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Asunto: Confidencial
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Re: Asunto: Confidencial
“Está bien, lo puedo hacer sola.”
La independencia y autosuficiencia de Florangel eran una parte de su personalidad que adoraba, que no fuera una dama indefensa y pasiva que simplemente esperaba a que la rescaten. Y a la vez la volvía loca, una pequeña parte de la pirata esperaba asustarla, amilanar un poco la férrea convicción de la muchacha, pero no había caso, ya tenia la idea y no se la quitaría de la cabeza. Estaba pensando ya en un plan B para intentar convencerla cuando cedió.
Agradeció mentalmente al nombre de su única reina verdadera cuando Flor le dijo de hacer el trabajo solas, ya una vez había tenido que disculparse ante Valeska, no sabia si seria tan indulgente una segunda vez. Sonrió y caminando del brazo con su amiga sopesaron las diferentes posibilidades.
- Creo que si la vigilas tu sería mas efectivo, por mas que intentara disimular, tarde o temprano se daría cuenta que la estoy siguiendo, si además recuerda que estaba en la taberna antes de que pasara todo esto... – Negó con la cabeza descartando la posibilidad – Si la sigues en forma de algún pájaro siquiera lo notara – Como siempre, no le causaba ninguna gracia el dejarle tareas tan peligrosas a su hermana del alma, se mordía el labio como signo de sus nervios, pero no era como si tuvieran muchas opciones – Yo buscare trabajo como mercenaria y además veré si puedo conseguir algo de información por los bares.
Poner en orden las acciones a seguir la dejaban un poco más tranquila, claro que por lo general hacer planes para lo único que le servia era para que nada saliera como ella esperaba, y terminaran improvisando sobre la marcha.
- No creo que en un día obtengamos mucho dinero, lo más económico que podemos conseguir es la recamara de un barco que este anclado en los muelles ¿Crees que si esta quieto en el puerto también te dará mareos? – No tenia mucho sentido alquilar un lugar si Flor no iba a poder descansar producto de los mareos.
Considerando la situación en la que estaban metidas, caminaban muy despreocupadas por las calles de la ciudad, y aunque Sophitia dijo que tenían problemas de dinero, eso no impidió que le comprara una manzana acaramelada a Flor cuando pasaban por unos puestos de dulces. Casi parecía que estaban de paseo, tal vez era su manera de descargar tensiones.
La independencia y autosuficiencia de Florangel eran una parte de su personalidad que adoraba, que no fuera una dama indefensa y pasiva que simplemente esperaba a que la rescaten. Y a la vez la volvía loca, una pequeña parte de la pirata esperaba asustarla, amilanar un poco la férrea convicción de la muchacha, pero no había caso, ya tenia la idea y no se la quitaría de la cabeza. Estaba pensando ya en un plan B para intentar convencerla cuando cedió.
Agradeció mentalmente al nombre de su única reina verdadera cuando Flor le dijo de hacer el trabajo solas, ya una vez había tenido que disculparse ante Valeska, no sabia si seria tan indulgente una segunda vez. Sonrió y caminando del brazo con su amiga sopesaron las diferentes posibilidades.
- Creo que si la vigilas tu sería mas efectivo, por mas que intentara disimular, tarde o temprano se daría cuenta que la estoy siguiendo, si además recuerda que estaba en la taberna antes de que pasara todo esto... – Negó con la cabeza descartando la posibilidad – Si la sigues en forma de algún pájaro siquiera lo notara – Como siempre, no le causaba ninguna gracia el dejarle tareas tan peligrosas a su hermana del alma, se mordía el labio como signo de sus nervios, pero no era como si tuvieran muchas opciones – Yo buscare trabajo como mercenaria y además veré si puedo conseguir algo de información por los bares.
Poner en orden las acciones a seguir la dejaban un poco más tranquila, claro que por lo general hacer planes para lo único que le servia era para que nada saliera como ella esperaba, y terminaran improvisando sobre la marcha.
- No creo que en un día obtengamos mucho dinero, lo más económico que podemos conseguir es la recamara de un barco que este anclado en los muelles ¿Crees que si esta quieto en el puerto también te dará mareos? – No tenia mucho sentido alquilar un lugar si Flor no iba a poder descansar producto de los mareos.
Considerando la situación en la que estaban metidas, caminaban muy despreocupadas por las calles de la ciudad, y aunque Sophitia dijo que tenían problemas de dinero, eso no impidió que le comprara una manzana acaramelada a Flor cuando pasaban por unos puestos de dulces. Casi parecía que estaban de paseo, tal vez era su manera de descargar tensiones.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Asunto: Confidencial
De no haber mediado el nombre de Valeska y la posibilidad de un ominoso destino para su querida hermana, no hubiera habido plan b, ni c, ni d, que hubiera hecho desistir a Florangél de su propósito de ayudar a los agentes del orden. Pero tal como estaban las cosas, descartó rápidamente la idea y se abocó con todo a la planeación de los pasos siguientes.
- Si la sigo como pajarito sólo podré hacerlo durante una hora – argumentó – Yo creo que es mejor que la siga mimetizada, así podré seguirla todo el día. Claro que si la sigo todo el día, no podré trabajar -añadió preocupada.
No le gustaba para nada la idea, no consideraba justo que su hermana trabajara para ambas y detestaba ser una carga, pero no quería abandonar la investigación y de momento no se le ocurría como conciliar ambas cosas, pero seguía pensando en el tema, aunque no lo pareciera.
- Si el barco se está bien quietecito, no creo que tenga problemas – contestó con una gran y confiada sonrisa.
Y si los mareos se presentaban de todas maneras, se los aguantaría. Si no podía aportar dinero, no iba a hacer que Sophi lo malgastara en mimarla alquilando una lugar más caro, claro que no. Por cierto, una manzana acaramelada no entraba en la categoría de malgasto para la jovencita, quien recibió con una sonrisa de alegría y un gran abrazo la golosina, la que tuvo la inesperada virtud de poner en marcha su imaginación apenas le dio el primer mordisco.
- ¡Ya sé! - exclamó de improviso, mirando a su hermana con ojos brillantes y el trozo mordido aún en la boca – Quizás pueda conseguir trabajo como tabernera en esa misma posada, ¡mira, mira!, así no me reconocerá -completó, tragando aprisa el bocado.
La capacidad de cambiar el color de sus ojos, cabellos y color de piel era una habilidad que la muchacha raramente utilizaba, pero ahora se le antojaba perfecta para cumplir el doble propósito de vigilar a la sospechosa y trabajar al mismo tiempo. Antes de que Sophitia pudiera decir mucho, la Flor de cabellos azabaches, tez morena y ojos color miel se había convertido en una rubia de cutis lechoso y ojos azules, primero y en una pelirroja de piel mate y ojos verdes, después. La estatura, el peso y los rasgos – y las rojas manchas de dulce en torno a sus labios - eran los mismos, claro, pero el cambio en el colorido eran suficientes como para despistar a cualquiera.
- ¿Cómo quedo mejor, de rubia o de pelirroja, Sophi? - preguntó riendo – Ojalá necesitan otra chica allí.
- Si la sigo como pajarito sólo podré hacerlo durante una hora – argumentó – Yo creo que es mejor que la siga mimetizada, así podré seguirla todo el día. Claro que si la sigo todo el día, no podré trabajar -añadió preocupada.
No le gustaba para nada la idea, no consideraba justo que su hermana trabajara para ambas y detestaba ser una carga, pero no quería abandonar la investigación y de momento no se le ocurría como conciliar ambas cosas, pero seguía pensando en el tema, aunque no lo pareciera.
- Si el barco se está bien quietecito, no creo que tenga problemas – contestó con una gran y confiada sonrisa.
Y si los mareos se presentaban de todas maneras, se los aguantaría. Si no podía aportar dinero, no iba a hacer que Sophi lo malgastara en mimarla alquilando una lugar más caro, claro que no. Por cierto, una manzana acaramelada no entraba en la categoría de malgasto para la jovencita, quien recibió con una sonrisa de alegría y un gran abrazo la golosina, la que tuvo la inesperada virtud de poner en marcha su imaginación apenas le dio el primer mordisco.
- ¡Ya sé! - exclamó de improviso, mirando a su hermana con ojos brillantes y el trozo mordido aún en la boca – Quizás pueda conseguir trabajo como tabernera en esa misma posada, ¡mira, mira!, así no me reconocerá -completó, tragando aprisa el bocado.
La capacidad de cambiar el color de sus ojos, cabellos y color de piel era una habilidad que la muchacha raramente utilizaba, pero ahora se le antojaba perfecta para cumplir el doble propósito de vigilar a la sospechosa y trabajar al mismo tiempo. Antes de que Sophitia pudiera decir mucho, la Flor de cabellos azabaches, tez morena y ojos color miel se había convertido en una rubia de cutis lechoso y ojos azules, primero y en una pelirroja de piel mate y ojos verdes, después. La estatura, el peso y los rasgos – y las rojas manchas de dulce en torno a sus labios - eran los mismos, claro, pero el cambio en el colorido eran suficientes como para despistar a cualquiera.
- ¿Cómo quedo mejor, de rubia o de pelirroja, Sophi? - preguntó riendo – Ojalá necesitan otra chica allí.
Florangél- Cantidad de envíos : 216
Re: Asunto: Confidencial
A veces se le escapaban esos pequeños detalles, como de los tiempos de las transformaciones de Flor y cosas así, es que seguía siendo tan ignorante con respecto al tema como cuando conoció a su hermana, e igual de recelosa con el tema. Pero el cariño que le tenia a la muchacha superaba por mucho cualquier clase de desconfianza que la magia pudiera generarle.
- Mmmm, bien... Si crees mejor idea trabajar ahí, por mi aprobado – Dijo mientras sonreía de ese modo tan particular que tenia ella, entre socarrón y alegre – Supongo que será mejor a que tengas que ir invisible y esquivando a media ciudad, cuidando que no te lleven por delante o te pisen.
¿Cómo describir lo adorable que se veía Flor con la manzana acaramelada, caminando despreocupada? Claro que Sophitia la miraba con ojos de hermana, para ella todo lo que la muchacha hacia resultaba de lo mas adorable, incluso cuando le rompía sillas a las personas en la espalda en medio de una pelea. La pirata iba caminando a su lado, con las manos en los bolsillos, con sus maneras descuidadas de andar y por supuesto no le dijo nada sobre que los barcos jamas estaban quietos del todo.
- Oye, no sabia que podías hacer eso! – Dijo sorprendida admirando el cambio de color, sin duda era una muchacha llena de recursos – Me sorprendes día a día, hermanita jaja – La agarro por la cintura y la atrajo, pero lo que parecía un gesto de amante cariñoso solo resulto en que Sophitia robara un mordisco de la manzana - Jaja, Te descuidaste. – Se burlo mientras le pellizcaba una mejilla - No lo se, creo que te ves hermosa uses el color que uses, pero las pelirrojas son muy raras, mejor usa un color mas normal como el rubio. – Masticando la victoria siguió caminando – E invéntate una buena historia de tu lugar de origen y porque estas en la ciudad, si dices que eres de aquí te preguntaran muchas cosas que no sabes, si dices que eres de otro lugar puedes inventar a tu gusto.
Estaban de nuevo en los muelles, y la pirata no podía evitar pensar que le vendría de maravilla tener la capacidad de cambiar de color de pelo y ojos, el que la reconocieran era una de sus preocupaciones, y a Sophi no le faltaban amigos en ningún puerto de Jaspia. Caminaron por buena parte del desembarcadero, mirando cada uno de los barcos amarrados, calculando el precio, preguntando cual zarpaba, cual se iba a quedar por esa noche.
Finalmente, luego de preguntar en varios lugares, Sophitia encontró uno que considero les ofrecía un precio justo. Era un barco mercante, no pirata, la muchacha los había evitado a propósito. Por una moneda les ofrecía un cuarto con dos catre que se cerraba por dentro para mayor seguridad y por si desconfiaban de sus muchachos, pero nada de comidas ni bebidas, el capitán dejo bien en claro que su navío no era ninguna posada para jovencitas perdidas.
A Sophitia le hubiese gustado decirle que de jovencitas perdidas tenían poco y nada, pero se mordió la lengua y le sonrió adorable mientras le estrechaba la mano para cerrar el trato. Ya tenían donde dormir, algo era algo, mejor que dormir en las calles...
- Que día ... – Fue lo único que le salió decir una vez que dejaron al capitán atrás.
- Mmmm, bien... Si crees mejor idea trabajar ahí, por mi aprobado – Dijo mientras sonreía de ese modo tan particular que tenia ella, entre socarrón y alegre – Supongo que será mejor a que tengas que ir invisible y esquivando a media ciudad, cuidando que no te lleven por delante o te pisen.
¿Cómo describir lo adorable que se veía Flor con la manzana acaramelada, caminando despreocupada? Claro que Sophitia la miraba con ojos de hermana, para ella todo lo que la muchacha hacia resultaba de lo mas adorable, incluso cuando le rompía sillas a las personas en la espalda en medio de una pelea. La pirata iba caminando a su lado, con las manos en los bolsillos, con sus maneras descuidadas de andar y por supuesto no le dijo nada sobre que los barcos jamas estaban quietos del todo.
- Oye, no sabia que podías hacer eso! – Dijo sorprendida admirando el cambio de color, sin duda era una muchacha llena de recursos – Me sorprendes día a día, hermanita jaja – La agarro por la cintura y la atrajo, pero lo que parecía un gesto de amante cariñoso solo resulto en que Sophitia robara un mordisco de la manzana - Jaja, Te descuidaste. – Se burlo mientras le pellizcaba una mejilla - No lo se, creo que te ves hermosa uses el color que uses, pero las pelirrojas son muy raras, mejor usa un color mas normal como el rubio. – Masticando la victoria siguió caminando – E invéntate una buena historia de tu lugar de origen y porque estas en la ciudad, si dices que eres de aquí te preguntaran muchas cosas que no sabes, si dices que eres de otro lugar puedes inventar a tu gusto.
Estaban de nuevo en los muelles, y la pirata no podía evitar pensar que le vendría de maravilla tener la capacidad de cambiar de color de pelo y ojos, el que la reconocieran era una de sus preocupaciones, y a Sophi no le faltaban amigos en ningún puerto de Jaspia. Caminaron por buena parte del desembarcadero, mirando cada uno de los barcos amarrados, calculando el precio, preguntando cual zarpaba, cual se iba a quedar por esa noche.
Finalmente, luego de preguntar en varios lugares, Sophitia encontró uno que considero les ofrecía un precio justo. Era un barco mercante, no pirata, la muchacha los había evitado a propósito. Por una moneda les ofrecía un cuarto con dos catre que se cerraba por dentro para mayor seguridad y por si desconfiaban de sus muchachos, pero nada de comidas ni bebidas, el capitán dejo bien en claro que su navío no era ninguna posada para jovencitas perdidas.
A Sophitia le hubiese gustado decirle que de jovencitas perdidas tenían poco y nada, pero se mordió la lengua y le sonrió adorable mientras le estrechaba la mano para cerrar el trato. Ya tenían donde dormir, algo era algo, mejor que dormir en las calles...
- Que día ... – Fue lo único que le salió decir una vez que dejaron al capitán atrás.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Asunto: Confidencial
- Es mucho, mucho mejor – afirmó enfáticamente.
Realmente, a Flor no le gustaba ir por la vida invisible, no estaba acostumbrada a eso. Sí, su piel se mimetizaba con el entorno, pero eso era una característica de su pueblo y entre ellos se podían ver perfectamente; sólo los extranjeros debían beber el agua del lago para poder verlos. Desde que de manera tan imprevista como involuntaria se había marchado lejos de su gente, la muchacha agradecía la facultad de hacerse visible incluso más que el don de transformarse en animales; no ser vista era una capacidad que prefería usar sólo en ocasiones especiales ya que, en su opinión, tenía más inconvenientes que ventajas. Si no estabas muy atenta, la gente te empujaba, pisaba, daba codazos o arrojaba cosas encima y eso era muy desagradable. Mejor bien visible y cerquita de la sospechosa.
- Me puedo poner de los colores que quiera – explicó, encantada con la sorpresa que su hermana mostraba y lo demostró cambiando a pelo verde, piel amarilla y ojos violetas primero y pelo púrpura, piel azul y ojos rojos luego - ¡Qué despistada soy! - exclamó de repente, dándose una palmada en la frente - En esa posada nunca me vieron, no necesito disfrazarme... ¡Eh, tramposa! - el tono de protesta y el gesto de amenaza ante el “robo” de Sophi fueron rápidamente desmentidos por su risa. Le gustaba que su hermana hiciera ese tipo de jugarretas, le parecía que así se liberaba un poco de sus preocupaciones.
Mientras caminaba por los muelles masticando su manzana, la muchacha daba vueltas en su cabeza a la “buena historia” que debía inventar; conocía poco y nada sobre Jaspia - el lugar donde más tiempo había estado era precisamente Moramaille y eso eran sólo dos días – así que decidió que lo mejor era decir que venía del lugar de donde realmente procedía o, por lo menos, de uno cercano.
- Diré que vengo de Bandari, no nací ahí pero la conozco bien – anunció – y que hacía un viaje con mis padres cuando a nuestro barco lo asaltaron y lo hundieron los piratas y que a los sobrevivientes nos rescató otro barco que nos trajo aquí, ¿qué te parece?
Florangél no esperaba realmente encontrar a un compatriota o a alguien que hubiera estado en su tierra nativa alguna vez, pero cuanto menos tuviera que inventar, tanto mejor, así no corría el riesgo de olvidarse de algo. Decidido ya el punto, se entretuvo mirando los barcos y el movimiento en los muelles, calculando precios con la pirata y haciendo las preguntas pertinentes hasta que por fin su hermana encontró uno que le pareció adecuado y cerró el trato con el capitán.
- Ha sido movidito ¿eh? Y eso que ni siquiera llegamos a la mitad... ¿Qué hacemos ahora? ¿Nos separamos y vamos a buscar trabajo?
Realmente, a Flor no le gustaba ir por la vida invisible, no estaba acostumbrada a eso. Sí, su piel se mimetizaba con el entorno, pero eso era una característica de su pueblo y entre ellos se podían ver perfectamente; sólo los extranjeros debían beber el agua del lago para poder verlos. Desde que de manera tan imprevista como involuntaria se había marchado lejos de su gente, la muchacha agradecía la facultad de hacerse visible incluso más que el don de transformarse en animales; no ser vista era una capacidad que prefería usar sólo en ocasiones especiales ya que, en su opinión, tenía más inconvenientes que ventajas. Si no estabas muy atenta, la gente te empujaba, pisaba, daba codazos o arrojaba cosas encima y eso era muy desagradable. Mejor bien visible y cerquita de la sospechosa.
- Me puedo poner de los colores que quiera – explicó, encantada con la sorpresa que su hermana mostraba y lo demostró cambiando a pelo verde, piel amarilla y ojos violetas primero y pelo púrpura, piel azul y ojos rojos luego - ¡Qué despistada soy! - exclamó de repente, dándose una palmada en la frente - En esa posada nunca me vieron, no necesito disfrazarme... ¡Eh, tramposa! - el tono de protesta y el gesto de amenaza ante el “robo” de Sophi fueron rápidamente desmentidos por su risa. Le gustaba que su hermana hiciera ese tipo de jugarretas, le parecía que así se liberaba un poco de sus preocupaciones.
Mientras caminaba por los muelles masticando su manzana, la muchacha daba vueltas en su cabeza a la “buena historia” que debía inventar; conocía poco y nada sobre Jaspia - el lugar donde más tiempo había estado era precisamente Moramaille y eso eran sólo dos días – así que decidió que lo mejor era decir que venía del lugar de donde realmente procedía o, por lo menos, de uno cercano.
- Diré que vengo de Bandari, no nací ahí pero la conozco bien – anunció – y que hacía un viaje con mis padres cuando a nuestro barco lo asaltaron y lo hundieron los piratas y que a los sobrevivientes nos rescató otro barco que nos trajo aquí, ¿qué te parece?
Florangél no esperaba realmente encontrar a un compatriota o a alguien que hubiera estado en su tierra nativa alguna vez, pero cuanto menos tuviera que inventar, tanto mejor, así no corría el riesgo de olvidarse de algo. Decidido ya el punto, se entretuvo mirando los barcos y el movimiento en los muelles, calculando precios con la pirata y haciendo las preguntas pertinentes hasta que por fin su hermana encontró uno que le pareció adecuado y cerró el trato con el capitán.
- Ha sido movidito ¿eh? Y eso que ni siquiera llegamos a la mitad... ¿Qué hacemos ahora? ¿Nos separamos y vamos a buscar trabajo?
Florangél- Cantidad de envíos : 216
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