde o temprano siempre se me ocurre algo, y sino, que alguien te deba algo nunca esta de más "Es genial, no se me da bien abrir cerraduras" Está oscuro por aquí, creo que nunca había estado en esta parte de la casa, no es la importante "Si la puerta es mala se puede intentar romper, o mirar si los goznes son de mala calidad y desmontarlos, pero es poco discreto, para mi es mucho mejor buscar otra entrada" Y mejor cerrar la puerta tras nosotros.

Situate. Desde arriba, bajo y doy directa a la sala del agujero (agujeros en realidad), que debe estar a fondo porque no tiene ventanas, izquierda... no, esta no es. ¡La de fondo! Perfecto. Del agujero de arriba llega luz, sino sería oscurísimo eso. Y por el agujero de abajo...

"Metro y medio de salto más o menos, caes en seco, piedra. No resbala, pero si das un paso hacia delante caerás en el canal (y no es nada agradable te lo prometo, no es un olor que salga facilmente), abajo hacia la izquierda primero" Vale, esto me preocupa creo que he pasado más tiempo del debido hay abajo pero bueno... es que es tan útil... "¿Vas a necesitar algo de luz?" De la época en que no me conocía eso tan perfectamente hay un palo con un paño enrollado... quizás lleve aceite, no estoy segura. Tiene tiempo, creo que abajo si te acostumbras hay una ligera claror... o mi imaginación rellena, no sé "Si no te aclaras te puedo dar la manita, como a los peques" O a cualquiera que no vea en la oscuridad.

No había querido ponerse a contar moneditas ni para disimular mientras Zeiss habría la puerta... entonces es que no estaban a la vista. Eso del saco lleno de trozos de metal ya le había pasado antes (muchas veces, de hecho), pero uno acaba aprendiendo el truco. Por suerte la mayoría de la gente no lo hace, dado que necesita tener el dinero a mano y tampoco lleva tanto. En cambio él... sí, según quiso deducir el ladrón.
Asi que... ¿a pesar de las pintas Chico era rico?
Le gustó fantasear con ello, pero debía admitir que era poco probable.

De cualquier forma parecía contento con el trabajo de Zeiss, lo cuál satisfizo enormemente a este último. No por nada había estado reuniendo tanta herramienta que llevar en el bolsillo... Intentó parecer modesto, pero no se le dió muy bien.

Siguió a Chico al interior de aquella casa. Primero pensó que subiría hacia la azotea, pero en lugar de eso descendió... hacia dónde fue obvio con sólo tener nariz.

- Parece que no bromeabas con lo de los olores adorables. El perfume es único. Si alguna vez tengo un día solitario y sólo quiero que me dejen en paz, sé dónde rebozarme. Vamos allá.

Y saltó con neumática flexibilidad, por delante de Chico. Con la mano buscó la pared y la encontró fácilmente, avanzó un par de pasos para alejarse de la luz y se mantuvo un momento quieto. Su oído se acostumbró al silencio y sus ojos, muy poco a poco, a la falta de luz; ell ruido de las aguas se distinguía a su lado (pequeños chapoteos sospechosos de cuando en cuando), y sí que había una ligera luz, la suficiente como para poder moverse.

- Usted dirá hacia dónde.

"Jajaja, si vas a volver por estos lugares haces bien queriendo mi pañuelo" que útiles son "Por suerte el recorrido que vamos a hacer es corto... podríamos ir hasta la calle Valanderiel por aquí pero si ese olor que te parece desagradable, tendrías que oler aquel, justo debajo del aserradero, es irrespirable, además, de que sería mucho menos interesante"

La única precaución que hay que tomar antes de bajar. Subirse bien el pañuelo hasta la nariz, con lo que apenas se me ve piel en la cara. Hace tiempo una amiga me regaló, muy graciosa ella, una colonia de mujer, la había robado según creo, porque aunque estaba aguada, olía bien, para cuando me quisiera poner vestido largo me dijo. Pero esa misma noche el frasco se me volcó en el pañuelo que llevaba puesto pero que me había quitado por... unas cosas y otras. El mismo pañuelo que llevo ahora, y se agradece que aun quede olor.

"Supondré que eso es un "No gracias, no necesito fuego""

Creo que la distancia que había entre el suelo de la casa y el de las cloacas se ha ido reduciendo con el tiempo, o se me ha hecho más y más fácil hacer ese pequeño salto sin que se me resientan las piernas... o el culo alguna que otra vez. De todo se aprende.

"Sigue recto, siguiendo la pared, unoooos..." a ver, luego girábamos a la derecha entonces restando... "...nueve pasos, entonces tu mano perdera la pared... aunque no en realidad te recomendaría que no la toques mucho, jajaja"

Que bien me va a sentar el olor de la parte de atrás de la pastelería, me muero por llegar. Y si no fuera tan tremendamente agradable y considerada y humilde como soooy, iría corriendo y estaría en dos minutos.

- Sí, he notado la pared pringosa. En cuanto salgamos busco una fuente; comer dulces "así" es un crimen de por sí... Me alegro que vayamos por otro camino hasta Valanderiel. Porque de ser el alcantarillado lo único que fueras a enseñarme de camino, ya habrías perdido tu apuesta.

Avanzó siguiendo indicaciones, contando pasos aunque aún distinguía sombras suficientes como para saber dónde había pared y dónde no. De noche aquello sería intransitable, pero de día aún llegaba parte de la luz que entraba por el agujero de la casa, que aún no había quedado lejos, y se distinguía la falta de pared como un cambio en las sombras.

"¿Utilizas mucho estos atajos en tus pedidos? ¿Te imaginas que se te cae la caja a las turbulentas aguas?" fueron preguntas dirigidas a Chico que se quedaron en su mente mientras avanzaba. Su paso no era tan firme como el de su acompañante porque, aunque era cierto que el suelo no estaba húmedo, conocía menos la zona y temía encontrarse con una grieta con la que tropezar desafortunadamente. A medida que se alejaban de la entrada se veía menos y Zeiss iba con más precaución. "Sería un gran momento para que me empujara hacia un lado" reflexionaba, confiando en que algo así no ocurriría.

- ¿Cómo te llamas?

"Jajaja, seguro que le daban un toque... especial" aunque yo preferiría no probarlo "Y por favor, un poco de crédito, no voy a dejar que eso ocurra tan fácilmente"

Pero no, por las alcantarillas hoy solo vamos a cruzar la calle concurrida, aunque hay un pequeño subterráneo un poco más lejos pero... bueno ya se verá por el camino, por ahora... "En diagonal, ¿ves aquel pasillo? Hay que saltar una pequeña bifurcación para llegar, pero..." ¿no sería divertido que se cayera? No no, que como luego te siga con ese olor... " hay más distancia de la que parece, ya se sabe, los juegos de luces y sombras y esas cosas"

Después de eso no quedaba nada... de hecho si quería ir a una fuente (cosa comprensible) mejor subir en el propio pasillo... no había escalera, así que yo también me pringaría las manos al subir y era bastante fácil resbalarse ahí. ¡Ah! Claro, había olvidado el hierro que había allí... Bien sin problema. La barra estaba alta pero alcanzable... al menos allí el techo estaba más alto que donde habíamos bajado, que me era incluso comodo.

"Por allí ve con la mano levantada hasta que choque con una barra de hierro, y sube... No verás luz, pero tu sube igualmente ¿vale?" No era mi culpa que no diera a ningún sitio luminoso "Jajaja, vas a tener que confiar en mi"

Daba a los cimientos de una casa... así que si subías con muchas ganas te podías dar con el suelo de la casa, pero eso ya eran ganas. Y ya estariamos fuera en cuanto salieramos de esos cimientos a una calle secundaria no muy transitada, alli ya se veía algo de luz, y podías ir a gatas sin arrastrarte. Casa alta. Yo no sé si confiaría demasiado en un desconocido (y si me lo llega a decir Tipo Raro menos, jajaja), pero también me daría mal rollo tenerlo a mis espaldas con un canal de mierda al lado. Es que dan ganas.

"Me sorprendes" no es que pensara que nunca lo iba a preguntar, pero... quizás si lo pensaba "Soy Sam... Pero dejamos lo de darnos la mano para otro momento"

Levantó la mano obedientemente, y al cabo de unos pasos encontró la barra de hierro. Estaría algo oxidada, pero al darle un pequeño tirón Zeiss comprobó que era segura y no caería con su peso. La asió fuertemente y se impulsó con los pies contra la pared para subir por el agujero, que estaba a mitad tapado por una placa de madera - probablemente puesta allí por un usuario habitual de la vía, que había querido limitar la salida del mal olor con el que igual la pequeña entrada habría sido descubierta. Colocó un pie sobre la barra de hierro, apartó la placa, y salió al agradable aire libre (o casi). A gatas se apartó del agujero y se dirigió hacia la luz que venía con cierta timidez de la calle.

- Yo soy Zeiss - se presentó, aunque era un momento un tanto raro para hacerlo.

La calle a la que daba la salida estaba completamente vacía. Zeiss salió de debajo de la casa y se estiró con gusto. Miró a Sam, de nuevo con cierta curiosidad.

La verdad es que la gente solía preguntarle a él su nombre antes de que él pensara siquiera en averiguar el de su interlocutor. Aquella había sido una rara excepción... perfectamente justificada.
Pero su mente se desvió del tema con facilidad. Con un golpe de viento le había parecido adivinar el cálido aroma del pan recién horneado.

- Mmm... Estoy a punto de olvidarme de eso que te dije de la fuente. No lo permitas...

Es más divertido, así, por estos caminos algo más complicados de lo normal. Aunque... me ha costado un poco subir con el paquete... me tengo que acordar de comprarme un bolso o algo, porque dudo que meterme paquetes dentro de la camiseta me funciones siempre. Como me toque algo más grande estoy jodida.

¡Menudo momento! Al menos yo me he presentado de pie, yo ahora lo unico que veo es la silueta del trasero de Zeiss. Al menos Tipo Raro tenía brazos, jajaja.

Aire... aire, a secas... porque decir limpio o puro, es pasarse mucho. ¿Me he acordado de volver a poner la madera? Si si, la verdad es quien lo hiciera se lo curró bien. Genial. En las alcantarillas ser alta no es tanto una ventaja, ¡creo que me ha crujido un poco la espalda al estirarme y todo!

"Ze-is" que nombre más raro, es bonito "Nunca lo había oído, eres mi primer Ze-is, aunque no te ofendas, pero puede que te lo tenga que preguntar en un rato" necesito ver a alguien dos veces al menos para que se me quede... aunque también es verdad que he conocido poca gente en circunstancias tan extrañas.

Oh por favor que hambre. ¿Por que las panaderias tendran las ventanas abiertas? ¡Es que es mala leche!

"Jajaja, tranquilo, no ocurrirá, no creerás que hemos subido por aquí para nada ¿eh? Va, por ese callejón de la izquierda" Que da a una pequeña plaza que suele estar llena por la mañana temprano (la fuente, ya se sabe) pero donde ahora no debía haber casi nadie.

- Pregúntalo cuanto quieras. En principio no soy de los que gustan de escuchar constantemente su propio nombre, pero es fácil acostumbrarse a ello.

Comenzó a andar despreocupado hacia el callejón indicado. Era estrecho, pero corto y muy transitable, y de dos zancadas comunicaba con la pequeña plaza. Se trataba de un pequeño oasis de frescor y verdura (algo impensable teniendo en cuenta lo cerca que estaba del alcantarillado) con un árbol en medio y algunas plantas en tiestos, propiedad, según deducía el ojo avizor, del vecino o vecina residente en la casa delante de la cual estaban todos alineados.
En un lado del cuadrado que era la plaza se encontraba, efectivamente, la fuente, y hacia ella se dirigió Zeiss. Alzando una palanca y volviendo a bajarla se activaba un chorro de agua de sabor algo metálico, según comprobó el ladrón, pero refrescante y con los efectos habitualmente reconocidos a la hora de lavarse las manos.

Habiéndose purificado lo que consideró necesario, Zeiss se quitó el pañuelo morado. Con algo de agua peinó su pelo hacia atrás para mantenerlo apartado de sus ojos, y volvió a anudar el trozo de tela. Hecho esto, se dirigió hacia los tiestos, y de uno arrancó un par de hojas que frotó entre sus manos.

- Un olor mucho más agradable - comentó -. Aunque no tanto como el de unos panecillos con azúcar glaseado, un éclair de chocolate o una crêpe Suzette. ¿Vamos allá? Sospecho que estoy impaciente, aunque no puedo asegurarte nada.

Que pequeño vergel que tienen aqui guardado. Pero los dueños de la casa no son en exceso majos en realidad, no son como les aguantan tan bien las plantas. Creo que no tienen vida más allá de ellas. Un poco triste. Yo intenté tener una plantita, y le hablaba, sobretodo le leía en voz alta, pero... bueno, olvidé regarla. Se ve que no solo se alimentan de palabras.

Tipo raro... Digo... Ze... ¡Zeiss! Me cae mejor ahora, me gusta ahora que se ha quedado con un estado de ánimo fijo... al menos un rato. Serán las apuestas, o los dulces, ambas cosas importantes e interesantes en esta vida.

"Veo que eres un entendido" como debe ser, por supuesto "La especialidad de la casa son los pastelitos rellenos de nata y cubiertos de chocolate... creo que llevan almendra en la masa, tu juzgaras " madre mía, que hambre "pero todo está igualmente bueno la verdad, jeje, quizás más que la especialidad es que son mis preferidos"

Siempre me pregunté con lo bueno que les salía todo, porque no se expandían, o simplemente cogían un local más amplio, pues de cara a la galería, el mostrador vamos, era más bien pequeño, y eso era una pena, porque tenías que conocer el lugar para pedir, no se ve toda la mercancía.

Que rápido se va por calles planas, vacías y casi limpias, tres calles y ya veo... no, ya huelo la pastelería. Ooo, que bendición. Girando la esquina esta la puerta trasera. Es que hasta el edificio esta pintado en color crema y todo huele tan bien... que hambre. Pero hay que ser educada y llamar a la puerta, ya soy habitual, no todo el mundo puede entrar por detrás.

"¿Lola? Soy yo, Sam"

"¡Cariño! Que bueno verte, pasa, pasa, hace calor aqui ¿verdad?, el horno, cariño pero mira que yo aun asi engordo, jajaja" me encanta su risa, parece que llene la habitación "¡Te has traído a un amigo! ¿Que va a querer? Que yo ya sé lo que quieres tú, amor, lo mismo de siempre ¿verdad? ¡Seguro que ya has estado otra vez exagerando lo bueno que esta todo aqui, tu no le hagas caso hijo, al menos hasta que no lo pruebes, jajaja ¡pero que delgaducho estas! Ven a ver que vas a querer, tu coge, que luego ya arreglamos cuentas Sam y yo, jajaja" un segundo más con este olor y sin comer y creo que me desmayo, y luego yo digo que hablo mucho, apenas me da tiempo a reirme y decir "si..." entre sus frases. Mi pasteeel.

Un recibimiento tan cálido había sido muy reconfortante. Aquello le añadía encanto a cualquier comercio, y mucho más a uno tan dulce como aquél... porque por supuesto con la bienvenida no se olvidaba del plato principal. No, olía demasiado y demasiado bien como para ignorarlo, y también a la vista era una delicia.

- Parece que aquí te conocen como si fueras su hija - comentó Zeiss una vez hubieron pasado.

Le aconsejaban comer... pues eso haría. Después de debatirse brevemente entre la crepe que había considerado anteriormente y unas galletas almendradas, acabó por decantarse por la especialidad del lugar que Sam le había recomendado (un poco a su pesar, porque la tarta de queso con frutas del bosque que vio al lado tenía una pinta increíble). Para complementar averiguó que también ofrecían tazas de chocolate caliente, así que tomó una con expectante veneración.

- ¿Has decidido ya lo que quieres apostar? - le preguntó a Sam en cuanto se hubieron servido y sentado, aun sin haber comenzado a comer lo suyo.

[Fdi: Esto me esta dando un hambre...]

Lola es un amor de persona, a todo el mundo lo recibe de una manera tan agradable, claro, ella se ocupa del mostrador faltaría más y hace bien, los clientes que no atraen los dulces los atrae ella con su encanto. Por supuesto, trabajé aquí y fue muy divertido mientras duró, pero hay que estar aquí desde las tres preparando dulces y la verdad es que a las tres la fiesta acaba de comenzar.

Si no tuviera ahora tantos clientes se habría sentado ella también con nosotras, es otra cosa que le encanta, pero a estas horas no puede, bueno una pena... pero mi estómago dice que los dulces que son lo importante ya están frente a mi.

"Perdió un hijo de un mal resfriado" no es ningún secreto, pero bajar la voz no está de más " y cuando trabajé aquí no dejaba de decirme cuanto nos parecíamos... Ella es feliz de verme y yo de verla a ella. Va empieza, o me comeré yo tu parte, jajaja"

"¡Cariño! Que te he oído, ¿hablabas de Tarid? Era tan guapo como tu mi rey. Yo sé que está mirando y ayudándome a que todo salga bien. ¡Era el mejor cocinero! (eso de tí no se puede decir jajaja) ¡Ay! Parezco una vieja tonta, ¿quereis algo más?"

Nunca había tenido estómago para decirle que era una chica, te sientes tan bien con ella cerca. Tampoco puedo entender como ha podido seguir adelante tan bien, tan fuerte, se ve que sus otros hijos la ayudaron mucho, no lo sé, era demasiado pequeña.

Yo necesito agua... aunque es verdad que ese chocolate esta de miedo, ¿que llevaba? Era canela claro, algo de jengibre, ¿y un poco de chili? Yo siempre había pensado que el chocolate puro era lo mejor, pero le da un ligero regusto que no tapa al chocolate y... "Me harías enormemente feliz si me trajeras otro vasito pequeño de chocolate a mí también" Si es que es un amor "No, la verdad es que aun no he pensado nada, queda la mayor parte del camino, ¡y ahora hay otras cosas más importantes!"

No soy capaz de comerme uno de estos pastelillos sin reirme, todo el rato. Pero es que no sé como lo hago que acabo con nata hasta en las orejas y chocolate también. De ahí que yo tenga dos servilletas delante. ¡Está tan bueno! Aunque creo que.. la nariz y ¿nata en el dorso de la mano? ¡Tiene mucha! ¡No es mi culpa! Algún día comeré ante un espejo para ver si parezca tan tonta como creo jajaja.

"¿Que tal? ¿Te gustan nuestros pastelitos guapo? ¡Tu dilo si quieres mas que necesitas comer seguro!"