Junto al mar de nuevo

Alma esperó y rezó por que el médico no se opusiera. Por suerte alguien debió escuchar sus oraciones, puesto que el hombre enseguida se dispuso a acompañar a Luthys. Alma sonrió.

Aprovechó que el demonio estaba ocupado para analizar más detenidamente las palabras de Talal, y las razones por las que podía haber hecho aquellos comentarios. Y la reacción que había observado en el demonio.

Ahora que lo analizaba despacio, el demonio parecía nervioso por aquel comentario. claro que habían pasado todo el camino sin hablar y ella había evitado fijarse mucho en él, ya que no quería darse a sí misma motivos para pensar algo que no iba a ningún sitio.

Justo lo que estoy haciendo ahora... - pensó.

Por suerte Luthys le hacía en ese momento una señal para que le siguiera, así que sin pensárselo dos veces flotó hacia delante y se puso a la altura del médico. Sonrió. Por lo menos podrían ayudar a Sophitia... y no tendrían que pasar la tormenta en las calles buscando. al parecer Talal no se había equivocado en su predicción, ya que el médico opinaba lo mismo.

No tardaron mucho en encontrar la posada... y el revuelo que se había formado. Los cristales de una ventana estaban rotos, aunque no se veía a nadie fuera, y se oían multitud de golpes provinientes del interior.

Alma flotó, preocupada, y buscó con su percepción a talal y a la pirata. Pero entre tanta gente moviéndose y en su estado alterado y nervioso, la fantasma no atinaba a reconocer a ninguna de las manchas borrosas que volaban y rodaban ante ella, y era capaz de ir un poco más allá Se giró a Luthys, con la preocupación brillando en sus ojos translúcidos.