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Problemas en Rhylia
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Mar de Jaspia :: DUCADO DE ASPHER :: Rhylia :: Lytenberg
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Problemas en Rhylia
Era un día medio triste. Estaba nublado y casi ni se podía apreciar el celeste cielo con la cantidad de gris claro que lo llenaba. Wheatley estaba bastante aburrido, pero por sobretodo cansado, había estado caminando un largo rato. Se mantenía con unas pocas provisiones, unos panes y algo de carne. Nada de agua.
Rhylia parecía más complicada de lo que Ted esperaba, su suerte no venía bien desde que tuvo que luchar contra unos saqueadores que le hicieron un pequeño tajo en la blanca y enorme capa que cubría todas sus armas. El aumento de movimiento por los caminos le hacía sentir un poco más seguro, aunque no tanto las caras que lo miraban. Había algunos pocos guardias, y unos cuantos peregrinos.
-"La orden... Mejor no meterse con estos". Pensó a sus adentros, y tenía razón, la orden no era conocida por su gran bondad, más bien lo era por la falta de esta.
Fueron apareciendo algunos guardias más en el camino, se movían en conjuntos de a cuatro y parecían patrullar las rutas que culminaban en Lytenberg. Wheatley estaba cada vez más cerca.
-¿¡Quién eres?! ¿¡Eres alguna clase de vendedor?!
A Wheatley le impresionó la amabilidad del guardia que cuidaba la enorme entrada a Lytenberg.
-No soy un vendedor, mi buen hombre, pero tengo varios bienes que podrían servir como buena mercancía. De todos modos quiero entrar para ver que trabajos puedo conseguir aquí.
-¡Ja! ¡Trabajos! ¡Debes de estar bromeando!
Otro guardia salió a hacer las segundas voces del primero
-¿De dónde vienes, amigo?
Ted sabía exactamente que contestar, y sabía también que le contestaría el guardia.
-Trinacria, vengo de Trinacria, señor...
-¿Alguien como tú viene de Trinacria? ¡Mírate!
Bingo, las pintas de Wheatley no parecían de un noble de Trinacria, y más sabiendo que venía caminando y no en un lujoso transporte a caballo.
-Realmente vengo de Trinacria, señor...
-Muestra los papeles de tu propiedad entonces.
El guardia estaba siendo protagonista de una experiencia bastante molesta para Ted.
-¿Papeles? ¿Cree que los llevaría conmigo a todos lados?
-Por lo menos para entrar a Lytenberg deberías traerlos contigo.
-Pues... no, no los tengo, la propiedad no era mía...
"Diablos, no debería haber dicho eso, ahora no puedo engañarlos con una ilusión..."
-Si no tienes los papeles vete de aquí amigo, este lugar está pasando por algunos problemas, y sólo aceptamos entrada de nobles, peregrinos, y los que tengan asuntos con la orden. Largo.
Ahora las cosas cambiaron, si realmente se trataba de algún problema, Ted prefería no entrar, al menos por ahora.
-Bien, gracias y adiós.
Mientras se alejaba logró escuchar un "...y encima dice gracias!" y luego algunas risas. Prefería quedar bien a sus propios ojos que a los de unos guardias idiotas.
-En fin... Se sentó sobre el pasto a unos cuantos metros de la entrada, de cara al camino, viendo pasar a toda la gente que también rebotaba de la entrada, y a los que sí pasaban, nobles con enormes trajes que parecían valer un buen dineral, y algunas carretas con muchísimas cosas encima.
-¿Qué haré ahora? Concluyó, esperando que algún cartel cayera del cielo con alguna respuesta salvadora.
El día seguía gris, un poco más que antes.
Cortó un poco de pasto y empezó a hacerlo levitar con la telekinesis, algunos ojeaban y no entendían.
Rhylia parecía más complicada de lo que Ted esperaba, su suerte no venía bien desde que tuvo que luchar contra unos saqueadores que le hicieron un pequeño tajo en la blanca y enorme capa que cubría todas sus armas. El aumento de movimiento por los caminos le hacía sentir un poco más seguro, aunque no tanto las caras que lo miraban. Había algunos pocos guardias, y unos cuantos peregrinos.
-"La orden... Mejor no meterse con estos". Pensó a sus adentros, y tenía razón, la orden no era conocida por su gran bondad, más bien lo era por la falta de esta.
Fueron apareciendo algunos guardias más en el camino, se movían en conjuntos de a cuatro y parecían patrullar las rutas que culminaban en Lytenberg. Wheatley estaba cada vez más cerca.
-¿¡Quién eres?! ¿¡Eres alguna clase de vendedor?!
A Wheatley le impresionó la amabilidad del guardia que cuidaba la enorme entrada a Lytenberg.
-No soy un vendedor, mi buen hombre, pero tengo varios bienes que podrían servir como buena mercancía. De todos modos quiero entrar para ver que trabajos puedo conseguir aquí.
-¡Ja! ¡Trabajos! ¡Debes de estar bromeando!
Otro guardia salió a hacer las segundas voces del primero
-¿De dónde vienes, amigo?
Ted sabía exactamente que contestar, y sabía también que le contestaría el guardia.
-Trinacria, vengo de Trinacria, señor...
-¿Alguien como tú viene de Trinacria? ¡Mírate!
Bingo, las pintas de Wheatley no parecían de un noble de Trinacria, y más sabiendo que venía caminando y no en un lujoso transporte a caballo.
-Realmente vengo de Trinacria, señor...
-Muestra los papeles de tu propiedad entonces.
El guardia estaba siendo protagonista de una experiencia bastante molesta para Ted.
-¿Papeles? ¿Cree que los llevaría conmigo a todos lados?
-Por lo menos para entrar a Lytenberg deberías traerlos contigo.
-Pues... no, no los tengo, la propiedad no era mía...
"Diablos, no debería haber dicho eso, ahora no puedo engañarlos con una ilusión..."
-Si no tienes los papeles vete de aquí amigo, este lugar está pasando por algunos problemas, y sólo aceptamos entrada de nobles, peregrinos, y los que tengan asuntos con la orden. Largo.
Ahora las cosas cambiaron, si realmente se trataba de algún problema, Ted prefería no entrar, al menos por ahora.
-Bien, gracias y adiós.
Mientras se alejaba logró escuchar un "...y encima dice gracias!" y luego algunas risas. Prefería quedar bien a sus propios ojos que a los de unos guardias idiotas.
-En fin... Se sentó sobre el pasto a unos cuantos metros de la entrada, de cara al camino, viendo pasar a toda la gente que también rebotaba de la entrada, y a los que sí pasaban, nobles con enormes trajes que parecían valer un buen dineral, y algunas carretas con muchísimas cosas encima.
-¿Qué haré ahora? Concluyó, esperando que algún cartel cayera del cielo con alguna respuesta salvadora.
El día seguía gris, un poco más que antes.
Cortó un poco de pasto y empezó a hacerlo levitar con la telekinesis, algunos ojeaban y no entendían.
Wheatley Teddy Ted- Cantidad de envíos : 28
Re: Problemas en Rhylia
El viaje no había estado mal, es mas, le había salido realmente barato y no era para presumir, pero Nicholai era un excelente regateador. Él decía que era un don natural y no era del todo cierto, dado que toda la familia Nicholai fue, es y debería seguir siendo, generación tras generación, comerciantes y negociantes expertos. Pero el chico en cuestión realmente no se veía interesando en eso y había decidido escapar de su inmensa mansión y embarcarse en un viaje para recorrer el mundo y recopilar información de todas las maquinarias y aparatos interesantes que viese en su "Diario del inventor".
Había llegado a Rhylia la noche anterior, luego de buscar un poco encontró una taberna, en la cual consiguió un buen descuento y se hospedó allí. No había sido tan terrible, pero había dormido en lugares mejores realmente. Ya al día siguiente, este mismo día, salió con destino a Lytenberg, en un día nublado que no parecía presagiar nada bueno.
En el camino se encontró con toda clase de personas, desde clerigos y peregrinos, hasta nobles en carruajes y comerciantes. Tuvo suerte de evitar a unos asaltantes gracias a los guardias de un carruaje y logró llegar a las puertas de la dichosa Lytenberg.
Luego del largo camino hasta allí, y ya llegando a ellas, un sujeto le llamo la atención, no solo por su extraña vestimente, la cual consistía en una capa con adornos bastante interesantes la cual cubría casi todo su cuerpo y una galera, sino también porque estaba sentado a unos pocos metros de la puerta, haciendo flotar un pedazo de cesped.
- Hey, tu, ¿Cómo haces para mantener en el aire eso? - Comenzó a hablarle mientras se acercaba a él. - ¿Es acaso con un dispositivo extraño? -
El joven viajero se quedó esperando una respuesta del chico de galera mientras se acomodaba la ballesta que estaba colgando en su espalda.
- Y... ¿Qué haces aquí afuera, no te dejaron entrar? - Preguntó luego Nicholai.
Había llegado a Rhylia la noche anterior, luego de buscar un poco encontró una taberna, en la cual consiguió un buen descuento y se hospedó allí. No había sido tan terrible, pero había dormido en lugares mejores realmente. Ya al día siguiente, este mismo día, salió con destino a Lytenberg, en un día nublado que no parecía presagiar nada bueno.
En el camino se encontró con toda clase de personas, desde clerigos y peregrinos, hasta nobles en carruajes y comerciantes. Tuvo suerte de evitar a unos asaltantes gracias a los guardias de un carruaje y logró llegar a las puertas de la dichosa Lytenberg.
Luego del largo camino hasta allí, y ya llegando a ellas, un sujeto le llamo la atención, no solo por su extraña vestimente, la cual consistía en una capa con adornos bastante interesantes la cual cubría casi todo su cuerpo y una galera, sino también porque estaba sentado a unos pocos metros de la puerta, haciendo flotar un pedazo de cesped.
- Hey, tu, ¿Cómo haces para mantener en el aire eso? - Comenzó a hablarle mientras se acercaba a él. - ¿Es acaso con un dispositivo extraño? -
El joven viajero se quedó esperando una respuesta del chico de galera mientras se acomodaba la ballesta que estaba colgando en su espalda.
- Y... ¿Qué haces aquí afuera, no te dejaron entrar? - Preguntó luego Nicholai.
Nicholai Raskólnikov- Cantidad de envíos : 16
Re: Problemas en Rhylia
El joven mago permanecía pensando en lo que haría, ahora que todo lo que había planeado se le había derrumbado. ¿Porqué no pensé en un plan B? pensó para sus adentros, siempre tenía un plan B, pero en este caso no creía que hubiera problemas, y los problemas que consiguió ya escapaban de su posibilidad. Aunque todo esto le sabía muy, muy raro.
Otro muchacho de pelo de rulos se le acercó, Wheatley notó que tenía algunos artilugios colgándole en el cuerpo.
-Hey, tu, ¿Cómo haces para mantener en el aire eso? ¿Es acaso con un dispositivo extraño?
-¿Dispositivo? ¡Oh! No, no. Es magia, soy telequinetico.
Wheatley soltó el pasto que mantenía flotando frente a sí, notó que el muchacho extraño no dejaba de mirarlo, ¿o analizarlo quizá?
El joven se acomodó el gran artilugio que mantenía en su espalda y volvió a hablar.
- Y... ¿Qué haces aquí afuera, no te dejaron entrar?
-No... sólo dejan entrar a nobles y peregrinos... Me dijeron que había problemas en la ciudad, supongo yo que se trata de la Orden, sería lo más lógico...
¿Qué son esas cosas que llevas ahí?
Otro muchacho de pelo de rulos se le acercó, Wheatley notó que tenía algunos artilugios colgándole en el cuerpo.
-Hey, tu, ¿Cómo haces para mantener en el aire eso? ¿Es acaso con un dispositivo extraño?
-¿Dispositivo? ¡Oh! No, no. Es magia, soy telequinetico.
Wheatley soltó el pasto que mantenía flotando frente a sí, notó que el muchacho extraño no dejaba de mirarlo, ¿o analizarlo quizá?
El joven se acomodó el gran artilugio que mantenía en su espalda y volvió a hablar.
- Y... ¿Qué haces aquí afuera, no te dejaron entrar?
-No... sólo dejan entrar a nobles y peregrinos... Me dijeron que había problemas en la ciudad, supongo yo que se trata de la Orden, sería lo más lógico...
¿Qué son esas cosas que llevas ahí?
Wheatley Teddy Ted- Cantidad de envíos : 28
Re: Problemas en Rhylia
- ¿Dispositivo? ¡Oh! No, no. Es magia, soy telequinetico. - Contestó el chico de la galera, ocnfirmando las conclusiones que Nicholai había comenzado a hacer mientras lo observaba desde un principio.
- No... sólo dejan entrar a nobles y peregrinos... Me dijeron que había problemas en la ciudad, supongo yo que se trata de la Orden, sería lo más lógico... - Comenzó a decir el psiquico. Nicholai comenzaba a preguntarse quienes eran exactamente estos individuos. Había oido que eran algo así como fanaticos de una diosa llamada la Dama.
- ¿Qué son esas cosas que llevas ahí? - Preguntó luego el joven de la capa, haciendo que Nicholai deje translucir una media sonrisa.
- Estos artilugios que llevo aquí son inventos míos. - Contesto Nicholai - Estas son ballestas portatiles las cuales, aún siendo pequeñas son bastante mortiferas. - Dijo señalando las dos ballestas que tenía enfundadas. - Y este es mi invento favorito y el cual me entretuvo mas. - Dijo luego, señalando la ballesta colganda en su espalda. - Esta es una ballesta automatica. Es mucho mas rapida que una ballesta normal.
El inventor esperó la respuesta de Wheatley y luego se percató que aún no sabía su nombre.
- Mi nombre es Nicholai ¿Cuál habíais dicho que era el suyo? - Preguntó con algo de curiosidad.
FDI: Mi gato se subio al teclado y escribió esta intrigante frase: "ok`+ op .0 "
- No... sólo dejan entrar a nobles y peregrinos... Me dijeron que había problemas en la ciudad, supongo yo que se trata de la Orden, sería lo más lógico... - Comenzó a decir el psiquico. Nicholai comenzaba a preguntarse quienes eran exactamente estos individuos. Había oido que eran algo así como fanaticos de una diosa llamada la Dama.
- ¿Qué son esas cosas que llevas ahí? - Preguntó luego el joven de la capa, haciendo que Nicholai deje translucir una media sonrisa.
- Estos artilugios que llevo aquí son inventos míos. - Contesto Nicholai - Estas son ballestas portatiles las cuales, aún siendo pequeñas son bastante mortiferas. - Dijo señalando las dos ballestas que tenía enfundadas. - Y este es mi invento favorito y el cual me entretuvo mas. - Dijo luego, señalando la ballesta colganda en su espalda. - Esta es una ballesta automatica. Es mucho mas rapida que una ballesta normal.
El inventor esperó la respuesta de Wheatley y luego se percató que aún no sabía su nombre.
- Mi nombre es Nicholai ¿Cuál habíais dicho que era el suyo? - Preguntó con algo de curiosidad.
FDI: Mi gato se subio al teclado y escribió esta intrigante frase: "ok`+ op .0 "
Nicholai Raskólnikov- Cantidad de envíos : 16
Re: Problemas en Rhylia
-No lo dije, mi nombre es Wheatley.
Wheatley lo observó con un rápido pensamiento en la frente, el muchacho parecía una clase de vendedor, tenía una viveza que se notaba sólo con verlo.
¿Esos instrumentos los había diseñado él? ¿Será eso realmente cierto? Pues si lo era, significaba que tenía Ted delante suyo a alguien bastante capaz en la maquinaria.
Wheatley recordó su viejo libro, aquel con el que aprendió magia. Para él la magia lo había sido todo, y nunca se fijó a fondo lo que otras mentes eran capaces de generar.
-¿Tú los diseñaste? ¡Te felicito entonces! Y sí, realmente tienen pinta de mortíferos...
Con que ballestas, era la primera vez que Wheatley veía tal cosa en "carne y hueso" y no en libros. Su padre tenía una gran cantidad de libros de armas, pero los abría muy de vez en cuando.
-Yo me manejo sólo con magia, y lamentablemente no me servirá de mucho en esta ocasión... supongo que me perderé los paisajes de Lytenberg...
-Y tú, inventor. Has dicho que te llamabas Nicholai ¿Verdad?
¿Qué haces aquí en Rhylia?
Abrió Wheatley para comenzar a escuchar al muchacho de rulos.
Wheatley lo observó con un rápido pensamiento en la frente, el muchacho parecía una clase de vendedor, tenía una viveza que se notaba sólo con verlo.
¿Esos instrumentos los había diseñado él? ¿Será eso realmente cierto? Pues si lo era, significaba que tenía Ted delante suyo a alguien bastante capaz en la maquinaria.
Wheatley recordó su viejo libro, aquel con el que aprendió magia. Para él la magia lo había sido todo, y nunca se fijó a fondo lo que otras mentes eran capaces de generar.
-¿Tú los diseñaste? ¡Te felicito entonces! Y sí, realmente tienen pinta de mortíferos...
Con que ballestas, era la primera vez que Wheatley veía tal cosa en "carne y hueso" y no en libros. Su padre tenía una gran cantidad de libros de armas, pero los abría muy de vez en cuando.
-Yo me manejo sólo con magia, y lamentablemente no me servirá de mucho en esta ocasión... supongo que me perderé los paisajes de Lytenberg...
-Y tú, inventor. Has dicho que te llamabas Nicholai ¿Verdad?
¿Qué haces aquí en Rhylia?
Abrió Wheatley para comenzar a escuchar al muchacho de rulos.
Wheatley Teddy Ted- Cantidad de envíos : 28
Re: Problemas en Rhylia
- Así que te llamas Wheatley... un nombre bastante particular, pero me parece bien. - Le contestó Nicholai cuando el joven de galera se presentó.
Éste, luego, le felicitó por sus inventos, lo cual hizo que en el rostro del chico de rulos se dibuje una especie de sonrisa, la sonrisa que se forma cuando uno se siente orgulloso de un trabajo bien hecho.
- Yo me manejo sólo con magia, y lamentablemente no me servirá de mucho en esta ocasión... supongo que me perderé los paisajes de Lytenberg... - Dijo Wheatley. Parecía bastante triste por eso.
- No tiene porque ser así, mi amigo Wheatley. Hay muchas entradas para ingresar a una ciudad... no creo que todas estén custodiadas. - Dijo Nicholai, que cuando estaba finalizando su frase comenzó le hizo una sonrisa de complicidad a el telequinético.
- Y tú, inventor. Has dicho que te llamabas Nicholai ¿Verdad? - Comenzó a hablar Wheatley. - ¿Qué haces aquí en Rhylia? -
- Lo mismo que tú, mago Wheatley. Quiero ver los paisajes de Lytenberg y, bueno, los diferentes artefacto interesantes que deben haber allí. - Respondió Nicholai mientras miraba a la entrada de la ciudad y luego al chico de galera. - Busquemos una entrada, seguro que nos podremos colar por el alcantarillado. - Finalizó Nicholai, mientras tendía su mano a Wheatley para ayudarlo a levantarse.
Éste, luego, le felicitó por sus inventos, lo cual hizo que en el rostro del chico de rulos se dibuje una especie de sonrisa, la sonrisa que se forma cuando uno se siente orgulloso de un trabajo bien hecho.
- Yo me manejo sólo con magia, y lamentablemente no me servirá de mucho en esta ocasión... supongo que me perderé los paisajes de Lytenberg... - Dijo Wheatley. Parecía bastante triste por eso.
- No tiene porque ser así, mi amigo Wheatley. Hay muchas entradas para ingresar a una ciudad... no creo que todas estén custodiadas. - Dijo Nicholai, que cuando estaba finalizando su frase comenzó le hizo una sonrisa de complicidad a el telequinético.
- Y tú, inventor. Has dicho que te llamabas Nicholai ¿Verdad? - Comenzó a hablar Wheatley. - ¿Qué haces aquí en Rhylia? -
- Lo mismo que tú, mago Wheatley. Quiero ver los paisajes de Lytenberg y, bueno, los diferentes artefacto interesantes que deben haber allí. - Respondió Nicholai mientras miraba a la entrada de la ciudad y luego al chico de galera. - Busquemos una entrada, seguro que nos podremos colar por el alcantarillado. - Finalizó Nicholai, mientras tendía su mano a Wheatley para ayudarlo a levantarse.
Nicholai Raskólnikov- Cantidad de envíos : 16
Re: Problemas en Rhylia
La voz del Nicho se le hizo muy intrigante a Wheatley, sobretodo cuando resaltó que eran varias entradas las que abrazaban a una ciudad como Lytenberg.
-Busquemos una entrada, seguro que nos podremos colar por el alcantarillado.
El mago supo instantáneamente de qué iba la voz picarona del inventor, ¡Éste muchacho hablaba en serio! A Wheatley se le hizo casi imposible rechazar tal oferta, amaba los suspensos que ofrecían ese tipo de "operaciones", ¡¿Cómo podría negarse a entrar a una ciudad y no ser descubiertos?!
-Es la primera vez que tomo a unos alcantarillados como un lugar tan ocurrente, ¡Vayamos entonces!
Wheatley no era estúpido, si el inventor se trataba realmente de un bandido, no tendría ninguna posibilidad contra esas ballestas, pero algo le decía que podía confiar, algo en el rostro del joven inventor.
Puso a mano, a escondidas, un pequeño cuchillo, por si realmente las alcantarillas iban a ser el último lugar donde vería sus pertenencias, o el último lugar que visitaría...
"Más allá de todo, casi no cuento con bienes, más que mis alimentos...", pero su vida costaba más que esos alimentos, aunque no era así para los guardias de Lytenberg, así que suprimió sus ideas de peligro e intentó pasar un buen momento.
El inventor prometía, de alguna forma, una tarde entretenida.
Tomó la mano de Nicholay y se levantó del pasto, que ya había dejado de flotar, para tristeza de algunos pasajeros curiosos.
-¿Por donde empezamos, Nicholay?
-Busquemos una entrada, seguro que nos podremos colar por el alcantarillado.
El mago supo instantáneamente de qué iba la voz picarona del inventor, ¡Éste muchacho hablaba en serio! A Wheatley se le hizo casi imposible rechazar tal oferta, amaba los suspensos que ofrecían ese tipo de "operaciones", ¡¿Cómo podría negarse a entrar a una ciudad y no ser descubiertos?!
-Es la primera vez que tomo a unos alcantarillados como un lugar tan ocurrente, ¡Vayamos entonces!
Wheatley no era estúpido, si el inventor se trataba realmente de un bandido, no tendría ninguna posibilidad contra esas ballestas, pero algo le decía que podía confiar, algo en el rostro del joven inventor.
Puso a mano, a escondidas, un pequeño cuchillo, por si realmente las alcantarillas iban a ser el último lugar donde vería sus pertenencias, o el último lugar que visitaría...
"Más allá de todo, casi no cuento con bienes, más que mis alimentos...", pero su vida costaba más que esos alimentos, aunque no era así para los guardias de Lytenberg, así que suprimió sus ideas de peligro e intentó pasar un buen momento.
El inventor prometía, de alguna forma, una tarde entretenida.
Tomó la mano de Nicholay y se levantó del pasto, que ya había dejado de flotar, para tristeza de algunos pasajeros curiosos.
-¿Por donde empezamos, Nicholay?
Wheatley Teddy Ted- Cantidad de envíos : 28
Re: Problemas en Rhylia
Nicholai sonrió complacido al oir a Wheatley aceptar su propuesta y comenzó a contarle su plan, creía haber necontrado el sujeto perfecto para ayudarlo a entrar.
- Lo que haremos será lo siguiente. En Lytenberg hay algunas entradas a la alcantarilla en algunos sectores facilitando así el saneammiento de estas. Cada mucho tiempo algún responsable revisa las alcantarillas, para ver si todo funciona correctamente, debería ser facil notar su presencia antes que nos escuche a nosotros.
Para entrar a la alcantarilla necesitaríamos acceder por alguna de las salidas que tiene al mar, las cuales estan custodiades por grupos de guardias. No debería ser dificil de distraerlos y es ahí donde entra tu "don especial", seguro que algo se te ocurrirá para alejarlos y poder entrar si nque nos detecten, lo que menos queremos es muertes que nos pongan en peligro, ¿No?. -
El inventor se quedó expectante, esperando la respuesta de Wheatley y no pudo evitar decir - ¿Qué te parece? Es un plan sencillo, rápido y práctico. - para luego sonreir.
Nicholai ya quería entrar, quería ver las tecnologías de allí, seguro que eran asombrosas o por lo menos interesantes. Esperó la respuesta del mago mientras se acomodaba la correa que sujetaba su Ballesta-Automática.
- Deberíamos bajar nuevamente, siguiendo este otro camino y llegaríamos a una de las entradas a la alcantarilla. - Dijo Nicho mientras comenzaba a transitar ya por el camino. El joven de rulos repasaba mentalmente su plan, no era muy complicado y aún así algo riesgoso si los descubrían. Deberían evitar ser vistos a toda costa, lo cual no era muy complicado dentro de las alcantarillas... pero tal vez distraer a los guardias sería su mayor problema.
Luego de un descenso el sendero desembocó en una de las salidas de la alcantarilla, con dos guardias parados, hablando de alguna cosa. Nicho le hizo una señar a Wheatley para que también se escondiece en los arbustos como él y le dijo por lo bajo "Es tu turno de brillar".
FDI: Para poder diferenciar mejor nuestros textos, cambio el color de los de Nicholai. ¡Buena suerte en la tarea de distraér a esos dos guardias!
- Lo que haremos será lo siguiente. En Lytenberg hay algunas entradas a la alcantarilla en algunos sectores facilitando así el saneammiento de estas. Cada mucho tiempo algún responsable revisa las alcantarillas, para ver si todo funciona correctamente, debería ser facil notar su presencia antes que nos escuche a nosotros.
Para entrar a la alcantarilla necesitaríamos acceder por alguna de las salidas que tiene al mar, las cuales estan custodiades por grupos de guardias. No debería ser dificil de distraerlos y es ahí donde entra tu "don especial", seguro que algo se te ocurrirá para alejarlos y poder entrar si nque nos detecten, lo que menos queremos es muertes que nos pongan en peligro, ¿No?. -
El inventor se quedó expectante, esperando la respuesta de Wheatley y no pudo evitar decir - ¿Qué te parece? Es un plan sencillo, rápido y práctico. - para luego sonreir.
Nicholai ya quería entrar, quería ver las tecnologías de allí, seguro que eran asombrosas o por lo menos interesantes. Esperó la respuesta del mago mientras se acomodaba la correa que sujetaba su Ballesta-Automática.
- Deberíamos bajar nuevamente, siguiendo este otro camino y llegaríamos a una de las entradas a la alcantarilla. - Dijo Nicho mientras comenzaba a transitar ya por el camino. El joven de rulos repasaba mentalmente su plan, no era muy complicado y aún así algo riesgoso si los descubrían. Deberían evitar ser vistos a toda costa, lo cual no era muy complicado dentro de las alcantarillas... pero tal vez distraer a los guardias sería su mayor problema.
Luego de un descenso el sendero desembocó en una de las salidas de la alcantarilla, con dos guardias parados, hablando de alguna cosa. Nicho le hizo una señar a Wheatley para que también se escondiece en los arbustos como él y le dijo por lo bajo "Es tu turno de brillar".
FDI: Para poder diferenciar mejor nuestros textos, cambio el color de los de Nicholai. ¡Buena suerte en la tarea de distraér a esos dos guardias!
Nicholai Raskólnikov- Cantidad de envíos : 16
Re: Problemas en Rhylia
-Bien, es un buen plan, ¿Cómo es que sabes tanto sobre Lytenberg? Debería haber estudiado los panoramas antes de venir, aunque no contaba con lo que me ocurrió en la entrada.
Wheatley no pudo evitar notar que el tajo que había conseguido casi al llegar a Lytenberg con los saqueadores estaba creciendo lentamente. Se lamentó un poco pero tuvo que aceptarlo, no podría cambiar de ropa en varios días si realmente no conseguía algo sin pagar, su dinero se equiparaba al de los pobres de Lytenberg, por supuesto, él no sabía eso, pero fue esa una de las razones principales por la que no le dejaron pasar...
Wheatley tenia las pintas de un mendigo.
Retomando a su charla con Nicholay
-Si el grupo de guardias es pequeño, no tendré problemas, hubiera intentado algo antes, pero frente a tanta gente y en la mismísima entrada principal de la ciudad, la verdad no era un hecho muy conveniente... Te sigo entonces, Nicho...
Ambos comenzaron a caminar, Wheatley seguía a Nicho con gran curiosidad, el joven de rulos parecía conocer cada camino de Lytenberg. ¿Había estudiado los lares de los alrededores? ¿O realmente era un bandido y conocía ya su lugar de cacería?
Wheatley empezó a dudar. Finalmente llegaron a lo que suponía una entrada de alcantarillado. Más allá de estar en tan curioso lugar, la saliente al mar se veía hermosa, y las aguas, sucias y algo más verdes de lo habitual, denotaban que más allá de la contaminación, Rhylia poseía hermosos paisajes marinos, aún en un día tan gris como ese.
Efectivamente, los guardias que custodiaban la entrada eran tan sólo dos, Nicho le dio las palabras iniciales a Wheatley para que este empezara a operar, así que el mago tomó una roca algo liviana.
-Mira esto:
Dicho esto, Wheatley tiró la roca hacia los guardias, que se encontraban a unos pocos metros. Segundos antes de concluir en la cabeza del guardia más cercano, la roca tomó otra dirección, parecía tener vida propia. Realizó una extraña curva por encima del sombrero del guardia, y arremetió con fuerza contra el pecho de este.
El guardia se exaltó, alguien le había tirado una roca, pero frente a sí había agua.
El otro guardia también lo miraba extrañado.
Wheatley repitió el proceso con otras rocas más pequeñas, de modo que los guardias no lograban ver la trayectoria de la roca.
Ahora ambos guardias eran apaleados desde frente, y ninguno entendía que pasaba.
Wheatley ahora tiró una roca al agua, pero antes de que llegara a la superficie, hizo que bajara de velocidad, y al caer, la roca generó unas pequeñas ondas.
"¡HE VISTO ALGO MOVERSE EN EL AGUA! ¡MALDITOS CRÍOS!"
Wheatley rió, siempre eran niños los culpables.
Los guardias corrieron hacia el agua, mojando sus botas.
-"Vamos!"
Wheatley no pudo evitar notar que el tajo que había conseguido casi al llegar a Lytenberg con los saqueadores estaba creciendo lentamente. Se lamentó un poco pero tuvo que aceptarlo, no podría cambiar de ropa en varios días si realmente no conseguía algo sin pagar, su dinero se equiparaba al de los pobres de Lytenberg, por supuesto, él no sabía eso, pero fue esa una de las razones principales por la que no le dejaron pasar...
Wheatley tenia las pintas de un mendigo.
Retomando a su charla con Nicholay
-Si el grupo de guardias es pequeño, no tendré problemas, hubiera intentado algo antes, pero frente a tanta gente y en la mismísima entrada principal de la ciudad, la verdad no era un hecho muy conveniente... Te sigo entonces, Nicho...
Ambos comenzaron a caminar, Wheatley seguía a Nicho con gran curiosidad, el joven de rulos parecía conocer cada camino de Lytenberg. ¿Había estudiado los lares de los alrededores? ¿O realmente era un bandido y conocía ya su lugar de cacería?
Wheatley empezó a dudar. Finalmente llegaron a lo que suponía una entrada de alcantarillado. Más allá de estar en tan curioso lugar, la saliente al mar se veía hermosa, y las aguas, sucias y algo más verdes de lo habitual, denotaban que más allá de la contaminación, Rhylia poseía hermosos paisajes marinos, aún en un día tan gris como ese.
Efectivamente, los guardias que custodiaban la entrada eran tan sólo dos, Nicho le dio las palabras iniciales a Wheatley para que este empezara a operar, así que el mago tomó una roca algo liviana.
-Mira esto:
Dicho esto, Wheatley tiró la roca hacia los guardias, que se encontraban a unos pocos metros. Segundos antes de concluir en la cabeza del guardia más cercano, la roca tomó otra dirección, parecía tener vida propia. Realizó una extraña curva por encima del sombrero del guardia, y arremetió con fuerza contra el pecho de este.
El guardia se exaltó, alguien le había tirado una roca, pero frente a sí había agua.
El otro guardia también lo miraba extrañado.
Wheatley repitió el proceso con otras rocas más pequeñas, de modo que los guardias no lograban ver la trayectoria de la roca.
Ahora ambos guardias eran apaleados desde frente, y ninguno entendía que pasaba.
Wheatley ahora tiró una roca al agua, pero antes de que llegara a la superficie, hizo que bajara de velocidad, y al caer, la roca generó unas pequeñas ondas.
"¡HE VISTO ALGO MOVERSE EN EL AGUA! ¡MALDITOS CRÍOS!"
Wheatley rió, siempre eran niños los culpables.
Los guardias corrieron hacia el agua, mojando sus botas.
-"Vamos!"
Wheatley Teddy Ted- Cantidad de envíos : 28
Re: Problemas en Rhylia
- Muy impresionante. - Dijo Nicholai por lo bajo, mientras Wheatley hacia su trabajo. En cuanto el mago le dio la señal, los dos corrieron sigilosamente y se metieron dentro del alcantarillado por aquella salida.
El alcantarillado de Lytenberg era tan impresionante como había oído, el pasillo central tenía por lo menos 4 metros y medio de altura y 7 de ancho, las paredes eran grisáceas y completamente lisas y los pasillos tenían pegados a la pared sectores de piso mas elevados donde se podía caminar. En el medio iba las aguas residuales hasta desembocar a la salida de allí. En este se conectaban varios pasillos algo mas angostos en los que cabrían 3 personas posiblemente.
El lugar estaba bastante oscuro, y muy ocasionalmente había una antorcha colocada en la pared. El chico de rulos caminaba delante, guiando a Wheatley por aquellos pasadizos con una media sonrisa. Si, le gustaba esa sensación extraña de adrenalina, de que pudiesen descubrirlos en cualquier momento.
Luego de un rato de caminar, los jóvenes oyeron un ruido de pasos. "No puede ser, ¿Alguien dentro del alcantarillado? ¿Por qué? Aún no es momento del mantenimiento..."
Nicholai tomó a Wheatley del hombro y le indicó ponerse detrás de una especie de columna empotrada en la pared, si los veían, todo acabaría realmente mal.
El alcantarillado de Lytenberg era tan impresionante como había oído, el pasillo central tenía por lo menos 4 metros y medio de altura y 7 de ancho, las paredes eran grisáceas y completamente lisas y los pasillos tenían pegados a la pared sectores de piso mas elevados donde se podía caminar. En el medio iba las aguas residuales hasta desembocar a la salida de allí. En este se conectaban varios pasillos algo mas angostos en los que cabrían 3 personas posiblemente.
El lugar estaba bastante oscuro, y muy ocasionalmente había una antorcha colocada en la pared. El chico de rulos caminaba delante, guiando a Wheatley por aquellos pasadizos con una media sonrisa. Si, le gustaba esa sensación extraña de adrenalina, de que pudiesen descubrirlos en cualquier momento.
Luego de un rato de caminar, los jóvenes oyeron un ruido de pasos. "No puede ser, ¿Alguien dentro del alcantarillado? ¿Por qué? Aún no es momento del mantenimiento..."
Nicholai tomó a Wheatley del hombro y le indicó ponerse detrás de una especie de columna empotrada en la pared, si los veían, todo acabaría realmente mal.
Nicholai Raskólnikov- Cantidad de envíos : 16
Re: Problemas en Rhylia
La oscuridad acariciaba las paredes de tan grande construcción, y las pocas antorchas proyectaban grandes sombras en los dos muchachos. La realidad era que Wheatley tenía un deseo pasajero que suprimía fuertemente sus otras pretenciones: quería conocer más a fondo ese lugar tan misterioso.
-Me lo imaginaba un poco más.... ¿ hediondo? A decir verdad, la calidad de vida de un lugar con este tipo de alcantarillas no puede ser muy mala...
El mago seguía al inventor, no había olvidado que podía estar en peligro de un ataque de bandidos, pero algo le decía que siguiera, después de todo, ésa sería su única manera de entrar en la ciudad.
Pero... ¿Realmente iba a poder entrar? ¿Con qué se encontraría en la salida? Quizá la mayor proeza constaría en no ser vistos al llegar a un plano principal en las alcantarillas, o quizá no, quizá sería muchísimo mas fácil que entrar, ¿Para qué iba a querer alguien salir de la ciudad por las alcantarillas?
Todo esto y más comenzaba a preguntarse Wheatley mientras caminaba, lo que hacía no disfrutar de lo que, por más que se tratase de un alcantarillado, podía ser muy curioso para alguien que no está acostumbrado a vivir en un ámbito de tanta riqueza.
Nicholay sí parecía contemplar maravillado el panorama, se notaba en su forma de caminar, algo calmada, pero insistente en seguir. Se notaba fascinado ante el invento del hombre, era un inventor después de todo, y su ojo miraba más allá de la superficie, miraba el trabajo arquitectónico que dicho lugar habrá requerido, el tiempo y sudor que hombres con mano de oro habrán gastado para realizar tal hazaña. A Wheatley le tranquilizaba saber que Nicholay estaba contemplando con tanto detalle sus alrededores, le hacía darse cuenta que no se trataba de alguien que ya conoce por rutina su recorrido, le hacia reconocer que había mayor posibilidad en que lo que frente a sí estaba, no era más que un compañero que pretendía ayudarlo a entrar en la ciudad.
Pero estas eran suposiciones, y Wheatley no bajaría la guardia por él, ni por nada en esas alcantarillas.
Casualmente algo hizo note de presencia al escucharse unos pasos, el mago y su compañero se pusieron atentos. Nicho dijo algo sobre el mantenimiento, al parecer conocía los horarios, ¿pero cómo?
Lo que realmente importaba ahora era esconderse frente a esos pasos, que cada vez se hacían oír más.
Los dos se escondieron detrás de una esquina sumisa en oscuridad, en el fondo se notaban 3 personas acercandose a ellos, pero sólo una de ellas tenía uniforme, las otras vestían una especie de túnica negra con detalles dorados en la parte de abajo, y una insignia en el pecho. Wheatley no llegaba a verla.
Los dos hombres que acompañaban al guardia tenían un acento presuntuoso. Casi se lograba oír lo que decían, pero sus palabras tenían muy poco dejo de claridad:
"...estarán acabados para dentro de dos meses, mañana se concluirán los asuntos con la alta inquisidora..."
-Me lo imaginaba un poco más.... ¿ hediondo? A decir verdad, la calidad de vida de un lugar con este tipo de alcantarillas no puede ser muy mala...
El mago seguía al inventor, no había olvidado que podía estar en peligro de un ataque de bandidos, pero algo le decía que siguiera, después de todo, ésa sería su única manera de entrar en la ciudad.
Pero... ¿Realmente iba a poder entrar? ¿Con qué se encontraría en la salida? Quizá la mayor proeza constaría en no ser vistos al llegar a un plano principal en las alcantarillas, o quizá no, quizá sería muchísimo mas fácil que entrar, ¿Para qué iba a querer alguien salir de la ciudad por las alcantarillas?
Todo esto y más comenzaba a preguntarse Wheatley mientras caminaba, lo que hacía no disfrutar de lo que, por más que se tratase de un alcantarillado, podía ser muy curioso para alguien que no está acostumbrado a vivir en un ámbito de tanta riqueza.
Nicholay sí parecía contemplar maravillado el panorama, se notaba en su forma de caminar, algo calmada, pero insistente en seguir. Se notaba fascinado ante el invento del hombre, era un inventor después de todo, y su ojo miraba más allá de la superficie, miraba el trabajo arquitectónico que dicho lugar habrá requerido, el tiempo y sudor que hombres con mano de oro habrán gastado para realizar tal hazaña. A Wheatley le tranquilizaba saber que Nicholay estaba contemplando con tanto detalle sus alrededores, le hacía darse cuenta que no se trataba de alguien que ya conoce por rutina su recorrido, le hacia reconocer que había mayor posibilidad en que lo que frente a sí estaba, no era más que un compañero que pretendía ayudarlo a entrar en la ciudad.
Pero estas eran suposiciones, y Wheatley no bajaría la guardia por él, ni por nada en esas alcantarillas.
Casualmente algo hizo note de presencia al escucharse unos pasos, el mago y su compañero se pusieron atentos. Nicho dijo algo sobre el mantenimiento, al parecer conocía los horarios, ¿pero cómo?
Lo que realmente importaba ahora era esconderse frente a esos pasos, que cada vez se hacían oír más.
Los dos se escondieron detrás de una esquina sumisa en oscuridad, en el fondo se notaban 3 personas acercandose a ellos, pero sólo una de ellas tenía uniforme, las otras vestían una especie de túnica negra con detalles dorados en la parte de abajo, y una insignia en el pecho. Wheatley no llegaba a verla.
Los dos hombres que acompañaban al guardia tenían un acento presuntuoso. Casi se lograba oír lo que decían, pero sus palabras tenían muy poco dejo de claridad:
"...estarán acabados para dentro de dos meses, mañana se concluirán los asuntos con la alta inquisidora..."
Wheatley Teddy Ted- Cantidad de envíos : 28
Re: Problemas en Rhylia
Un guardia y dos encapuchados misteriosos estaban caminando por las alcantarillas, o eso era lo que llegaba a ver Nicholai. Lo poco que logró escuchar antes de que se alejaran lo intrigó aún mas. ¿Acabar los asuntos de la Alta Inquisidora? ¿De qué estaban hablando? Y aún mas intrigante, ¿Por qué estaban saliendo por las alcantarillas?
Estas y muchas mas preguntas se hacía Nicho, mientras sacaba conclusiones tales como "Estarán planeando una conspiración, salieron y probablemente entraron por las alcantarillas para no ser censados en el registro de la entrada y no tener problemas."
- Nos encontraremos en la torre de la plaza principal... allí donde preparaste todo e iremos... por el techo hasta colarnos en el palacio. El cambio de guardia deberás... retrasarlo como planeamos y... - En un momento Nicholai creyó que solo uno de los encapuchados estaba hablando, pero luego se dio cuenta que tenían una voz casi idéntica, pero estaban hablando uno despues del otro, completando sus frases entre si. Nicho no supo si fue él o Wheatley pero alguno de los dos hizo ruido y los alertó. - vayámonos de aquí... este lugar nos trae desconfianza. -
Los encapuchados y el guardia comenzaron a retirarse mientras Nicholai yacía aún inmóvil contra la pared, preguntándose que es lo que había visto.
Estas y muchas mas preguntas se hacía Nicho, mientras sacaba conclusiones tales como "Estarán planeando una conspiración, salieron y probablemente entraron por las alcantarillas para no ser censados en el registro de la entrada y no tener problemas."
- Nos encontraremos en la torre de la plaza principal... allí donde preparaste todo e iremos... por el techo hasta colarnos en el palacio. El cambio de guardia deberás... retrasarlo como planeamos y... - En un momento Nicholai creyó que solo uno de los encapuchados estaba hablando, pero luego se dio cuenta que tenían una voz casi idéntica, pero estaban hablando uno despues del otro, completando sus frases entre si. Nicho no supo si fue él o Wheatley pero alguno de los dos hizo ruido y los alertó. - vayámonos de aquí... este lugar nos trae desconfianza. -
Los encapuchados y el guardia comenzaron a retirarse mientras Nicholai yacía aún inmóvil contra la pared, preguntándose que es lo que había visto.
Nicholai Raskólnikov- Cantidad de envíos : 16
Re: Problemas en Rhylia
-<<¡Cielos!>>
Wheatley se había exaltado.
El ruido alertó no sólo a los 3 sujetos misteriosos, también él y Nicho se habían comprometido a no escuchar nada más que la conversación.
A Wheatley le llamó la atención la forma curiosa en la que hablaban los dos tipos que acompañaban al guardia, como uniéndose entre sí en el dialogo.
Se lograron hacer escuchar algunas últimas palabras, luego los dos encapuchados se alejaron junto al guardia, acompañándolo a una supuesta salida.
-Inventor, ¿no es todo esto un tanto extraño? Sigamos sus pasos para ver dónde terminamos.
Con mucha sutileza, los dos comenzaron a seguir a los 3 personajes. Iban a una distancia lo bastante grande como para perderles el rastro, pero los pasos iban quedándose en el camino, como si alguien lustrara el suelo con una esponja enjabonada.
El lugar comenzaba a presentarse más asqueroso, y para sorpresa de Wheatley, más oscuro.
-Si este es el camino a la salida, pues deben ser alcantarillas muy extensas, ya que parece que lo único que hacemos es meternos más adentro en vez de salir.
Caminaron por 15 minutos, más o menos, y comenzaron a ver algo de luz. Los pasos comenzaron a desaparecer, el lugar ya estaba mucho mas limpio. El problema era ahora que si bien se lograba oír la salida, el ruido ambiente, los caminos creaban bifurcaciones y el alcantarillado era ahora una especie de laberinto.
-Nicho, ¿Tienes acaso alguna idea de cómo salir de aquí?
Wheatley se había exaltado.
El ruido alertó no sólo a los 3 sujetos misteriosos, también él y Nicho se habían comprometido a no escuchar nada más que la conversación.
A Wheatley le llamó la atención la forma curiosa en la que hablaban los dos tipos que acompañaban al guardia, como uniéndose entre sí en el dialogo.
Se lograron hacer escuchar algunas últimas palabras, luego los dos encapuchados se alejaron junto al guardia, acompañándolo a una supuesta salida.
-Inventor, ¿no es todo esto un tanto extraño? Sigamos sus pasos para ver dónde terminamos.
Con mucha sutileza, los dos comenzaron a seguir a los 3 personajes. Iban a una distancia lo bastante grande como para perderles el rastro, pero los pasos iban quedándose en el camino, como si alguien lustrara el suelo con una esponja enjabonada.
El lugar comenzaba a presentarse más asqueroso, y para sorpresa de Wheatley, más oscuro.
-Si este es el camino a la salida, pues deben ser alcantarillas muy extensas, ya que parece que lo único que hacemos es meternos más adentro en vez de salir.
Caminaron por 15 minutos, más o menos, y comenzaron a ver algo de luz. Los pasos comenzaron a desaparecer, el lugar ya estaba mucho mas limpio. El problema era ahora que si bien se lograba oír la salida, el ruido ambiente, los caminos creaban bifurcaciones y el alcantarillado era ahora una especie de laberinto.
-Nicho, ¿Tienes acaso alguna idea de cómo salir de aquí?
Wheatley Teddy Ted- Cantidad de envíos : 28
Re: Problemas en Rhylia
Nicholai asintió a Wheatley y siguieron a aquel sospechoso trío, adentrandose mas y mas a las alcantarillas.
"Que extraño, juraría que iban a salir, pero se están adentrando en la ciudad..." pensó Nicholai mientras repasaba mentalmente los planos de las alcantarillas.
La alcantarilla comenzaba a verse mas iluminadas, y no era por las antorchas, sino gracias a algunas rejillas de las calles. Definitivamente estaban entrando y por fortuna de Nicholai, justo donde él quería.
No pudo evitar una media sonrisa, tal vez podrían haber perdido a aquellos tipos raros, pero habían sido conducidos justo donde el inventor había pensado.
- Interesante, parece ser que están bien informados. La bifurcación de la derecha lleva justamente a una salida en un callejón muy poco vigilado. - Nicholai se detiene, sabe que Wheatley debe estar asombrado y saborea el momento, para luego continuar. - En los planos luego de la remodelación de la alcantarilla hace muchos años, por un error no figura. ¿Qué conveniente no? -
La cabeza de Nicholai comenzaba a trabajar otra vez. ¿Un ataque terrorista tal vez planeado hace ya varios años? ¿Una conspiración interna para destruir a la Orden? Realmente interesante. No podría haber un descuido tan grande
El chico de cabellos enrulados comenzó a caminar tranquilamente hacia aquella bifurcación que no debería existir y siguió el camino de la derecha, hasta llegar a la tapa de salida que termina en aquel callejón.
- ¿Quieres hacer los honores o subo yo primero? - Pregunta mientras hace una especie de reverencia exagerada con una sonrisa petulante.
"Que extraño, juraría que iban a salir, pero se están adentrando en la ciudad..." pensó Nicholai mientras repasaba mentalmente los planos de las alcantarillas.
La alcantarilla comenzaba a verse mas iluminadas, y no era por las antorchas, sino gracias a algunas rejillas de las calles. Definitivamente estaban entrando y por fortuna de Nicholai, justo donde él quería.
No pudo evitar una media sonrisa, tal vez podrían haber perdido a aquellos tipos raros, pero habían sido conducidos justo donde el inventor había pensado.
- Interesante, parece ser que están bien informados. La bifurcación de la derecha lleva justamente a una salida en un callejón muy poco vigilado. - Nicholai se detiene, sabe que Wheatley debe estar asombrado y saborea el momento, para luego continuar. - En los planos luego de la remodelación de la alcantarilla hace muchos años, por un error no figura. ¿Qué conveniente no? -
La cabeza de Nicholai comenzaba a trabajar otra vez. ¿Un ataque terrorista tal vez planeado hace ya varios años? ¿Una conspiración interna para destruir a la Orden? Realmente interesante. No podría haber un descuido tan grande
El chico de cabellos enrulados comenzó a caminar tranquilamente hacia aquella bifurcación que no debería existir y siguió el camino de la derecha, hasta llegar a la tapa de salida que termina en aquel callejón.
- ¿Quieres hacer los honores o subo yo primero? - Pregunta mientras hace una especie de reverencia exagerada con una sonrisa petulante.
Nicholai Raskólnikov- Cantidad de envíos : 16
Re: Problemas en Rhylia
-Si me lo ofrece de tal forma, entonces déjeme hacer los honores.
Wheatley rió, recordó la forma en que su padre hablaba con los que visitaban su mansión en aquellos viejos tiempos. Eran charlas espléndidas, charlas de puros caballeros del lenguaje.
A Ted le parecía que el inventor poseía un rasgo parecido a tal concepto, podía ver cómo el inventor dejaba tras de sí "algo", algo que le decía que en cierto momento, tanto él como Wheatley, tuvieron una vida parecida.
Volviendo a su contexto, Wheatley observó en las escaleras las pisadas de los que anteriormente pasaron por allí, los tres sospechosos.
Se trataba de la simple escalera de alcantarilla, con escalones metálicos sobresalientes de la pared. Tomó con ansias el primer escalón, próximo a sus hombros, se apoyó sobre los escalones posteriores, y comenzó a subir.
Rápidamente llegó a la siguiente parte de la escalera, el cilindro que cruzaba el suelo, Wheatley estaba llegando, a tan sólo dos metros y medio (o un poco más) de la tapa de alcantarilla.
-Ésto... ésto está más angosto de lo que creía.
En cuanto el mago tocó cierto escalón, un ruido fuerte acompañado por una mínima explosión en la puerta alarmó su posición: el escalón contenía una trampa.
-¡OH! ¿PERO QU...
Wheatley no llegó a terminar su frase, la tapa de cimiento macizo cayó sobre él. El cilindro ahora estaba repleto de polvo, y el mago, dentro de toda su ceguera podía escuchar la alarmada voz de Nicholay debajo de él, pero no entendía lo que decía.
Se había salvado, por poco, en el momento justo había tendido a tomar la puerta con sus manos para que no le aplastase, y no sólo utilizó la fuerza de sus brazos, también la sostenía con telekinesis.
-Nos.. *cof* ¡Nos han puesto una trampa! ¡Sabí*cof*, sabían que estábamos aquí!
Wheatley no caía porque se sostenía con el peso que la tapa le causaba y el equilibrio de sus pies en los escalones.
-¡Inventor! ¡Aléjate de la escalera!
El mago realizó un esfuerzo que se le propuso inhumano en aquél momento, y con su magia levantó un poco la tapa, la hizo darse vuelta, de forma vertical, y dejó que cayera por un costado del cilindro. La tapa cayó y destruyó gran parte del suelo, Nicho ya se había movido del lugar.
El mago tomó rápidamente con la fuerza restante los ahora destruidos escalones que quedaban para subir. Ahora eran solo cachos de metal deformes que apenas ayudaban en su tarea de escalones. El polvo comenzó a dispersarse, y a Wheatley le parecía raro que ninguna silueta se asomase desde la salida, que ahora iluminaba el panorama.
-Subiré, espero que no haya más sorpresas...
Y no las había, el flacucho mago subió con cuidado, pero sin problemas. La luz del día siempre alegra a cualquiera que esté en un alcantarillado, por más que se trate del famoso alcantarillado de Lytenberg.
Wheatley salió, y entendió por qué nadie había ido a ver el suceso de la explosión: la salida estaba en un callejón. Afortunadamente, en el callejón, la única persona que se encontraba en el momento era Ted, no había rastro primerizo de los tres sospechosos.
-¡Despejado! ¡Ten cuidado de no caer! Los escalones están un poco más... ...modernos...
El mago observó su panorama mientras esperaba a Nicholay, vió en la entrada del callejón las fuertes edificaciones religiosas, la arquitectura de la orden. Le pareció majestuosa la obra que ante sus ojos se exponía.
Ahora sí veía siluetas, éstas pasaban de un lado a otro desde la salida del callejón.
-Salgamos de aquí, inventor.
Wheatley rió, recordó la forma en que su padre hablaba con los que visitaban su mansión en aquellos viejos tiempos. Eran charlas espléndidas, charlas de puros caballeros del lenguaje.
A Ted le parecía que el inventor poseía un rasgo parecido a tal concepto, podía ver cómo el inventor dejaba tras de sí "algo", algo que le decía que en cierto momento, tanto él como Wheatley, tuvieron una vida parecida.
Volviendo a su contexto, Wheatley observó en las escaleras las pisadas de los que anteriormente pasaron por allí, los tres sospechosos.
Se trataba de la simple escalera de alcantarilla, con escalones metálicos sobresalientes de la pared. Tomó con ansias el primer escalón, próximo a sus hombros, se apoyó sobre los escalones posteriores, y comenzó a subir.
Rápidamente llegó a la siguiente parte de la escalera, el cilindro que cruzaba el suelo, Wheatley estaba llegando, a tan sólo dos metros y medio (o un poco más) de la tapa de alcantarilla.
-Ésto... ésto está más angosto de lo que creía.
En cuanto el mago tocó cierto escalón, un ruido fuerte acompañado por una mínima explosión en la puerta alarmó su posición: el escalón contenía una trampa.
-¡OH! ¿PERO QU...
Wheatley no llegó a terminar su frase, la tapa de cimiento macizo cayó sobre él. El cilindro ahora estaba repleto de polvo, y el mago, dentro de toda su ceguera podía escuchar la alarmada voz de Nicholay debajo de él, pero no entendía lo que decía.
Se había salvado, por poco, en el momento justo había tendido a tomar la puerta con sus manos para que no le aplastase, y no sólo utilizó la fuerza de sus brazos, también la sostenía con telekinesis.
-Nos.. *cof* ¡Nos han puesto una trampa! ¡Sabí*cof*, sabían que estábamos aquí!
Wheatley no caía porque se sostenía con el peso que la tapa le causaba y el equilibrio de sus pies en los escalones.
-¡Inventor! ¡Aléjate de la escalera!
El mago realizó un esfuerzo que se le propuso inhumano en aquél momento, y con su magia levantó un poco la tapa, la hizo darse vuelta, de forma vertical, y dejó que cayera por un costado del cilindro. La tapa cayó y destruyó gran parte del suelo, Nicho ya se había movido del lugar.
El mago tomó rápidamente con la fuerza restante los ahora destruidos escalones que quedaban para subir. Ahora eran solo cachos de metal deformes que apenas ayudaban en su tarea de escalones. El polvo comenzó a dispersarse, y a Wheatley le parecía raro que ninguna silueta se asomase desde la salida, que ahora iluminaba el panorama.
-Subiré, espero que no haya más sorpresas...
Y no las había, el flacucho mago subió con cuidado, pero sin problemas. La luz del día siempre alegra a cualquiera que esté en un alcantarillado, por más que se trate del famoso alcantarillado de Lytenberg.
Wheatley salió, y entendió por qué nadie había ido a ver el suceso de la explosión: la salida estaba en un callejón. Afortunadamente, en el callejón, la única persona que se encontraba en el momento era Ted, no había rastro primerizo de los tres sospechosos.
-¡Despejado! ¡Ten cuidado de no caer! Los escalones están un poco más... ...modernos...
El mago observó su panorama mientras esperaba a Nicholay, vió en la entrada del callejón las fuertes edificaciones religiosas, la arquitectura de la orden. Le pareció majestuosa la obra que ante sus ojos se exponía.
Ahora sí veía siluetas, éstas pasaban de un lado a otro desde la salida del callejón.
-Salgamos de aquí, inventor.
Wheatley Teddy Ted- Cantidad de envíos : 28
Re: Problemas en Rhylia
El inventor vio como su nuevo compañero de aventuras subía por las escaleras animado, las cuales no eran nada mas ni nada menos que escalones metálicos que servían para subir hacia arriba, donde estaba la tapa, y se preguntó por los conspiradores.
Nicholai se sentía muy bien, le gustaba mucho cuando lograba lo que quería, pero la incertidumbre hizo que su mente, inquieta, comience a trabajar.
Aquel grupo extraño subió por allí. Están las marcas y no hay otra manera de salir del alcantarillado. Se dieron cuenta que estábamos detrás de ellos y se retiraron, así que saben que alguien los pudo escuchar. Prepararon este plan hace ya un largo tiempo, por lo cual deben ser bastante meticulosos. Podría estar esperando una trampa allí arriba, lo cual es bastante posible si pensaron tanto su plan.
- Wheatley, ve con cuidado, podría haber alguna... - Nicholai comenzó a hablar y de repente escuchó una explosión y un montón de polvo cayo de arriba. - ...¡TRAMPA! ¡LA TAPA MACIZA SE VIENE ABAJO WHEATLEY! -
Era uno de esos momentos en los que parecía que el tiempo se detenía. Uno quedaba suspendido sin poder hacer nada, pero realmente era la mente la cual trabajaba a una velocidad abrumadora que por desgracia el cuerpo no seguía.
El joven de rulos se cubrió del polvo y a la orden de Wheatley se corrió velozmente del camino, viendo como la tapa maciza caía al suelo y por su gran peso se llevaba gran parte de el.
- Si, ten mucho cuidado allí arriba. - Dijo el joven inventor, ahora algo inquieto dado que el ruido podría haber alertado a alguien.
Esperó debajo, nervioso e inquieto la respuesta de Wheatley, la cual le produjo un gran alivio. Se rió del chiste del mago y subió con cuidado. En la subida, uno de los peldaños se zafó y Nicholai se tuvo que sostener con fuerza para no caer al suelo. Finalmente terminó de subir y se maravilló por la arquitectura de la ciudad.
- Finalmente estamos aquí. - Dijo el inventor algo aliviado. - Si te parece bien, deberíamos comenzar a circular antes que llamemos la atención de alguien. -
Nicholai se sentía muy bien, le gustaba mucho cuando lograba lo que quería, pero la incertidumbre hizo que su mente, inquieta, comience a trabajar.
Aquel grupo extraño subió por allí. Están las marcas y no hay otra manera de salir del alcantarillado. Se dieron cuenta que estábamos detrás de ellos y se retiraron, así que saben que alguien los pudo escuchar. Prepararon este plan hace ya un largo tiempo, por lo cual deben ser bastante meticulosos. Podría estar esperando una trampa allí arriba, lo cual es bastante posible si pensaron tanto su plan.
- Wheatley, ve con cuidado, podría haber alguna... - Nicholai comenzó a hablar y de repente escuchó una explosión y un montón de polvo cayo de arriba. - ...¡TRAMPA! ¡LA TAPA MACIZA SE VIENE ABAJO WHEATLEY! -
Era uno de esos momentos en los que parecía que el tiempo se detenía. Uno quedaba suspendido sin poder hacer nada, pero realmente era la mente la cual trabajaba a una velocidad abrumadora que por desgracia el cuerpo no seguía.
El joven de rulos se cubrió del polvo y a la orden de Wheatley se corrió velozmente del camino, viendo como la tapa maciza caía al suelo y por su gran peso se llevaba gran parte de el.
- Si, ten mucho cuidado allí arriba. - Dijo el joven inventor, ahora algo inquieto dado que el ruido podría haber alertado a alguien.
Esperó debajo, nervioso e inquieto la respuesta de Wheatley, la cual le produjo un gran alivio. Se rió del chiste del mago y subió con cuidado. En la subida, uno de los peldaños se zafó y Nicholai se tuvo que sostener con fuerza para no caer al suelo. Finalmente terminó de subir y se maravilló por la arquitectura de la ciudad.
- Finalmente estamos aquí. - Dijo el inventor algo aliviado. - Si te parece bien, deberíamos comenzar a circular antes que llamemos la atención de alguien. -
Nicholai Raskólnikov- Cantidad de envíos : 16
Re: Problemas en Rhylia
Los dos muchachos salieron del callejón, llevaban algo de polvo en sus ropas. Los transeúntes los observaban con curiosidad. Wheatley observó su paisaje buscando un punto de inicio, algún lugar de donde empezar.
Aunque... ¿qué era realmente lo que tenían que hacer?
Después de todo escucharon que alguien atentaba contra la orden, pero ¿quién iba a creerles? De todos modos la orden sería lo suficientemente fuerte como para no sentir el daño que se suponía que iba a ser causado.
Wheatley sin embargo no estaba seguro de nada, pensó en lo que escuchó junto a Nicho en esas alcantarillas, y luego habló:
...Bien, pensemos... Aquellos dos sujetos idénticos hablaron de la plaza principal... Deberíamos movernos no muy lejos de allí si queremos seguirlos.
El flacucho mago estaba apunto de comenzar otra oración cuando una sensación algo incómoda le apretó en el estómago, seguida de un ruido.
-Mhhh -se quejó con dolor- ...creo que primero consideraré como adecuado conseguir algo de comida, estoy realmente hambriento.
Y tenía razón, no había comido hacía ya un buen rato, y el episodio de las alcantarillas hizo que gastara algo de energía de más.
¡Acompáñame, de paso te mostraré algo! Los dos sujetos dijeron que se movilizarán mañana, pues tenemos entonces algo de tiempo.
Busquemos una taberna.
Aunque... ¿qué era realmente lo que tenían que hacer?
Después de todo escucharon que alguien atentaba contra la orden, pero ¿quién iba a creerles? De todos modos la orden sería lo suficientemente fuerte como para no sentir el daño que se suponía que iba a ser causado.
Wheatley sin embargo no estaba seguro de nada, pensó en lo que escuchó junto a Nicho en esas alcantarillas, y luego habló:
...Bien, pensemos... Aquellos dos sujetos idénticos hablaron de la plaza principal... Deberíamos movernos no muy lejos de allí si queremos seguirlos.
El flacucho mago estaba apunto de comenzar otra oración cuando una sensación algo incómoda le apretó en el estómago, seguida de un ruido.
-Mhhh -se quejó con dolor- ...creo que primero consideraré como adecuado conseguir algo de comida, estoy realmente hambriento.
Y tenía razón, no había comido hacía ya un buen rato, y el episodio de las alcantarillas hizo que gastara algo de energía de más.
¡Acompáñame, de paso te mostraré algo! Los dos sujetos dijeron que se movilizarán mañana, pues tenemos entonces algo de tiempo.
Busquemos una taberna.
Wheatley Teddy Ted- Cantidad de envíos : 28
Re: Problemas en Rhylia
El inventor caminaba junto a su acompañante mientras observaba y se maravillaba de la arquitectura de Lytenberg. Era simplemente impresionante. Aquellas lineas, aquella técnica. Todo ello hacía notar que la arquitectura no era un simple oficio, sino un arte. El arte de proyectar las ideas en forma de estructuras que, no solo sean útiles, sino también agradables a la vista.
Posó su vista sobre el mago cuando este habló sobre comer algo. La maquinación del plan para entrar a Lytenberg y su seguimiento habían mantenido su mente ocupada y ahora que lo pensaba, la última vez que había probado bocado fue en aquella taberna hace ya largo rato.
- Es una excelente idea, mago Wheatley. Deberíamos buscar alguna taberna no muy llamativa y mantenernos de incógnito. - Asintió Nich y comenzó a buscar con la vista algún local. - Estoy seguro que la explosión llamará la atención de la guardia y si da la casualidad de que alguien nos halla visto, estaremos en serios problemas. -
Continuó caminando al lado de Wheatley hasta que sus ojos se cruzaron con el lugar perfecto. Era una taberna que no parecía increíblemente lujosa ni lo contrario. El nombre era "La Mancha Hiptálmica".
Era amplia pero no extremadamente lujosa. Un termino medio, donde diferentes clases de personas se juntaban para tomar algo, escuchar los últimos chismes, etc. En fin, todo lo que se hace en una taberna.
- Ese local parece la decisión adecuada. - Dijo finalmente el inventor, para luego mirar al mago con algo de curiosidad. - Y dime, ¿Qué es lo que querías mostrarme? -
FDI: Despertando de las profundidades de Mar de Jaspia vuelve Nicho!
Posó su vista sobre el mago cuando este habló sobre comer algo. La maquinación del plan para entrar a Lytenberg y su seguimiento habían mantenido su mente ocupada y ahora que lo pensaba, la última vez que había probado bocado fue en aquella taberna hace ya largo rato.
- Es una excelente idea, mago Wheatley. Deberíamos buscar alguna taberna no muy llamativa y mantenernos de incógnito. - Asintió Nich y comenzó a buscar con la vista algún local. - Estoy seguro que la explosión llamará la atención de la guardia y si da la casualidad de que alguien nos halla visto, estaremos en serios problemas. -
Continuó caminando al lado de Wheatley hasta que sus ojos se cruzaron con el lugar perfecto. Era una taberna que no parecía increíblemente lujosa ni lo contrario. El nombre era "La Mancha Hiptálmica".
Era amplia pero no extremadamente lujosa. Un termino medio, donde diferentes clases de personas se juntaban para tomar algo, escuchar los últimos chismes, etc. En fin, todo lo que se hace en una taberna.
- Ese local parece la decisión adecuada. - Dijo finalmente el inventor, para luego mirar al mago con algo de curiosidad. - Y dime, ¿Qué es lo que querías mostrarme? -
FDI: Despertando de las profundidades de Mar de Jaspia vuelve Nicho!
Nicholai Raskólnikov- Cantidad de envíos : 16
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