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Liberando la mente
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Re: Liberando la mente
-Entonces hemos tenido suerte de encontrarnos, caballero Arzhel.
Si Arzhel también corría enorme peligro de terminar encerrado, era probable que no hubiese podido escapar, aunque también era cierto que no hubiese tenido todos esos problemas en la taberna. Por más que intentara evitarlo, seguía sonando como si eso hubiese sido mi culpa. Realmente esperaba que hubiese alguien en ese lugar presto a entender la verdadera naturaleza de Phab. Si los demonios eran, como dijo Arzhel poco antes, los peores enemigos de la Dama, era probable que la Dama y el Creador tuviesen algún tipo de conexión. Una nueva vida... me hubiese encantado esa idea, de no ser porque estaba convencido de que no encontraría una manera de llevarla. Lo más razonable era regresar a Werth a seguir haciendo esa vida que se interrumpió 14 años atrás. No pude evitar sonreír cuando me preguntó por Talin y Daliny.
-Amables, eso principalmente. Talin se ha tomado muy literalmente eso de dar la vida por un ser amado. Un guerrero bastante hábil, protector de sus compañeros por sobre todo. Algo como lo que hace Arale con el paladín, pero sin llegar al punto de proteger a alguien que intenta asesinarlo. Pero puede que le caiga mal, él no tuvo intermedios nunca. O se lo quiere, o se lo detesta. Sigue a Athanexis, no le agrada acabar con alguna vida, por lo que casi no combate. Pero una vez iniciada una batalla, se termina cuando uno de los dos muere. Viendo este lugar -dije finalmente con un tono un poco más reflexivo-, es probable que lo consideren un asesino demente o algo así. Debería verlo cuando se toma un combate demasiado en serio, haciéndose cortes y otras heridas para liberar el poder que alberga su sangre.
Lo cierto es que en Werth no eran algo raro los combates entre los devotos de Athanexis y Husge, sobre todo porque las personalidades solían chocar en demasía. Sonreí al recordar la frase previa a cada combate de Talin, cuando su paciencia se acababa. "Te recuerdo que Athanexis me escogió."
-Y Daliny... simplemente hermosa. No creo que exista alguien que no la vea bella. Solidaria, protectora, bonita, generosa, sensible... No merecía haber presenciado la invasión... Sólo espero... sólo espero que Talin estuviese con ella en ese momento. Daliny es el tipo de persona que debería ser plenamente feliz. Cuando pensé que podría estar muerta... Cuando pienso que ahora mismo podría estar sucediéndole algo... -Cerré fuertemente el puño y lo mismo hice con mis ojos, invadido por una enorme impotencia, y luego golpeé el barco. -Despedazaré a quien se atreva a ponerle un dedo encima. Suplicará la muerte y no le daré ese placer...
-Breigal... tranquilo. Nadie podrá tocarla. Está con Salket. Se precisará más de un ejército para capturarla.
-¿Y si por eso mismo hacen eso? ¿Si por eso mismo van varios ejércitos? ¿Quién sabe cuántos nos buscarían a nosotros, Phab? Y no somos la gran cosa comparados con ellas dos. ¿Por qué estás tan seguro de que no irán tropas y tropas a buscarla? Ella no podrá soportarlo, Phab, ambos lo sabemos.
-Estás hablando demasiado, compañero.
-Si Arzhel es un hombre inteligente, la idea de hacer pasar a Daliny un mal momento ni siquiera se le cruzará por la cabeza. Y creo que es un hombre inteligente.
Me tapé el ojo izquierdo para observar el andar del búho. No se podía observar nada revelador, nuestras esperanzas parecían desvanecerse cada vez más, pero lo cierto era que había muchas islas en el lugar. Lo más cercano a Werth, era muy probable que estuviesen allí. Era casi seguro.
-Bien hecho, regresa -susurré. Luego alcé la voz para dirigirme a Arzhel-. De momento, no hay rastros. Pero esto no hizo más que comenzar. ¿Cómo es la persona que usted busca? El búho podría ayudarlo también.
Si Arzhel también corría enorme peligro de terminar encerrado, era probable que no hubiese podido escapar, aunque también era cierto que no hubiese tenido todos esos problemas en la taberna. Por más que intentara evitarlo, seguía sonando como si eso hubiese sido mi culpa. Realmente esperaba que hubiese alguien en ese lugar presto a entender la verdadera naturaleza de Phab. Si los demonios eran, como dijo Arzhel poco antes, los peores enemigos de la Dama, era probable que la Dama y el Creador tuviesen algún tipo de conexión. Una nueva vida... me hubiese encantado esa idea, de no ser porque estaba convencido de que no encontraría una manera de llevarla. Lo más razonable era regresar a Werth a seguir haciendo esa vida que se interrumpió 14 años atrás. No pude evitar sonreír cuando me preguntó por Talin y Daliny.
-Amables, eso principalmente. Talin se ha tomado muy literalmente eso de dar la vida por un ser amado. Un guerrero bastante hábil, protector de sus compañeros por sobre todo. Algo como lo que hace Arale con el paladín, pero sin llegar al punto de proteger a alguien que intenta asesinarlo. Pero puede que le caiga mal, él no tuvo intermedios nunca. O se lo quiere, o se lo detesta. Sigue a Athanexis, no le agrada acabar con alguna vida, por lo que casi no combate. Pero una vez iniciada una batalla, se termina cuando uno de los dos muere. Viendo este lugar -dije finalmente con un tono un poco más reflexivo-, es probable que lo consideren un asesino demente o algo así. Debería verlo cuando se toma un combate demasiado en serio, haciéndose cortes y otras heridas para liberar el poder que alberga su sangre.
Lo cierto es que en Werth no eran algo raro los combates entre los devotos de Athanexis y Husge, sobre todo porque las personalidades solían chocar en demasía. Sonreí al recordar la frase previa a cada combate de Talin, cuando su paciencia se acababa. "Te recuerdo que Athanexis me escogió."
-Y Daliny... simplemente hermosa. No creo que exista alguien que no la vea bella. Solidaria, protectora, bonita, generosa, sensible... No merecía haber presenciado la invasión... Sólo espero... sólo espero que Talin estuviese con ella en ese momento. Daliny es el tipo de persona que debería ser plenamente feliz. Cuando pensé que podría estar muerta... Cuando pienso que ahora mismo podría estar sucediéndole algo... -Cerré fuertemente el puño y lo mismo hice con mis ojos, invadido por una enorme impotencia, y luego golpeé el barco. -Despedazaré a quien se atreva a ponerle un dedo encima. Suplicará la muerte y no le daré ese placer...
-Breigal... tranquilo. Nadie podrá tocarla. Está con Salket. Se precisará más de un ejército para capturarla.
-¿Y si por eso mismo hacen eso? ¿Si por eso mismo van varios ejércitos? ¿Quién sabe cuántos nos buscarían a nosotros, Phab? Y no somos la gran cosa comparados con ellas dos. ¿Por qué estás tan seguro de que no irán tropas y tropas a buscarla? Ella no podrá soportarlo, Phab, ambos lo sabemos.
-Estás hablando demasiado, compañero.
-Si Arzhel es un hombre inteligente, la idea de hacer pasar a Daliny un mal momento ni siquiera se le cruzará por la cabeza. Y creo que es un hombre inteligente.
Me tapé el ojo izquierdo para observar el andar del búho. No se podía observar nada revelador, nuestras esperanzas parecían desvanecerse cada vez más, pero lo cierto era que había muchas islas en el lugar. Lo más cercano a Werth, era muy probable que estuviesen allí. Era casi seguro.
-Bien hecho, regresa -susurré. Luego alcé la voz para dirigirme a Arzhel-. De momento, no hay rastros. Pero esto no hizo más que comenzar. ¿Cómo es la persona que usted busca? El búho podría ayudarlo también.
Última edición por Breigal el 11/09/11, 03:35 am, editado 2 veces
Breigal- Cantidad de envíos : 135
Re: Liberando la mente
Esuchó atentamente las descripciones que Breigal hizo de sus camaradas; el llamado Talin por lo visto era una especie de guerrero, y Daliny... una mujer -o una hembra- de los de su raza. No pudo evitar sobresaltarse un poco por el apasionamiento que le cojió al hablar de ella. Por lo visto, los demonios, o los seres que los acompañaban, también eran capaces de amar. De todos modos, se guardó mucho de hacer ningún comentario al respecto.
-Daliny no es, por lo que decís, la clase de persona que se podría uno pensar que iría a Kuzueth... Sin embargo, por como habéis descrito a vuestro amigo... En realidad, quién sabe.
Por otro lado, el comentario que hizo sobre su inteligencia lo molestó ligeramente. ¿Qué era eso de hablar de alguien con otro como si no estuviera delante? Y peor, con otro que no podía oír, evidentemente.
-Mirad amigo, no sé si soy inteligente o no pero de lo que sí estoy seguro es de que si habláis con vuestro guardián en presencia de otros, será como si llevaráis escrita la palabra "demonio" en la cara. Os ruego que lo evitéis delante de otras personas. Por otro lado, creedme, no tengo ningún motivo para afrentar a vuestra Daliny -se encogió de hombros-. Sencillamente, no la conozco.
Después se tapó el ojo, lo que Arzhel interpretaba como que establecía contacto con aquel búho mágico de algún modo. Su pregunta no le sobresaltó, de hecho casi la esperaba.
-Dudo que pueda hacerlo, pues el objeto de mi búsqueda es bastante más anodino... Un muchacho, de diecisiete primaveras, ni alto ni bajo, ni gordo ni flaco, pelo negro que llevaba medianamente largo cuando huyó del pueblo y, en principio, pobre como una rata. Es, o quiere ser, un bardo, su único objeto de valor, en principio, es un arpa bárdica decorada con runas.
-Daliny no es, por lo que decís, la clase de persona que se podría uno pensar que iría a Kuzueth... Sin embargo, por como habéis descrito a vuestro amigo... En realidad, quién sabe.
Por otro lado, el comentario que hizo sobre su inteligencia lo molestó ligeramente. ¿Qué era eso de hablar de alguien con otro como si no estuviera delante? Y peor, con otro que no podía oír, evidentemente.
-Mirad amigo, no sé si soy inteligente o no pero de lo que sí estoy seguro es de que si habláis con vuestro guardián en presencia de otros, será como si llevaráis escrita la palabra "demonio" en la cara. Os ruego que lo evitéis delante de otras personas. Por otro lado, creedme, no tengo ningún motivo para afrentar a vuestra Daliny -se encogió de hombros-. Sencillamente, no la conozco.
Después se tapó el ojo, lo que Arzhel interpretaba como que establecía contacto con aquel búho mágico de algún modo. Su pregunta no le sobresaltó, de hecho casi la esperaba.
-Dudo que pueda hacerlo, pues el objeto de mi búsqueda es bastante más anodino... Un muchacho, de diecisiete primaveras, ni alto ni bajo, ni gordo ni flaco, pelo negro que llevaba medianamente largo cuando huyó del pueblo y, en principio, pobre como una rata. Es, o quiere ser, un bardo, su único objeto de valor, en principio, es un arpa bárdica decorada con runas.
Arzhel de Loïc- Cantidad de envíos : 175
Re: Liberando la mente
- Niña tonta. Cómo se nota tu falta de experiencia, te has dejado deslumbrar por ese par de caídos, oveja descarriada. Pero no temas pequeña, se nos pidió cuidar de tí, creo en tus palabras y te mostraré la forma en que ha de comportarse un paladín de la Dama -
Sin una imagen social que guardar, Dulfary enarcó la ceja y, tras su muestra de perplejidad, esbozó una sonrisa burlona. Ese tipo estaba hablando en serio? No podía ser. Pero era su oportunidad para salir de todo ese lío.
¿Y si, estaba mintiendo? ¿si sólo era una estrategia para que ella lo sacara de ahí?
Sin decirle nada, regresó a la escalera y se sentó en esta, mirando de frente a la puerta. Desde su posición, se colocó el tabardo, sin la cota. Se sentía mas cálida con este. No sabía que hacer.
No se arrepentía de haber tratado de ayudar, pero ahora no sabía cómo proceder.
- Como siempre... en el lugar equivocado en el momento indicado - empezó a trenzarse el cabello mientras lo decía.
Sin una imagen social que guardar, Dulfary enarcó la ceja y, tras su muestra de perplejidad, esbozó una sonrisa burlona. Ese tipo estaba hablando en serio? No podía ser. Pero era su oportunidad para salir de todo ese lío.
¿Y si, estaba mintiendo? ¿si sólo era una estrategia para que ella lo sacara de ahí?
Sin decirle nada, regresó a la escalera y se sentó en esta, mirando de frente a la puerta. Desde su posición, se colocó el tabardo, sin la cota. Se sentía mas cálida con este. No sabía que hacer.
No se arrepentía de haber tratado de ayudar, pero ahora no sabía cómo proceder.
- Como siempre... en el lugar equivocado en el momento indicado - empezó a trenzarse el cabello mientras lo decía.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Liberando la mente
-Él es todo lo que ella necesita, Arzhel. Mientras él esté bien, puedo asegurarle que ella no sufrirá.
La relación entre Daliny y Talin era exacta y sencillamente así: la felicidad de uno residía en el bienestar del otro. Por eso me había esforzado en mantenerlos juntos, dudaba mucho que Daliny encontrara un hombre mejor que Talin para compartir su vida. Por alguna razón me sorprendió lo que Arzhel me dijo acerca de hablar con Phab. A veces hasta olvidaba que los humanos eran seres esencialmente solitarios.
-Disculpe. Es que me he acostumbrado a hablar con él siempre. Cuando no tiene a nadie más que su guardián para hablar de sus cosas, uno tiende a tomarlo por costumbre. Incluso a veces olvido que los humanos carecen de uno. Es una lástima, realmente, de tener un guardián, quizás nos entenderíamos mejor. Ni siquiera es necesario que cada uno pueda ver el guardián del otro, sólo con saber que está ahí, podríamos entendernos. Imagino que Arale tiene algo parecido. Esa sombra tiene cierto aire místico.
Hablando de Arale... ¿Seguiría dormida? Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando Arzhel describió al joven que él buscaba. Un humano común y corriente, con un arpa que tiene runas grabadas. Eso no me ayudaba mucho. Si era bardo, cantaba, o al menos eso imaginé, y pensé que para eso justamente tendría su instrumento. Suspiré levemente, estaba cansado. Manejar la tierra no era poca cosa. Sobre ella se apoyaban todas las cosas. Tenía sueño, pero no quería dormir.
-Imagino que no habrá problema mientras le susurre a Phab, ¿cierto? Parecerá que... ¿Cómo lo llaman ustedes? -Quedé pensativo un rato, mientras intentaba recordar esa expresión que usaban los humanos.- ¡Ah! "Pensar en voz alta". ¿Es una buena idea?
La relación entre Daliny y Talin era exacta y sencillamente así: la felicidad de uno residía en el bienestar del otro. Por eso me había esforzado en mantenerlos juntos, dudaba mucho que Daliny encontrara un hombre mejor que Talin para compartir su vida. Por alguna razón me sorprendió lo que Arzhel me dijo acerca de hablar con Phab. A veces hasta olvidaba que los humanos eran seres esencialmente solitarios.
-Disculpe. Es que me he acostumbrado a hablar con él siempre. Cuando no tiene a nadie más que su guardián para hablar de sus cosas, uno tiende a tomarlo por costumbre. Incluso a veces olvido que los humanos carecen de uno. Es una lástima, realmente, de tener un guardián, quizás nos entenderíamos mejor. Ni siquiera es necesario que cada uno pueda ver el guardián del otro, sólo con saber que está ahí, podríamos entendernos. Imagino que Arale tiene algo parecido. Esa sombra tiene cierto aire místico.
Hablando de Arale... ¿Seguiría dormida? Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando Arzhel describió al joven que él buscaba. Un humano común y corriente, con un arpa que tiene runas grabadas. Eso no me ayudaba mucho. Si era bardo, cantaba, o al menos eso imaginé, y pensé que para eso justamente tendría su instrumento. Suspiré levemente, estaba cansado. Manejar la tierra no era poca cosa. Sobre ella se apoyaban todas las cosas. Tenía sueño, pero no quería dormir.
-Imagino que no habrá problema mientras le susurre a Phab, ¿cierto? Parecerá que... ¿Cómo lo llaman ustedes? -Quedé pensativo un rato, mientras intentaba recordar esa expresión que usaban los humanos.- ¡Ah! "Pensar en voz alta". ¿Es una buena idea?
Breigal- Cantidad de envíos : 135
Re: Liberando la mente
-Un caballero protegiendo a la dama... No deja de ser algo usual, ¿no os parece? -respondió cínicamente-. Los caballeros, las damas, los escuderos, los hombres de armas; el honor y todo eso...
Arzhel no podía imaginarse exactamente cómo sería tener un "guardián", pero se abstuvo de hacer preguntas sobre éso. Le bastaba con saber que dentro del cuerpo de Breigal habitaba un demonio llamado Phabendiar, que tenía el encargo de portegerlo y era, en principio, distinto a los maléficos enemigos de la Dama. Sin embargo, no pudo menos que escuchar con atención y algo de curiosidad las palabras de Breigal sobre su relación con Phabendiar. Especialmente las referentes a Arale.
-Los humanos tenemos guardianes, en realidad. Somos nosotros mismos, o... -apoyó la diestra en el pomo de la ropera, dando a entender lo que quería decir-. Cierto es que Arale no es la clásica paladín, desde luego. Quién sabe... Yo sólo soy un humano, y uno que ni siquiera sabe hacer magia... Ni falta que me hace -terminó, con una sonrisa torcida
Escuchó la ocurrencia de Breigal, y no le pareció mala idea del todo.
-Mientras no abuséis en presencia de otros... Pensad que podéis ser tomado por loco, y no creáis que el destino que les espera a ésos es en mucho mejor al que os esperaría si se descubriera vuestro lado... demoníaco. Créedme, la discreción es algo de vital importancia aquí; por experiencia os lo digo.
Arzhel no podía imaginarse exactamente cómo sería tener un "guardián", pero se abstuvo de hacer preguntas sobre éso. Le bastaba con saber que dentro del cuerpo de Breigal habitaba un demonio llamado Phabendiar, que tenía el encargo de portegerlo y era, en principio, distinto a los maléficos enemigos de la Dama. Sin embargo, no pudo menos que escuchar con atención y algo de curiosidad las palabras de Breigal sobre su relación con Phabendiar. Especialmente las referentes a Arale.
-Los humanos tenemos guardianes, en realidad. Somos nosotros mismos, o... -apoyó la diestra en el pomo de la ropera, dando a entender lo que quería decir-. Cierto es que Arale no es la clásica paladín, desde luego. Quién sabe... Yo sólo soy un humano, y uno que ni siquiera sabe hacer magia... Ni falta que me hace -terminó, con una sonrisa torcida
Escuchó la ocurrencia de Breigal, y no le pareció mala idea del todo.
-Mientras no abuséis en presencia de otros... Pensad que podéis ser tomado por loco, y no creáis que el destino que les espera a ésos es en mucho mejor al que os esperaría si se descubriera vuestro lado... demoníaco. Créedme, la discreción es algo de vital importancia aquí; por experiencia os lo digo.
Arzhel de Loïc- Cantidad de envíos : 175
Re: Liberando la mente
Hilo transparente, un kunai, otro al otro extremo del pasillo, revisó la tensión. Dos kunai juntos, rozó otro hilo, de inmediato tintinaron. No era sofisticada, nu mucho menos, mortal, pero era una buena trampa, la primera los haría reaccionar, la segunda la pondría sobre aviso. Sencillas pero útiles.
Stregek había callado, en varias ocasiones vio luz por debajo de la puerta, parecía alistar sus propias trampas. Pero Dulfary estaba agotada y necesitaba dormir, dormir y no soñar. Prefería los ataques de su sombra a seguir viendo al ser alado.
Kuzueth.
Que oportuno le venía ir a esa isla.
Pensó en Lohengrin y por alguna razón su mente volvió a las palabras de Arzhel, había dicho que tenía a un conocido en la isla, que bien podía ser un caballero. Volvió a preguntarse si de casualidad seria la misma persona, si el mundo era tan pequeño. Demasiadas coincidencias.
El golpe en el hombro, le confirmó que nuevamente estaba dormida, con la cabeza recostada a la pared, con la frente hacia la puerta que velaba.
Stregek había callado, en varias ocasiones vio luz por debajo de la puerta, parecía alistar sus propias trampas. Pero Dulfary estaba agotada y necesitaba dormir, dormir y no soñar. Prefería los ataques de su sombra a seguir viendo al ser alado.
Kuzueth.
Que oportuno le venía ir a esa isla.
Pensó en Lohengrin y por alguna razón su mente volvió a las palabras de Arzhel, había dicho que tenía a un conocido en la isla, que bien podía ser un caballero. Volvió a preguntarse si de casualidad seria la misma persona, si el mundo era tan pequeño. Demasiadas coincidencias.
El golpe en el hombro, le confirmó que nuevamente estaba dormida, con la cabeza recostada a la pared, con la frente hacia la puerta que velaba.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Liberando la mente
-He notado que todos los guerreros humanos que tienen habilidad, tienen una relación especial con sus armas. -Llegado ese punto en la conversación, ya no me interesaba para nada disimular humanidad. Esa era la razón por la que ya me daba el gusto de dirigirme a su especie como yo la llamaba normalmente: humanos.- De los nuestros, no han sido muchos los que sintieron ese apego, a pesar de que mi diosa siente un enorme afecto por su espada. Yo sólo conocí una persona que sintió ese afecto por su arma. -Desenvainé la espada que Husge me regaló para examinarla detenidamente.- Lo cierto es que esta espada no me pertenece. Mi diosa me la prestó para ayudarme en la búsqueda que me encargaron, pero... no termino de sentirme demasiado cómodo con ella. Imagino que será cuestión de acostumbrarme.
Imaginé el rostro de varios seguidores de Husge recriminándome ese comentario, diciendo lo que ellos hubiesen dado por recibir una espada directamente de las manos de la diosa, y sonreí un poco. "Recuerden que ustedes ya están muertos" pensé. Las palabras de Arzhel respecto a la mirada humana que podría recibir me hizo resoplar resignado, mientras me apoyaba en la madera que se interponía entre nosotros y el abismo que nos guiaría al mar.
-Ustedes no podrían vivir en nuestra isla. Decenas o cientos de tipos que hablan con sus propios guardianes o incluso con guardianes de otros. Sería demasiado chocante para un humano. Loco... o demonio... En vista de lo que sucedió con ese sujeto, creo que la locura será lo mejor. Al menos así podré tener ciertas vías de escape.
El escape de la taberna había sido resultado de un "Plan B" que me vi obligado a encontrar debido a que no podía dejar a Arzhel solo, después de la ayuda que me brindó al intentar explicar mi comportamiento a esos tipos armados. De haber estado solo, la cosa se hubiese resuelto de una manera mucho más rápida y eficaz.
-Deja que el viento guíe tus pasos, si sabes pisar en el momento oportuno, jamás te caerás -recordé en voz alta. Recordando las recientes enseñanzas de Arzhel sobre el comportamiento humano, me vi en la obligación de explicarlo-. Frase de los seguidores de Sast. Irónica en cierto punto... Sast jamás pisa.
Imaginé el rostro de varios seguidores de Husge recriminándome ese comentario, diciendo lo que ellos hubiesen dado por recibir una espada directamente de las manos de la diosa, y sonreí un poco. "Recuerden que ustedes ya están muertos" pensé. Las palabras de Arzhel respecto a la mirada humana que podría recibir me hizo resoplar resignado, mientras me apoyaba en la madera que se interponía entre nosotros y el abismo que nos guiaría al mar.
-Ustedes no podrían vivir en nuestra isla. Decenas o cientos de tipos que hablan con sus propios guardianes o incluso con guardianes de otros. Sería demasiado chocante para un humano. Loco... o demonio... En vista de lo que sucedió con ese sujeto, creo que la locura será lo mejor. Al menos así podré tener ciertas vías de escape.
El escape de la taberna había sido resultado de un "Plan B" que me vi obligado a encontrar debido a que no podía dejar a Arzhel solo, después de la ayuda que me brindó al intentar explicar mi comportamiento a esos tipos armados. De haber estado solo, la cosa se hubiese resuelto de una manera mucho más rápida y eficaz.
-Deja que el viento guíe tus pasos, si sabes pisar en el momento oportuno, jamás te caerás -recordé en voz alta. Recordando las recientes enseñanzas de Arzhel sobre el comportamiento humano, me vi en la obligación de explicarlo-. Frase de los seguidores de Sast. Irónica en cierto punto... Sast jamás pisa.
Breigal- Cantidad de envíos : 135
Re: Liberando la mente
Las palabras de Breigal sorprendieron un poco a Arzhel, que se regía por unos códigos de honor muy tradicionales. Aquella espada era la del fundador de su casa y evidentemente tenía un valor emocional o sentimental además del valor intrínseco del arma, de por sí elevado por su rareza y condiciones.
-Esta espada se remonta a 6 generaciones dentro de mi familia, señor mío. Y es un arma rara y excepcional, si bien muy distinta que el resto de las pesadas espadas de combate que son comunes en el archipiélago. Una estocada bien dirigida puede atravesar prácticamente cualquier armadura, y su fineza le permite introducirse por las rendijas de las que no puede traspasar. Además tiene historia, una larga historia. Sólo un caballero de Loïc puede blandirla legítimamente, y sería la deshonra para la familia que lo hiciera otro. Créedme que eso sólo ha ocurrido una vez, y como comprenderéis -sonrió de manera sombría- el usurpador no salió muy bien parado.
Cuando el otro desenvainó su arma la examinó minuciosamente.
-Un arma estupenda, sin duda. Seguro que pronto se acostumbrará a vuestra mano y dejará de resultaros incómoda -dijo cortésmente. Luego escuchó las palabras acerca de que no los humanos no podrían vivir en Werth, y tras meditarlo un poco, respondió-. Es posible, pero al fin y al cabo a todo se acostumbra uno. En cualquier caso, id con cuidado. La suerte de los locos tampoco es envidiable. Y -dijo, sonriendo cínicamente-, a algunos los toman por poseídos, así que no arreglaríamos nada. En cuanto al dicho... -se encogió de hombros-. Todo lo relacionado con divinidades suele resultar irónico, señor mío.
Empezaba a hacer fresco, y el caballero no había dormido casi desde hacía casi dos días.
-Estoy rendido, maese. Creo que me retiraré al camarote, a dormir. Supongo que mañana al amanecer veremos las costas de Kuzueth... En cualquier caso, que tengáis muy buenas noches.
-Esta espada se remonta a 6 generaciones dentro de mi familia, señor mío. Y es un arma rara y excepcional, si bien muy distinta que el resto de las pesadas espadas de combate que son comunes en el archipiélago. Una estocada bien dirigida puede atravesar prácticamente cualquier armadura, y su fineza le permite introducirse por las rendijas de las que no puede traspasar. Además tiene historia, una larga historia. Sólo un caballero de Loïc puede blandirla legítimamente, y sería la deshonra para la familia que lo hiciera otro. Créedme que eso sólo ha ocurrido una vez, y como comprenderéis -sonrió de manera sombría- el usurpador no salió muy bien parado.
Cuando el otro desenvainó su arma la examinó minuciosamente.
-Un arma estupenda, sin duda. Seguro que pronto se acostumbrará a vuestra mano y dejará de resultaros incómoda -dijo cortésmente. Luego escuchó las palabras acerca de que no los humanos no podrían vivir en Werth, y tras meditarlo un poco, respondió-. Es posible, pero al fin y al cabo a todo se acostumbra uno. En cualquier caso, id con cuidado. La suerte de los locos tampoco es envidiable. Y -dijo, sonriendo cínicamente-, a algunos los toman por poseídos, así que no arreglaríamos nada. En cuanto al dicho... -se encogió de hombros-. Todo lo relacionado con divinidades suele resultar irónico, señor mío.
Empezaba a hacer fresco, y el caballero no había dormido casi desde hacía casi dos días.
-Estoy rendido, maese. Creo que me retiraré al camarote, a dormir. Supongo que mañana al amanecer veremos las costas de Kuzueth... En cualquier caso, que tengáis muy buenas noches.
Arzhel de Loïc- Cantidad de envíos : 175
Re: Liberando la mente
La mar, tranquila se mecía generando olas debido a las corrientes submarinas que arrullaban el ambiente. Infinitos peces voladores, saltaban y volvían a sumergirse en las profundidades del mar. Se trataba de un lugar oscuro salpicado por pequeñas pinceladas blancas de la bruma generada por las olas y los peces al saltar. El océano se abría bajo el barco volador, con su inmensidad, dejando ver pequeños islotes inhabitados, compuestos de sólo piedra y sal marina; pecas diminutas apenas notorias.
Sobre el barco, se abría otro espacio infinito, tachonado de miles de estrellas, algunas opacadas por el brillo de Enki en su fase llena, la menguante Aesir y la silueta oscura de Scathach. Un tejido mágico en el cual perder los ojos, la imaginación y hasta el corazón con un poco de romanticismo. A donde quiera que se mirara no había más que esa línea invisible en la que se unían el mar y el cielo, un azul oscuro y abisal a un negro ficticio cargado de sal y vida.
Fdi: Sigue en: https://mardejaspia.forosactivos.net/t577-segundo-puerto#11113
Sobre el barco, se abría otro espacio infinito, tachonado de miles de estrellas, algunas opacadas por el brillo de Enki en su fase llena, la menguante Aesir y la silueta oscura de Scathach. Un tejido mágico en el cual perder los ojos, la imaginación y hasta el corazón con un poco de romanticismo. A donde quiera que se mirara no había más que esa línea invisible en la que se unían el mar y el cielo, un azul oscuro y abisal a un negro ficticio cargado de sal y vida.
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Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
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