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Historias de dragones
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Re: Historias de dragones
La cortina de agua evitaba que el lugar se impregnase de luz, haciendo buen sitio para descansar durante la lluvia sin temor a ser descubierto. Nadie se atrevería a subir la ladera y desde fuera no podría verse el interior y mucho menos con claridad.
Hyou estaba recostado contra la pared usando su mochila como “almohada”. La respuesta de su compañero no le había hecho demasiada gracia, no le aportaba ni entretenimiento ni más información acerca de él. Sabia tras lo que andaba, y no sabía si decía la verdad cuando éste alegó que no cogería nada suyo. Poco a poco, le iba provocando una pequeña sensación de desconfianza.
Por otro lado, estaban allí, en la caverna, ellos dos, y sin posibilidad de salir. Posibilidad había pero desde luego, era peligroso. Así que, lo único para pasar el rato era conversar.
-No tengo ninguna pregunta concreta, simplemente me gustaría saber algo más de ti.
Hyou se incorporó súbitamente y se levantó de su “asiento”, y comenzó a pasear lentamente alrededor de la cueva.
-Y si tu quieres saber algo de mi, pues preguntame.
Nuevamente volvía a su asiento, se colocaba la mochila en la misma zona y se recostaba contra la piedra nuevamente.
-Tenemos tiempo de sobra, para hablar el uno y el otro.
Hyou estaba recostado contra la pared usando su mochila como “almohada”. La respuesta de su compañero no le había hecho demasiada gracia, no le aportaba ni entretenimiento ni más información acerca de él. Sabia tras lo que andaba, y no sabía si decía la verdad cuando éste alegó que no cogería nada suyo. Poco a poco, le iba provocando una pequeña sensación de desconfianza.
Por otro lado, estaban allí, en la caverna, ellos dos, y sin posibilidad de salir. Posibilidad había pero desde luego, era peligroso. Así que, lo único para pasar el rato era conversar.
-No tengo ninguna pregunta concreta, simplemente me gustaría saber algo más de ti.
Hyou se incorporó súbitamente y se levantó de su “asiento”, y comenzó a pasear lentamente alrededor de la cueva.
-Y si tu quieres saber algo de mi, pues preguntame.
Nuevamente volvía a su asiento, se colocaba la mochila en la misma zona y se recostaba contra la piedra nuevamente.
-Tenemos tiempo de sobra, para hablar el uno y el otro.
Hyou- Cantidad de envíos : 91
Re: Historias de dragones
FDI: Siento haber tardado.
- ¿Algo más sobre mí? - repitió.
Zeiss miró hacia la superficie irregular del techo de la pequeña cueva y guardó unos segundos de silencio. Le parecía bastante injusto que Hyou simplemente dijera "habla sobre ti", dejándole con el trabajo de pensar qué debía comentar exactamente, y él en cambio tuviera que preguntar específicamente si quería que el dragón le revelara algo, pero tampoco le prestó demasiada atención. En el fondo, Zeiss tenía poco claras nociones como la de "justicia", y lo único que pretendía con reflexiones como aquella era acordarse tiempo a sí mismo para pensar lo que diría a continuación. Se balanceó levemente de un lado para otro, y sin despegar los ojos de la piedra sobre su cabeza, comenzó:
- Me llamo Zeiss y me gusta mi nombre, tengo un hermano menor llamado Heath y me gusta su nombre, todo por motivos prácticos, me gustan también las verduras, guisantes, tomates, berenjenas, supongo, pero no tanto los garbanzos, aunque lo que realmente me encantan son los caramelos, panes de esos dulces, chocolate, cosas con azúcar aunque no empalagosas, porque a veces ponen demasiada nata y bergh; me gustan las siestas, los lugares altos, los niños pequeños, reír un buen rato, nadar en el rio aunque mojarme es mas incómodo, colarme en sitios eeem siempre dentro de lo legal, claro; debo tener ¿veinticinco? no lo sé, por ahí debe estar, y mi color es el lila.
Bajó la mirada y entonces sí la clavó en Hyou.
- De pequeño tenía a una institutriz soporífica de la que huía constantemente, con lo que aún hoy soy bueno jugando al escondite. También puedo decirte por qué me gusta mi nombre y el de Heath. Debes admitir que son fáciles de sisear en una situación incómoda en la que tienes poco tiempo para actuar; es fácil llamar "¡Heath! ¡Estúpido papagayo!". Ya me entiendes - concluyó sin dejar de mirar a Hyou fijamente. Se permitió una pequeña pausa, que aunque correspondía a lo que un punto en una frase normal, destacaba por lo rápido que había estado hablando hasta entonces. -. ¿Qué puedes contarme tú?
- ¿Algo más sobre mí? - repitió.
Zeiss miró hacia la superficie irregular del techo de la pequeña cueva y guardó unos segundos de silencio. Le parecía bastante injusto que Hyou simplemente dijera "habla sobre ti", dejándole con el trabajo de pensar qué debía comentar exactamente, y él en cambio tuviera que preguntar específicamente si quería que el dragón le revelara algo, pero tampoco le prestó demasiada atención. En el fondo, Zeiss tenía poco claras nociones como la de "justicia", y lo único que pretendía con reflexiones como aquella era acordarse tiempo a sí mismo para pensar lo que diría a continuación. Se balanceó levemente de un lado para otro, y sin despegar los ojos de la piedra sobre su cabeza, comenzó:
- Me llamo Zeiss y me gusta mi nombre, tengo un hermano menor llamado Heath y me gusta su nombre, todo por motivos prácticos, me gustan también las verduras, guisantes, tomates, berenjenas, supongo, pero no tanto los garbanzos, aunque lo que realmente me encantan son los caramelos, panes de esos dulces, chocolate, cosas con azúcar aunque no empalagosas, porque a veces ponen demasiada nata y bergh; me gustan las siestas, los lugares altos, los niños pequeños, reír un buen rato, nadar en el rio aunque mojarme es mas incómodo, colarme en sitios eeem siempre dentro de lo legal, claro; debo tener ¿veinticinco? no lo sé, por ahí debe estar, y mi color es el lila.
Bajó la mirada y entonces sí la clavó en Hyou.
- De pequeño tenía a una institutriz soporífica de la que huía constantemente, con lo que aún hoy soy bueno jugando al escondite. También puedo decirte por qué me gusta mi nombre y el de Heath. Debes admitir que son fáciles de sisear en una situación incómoda en la que tienes poco tiempo para actuar; es fácil llamar "¡Heath! ¡Estúpido papagayo!". Ya me entiendes - concluyó sin dejar de mirar a Hyou fijamente. Se permitió una pequeña pausa, que aunque correspondía a lo que un punto en una frase normal, destacaba por lo rápido que había estado hablando hasta entonces. -. ¿Qué puedes contarme tú?
Zeiss Ethesian- Cantidad de envíos : 174
Re: Historias de dragones
-¿Yo?
Hyou se levantó y se puso a andar alrededor de la sala.
-A ver.... pues como ya sabes, me llamó Hyou y bueno... tengo 125 años. Mi familia y el resto de mi raza se fueron hace tiempo y desde entonces vivo solo aquí en estas cavernas. Llevo unos 100 años mas o menos aquí esperando su regreso o la oportunidad de marcharme en su busca.
Hyou se veía pensativo, tampoco sabía muy bien que contar por lo que caminaba sin pausa, dando vueltas.
-Odio el calor y adoro la lluvia porque como ya habrás podido observar por el color de mis escamas, soy un dragón de agua. Los humanos dicen que mis escamas y ojos son preciosos. Es más, las partes de dragón se cotizan muy bien en el mercado. Quien cace uno, se hace rico ya que todo es utilizable.
Hyou comenzó a señalarse poco a poco a la par que listaba:
-Nuestras escamas sirven de armadura, nuestras uñas de armas, con nuestras alas se puede conseguir invisibilidad y con nuestra sangre inmortalidad, nuestro corazón da valentía y nuestros cuernos, colmillos y huesos rallados, son una gran medicina que sana cualquier herida mortal. Por esta razón no puedo dejarme ver y tengo que andar con cuidado porque ya han venido un par de cazadores detrás de mi en el último siglo.
Cuando acabó de relatar, se dio cuenta de lo que había dicho y se maldijo a si mismo. Acababa de darle a Zeiss un motivo para cazarle, solo le cabía esperar que Zeiss no fuese codicioso o que al menos si se ponía amenazante, Zeiss se achantase.
Hyou se levantó y se puso a andar alrededor de la sala.
-A ver.... pues como ya sabes, me llamó Hyou y bueno... tengo 125 años. Mi familia y el resto de mi raza se fueron hace tiempo y desde entonces vivo solo aquí en estas cavernas. Llevo unos 100 años mas o menos aquí esperando su regreso o la oportunidad de marcharme en su busca.
Hyou se veía pensativo, tampoco sabía muy bien que contar por lo que caminaba sin pausa, dando vueltas.
-Odio el calor y adoro la lluvia porque como ya habrás podido observar por el color de mis escamas, soy un dragón de agua. Los humanos dicen que mis escamas y ojos son preciosos. Es más, las partes de dragón se cotizan muy bien en el mercado. Quien cace uno, se hace rico ya que todo es utilizable.
Hyou comenzó a señalarse poco a poco a la par que listaba:
-Nuestras escamas sirven de armadura, nuestras uñas de armas, con nuestras alas se puede conseguir invisibilidad y con nuestra sangre inmortalidad, nuestro corazón da valentía y nuestros cuernos, colmillos y huesos rallados, son una gran medicina que sana cualquier herida mortal. Por esta razón no puedo dejarme ver y tengo que andar con cuidado porque ya han venido un par de cazadores detrás de mi en el último siglo.
Cuando acabó de relatar, se dio cuenta de lo que había dicho y se maldijo a si mismo. Acababa de darle a Zeiss un motivo para cazarle, solo le cabía esperar que Zeiss no fuese codicioso o que al menos si se ponía amenazante, Zeiss se achantase.
Hyou- Cantidad de envíos : 91
Re: Historias de dragones
Hyou le regalaba un pequeño relato, si no sólo una simple enumeración como la suya; Zeiss debía sentirse agradecido por ello, con lo que se mantuvo inmóvil y en silencio, abandonando la actitud algo desafiante que había mostrado poco antes. No sería fácil asegurar si lo que le decía el dragón le interesaba realmente o no, pero al menos parecía atento a sus palabras. Le miraba fijamente sin reaccionar exteriormente ante lo que oía; quizás la penumbra escondía un brillo malicioso de sus ojos, aunque también era posible que todo lo que ocultaran las sombras fuera aburrimiento bien disimulado bajo una capa de cortesía.
Cuando Hyou dejó de hablar, Zeiss se movió en su sitio, replegando una pierna, desplegando la otra.
- ¿Cien años? - preguntó - Así que eras una cría de 25 cuando se marcharon.
Sólo recalcaba lo obvio, pero con una disimulada sonrisa en la comisura de los labios. Le hacía gracia pensar que entonces Hyou había vivido más o menos tanto como él en la actualidad. Se daba cuenta además de que el dragón era joven, más que él en el equivalente humano de su edad, aunque le sería imposible precisar cuánto. Un siglo sonaba como una cantidad de tiempo más que respetable a oídos de Zeiss.
- Cien años - repitió -... Cien años aquí, completamente aburrido. ¿Tanto miedo te dan los cazadores... o se trata de... lo que teatralmente llamaría una loca esperanza? La doncella sigue esperando, dia tras dia en lo alto de su torre, a que venga el caballero... pero con el dragón y los suyos.
Cuando Hyou dejó de hablar, Zeiss se movió en su sitio, replegando una pierna, desplegando la otra.
- ¿Cien años? - preguntó - Así que eras una cría de 25 cuando se marcharon.
Sólo recalcaba lo obvio, pero con una disimulada sonrisa en la comisura de los labios. Le hacía gracia pensar que entonces Hyou había vivido más o menos tanto como él en la actualidad. Se daba cuenta además de que el dragón era joven, más que él en el equivalente humano de su edad, aunque le sería imposible precisar cuánto. Un siglo sonaba como una cantidad de tiempo más que respetable a oídos de Zeiss.
- Cien años - repitió -... Cien años aquí, completamente aburrido. ¿Tanto miedo te dan los cazadores... o se trata de... lo que teatralmente llamaría una loca esperanza? La doncella sigue esperando, dia tras dia en lo alto de su torre, a que venga el caballero... pero con el dragón y los suyos.
Zeiss Ethesian- Cantidad de envíos : 174
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