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Tlu valyrin lu'el whol ussa [Libre]
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Tlu valyrin lu'el whol ussa [Libre]
Tumulto en los arrabales. Se podría decir que era el pan nuestro de cada día, siempre había alguien corriendo, alguien gritando de dolor, alguien riendo maníacamente en alguna de sus esquinas. Era una constante, tanto como el hedor y la podredumbre de las zonas más hundidas dentro de los propios barrios bajos.
Y si había otra constante en esa misma región, eran guardias persiguiendo rateros, meretrices, violadores y demás gente de baja ralea.
Así pues, el muchacho que corría con una bolsa de oro apretada contra el pecho estaba muy acostumbrado a que le gritasen que se parase, y aún más a ignorar a la guardia y correr tan rápido como le era posible. Después de todo, sabía la pena por robar, y sabía que había guardias que no tendrían ningún problema en cortarle un dedo, o incluso una mano.
Pero lo que no sabía era que había una guardia en concreto a la que le importaba muy poco la vida de una cría de humano.
O mejor dicho, acababa de descubrirlo de la peor forma posible.
El muchacho, escuálido y de pelo deslustroso que bajo las capas de roña era marrón, miró con sorpresa hacia su pecho, sus ojos marrones e infantiles abiertos como platos. No era para menos, pues de su esternón sobresalía el asta de una lanza que descansaba en una mano enguantada, perteneciente a una mujer de piel negra y ojos rojos que le miraba con el mismo desdén con el que un exterminador miraría a una rata muerta.
El chico soltó la bolsa, intentando coger aire, pero sólo emergió de él un esputo rojizo que hizo que la mujer ladease la cabeza. Intentó trastabillar, pero estaba bien ensartado, por lo que no pudo resistirse cuando la extraña guardia de la ciudad dio un paso hacia él, haciéndole caer de espaldas. Con un giro de muñeca, un dolor atroz recorrió el cuerpo del muchacho mientras sus costillas se separaban, llenando de dolor y agonía su pequeño cuerpo... hasta que de pronto, todo cesó
¡Faeraste! ¿A qué... viene... esto? Un orondo guarda que apenas entraba en su armadura jadeó, sudoroso y con la cara lívida de furia mientras intentaba recuperar la respiración, sus manos en las rodillas. La drow desvió la mirada al hombre, después al niño, y desclavó sin miramientos su arma del pecho
Cumplir órdeness, sseñor. Ussted dijo que le parasse. Ahora missmo esstá indudablemente quieto, sseñor replicó la drow, limpiando con parsimonia la punta de su lanza en el cuerpo aún caliente del niño. Su expresión era indiferente, como quien miraba un paño en la barra de un bar
¡No era eso a lo que... me refería! ¡Podrías... haberlo detenido... sin violencia!
Ah, pero sseñor... ussted no lo esspecificó... la drow sonrió de lado, recogiendo con la punta de su arma la bolsa de dinero del suelo, justo al lado del cadáver infantil. Con un gesto indiferente la lanzó a su superior, y se echó la lanza al hombro Ahí esstá ssu bolssa, sseñor... debería guardarla con máss precaución añadió, aún con esa sonrisa burlona.
El orondo guarda la fulminó con la mirada, abrió y cerró la boca y se guardó la bolsa, furibundo
¡Nada de usar fuerza letal en lo que queda de patrulla, ¿Entendido?! ¡Y prosigue con lo acordado! Yo... tengo que informar de esto El hombre elevó el mentón, giró sobre sí mismo con la torpeza de un cerdo borracho y volvió sobre sus pasos, camino a la taberna más cercana sin lugar a dudas. La drow le vio marchar y negó con la cabeza. Ese tipo hubiera durado medio suspiro en la infraoscuridad. Pero ahora estaban en la superficie, y al parecer la supervivencia aquí venía dictada por el más afortunado, y no por el más apto.
Se encogió de hombros, dio un leve puntapié al cadáver fresco, sonrió para sí misma y comenzó a andar de nuevo. Con suerte, tendría algún encontronazo y podría volver a humillar a ese cerdo seboso matando a alguien... sin usar la fuerza letal
Y si había otra constante en esa misma región, eran guardias persiguiendo rateros, meretrices, violadores y demás gente de baja ralea.
Así pues, el muchacho que corría con una bolsa de oro apretada contra el pecho estaba muy acostumbrado a que le gritasen que se parase, y aún más a ignorar a la guardia y correr tan rápido como le era posible. Después de todo, sabía la pena por robar, y sabía que había guardias que no tendrían ningún problema en cortarle un dedo, o incluso una mano.
Pero lo que no sabía era que había una guardia en concreto a la que le importaba muy poco la vida de una cría de humano.
O mejor dicho, acababa de descubrirlo de la peor forma posible.
El muchacho, escuálido y de pelo deslustroso que bajo las capas de roña era marrón, miró con sorpresa hacia su pecho, sus ojos marrones e infantiles abiertos como platos. No era para menos, pues de su esternón sobresalía el asta de una lanza que descansaba en una mano enguantada, perteneciente a una mujer de piel negra y ojos rojos que le miraba con el mismo desdén con el que un exterminador miraría a una rata muerta.
El chico soltó la bolsa, intentando coger aire, pero sólo emergió de él un esputo rojizo que hizo que la mujer ladease la cabeza. Intentó trastabillar, pero estaba bien ensartado, por lo que no pudo resistirse cuando la extraña guardia de la ciudad dio un paso hacia él, haciéndole caer de espaldas. Con un giro de muñeca, un dolor atroz recorrió el cuerpo del muchacho mientras sus costillas se separaban, llenando de dolor y agonía su pequeño cuerpo... hasta que de pronto, todo cesó
¡Faeraste! ¿A qué... viene... esto? Un orondo guarda que apenas entraba en su armadura jadeó, sudoroso y con la cara lívida de furia mientras intentaba recuperar la respiración, sus manos en las rodillas. La drow desvió la mirada al hombre, después al niño, y desclavó sin miramientos su arma del pecho
Cumplir órdeness, sseñor. Ussted dijo que le parasse. Ahora missmo esstá indudablemente quieto, sseñor replicó la drow, limpiando con parsimonia la punta de su lanza en el cuerpo aún caliente del niño. Su expresión era indiferente, como quien miraba un paño en la barra de un bar
¡No era eso a lo que... me refería! ¡Podrías... haberlo detenido... sin violencia!
Ah, pero sseñor... ussted no lo esspecificó... la drow sonrió de lado, recogiendo con la punta de su arma la bolsa de dinero del suelo, justo al lado del cadáver infantil. Con un gesto indiferente la lanzó a su superior, y se echó la lanza al hombro Ahí esstá ssu bolssa, sseñor... debería guardarla con máss precaución añadió, aún con esa sonrisa burlona.
El orondo guarda la fulminó con la mirada, abrió y cerró la boca y se guardó la bolsa, furibundo
¡Nada de usar fuerza letal en lo que queda de patrulla, ¿Entendido?! ¡Y prosigue con lo acordado! Yo... tengo que informar de esto El hombre elevó el mentón, giró sobre sí mismo con la torpeza de un cerdo borracho y volvió sobre sus pasos, camino a la taberna más cercana sin lugar a dudas. La drow le vio marchar y negó con la cabeza. Ese tipo hubiera durado medio suspiro en la infraoscuridad. Pero ahora estaban en la superficie, y al parecer la supervivencia aquí venía dictada por el más afortunado, y no por el más apto.
Se encogió de hombros, dio un leve puntapié al cadáver fresco, sonrió para sí misma y comenzó a andar de nuevo. Con suerte, tendría algún encontronazo y podría volver a humillar a ese cerdo seboso matando a alguien... sin usar la fuerza letal
Faeraste- Cantidad de envíos : 14
Re: Tlu valyrin lu'el whol ussa [Libre]
Demasiados días en Trinacracia sin nada que hacer. Los arrabales son cómodos, pero empiezo a estar inquieta. Mi bolsa se vacía poco a poco y no encuentro ninguna información que sea de utilidad. Estoy perdiendo el tiempo aquí, sé que debería moverme, cambiar de sitio otra vez, pero esa estúpida voz en mi cabeza me dice que voy a encontrar algo interesante aquí.
Entonces lo veo, el niño que corretea entre la gente, como si no hubiese roto un plato en su vida. Me interesa ese niño, porque Sish le vio preguntando por mí en la posada el otro día.
>> Es él sin duda <<
La voz de Sish me hace reaccionar, recorriendo las calles paralelas a las que usa el muchacho en su deambular, esperando el momento oportuno para arramblar con él hacia un callejón y encontrar respuestas. Pero no tengo tiempo. El muy idiota le roba la bolsa a un guardia y sale corriendo. Le pierdo la pista y los pocos segundos que tardo en alcanzarlo de nuevo han acabado con mi oportunidad. Desde una esquina veo la escena: el muchacho con la lanza en el pecho, la mujer de piel negra y ojos rojos que parece disfrutar con todo aquello y la conversación que acontece con el orondo guardia. Maldigo para mis adentros... ¿Ahora qué?
Espero a que la drow se aleje un poco y me acerco a inspeccionar el cadáver, intentando encontrar una pista que me aclare la situación, pero no hay nada. Aunque eso ya lo sabía. Con un resoplido y un siseo me incorporo mirando alrededor a través de la capucha que sigue calada en mi cabeza. Mi pequeña amiga repta por mi brazo y me mira, enroscada en mi muñeca.
- Ese chico preguntaba por algo. ¿Esperamos a que aparezca otro? No tengo manera de buscar a sus compinches...
Suspiro, La pequeña serpiente suelta un siseo de ánimo y luego me giro. Me dispongo a alejarme del lugar del todo cuando la imagen de la drow viene a mi cabeza. Esos ojos rojos despiadados... a pesar de su uniforme de guardia de la ciudad, no parecía muy respetuosa con sus superiores. Parecía disfrutar de aquello, quizá ella conozca a algún otro ladronzuelo de la zona o tenga acceso a alguno de los capturados por otros turnos de guardia. Claro que no puedo acercarme a ella sin más a preguntarle...
Decido dar media vuelta y perderme entre la multitud buscando a la guardia. Tardo un par de pasos en escuchar barullo en otro callejón y me dispongo a entrar para comprobar si la drow está presente en el tumulto. Un puñado de hombres han acorralado a una familia de mercaderes que están armando un escándalo demasiado grande para las pobres y malas mercancías que tienen. Parecería un atraco de no conocer al mercader, que es un habitual en la zona de prestamistas y sicarios. La conversación que consigo entender me corrobora que el hombre tiene problemas con un dinero prestado que no ha sido devuelto. Lo más rápido que puedo salgo del callejón confundiéndome entre la gente, pero quedándome lo suficientemente cerca por si aparece la guardia.
Y si todo esto no me lleva a ningún sitio, por lo menos está siendo entretenido...
Entonces lo veo, el niño que corretea entre la gente, como si no hubiese roto un plato en su vida. Me interesa ese niño, porque Sish le vio preguntando por mí en la posada el otro día.
>> Es él sin duda <<
La voz de Sish me hace reaccionar, recorriendo las calles paralelas a las que usa el muchacho en su deambular, esperando el momento oportuno para arramblar con él hacia un callejón y encontrar respuestas. Pero no tengo tiempo. El muy idiota le roba la bolsa a un guardia y sale corriendo. Le pierdo la pista y los pocos segundos que tardo en alcanzarlo de nuevo han acabado con mi oportunidad. Desde una esquina veo la escena: el muchacho con la lanza en el pecho, la mujer de piel negra y ojos rojos que parece disfrutar con todo aquello y la conversación que acontece con el orondo guardia. Maldigo para mis adentros... ¿Ahora qué?
Espero a que la drow se aleje un poco y me acerco a inspeccionar el cadáver, intentando encontrar una pista que me aclare la situación, pero no hay nada. Aunque eso ya lo sabía. Con un resoplido y un siseo me incorporo mirando alrededor a través de la capucha que sigue calada en mi cabeza. Mi pequeña amiga repta por mi brazo y me mira, enroscada en mi muñeca.
- Ese chico preguntaba por algo. ¿Esperamos a que aparezca otro? No tengo manera de buscar a sus compinches...
Suspiro, La pequeña serpiente suelta un siseo de ánimo y luego me giro. Me dispongo a alejarme del lugar del todo cuando la imagen de la drow viene a mi cabeza. Esos ojos rojos despiadados... a pesar de su uniforme de guardia de la ciudad, no parecía muy respetuosa con sus superiores. Parecía disfrutar de aquello, quizá ella conozca a algún otro ladronzuelo de la zona o tenga acceso a alguno de los capturados por otros turnos de guardia. Claro que no puedo acercarme a ella sin más a preguntarle...
Decido dar media vuelta y perderme entre la multitud buscando a la guardia. Tardo un par de pasos en escuchar barullo en otro callejón y me dispongo a entrar para comprobar si la drow está presente en el tumulto. Un puñado de hombres han acorralado a una familia de mercaderes que están armando un escándalo demasiado grande para las pobres y malas mercancías que tienen. Parecería un atraco de no conocer al mercader, que es un habitual en la zona de prestamistas y sicarios. La conversación que consigo entender me corrobora que el hombre tiene problemas con un dinero prestado que no ha sido devuelto. Lo más rápido que puedo salgo del callejón confundiéndome entre la gente, pero quedándome lo suficientemente cerca por si aparece la guardia.
Y si todo esto no me lleva a ningún sitio, por lo menos está siendo entretenido...
Shëa- Cantidad de envíos : 46
Re: Tlu valyrin lu'el whol ussa [Libre]
Por supuesto, si algo tienen los oídos de los elfos es que tienden a ser sumamente agudos. Especialmente si te han entrenado toda tu vida para estar atenta a la emboscada de los sigilosos demonios de las profundidades, esas criaturas que por poco no habían exterminado a toda tu raza.
Así pues, Faeraste también se dirigió hacia el callejón, sonriendo para sí mientras se movía en sorprendente sigilo por las callejuelas hasta emerger peligrosamente cerca de la chica serpiente. No parecía que la hubiera visto, pero quizás simplemente le importaba poco que hubiera espectadores. De hecho, se apoyó sonoramente contra la pared. De la figura encapuchada sólo se podían ver sus brillantes ojos rojos y una enorme sonrisa propia del gato de Cheshire
Oh, por favor... Prosseguid, como ssi no esstuviesse... Cuantoss máss cargoss, mejor para mí añadió con sarcasmo al ver cómo los matones del usurero se daban la vuelta para encarse con ella. Sonrió de oreja a oreja, esperando su reacción...
Que ni se hizo esperar, ni decepcionó a la belicosa Drow. Los tipos, armados con espadas cortas, se abalanzaron sobre ella, pero no golpearon más que aire cuando la mujer de piel negra se escurrió por debajo de sus hojas, deslizándose con habilidad contra la pared. Tal y donde se encontraban, un guerrero menos hábil habría sido incapaz de usar su lanza, y eso lo sabían los matones.
Lo que no sabían es que Faeraste era precisamente hábil. Con un puntapié a su lanza, la mujer elevó el extremo sin punta a una velocidad considerable, hincando el asta en el estómago de uno de los hombres, que puso los ojos en blanco y cayó al suelo con un resoplido entre arcadas. Con un paso hacia el frente y un puntapié con la parte metálica de sus espinilleras, ese matón se vio con una cara nueva y en los brazos de Morfeo, dejando a Faeraste con cuatro matones más y un mercader que cada vez sudaba más.
La drow se rió quedamente cuando los cuatro matones se tiraron de frente a por ella. En serio, ¿no podían ser más previsibles? Con un rápido movimiento, Faeraste dio la vuelta a su lanza, hundiendo la punta de esta en el suelo. Con un potente salto, se catapultó por encima de sus atacantes, cayendo con las rodillas por delante en la cara del matón más alejado de todos, partiéndole el cuello en el proceso. Ah, la fuerza no-letal... a veces puede resultar peligrosamente incapacitante
La mujer se arqueó, riendo levemente mientras notaba cómo caía al suelo. En cuanto lo tocó, rodó lejos del parapléjico de nueva adquisición se giró, encarándose a sus tres rivales. Giró sobre sí misma, lanzando el asta de su lanza a la cara del más cercano, partiéndole un labio, para después lanzar un ataque subiendo y bajando el asta en un golpe seco contra el hombro del hombre. ¿El resultado? Una cara nueva y un brazo dislocado.
Quedaban dos, y Faeraste sonrió de oreja a oreja, relamiéndose...
... y segundos después, todos los matones huyeron junto con el mercader, que acababa de conseguir alcanzar la entrada del callejón, huyendo valientemente de la homicida drow. La mujer suspiró, negó con la cabeza y se echó la lanza al hombro, lanzando una mirada a la familia. Tras unos segundos en silencio, la mujer les dirigió un saludo con la cabeza y comenzó a atar a los desafortunados matones como si de salchichas se tratasen, canturreando una canción en su propio idioma, aparentemente indiferente a lo que ocurriese a su alrededor
Así pues, Faeraste también se dirigió hacia el callejón, sonriendo para sí mientras se movía en sorprendente sigilo por las callejuelas hasta emerger peligrosamente cerca de la chica serpiente. No parecía que la hubiera visto, pero quizás simplemente le importaba poco que hubiera espectadores. De hecho, se apoyó sonoramente contra la pared. De la figura encapuchada sólo se podían ver sus brillantes ojos rojos y una enorme sonrisa propia del gato de Cheshire
Oh, por favor... Prosseguid, como ssi no esstuviesse... Cuantoss máss cargoss, mejor para mí añadió con sarcasmo al ver cómo los matones del usurero se daban la vuelta para encarse con ella. Sonrió de oreja a oreja, esperando su reacción...
Que ni se hizo esperar, ni decepcionó a la belicosa Drow. Los tipos, armados con espadas cortas, se abalanzaron sobre ella, pero no golpearon más que aire cuando la mujer de piel negra se escurrió por debajo de sus hojas, deslizándose con habilidad contra la pared. Tal y donde se encontraban, un guerrero menos hábil habría sido incapaz de usar su lanza, y eso lo sabían los matones.
Lo que no sabían es que Faeraste era precisamente hábil. Con un puntapié a su lanza, la mujer elevó el extremo sin punta a una velocidad considerable, hincando el asta en el estómago de uno de los hombres, que puso los ojos en blanco y cayó al suelo con un resoplido entre arcadas. Con un paso hacia el frente y un puntapié con la parte metálica de sus espinilleras, ese matón se vio con una cara nueva y en los brazos de Morfeo, dejando a Faeraste con cuatro matones más y un mercader que cada vez sudaba más.
La drow se rió quedamente cuando los cuatro matones se tiraron de frente a por ella. En serio, ¿no podían ser más previsibles? Con un rápido movimiento, Faeraste dio la vuelta a su lanza, hundiendo la punta de esta en el suelo. Con un potente salto, se catapultó por encima de sus atacantes, cayendo con las rodillas por delante en la cara del matón más alejado de todos, partiéndole el cuello en el proceso. Ah, la fuerza no-letal... a veces puede resultar peligrosamente incapacitante
La mujer se arqueó, riendo levemente mientras notaba cómo caía al suelo. En cuanto lo tocó, rodó lejos del parapléjico de nueva adquisición se giró, encarándose a sus tres rivales. Giró sobre sí misma, lanzando el asta de su lanza a la cara del más cercano, partiéndole un labio, para después lanzar un ataque subiendo y bajando el asta en un golpe seco contra el hombro del hombre. ¿El resultado? Una cara nueva y un brazo dislocado.
Quedaban dos, y Faeraste sonrió de oreja a oreja, relamiéndose...
... y segundos después, todos los matones huyeron junto con el mercader, que acababa de conseguir alcanzar la entrada del callejón, huyendo valientemente de la homicida drow. La mujer suspiró, negó con la cabeza y se echó la lanza al hombro, lanzando una mirada a la familia. Tras unos segundos en silencio, la mujer les dirigió un saludo con la cabeza y comenzó a atar a los desafortunados matones como si de salchichas se tratasen, canturreando una canción en su propio idioma, aparentemente indiferente a lo que ocurriese a su alrededor
Faeraste- Cantidad de envíos : 14
Re: Tlu valyrin lu'el whol ussa [Libre]
No me equivocaba. Al poco aparece a mi lado la guardia drow, y parece encantada de encontrarse con esa situación. Antes de que me de cuenta, está enzarzada en una pelea bastante curiosa con los matones. Los provoca para demostrar su superioridad, aunque no hay que ser un lince para apreciarlo después de ver dos o tres de sus movimientos. Nunca había visto a nadie usar la lanza con tanta soltura, y eso me crea cierta curiosidad. Observo su técnica mientras despacha a sus presas - ya que no tengo otro nombre que darles viendo el espectáculo - con una facilidad asombrosa. Lo cierto es que esos matones parecen más hechos para intimidar que para pelear, pero aún así la limpieza y precisión de los movimientos de la drow me asombran.
Al poco, el mercader ha desaparecido, su familia sale corriendo azuzada por la guardia y ésta se queda sola, atando a los maleantes que están todos inconscientes. Me quedo mirándola,, desde mi posición, calibrando cómo acercarme a ella. El combate me ha causado curiosidad, así como su sonrisa casi felina.
>> Ten cuidado con ella. Es peligrosa <<
No hace falta escuchar el leve siseo de mi compañera en mi oído para saber que tiene razón. Quizá no es una buena idea, pero no voy a quedarme esperando ni un minuto más en esa asquerosa habitación a que me caiga una pista del cielo. Doy un paso al frente, entrando en el callejón, oculta bajo mi capucha, y me acerco a ella con tranquilidad, como si fuese lo más normal del mundo, sabiendo que intentar hacerlo con sigilo y cautela seguramente le haga pensar que los compañeros de sus prisioneros han venido a ayudar. No, me interesa parecer alguien de allí, haciendo algo normal. Como un ciudadano normal pidiendo ayuda a la guardia. Me quedo a unos pasos de ella y sonrió sin mostrar los dientes, pero no de forma amenazadora.
- Vaya, me alegra saber que la guardia hace su trabajo de forma tan eficiente. - comento en voz alta, como si fuese lo más normal del mundo. - Justamente estaba buscando a alguno que me ayudara con un problema que tengo. - Espero a ver su reacción antes de continuar, porque no quiero descubrir mis cartas demasiado pronto.
Al poco, el mercader ha desaparecido, su familia sale corriendo azuzada por la guardia y ésta se queda sola, atando a los maleantes que están todos inconscientes. Me quedo mirándola,, desde mi posición, calibrando cómo acercarme a ella. El combate me ha causado curiosidad, así como su sonrisa casi felina.
>> Ten cuidado con ella. Es peligrosa <<
No hace falta escuchar el leve siseo de mi compañera en mi oído para saber que tiene razón. Quizá no es una buena idea, pero no voy a quedarme esperando ni un minuto más en esa asquerosa habitación a que me caiga una pista del cielo. Doy un paso al frente, entrando en el callejón, oculta bajo mi capucha, y me acerco a ella con tranquilidad, como si fuese lo más normal del mundo, sabiendo que intentar hacerlo con sigilo y cautela seguramente le haga pensar que los compañeros de sus prisioneros han venido a ayudar. No, me interesa parecer alguien de allí, haciendo algo normal. Como un ciudadano normal pidiendo ayuda a la guardia. Me quedo a unos pasos de ella y sonrió sin mostrar los dientes, pero no de forma amenazadora.
- Vaya, me alegra saber que la guardia hace su trabajo de forma tan eficiente. - comento en voz alta, como si fuese lo más normal del mundo. - Justamente estaba buscando a alguno que me ayudara con un problema que tengo. - Espero a ver su reacción antes de continuar, porque no quiero descubrir mis cartas demasiado pronto.
Shëa- Cantidad de envíos : 46
Re: Tlu valyrin lu'el whol ussa [Libre]
Fae le dio la espalda durante todo el proceso a la recién llegada, casi como si no la hubiera oído. Su lenguaje corporal indicaba que no estaba atendiendo a su interlocutora, pero un observador entrenado podría notar la tensión de los músculos, el cómo se inclinaba levemente hacia la lanza y cómo estaba levemente ladeada su cabeza.
La drow estaba escuchando y haciéndose la indefensa, quizás para provocar a la recién llegada y que la atacase. O quizás para descubrir sus verdaderas intenciones. Cuando la mujer habló, prosiguió con su tarea sin decir nada ni mirarle a los ojos hasta que quedó satisfecha con su trabajo, momento en el que cogió su arma y se irguió, echando los hombros hacia atrás. Ladeó la cabeza hacia la mujer-serpiente, sus ojos destelleando bajo su capucha y finalmente se giró, encarándola.
La miró de arriba a abajo, con desinterés primero pero pronto con curiosidad abierta, ladeando la cabeza. Se acercó a Shëa, pero se mantuvo a una respetuosa distancia
Ssi quieress algo bien hecho, no envíess a un humano a hacer el trabajo contestó socarrona la drow, sonriendo de lado pero sin desviar su mirada de los ojos de la mujer-serpiente, ni tampoco soltando su propio arma Pero ssupongo que esso ya lo ssabíass, ¿hmm?
La estudió unos segundos en silencio, pensativa, antes de finalmente colgar la lanza de un soporte ubicado a su espalda, escondido hábilmente tras la capa. También dejó ver las empuñaduras de dos espadas cortas asomando a su cadera brevemente antes de tapar su pecho con dicha prenda de ropa, no permitiendo ver si sus manos estaban en las empuñadoras de sus armas
Muy bien, hass captado mi atención, ciudadana. ¿Qué puedo hacer para sservir?
La drow estaba escuchando y haciéndose la indefensa, quizás para provocar a la recién llegada y que la atacase. O quizás para descubrir sus verdaderas intenciones. Cuando la mujer habló, prosiguió con su tarea sin decir nada ni mirarle a los ojos hasta que quedó satisfecha con su trabajo, momento en el que cogió su arma y se irguió, echando los hombros hacia atrás. Ladeó la cabeza hacia la mujer-serpiente, sus ojos destelleando bajo su capucha y finalmente se giró, encarándola.
La miró de arriba a abajo, con desinterés primero pero pronto con curiosidad abierta, ladeando la cabeza. Se acercó a Shëa, pero se mantuvo a una respetuosa distancia
Ssi quieress algo bien hecho, no envíess a un humano a hacer el trabajo contestó socarrona la drow, sonriendo de lado pero sin desviar su mirada de los ojos de la mujer-serpiente, ni tampoco soltando su propio arma Pero ssupongo que esso ya lo ssabíass, ¿hmm?
La estudió unos segundos en silencio, pensativa, antes de finalmente colgar la lanza de un soporte ubicado a su espalda, escondido hábilmente tras la capa. También dejó ver las empuñaduras de dos espadas cortas asomando a su cadera brevemente antes de tapar su pecho con dicha prenda de ropa, no permitiendo ver si sus manos estaban en las empuñadoras de sus armas
Muy bien, hass captado mi atención, ciudadana. ¿Qué puedo hacer para sservir?
Faeraste- Cantidad de envíos : 14
Re: Tlu valyrin lu'el whol ussa [Libre]
A pesar de mi porte tranquilo, me mantengo en tensión dispuesta a saltar a la defensiva hasta que la drow guarda su arma. Le mantengo la mirada sin pestañear, intentando leer en sus ojos, aunque no saco mucho en claro. Ferocidad, peligro... Básicamente lo que parece a primera vista. No se me pasa por alto que me enseña, seguramente con el propósito de amedrentarme, las empuñaduras de dos espadas cortas, antes de taparse con la capa. Hábil movimiento, sin duda, porque, aunque se muestra "amable" no veo sus manos, que están tapadas por la capa, al igual que sus armas. Sin duda, esta drow es calculadora y fría y no puedo fiarme de ella. Aunque, claro está, eso no voy a dejar que ella lo sepa. Me muestro confiada y sonrío sin enseñar los dientes, manteniendo mi capa abierta. Las empuñaduras de las espadas cortas son perfectamente visibles, alejadas de mis manos que están apoyadas en mis caderas.
- Me alegro de encontrar por fin quien me ayude. Verá, tengo un pequeño problema con unos ladronzuelos de poca monta que andan rondándome.. hace un rato, en un descuido, han conseguido birlarme una bolsa con un pequeño tesoro familiar.- Aprieto los puños en un gesto de enfado, para demostrar que me recrimino a mí misma haberlos dejado hacer eso. Luego resoplo y cruzo las manos delante de mí. - Lo cierto es que me gustaría recuperarla antes de que acabe en una casa de empeños o algo peor. He visto a dos de esos muchachuelos rondando por aquí no hace tanto y pensé que quizás la guardia podría ayudarme a dar con la pandilla y su jefe para recuperar lo que me pertenece.
Con mi tono demuestro que, si acudo a la guardia, es porque no me queda más remedio. Porque dada mi apariencia, aunque no se me vea la cara, se ve bastante bien que soy una persona que se vale bastante por sí sola, armas incluidas.
- Podría ir con usted y señalarle a los ladronzuelos o a aquellos de su pandilla que me han estado rondando, O quizá ustedes conozcan los lugares donde este tipo de grupos se reúnen para poner en común sus capturas... Es imperativo que recupere esta reliquia familiar...
- Me alegro de encontrar por fin quien me ayude. Verá, tengo un pequeño problema con unos ladronzuelos de poca monta que andan rondándome.. hace un rato, en un descuido, han conseguido birlarme una bolsa con un pequeño tesoro familiar.- Aprieto los puños en un gesto de enfado, para demostrar que me recrimino a mí misma haberlos dejado hacer eso. Luego resoplo y cruzo las manos delante de mí. - Lo cierto es que me gustaría recuperarla antes de que acabe en una casa de empeños o algo peor. He visto a dos de esos muchachuelos rondando por aquí no hace tanto y pensé que quizás la guardia podría ayudarme a dar con la pandilla y su jefe para recuperar lo que me pertenece.
Con mi tono demuestro que, si acudo a la guardia, es porque no me queda más remedio. Porque dada mi apariencia, aunque no se me vea la cara, se ve bastante bien que soy una persona que se vale bastante por sí sola, armas incluidas.
- Podría ir con usted y señalarle a los ladronzuelos o a aquellos de su pandilla que me han estado rondando, O quizá ustedes conozcan los lugares donde este tipo de grupos se reúnen para poner en común sus capturas... Es imperativo que recupere esta reliquia familiar...
Shëa- Cantidad de envíos : 46
Re: Tlu valyrin lu'el whol ussa [Libre]
La drow dejó escapar un leve sonido de asentimiento mientras la extraña mujer se explicaba.
Siendo sinceros, le importaba un bledo lo que hubiese perdido o dejase de perder. Como si se tiraba encima de su propia espada por culpa de su error. De hecho, hubiera dicho que mejor si no fuera porque era evidente que no era ni elfa ni humana. Sólo por eso se permitió plantearse el ayudarla.
Esstá bien. Pero ssi ess una trampa, te asseguro que sserá lo último que hagass aclaró con frialdad, levantando un índice amenazador. Después de eso, colocó las manos a su espalda y husmeó a su alrededor, como si buscase algo, o intentase orientarse.
Segundos después, comenzó a caminar, los brazos cubiertos bajo la capa, los pasos totalmente silenciosos, como si de alguna suerte de depredadora felina se tratase
Vamoss a comprobar primero uno de loss nidoss de ratass callejerass máss comuness, con ssuerte elloss sabrán algo ssobre esos ladroness. Con mejor ssuerte, loss encontraremoss a elloss. ladeó la cabeza bajo la capucha, observando de reojo a la otra mujer
¿Cómo ess exactamente essa reliquia? ¿Pertenece a alguna raza no-humana en concreto?
Siendo sinceros, le importaba un bledo lo que hubiese perdido o dejase de perder. Como si se tiraba encima de su propia espada por culpa de su error. De hecho, hubiera dicho que mejor si no fuera porque era evidente que no era ni elfa ni humana. Sólo por eso se permitió plantearse el ayudarla.
Esstá bien. Pero ssi ess una trampa, te asseguro que sserá lo último que hagass aclaró con frialdad, levantando un índice amenazador. Después de eso, colocó las manos a su espalda y husmeó a su alrededor, como si buscase algo, o intentase orientarse.
Segundos después, comenzó a caminar, los brazos cubiertos bajo la capa, los pasos totalmente silenciosos, como si de alguna suerte de depredadora felina se tratase
Vamoss a comprobar primero uno de loss nidoss de ratass callejerass máss comuness, con ssuerte elloss sabrán algo ssobre esos ladroness. Con mejor ssuerte, loss encontraremoss a elloss. ladeó la cabeza bajo la capucha, observando de reojo a la otra mujer
¿Cómo ess exactamente essa reliquia? ¿Pertenece a alguna raza no-humana en concreto?
Faeraste- Cantidad de envíos : 14
Re: Tlu valyrin lu'el whol ussa [Libre]
El tiempo que tarda en decidir si accede o no se me hace eterno, aunque no exteriorizo la ansiedad. La sensación que me da cuando me mira con esos ojos rojos es extraña, no por el color- no soy quién para juzgar la apariencia externa de nadie- sino porque su forma de hacerlo, de valorarme, me resulta inquietante. Algo en ella en general me hace sentir reacia a lo que estoy haciendo, pero al mismo tiempo sé que es exactamente el tipo de persona que necesito para que me ayude.
Cuando accede, hago un gesto ante su amenaza, el tipo de gesto que sólo alguien que sabe que no es una trampa haría a alguien que piensa que puede serlo. Después de todo le estaré mintiendo respecto a la reliquia, pero no tengo intención de conducirla a ninguna emboscada.
LA observo husmear el aire, con curiosidad. Tiene una manera de hacer las cosas muy extraña, pero es la primera drow que conozco, y me despierta interés. Estudio sus movimientos y cuando echa a andar soy consciente de que es mucho más silenciosa que yo, a pesar de mi sigilo curtido durante muchos años. Sin duda esta drow es letal, y peligrosa. Pero lo que más me llama la atención es cómo disfruta. De cazar, de pelear... después de la pelea que he presenciado, lo que está claro es que no quiero problemas con esta guardia. Asiento mientras la sigo, conforme al plan que propone.
- No sé exactamente de dónde viene, es algo que estoy investigando - respondo a su pregunta sobre la reliquia inventada, con total naturalidad. Tantos años mintiendo me han dado una capacidad de inventiva más allá de toda duda. Pero me quedo con el comentario de no-humana. Tiene una capacidad de percepción alta, quizá demasiado. POr suerte tengo tanta naturalidad mintiendo que dudo mucho que pueda desconfiar de lo que le digo.
- La reliquia es una pequeña estatuilla con forma de serpiente, de plata y obsidiana, compañero de la espada que llevo al cinto.- Hago un ademán para remarcarlo, apartando la capa y enseñando la empuñadura con forma de serpiente de mi espada. Rozarla me produce un escalofrío, pero aparto eso de mi mente. - Es un objeto que tiene propiedades mágicas. Más de las que soy capaz de entender, por eso estoy en Trinacracia. Estaba buscando a quien me ayudase a comprenderlo mejor. Lo heredé de mi madre. - Sin duda la asociación entre la espada y el colgante serviría para averiguar si los maleantes con los que nos encontrábamos me conocían o no. Era imposible ver mi espada y no pensar en ella ante la descripción del objeto que le acababa de dar a la drow.
Cuando accede, hago un gesto ante su amenaza, el tipo de gesto que sólo alguien que sabe que no es una trampa haría a alguien que piensa que puede serlo. Después de todo le estaré mintiendo respecto a la reliquia, pero no tengo intención de conducirla a ninguna emboscada.
LA observo husmear el aire, con curiosidad. Tiene una manera de hacer las cosas muy extraña, pero es la primera drow que conozco, y me despierta interés. Estudio sus movimientos y cuando echa a andar soy consciente de que es mucho más silenciosa que yo, a pesar de mi sigilo curtido durante muchos años. Sin duda esta drow es letal, y peligrosa. Pero lo que más me llama la atención es cómo disfruta. De cazar, de pelear... después de la pelea que he presenciado, lo que está claro es que no quiero problemas con esta guardia. Asiento mientras la sigo, conforme al plan que propone.
- No sé exactamente de dónde viene, es algo que estoy investigando - respondo a su pregunta sobre la reliquia inventada, con total naturalidad. Tantos años mintiendo me han dado una capacidad de inventiva más allá de toda duda. Pero me quedo con el comentario de no-humana. Tiene una capacidad de percepción alta, quizá demasiado. POr suerte tengo tanta naturalidad mintiendo que dudo mucho que pueda desconfiar de lo que le digo.
- La reliquia es una pequeña estatuilla con forma de serpiente, de plata y obsidiana, compañero de la espada que llevo al cinto.- Hago un ademán para remarcarlo, apartando la capa y enseñando la empuñadura con forma de serpiente de mi espada. Rozarla me produce un escalofrío, pero aparto eso de mi mente. - Es un objeto que tiene propiedades mágicas. Más de las que soy capaz de entender, por eso estoy en Trinacracia. Estaba buscando a quien me ayudase a comprenderlo mejor. Lo heredé de mi madre. - Sin duda la asociación entre la espada y el colgante serviría para averiguar si los maleantes con los que nos encontrábamos me conocían o no. Era imposible ver mi espada y no pensar en ella ante la descripción del objeto que le acababa de dar a la drow.
Shëa- Cantidad de envíos : 46
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