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Gonzalvus
Otto Hoenheim
Narrador
7 participantes
Página 3 de 5.
Página 3 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
Re: [Sin título. Aún]
Le mantuvo la mirada, con recelo, tensa, lista para saltar a la más mínima provocación. No le creía. No podía creerle. Su sentido más básico del dolor y la supervivencia se lo impedía. Sabía que nunca, nunca debía confiar en un asesino, ya había aprendido esa lección, a sangre y fuego, literalmente. Por eso sabía que había gato encerrado en el asunto de soltar sus armas.
Un paso atrás por parte de él no era suficiente para que ella bajara la guardia.
Para ella, la repuesta era sí, incluso una persona que busca problemas haría eso. El callejón encerrado era una buena idea para hacer el negocio con el muchacho que tan bueno se veía y resultó ser otro maleante; pero ahora, ahora que era ella la que estaba en una pésima posición ya no era una buena idea, de hecho, era una idea desastrosa. Por qué siempre tenía que cruzarse con personas de esa clase.
El movimiento de sus manos fue suave, elegante, sutil, extremadamente veloz, el arma giró solo un poco para posicionarse entre su puño de tal forma que la pudiese lanzar, ambas, y luego una tras otra fue enviada contra los katares, impactando contra estos para alejarlos aun más de Gonzalvus, sin acércalos a Otto.
No era tonta, sabía que para hacer algo tan temerario era más que obvio que tenía más armas ocultas y con las que podía igual o más mortal que con los katares, pero al menos esos no estaban cerca.
- Si, lo haría – dijo con duda en su voz, nerviosa, aun cuando hacía su mejor esfuerzo por controlarlo. Le dio una mirada muy fugaz a Otto y retomó lo suyo. – Mis pergaminos tienen un precio, si no lo vas a pagar regrésalos – esa ultima palabra era un intento de advertencia, tratando demostrarse más dura de lo que en realidad era o se sentía en ese momento, pero no se dejaría robar de ellos.
Suspiró y trató de relajarse, eso ya no tenía que ver con defenderse, estaba siendo grosera, mal educada. Así que, haciendo su mejor esfuerzo para no sonrojarse por su comportamiento, agregó suavizando la voz
- Como magia no me son de utilidad, pero sé que valen lo suyo – mintió, tal vez sí lo valían, pero ella no lo sabía – a algún acuerdo podemos llegar – ahora miraba a Otto, pero por la forma en que desviaba la mirada a Gonzalvus dejaba ver que no lo alejaba de su foco de atención.
Un paso atrás por parte de él no era suficiente para que ella bajara la guardia.
Para ella, la repuesta era sí, incluso una persona que busca problemas haría eso. El callejón encerrado era una buena idea para hacer el negocio con el muchacho que tan bueno se veía y resultó ser otro maleante; pero ahora, ahora que era ella la que estaba en una pésima posición ya no era una buena idea, de hecho, era una idea desastrosa. Por qué siempre tenía que cruzarse con personas de esa clase.
El movimiento de sus manos fue suave, elegante, sutil, extremadamente veloz, el arma giró solo un poco para posicionarse entre su puño de tal forma que la pudiese lanzar, ambas, y luego una tras otra fue enviada contra los katares, impactando contra estos para alejarlos aun más de Gonzalvus, sin acércalos a Otto.
No era tonta, sabía que para hacer algo tan temerario era más que obvio que tenía más armas ocultas y con las que podía igual o más mortal que con los katares, pero al menos esos no estaban cerca.
- Si, lo haría – dijo con duda en su voz, nerviosa, aun cuando hacía su mejor esfuerzo por controlarlo. Le dio una mirada muy fugaz a Otto y retomó lo suyo. – Mis pergaminos tienen un precio, si no lo vas a pagar regrésalos – esa ultima palabra era un intento de advertencia, tratando demostrarse más dura de lo que en realidad era o se sentía en ese momento, pero no se dejaría robar de ellos.
Suspiró y trató de relajarse, eso ya no tenía que ver con defenderse, estaba siendo grosera, mal educada. Así que, haciendo su mejor esfuerzo para no sonrojarse por su comportamiento, agregó suavizando la voz
- Como magia no me son de utilidad, pero sé que valen lo suyo – mintió, tal vez sí lo valían, pero ella no lo sabía – a algún acuerdo podemos llegar – ahora miraba a Otto, pero por la forma en que desviaba la mirada a Gonzalvus dejaba ver que no lo alejaba de su foco de atención.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: [Sin título. Aún]
Otto estaba terriblemente confuso.
De repente, cuando parecía que iba a entablar conversación con la desconocida, la reacción de ella y Gonzalvus al verse le dejó boquiabierto y mudo. Ella decía querer ayudarles y Gonzalvus había sido contratado igual que él... ¿Lo natural no era que también quisiera ayudarle?
¿Entonces por qué tenía la impresión de que iban a arrojarse el uno al cuello del otro como dos perros rabiosos? ¿Y por qué diablos su reacción a eso había sido abrir el tubo de pergaminos y mirar los dos hechizos contenidos en él?
Para cuando recuperó el habla, la situación había vuelto a su cauce, si bien la tensión aún podía cortarse con un cuchillo.
- Tranquilizaos los dos. Gonzalvus no te atacará a menos que tú lo hagas; tampoco vamos a robarte. - Ah, la dulce ironía. Cuando había entrado en el callejón estaba convencido de que iba a ser a él a quien despojaran de todo cuanto tuviera encima y no pudiera defenderse.- Pero, ¿de dónde has sacado tú esos pergaminos?
La pregunta no era suspicaz, sino curiosa. En la mente del joven, no tenía sentido que una chica sin estudios mágicos estuviera en posesión de esos pergaminos. ¿Tal vez los había encontrado o le habían pagado con ellos?
- No valen demasiado, me temo. Siendo generoso, valen un par de platas cada uno. - dijo con franqueza, casi compungido.- A mí me podrían resultar útiles y te daría lo que valen, pero me parece que si te dijeron que tenían un gran valor.... exageraron enormemente.
De repente, cuando parecía que iba a entablar conversación con la desconocida, la reacción de ella y Gonzalvus al verse le dejó boquiabierto y mudo. Ella decía querer ayudarles y Gonzalvus había sido contratado igual que él... ¿Lo natural no era que también quisiera ayudarle?
¿Entonces por qué tenía la impresión de que iban a arrojarse el uno al cuello del otro como dos perros rabiosos? ¿Y por qué diablos su reacción a eso había sido abrir el tubo de pergaminos y mirar los dos hechizos contenidos en él?
Para cuando recuperó el habla, la situación había vuelto a su cauce, si bien la tensión aún podía cortarse con un cuchillo.
- Tranquilizaos los dos. Gonzalvus no te atacará a menos que tú lo hagas; tampoco vamos a robarte. - Ah, la dulce ironía. Cuando había entrado en el callejón estaba convencido de que iba a ser a él a quien despojaran de todo cuanto tuviera encima y no pudiera defenderse.- Pero, ¿de dónde has sacado tú esos pergaminos?
La pregunta no era suspicaz, sino curiosa. En la mente del joven, no tenía sentido que una chica sin estudios mágicos estuviera en posesión de esos pergaminos. ¿Tal vez los había encontrado o le habían pagado con ellos?
- No valen demasiado, me temo. Siendo generoso, valen un par de platas cada uno. - dijo con franqueza, casi compungido.- A mí me podrían resultar útiles y te daría lo que valen, pero me parece que si te dijeron que tenían un gran valor.... exageraron enormemente.
Otto Hoenheim- Cantidad de envíos : 193
Re: [Sin título. Aún]
Oigan, me está encantando como se desarrollan los acontecimientos, así que durante unos cuantos turnos más el Narrador no va a decir ni pío. De hecho, estoy por decirles que se olviden de los turnos de palabra durante un rato, y que cada uno responda cuando quiera y a la buena de dios... Decisión de uds, en todo caso.
Cuando tenga que encauzar la historia, ya meteré al Narrador, pero estoy a su disposición para lo que gusten. Respecto a los pergaminos, "Controlar Monstruo" vale un dinero, pero las "Telarañas" no tienen apenas valor... Recuerden que tienen una misión que cumplir, y que ya les han pagado un anticipo !
Cuando tenga que encauzar la historia, ya meteré al Narrador, pero estoy a su disposición para lo que gusten. Respecto a los pergaminos, "Controlar Monstruo" vale un dinero, pero las "Telarañas" no tienen apenas valor... Recuerden que tienen una misión que cumplir, y que ya les han pagado un anticipo !
Narrador- Cantidad de envíos : 157
Re: [Sin título. Aún]
Una parte de Gonzalvus, la mas profunda, la mas oscura sonreía al ver que la chica de los ojos rojos no podía evitar sentirse nerviosa. Su parte racional no lo tomaba tan bien, demostraba que ella no iba a confiar en él, que iba a ser dificil tratarla.
La chica con un movimiento rapido y bastante sutil alejó los katares de Gonzalvus lanzandole sus dos cuchillos, una tactica bastante curiosa. El asesino sintió la nacesidad de responder a su reflejo de lanzar sus cuchillos hacia ella, pero se mantuvo tranquilo, impasible.
- Si, lo haría - Le respondió la joven, queriendo parecer tranquila, controlada, pero no lo lograba. Tal vez había visto aquello que cambia cuando una persona se vuelve lo que Gonzalvus es. Tal vez pudo ver a travez de sus ojos, que ya no tenía esa chispa de inocencia, que su oficio lo había cambiado.
Ahora la chica estaba hablando de los pergaminos, que tenían su precio y que podrían llegar a un acuerdo. Pero aunque estuviese hablando con Otto no perdía de vista al asesino en ningun momento.
- Tranquilizaos los dos. Gonzalvus no te atacará a menos que tú lo hagas; tampoco vamos a robarte. - Dijo Otto, a lo que el encapuchado asintió.
- No voy a atacarte, no tengo razón para hacerlo. Como ves estoy desarmado. - Dijo Gonzalvus mientras mostraba la palma de sus manos.
La chica con un movimiento rapido y bastante sutil alejó los katares de Gonzalvus lanzandole sus dos cuchillos, una tactica bastante curiosa. El asesino sintió la nacesidad de responder a su reflejo de lanzar sus cuchillos hacia ella, pero se mantuvo tranquilo, impasible.
- Si, lo haría - Le respondió la joven, queriendo parecer tranquila, controlada, pero no lo lograba. Tal vez había visto aquello que cambia cuando una persona se vuelve lo que Gonzalvus es. Tal vez pudo ver a travez de sus ojos, que ya no tenía esa chispa de inocencia, que su oficio lo había cambiado.
Ahora la chica estaba hablando de los pergaminos, que tenían su precio y que podrían llegar a un acuerdo. Pero aunque estuviese hablando con Otto no perdía de vista al asesino en ningun momento.
- Tranquilizaos los dos. Gonzalvus no te atacará a menos que tú lo hagas; tampoco vamos a robarte. - Dijo Otto, a lo que el encapuchado asintió.
- No voy a atacarte, no tengo razón para hacerlo. Como ves estoy desarmado. - Dijo Gonzalvus mientras mostraba la palma de sus manos.
Gonzalvus- Cantidad de envíos : 80
Re: [Sin título. Aún]
- Se los quitamos a unos bichos horribles que trataron de comernos o matarnos, bueno no me acuerdo bien, pero qué mas da de donde los saqué los tengo y es lo que vale - dijo con más honestidad de la que pretendía.
- Desarmado? desarmados los ratones y ni ellos - murmuró por lo bajo - Quien roba a quien ahora, eh? - le preguntó a O tto - no sabré de magia, pero sé que uno de estos vale al menos una de oro - extendió la mano esperando que se los regresara - Ese es el negocio, lo tomas o lo dejas y tú no me digas que no tienes intención de atacarme, si no, no me habrías seguido hasta el techo, como si fueras un paranoico -
Pese a sus palabras, su enojo por haber sido sorprendida de esa forma iba pasando, cada vez sonaba un poquito más jovial.
- Insisto, ustedes quieren herramientas, yo quiero... bueno da igual, un barco, hagamos un buen negocio, eh? -
- Desarmado? desarmados los ratones y ni ellos - murmuró por lo bajo - Quien roba a quien ahora, eh? - le preguntó a O tto - no sabré de magia, pero sé que uno de estos vale al menos una de oro - extendió la mano esperando que se los regresara - Ese es el negocio, lo tomas o lo dejas y tú no me digas que no tienes intención de atacarme, si no, no me habrías seguido hasta el techo, como si fueras un paranoico -
Pese a sus palabras, su enojo por haber sido sorprendida de esa forma iba pasando, cada vez sonaba un poquito más jovial.
- Insisto, ustedes quieren herramientas, yo quiero... bueno da igual, un barco, hagamos un buen negocio, eh? -
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: [Sin título. Aún]
¿Una moneda de oro? ¿En serio? ¿Quería un barco o un crucero?
"Dominar monstruo" no era un hechizo tan complicado (Demasiado complicado para él todavía, de acuerdo... Pero él no era aún precisamente un mago renombrado...) y "Telaraña".... Juraría que hasta tenía ese conjuro en su propio libro, lo cual hablaba bastante poco a favor de la rareza y complicación que ese hechizo tenía.
Por otro lado, iban a entrar en una jungla repleta de criaturas desconocidas y ese pergamino podía resultar útil en alguna ocasión... Y si no, siempre podía añadirlo a su libro de conjuros.
Todo eso era lo que se cocía en su cabeza mientras enrollaba de vuelta los pergaminos y los guardaba en el tubo responsable de la marca roja en su frente. No quería desperdiciar más tiempo enredándose en un regateo con la joven.
- Escúchame. No estoy mintiendo, de veras. Ni entre los dos hechizos alcanzan semejante precio. - Suspiró. - Pero, si sabes que estamos en una misión, supongo que también sabrás que puede haber una familia en peligro y que tenemos prisa y juegas con esa ventaja.
No era un reproche, siendo sincero. Otto estaba acostumbrado a que la gente se aprovechara de él. - Te daré una moneda de oro, por los dos pergaminos y el estuche. Te doy mi palabra que eso ya es más de lo que valen...
Aún tenía que visitar al flechero, y deberían darse prisa si no querían encontrarse con que al final la noche les sorprendiera en la jungla antes de alcanzar el faro...
"Dominar monstruo" no era un hechizo tan complicado (Demasiado complicado para él todavía, de acuerdo... Pero él no era aún precisamente un mago renombrado...) y "Telaraña".... Juraría que hasta tenía ese conjuro en su propio libro, lo cual hablaba bastante poco a favor de la rareza y complicación que ese hechizo tenía.
Por otro lado, iban a entrar en una jungla repleta de criaturas desconocidas y ese pergamino podía resultar útil en alguna ocasión... Y si no, siempre podía añadirlo a su libro de conjuros.
Todo eso era lo que se cocía en su cabeza mientras enrollaba de vuelta los pergaminos y los guardaba en el tubo responsable de la marca roja en su frente. No quería desperdiciar más tiempo enredándose en un regateo con la joven.
- Escúchame. No estoy mintiendo, de veras. Ni entre los dos hechizos alcanzan semejante precio. - Suspiró. - Pero, si sabes que estamos en una misión, supongo que también sabrás que puede haber una familia en peligro y que tenemos prisa y juegas con esa ventaja.
No era un reproche, siendo sincero. Otto estaba acostumbrado a que la gente se aprovechara de él. - Te daré una moneda de oro, por los dos pergaminos y el estuche. Te doy mi palabra que eso ya es más de lo que valen...
Aún tenía que visitar al flechero, y deberían darse prisa si no querían encontrarse con que al final la noche les sorprendiera en la jungla antes de alcanzar el faro...
Otto Hoenheim- Cantidad de envíos : 193
Re: [Sin título. Aún]
Fdi: de acuerdo a la anotación del Narrador, para darle continuidad a la conversación procedo a responder, pero luego te Gonza, eh????
Ddi:
Escuchó a Otto con atención, con los sentidos aun divididos. Estaban de acuerdo, los hechizos no valían lo que se había dicho, lo que ninguno de los dos habían dicho, pero ya había aprendido que para negociar, a veces era necesario irse por lo alto. No los estafaría, pero tampoco aceptaría dos monedas de plata.
Sin embargo, algo dentro de lo que dijo, captó el resto de su atención desentendiéndose de Gonzalvus. Sabía que habían sido contratados, que les habían pagado, que tendría que recurrir a mucha ayuda para salir de esa horrible selva y sus pantanos, pero.... pero desconocía el tipo de encargo que tenían.
"Una familia en peligro" la declaración la hizo dudar, necesitaba un barco, pero ellos tenían prisa.
- Vale, trato hecho - dijo apresuradamente. Su cambio de actitud fue radical, bajó la guardia por completo y dejó traslucir su preocupación por tal familia, al punto de aceptar el precio así sin más.
Ddi:
Escuchó a Otto con atención, con los sentidos aun divididos. Estaban de acuerdo, los hechizos no valían lo que se había dicho, lo que ninguno de los dos habían dicho, pero ya había aprendido que para negociar, a veces era necesario irse por lo alto. No los estafaría, pero tampoco aceptaría dos monedas de plata.
Sin embargo, algo dentro de lo que dijo, captó el resto de su atención desentendiéndose de Gonzalvus. Sabía que habían sido contratados, que les habían pagado, que tendría que recurrir a mucha ayuda para salir de esa horrible selva y sus pantanos, pero.... pero desconocía el tipo de encargo que tenían.
"Una familia en peligro" la declaración la hizo dudar, necesitaba un barco, pero ellos tenían prisa.
- Vale, trato hecho - dijo apresuradamente. Su cambio de actitud fue radical, bajó la guardia por completo y dejó traslucir su preocupación por tal familia, al punto de aceptar el precio así sin más.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: [Sin título. Aún]
Fdi: Disculpen, es que tengo a Gonzalvus aburrido aqui xD
Ddi:
El asesino permaneció bastante callado en la transacción y no podía dejar de notar como la chica aún lo miraba de reojo, aunque estaba prestando atención a Otto.
El encapuchado se encojió de hombros y suspiró.
Cuando el mago le comentó aproximadamente de lo que trataba el encargo, la chica pareció relajarse subitamente y aceptar el intercambio comercial.
- ¿Xub, supongo que ahora puedo bar dâštan mis katares del suelo, no es así? - Dijo Gonzalvus, pero se quedó quieto esperando la respuesta de la chica. - Tenemos algo de prisa. - Agregó.
Ddi:
El asesino permaneció bastante callado en la transacción y no podía dejar de notar como la chica aún lo miraba de reojo, aunque estaba prestando atención a Otto.
El encapuchado se encojió de hombros y suspiró.
Cuando el mago le comentó aproximadamente de lo que trataba el encargo, la chica pareció relajarse subitamente y aceptar el intercambio comercial.
- ¿Xub, supongo que ahora puedo bar dâštan mis katares del suelo, no es así? - Dijo Gonzalvus, pero se quedó quieto esperando la respuesta de la chica. - Tenemos algo de prisa. - Agregó.
Gonzalvus- Cantidad de envíos : 80
Re: [Sin título. Aún]
FDI: Disculpado queda, sólo serán 500 euros por cada participante de multa.... (y si cuela, cuela)
DDI:
Otto asintió en conformidad, un poco confuso por el súbito cambio de la joven de una actitud tan a la defensiva a tan... ¿de preocupación? Por un momento, la idea de que todo fuera una estratagema más para una nueva emboscada se le pasó por la cabeza.
Su sentido común la descartó rápidamente... No tendría lógica, era innecesariamente rebuscado; de haber sido varios asaltantes, se habrían dejado ver en cuanto Gonzalvus apareció...
El muchacho metió su mano dentro de la holgada manga de su abrigo y sacó con cautela la bolsa donde guardaba el adelanto que había recibido (no iba a revelar tan fácilmente dónde estaba su dinero de viaje), a continuación desanudando el pequeño cordel que la cerraba.
- Me alegra oír eso, estoy seguro de que conseguirás un pasaje a... donde quiera que te dirijas.- dijo, tendiéndole la moneda de oro.- Gracias por tu ayuda. - No había ironía en su voz; en cierto modo, aunque un poco accidentado, todo había resultado muy parecido a cualquier transacción en una tienda. Guardando el estuche de pergaminos en el interior de su abrigo, le hizo un gesto a Gonzalvus y se dirigió a la salida del callejón donde todo aquel intercambio había tenido lugar.
Sin embargo, se quedó clavado sobre sus talones cuando llegaba a la salida hacia la calle mayor de Daosh. Una parte de él, exclamaba que se había vuelto loco, pero...por otro lado, la otra voz era mayoría y su conclusión era imposible de negar...
Se giró y miró a la asaltante a los ojos. - Eeh... Verás, pareces alguien con recursos y...me da la sensación que sabrás manejarte bien... Y estoy convencido que a Mirval no le sobrarán manos si está en problemas así que... ¿Vendrías con nosotros a ayudarle? Por cierto, creo que aún no me has dicho tu nombre.
DDI:
Otto asintió en conformidad, un poco confuso por el súbito cambio de la joven de una actitud tan a la defensiva a tan... ¿de preocupación? Por un momento, la idea de que todo fuera una estratagema más para una nueva emboscada se le pasó por la cabeza.
Su sentido común la descartó rápidamente... No tendría lógica, era innecesariamente rebuscado; de haber sido varios asaltantes, se habrían dejado ver en cuanto Gonzalvus apareció...
El muchacho metió su mano dentro de la holgada manga de su abrigo y sacó con cautela la bolsa donde guardaba el adelanto que había recibido (no iba a revelar tan fácilmente dónde estaba su dinero de viaje), a continuación desanudando el pequeño cordel que la cerraba.
- Me alegra oír eso, estoy seguro de que conseguirás un pasaje a... donde quiera que te dirijas.- dijo, tendiéndole la moneda de oro.- Gracias por tu ayuda. - No había ironía en su voz; en cierto modo, aunque un poco accidentado, todo había resultado muy parecido a cualquier transacción en una tienda. Guardando el estuche de pergaminos en el interior de su abrigo, le hizo un gesto a Gonzalvus y se dirigió a la salida del callejón donde todo aquel intercambio había tenido lugar.
Sin embargo, se quedó clavado sobre sus talones cuando llegaba a la salida hacia la calle mayor de Daosh. Una parte de él, exclamaba que se había vuelto loco, pero...por otro lado, la otra voz era mayoría y su conclusión era imposible de negar...
Se giró y miró a la asaltante a los ojos. - Eeh... Verás, pareces alguien con recursos y...me da la sensación que sabrás manejarte bien... Y estoy convencido que a Mirval no le sobrarán manos si está en problemas así que... ¿Vendrías con nosotros a ayudarle? Por cierto, creo que aún no me has dicho tu nombre.
Otto Hoenheim- Cantidad de envíos : 193
Re: [Sin título. Aún]
Gonzalvus vio impasible como Otto pagaba los hechizos y agradecía, decidió tomar los katares y esperarlo en la salida del callejón. El mago estaba por alcanzar al asesino cuando de repente se paró y volteó. El encapuchado se lo quedó mirando con un signo de interrogación en el rostro.
- Eeh... Verás, pareces alguien con recursos y... me da la sensación que sabrás manejarte bien... Y estoy convencido que a Mirval no le sobrarán manos si está en problemas así que... ¿Vendrías con nosotros a ayudarle? Por cierto, creo que aún no me has dicho tu nombre. - dijo Otto de repente, para la sorpresa de Gonzalvus.
- Bebaxshid Otto, pero ¿Le parece conveniente moa'refi kardan a una total desconocida a ayudarnos? - Comenzó Gonzalvus a Otto. - Hay que šemordan con que no confía en ninguno de los dos. Sin harf zadan que, si vuelve Katherine, le correspondería una parte de la recompenza y habría menos para los cuatro. - Finalizó el asesino esperando una respuesta del inventor.
- Eeh... Verás, pareces alguien con recursos y... me da la sensación que sabrás manejarte bien... Y estoy convencido que a Mirval no le sobrarán manos si está en problemas así que... ¿Vendrías con nosotros a ayudarle? Por cierto, creo que aún no me has dicho tu nombre. - dijo Otto de repente, para la sorpresa de Gonzalvus.
- Bebaxshid Otto, pero ¿Le parece conveniente moa'refi kardan a una total desconocida a ayudarnos? - Comenzó Gonzalvus a Otto. - Hay que šemordan con que no confía en ninguno de los dos. Sin harf zadan que, si vuelve Katherine, le correspondería una parte de la recompenza y habría menos para los cuatro. - Finalizó el asesino esperando una respuesta del inventor.
Gonzalvus- Cantidad de envíos : 80
Re: [Sin título. Aún]
En cuanto sacó la bolsa, dio un preventivo paso atrás. Lista, de nuevo, para saltar. Ya había aprendido la lección con la primera pelotita de metal. Sin embargo, esta vez no fue eso lo que sacó, sino la bolsa de monedas. O al menos eso esperaba, cada vez con más prevención hasta que efectivamente sacó de ella una moneda de oro.
- A Mora… Moril... bueno al Triskel – le contó, al ver la moneda. Entonces, fue su turno. Metió la mano en su bolsa, de esta sacó otra bolsa y de ella sacó tres monedas de plata, las cuales le dio a cambio. Una de oro era excesiva, ella lo sabía pero era la única forma de asegurarse de dar vueltas y no de salir perdiendo. Estaba siendo justa, pero con cuidado, pese a su rabieta.
Sonrió naturalmente ante su agradecimiento, sintiendo un nudo en el estomago por no ofrecerse a ayudar con el asunto de la familia en problemas, pero tampoco sabía como entrometerse, si se lo tomaran a mal y sobre todo desconocía sus habilidades… por qué un asesino ayudaba a una familia?
Ahora viajaba más ligera, pero… dio un paso al frente, resuelta a ofrecer su ayuda, dio otro paso decidía y entonces Otto se giró y ella retrocedió. Sin embargo en su expresión no se reflejó duda, sino alegría.
- Dulfary – dijo sin dudarlo, cuando preguntó su nombre. Aun no tenía en mente que debía cambiar de identidad – Por supuesto, yo te… - sonrisa en ristre se quedó en silencio, borrándola lentamente, desconcertada ante las palabras de Gonzalvus, sobre todo las palabras que no entendió. La estaba… insultando? No, no parecía eso.
Dinero, si el problema era el dinero... volvió a sonreír.
- Les propongo algo – dijo imitando a cualquier comerciante de la plaza – No me gustaría que le pasara algo a esa familia sólo porque les hizo falta una mano, yo con gusto los ayudo a cambio de la comida que me pudiera gastar en el recorrido y… - no, no iba a regalar su trabajo tan fácilmente – y bueno, algo más que se me ocurra luego, pero no monedas, con lo que tengo ya puedo moverme por el Mar de Jaspia, así no tienen que dividir su recompensa y yo quedo tranquila sobre lo que le pueda pasar a esas pobres personas – esperaba, sinceramente, que aceptaran. Qué sería su adicional… tendrían que sacar su parte de recompensa para darle a ella, una bolsa con trufas.
- A Mora… Moril... bueno al Triskel – le contó, al ver la moneda. Entonces, fue su turno. Metió la mano en su bolsa, de esta sacó otra bolsa y de ella sacó tres monedas de plata, las cuales le dio a cambio. Una de oro era excesiva, ella lo sabía pero era la única forma de asegurarse de dar vueltas y no de salir perdiendo. Estaba siendo justa, pero con cuidado, pese a su rabieta.
Sonrió naturalmente ante su agradecimiento, sintiendo un nudo en el estomago por no ofrecerse a ayudar con el asunto de la familia en problemas, pero tampoco sabía como entrometerse, si se lo tomaran a mal y sobre todo desconocía sus habilidades… por qué un asesino ayudaba a una familia?
Ahora viajaba más ligera, pero… dio un paso al frente, resuelta a ofrecer su ayuda, dio otro paso decidía y entonces Otto se giró y ella retrocedió. Sin embargo en su expresión no se reflejó duda, sino alegría.
- Dulfary – dijo sin dudarlo, cuando preguntó su nombre. Aun no tenía en mente que debía cambiar de identidad – Por supuesto, yo te… - sonrisa en ristre se quedó en silencio, borrándola lentamente, desconcertada ante las palabras de Gonzalvus, sobre todo las palabras que no entendió. La estaba… insultando? No, no parecía eso.
Dinero, si el problema era el dinero... volvió a sonreír.
- Les propongo algo – dijo imitando a cualquier comerciante de la plaza – No me gustaría que le pasara algo a esa familia sólo porque les hizo falta una mano, yo con gusto los ayudo a cambio de la comida que me pudiera gastar en el recorrido y… - no, no iba a regalar su trabajo tan fácilmente – y bueno, algo más que se me ocurra luego, pero no monedas, con lo que tengo ya puedo moverme por el Mar de Jaspia, así no tienen que dividir su recompensa y yo quedo tranquila sobre lo que le pueda pasar a esas pobres personas – esperaba, sinceramente, que aceptaran. Qué sería su adicional… tendrían que sacar su parte de recompensa para darle a ella, una bolsa con trufas.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: [Sin título. Aún]
Otto dejó ir una maldición para sus adentros (por supuesto, no iba a arriesgarse a incurrir en la ira de ninguno de sus más-hábiles-en-combate interlocutores...) cuando Gonzalvus le lanzó su pregunta. Él no había dicho nada de compartir la paga y si Dulfary no preguntaba sobre ese punto y ayudaba por la bondad de su corazón, cosa que había estado a punto de suceder por otro lado, hubieran aumentado el número de manos pero no hubiera cambiado el reparto.
Y en el peor caso, él estaba genuinamente preocupado por el bienestar de los medianos desaparecidos; en el peor caso hubiera aceptado dividir enteramente su parte con la joven. Pero una vez más, sus palabras nunca llegaron a dejar sus labios. La contraoferta de Dulfary era realmente atractiva (¿Sólo por la manutención? ¡Sin duda era un chollo de precio!), siempre y cuando no se excediera con ese extra. Pero, ¿de qué podía tratarse? Ésa podía ser la trampa de su acuerdo.
- Tal vez tengamos suerte y se conforme con una bolsa de trufas. - pensó jocosamente para sus adentros.
- Me parece razonable. Muchas gracias por decidir ayudarnos, de veras Dulfary. - dijo sin embargo con una sonrisa aliviada.- Mientras andamos te explicaré lo que sabemos hasta ahora...
- Gonzalvus, entiendo sus dudas pero... No podemos saber cuántas manos nos harán falta hasta que estemos cruzando el pantano. Si llega a eso, no te preocupes, yo he pedido la ayuda y yo la costearé. - le murmuró mientras esperaba que la chica les alcanzara.- Vamos, aún debemos visitar un par de sitios antes de ponernos en camino, entre ellos a el flechero Altadir; fue el último en ver a Mirval antes de que desapareciera.
Tras hacerse con la ballesta ligera que le ofrecían (por si necesitaba economizar su magia), y los pocos pedazos de información que pudo, se volvió a sus compañeros.
- A mí no se me ocurre qué más podemos averiguar aquí. Si a vosotros tampoco, deberíamos ponernos en marcha mientras queden horas de luz del día, para intentar llegar al faro... ¿Qué opinais?
Y en el peor caso, él estaba genuinamente preocupado por el bienestar de los medianos desaparecidos; en el peor caso hubiera aceptado dividir enteramente su parte con la joven. Pero una vez más, sus palabras nunca llegaron a dejar sus labios. La contraoferta de Dulfary era realmente atractiva (¿Sólo por la manutención? ¡Sin duda era un chollo de precio!), siempre y cuando no se excediera con ese extra. Pero, ¿de qué podía tratarse? Ésa podía ser la trampa de su acuerdo.
- Tal vez tengamos suerte y se conforme con una bolsa de trufas. - pensó jocosamente para sus adentros.
- Me parece razonable. Muchas gracias por decidir ayudarnos, de veras Dulfary. - dijo sin embargo con una sonrisa aliviada.- Mientras andamos te explicaré lo que sabemos hasta ahora...
- Gonzalvus, entiendo sus dudas pero... No podemos saber cuántas manos nos harán falta hasta que estemos cruzando el pantano. Si llega a eso, no te preocupes, yo he pedido la ayuda y yo la costearé. - le murmuró mientras esperaba que la chica les alcanzara.- Vamos, aún debemos visitar un par de sitios antes de ponernos en camino, entre ellos a el flechero Altadir; fue el último en ver a Mirval antes de que desapareciera.
Nada interesante en el herbolario, un puñado de hierbas como las que ha recibido Gonzalvus, apropiadas para tratar las mordeduras venenosas de cualquier animalejo de la jungla... Pero si ataca alguna criatura venenosa de verdad, solo la magia puede curar al desgraciado... El Templo de la Dama es el lugar indicado para eso...
Por otro lado, Altadir es uno de los mejores y más reputados flecheros de las Islas, y es uno de los comerciantes más adinerados del pueblo. Es un semielfo de modales pausados y de trato algo distante, pero un gran apasionado de su arte, la fabricación de arcos y flechas, que se exportan a toda Trinacria. Mantiene un taller con tres aprendices, a los que enseña su oficio. Confirmará haberle vendido algo más de un centenar de puntas de flecha... Solo las puntas, no los astiles... Ese Mirval, está en buenos términos con los salvajes, y comercia con ellos a cambio de protección, en su faro, y durante sus viajes... Ellos aprecian mucho mis puntas de flecha, ya que no saben trabajar el metal... Pero prefieren usar sus propios arcos y astiles... Ellos sabrán...
También se muestra apenado por la desaparición del mediano, tiene muy buen nombre en el pueblo... Ah, le ofrece a usted una pequeña ballesta ligera, y dos veintenas de virotes al precio de una moneda de oro. Precio especial para los amigos de Mirval...
Nadie más en Daosh tiene más información sobre el asunto. Sobre los barcos desaparecidos del conde, a nadie parece importarle gran cosa, salvo por la vida de las tripulaciones. Eran pequeñas carracas que viajaban sin escolta para ahorrar gastos...
Tras hacerse con la ballesta ligera que le ofrecían (por si necesitaba economizar su magia), y los pocos pedazos de información que pudo, se volvió a sus compañeros.
- A mí no se me ocurre qué más podemos averiguar aquí. Si a vosotros tampoco, deberíamos ponernos en marcha mientras queden horas de luz del día, para intentar llegar al faro... ¿Qué opinais?
Otto Hoenheim- Cantidad de envíos : 193
Re: [Sin título. Aún]
Gonzalvus sabía que no había sido para nada cortez con la persona que le perdonó la vida, pero necesitaba realmente el dinero. Lo necesitaba para lograr por fin su objetivo, aquel objetivo que lo mantenía en Mar de Jaspia.
Otto le habló al asesino, le pidió que sea comprensivo, que no sabían cuantas manos les iban a hacer falta. Subitamente vino a la cabeza una de las lecciones de su maestro.
- ¿Gonzalvus, porque no aceptaste la ayuda de los otros dicipulos? - Preguntó Athavulfus al joven pecoso.
- ¡No la necesitaba! ¡Yo podía solo! ¡Ademas seguro que querían quedarse con parte del credito! - Dijo el chico, mirando algo enojado a su maestro.
- Gonzalvus, debes aprender que en el transcurso de tu vida debes valorar la ayuda de los demas. Si hubieses aceptado no estarías tan golpeado como lo estas ahora. Debes aprender a valorar la buena voluntad de los demas. - Dijo Athavulfus a Gonzalvus, el cual se quedo pensativo.
Gonzalvus asintió silenciosamente mientras lo miraba seriamente. Otto tenía razón, ademas Dulfary, como había dicho que se llamaba parecía una persona habil.
- Dulfary, bebaxshid por juzgarte tan prematuramente. Si vas a ayudar, sería injusto que no se te pague por igual. - Se disculpó Gonzalvus sinceramente. Sabía que se había equivocado y su orgullo no iba a impedir que se disculpase. - Como dijo Otto, sos bienvenida a participar. - Concluyo, con algo que se parecía a una sonrisa, pero no llegaba a serlo.
Gonzalvus se mantuvo en silencio todo el camino hasta el flechero Altadir, escuchando a Otto mientras miraba a los alrededores la ciudad de Daosh.
Otto le habló al asesino, le pidió que sea comprensivo, que no sabían cuantas manos les iban a hacer falta. Subitamente vino a la cabeza una de las lecciones de su maestro.
- ¿Gonzalvus, porque no aceptaste la ayuda de los otros dicipulos? - Preguntó Athavulfus al joven pecoso.
- ¡No la necesitaba! ¡Yo podía solo! ¡Ademas seguro que querían quedarse con parte del credito! - Dijo el chico, mirando algo enojado a su maestro.
- Gonzalvus, debes aprender que en el transcurso de tu vida debes valorar la ayuda de los demas. Si hubieses aceptado no estarías tan golpeado como lo estas ahora. Debes aprender a valorar la buena voluntad de los demas. - Dijo Athavulfus a Gonzalvus, el cual se quedo pensativo.
Gonzalvus asintió silenciosamente mientras lo miraba seriamente. Otto tenía razón, ademas Dulfary, como había dicho que se llamaba parecía una persona habil.
- Dulfary, bebaxshid por juzgarte tan prematuramente. Si vas a ayudar, sería injusto que no se te pague por igual. - Se disculpó Gonzalvus sinceramente. Sabía que se había equivocado y su orgullo no iba a impedir que se disculpase. - Como dijo Otto, sos bienvenida a participar. - Concluyo, con algo que se parecía a una sonrisa, pero no llegaba a serlo.
Gonzalvus se mantuvo en silencio todo el camino hasta el flechero Altadir, escuchando a Otto mientras miraba a los alrededores la ciudad de Daosh.
Última edición por Gonzalvus el 11/09/11, 01:30 pm, editado 1 vez
Gonzalvus- Cantidad de envíos : 80
Re: [Sin título. Aún]
La visita al taller de Altadir fue enormemente provechosa. El semielfo proporcionó una valiosa pista a los aventureros, Mirval andaba en tratos comerciales, y éstos le protegían durante sus caminatas a través de la jungla. Faltaban solo unas pocas horas para la caída del sol, y por lo que sabían, el faro estaba a unas doce horas de marcha, sin contar con los posibles retrasos. Partir ahora significaba pasar una noche al raso, y esperar a la primera hora de la mañana podría significar la ruina para Mirval y su familia, si es que aún vivían.
Pero antes de tomar esa decisión, debían reunirse con Katy. Caminaron hacia la Sirena para recoger las provisiones y encontrarse con la maga, cuando un pequeño halcón salido de ninguna parte se posó en medio de la calle, mirándolos con curiosidad. Paseó de un lado a otro sacudiendo sus plumas, y se dirigió hacia el grupo dando cómicos saltitos*. Cuando estaba a apenas un metro de distancia, cambió súbitamente de forma, tomando la apariencia de una sonriente joven de cabellos negros. "Perdonad... Vosotros sois Otto y Gonzalvus...?"
Notas: Bueno, por aqui ya no qeda mucho que hacer... Decidirán ustedes si parten inmediatamente o si hacen noche en la posada, y se pondrán en marcha cuanto antes, espero... Si tienen más compras que hacer, indiquenmelo por MP o MSN...
Orden de acción en orden alfabético: Dulfary, Chica Misteriosa, Gonzalvus, Otto. El Narrador siempre actúa el ultimo, disculpenme por repetirme tanto...
* Suspensión de la incredulidad, les suena el concepto...? :\
Pero antes de tomar esa decisión, debían reunirse con Katy. Caminaron hacia la Sirena para recoger las provisiones y encontrarse con la maga, cuando un pequeño halcón salido de ninguna parte se posó en medio de la calle, mirándolos con curiosidad. Paseó de un lado a otro sacudiendo sus plumas, y se dirigió hacia el grupo dando cómicos saltitos*. Cuando estaba a apenas un metro de distancia, cambió súbitamente de forma, tomando la apariencia de una sonriente joven de cabellos negros. "Perdonad... Vosotros sois Otto y Gonzalvus...?"
Notas: Bueno, por aqui ya no qeda mucho que hacer... Decidirán ustedes si parten inmediatamente o si hacen noche en la posada, y se pondrán en marcha cuanto antes, espero... Si tienen más compras que hacer, indiquenmelo por MP o MSN...
Orden de acción en orden alfabético: Dulfary, Chica Misteriosa, Gonzalvus, Otto. El Narrador siempre actúa el ultimo, disculpenme por repetirme tanto...
* Suspensión de la incredulidad, les suena el concepto...? :\
Narrador- Cantidad de envíos : 157
Re: [Sin título. Aún]
Su sonrisa casi no le cabía en el rostro. Lo increible fue que cuando Gonzalvus acetó que fuera con ellos, su sonrisa fue aun mayor. Sin dar mas espera, el asunto era vital, se acercó a paso rápido a la salida del callejón, recogió sus armas y las hizo desaparecer entre la ropa.
Les dio alcance y escuchó atentamente la explicación de Otto sobre la situación. Asintió a algunas cosas, de otras hizo preguntas, muy parecidas a las que hicieron ellos, terminando por la más obvia, si ahora el paso a seguir era ir a ver qué posó con el farero.
En el camino hacia el flechero, levantó la vista en varias oportunidades al cielo, media el tiempo, lo que tardarían en llegar y se alistaba mentalmente para la muy segura acampada en la selva. Caníbales, eso era lo que le preocupaba.
Cómodamente sentada en uno de los taburetes del flechero, escuchó lo que tenía que decir, cada trazo de información y el asunto de la ballesta. Bien, todo listo para irse, para emprender el viaje que aclarara las cosas sobre la suerte de esa familia.
Hora de partir, hora... pájaros?? Preguntaba por ellos, así que se quedó prudentemente medio paso por detrás de ellos, con una expresión interrogante bastante clara ¿y tú, quien eres?
fdi: no, no me suena el concepto
Les dio alcance y escuchó atentamente la explicación de Otto sobre la situación. Asintió a algunas cosas, de otras hizo preguntas, muy parecidas a las que hicieron ellos, terminando por la más obvia, si ahora el paso a seguir era ir a ver qué posó con el farero.
En el camino hacia el flechero, levantó la vista en varias oportunidades al cielo, media el tiempo, lo que tardarían en llegar y se alistaba mentalmente para la muy segura acampada en la selva. Caníbales, eso era lo que le preocupaba.
Cómodamente sentada en uno de los taburetes del flechero, escuchó lo que tenía que decir, cada trazo de información y el asunto de la ballesta. Bien, todo listo para irse, para emprender el viaje que aclarara las cosas sobre la suerte de esa familia.
Hora de partir, hora... pájaros?? Preguntaba por ellos, así que se quedó prudentemente medio paso por detrás de ellos, con una expresión interrogante bastante clara ¿y tú, quien eres?
fdi: no, no me suena el concepto
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: [Sin título. Aún]
Le encantaba volar y cualquier excusa era buena para poder tomar la forma de un ave y hacerlo y buscar a aquellos chicos había sido inmejorable. La verdad es que aquel impulsivo viaje a Daosh estaba resultando mucho mejor de lo esperado. Había aceptado hacer un encargo trivial, sin mayores perspectivas de nada, porque se aburría en Nehmen ahora que Sophitia se había echo a la mar por una temporada y porque desesperaba por un trabajo, cualquier trabajo, tanto que ni siquiera le habían importado los inevitables mareos que los viajes por mar le provocaban.
Vagaba por el pueblo buscando quehacer antes de decidirse a volver a Nehmen, cuando se encontró con aquella chica y su suerte cambió. Lo lamentable del asunto era que su buena fortuna se debía a la mala estrella de esa muchacha, pero eso no era culpa suya. Todo lo contrario, la había defendido y la había protegido y la había llevado donde pudieran auxiliarla. Tampoco le había pedido nada a cambio, no solía hacerlo, ella solita le había pedido que tomara su lugar en un trabajo que tenía que realizar cuando había comprendido que pasarían muchos días antes de que se recuperara por completo. Cuando oyó de que se trataba había aceptado encantada y había partido sin dilación en busca de los compañeros de la maga.
Como está dicho le encantaba volar y también le encantaban las reacciones de la gente cuando aparecía así, de repente, se lo pasaba en grande. La brillante sonrisa con que abordó a los jóvenes era el reflejo de su buen estado de ánimo. Por supuesto, vio a la rubia y su mirada interrogante, pero como no se le había dicho nada sobre otra chica, no dio por hecho que anduviera con ellos.
- Me llamo Florangél, vengo de parte de Kathy – añadió, segura de haber encontrado a quienes buscaba; es que eran un par inconfundible.
Vagaba por el pueblo buscando quehacer antes de decidirse a volver a Nehmen, cuando se encontró con aquella chica y su suerte cambió. Lo lamentable del asunto era que su buena fortuna se debía a la mala estrella de esa muchacha, pero eso no era culpa suya. Todo lo contrario, la había defendido y la había protegido y la había llevado donde pudieran auxiliarla. Tampoco le había pedido nada a cambio, no solía hacerlo, ella solita le había pedido que tomara su lugar en un trabajo que tenía que realizar cuando había comprendido que pasarían muchos días antes de que se recuperara por completo. Cuando oyó de que se trataba había aceptado encantada y había partido sin dilación en busca de los compañeros de la maga.
Como está dicho le encantaba volar y también le encantaban las reacciones de la gente cuando aparecía así, de repente, se lo pasaba en grande. La brillante sonrisa con que abordó a los jóvenes era el reflejo de su buen estado de ánimo. Por supuesto, vio a la rubia y su mirada interrogante, pero como no se le había dicho nada sobre otra chica, no dio por hecho que anduviera con ellos.
- Me llamo Florangél, vengo de parte de Kathy – añadió, segura de haber encontrado a quienes buscaba; es que eran un par inconfundible.
Florangél- Cantidad de envíos : 216
Re: [Sin título. Aún]
El grupo llegó a la taberna para encontrarse con Katherine, o por lo menos ese era el plan, pero de repente un pequeño halcón se posó en medio de la calle y se dirigió hacia ellos, dando saltitos. Cuando estuvo a una distancia mas o menos cerca se transformó en una chica de cabellos negros y ojos color miel.
- Me llamo Florangél, vengo de parte de Kathy - Dijo la chica, con una gran sonrisa, como si le divirtiese la reacción de la gente.
- ...ruz bexeyir, Florangél. Estas en lo cierto, yo soy Gonzalvus, el es Otto y ella es Dulfary, la cual también nos acompañará... ¿Cheh le pasó a Katherine? - Habló Gonzalvus a la nueva integrante del grupo.
Gonzalvus comenzó a preguntarse seriamente lo secreto que tenía el encargo, dado que cada paso que daban alguien quería unirseles.
- Me llamo Florangél, vengo de parte de Kathy - Dijo la chica, con una gran sonrisa, como si le divirtiese la reacción de la gente.
- ...ruz bexeyir, Florangél. Estas en lo cierto, yo soy Gonzalvus, el es Otto y ella es Dulfary, la cual también nos acompañará... ¿Cheh le pasó a Katherine? - Habló Gonzalvus a la nueva integrante del grupo.
Gonzalvus comenzó a preguntarse seriamente lo secreto que tenía el encargo, dado que cada paso que daban alguien quería unirseles.
Gonzalvus- Cantidad de envíos : 80
Re: [Sin título. Aún]
Otto se sobresaltó al escuchar la voz del pájaro, pero no se asustó. Observó con interés la transformación de Florangél y sonrió cuando se presentó, aunque en su fuero interno se preocupó por lo que pudiera haberle sucedido a la hechicera elemental, pero Gonzalvus fue más rápido que él en ponerle voz a su pregunta, por lo que se limitó a esperar la respuesta.
Mientras la recién llegada contestaba, él meditaba para sus adentros; sin duda, era una maga o hechicera de algún tipo, al menos ducha en el arte de la transmutación (lo cual para él era una rama de la magia especialmente interesante, dado que muchas de sus invenciones se apoyaban en la mutabilidad de la energía mágica en adoptar la forma más adecuada), u quizás incluso podía tratarse de una druida.
Wolfgang le había contado en alguna ocasión cómo los druidas extraían su magia de la vida salvaje y que, entre otros muchos dones que harían palidecer de envidia a grandes hechiceros, para ellos era bastante corriente adoptar la forma de distintos animales, indetectables a menos que ellos desearan lo contrario, o al menos eso se decía.
En cualquier caso, sin duda le gustaría averiguar más, una vez hubieran averiguado qué había sido del farero y su familia.
Siguiendo una inspiración repentina, miró con suspicacia a Dulfary; tal vez su lado más paranoico había tenido razón y les había metido a Gonzalvus y a él inadvertidamente en una emboscada. Con un susurro le preguntó a la chica de ojos rojos, mientras Flor hablaba con el pícaro.- ¿La has visto alguna vez?
Mientras la recién llegada contestaba, él meditaba para sus adentros; sin duda, era una maga o hechicera de algún tipo, al menos ducha en el arte de la transmutación (lo cual para él era una rama de la magia especialmente interesante, dado que muchas de sus invenciones se apoyaban en la mutabilidad de la energía mágica en adoptar la forma más adecuada), u quizás incluso podía tratarse de una druida.
Wolfgang le había contado en alguna ocasión cómo los druidas extraían su magia de la vida salvaje y que, entre otros muchos dones que harían palidecer de envidia a grandes hechiceros, para ellos era bastante corriente adoptar la forma de distintos animales, indetectables a menos que ellos desearan lo contrario, o al menos eso se decía.
En cualquier caso, sin duda le gustaría averiguar más, una vez hubieran averiguado qué había sido del farero y su familia.
Siguiendo una inspiración repentina, miró con suspicacia a Dulfary; tal vez su lado más paranoico había tenido razón y les había metido a Gonzalvus y a él inadvertidamente en una emboscada. Con un susurro le preguntó a la chica de ojos rojos, mientras Flor hablaba con el pícaro.- ¿La has visto alguna vez?
Otto Hoenheim- Cantidad de envíos : 193
Re: [Sin título. Aún]
El Señor Narrador no tiene mucha informacion nueva que darles... La tarde ya está muy avanzada, los comerciantes están empezando a cerrar sus talleres, los pucheros empiezan a borbotear dentro de las casas, y la tabernas y los burdeles empiezan a llenarse. Vuelve a caer una fina llovizna, de esa que parece que no te moja, pero te deja con toda la ropa empapada como te descuides. Aun no ha caido la noche, pero el cielo se está encapotando, y parece más tarde de lo que en realidad es.
Una patrulla de la Guardia de la Ciudad pasa junto a ustedes, pero les ignora. Un perro vagabundo se ha acercado a olisquear a Dulfary. Parece tener hambre. Tambien escuchan a alguien cantando "El bastón del mago tiene un nudo en la punta", pero no está a la vista. Un par de chicas jovenes y bien vestidas para lo que viene siendo Daosh corren para refugiarse de la inminente lluvia.
Orden de acción: Dulfary, Flor, Gonzalvus, Otto, Narrador.
Una patrulla de la Guardia de la Ciudad pasa junto a ustedes, pero les ignora. Un perro vagabundo se ha acercado a olisquear a Dulfary. Parece tener hambre. Tambien escuchan a alguien cantando "El bastón del mago tiene un nudo en la punta", pero no está a la vista. Un par de chicas jovenes y bien vestidas para lo que viene siendo Daosh corren para refugiarse de la inminente lluvia.
Orden de acción: Dulfary, Flor, Gonzalvus, Otto, Narrador.
Lohengrin- Cantidad de envíos : 1179
Re: [Sin título. Aún]
Su inquietud fue resuelta sin necesidad de recurrir a palabras. Quiso creer que había sido muy elocuente con su mirada y no solo que ella se presentaba por cortesía, adelantándose al posible interrogatorio.
Entonces, la joven que los acompañaba en el bar, no iría. Interesante. Claro, era una lastima y hasta preocupante lo que le ocurrió a la hechicera. Se preguntó en silencio si eso implicaría un retraso para ir a salvar a la posiblemente necesitada familia. Difícil situación tomar una decisión cuando ambos casos necesitaban atención. Eso sí, le quedó muy claro que Gonzalvus no era de ahí ni de ningún lugar que ella conociera.
Aguardando la respuesta de Florangel, su mirada se cruzó con la de Otto, sonrió sutilmente, no podía evitar sonreír.
- No, primera vez. Pero tu amiga la conoce, no? - le dijo casi en el mismo susurro, cuando sintió la nariz fría del perro rozándola. Se sonrisa, enternecida por el animalito, se ensanchó muchísimo y perdió todo interés en la conversación. Primero, se inclinó ante él, le estiró la mano con lo que el perro se alejó y mostró por un instante los dientes.
~Pobre ingenuo, cosas más grandes y feas me han mostrado sus dientes antes ~ pensó, mientras le ofrecía la mano extendiéndola hacia él. Pareció calmarse y volvió a ella, mientras Florangel respondía a las preguntas de Gonzalvus. De su bolsita de armas, sacó un pedazo de carne seca y se lo ofreció; de inmediato se acercó y lo devoró sin importarle que Dulfary le acariciara la cabeza y le rascara las orejas.
Lo que si hizo, fue levantar la vista a Otto, con una sonrisa que decía "Eh, mira, es un perro y se deja consentir me mi, de mi!"
Entonces, la joven que los acompañaba en el bar, no iría. Interesante. Claro, era una lastima y hasta preocupante lo que le ocurrió a la hechicera. Se preguntó en silencio si eso implicaría un retraso para ir a salvar a la posiblemente necesitada familia. Difícil situación tomar una decisión cuando ambos casos necesitaban atención. Eso sí, le quedó muy claro que Gonzalvus no era de ahí ni de ningún lugar que ella conociera.
Aguardando la respuesta de Florangel, su mirada se cruzó con la de Otto, sonrió sutilmente, no podía evitar sonreír.
- No, primera vez. Pero tu amiga la conoce, no? - le dijo casi en el mismo susurro, cuando sintió la nariz fría del perro rozándola. Se sonrisa, enternecida por el animalito, se ensanchó muchísimo y perdió todo interés en la conversación. Primero, se inclinó ante él, le estiró la mano con lo que el perro se alejó y mostró por un instante los dientes.
~Pobre ingenuo, cosas más grandes y feas me han mostrado sus dientes antes ~ pensó, mientras le ofrecía la mano extendiéndola hacia él. Pareció calmarse y volvió a ella, mientras Florangel respondía a las preguntas de Gonzalvus. De su bolsita de armas, sacó un pedazo de carne seca y se lo ofreció; de inmediato se acercó y lo devoró sin importarle que Dulfary le acariciara la cabeza y le rascara las orejas.
Lo que si hizo, fue levantar la vista a Otto, con una sonrisa que decía "Eh, mira, es un perro y se deja consentir me mi, de mi!"
- Spoiler:
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: [Sin título. Aún]
La manera de hablar del chico pecoso era muy divertida y no pudo reprimir una risita al oírlo, pero fue un desliz muy breve. Consiguió ponerse seria casi de inmediato, porque el asunto que la traía no era, evidentemente, cosa de broma.
- Encantada – respondió con toda urbanidad, dirigiendo una sonrisa a los presente y luego procedió a relatar lo que le había sucedido a Kathy.
Los detalles de cómo ésta había sido atacada, a distancia y con flechas primero, por un grupo de forajidos y como ella, Flor, la había auxiliado apelando a su don de transformación cuando se habían acercado a rematarla, para luego llevarla a un lugar donde pudieran cuidarla, cobraron vida a través de su animado y expresivo relato.
- Ella se pondrá bien, pero necesitará algunos días para recuperarse del todo y le preocupaba no poder cumplir el compromiso que tenía con ustedes, así que me pidió que tomara su lugar y les ayudar descubrir que pasó con el farero y su familia y aquellos barcos.
Mientras aguardaba las reacciones a su relato – que suponía serían alguna pregunta más y uno que otro comentario, ya que ni siquiera se había puesto en la situación de que su presencia pudiera ser rechazada – contempló con una sonrisa como Dulfary mimaba al chucho. La lluvia que se avecinaba no le preocupaba, caminar bajo ella y mojarse le encantaba.
- Es muy simpático ¿Te lo quedarás? ¿Qué nombre le pondrás?
- Encantada – respondió con toda urbanidad, dirigiendo una sonrisa a los presente y luego procedió a relatar lo que le había sucedido a Kathy.
Los detalles de cómo ésta había sido atacada, a distancia y con flechas primero, por un grupo de forajidos y como ella, Flor, la había auxiliado apelando a su don de transformación cuando se habían acercado a rematarla, para luego llevarla a un lugar donde pudieran cuidarla, cobraron vida a través de su animado y expresivo relato.
- Ella se pondrá bien, pero necesitará algunos días para recuperarse del todo y le preocupaba no poder cumplir el compromiso que tenía con ustedes, así que me pidió que tomara su lugar y les ayudar descubrir que pasó con el farero y su familia y aquellos barcos.
Mientras aguardaba las reacciones a su relato – que suponía serían alguna pregunta más y uno que otro comentario, ya que ni siquiera se había puesto en la situación de que su presencia pudiera ser rechazada – contempló con una sonrisa como Dulfary mimaba al chucho. La lluvia que se avecinaba no le preocupaba, caminar bajo ella y mojarse le encantaba.
- Es muy simpático ¿Te lo quedarás? ¿Qué nombre le pondrás?
Florangél- Cantidad de envíos : 216
Re: [Sin título. Aún]
Gonzalvus escuchó atentamente la historia que Florangél les contó, intentando discernir si la chica estaba mintiendo o no, que, por lo animada que parecía al contar la historia, era bastante improbable.
"¿Qué esta pasando aquí? Mar de Jaspia es demasiado extraña, desde que llegué aquí que están pasando cosas realmente raras. Ahora una encapuchada que parece bipolar y una particular chica que puede transformarse en animales se unieron al grupo, en un encargo realmente extraño, añadiendo a esto que no se nada ni de ellas ni del mago. Esto no puede terminar bien..."
- Xub... supongo que si Otto o Dulfary no tienen problema... - Respondió Gonzalvus, el cual ya realmente le importaba poco quien los acompañase, mientras pudiese conseguir el dinero para pagar el pasaje a donde quería ir.
El asesino vio con curiosidad al perro y a la chica de los ojos rojos y no pudo evitar preguntarse cuantas facetas tenía la joven.
"¿Qué esta pasando aquí? Mar de Jaspia es demasiado extraña, desde que llegué aquí que están pasando cosas realmente raras. Ahora una encapuchada que parece bipolar y una particular chica que puede transformarse en animales se unieron al grupo, en un encargo realmente extraño, añadiendo a esto que no se nada ni de ellas ni del mago. Esto no puede terminar bien..."
- Xub... supongo que si Otto o Dulfary no tienen problema... - Respondió Gonzalvus, el cual ya realmente le importaba poco quien los acompañase, mientras pudiese conseguir el dinero para pagar el pasaje a donde quería ir.
El asesino vio con curiosidad al perro y a la chica de los ojos rojos y no pudo evitar preguntarse cuantas facetas tenía la joven.
Gonzalvus- Cantidad de envíos : 80
Re: [Sin título. Aún]
Otto negó con la cabeza, mostrando que no iba a poner ningún reparo en la presencia de la sustituta de Katherine. Lamentaba muchísimo oír las noticias sobre su asalto, pero al menos había salido relativamente bien parada. Decidió en aquel instante que antes de dejar la isla, la visitaría si era posible.
Y, en su fuero interno, sabía que no era únicamente por genuino interés en su bienestar, sino también para discutir esa idea que se estaba fraguando en la mente del ingeniero. La formación de la maga elemental era un poco más avanzada que la suya, quizás pudiera aportar un poco más de profundidad a sus razonamientos iniciales...
También debía admitir que una transmutadora, como suponía que era la chica que se había presentado como Florangél, podía aportar un punto de vista más experto que el suyo... Sólo podía esperar que tuviera alguna formación más que él sobre los fundamentos de la magia...
¡Ah, Wolfgang, cuán añorado era en aquel momento por su aprendiz!
Su sonrisa no se hizo esperar al ver al nuevo camarada peludo que Dulfary acababa de reclutar... Algo en esa sonrisa infantil e inocente terminó de calmar aquella parte de él que no había dejado de temer una emboscada desde que salieran del callejón. Su mano comenzó a rascar tras las orejas del perro con cuidado... hasta que el perro le dedicó un gruñido al ver que no le ofrecía comida como la chica rubia, momento en el que apartó la mano con precaución.
A su alrededor, el día avanzaba y, para colmo de males, el tiempo empeoraba. Ya no podrían ponerse en marcha sin tener que hacer noche en los pantanos, y con mal clima eso sólo empeoraría las condiciones.
No, sólo podían retirarse a una posada, rezar a la Dama o quien prefiriesen por un día siguiente mejor y ponerse en marcha tras desayunar a primera hora. Y esa fue la opinión que les transmitió a sus compañeros.
- Es al menos mi opinión, pero - dijo dirigiéndose a los allí reunidos. - deberíamos dejar la marcha para mañana. Si saliéramos ahora, la noche nos descubriría en mitad de los pantanos y, aunque encontráramos un refugio, con esta lluvia sería todavía más incómodo. Deberíamos descansar esta noche, reunirnos temprano en la Sirena Varada y partir.- Miró a su alrededor esperando la conformidad de sus compañeros. - Es preferible que podamos llegar al faro antes de tener que hacer noche, así podremos descubrir posibles refugios para el regreso...
Y, en su fuero interno, sabía que no era únicamente por genuino interés en su bienestar, sino también para discutir esa idea que se estaba fraguando en la mente del ingeniero. La formación de la maga elemental era un poco más avanzada que la suya, quizás pudiera aportar un poco más de profundidad a sus razonamientos iniciales...
También debía admitir que una transmutadora, como suponía que era la chica que se había presentado como Florangél, podía aportar un punto de vista más experto que el suyo... Sólo podía esperar que tuviera alguna formación más que él sobre los fundamentos de la magia...
¡Ah, Wolfgang, cuán añorado era en aquel momento por su aprendiz!
Su sonrisa no se hizo esperar al ver al nuevo camarada peludo que Dulfary acababa de reclutar... Algo en esa sonrisa infantil e inocente terminó de calmar aquella parte de él que no había dejado de temer una emboscada desde que salieran del callejón. Su mano comenzó a rascar tras las orejas del perro con cuidado... hasta que el perro le dedicó un gruñido al ver que no le ofrecía comida como la chica rubia, momento en el que apartó la mano con precaución.
A su alrededor, el día avanzaba y, para colmo de males, el tiempo empeoraba. Ya no podrían ponerse en marcha sin tener que hacer noche en los pantanos, y con mal clima eso sólo empeoraría las condiciones.
No, sólo podían retirarse a una posada, rezar a la Dama o quien prefiriesen por un día siguiente mejor y ponerse en marcha tras desayunar a primera hora. Y esa fue la opinión que les transmitió a sus compañeros.
- Es al menos mi opinión, pero - dijo dirigiéndose a los allí reunidos. - deberíamos dejar la marcha para mañana. Si saliéramos ahora, la noche nos descubriría en mitad de los pantanos y, aunque encontráramos un refugio, con esta lluvia sería todavía más incómodo. Deberíamos descansar esta noche, reunirnos temprano en la Sirena Varada y partir.- Miró a su alrededor esperando la conformidad de sus compañeros. - Es preferible que podamos llegar al faro antes de tener que hacer noche, así podremos descubrir posibles refugios para el regreso...
Otto Hoenheim- Cantidad de envíos : 193
Re: [Sin título. Aún]
Nada que añadir. Vean la nota en el hilo de apoyo
Orden de acción: Dulfary, Flor, Gonzalvus, Otto. Cuando acabe Otto interviene el narrador, y empieza el capitulo III.
Orden de acción: Dulfary, Flor, Gonzalvus, Otto. Cuando acabe Otto interviene el narrador, y empieza el capitulo III.
Última edición por Lohengrin el 16/10/11, 07:11 pm, editado 1 vez
Lohengrin- Cantidad de envíos : 1179
Re: [Sin título. Aún]
Lo sucedido a la maga era casi una tragedia, si se quería exagerar un poco, pero ciertamente era lamentable. Por fortuna estaba bien, tal vez no tan bien, pero si viva y con opciones de recuperarse, que esperaba que fueran muchas. La muchacha había tenido suerte. No pudo evitar sonreír para sí misma al recordar su propio don: lugar equivocado en el momento indicado.
Y lo mejor, era que el grupo de nuevo se completaba y mientras sus dedos hacían las delicias del perro al consentirle por detrás de la oreja, se preguntó hasta que punto tenía sentido que fuera con ellos. Le dedicó una mirada a cada uno, una… maga cambiaforma o como fuera que se le dijera que aparece en el momento indicado, un asesino que no se fiaba ni una pizca de ella y que le daba la impresión de analizar a todo mundo como un posible blanco, y un… qué rayos era Otto? La ayuda de la niña les vendría bien, estaba segura de eso
- ningún problema, pero demos darnos prisa – levantó la mano a la altura de su cadera para que en ella cayeran las gotas de lluvia.
- No lo sé – dijo con una sonrisa inocente, le gustaría quedárselo, pero no podía cuidarlo – nombre… mmm podría ser… MOTAS! No le gruñas a Otto – reprendió al perrito cuando estaba a mitad de la respuesta para Florangel.
- Es mejor que... - Debían partir de inmediato y… por fortuna Otto mostraba sentido común, si de su imprudencia dependiera habrían salido de inmediato sin medir consecuencias – eso mismo – dijo secundando a Otto, aun cuando su línea de pensamiento inicial iba por otra vía, la contraria.
El paso a seguir era descansar, quizá volver a la Sirena, para su sorpresa, motas se fue tras ella, pero no se le permitió el ingreso, con lo que tuvo su pequeña aventura nocturna tratando de hacer entrar al perro a la posada, cuando Florangel se escabulló de la habitación sin que la aprendiz de kazekage se percatara, dejando incluso su cama desatendida. A la mañana siguiente había mucho que hacer, pero contaba con que una noche tibia y seca, le daría al animal el descanso para no levantarse tan temprano y partir con ellos al pantano
Y lo mejor, era que el grupo de nuevo se completaba y mientras sus dedos hacían las delicias del perro al consentirle por detrás de la oreja, se preguntó hasta que punto tenía sentido que fuera con ellos. Le dedicó una mirada a cada uno, una… maga cambiaforma o como fuera que se le dijera que aparece en el momento indicado, un asesino que no se fiaba ni una pizca de ella y que le daba la impresión de analizar a todo mundo como un posible blanco, y un… qué rayos era Otto? La ayuda de la niña les vendría bien, estaba segura de eso
- ningún problema, pero demos darnos prisa – levantó la mano a la altura de su cadera para que en ella cayeran las gotas de lluvia.
- No lo sé – dijo con una sonrisa inocente, le gustaría quedárselo, pero no podía cuidarlo – nombre… mmm podría ser… MOTAS! No le gruñas a Otto – reprendió al perrito cuando estaba a mitad de la respuesta para Florangel.
- Es mejor que... - Debían partir de inmediato y… por fortuna Otto mostraba sentido común, si de su imprudencia dependiera habrían salido de inmediato sin medir consecuencias – eso mismo – dijo secundando a Otto, aun cuando su línea de pensamiento inicial iba por otra vía, la contraria.
El paso a seguir era descansar, quizá volver a la Sirena, para su sorpresa, motas se fue tras ella, pero no se le permitió el ingreso, con lo que tuvo su pequeña aventura nocturna tratando de hacer entrar al perro a la posada, cuando Florangel se escabulló de la habitación sin que la aprendiz de kazekage se percatara, dejando incluso su cama desatendida. A la mañana siguiente había mucho que hacer, pero contaba con que una noche tibia y seca, le daría al animal el descanso para no levantarse tan temprano y partir con ellos al pantano
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