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Comenzando un nuevo camino...
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Comenzando un nuevo camino...
Y al final, en mi barca, conseguí llegar a Trinacria. Conocía aquel lugar al dedillo: mis padres me habían criado allí.
Dejé la barca en un lugar cercano al muelle de los Arrabales. Era tarde, y el sol comenzaba a ocultarse tras las olas del mar. Hacía frío, pero no importaba, adoro el frío.
Estaba dispuesta a comenzar un nuevo camino, una nueva vida allá donde hacía muchos años la había dejado. Pondría mis mayores esfuerzos en conseguir un trabajo... tal vez en una taberna, tal vez en una granja. De cualquier modo, siempre podría ganarme algo de dinero con mis intuiciones.
El número de personas iba disminuyendo a medida que pasaba el tiempo. Eso era algo que recordaba bien de mis días en Trinacria: temían la noche... más bien, temían a la gente que salía por la noche.
Dejé pasar el tiempo, apoyada en un lado de la calle, junto a una taberna. Me dediqué a observar el anochecer, y a pensar que, a la mañana siguiente, comenzaría mi nueva vida...
y... ¿quién sabe? Tal vez podría apañármelas para encontrar una escoba con la que surcar los cielos de Trinacria...
Dejé la barca en un lugar cercano al muelle de los Arrabales. Era tarde, y el sol comenzaba a ocultarse tras las olas del mar. Hacía frío, pero no importaba, adoro el frío.
Estaba dispuesta a comenzar un nuevo camino, una nueva vida allá donde hacía muchos años la había dejado. Pondría mis mayores esfuerzos en conseguir un trabajo... tal vez en una taberna, tal vez en una granja. De cualquier modo, siempre podría ganarme algo de dinero con mis intuiciones.
El número de personas iba disminuyendo a medida que pasaba el tiempo. Eso era algo que recordaba bien de mis días en Trinacria: temían la noche... más bien, temían a la gente que salía por la noche.
Dejé pasar el tiempo, apoyada en un lado de la calle, junto a una taberna. Me dediqué a observar el anochecer, y a pensar que, a la mañana siguiente, comenzaría mi nueva vida...
y... ¿quién sabe? Tal vez podría apañármelas para encontrar una escoba con la que surcar los cielos de Trinacria...
MaJ- Cantidad de envíos : 29
Re: Comenzando un nuevo camino...
El candil se balanceaba en el camarato creando extrañas sombras por las paredes. Sam ya se había dormido, parecía no importarle el mar. A mí no me hacía demasiada gracia, pero quería llegar a Trinacria fuese como fuese. Padre siempre decía que los nobles eran cómo las garzas, adoran las cosas brillantes.
Con la imagen de algun señorito trajeado, vestido en cian o púrpura, maravillándose ante un simple colgante con lucecitas, me dormí, sobre la dura cama de paja.
Llegamos sin incidentes, no cómo había imaginado, a puerto. Extrañamente, aunque algunos se quedaban mirando a mi pájaro, eran pocos los que se acercabn a él, con los ojos como platos, o que lo señalaban en la distancia. Por sierte pude evitar las calles más grandes, dónde hubiese llamado la atención con facilidad.
Anochecía. Aún no había encontrado una posada discreta donde pudiesen aceptar a Sam. Había entrado en un par, pero cuando vieron al animal, me echaron casi de inmediato.
Los adoquines brillaban a la luz del crepúsculo, y al final de la calle vi a una jovencita recostada en la pared. Tuve la tentación de acercarme y preguntar. En vez de eso, me dirigí a la posada que había a su lado. Empezaba a hacer fresco y ni yo ni Sam soportábamos demasiado bien las bajas temperaturas. Me acercaba a la puerta. La chica me vió y me miró a los ojos, por un instante. Parecía que iba a decirme algo, evítala, me dije, así que me giré e interpuse a Sam entre los dos.
Entré en aquel local. Parecía una taberna, más que otra cosa, pero unas escaleras hacia un piso superior indicaban que allí tenían habitaciones. Suficientemente asqueroso todo cómo para que nos dejaran entrar a mi y a mi montura.
En el mostrador, bajo la luz de unos faroles medio apagados, había un hombre gordo, medio calvo, con bigote, barba mal afeitada y un delantal manchado. Me acerqué a él, intentando reprimir un gesto de asco.
-Quiero una habitación, dos noches, para mí y para él. -señalé con la cabeza a Sam
-Hum... Está bien, cinco maravedís las dos noches.
-¿Me tomas el pelo? Por cinco maravedís quiero tres noches con desayuno y cena. Te ofrezco un maravedí por noche sin comida.
-No estoy para regateos. Dos noches por tres maravedís.
-Con desayuno y cena.
-Joder... Eres un plasta. Sólo cena.
-Hecho.
-Hecho
No era un mal trato. Saqué las monedas de un bolsillo del interior de mi chaqueta. Las tiré sobre el mostrador. Por un momento el sonido de las piezas de metal contra la madera me distrajo, y Sam, dándose cuenta, me empujó con el pico. El tabernero estaba subiendo las escaleras. Apresuradamente le seguí, agarrando a Sam por las riendas y tirando con fuerza. Cuando lo alcancé estábamos en mitad de las escaleras.
Me dejó frente a la habitación con el núero ocho, y, sin mediar palabra, me dejó una llave mugrienta en la mano. La puerta estaba mohosa, y el suelo de madera crugía a cada paso. Entré en la habitación sin cuidado. Una cámara cuadrada con una ventana al fondo, una cama a la derecha y una cómoda a la izquierda. Una alfombra de piel, seguramente imitación de piel de oso, cubría el suelo. Con la mano le indiqué a Sam que se sentara. Se agazapó y se tumbó de un golpe contra el suelo, con un pequeño gemido de placer. Con cuidado le quité las alforjas y las dejé a un lado. Me saqué el sombrero y lo dejé sobre la cómoda. Alguien llamó a la puerta.
Toc, toc. De nuevo. Toc, toc. Sam y yo nos miramos, y miramos a la puerta. Me acerqué y abrí. Era la muchacha que antes estaba en la calle.
Con la imagen de algun señorito trajeado, vestido en cian o púrpura, maravillándose ante un simple colgante con lucecitas, me dormí, sobre la dura cama de paja.
Llegamos sin incidentes, no cómo había imaginado, a puerto. Extrañamente, aunque algunos se quedaban mirando a mi pájaro, eran pocos los que se acercabn a él, con los ojos como platos, o que lo señalaban en la distancia. Por sierte pude evitar las calles más grandes, dónde hubiese llamado la atención con facilidad.
Anochecía. Aún no había encontrado una posada discreta donde pudiesen aceptar a Sam. Había entrado en un par, pero cuando vieron al animal, me echaron casi de inmediato.
Los adoquines brillaban a la luz del crepúsculo, y al final de la calle vi a una jovencita recostada en la pared. Tuve la tentación de acercarme y preguntar. En vez de eso, me dirigí a la posada que había a su lado. Empezaba a hacer fresco y ni yo ni Sam soportábamos demasiado bien las bajas temperaturas. Me acercaba a la puerta. La chica me vió y me miró a los ojos, por un instante. Parecía que iba a decirme algo, evítala, me dije, así que me giré e interpuse a Sam entre los dos.
Entré en aquel local. Parecía una taberna, más que otra cosa, pero unas escaleras hacia un piso superior indicaban que allí tenían habitaciones. Suficientemente asqueroso todo cómo para que nos dejaran entrar a mi y a mi montura.
En el mostrador, bajo la luz de unos faroles medio apagados, había un hombre gordo, medio calvo, con bigote, barba mal afeitada y un delantal manchado. Me acerqué a él, intentando reprimir un gesto de asco.
-Quiero una habitación, dos noches, para mí y para él. -señalé con la cabeza a Sam
-Hum... Está bien, cinco maravedís las dos noches.
-¿Me tomas el pelo? Por cinco maravedís quiero tres noches con desayuno y cena. Te ofrezco un maravedí por noche sin comida.
-No estoy para regateos. Dos noches por tres maravedís.
-Con desayuno y cena.
-Joder... Eres un plasta. Sólo cena.
-Hecho.
-Hecho
No era un mal trato. Saqué las monedas de un bolsillo del interior de mi chaqueta. Las tiré sobre el mostrador. Por un momento el sonido de las piezas de metal contra la madera me distrajo, y Sam, dándose cuenta, me empujó con el pico. El tabernero estaba subiendo las escaleras. Apresuradamente le seguí, agarrando a Sam por las riendas y tirando con fuerza. Cuando lo alcancé estábamos en mitad de las escaleras.
Me dejó frente a la habitación con el núero ocho, y, sin mediar palabra, me dejó una llave mugrienta en la mano. La puerta estaba mohosa, y el suelo de madera crugía a cada paso. Entré en la habitación sin cuidado. Una cámara cuadrada con una ventana al fondo, una cama a la derecha y una cómoda a la izquierda. Una alfombra de piel, seguramente imitación de piel de oso, cubría el suelo. Con la mano le indiqué a Sam que se sentara. Se agazapó y se tumbó de un golpe contra el suelo, con un pequeño gemido de placer. Con cuidado le quité las alforjas y las dejé a un lado. Me saqué el sombrero y lo dejé sobre la cómoda. Alguien llamó a la puerta.
Toc, toc. De nuevo. Toc, toc. Sam y yo nos miramos, y miramos a la puerta. Me acerqué y abrí. Era la muchacha que antes estaba en la calle.
okeller- Cantidad de envíos : 91
Re: Comenzando un nuevo camino...
Un joven que pasó junto a mí, me hizo bajar de las nubes. Iba acompañado de una preciosa ave, de plumaje amarillo, que me causó gran curiosidad. Miré de nuevo al joven, y le seguí con la mirada. Era extraño ver alguien así al comienzo de la noche.
El chico mantuvo mi mirada, mientras entraba a la taberna que estaba junto a mí. Ahí le perdí de vista. Me parecía tan misterioso... Tal vez pudiera ayudarme en mi viaje y, por supuesto, yo estaría dispuesta a ayudarle a él. Además, sentía una tremenda curiosidad por el ave que le acompañaba. Miré dubitativa la taberna y, al final, me decidí.
Caminé con paso lento hacia la entrada. Eché un último vistazo a mi barquita. Estaba en su sitio, todo en orden. Volví la vista a la taberna, y entré.
Era un lugar bastante feo. Decoración barata, suelo mugriento, charcos de cerveza. A saber la juerga que se montarían ahí de noche. Pensé en el chico. Estaba segura de que él era un tipo decente... ¿qué le habría llevado a tal lugar?
- ¿Qué quieres? - dijo una voz a mis espaldas. Me giré. Un señor algo mayor, de unos cincuenta, me miraba seriamente. Por las pintas, era evidente que se trataba del tabernero.
- Mmm... ¿ha visto entrar a un chico acompañado de un ave?
- Seh... hace unos cinco minutos le acompañé a su habitación.
- ¿Sería usted tan amable de indicarme el camino? - llegué a la conclusión de lo que el tabernero quería era un poco de respeto. Seguro sus clientes no eran muy agradables... aunque claro... ¿qué esperas de un borracho?
- Sígueme.
El tabernero comenzó a caminar, y yo le seguí. Las escaleras crujían a cada paso, y los zapatos se me estaban quedando pegajosos de tanta cerveza derramada. La sensación no era muy agradable...
Avanzamos por un estrecho y largo pasillo, y me dejó frente a la habitación número ocho. La cerradura estaba oxidada, y la puerta parecía que caería con solo tocarla. En fin... me daba bastante vergüenza, pero bueno, había llegado el momento. Di unos golpecitos a la puerta.
Casi al instante, el chico abrió. Se me quedó mirando con curiosidad, al igual que yo a él. Me daba bastante corte pasar, así que me quedé frente a la puerta.
- Ehmm... hola... - dije tímidamente.
El chico mantuvo mi mirada, mientras entraba a la taberna que estaba junto a mí. Ahí le perdí de vista. Me parecía tan misterioso... Tal vez pudiera ayudarme en mi viaje y, por supuesto, yo estaría dispuesta a ayudarle a él. Además, sentía una tremenda curiosidad por el ave que le acompañaba. Miré dubitativa la taberna y, al final, me decidí.
Caminé con paso lento hacia la entrada. Eché un último vistazo a mi barquita. Estaba en su sitio, todo en orden. Volví la vista a la taberna, y entré.
Era un lugar bastante feo. Decoración barata, suelo mugriento, charcos de cerveza. A saber la juerga que se montarían ahí de noche. Pensé en el chico. Estaba segura de que él era un tipo decente... ¿qué le habría llevado a tal lugar?
- ¿Qué quieres? - dijo una voz a mis espaldas. Me giré. Un señor algo mayor, de unos cincuenta, me miraba seriamente. Por las pintas, era evidente que se trataba del tabernero.
- Mmm... ¿ha visto entrar a un chico acompañado de un ave?
- Seh... hace unos cinco minutos le acompañé a su habitación.
- ¿Sería usted tan amable de indicarme el camino? - llegué a la conclusión de lo que el tabernero quería era un poco de respeto. Seguro sus clientes no eran muy agradables... aunque claro... ¿qué esperas de un borracho?
- Sígueme.
El tabernero comenzó a caminar, y yo le seguí. Las escaleras crujían a cada paso, y los zapatos se me estaban quedando pegajosos de tanta cerveza derramada. La sensación no era muy agradable...
Avanzamos por un estrecho y largo pasillo, y me dejó frente a la habitación número ocho. La cerradura estaba oxidada, y la puerta parecía que caería con solo tocarla. En fin... me daba bastante vergüenza, pero bueno, había llegado el momento. Di unos golpecitos a la puerta.
Casi al instante, el chico abrió. Se me quedó mirando con curiosidad, al igual que yo a él. Me daba bastante corte pasar, así que me quedé frente a la puerta.
- Ehmm... hola... - dije tímidamente.
MaJ- Cantidad de envíos : 29
Re: Comenzando un nuevo camino...
Me saludó con tímidez. Qué extraño pensé, si se trataba de una furcia, debía ser primeriza. No me interesaban sus favores sexuales, porque yo y mi manita nos bastábamos y porque no tenía con qué pagarla.
-Lo siento, pero no tengo dinero para...
Al oír mis palabras Sam soltó un graznido agudo y penetrante. A la vez, la muchacha me miró extrañada. Entonces lo comprendí.
-¡Ah, no eres una puta! -me giré hacia Sam y le dije- No es una puta.
Él, como si me dijese "no me digas", volvió a graznar, y apoyó de nuevo la cabeza en el suelo. La chica debía estar ofendida. Tenía que explicarme.
-Oh, verás, yo... es que cómo es de noche, y estabas ahí abajo, y claro, pues entonces yo no sabía quién eras, pero claro como has venido, y eso, pues yo no sabía, y pensé.... ¿Me explico? -esa chiquilla estaba cada vez más confundida, y se lo veía en la mirada. Tenía que arreglarlo, me estaba comportando como un majara.
-Eh, yo... Perdona, ¿Cómo te llamas?
Se llamaba Maj, no espera, MaJ, me corrigió. Me fijé en ella más detenidamente. Piel de un color enfermizo, aunque tenía pinta de muy saludable, pelo moreno, con mechones... ¿morados? Aunque quién soy yo para juzgar, monto en una gallina crecida. Un vestido violeta, algo vaporoso, le cubría hasta las rodillas y unas botas de cuero negro, algo gastadas, eran sus zapatos. El flequillo le cubría los ojos, y me sentí obligado a apartarlo, para verle el color de los ojos. Así que, suavemente, le retiré el pelo.
-Yo... perdona, es que quería verte los ojos.
Eran morados.
-Lo siento, pero no tengo dinero para...
Al oír mis palabras Sam soltó un graznido agudo y penetrante. A la vez, la muchacha me miró extrañada. Entonces lo comprendí.
-¡Ah, no eres una puta! -me giré hacia Sam y le dije- No es una puta.
Él, como si me dijese "no me digas", volvió a graznar, y apoyó de nuevo la cabeza en el suelo. La chica debía estar ofendida. Tenía que explicarme.
-Oh, verás, yo... es que cómo es de noche, y estabas ahí abajo, y claro, pues entonces yo no sabía quién eras, pero claro como has venido, y eso, pues yo no sabía, y pensé.... ¿Me explico? -esa chiquilla estaba cada vez más confundida, y se lo veía en la mirada. Tenía que arreglarlo, me estaba comportando como un majara.
-Eh, yo... Perdona, ¿Cómo te llamas?
Se llamaba Maj, no espera, MaJ, me corrigió. Me fijé en ella más detenidamente. Piel de un color enfermizo, aunque tenía pinta de muy saludable, pelo moreno, con mechones... ¿morados? Aunque quién soy yo para juzgar, monto en una gallina crecida. Un vestido violeta, algo vaporoso, le cubría hasta las rodillas y unas botas de cuero negro, algo gastadas, eran sus zapatos. El flequillo le cubría los ojos, y me sentí obligado a apartarlo, para verle el color de los ojos. Así que, suavemente, le retiré el pelo.
-Yo... perdona, es que quería verte los ojos.
Eran morados.
okeller- Cantidad de envíos : 91
Re: Comenzando un nuevo camino...
Oí, confusa, la estraña explicación del muchacho. Pobrecillo... debió sorprenderle bastante que yo apareciese allí de noche. En fin, no le comprendí del todo bien, pero me hice una idea de lo que había ocurrido. Aparté un segundo la vista del chico, y miré al ave, que reposaba en el centro de la habitación. Era preciosa.
De repente, el chico acercó su mano a mi rostro, y apartó el flequillo. Me ruboricé y bajé la mirada. Yo... llevaba meses en mar, completamente sola. Me resultó extraño el roce de sus dedos. Aparté la cabeza hacia un lado, fue un acto reflejo, no quise molestarle.
- Ehmm... bonita ave... - dije, para intentar arreglar la situación - ¿Tiene nombre? Y... bueno... tu también tendrás nombre, imagino - reí, ya me sentía más cómoda con ellos - ¿cómo te llamas?
De repente, el chico acercó su mano a mi rostro, y apartó el flequillo. Me ruboricé y bajé la mirada. Yo... llevaba meses en mar, completamente sola. Me resultó extraño el roce de sus dedos. Aparté la cabeza hacia un lado, fue un acto reflejo, no quise molestarle.
- Ehmm... bonita ave... - dije, para intentar arreglar la situación - ¿Tiene nombre? Y... bueno... tu también tendrás nombre, imagino - reí, ya me sentía más cómoda con ellos - ¿cómo te llamas?
MaJ- Cantidad de envíos : 29
Re: Comenzando un nuevo camino...
[FDI: Perdona si te avasallo a respuestas XP]
Cuando le toqué el flequillo apartó la cara. Normal, me dije, la estás incomodando. Intenté disculparme, pero me preguntó nuestros nombres, así que no tuve más remedio que contestar.
-Ah, ehm... sí. Él es Sam y yo soy Keller.
Asintió cabizbaja. ¿Qué se suponía que tenía que hacer? Ah, claro, decirle que pasara.
-¿Quieres pasar? Lo siento pero, no acabo de entender qué quieres de mí.
Entró y se sentó en la cama. Yo, sin mucho cuidado, cerré la puerta, que gimió y dio un pequeño golpe al cerrarse. No entendía qué estaba pasando.
Tuve tentaciones de volver a preguntarle qué hacía aquí, pero, antes de que pudiese hacerlo, respiró hondo, y empezó a darme una explicación.
Cuando le toqué el flequillo apartó la cara. Normal, me dije, la estás incomodando. Intenté disculparme, pero me preguntó nuestros nombres, así que no tuve más remedio que contestar.
-Ah, ehm... sí. Él es Sam y yo soy Keller.
Asintió cabizbaja. ¿Qué se suponía que tenía que hacer? Ah, claro, decirle que pasara.
-¿Quieres pasar? Lo siento pero, no acabo de entender qué quieres de mí.
Entró y se sentó en la cama. Yo, sin mucho cuidado, cerré la puerta, que gimió y dio un pequeño golpe al cerrarse. No entendía qué estaba pasando.
Tuve tentaciones de volver a preguntarle qué hacía aquí, pero, antes de que pudiese hacerlo, respiró hondo, y empezó a darme una explicación.
okeller- Cantidad de envíos : 91
Re: Comenzando un nuevo camino...
(Al contrario, me parece bien que me avasalles a respuestas xDD)
El chico me invitó a pasar, así que entré y me senté en la cama. Me había pedido una explicación, así que me dispuse a contarle todo.
- Verás... llegué en barca esta tarde y... - ¿Pero qué le cuentas al chico?, pensé, ¿qué le importará a el tu vida? Ve al grano - En fin, que te vi pasar junto con tu ave, y me causó curiosidad. No sé por qué, pero mis intuiciones me empujaron a conoceros. Tal vez podamos ayudarnos mutuamente, ¿qué te parece? Ambos estamos aquí, sin aparente rumbo fijo y tal vez nuestros caminos se... bah, me estarás tomando por loca - dije, agachando la cabeza.
Me levanté y me acerqué lentamente al ave. Le acaricié. Me encantaba.
El chico me invitó a pasar, así que entré y me senté en la cama. Me había pedido una explicación, así que me dispuse a contarle todo.
- Verás... llegué en barca esta tarde y... - ¿Pero qué le cuentas al chico?, pensé, ¿qué le importará a el tu vida? Ve al grano - En fin, que te vi pasar junto con tu ave, y me causó curiosidad. No sé por qué, pero mis intuiciones me empujaron a conoceros. Tal vez podamos ayudarnos mutuamente, ¿qué te parece? Ambos estamos aquí, sin aparente rumbo fijo y tal vez nuestros caminos se... bah, me estarás tomando por loca - dije, agachando la cabeza.
Me levanté y me acerqué lentamente al ave. Le acaricié. Me encantaba.
MaJ- Cantidad de envíos : 29
Re: Comenzando un nuevo camino...
Me empezó a contar su vida, había llegado en una barca. Bien, empezando por el principio. Pero se detuvo.
Vaya, Sam le había interesado. Era lógico. Parecía muy tímida, pero no era como yo, yo me ocultaba, ella temía hacer el ridículo.
¿Me estaba ofreciendo alguna especie de trato? ¿Tal vez nuestros caminos se hayan cruzado por el destino? ¿Eso iba a decir? Se levantó, para acariciar a Sam. Éste hizo un ruido extraño, parecido a un ronroneo. Le encantaba la muchachita.
-¿Loca? Voy a cuestas de una gallina hiperhormonada, no soy quién para hacer jucios de valor. -ante ese ataque gratuito Sam me miró fijamente y gritó bastante enfadado- Perdona. Ya sabes a lo que me refiero.Ella se rió por lo bajo, quizás por mi comentario, quizás porque hablaba con un pajarraco. Si Sam me hubiese oído me hubiese mordido la oreja, ofendido.
-Así que tus intuiciones... ¿Eres una especie de adivina? No estoy seguro de poder costearme a ningún guía si es lo que te refieres y esas alforjas están selladas, sólo yo las puedo abrir, así que no te plantees robarlas. Y en realidad, sí que tengo un rumbo. Quiero vender todas mis cosas, comprar más materiales, fabricar más cosas, vender, y así hasta que pueda comprarme una casa... -¿le estaba contando mi vida? ¿Desde cuándo hacía yo eso? Esta chiquilla tenía algo que me hacía confiar en ella, y eso me hacía desconfiar.- ¿Y tú a qué te dedicas?
Vaya, Sam le había interesado. Era lógico. Parecía muy tímida, pero no era como yo, yo me ocultaba, ella temía hacer el ridículo.
¿Me estaba ofreciendo alguna especie de trato? ¿Tal vez nuestros caminos se hayan cruzado por el destino? ¿Eso iba a decir? Se levantó, para acariciar a Sam. Éste hizo un ruido extraño, parecido a un ronroneo. Le encantaba la muchachita.
-¿Loca? Voy a cuestas de una gallina hiperhormonada, no soy quién para hacer jucios de valor. -ante ese ataque gratuito Sam me miró fijamente y gritó bastante enfadado- Perdona. Ya sabes a lo que me refiero.Ella se rió por lo bajo, quizás por mi comentario, quizás porque hablaba con un pajarraco. Si Sam me hubiese oído me hubiese mordido la oreja, ofendido.
-Así que tus intuiciones... ¿Eres una especie de adivina? No estoy seguro de poder costearme a ningún guía si es lo que te refieres y esas alforjas están selladas, sólo yo las puedo abrir, así que no te plantees robarlas. Y en realidad, sí que tengo un rumbo. Quiero vender todas mis cosas, comprar más materiales, fabricar más cosas, vender, y así hasta que pueda comprarme una casa... -¿le estaba contando mi vida? ¿Desde cuándo hacía yo eso? Esta chiquilla tenía algo que me hacía confiar en ella, y eso me hacía desconfiar.- ¿Y tú a qué te dedicas?
okeller- Cantidad de envíos : 91
Re: Comenzando un nuevo camino...
Seguí acariciando a Sam mientras el chico me encontaba su historia.
- No, no. No tengo intención de hacer de guía. Mi intuición me dice que te acompañe, no sé por que. En fin... bueno, me dedicaba a conseguir dinero con mis intuiciones y tal, pero he llegado a la conclusión de que no me agrada. Mis intuiciones son parte de mí, las revelaría aunque no me pagaran con tal de ayudar... así que quiero conseguir dinero honradamente. En una taberna, en una granja, en el muelle... cualquier cosa. Y al igual que a ti, pues, también me gustaría tener casa propia en un futuro. Pero sobre todo, qiero conocer mundo - no sé si al muchacho le importaría todo esto, pero él había preguntado, así que...
- No, no. No tengo intención de hacer de guía. Mi intuición me dice que te acompañe, no sé por que. En fin... bueno, me dedicaba a conseguir dinero con mis intuiciones y tal, pero he llegado a la conclusión de que no me agrada. Mis intuiciones son parte de mí, las revelaría aunque no me pagaran con tal de ayudar... así que quiero conseguir dinero honradamente. En una taberna, en una granja, en el muelle... cualquier cosa. Y al igual que a ti, pues, también me gustaría tener casa propia en un futuro. Pero sobre todo, qiero conocer mundo - no sé si al muchacho le importaría todo esto, pero él había preguntado, así que...
MaJ- Cantidad de envíos : 29
Re: Comenzando un nuevo camino...
-¿Intuiciones? ¿Te refieres a premoniciones o algo así?
Aquella chica empezaba a intrigarme. Mala señal. Era parte de mi dogma no entablar amistades. ¿Por qué entonces no la echaba de allí? Pese a su aspecto sombrío llenaba la habitación de calidez. Sentía que su sola presencia me tranquilizaba los nervios, que tenía siempre a flor de piel.
-Pues, sinceramente, no conozco nada de por aquí. Si pudieses enseñarme algo, quizás podría ayudarte a buscar trabajo. ¿Algo honrado? Ciertamente no se me ocurre nada...
La chica seguía acariciando a Sam. A él le encantaba, y por lo visto a ella también. Ella no podía dormir en el suelo, lo haría yo.
-Sabes, si vas a quedarte a pasar la noche... Voy a coger una manta. Me la pongo en el suelo y la usaré de colchón. -me dirigí a la cómoda, pasando al lado de Sam y de la chica. Busqué entre los cajones y encontré lo que buscaba.
Ya se había hecho de noche, así que aproveche para encender la vela que estaba encima de la cajonera. Chasqueé un par de veces los dedos junto a la mecha y por fin prendió. Tendí la manta en el suelo, junto a Sam, y éste batió un poco las alas, en señal de alegría. Parecía que ella iba a decir algo.
Aquella chica empezaba a intrigarme. Mala señal. Era parte de mi dogma no entablar amistades. ¿Por qué entonces no la echaba de allí? Pese a su aspecto sombrío llenaba la habitación de calidez. Sentía que su sola presencia me tranquilizaba los nervios, que tenía siempre a flor de piel.
-Pues, sinceramente, no conozco nada de por aquí. Si pudieses enseñarme algo, quizás podría ayudarte a buscar trabajo. ¿Algo honrado? Ciertamente no se me ocurre nada...
La chica seguía acariciando a Sam. A él le encantaba, y por lo visto a ella también. Ella no podía dormir en el suelo, lo haría yo.
-Sabes, si vas a quedarte a pasar la noche... Voy a coger una manta. Me la pongo en el suelo y la usaré de colchón. -me dirigí a la cómoda, pasando al lado de Sam y de la chica. Busqué entre los cajones y encontré lo que buscaba.
Ya se había hecho de noche, así que aproveche para encender la vela que estaba encima de la cajonera. Chasqueé un par de veces los dedos junto a la mecha y por fin prendió. Tendí la manta en el suelo, junto a Sam, y éste batió un poco las alas, en señal de alegría. Parecía que ella iba a decir algo.
okeller- Cantidad de envíos : 91
Re: Comenzando un nuevo camino...
- Mis intuiciones... digamos que son sensaciones, impulsos... no sabría explicarte bien.
Aquel chico era distinto a los demás. En vez de sentir miedo, sentía curiosidad por mis extraños poderes. Era bastante agradable. Luego, me preguntó por mi futuro trabajo.
- Pues me encantaría hacerte de guía. Y sobre el trabajo... bueno, realmente, me da igual. Solo quiero conseguir algo de dinero y mantener la mente distraída. Mientras viajamos, iré trabajando en algunos sitios por los que pasemos, es más sencillo que buscar algo fijo.
Seguí mimando a Sam, era muy suave al tacto. A él parecía gustarle.
- No, no dejaré que duermas en el suelo, no te preocupes. Puedo dormir en mi barquita, llevo haciéndolo varios días. Y el sonido del mar es agradable, no importa.
No es que no quisiera quedarme, pero no permitiría que el chico durmiese en el suelo por mi culpa. No era justo.
Acaricié por última vez a Sam y me puse en pie. Era tarde, hora de marcharse.
Aquel chico era distinto a los demás. En vez de sentir miedo, sentía curiosidad por mis extraños poderes. Era bastante agradable. Luego, me preguntó por mi futuro trabajo.
- Pues me encantaría hacerte de guía. Y sobre el trabajo... bueno, realmente, me da igual. Solo quiero conseguir algo de dinero y mantener la mente distraída. Mientras viajamos, iré trabajando en algunos sitios por los que pasemos, es más sencillo que buscar algo fijo.
Seguí mimando a Sam, era muy suave al tacto. A él parecía gustarle.
- No, no dejaré que duermas en el suelo, no te preocupes. Puedo dormir en mi barquita, llevo haciéndolo varios días. Y el sonido del mar es agradable, no importa.
No es que no quisiera quedarme, pero no permitiría que el chico durmiese en el suelo por mi culpa. No era justo.
Acaricié por última vez a Sam y me puse en pie. Era tarde, hora de marcharse.
MaJ- Cantidad de envíos : 29
Re: Comenzando un nuevo camino...
Quería irse. ¿Dormir en una barca? Eso me pareció peor que dormir en el suelo. Debía sentirse culpable por hacerme dormir en el suelo. Qué tontita. Pobrecilla.
-¿Con el frío que hace fuera? ¿Dormir en una barca? Si te consuela, he pasado noches peores que durmiendo sobre una manta. Además, puedo apoyarme en Sam, que es muy blandito. -obviamente no faltó el grito de indignación de Sam- Ves, él también está encantado. -grito de nuevo- ¿Prefieres que se vaya? -le dije al pájaro. Esta vez un pequeño cacareo de arrepentimiento y una mirada a MaJ, junto con un pequeño pío de pena.
Seguro que se daría cuenta del chantaje emocional.
Un momento. Recapacitemos, me dije. Estoy insistiéndole a una desconocida para que se quede a dormir a mi habitación después de haber aceptado una propuesta para IR JUNTOS DE VIAJE. ¿Pero qué carajos me pasa? ¿Acaso soy una quinceañera impulsiva? No, tantos años huyendo no los va a destruir una muchacha desconocida que me he encontrado...
Sam me picó, dulcemente, en la oreja. La chica había salido de la habitación ¿Me había dicho algo? No me había dado cuenta. Dudé un momento de si salir a buscarla. Yo dudé, pero no mi cuerpo. Al momento me abalanzaba sobre la puerta mohosa y hacía chirrirar el parqué.
Abrí la puerta de un golpe. Salí al pasillo y ya no estaba. Corrí hasta las escaleras. ¿Donde había ido? Tampoco la encontré allí. Bajé, no se la veía en la taberna. Una deszón me llenó el pecho. Pregunté al tabernero.
-Sí, salió como hace unos cinco minutos.
¿Tanto tiempo estuve absorto? Se habría pensado que ella no me importaba. ¿Por qué me sentía mal por ello? Volví a mi habitación. Me cubrí con las sábanas y me domrí, tras muchas vueltas. Mañana sería otro día.
-¿Con el frío que hace fuera? ¿Dormir en una barca? Si te consuela, he pasado noches peores que durmiendo sobre una manta. Además, puedo apoyarme en Sam, que es muy blandito. -obviamente no faltó el grito de indignación de Sam- Ves, él también está encantado. -grito de nuevo- ¿Prefieres que se vaya? -le dije al pájaro. Esta vez un pequeño cacareo de arrepentimiento y una mirada a MaJ, junto con un pequeño pío de pena.
Seguro que se daría cuenta del chantaje emocional.
Un momento. Recapacitemos, me dije. Estoy insistiéndole a una desconocida para que se quede a dormir a mi habitación después de haber aceptado una propuesta para IR JUNTOS DE VIAJE. ¿Pero qué carajos me pasa? ¿Acaso soy una quinceañera impulsiva? No, tantos años huyendo no los va a destruir una muchacha desconocida que me he encontrado...
Sam me picó, dulcemente, en la oreja. La chica había salido de la habitación ¿Me había dicho algo? No me había dado cuenta. Dudé un momento de si salir a buscarla. Yo dudé, pero no mi cuerpo. Al momento me abalanzaba sobre la puerta mohosa y hacía chirrirar el parqué.
Abrí la puerta de un golpe. Salí al pasillo y ya no estaba. Corrí hasta las escaleras. ¿Donde había ido? Tampoco la encontré allí. Bajé, no se la veía en la taberna. Una deszón me llenó el pecho. Pregunté al tabernero.
-Sí, salió como hace unos cinco minutos.
¿Tanto tiempo estuve absorto? Se habría pensado que ella no me importaba. ¿Por qué me sentía mal por ello? Volví a mi habitación. Me cubrí con las sábanas y me domrí, tras muchas vueltas. Mañana sería otro día.
okeller- Cantidad de envíos : 91
Re: Comenzando un nuevo camino...
- Vamos... no creo que sea cómodo dormir en el suelo.
Keller no respondió. Miraba absorto al infinito, sin decir palabra. En fin, me cansé de esperar y salí de la habitación. Caminé por el estrecho pasillo de la taberna, y bajé las escaleras. Esta vez tampoco conseguí evitar el chirriante sonido que provocaba al pisar los escalones.
- ¿No te quedas? - preguntó el tabernero.
- No, gracias. Apenas tengo dinero - dije girándome hacia él.
- Ahm... bueno, pues buen viaje.
Seguí mi camino. Abrí ruidosamente la puerta y salí a la oscuridad de la noche. Tras cruzar la calle, conseguí llegar a mi barca. Me tumbé como pude en ella, y cerré los ojos. El mar la mecía suavemente, y pronto quedé dormida.
Keller no respondió. Miraba absorto al infinito, sin decir palabra. En fin, me cansé de esperar y salí de la habitación. Caminé por el estrecho pasillo de la taberna, y bajé las escaleras. Esta vez tampoco conseguí evitar el chirriante sonido que provocaba al pisar los escalones.
- ¿No te quedas? - preguntó el tabernero.
- No, gracias. Apenas tengo dinero - dije girándome hacia él.
- Ahm... bueno, pues buen viaje.
Seguí mi camino. Abrí ruidosamente la puerta y salí a la oscuridad de la noche. Tras cruzar la calle, conseguí llegar a mi barca. Me tumbé como pude en ella, y cerré los ojos. El mar la mecía suavemente, y pronto quedé dormida.
MaJ- Cantidad de envíos : 29
Re: Comenzando un nuevo camino...
Un campo de dientes de león, todos ya con sus semillas listas para ser diseminadas. La luna llena los hace brillar y el cielo del color del mar está oscuro, sin estrellas. La paz me invadió de forma paulatina, pero demoledora.
Por un momento me sentí parte del universo, libre de dudas, libre de culpa. El cielo, aunque oscuro, estaba limpio. Pero fue tan sólo un instante. Me perdí entre las miles de flores. Me perdí entre el negro celeste.
El pensamiento invadió mi mente. ¿Ahora yo era como todos los demás? Intenté distinguirme enmedio de todas esas inflorescencias. Nada. Nadie. No había nada que me diferenciase. Y ante esa revelación todas las semillas salieron volando al aire, dejando desnudos a todos los dientes de león. El aire se llenó de aquellos pequeños ángeles, aquellos mensajeros de la verdad.
Otra voz que inundaba mi cognos. Quise gritar. Quise pero no pude. Me llevé las manos a la cabeza, y luego al pecho. Me encogí sobre mi mismo, cayendo al suelo cubierto de hierbas, de frente. Entonces giré sobre mí mismo y me dí con el costado contra el suelo. Alcé la vista. Entre los miles de calvos vegetales veía una flor que destacaba. La única que no brillaba con la luz de la luna. La única que brillaba con luz propia.
Me da igual lo que digas. Con el dolor aún entre mis costillas me arrastré hasta ella. Era una pequeña campanilla morada. Florecía en la oscuridad, oscura, pero su núcleo, su estambre eran puros. Blancos y rojos. Negros y amarillos. Cambiaban de color. No pude resistirme, los toqué.
Al instante la flor se pulverizó, y allí apareció Maj. Depié, con sus botas gastadas, su flequillo caído, su sonrisa implícita, su piel pálida, brillante con la luna. Me tendió la mano y en cuanto la toqué el dolor de mi pecho desapareció. Las semillas del aire con él, y las estrellas se mostraron, por fin. Me levanté sin esfuerzo. Ella me sonrió, con las manos tras la espalda y una sonrisa coqueta.
Ahora sabía quién era esa voz. Era ella. Acababa de verla pronunciar las palabras.
Me desperté, con la cama empapada, y con un grito ahogado. Desperté a Sam también, cosa que no le hico mucha gracia. Me miró inquisitivamente y ladeó la cabeza. El sol entraba por la ventana y iluminaba la estancia.
¿Quién es esa chiquilla, y qué oculta tras de si? Era lu último que pensé antes de salir disparado de la habitación, cosa que provocó un grito de angustia de Sam. Me detuve en el pasillo. Volví a la habitación.
Con calma, me dije. Me quité la ropa, me fui al baño del fondo del pasillo cerrando la puerta de mi habitación. Me lavé tan bien cómo pude en su ducha mohosa y cubierta incluso de musgo. Volví a la habitación, saqué una muda limpia de las alforjas y me vestí.
Sin mediar palabra le puse las riendas y las alforjas a Sam, éste se levantó, sin comprender mi aturdimiento. Lo agarré, confundiéndolo. ´Salí una vez más, esta vez cerrando la puerta con la llave mugrienta. Bajé por las escaleras. Con una decisión en mente. Descubrir quién era MaJ. De una vez por todas. Sin rodeos, así que salí en su busca.
Por un momento me sentí parte del universo, libre de dudas, libre de culpa. El cielo, aunque oscuro, estaba limpio. Pero fue tan sólo un instante. Me perdí entre las miles de flores. Me perdí entre el negro celeste.
Uno más entre los demás.
El pensamiento invadió mi mente. ¿Ahora yo era como todos los demás? Intenté distinguirme enmedio de todas esas inflorescencias. Nada. Nadie. No había nada que me diferenciase. Y ante esa revelación todas las semillas salieron volando al aire, dejando desnudos a todos los dientes de león. El aire se llenó de aquellos pequeños ángeles, aquellos mensajeros de la verdad.
No eres nadie.
Otra voz que inundaba mi cognos. Quise gritar. Quise pero no pude. Me llevé las manos a la cabeza, y luego al pecho. Me encogí sobre mi mismo, cayendo al suelo cubierto de hierbas, de frente. Entonces giré sobre mí mismo y me dí con el costado contra el suelo. Alcé la vista. Entre los miles de calvos vegetales veía una flor que destacaba. La única que no brillaba con la luz de la luna. La única que brillaba con luz propia.
No la toques.
Me da igual lo que digas. Con el dolor aún entre mis costillas me arrastré hasta ella. Era una pequeña campanilla morada. Florecía en la oscuridad, oscura, pero su núcleo, su estambre eran puros. Blancos y rojos. Negros y amarillos. Cambiaban de color. No pude resistirme, los toqué.
No la mereces
Al instante la flor se pulverizó, y allí apareció Maj. Depié, con sus botas gastadas, su flequillo caído, su sonrisa implícita, su piel pálida, brillante con la luna. Me tendió la mano y en cuanto la toqué el dolor de mi pecho desapareció. Las semillas del aire con él, y las estrellas se mostraron, por fin. Me levanté sin esfuerzo. Ella me sonrió, con las manos tras la espalda y una sonrisa coqueta.
Aléjate de mi.
Ahora sabía quién era esa voz. Era ella. Acababa de verla pronunciar las palabras.
Me desperté, con la cama empapada, y con un grito ahogado. Desperté a Sam también, cosa que no le hico mucha gracia. Me miró inquisitivamente y ladeó la cabeza. El sol entraba por la ventana y iluminaba la estancia.
¿Quién es esa chiquilla, y qué oculta tras de si? Era lu último que pensé antes de salir disparado de la habitación, cosa que provocó un grito de angustia de Sam. Me detuve en el pasillo. Volví a la habitación.
Con calma, me dije. Me quité la ropa, me fui al baño del fondo del pasillo cerrando la puerta de mi habitación. Me lavé tan bien cómo pude en su ducha mohosa y cubierta incluso de musgo. Volví a la habitación, saqué una muda limpia de las alforjas y me vestí.
Sin mediar palabra le puse las riendas y las alforjas a Sam, éste se levantó, sin comprender mi aturdimiento. Lo agarré, confundiéndolo. ´Salí una vez más, esta vez cerrando la puerta con la llave mugrienta. Bajé por las escaleras. Con una decisión en mente. Descubrir quién era MaJ. De una vez por todas. Sin rodeos, así que salí en su busca.
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Re: Comenzando un nuevo camino...
[Te ha quedado realmente bueno!]
Desperté de nuevo en la oscuridad de la noche. Era la tercera vez. Aquella vieja barca no me dejaba dormir, era demasiado incómoda. Me levanté y me bajé, dispuesta a dar un paseo mientras el sol aparecía por el horizonte.
Caminé siempre con el mar a la izquierda, para poder regresar sobre mis pasos más tarde. Cada vez más gente paseaba por las calles, la mayoría mercantes que llegaban en sus grandes barcos, o mercantes que se iban en ellos. Gente, más gente. Les miré e intenté pensar en cuales serían sus historias. Realmente, cada uno de ellos tenía una vida, pero ¿qué sabía yo de ellos? Era una más en la multitud, con una historia colgando detrás, con sueños e ilusiones que probablemente nunca llegarán a cumplirse.
Cuando el sol había aparecido por completo por el horizonte, me di la vuelta y regresé sobre mis pasos. Cerca de la taberna, encontré una pequeña niña que me miraba con curiosidad.
- Hola... - me dijo, tímida.
- Hola pequeña.
- ¿Eres una bruja de verdad?
- Sí, supongo que sí...
Desperté de nuevo en la oscuridad de la noche. Era la tercera vez. Aquella vieja barca no me dejaba dormir, era demasiado incómoda. Me levanté y me bajé, dispuesta a dar un paseo mientras el sol aparecía por el horizonte.
Caminé siempre con el mar a la izquierda, para poder regresar sobre mis pasos más tarde. Cada vez más gente paseaba por las calles, la mayoría mercantes que llegaban en sus grandes barcos, o mercantes que se iban en ellos. Gente, más gente. Les miré e intenté pensar en cuales serían sus historias. Realmente, cada uno de ellos tenía una vida, pero ¿qué sabía yo de ellos? Era una más en la multitud, con una historia colgando detrás, con sueños e ilusiones que probablemente nunca llegarán a cumplirse.
Cuando el sol había aparecido por completo por el horizonte, me di la vuelta y regresé sobre mis pasos. Cerca de la taberna, encontré una pequeña niña que me miraba con curiosidad.
- Hola... - me dijo, tímida.
- Hola pequeña.
- ¿Eres una bruja de verdad?
- Sí, supongo que sí...
MaJ- Cantidad de envíos : 29
Re: Comenzando un nuevo camino...
[Gracias por los halagos :$, buena idea lo de la cría]
Decididamente tenía que encontrarla. Me daba igual si estaba durmiendo o no. ¿Cómo podía atreverse a irrumpir en mis sueños? ¿A formar parte de mí? ¿A hacerme anhelar su compañía? Me las iba a pagar. Y para empezar quería una explicación creíble de qué quería de verdad de mí, de quién era y de dónde venía.
¿Pero que estoy haciendo? Me detuve en medio de una calle, muy transitada, llena de transehúntes y de comerciantes junto a los muros. Sam se pegó a mi y me picó la oreja con cariño. Yo, sin mirarle, y cubriéndome con mi sombrero, le acaricié el pico y el rsotro. Seguí avanzando.
Reflexioné sobre mi actitud. Me preocupaba por una desconocida, iba por la calle pensando en ella, me gritaba a mi mismo exigencias que debía hacerle, pero... Frente a ella el mundo se detenía por completo. ¿Era amor? No, o eso creía yo. Era algo más... fraternal. Me sentía obligado a protegerla y a la vez me sentía mal por ligarme a ella, traicionando a Ambros, mi hermano pequeño.
¿Era eso? ¿La veía como a un reemplazo? ¿Ella era mi posibilidad de redimirme? Posiblemente. Pese a eso seguía queriendo conocerla a fondo. No había duda tenía que encontrarla.
Corrí por las calles hasta dar por fin con ella. Estaba con una niña pequeña a su lado, con una cara indescifrable. Me acerqué con algo de cautela.
-MaJ, ¿quién es esta...? -iba a decir yo.
-¡Es una bruja! -me escupió ella a la cara.
-¿Cómo?
Decididamente tenía que encontrarla. Me daba igual si estaba durmiendo o no. ¿Cómo podía atreverse a irrumpir en mis sueños? ¿A formar parte de mí? ¿A hacerme anhelar su compañía? Me las iba a pagar. Y para empezar quería una explicación creíble de qué quería de verdad de mí, de quién era y de dónde venía.
¿Pero que estoy haciendo? Me detuve en medio de una calle, muy transitada, llena de transehúntes y de comerciantes junto a los muros. Sam se pegó a mi y me picó la oreja con cariño. Yo, sin mirarle, y cubriéndome con mi sombrero, le acaricié el pico y el rsotro. Seguí avanzando.
Reflexioné sobre mi actitud. Me preocupaba por una desconocida, iba por la calle pensando en ella, me gritaba a mi mismo exigencias que debía hacerle, pero... Frente a ella el mundo se detenía por completo. ¿Era amor? No, o eso creía yo. Era algo más... fraternal. Me sentía obligado a protegerla y a la vez me sentía mal por ligarme a ella, traicionando a Ambros, mi hermano pequeño.
¿Era eso? ¿La veía como a un reemplazo? ¿Ella era mi posibilidad de redimirme? Posiblemente. Pese a eso seguía queriendo conocerla a fondo. No había duda tenía que encontrarla.
Corrí por las calles hasta dar por fin con ella. Estaba con una niña pequeña a su lado, con una cara indescifrable. Me acerqué con algo de cautela.
-MaJ, ¿quién es esta...? -iba a decir yo.
-¡Es una bruja! -me escupió ella a la cara.
-¿Cómo?
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Re: Comenzando un nuevo camino...
- ¡Bruja, es bruja! - repetía la niña una y otra vez dando saltitos.
- Vale, niña, vale.
- ¡Bruja, es bruja! - seguía ella.
Me di la vuelta y pasé de ella, y también de Keller y Sam. No sabía si tomarme los comentarios de la niña como cumplido, o como algo insultante. Yo siempre me había tomado mi forma de ser como algo normal, pero aquella niña me había hecho pensar...
Cuando me di cuenta, me encontraba frente a la taberna. Me apoyé en el mismo sitio en que me había quedado al llegar el día anterior, y ladeé la cabeza. Keller venía hacia mí.
- Vale, niña, vale.
- ¡Bruja, es bruja! - seguía ella.
Me di la vuelta y pasé de ella, y también de Keller y Sam. No sabía si tomarme los comentarios de la niña como cumplido, o como algo insultante. Yo siempre me había tomado mi forma de ser como algo normal, pero aquella niña me había hecho pensar...
Cuando me di cuenta, me encontraba frente a la taberna. Me apoyé en el mismo sitio en que me había quedado al llegar el día anterior, y ladeé la cabeza. Keller venía hacia mí.
MaJ- Cantidad de envíos : 29
Re: Comenzando un nuevo camino...
-Bueno, ¿me explicas a santo de qué esa niña te ha llamado bruja? y lo que és más importante... ¿Dice la verdad? Verás, sé que no soy nadie para preguntarte, pero... Si vamos a convivir, tú y yo... -fue a decir algo, pero la interrumpí- Sí, he decidido acompañarte. Como decía, necesito saber quién eres, porque algo está pasando en mis entrañas que no entiendo, que no alcanzoa comprender. No quiero sorpresas. No quiero sustos. ¿De acuerdo?
¿Demasiado brusco? ¿Demasiado arisco? Ni lo sabía ni me importaba: no podía permitir que nadie entrara en mi interior, y si no podía impedirlo, al menos me aseguraría que no se traería ningún drama con ella. Yo no sabría mucho de gente, pero de lo que estaba seguro es de que yo no era uno de esos que se sienta a llorar las penas, o que te compadece cuando te quedas en un rincón. No. Yo actúo sobre mis penas, yo barro el rincón.
¿Demasiado brusco? ¿Demasiado arisco? Ni lo sabía ni me importaba: no podía permitir que nadie entrara en mi interior, y si no podía impedirlo, al menos me aseguraría que no se traería ningún drama con ella. Yo no sabría mucho de gente, pero de lo que estaba seguro es de que yo no era uno de esos que se sienta a llorar las penas, o que te compadece cuando te quedas en un rincón. No. Yo actúo sobre mis penas, yo barro el rincón.
okeller- Cantidad de envíos : 91
Re: Comenzando un nuevo camino...
Oí sus palabras, sin tan siquiera mirarle.
- Pue... - me interrumpió. Le dejé hablar, sin escucharle demasiado. Bastante nublada tenía ya la cabeza.
- Sí, soy bruja. De ahí proceden mis intuiciones. No tengo poderes malignos ni hechizos para cargarme a la gente, si es lo que te preocupa. Igualmente, no pretendas que te cuente nada más. Hay cosas que nadie sabe, y que no tengo intención de que lleguen a saberse. En fin, igualmente ya estoy acostumbrada a que me tengan miedo, ¿qué más me da uno más? - Tras esto, me quedé mirando las nubes. Parecía que iba a llover.
- Pue... - me interrumpió. Le dejé hablar, sin escucharle demasiado. Bastante nublada tenía ya la cabeza.
- Sí, soy bruja. De ahí proceden mis intuiciones. No tengo poderes malignos ni hechizos para cargarme a la gente, si es lo que te preocupa. Igualmente, no pretendas que te cuente nada más. Hay cosas que nadie sabe, y que no tengo intención de que lleguen a saberse. En fin, igualmente ya estoy acostumbrada a que me tengan miedo, ¿qué más me da uno más? - Tras esto, me quedé mirando las nubes. Parecía que iba a llover.
MaJ- Cantidad de envíos : 29
Re: Comenzando un nuevo camino...
[Avanzamos más entre las 23 y las 2 que el resto del día XD]
-Yo...
Sus palabras me mataron, notaba sus ansias de alejarse de mí por momentos. Esa chica que antaño (ayer mismo) me había venido a buscar, sin una palabra en la boca y con una sonrisa que me llenó el alma, ahora miraba a las nubes, posiblemente buscando una vía de escape entre ellas.
-... lo siento.
Recapacité, o lo intentaba. Algo me interrumpió. Fue Sam, que me picó de nuevo en la oreja y luego mordió suavemente la de MaJ, haciéndo que ella diera un respingo. ¿Bruja? Y qué. Yo era un asesiono, una bruja no me daba miedo.
-Pero no creas que vas a librarte de éste simple mortal así como así. No te tengo miedo.
Intenté sonreír, distorsionando músculos que tenía oxidados. ¿Había hecho un chiste? ¿De dónde salía ese humor? Ella me miró fijamente a los ojos, pero yo quise ver los suyos, así que desplacé su flequillo, otra vez.
-Yo...
Sus palabras me mataron, notaba sus ansias de alejarse de mí por momentos. Esa chica que antaño (ayer mismo) me había venido a buscar, sin una palabra en la boca y con una sonrisa que me llenó el alma, ahora miraba a las nubes, posiblemente buscando una vía de escape entre ellas.
-... lo siento.
Recapacité, o lo intentaba. Algo me interrumpió. Fue Sam, que me picó de nuevo en la oreja y luego mordió suavemente la de MaJ, haciéndo que ella diera un respingo. ¿Bruja? Y qué. Yo era un asesiono, una bruja no me daba miedo.
-Pero no creas que vas a librarte de éste simple mortal así como así. No te tengo miedo.
Intenté sonreír, distorsionando músculos que tenía oxidados. ¿Había hecho un chiste? ¿De dónde salía ese humor? Ella me miró fijamente a los ojos, pero yo quise ver los suyos, así que desplacé su flequillo, otra vez.
okeller- Cantidad de envíos : 91
Re: Comenzando un nuevo camino...
El chico se había disculpado. Pobre, seguro se sentía incómodo. Sonreí con su chiste. Me apartó de nuevo el flequillo, pero esta vez no le evité, simplemente bajé la mirada, de nuevo ruborizada.
- Ehm... bueno, no te preocupes. Supongo que es normal que quisieras saber algo más de mí antes de empezar el viaje - dije, aun mirando el suelo.
Pensé. ¿Qué me pasaba? Le había cogido confianza tan fácil... eso no era normal en mí. Era extraño. Pero supongo que la presencia de Sam me relajaba. Igualmente, no tuve el valor de levantar la mirada de nuevo.
- Ehm... bueno, no te preocupes. Supongo que es normal que quisieras saber algo más de mí antes de empezar el viaje - dije, aun mirando el suelo.
Pensé. ¿Qué me pasaba? Le había cogido confianza tan fácil... eso no era normal en mí. Era extraño. Pero supongo que la presencia de Sam me relajaba. Igualmente, no tuve el valor de levantar la mirada de nuevo.
MaJ- Cantidad de envíos : 29
Re: Comenzando un nuevo camino...
Miraba al suelo. Sentí que sin quererlo le había dado una reprimenda. Tendríamos que arreglarlo.
Me saqué el sombrero y se lo puse, presionándole para que agachara la cabeza y así disimular su mirada baja. Me giré y grité, cómo hacía mucho tiempo que no gritaba, sin temor.
-¡A explorar Trinacria! ¡Éste será el comienzo de una nueva aventura!
Ella se levantó el sombrero para mirarme y me agarró el brazo que tenía levantado para bajármelo. Estaba pasando vergüenza ajena, el hermano mayor había llegado. Me giré y la miré a la cara, estaba roja cómo un tomate. Reí sin mucha fuerza, pero con la moral en las nubes, que amenazaban a lluvia.
* * *
Llevábamos toda la mañana dando vueltas y no había manera de encontrar un lugar en el que MaJ pudiera, o quisiera trabajar. En algunos por la edad, en otros por la apariencia. En los pocos que declaraban sí aceptarla estaban incluídos servicios sexuales, y en uno nos advirtieron de que se verían obligados a extirparle algún órgano. Me quedé horrorizado.
Cuando ya llegaba la hora de comer empezó a llover, primero unas gotas y luego chuzos de punta. Entramos, sin fijarnos demasiado, los tres: Maj, Sam y yo; en un lugar que hubiésemos preferido no pisar. El interior estaba oscuro, apenas iluminado por algunas velas. Las estanterías y las mesas estaban cubiertas a más no poder de botes de cristal, pellejos de animales, especias, libros, cartas astrales, varias barajas de cartas sin identificar, flores secas, polvos informes, masillas arcillosas de colores variopintos... Y así una enumeración casi infinita de extraños objetos.
Y de la nada apareció aquella anciana, apuntándome con su bastón, con cara de malos amigos.
Me saqué el sombrero y se lo puse, presionándole para que agachara la cabeza y así disimular su mirada baja. Me giré y grité, cómo hacía mucho tiempo que no gritaba, sin temor.
-¡A explorar Trinacria! ¡Éste será el comienzo de una nueva aventura!
Ella se levantó el sombrero para mirarme y me agarró el brazo que tenía levantado para bajármelo. Estaba pasando vergüenza ajena, el hermano mayor había llegado. Me giré y la miré a la cara, estaba roja cómo un tomate. Reí sin mucha fuerza, pero con la moral en las nubes, que amenazaban a lluvia.
* * *
Llevábamos toda la mañana dando vueltas y no había manera de encontrar un lugar en el que MaJ pudiera, o quisiera trabajar. En algunos por la edad, en otros por la apariencia. En los pocos que declaraban sí aceptarla estaban incluídos servicios sexuales, y en uno nos advirtieron de que se verían obligados a extirparle algún órgano. Me quedé horrorizado.
Cuando ya llegaba la hora de comer empezó a llover, primero unas gotas y luego chuzos de punta. Entramos, sin fijarnos demasiado, los tres: Maj, Sam y yo; en un lugar que hubiésemos preferido no pisar. El interior estaba oscuro, apenas iluminado por algunas velas. Las estanterías y las mesas estaban cubiertas a más no poder de botes de cristal, pellejos de animales, especias, libros, cartas astrales, varias barajas de cartas sin identificar, flores secas, polvos informes, masillas arcillosas de colores variopintos... Y así una enumeración casi infinita de extraños objetos.
Y de la nada apareció aquella anciana, apuntándome con su bastón, con cara de malos amigos.
Última edición por okeller el 21/08/10, 09:16 pm, editado 1 vez
okeller- Cantidad de envíos : 91
Re: Comenzando un nuevo camino...
Aquella señora daba bastante miedo. Sin darme cuenta, agarré con fuerza el brazo de Keller. Él me miró sorprendido.
- Eh... yo... perdona - le solté casi al instante.
Miré de nuevo a la anciana, me recordaba a alguien.
- Vaya vaya... tengo una auténtica bruja en mi tienda... - dijo, bajando el bastón.
- Ehm... sí...
- Hacía mucho que no me encontraba con una. Sé bienvenida.
- Gracias...
Observé aquel lugar. Era pequeño, pero acogedor. Me acerqué a una mesa de extraños objetos, aunque solo uno me llamó la atención. Una pequeña caldera, de un bonito tono morado, soltaba burbujas de distintos colores por la habitación. Me sentí atraída por aquella cosa, fuese lo que fuese.
- Eh... yo... perdona - le solté casi al instante.
Miré de nuevo a la anciana, me recordaba a alguien.
- Vaya vaya... tengo una auténtica bruja en mi tienda... - dijo, bajando el bastón.
- Ehm... sí...
- Hacía mucho que no me encontraba con una. Sé bienvenida.
- Gracias...
Observé aquel lugar. Era pequeño, pero acogedor. Me acerqué a una mesa de extraños objetos, aunque solo uno me llamó la atención. Una pequeña caldera, de un bonito tono morado, soltaba burbujas de distintos colores por la habitación. Me sentí atraída por aquella cosa, fuese lo que fuese.
MaJ- Cantidad de envíos : 29
Re: Comenzando un nuevo camino...
Cuando MaJ vió a la abuela me agarró el brazo. Inmediatamente se disculpó y se apartó. A mí no me había importado. ¿Por qué se apartaba? La vieja le comentó algo a MaJ. Estaba contenta de tener a una bruja en la tienda. Me quise dirijir a la mujer, para decirle por qué habíamos entrado.
-Yo...
-Tú nada mocoso. -me alzó de nuevo el bastón, apuntándome directamente a la nariz.
Yo alcé ambas manos en señal de rendición y ella se fue con MaJ, junto a un caldero burbujeante. No podía oír que le estaba diciendo, pero de tanto en cuanto me soltaba una mirada que pudiese haberme matado.
Me fijé bien en la señora. Cabello largo, cano, liso, recojido en dos coletas muy sueltas que le colgaban en cada hombro. Era bajita, regordeta, y me llamaron mucho la atención sus enormes pechos, que colgaban y rebotaban cada vez que ella hacía un gesto. Iba algo curvada y se apoyaba en su bastón casi constantemente, pero no se la veía falta de energía. Llevaba un collar hecho con colmillos, unas gafas que le aumentaban tres veces el tamaño de los ojos y un vestido de una tela gruesa, de color esmeralda, que arrastraba por el suelo. Como si se hubiese dado cuenta de que pensaba en ella me miró de nuevo, me apuntó con el bastón enérgicamente y me dijo, gritando en exceso.
-¡No toques nada! -cambió el tono de voz a una dulce y suave melodía- Y haz el favor de
llevar a este dulce ave a la trastienda. -bajó el bastón y se apoyó en él- Ahora iré allí y le daré algo de comer. -su voz volvió a cambiar al tono áspero y quejumbroso de antes- ¡Pero no toques nada! ¡Nada! ¿Me oyes? ¡NAAAADA DE NAAAAAAAADA! -dijo mientras me volvía a apuntar amenazantemente con el bastón.
Cuando acabo su frase señaló una puerta detrás de un mostrador y me dirigí allí, agarrando por las riendas a Sam y sin tocar nada. Nada de nada.
-Yo...
-Tú nada mocoso. -me alzó de nuevo el bastón, apuntándome directamente a la nariz.
Yo alcé ambas manos en señal de rendición y ella se fue con MaJ, junto a un caldero burbujeante. No podía oír que le estaba diciendo, pero de tanto en cuanto me soltaba una mirada que pudiese haberme matado.
Me fijé bien en la señora. Cabello largo, cano, liso, recojido en dos coletas muy sueltas que le colgaban en cada hombro. Era bajita, regordeta, y me llamaron mucho la atención sus enormes pechos, que colgaban y rebotaban cada vez que ella hacía un gesto. Iba algo curvada y se apoyaba en su bastón casi constantemente, pero no se la veía falta de energía. Llevaba un collar hecho con colmillos, unas gafas que le aumentaban tres veces el tamaño de los ojos y un vestido de una tela gruesa, de color esmeralda, que arrastraba por el suelo. Como si se hubiese dado cuenta de que pensaba en ella me miró de nuevo, me apuntó con el bastón enérgicamente y me dijo, gritando en exceso.
-¡No toques nada! -cambió el tono de voz a una dulce y suave melodía- Y haz el favor de
llevar a este dulce ave a la trastienda. -bajó el bastón y se apoyó en él- Ahora iré allí y le daré algo de comer. -su voz volvió a cambiar al tono áspero y quejumbroso de antes- ¡Pero no toques nada! ¡Nada! ¿Me oyes? ¡NAAAADA DE NAAAAAAAADA! -dijo mientras me volvía a apuntar amenazantemente con el bastón.
Cuando acabo su frase señaló una puerta detrás de un mostrador y me dirigí allí, agarrando por las riendas a Sam y sin tocar nada. Nada de nada.
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Re: Comenzando un nuevo camino...
- Pues este caldero es... - de repente, la anciana se giró - ¡No toques nada!
Miré a Keller, y aguanté la risa. El modo en que le trataba era bastante cómico. Luego, le mandó a una puerta tras el mostrador.
- Ven MaJ, demosle algo de comer al ave.
- ¿Pero como sabe mi nombre?
- ¡Soy bruja! Y no me hables de usted, pequeña - volvió a girarse hacia Keller - ¡pero tú sí! ¿Me oyeees? ¡¡TÚ SÍ!! - keller asintió con la cabeza, resignado.
La anciana me llevó hasta donde se encontraban Keller y Sam. Tras rebuscar entre montones de cajas y botes, sacó una pequeña bolsa con hierbas mágicas.
- Sé que también tienes bajo tu capa...
- Sí.
Miré a Keller, y aguanté la risa. El modo en que le trataba era bastante cómico. Luego, le mandó a una puerta tras el mostrador.
- Ven MaJ, demosle algo de comer al ave.
- ¿Pero como sabe mi nombre?
- ¡Soy bruja! Y no me hables de usted, pequeña - volvió a girarse hacia Keller - ¡pero tú sí! ¿Me oyeees? ¡¡TÚ SÍ!! - keller asintió con la cabeza, resignado.
La anciana me llevó hasta donde se encontraban Keller y Sam. Tras rebuscar entre montones de cajas y botes, sacó una pequeña bolsa con hierbas mágicas.
- Sé que también tienes bajo tu capa...
- Sí.
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