Junto al mar de nuevo

fdi:Ok entonces lo cambio y ya.
Listo (:

Las palabras del semidemonio le sonaban a burla, le hubiese arrancado la lengua a muchos otros por menos cosa, pero teniendo en cuenta lo bien que se habían portado con ella, que el muchacho se encontraba aun en shock por lo que habían pasado y que ella no era exactamente un encanto al hablar, consideraba que podía dejarlo pasar. ¿Qué le hacia creer que ella podría hacerle daño a un demonio? Pues, solo su enorme y rebosante orgullo y amor propio.

- Si, mucho mas contenta - Dijo esbozando una sonrisa adorable, como si de una niña caprichosa se tratara - Y gracias Alma, prometo que en cuento lleguemos al pueblo, iré a que me lo revise un experto - Cuando quería hablar con alma, miraba exactamente a donde miraba Luthys, intentando así remachar sus falencias.

Ya lo creía que iría a un experto, es decir, el tabernero de alguna cantina, ¿Quien podía saber mas de golpes que él? y tal vez la cura involucrara un poco de alcohol.

Sophitia se separo del árbol donde se había apoyado y apoyo su peso sobre ambos pies, un dolor la golpeo desde el tobillo hasta la cabeza. Pero no hizo gesto alguno, eso ni muerta, caminaría por sus propios medios, se negaría a usar bastón incluso.

- Ya veremos si pueden seguir mi paso - Dijo riendo la pirata.

Dio un paso, dio dos pasos, a cada momento dolía menos, de a poco los músculos entraban en calor, atenuando el dolor. Eso no significaba que estuviera curada ni mucho menos, lo sabia bien, a la noche le dolería horrores, y a la mañana siguiente probablemente no lo podría mover mas. Pero si llegaban a la ciudad antes de que eso sucediera, no tenían por que enterarse, y su orgullo quedaría intacto.

Llevaban caminando un corto tiempo, Sophitia iba a buen ritmo, como si nada la molestara, cualquiera que no hubiese visto los hechos acontecidos, pensaría que la muchacha no tenía nada. Entonces escucharon los ruidos inconfundibles de que algo grande se acercaba, al fin y al cabo, un oso pardo caminando por un bosque tan tupido no podía no hacer ruido. ¡¡¡Un oso!!! La chica pensó que era lo único que le faltaba al día, que luego de por pura suerte salvarse de los demonios, terminar siendo comidos por un oso.

Para su sorpresa no venia solo, sino que venia con... ¿Un muchacho? Que escena tan extraña... Pero había visto tantas cosas raras en ese día...

- Emmmm, hola... Joven Talal, mi nombre es Sophitia y soy pirata - Dudaba mucho que justamente un gitano tuviera problemas con su profesión, no tenían tampoco tan buen renombre. Aunque le causaba algo de gracia también el hacer una presentación tan formal en una situación así, y sobre todo, que el oso también saludara.

- Nos dirigimos al pueblo mas cercano, si estas perdido, ¡ven con nosotros! - Sabia bien lo que era perderse en un lugar así, no se lo deseaba a nadie.

Entonces se acordó de Alma, ¿Quien la presentaría? Por que no iban a ir todo el camino sin hablarle para hacer como si no estuviera ahí, seria terriblemente descortés de su parte. Miro a Luthys y le hizo señas refiriéndose a la fantasma, se acerco a su oído y susurro "Hazte cargo, presenta a tu chica". Si, por que a los ojos de la pirata, Alma era la chica del semidemonio.

A la fantasma no le gustó ver a Sophitia andando po sí sola. iba a buen ritmo y sabía que la chica lo hacía más por orgullo que porque realmente pudiera hacerlo. LA miraba constantemente, preocupada. ADemás, estaba preocupada también por la reacción de Luthys. ¿A qué había venido esa extraña prisa por soltarla? ¿En qué estaba pensando? Si no tenía cuidado, la pirata podría tener serios problemas en el futuro con ese tobillo...

La fantasma hubiera querido poder entenderlo, pero se limitab a flotar tras ellos, sin entender qué había pasado.

Entonces, no muy lejos, aparecieron un muchacho y su oso. Alma los miró. El oso sí la veía, los animales tenían un instinto para eso y por eso estaba un poco inquieto, pero la fantasma le tranquilizó con una sonrisa.

<< Buen chico, Bokoko. Yo soy Alma y no te voy a hacer nada >>

Se acercó n poco a é y hizo el gesto de acariciarle el hocico. Cuando el oso se calmó, miró al muchacho, esperando una reacción para ver si le había oído y , por lo tanto, si podía verla.

Siguieron caminando, ninguna puso objección a hacerlo, y él no dijo nada más. Por el momento, no tenía nada más que añadir. Estaba comenzando a frustrarse con aquella situación. Para empezar, no podía mantener una conversación grupal, porque Sophitia no podía ver a Alma, no podía oírla, y sólo podrían comunicarse a través de él. Y, su orgullo no se lo permitía. Se sentía estúpido cada vez que tenía que hablar por Alma a Sophitia, así que no iba a hacerlo.
Pero tampoco le quedaba otro remedio, aún sería más incómoda la situación, si solo podía hablar con una a la vez. Demasiado difícil.

Unos pasos más adelante, sus ojos creyeron ver algo. Conforme se acercaban, comprobó que era cierto. Se trataba de un chico, cuya imagen dejaba mucho que desear, y un oso. ¿Un oso? ¡Qué diantres...! Antes de que ninguno de los tres dijera nada, el chico se presentó. Estaba exultante de alegría, o eso le pareció a Luthys. Pero, lo más extraño de todo, fue ver al oso saludar como lo había hecho el chico. Casi esperaba que el animal hablara.

Sophitia no tuvo problemas a la hora de presentarse e invitar al joven, que decía ser un gitano, a unirse a ellos. No era que le importara, no veía malas intenciones en el chico, pero... ¿un oso? ¿Un chico acompañado de un oso? Nunca en su vida vió semejante cosa, pero ahí estaba: un chico acompañado de un oso que incluso saludaba con la mano. Increíble.

Miró a Alma con gesto de confusión y volvió su mirada hacia el gitano. ¿Qué pensaba ella de todo esto? Pero, entonces, la oyó hablar, se dirigía al oso. Al oso. Volvió a mirar a Alma, en un movimiento rápido y preguntó en voz casi inaudible para que los demás no se dieran cuenta de ello:

- ¿De qué va todo esto? ¿Es algo normal en estas tierras?

Luego fue Sophi la que, tras hacerle unos gestos que le resultaron bastante graciosos al demonio, se acercó a él y le susurró que presentara a su chica. ¿Su chica? No era su chica, Alma era su... amiga.

Carraspeó e intentó olvidar ese apodo para Alma. Sabía que el espectro lo había oído perfectamente, lo cual le ponía más nervioso.

- Oh, bueno, yo soy Luthys. Un placer.- estrechó con su mano la del chico - ¿Dónde te diriges? Lo cierto es que nosotros no tenemos meta a la que llegar, pero ya que Sophitia te ha invitado, supongo que te vendrás con nosotros...

Ciertamente, el comentario no había sido demasiado amable, pero el demonio estaba llegando al límite de su calma, y no sabría cuánto más podría durar su simpatía, amabilidad y tranquilidad.

Talal puso un gesto apenado y dirigió la mirada hacia la chica fantasma.
-Lamento mi descortesía señorita, Como usted ya escucho mi nombre es Talal y el es Bokoko, es mi mejor amigo.- dijo con una gran sonrisa y observo como la chica , podría decirse tocaba al gran oso pardo con suavidad.
-Párese que le agradas!

Después de oír a todos, agradeció la amabilidad de la pirata, la dulzura de la chica fantasma y se sintió un poco incomodo con el comentario del joven demonio mas no dijo nada al respecto,puesto que podía sentir ese estrés y cansancio a su alderredor y solo se limitó a agradecer su fosada invitación a unirse.

Comenzó a seguirlos montado en su fiel amigo, el chico paresia ser un idiota, pero era bastante perceptivo , no puedo evitar ver como aveces Sophitia alentaba su caminar o hacia esas muy ligeras expresiones de dolor, fue cuando se animo a decir unas palabras para intentar romper ese incomodo silencio.

a-ah, disculpe señorita, , por su caminar, puedo ver que algo no anda bien con su salud, si gusta puede subir en Bokoko, si se fuerza puede que empeore su condición.

dijo con voz tímida y algo preocupada, mientras bajaba del oso.

Las acciones de Alma le pasaron desapercibidas, como era de esperarse, pero al parecer Talal si podía verla, ¡Puta mierda! ¿Es que seria la única que no podría verla? Eso le pasaba por tener padres normales, ¡Ya estaba cabreada! Pero no era cuestión de desquitarse con sus compañeros de viaje, mejor invertiría su esfuerzo en caminar sin tropezar ni renguear del pie lastimado.

Escucho el comentario de Luthys mientras se ponía en marcha, vaya con ese chico, ¿Es que no podía hablar bien al menos una vez? Lo lamentaba por el gitano que aun no conocía las mañas del semidemonio, sus constantes cambios de humor, y tendencia a decir las cosas del modo menos adecuado posible. Pero al final uno se terminaba acostumbrando, suponía que no lo hacia a propósito y ya, aunque algún día se cruzaría con uno que no tendría tanta paciencia, y le daría un revés que le haría aprender modales al instante.

Caminando con calma, el bosque comenzaba a hacerse menos espeso para alegría de Sophitia, quizás dentro de poco saldrían de ese horrible lugar. Caminar junto a un oso la ponía algo intranquila, no era normal verlos amaestrados, a menos que uno estuviera en un circo, tal vez de ahí venia el gitano.

Meditaba estas ideas cuando sin querer se le torció apenas unos centímetro el pie lastimado, aguanto con todas sus fuerzas el que se le escapara una lagrima, y siguió como si no hubiese pasado nada. Pero al escuchar el comentario de Talal supo que su andar estaba lejos de ser normal.

- Le agradezco, joven, pero no soy una débil anciana así que puede tratarme con menos respeto y dejarme caminar sola - Dio una risotada para alivianar el comentario y no parecer tan agresiva - ¡Miren! Allí adelante ya se ve algo más claro, no debe faltar mucho...

Ver lo que podía ser entrar al menos a una parte mas civilizada del bosque la animo, comenzó a caminar algo más rápido adelantando al grupo.

La fantasma saludó con la cabeza al gitano una vez que éste dejó claro que podía verla. Le sonrió y miro de nuevo al oso.

<< Sí, le caigo bien, pero es que es un oso muy bueno. >>

Después se pusieron en marcha otra vez. Sabía que no estaban lejos del final del bosque y seguro que había una cabaña o algo así cerca. Siempre las había.

La fantasma no dejaba de observar a Sophitia, no le parecíanada bien que no se dejara ayudar sólo por su orgullo, peor no podía decirle nada, y a Luthys ya no lo escucharía. Esperaba llegar a algúns itio pronto, antes de que el tobillo de la pirata quedara resentido para siempre.

De repente Sophitia echó a andar, adelantándolos a todos. Alma miró a Luthys.

<< Me da igual queestemos cerca del final del bosque, por favor, intenta convencerla de que, al menos, se apoye en vosotros para caminar. No debería apoyar el pie, y si sigue así se va a hacer más daño... >>

No le habíap asado desapercibido el dolor de la pirata cuando se había torcido un poco el pie malo sin querer.

FDI: Lo siento, no contesté antes porque estaba convencida de que no me tocaba a mí!! Perdón, perdón!!
ddi:


Tras el encuentro con Talal y su... ejem... oso, los cuatro siguieron el camino hacia algún sitio. En realidad, Luthys esperaba encontrar a alguien para que pudiera curar, o al menos aliviar, a Sophitia, pero aún les quedaría algo de viaje, suponía.

Escuchar el ofrecimiento de Talal a Sophitia le hizo sorprenderse. No sabía bien por qué, pero se sorprendió del detalle. Quizá porque él no estba acostumbrado a ser amable, o al menos, tan amable con alquien al que acababa de conocer. Sí, él era muy desconfiado, pero era lo que más correcto, lo más precavido y lo menos peligroso.

Así pues, cuando Alma se dirigió a él, Luthys asintió con la cabeza y le dijo a Sophitia:

- Está bien señorita, no me gustaría que quedaras coja por mi culpa, así que vas a subirte a este... oso. No te permito que te niegues porque no sólo me estoy preocupando por ti, sino que nos estás retrasando.- Obviamente, su tono no había sido agradable, y confiaba en que al hablarle así a la chica, ésta decidiera obedecerle. Luego se percató de algo que había pasado por alto... - Eh... Sophitia...- Su tono de voz había cambiado notablemente - Alma está muy preocupada por ti, y si no quieres hacerlo por un demonio borde y antipático, hazlo por una fantasma joven y encantadora.

¿Una fantasma dulce y encantadora? Si hubiese podido ruborizarse lo habría hecho. Por una parte, aquel comentario había salido casi a propósito, pero no le había gustado que hubiese quedado tan cursi. ¿En qué clase de demonio se estaba convirtiendo? Empezaba a temer por transtornos de personalidad: ahora borde, ahora amable.

- Y bien, Talal, ¿a dónde te diriges?- Pensó que el camino se haría más corto si intentaba hacerlo más entretenido. Y, además, no le gustaban los extraños. Sobre todo los extraños acompañados de un oso que saludaba con la mano.

fdi: HAHAHAHA! me encanto eso de que a Luthys no le gustan los extraños y menos los extraños con un oso que saluda con la mano<3

ddi:

Tala volteo con la pirata y le sonrió tímidamente mientras jugaba con un mechón de su anaranjado cabello.
-Le aseguro señorita que Bokoko no es nada agresivo, al contrario es mas confiado de lo que debería. Así que, por favor no quisiera que se lastimara mas.-

Bokoko intentando persuadiría, se acercó a Sophitia y restregaba su cara en la espalda de la chica, era su modo de decir "vez, no voy a hacerte daño"

Los viajeros siguieron su trayecto, el camino habia sido muy silencioso y era hasta cierto punto incomodo. hasta que Talal escucho la pregunta de Luthys... y bien?, a donde iba realmente, se quedo pensativo antes de dar su respuesta.

-Realmente no lo se! dijo el Gitano con una gran sonrisa -Vamos de pueblo en pueblo probando mi suerte.
Bokoko y yo nos dedicamos a hacerle predicciones a la gente de lo que desean saber de su futuro y vendemos bonitas artesanías!. Odio admitirlo, pero este oso es muy bueno haciendo collares y coronas de flores.
Me alegra haberlo encontrado, me hace mucha ayuda, si no viajo a pie, ahuyenta extraños ,caza por mi y me calienta en el invierno, lo malo es que en esa época nos quedamos varados pero que importa!... -

El chico enserio era entusiasta y hablaba mucho.. tal vez demasiado para su propio bien.
Era la primera vez en mucho tiempo que tenia compañeros humanos, eso lo hacia totalmente feliz

No dejaban de molestarla con lo del pie, maldita sea, ojala no les hubiese contado. La pirata estaba sintiendo como aumentaba su mal humor a cada momento, detestaba profundamente que la gente le hablara en ese tono, para el caso, prefería a los egoístas que la dejaban en paz.

El modo de hablar de Luthys, ese modo de referirse a las cosas, casi le generaba un tic nervioso a la pirata el aguantarse, es que su mal carácter era conocido por todos los que habían recibido una golpisa por ella, y sin embargo seguía intentando pensar en que no era su culpa.

"No te permito que te niegues porque no sólo me estoy preocupando por ti, sino que nos estás retrasando." Dijo el semidemonio y Sophitia se detuvo en seco, mientras le hablaban ella seguía por lo general caminando, sin hacer comentarios, pero al escuchar eso no pudo evitar rechinar los dientes. Aun así no se giro, apretó los puños y se mordió el labio inferior para aguantarse, mientras sentía las caricias del extraño animal.

Dio media vuelta, se acerco la parte de atrás del oso sin decir una palabra, sin siquiera escuchar a Talal y sus bondadosos comentarios, ni los intentos de Luthys por cambiar de tema. Simplemente se agarro de la piel del oso, no de los pelos y pasando una pierna primero se subió.

El gesto de la pirata no era el mas agradable, mas bien parecía como si fuera a matar al primero que le hablara, pero poco le importaba, nadie le decía que retrasaba al grupo y se quedaba como si nada. Pero no era el momento ni el lugar, ya vería que pasaba en el futuro, pero una cosa era segura, no se olvidaría del asunto tan fácilmente.

El bosque por fin se abría, los arboles cada vez eran menos, y ya se podía ver algo de ganado pastando a los costados de un camino bastante marcado, signos típicos de que la civilización no estaba nada lejos. Seguramente si caminaban poco mas encontrarían las primeras casas, y luego el pueblo entero.

-ah Muchas gracias por...-!
observo el gesto de " voy a matar al primero que hable" de la pirata y callo de inmediato, entendida al perfección lo que significaba, y sentía que ella era capas de hacerlo, a decir verdad, la chica le daba un poco de miedo, a causa de malas experiencias pasadas con piratas.

El gitano volteo a ver a Luthis y a Alma con rostro preocupado debido a la reacción de Sophitia, se acerco y murmuro
- V-Va estar bien, verdad?, me da un poquito de miedo-

Talal sintió el tenso ambiente y mejor se guardo el resto de su charla para un mejor momento, al fin y al cabo, el pueblo no estaba lejos.

Intentó desviar sus pensamientos y evitar hablar, por si propio bien, quería llegar al pueblo sano y salvo.
El paisaje era hermoso, el verde pasto, las casitas de campo y los grandes arboles, definitivamente era un paisaje hermoso.

ALma sintió un escalofrío desde la nuca a los pies.

¿Dulce y amable?¿realmente Luthys acababa de decir eso.... de ella? No podía creerlo. ella que pensaba que el demonio... ¿Qué creía ella realmente que el demonio pensaba? NO tenía ni idea, de repente se dio cuenta de que no sabía del todo bien qué pensaba o dejaba de pensar el demonio respecto a ella. Tenía información del reino de las cascadas, que finalizaba con la idea de que para Lutys sólo era una espinita que le hacía daño y se le clavaba poco a poco. Después del encuentro con los demonios le parecía que en realidad le podía tener cierto aprecio pero...

La fantasma sacudió la cabeza cuando se dio cuenta de que andaba ensimismada. Dio gracias por no tener mejillas que se ruborizaran. Miró al gitano que acababa de decirles algo sobre Sophitia.

Notó cómo la pirata se alejaba, enfadada y más deprisa de lo que debería y suspiró.

<< Tranquilo, Talal, estará bien. La cabezonería se compensa con resistencia y fortaleza. >>

Sonrió al muchacho y luego sondeó un poco la zona con su percepción de fantasma. No era un pueblo, sino una cabaña lo que percibió un poco más a delante, pero hacia la izquierda del camino que tomaba la pirata.

<< Dile que gire a la izquierda. >> Dijo a Luthys << Por ese camino no llegará a ningún sitio y por el otro hay una cabaña. Quizá podamos encontrar ayuda ahí. >>

Talal les contó a qué dedicaba su tiempo junto a su amigo peludo. Y Luthys pensó que no era la primera vez que conocía a alguien con el mismo oficio u ocupación.

- No te preocupes, Talal, ha sido culpa mía.

Luthys se había percatado del error cometido con la joven, pero, ¿cómo pedirle disculpas? No se le daba demasiado bien. Miró a Alma, en busca de ayuda para hacerlo, pero enseguida retiró su mirada de la fantasma, ya que ella no estaba para ayudarle a él, era un demonio adulto y debía aprender a remediar sus errores.

Fue entonces cuando Alma habló para comunicarle que Sophitia iba en mal camino. Luthys miró a la pirata unos instantes, suspiró y dijo:

- Está bien, voy a adelantarme para hablar con ella. Intentaré enmendar mi error como pueda.- Hizo una pausa y miró a Alma.- Empiezo a estar un poco harto de este caracter mío...

Sin más, echó a andar a paso ligero hacia Sophitia, que ya les llevaba casi treinta pasos de diferencia. Alma y Talal permanecieron algo más rezagados, y Luthys lo agradeció, prefería hablar a solas con la pirata que no con un extraño como Talal y con Alma mirándole y pendiente de cualquier fallo que pudiera cometer.

Cuando estaba justo detrás de la joven morena, el demonio tosió para que ésta se percatara de su presencia. Tras un momento, habló:

- Eh... Sophitia, espera un momento. Tengo algo que decirte y lo primero de todo es que vas en dirección equivocada. - ¿Qué tal era su tono? ¿Lo bastante suave como para no enfadar aún más a la chica? - Pérdoname por lo que te he dicho antes. Es mi carácter, me cuesta mucho controlarlo y hago daño a los demás. - Hizo una pausa y añadió cogiendo más aire: - Fue el motivo por el que Alma y yo nos separamos hace un tiempo. A ella también le hago daño con mi carácter. - Se quedó boquiabierto por lo que acababa de decir, pero era demasiado tarde para decir otra cosa.

Talal asintió con la cabeza y les sonrió a ambos, quería convencerse de que no había sido su culpa, pero no podía evitarlo, sentía ese remordimiento en su interior.
Y para mas, sentía que no sabia lo que pasaba, obviamente el era el extraño en el grupo y tal vez preguntar con detalles que pasaba lo mas seguro seria un erro así que mejor con todo su esfuerzo se guardo su curiosidad.

Despues de que Luthys aceptara ir a disculparse con Sophitia Alma y Talal siguieron lento por su camino, Había silencio, solo se escuchaban los pasos del chico y el tintineo de sus collares y pulseras.

Intentando romper el silencio dijo el gitano en voz baja
-No me gusta cuando la gente pelea, me hace sentir pena en el corazón- mientras puso sus manos en las bolsas de su bata desgastada.

Le entro un risa de nervios, y busco algo mas que decir.

-dime, siempre son así?, tal vez al demonio le falta disciplina, Dijo la Pirata que tu eres su chica, porque no pones mano dura, figuradamente... y lo disciplinas? se ve que a ti es a la única que le hace caso-

La pirata no miraba por donde iba, de hecho, dejaba al oso caminar tranquilo, confiando en que de algún modo él sabría el camino. Obviamente esta idea no era muy lógica, pero ella no estaba pensando, toda su concentración y fuerzas estaban puestas en no enfadarse aun mas.

Por esto, no noto la mala dirección que estaba tomando, ni lo preocupado que estaba el grupo en general, aunque si lo hubiese notado no habría hecho nada para evitarlo. Para ser una persona que había pasado muchas penas, muchas necesidades y momentos peligrosos, su actitud podía ser muy similar a la de una niña caprichosa.

Cuando vio que Luthys se acercaba no dijo nada, miro hacia abajo como ofendida y gesto oscuro escuchando lo que tenía para decirle. Cuando menciono lo del cambio de dirección lo primero que pensó fue que otra vez criticaría su modo de hacer las cosas, no pudo evitar ponerse a la defensiva.

Sin embargo, el tono de vos del semi demonio no era el de siempre, no había que ser un genio para darse cuenta que se estaba esforzando en ser amable, y que estaba arrepentido por haber dicho esas cosas. Sophitia levanto la vista y lo miro a los ojos, como comprobando si lo que le decía era verdad.

- Bueno, sabes... Yo también me comporte mal, es decir, yo sé que mi carácter tampoco es el mejor... - Dijo y un leve rubor se poso en sus mejillas, pero fue durante apenas un pestañeo.

Luego vino el comentario personal, la muchacha noto el asombro en el gesto de Luthys, probablemente cualquier cosa que dijera solo lo abochornaría, lo miro unos segundo asombrada también y sonrió contenta.

- ¡Shhh! Hagamos como que eso no sucedió - Dijo guiñándole un ojo a modo cómplice - Es mejor hablar esas cosas cuando hay una deliciosa cerveza de por medio.

Miro para atrás, pero los otros dos parecían estar metidos en su propia conversación, probablemente no habían escuchado nada. Hizo que el oso doblara como si de un caballo se tratara y emprendió el camino correcto.

Alma miró cómo Luthys se acercaba a la pirata y se los quedó mirando, intentando averiguar de qué hablaban. Pero el comentario de Talal la sacód e sus divagaciones. Sonrió.

<< A mí tampoco me gusta ver pelear a la gente >> - comentó, dándole la razón al gitano. - << Pero hay quienes tienen un carácter demasiado difícil como para evitarlas. >> - No sólo se refería al demonio sino también a la pirata. Le resultaba incluso un poco cómico verlos pelear.

Entonces el siguiente comentario de Talal la desconcertó. Era la primera vez que alguien la nombraba como a la chica de alguien, y menos aún de Luthys.... Se sobresaltó, aunque se repuso esneguida y se alegród e no poder rborizarse.

<< En realidad no sé por qué Sophitia dijo eso, pero no es cierto. Luthys y yo sólo somos... viejos conocidos con demasiadas cosas en común. >>

Sonrió y miró al demonio. No sabía si el gitano veía también aquellas alas de oscuridad a su espalda, o aquellos ojos abrasadores que tanto la hicieron desconfiar la primera vez que se encontraron. Lo que sí sabía es que lo que acababa de decir no era del todo cierto, o al menos no quería que lo fuese. Sacuió la cabeza y miró al gitano de nuevo.

<< Yo no puedo hacer nada, él es así. Y ella también. >> añadió riéndose, como una broma. A pesar de todo aquel comentario había empezado a hacer girar un engranaje en algún lugar de su cabeza, y no estaba segura de querer saber qué maquinaria ponía en marcha...

Luthys se quedó mudo.

¿Eso era todo? ¿Sophitia le había perdonado sin más? ¿Había abierto su corazón confesando algo que no había querido para que fuera la reconciliación tan fácil? ¿Por qué se había comportado de forma tan exagerada entonces? ¿Se estaba burlando de él?...

Se disponía a abrir la boca cuando, al alzar la vista, vió a Alma junto al gitano. Se calmó de golpe. Suspiró y comenzó a caminar de nuevo junto a Sophitia, para volver a coger el camino adecuado.

¿Por qué eran tan raros los humanos? Cuando Sophitia se enfadó y echó a andar sola, Luthys pensó que iba a ser muy difícil convencerla para que le perdonase. Sin embargo, apenas le costó cuatro frases, aunque una de ellas hubiese deseado no pronunciarla. ¡Malditos humanos y sus carácteres!

- Está bien, haremos como que no ha pasado nada- "Estos humanos están completamente chiflados", pensó mientras hablaba.

Tras unos casi cuarenta pasos, Sophitia, él y... el oso, llegaron hasta donde se encontraban Talal y Alma. Luthys le dirigió una mirada a Alma, que bien sabía no daba nada a entender, pero que ella comprendería de alguna forma. Como siempre. Después sonrió a Sophitia, y más tarde a Talal. Al oso prefirió no mirarle.

- Está bien, ¿seguimos andando pues?

<< En realidad no sé por qué Sophitia dijo eso, pero no es cierto. Luthys y yo sólo somos... viejos conocidos con demasiadas cosas en común. >>

El gitano escucho las suaves palabras de la chica fantasma y no pudo evitar sentir un poco de simpatía, el sabia que era eso, viejos conocidos con demasiadas cosas en común...

-ah, d-de verdad?, yo enserio creía que tu y el... ahahaha ignora mi comentario entonces...-

Tala guardo silencio por un momento y dirigió una mirada a Alma, el modo en que ella observaba al demonio que caminaba frente a ellos, denotaba una clara muestra de sentimientos... o al menos eso pensaba el. Nunca había sido muy bueno en esas cosas, pero entendía el sentimiento de la chica.

-ahaha, tienes razon esos 2 estan destinados a pelear, es como tener a 2 lideres en el mismo equipo.
Dijo el pelinaranja riendo ligeramente, mientras los miraba hablar en la distancia.

-Luthys es un buen chico... la primera vez que lo vi, sentí algo de miedo por que en mi tribu decían que una persona con alas negras era la encarnación de la misma muerte, creo que exageraban.
Sophytia, es linda, es la primera pirata que conozco.. aunque tiene un carácter muy fuerte y me da miedo.
Y tu eres muy dulce, en este grupo hay de todo, me agradan -

Tras unos momentos de charla, observaron que los otros 2 miembros de la pequeña caravana se acercaban, "asunto solucionado!", penso para el mismo, lo hacia sentir bien que todo estuviera bien, Luthys le sonrió y anímicamente le regreso la sonrisa, el pueblo estaba cerca, el mismo camino lo decia.

Talal escucho las animadas palabras de Luthis y asintió feliz, para después acariciar la cabeza de su compañero oso.

Al parecer las presiones habían desaparecido, en otro momento, bajo otras circunstancias, le haría recordar a Luthys su comentario, y solucionaría el tema definitivamente. Pero no era ese el momento, ni el lugar para andar con problemas personales, lo mejor era calmarse un poco, dentro de toda la ira e irracionalidad que podía tener Sophitia dentro de su cabeza, también había (aunque la minoría de las veces) una pequeña vosesita de coherencia que le decía que esperara, que fuera paciente.

El camino se hacia a cada paso más claro, ya podían notarse las huellas de los campesinos que probablemente lo transitaran a diario, los que salían del bosque luego de una cacería, las curanderas que iban a juntar extrañas plantas, los comerciantes que llevaban sus mercancías de una ciudad a la otra o simplemente los que trabajaban en el bosque. Todos dejaban las marcas en el camino, subrayando mas y mas, con sus carros, sus caballos o sus huelles.

Sophitia ya no se aguantaba de ir sobre el oso como si se tratara de una invalida, quería llegar de una vez, bajarse y beber unas buenas cervezas en algún lugar. Odiaba los bosques, los odiaba profundamente, las flores le daban alergia, los arboles la desorientaban, y los animales la detestaban. El solo pensar en estar en una ciudad nuevamente la llenaba de gozo.

A medida que avanzaban comenzaron a cruzarse con alguno de los campesinos que vivían en el pueblo, al poco rato también apareció la dichosa aldea, como habían imaginado eran apenas unas treinta casas, un lugar que probablemente sobrevivía del dinero que les daba el vender sus productos a la capital. Al ser un lugar tan pequeño, ver a semejante grupo de personas entrando era algo digno de contemplar, sobre todas las cosas por el enorme oso.

- Algo me dice que nuestro plan de pasar desapercibidos es un fracaso - Dijo la pirata bromeando, luego se echo a reír.

A los pocos metros Sophitia vio por fin lo que estaba buscando desde hacia ya varias horas, desde el mismo momento en que los demonios se hicieron presentes en aquel claro, y todo se fue al infierno propiamente dicho.

Una taberna.

Alma sonrió a Talal.

<< Eres muy amable. Tú también pareces muy simpático y me agrada que nos hayamos encontrado.>>

de nuevo todos juntos siguieron andando y por fin llegaron al pueblo. Alma sonreía al ver cómo observaba la gente del pueblo al grupo, aunque a ella nadie le prestaba atención. Era lo único bueno de ser un fantasma, que luego no te relacionaban con extraños y variopintos grupos y nunca llamabas la atención. Se mantenía cerca del demonio. Aunque pretendía que fuera de forma natural a veces tenía la impresión de que a ojos de otros podría resultar un poco forzada. Si la pirata hubiese podido verla habría pensado que eso seguramente era lo que le había dado a la pirata la oportunidad de pensar que ella y luthuys... no siguió porque sólo pensarlo la hacía turbarse. Lo deshechó, diciéndose a sí misma que era una tontería, que la pirata sólo había confundido las cosas, después de todo se habían encontrado en una situación extraña y a ella ni siquiera podía verla u oírla. Eso le llevaba a pensar que habría malinterpretado la amabilidad para con ella del demonio, lo dejó ahí y volvió a la aleda.

Buscó con su percepción algo que le ayudara a encontrar un médico, ya que sophitia lo necesitaba. Antes de que pudiera sugerir a sus compañeros que laayudaran, la pirata enfiló en dirección a un edificio grande de la plaza.

<< Cómo no, va directa a la taberna >> comentó, riendo. << En fin, creo que alguien debería quedarse con ella, pero también creo que deberíamos buscar a un médico para su tobillo. Tenemos suerte, porque no creo que salga de la taberna en un rato... Así la tenemos localizada. >>

Miró a sus compañeros, se alegraba de que ambos la vieran. Eso hacía que se sintiera más... viva.

<< bien, ¿Nos dividimos? Uno que se quede con ella y el otro que venga conmigo a buscar un médico. Gracias a mi percepción puedo buscar más rápido, pero necesito a alguien que hable con la gente y con el propio médico una vez que lo encontremos. Y no creo que debamos dejar sola a Sophitia. ¿Estáis de acuerdo? >>

FDI: A ver chicas (porque creo que somos todo chicas ¿no?), como ya hablé con Sophitia este tema va a haber que ir acabándolo y separándonos para ir a por más tramas en el foro. Propongo, ya que Alma con su post da pie a eso, que vayamos unos a buscar a un médico y otros que se queden con la pirata y cuando el médico esté localizado puede ser buen momento de una despedida, ¿os parece?

DDI:

El demonio no pronunció palabra hasta que hubieron llegado al pueblo. No tardó en comprobar la razón que tenía Sophitia sobre lo de que no pasaban desapercibidos. ¡Desde luego que no: llevaban un oso con ellos!

Alma caminaba junto a él, aunque ninguno de los dos decía nada. Quizá la chica pensase que él no quería hablar, o que iba pensando alguna cosa... Pero Luthys tampoco se molestó en dejarle claro que no era ese el caso, simplemente caminó junto al grupo, deseando llamar lo menos la atención, aunque estaba visto que eso estaba complicado.

Sophitia iba en cabeza, junto a Talal, y sus ojos no tardaron en descubrir su rincón favorito de todos los que pueden encontrarse en cualquier pueblo o ciudad: una taberna. El demonio no pudo evitar sonreír, pues la chica se acercaba hasta el lugar, caminando todo lo deprisa que el dolor de su pie le permitía.

Luthys sonrió a Alma por su comentario y asintió. Llamó la atención de Sophitia para poder informarle de lo que la fantasma acababa de proponer.

- Alma propone que o bien Talal, o bien yo mismo, vayamos con ella a buscar a un médico para tu pie. Sé que vas a decir que no, pero no hemos llegado hasta aquí para dejarte así, ¿entendido?- Intentó mostrar un tono firme pero no brusco, para no herir a la pirata. - Bien, me da igual acompañar yo a Alma o que lo hagas tú- dijo mirando a Talal.- Aunque, decidas lo que decidas, el oso te lo llevas tú.- Luthys era consciente de que su tono había podido resultar cómico, pero le daba igual: ese oso no le gustaba y, por si fuera poco, llamaba demasiado la atención.- Está bien, Talal, tú decides.

FDI: me parece bien, porque con la universidad no me esta dando tiempo de nada, lamento la tardanza.

DDI:

Talal observo a Sophitia para después seguirse con Luthis y Alma, sentía presión y no sabia que decidir, pero su poco sentido común, actuó rápido, se aclaro la garganta y dijo:

-ah, bien creo que sera bueno que Sophitia y yo nos quedemos aquí, en la taberna, y tu y Alma vallan a buscar a un medico, yo cuidare bien de ella. Y me serviría buscar agua para Bokoko, se ve cansado...Aparte, no seria apropiado estar de salero entre ustedes-

Añadió con su extraña sonrisa, y se volteo hacia la entrada de la taberna.

-Oh por cierto, si mis visiones no se equivocan, lloverá en unas horas, así que dense prisa, aunque de otro modo, una caminata bajo la lluvia es linda, Suerte.-

Y sin mas que decir entro a la taberna, en donde la pirata ya se encontraba disfrutando una deliciosa cerveza, para quitase la sed e ignorar el dolor de su tobillo. Tala solo sonrió y tomo asiento en la barra junto a la Chica.

Decir que iba a toda su velocidad era poco, no noto las risas encubiertas de Luthys y mucho menos la de Alma, lo único que sabia con seguridad era que necesitaba un trago. El lugar al que se dirigía no era muy grande, una taberna pequeña compuesta de un solo cuarto con mesas, una barra como para tres personas a lo mucho y una puerta que conducía seguramente a una cocina. Las paredes por fuera eran blancas, pintadas con cal, los vidrios al menos estaban enteros, eso ya era mucho.

Escucho el plan con atención y se aguanto el quejarse con todas sus fuerzas, por un momento había pensado que podía pasar del medico sin mayores inconvenientes, que quizás se olvidarían en el viaje. Pero no se lo iban a hacer tan fácil, le alegraba profundamente que se preocuparan por su salud, pero no gracias. La cuestión era, en la mente de la pirata, que si protestaba no lograría absolutamente nada, y tal vez se apuraran aun más en traer al bendito doctor.

- De acuerdo, entonces vayan, yo beberé algo, lo suficiente como para no darme cuenta de lo que sucede – Claro que eso era una ridiculez, con la tolerancia al alcohol que poseía necesitaba muchas horas para llegar a semejante estado, pero el papel de pirata borracha por esta vez le serviría. Miró a Luthys fijamente unos segundos e hizo una sonrisa torcida antes de entrar al lugar, no necesitaba decirle más nada.

Mientras entraba al lugar escuchaba los últimos comentarios de Talal, ahogó una risa poniéndose una mano en la boca, el muchacho era mucho más avispado de lo que su imagen denotaba ¡Bien por él! Iba siendo hora de que alguien les dijera algo a esos dos, mucho mejor si era alguien que podía verlos a ambos.

Sophitia se sentó en la barra, no pensaban quedarse mucho tiempo, así que no necesitaba acomodarse en una mesa “Cerveza”, es lo único que le dijo al tabernero, luego se dio vuelta apoyando los codos sobre la tabla para mirar más cómodamente el lugar. Habían unas cinco mesas, y unas dos personas en cada una, a veces tres, eso era gente más que suficiente, las paredes eran también blancas por el cal y unas cabezas de jabalíes colgaban en varios sitios, producto de cacerías pasadas supuso la pirata. Observo como el gitano se ponía junto a ella, mientras le daba varios sorbos largos a su jarra, no estaba muy segura de qué sabía o qué no sabía hacer este muchacho, pero tendría que arriesgarse, no se dejaría atender por un medico ni muerta.

- Oye, Talal, pídete algo y ponte cómodo, mis propias visiones no mágicas me dicen que el lugar se va a poner movido – Le sonrió de oreja a oreja mientras decía esto, y es que desde ya hacia casi un día entero que quería descargar su mal humor y este parecía el lugar y el momento preciso – Lamento que nuestro viaje halla sido tan corto, espero cruzarte nuevamente, nos sentaremos a beber algo y conversaremos hasta que se nos sequen la lenguas ¡Saludos por eso! – Agrego brindando despacio con el vaso de su compañero.

Había estado meditando cómo sería el modo más adecuado para crear alboroto sin tener que gastar mucha energía, considero que lo mejor era arrojar el duro jarro de cerveza a la cabeza de alguno de los presentes, y eso mismo hizo, dándole de lleno a un sujeto especialmente corpulento que se dio vuelta con cara de pocos amigos.

- Oh, disculpa grandullón, es que con lo feo que eres te confundí con uno de los jabalíes de la pared – Se burlo desde su cómoda postura apoyada en la barra.

El sujeto no se hizo esperar, se acerco con el entre cejo fruncido y la mirada hecha fuego, murmurando algo así como “rata asquerosa, te haré polvo” o cosa similar, es que ya tenía varias copas encima y resultaba difícil entenderle. Cuando lo tuvo a pocos centímetros de distancia, cuando ya podía casi oler su asqueroso aliento de alcohólico, recién entonces se puso derecha y tomo el asunto algo más seriamente, el hombre la pasaba por una cabeza, pero en lugar de apabullarla, esto le hacia hervir la sangre.

- ¡No molestes idiota! – Levanto la pierna no lastimada y con todas sus fuerzas le pateo la entrepierna.

Luego de esto las cosas se volvieron algo confusas, los compañeros del sujeto se levantaron de la mesa a la vez que su amigo caía al piso agarrándose la entrepierna. Sophitia sonreía y se reía mientras los veía venir, parecía estar algo loca, y en cierto modo lo estaba, adoraba la pelea, la hacia sentir viva. Al primero lo golpeo con una botella que había sobre la misma barra, pero el segundo logró golpearla, rodó para alejarse, quedando bajo la mesa de otro grupo que sin quererlo había terminado involucrado en la pelea. Salió por el lado opuesto de donde había entrado, se levanto con algo de dificultad por el pie y agarro una silla, que rápidamente tiro golpeando a los de otra mesa más.

- ¡Jajajaja! Vamos, vamos, todos tenemos que bailar, sino no tiene gracia – Grito a puro pulmón. El lugar ya era un desastre, por un motivo u otro todos se habían metido en la pequeña batalla. La pirata golpeaba aquí, devolvía otro por allá, la empujaban, caía y volvía a levantarse mientras daba carcajadas y gritaba improperios.

Pero la diversión termino rápido, sintió dos enormes manos que la tomaban por los hombros y la levantaban en el aire, volteo el rostro para ver de quien se trataba, el primero hombre al que había golpeado se había levantado y no parecía estar de muy buen humor.

- Ah, pero si es el Señor cara de Jabalí – Dijo moviendo las piernas en el aire en un intento vano por liberarse, pero no fue necesario, la levanto por encima de su cabeza y con todas sus fuerzas la tiro a través de la ventana.

Vidrios y pedazos de madera salieron por todos lados, Sophitia apenas hizo a tiempo de rodar por media calle en un intento de no caer tan mal, cuando por fin se detuvo abrió los ojos y miro alrededor, aun no habían salido de la taberna, pero pronto lo harían, y también volverían Luthys y Alma. Se levanto como pudo, apoyándose contra la pared de la casa que estaba en frente, se sacudió algunos de los vidrios y se quito un poco de sangre que le salía del labio roto.

- Ahora si, adiós – Fue lo único que agrego antes de comenzar a cojear fuera del pueblo con toda la velocidad que era posible en su estado. Confiaba que para cuando la persiguieran ya podría haber tomado varios caminos, o al menos encontrado un buen lugar donde esconderse, "Ja! Y no pague la cuenta" pensaba mientras iba en su dispar trote.

-------------
FDI: Y esa sería mi despedida de este tema, fue un placer enorme rolear con ustedes ^^

FDI: a mi también me parece bien. Me ha encantado tu despedida Sophitia, y lamento profundamente haber causado el alargamiento indebido de este tema >.<

DDI:

Alma se alegró de que su plan fuese aceptado. Y también de no tener un cuerpo, aunque esa era la enésima vez en el día que lo pensaba. El comentario de Talal, aparentemente despreocupado le hizo sentirse nerviosa. Miró a Luthys de reojo para ver cómo reaccionaba, pero decidió que no debía centrarse en eso.

Mientras el trozo independiente de pensamiento analizaba en su cabeza la causa de ese nerviosismo, la fantasma se comportó como si el comentario hubiese sido cualquier otro y no le afectara para nada.

<< De acuerdo entonces, busca algo de beber para Bokoko, y vigila a Sophitia mientras Luthys y yo buscamos un médico. >>

Sonrió con amabilidad, en parte para ocultar su turbación,y descubrió que le costaba mucho menos de lo que le había parecido en un principio, quizá porque sí tenía ganas de sonreir, en el fondo. Porque se alegraba de que las cosas se hubiesen resuelto así, que no tuviese que separarse del demonio....

<< Démonos prisa, por si acaso Talal está en lo cierto. YO no puedo mojarme, pero no me gustaría que quedaras empapado >> Comentó al demonio con una risita. De nuevo obvió el comentario de Talal que podía interpretarse de manera... ¿equivocada?

Empezó a flotar en dirección a las casas del otro lado de la posada y se metió por un callejón, esperando que el demoio la siguiera. Se mantenía atenta a todo a su alrededor, buscando indicios de que alguna de las personas que se cruzaban fuese un médico, y así evitaba tener que pensar o que darle conversación al demonio. Ahora mismo hablar habría demostrado su nerviosismo, así que se mordió la lengua, metafóricamente hablando, y siguió concentrada en su busca.

Por fin, después de un rato, escuchó voces dentro de una casa y se acercó. Sin duda allí vivía un médico, pues vio el instrumental en la habitación donde una niña permanecía tendida en una cama mientras un hombre con una bata rebuscaba en su maletín.

Volvió a la calle y se acercó al demonio.

<< ¡¡Luthys!! Aquí hay un médico. Está dándole un ungüento a una niña. SEguro que es un médico. ¿Por qué no te acercas a la casa y llamas? Espero que pueda acompañarnos... >>

Aunque lo intentó por todos los medios, Luthys fue incapaz de que no se le notara su nerviosismo por el comentario de Talal. "Qué majo el chico, encima de nuevo, sincero y sin tapujos..." Sin embargo, aunque temió contestar algo indebido al muchacho, no lo hizo. Y, contrario a lo que él mismo pensó que haría, sonrió y se rascó la nuca, algo avergonzado.

- Eh, sí, bien... eh... Alma y yo buscaremos al médico. Volveremos pronto, sí.

Fue lo único que dijo antes de cerrar su bocaza, agachar su cabeza y echar a andar. Ni siquiera quería mirar a Alma, ¿se habría puesto colorado como los humanos? Sabía que no, que él no podía ruborizarse, pero también sabía que si miraba a la fantasma, ésta notaría lo nervioso y avergonzado que estaba. No, mejor mantener la cabeza baja y caminar sin decir palabra.

Y así fue. Hasta que Alma no habló para indicarle dónde se encontraba el que parecía ser un médico, Luthys no habló.

- Está bien, voy a hablar con él. No te alejes de aquí, no quiero perder tiempo en buscarte luego y tampoco quiero explicar que no vengo solo...- Desgraciadamente, el tono no había sido el adecuado debido a su nerviosismo aún por el comentario de Talal y más aún por la prisa de que no les lloviera y de llegar lo más pronto posible a la taberna, que por suerte no se encontraba muy lejos. Sin embargo, intentó remediarlo con una leve sonrisa por su parte.

Y sin más, caminó hasta el hombre que Alma había señalado. Se trataba de un señor de unos cuarenta y tantos años, con bigote y castaño. Era más delgado que gordo, y algo más alto de Luthys. Se acababa de despedir de una niña y su madre.

- Oiga, disculpe- dijo en voz alta para llamar su atención - ¿Es usted médico? Necesito que me acompañe. Le pagaré. - añadió sacando y mostrando unas monedas. El hombre le miró extrañado, quizá por la prisa que Luthys parecía tener. El demonio temió que se negara a acompañarle, pero el hombre se acercó hasta él y le dijo:

- Explíqueme de qué se trata y dónde tengo que acompañarle

- A la taberna que hay en esa dirección- dijo señalando con el dedo.- Se trata de una chica, parece sufrir una torcedura en el tobillo, pero no entiendo mucho de esas cosas. Si fuera usted tan amable...

No acabó la frase, pues el hombre no había dejado de asentir con la cabeza y ya comenzaba a andar en la dirección que Luthys le había indicado.

- No hay tiempo que perder, y no me gustaría mojarme con la lluvia que se aproxima- Luthys sonrió interiormente al recordar lo que Talal les había advertido.

Cuando pasaron junto a Alma, Luthys le indicó que les siguiera, acelerando el paso a ritmo del médico.