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Destino
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Re: Destino
La respuesta a la arenga de "Arale" fue un gruñido, y un nuevo movimiento de hojas al pie de los árboles. Un hombrecillo desgarbado y larguirucho asomó la cara por detrás de los matorrales, y luego se acercó un poco al borde de la inclinación, ojeando con cuidado a Dulfary.
- ¿Te has perdido? - preguntó secamente, y miró a su alrededor. - No puedo ayudarte. No puedo ayudarte. Voy a...
Y de repente hubo un movimiento brusco.
La maleza se agitó de pronto, y el brillo del metal asomó entre las hojas. El hombre fruncía ahora el ceño, y de nuevo gruñía, desconfiado.
- Te estoy apuntando con una ballesta - aclaró. - Dime por qué hay una mujer con un arco al otro lado del río. No voy a volver a la cárcel.
- ¿Te has perdido? - preguntó secamente, y miró a su alrededor. - No puedo ayudarte. No puedo ayudarte. Voy a...
Y de repente hubo un movimiento brusco.
La maleza se agitó de pronto, y el brillo del metal asomó entre las hojas. El hombre fruncía ahora el ceño, y de nuevo gruñía, desconfiado.
- Te estoy apuntando con una ballesta - aclaró. - Dime por qué hay una mujer con un arco al otro lado del río. No voy a volver a la cárcel.
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
Re: Destino
Las cejas de Dulfary se curvaron y alzó un poco las orejas, frustrada, sentida. Por qué todo el mundo respondía con un gruñido cuando hablaba? Tampoco era tan parlanchina. Era triste. De alguna forma, le dolió.
Y es que no entendía que no todo el mundo cuenta con la paciencia para escuchar pacientemente todo lo que tenía que decir y que no siempre era de utilidad.
- Si señor - dijo dócilmente y retiró la mano de su espalda para pedirle que recapacitara de su deseo de no ayudarla, pero entonces, el movimiento brusco que hizo la puso en guardia, al punto de casi llevarse la mano a la cadera donde tenía un cuchillo. El brillo del metal y el anuncio de la ballesta le hizo dar un paso atrás y tuvo que pensar rápido.
Había visto a Rose y ahora....
- USTED TAMBIÉN ESTE HUYENDO???? - replicó entre alarmada y emocionada - UFFF que alivio!!! - Se giró hacía Rose - Eh Rosmery!!! Ven que este es de los nuestros, indícale a los chicos que bajen sus armas pero que se queden donde están, por si viene la guardia!!! - lo dijo en voz en cuello y lució una actitud más relajada.
- EH! Camarada! - le dijo al hombrecillo - a nosotros nos buscan por facinerosos, y a usted? - se fue acercando al matorral como si la mención de cárcel fuera la luz verde para entablar amistad.
Y es que no entendía que no todo el mundo cuenta con la paciencia para escuchar pacientemente todo lo que tenía que decir y que no siempre era de utilidad.
- Si señor - dijo dócilmente y retiró la mano de su espalda para pedirle que recapacitara de su deseo de no ayudarla, pero entonces, el movimiento brusco que hizo la puso en guardia, al punto de casi llevarse la mano a la cadera donde tenía un cuchillo. El brillo del metal y el anuncio de la ballesta le hizo dar un paso atrás y tuvo que pensar rápido.
Había visto a Rose y ahora....
- USTED TAMBIÉN ESTE HUYENDO???? - replicó entre alarmada y emocionada - UFFF que alivio!!! - Se giró hacía Rose - Eh Rosmery!!! Ven que este es de los nuestros, indícale a los chicos que bajen sus armas pero que se queden donde están, por si viene la guardia!!! - lo dijo en voz en cuello y lució una actitud más relajada.
- EH! Camarada! - le dijo al hombrecillo - a nosotros nos buscan por facinerosos, y a usted? - se fue acercando al matorral como si la mención de cárcel fuera la luz verde para entablar amistad.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Destino
La cara del hombrecillo pasó por todos los estados de sorpresa ante la respuesta de la muchacha, antes de fijarse en la que parecía querer decir: "Mierda, por qué a mí".
- Un momento, un momento - casi gimió cuando Dulfary pareció ir a trabar confianza. - No somos de ninguna banda. No queremos tener nada que ver con ninguna banda.
Lo que fuera el brillo metálico se había retirado. El hombre se levantó un poco más, y Dulfary pudo ver que era un tipo mal afeitado con un guardapolvo viejo y estropeado, que tenía un brazo vendado y sucio de sangre. Sus ojos ahora mostraban perplejidad, y no se apartaron de ella más que para constatar que la mujer al otro lado del río se movía unos pasos, pero finalmente hacía unas señas.
- Si les persigue la guardia váyanse por su lado - exclamó, tajante. - Llevo un herido. Les puedo ofrecer el estado de los caminos en el norte y no mucho más - ofreció.
Al otro lado del río, Rose interpretaba la señal, había oído el grito. Hacía señales fictícias a un grupo de asaltantes ocultos que no existía, y guardaba su arco para cruzar el río a nado siguiendo a Dul.
- Un momento, un momento - casi gimió cuando Dulfary pareció ir a trabar confianza. - No somos de ninguna banda. No queremos tener nada que ver con ninguna banda.
Lo que fuera el brillo metálico se había retirado. El hombre se levantó un poco más, y Dulfary pudo ver que era un tipo mal afeitado con un guardapolvo viejo y estropeado, que tenía un brazo vendado y sucio de sangre. Sus ojos ahora mostraban perplejidad, y no se apartaron de ella más que para constatar que la mujer al otro lado del río se movía unos pasos, pero finalmente hacía unas señas.
- Si les persigue la guardia váyanse por su lado - exclamó, tajante. - Llevo un herido. Les puedo ofrecer el estado de los caminos en el norte y no mucho más - ofreció.
Al otro lado del río, Rose interpretaba la señal, había oído el grito. Hacía señales fictícias a un grupo de asaltantes ocultos que no existía, y guardaba su arco para cruzar el río a nado siguiendo a Dul.
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
Re: Destino
Somos. Mierda! Era al menos dos. Su mano se fue a su espalda y sacó dos dedos. Dos personas.
- Valgame... un herido!! - esta vez su preocupación fue real - Esto, sí, la ruta nos puede ser de utilidad, gracias - dijo en un tono mas tranquilo, menos teatral - Están heridos... - dio un paso al frente, aun a costa del peligro que esto representaba - Le propongo un trato, podría tratar de ayudarlos a cambio de su información sobre la ruta - era un trato real. No cayó en la cuenta que tal vez estaba pecando de ingenua.
Además, quería saber por qué huían de la guardia; aunque la primera razón era obvia, existían miles de posibilidades.
- Valgame... un herido!! - esta vez su preocupación fue real - Esto, sí, la ruta nos puede ser de utilidad, gracias - dijo en un tono mas tranquilo, menos teatral - Están heridos... - dio un paso al frente, aun a costa del peligro que esto representaba - Le propongo un trato, podría tratar de ayudarlos a cambio de su información sobre la ruta - era un trato real. No cayó en la cuenta que tal vez estaba pecando de ingenua.
Además, quería saber por qué huían de la guardia; aunque la primera razón era obvia, existían miles de posibilidades.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Destino
El hombre se puso nervioso cuando Dulfary avanzó, pero no disparó la ballesta, si es que la llevaba, ni hizo amago alguno de ir a atacarla. La miró con ojos sombríos, como dudando, y volvió a mirar a Rose, que en aquellos momentos, tras dejar tanto el arco como la manta al otro lado, se zambullía en el agua para tratar de cruzar el río.
Hacía frío. Mucho frío. Ni Dulfary ni el hombre supieron cuánto les odió la pelirroja durante el instante siguiente a la zambullida.
- Espera, espera, espera - volvió a decir el tipo, nervioso. - ¿Cómo se yo que tú no eres...?
Pero se detuvo. Podía parecer obvio que no tenía intención de dejar pasar la oferta de Dulfary, lo que no impidió que siguiera habiendo suspicacia en su mirada. Se apartó un momento; luego, volvió a asomar la cabeza.
- Vale - dijo. - Pero no hagas nada raro. Si lo haces te atacaré sin más, ¿Eh? Espero que sepas hacer algo. Sube. Y, y, que no venga nada más que la chica - dijo señalando a la parte del río por donde se aproximaba Rose, luchando contra la corriente.
En la parte de arriba, si es que Dulfary accedía a subir, encontraría un campamento muy básico en un pequeño claro, en el que destacaba un hombre medio muerto lleno de sangre y con una herida enorme en la pierna. A primera vista no parecía que tuviera arreglo.
Hacía frío. Mucho frío. Ni Dulfary ni el hombre supieron cuánto les odió la pelirroja durante el instante siguiente a la zambullida.
- Espera, espera, espera - volvió a decir el tipo, nervioso. - ¿Cómo se yo que tú no eres...?
Pero se detuvo. Podía parecer obvio que no tenía intención de dejar pasar la oferta de Dulfary, lo que no impidió que siguiera habiendo suspicacia en su mirada. Se apartó un momento; luego, volvió a asomar la cabeza.
- Vale - dijo. - Pero no hagas nada raro. Si lo haces te atacaré sin más, ¿Eh? Espero que sepas hacer algo. Sube. Y, y, que no venga nada más que la chica - dijo señalando a la parte del río por donde se aproximaba Rose, luchando contra la corriente.
En la parte de arriba, si es que Dulfary accedía a subir, encontraría un campamento muy básico en un pequeño claro, en el que destacaba un hombre medio muerto lleno de sangre y con una herida enorme en la pierna. A primera vista no parecía que tuviera arreglo.
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
Re: Destino
Dulfary no se percató del odio de Rose, ella solo sintió ese impulso suicida que la llevaba a ayudar a las personas, cuando le dijo que tenía un herido, seguramente cortesía de la absurda y corrupta guardia del reino. Claro que por su mente, en la fracción de segundo en que se dio la asociación, no fue corrupta la palabras que encontró, si no, corrompida. Cosas de la edad
Para cuando el sujeto dijo "Vale" ella ya estaba al borde del matorral abriéndose paso para atender al herido.
- Si, si, lo que digas - dijo con ese tono que delataba, por su sarcasmo y despreocupación, cuando le importaba o ponía atención a sus amenazas. - VALGAME!! - no pudo evitar decirlo, con alarma y de forma poco esperanzadora, que seguramente no le haría nada bien al pobre herido - bueeno, no es TAN grave - era un poco tarde para mentir y su expresión no verbal de tragedia no ayudaba en lo más mínimo.
La herida en su pierna era profunda, hecha para matar a mediano plazo. No le cabía en la mente el cómo habían logrado escapar. Si lograba salvarlo, cosa que por un momento dudó, dudaba mucho que volviera a su vida normal debido a la cojera.
- Tú también estas herido? Qué has tratado de hacer por él? - no parecía vendado o auxiliado, pero quería estar segura - Tranquilo, voy a tratar de ayudarte - le sonrió con dulzura al moribundo al acuclillarse junto a él, pero de inmediato se levantó y corrió al límite de los matorrales
- Rosmery!! necesitamos agua - se dejó caer hasta el río e interceptó a Rose hablandole en voz baja y muy rápido - Anda, te mojaste de nuevo. Tenemos un problema serio, yo sé que queríamos ir a la posada, a un sitio caliente pero... ains no puedo dejarlo así, solo será un momento, vale, será casi una semana si nos va bien, pero el problema es que no sé si el otro también está herido y está el problema mas grave, seguramente a los cuatro nos están siguiendo y es peligroso quedarnos acá, si nos agarra la guardia la vamos a pasar muy mal si sobrevivimos, si nos alcanza la elfa psicopata, suponiendo que si nos esté siguiendo, los matará a ellos solo por deporte y para mortificarnos a nosotras y no me gustaría cargar con esas muertes, tal vez a Riadh le dé lo mismo, pero creo que a ti tampoco, más cuando nos lo echará en cara de por vida de las formas mas crueles. No sé si lo puedo ayudar, peeeero a cambio, también tienen fuego y con eso nos podemos calentar hasta que se seque la ropa. Ayyy lo siento te mojaste - cerró la boca solo por un momento, la volvió a abrir como una amenaza de seguir hablando, pero se dio cuenta que había olvidado la razón por la cual había bajado a hablar con ella.
- También podemos suturar la herida, que es bieeen fea y dejar que la vida su curso y sea lo que habrá que ser, pero eso también toma tiempo, no he hecho esto de forma muy seguida - se excusó y haciendo movimientos de angustia y acelere con las rodillas que daban la impresión de terminar en un par de saltitos que no se dieron, regresó sobre sus pasos hacía el matarral sin recordar qué era lo que le quería decir.
Para cuando el sujeto dijo "Vale" ella ya estaba al borde del matorral abriéndose paso para atender al herido.
- Si, si, lo que digas - dijo con ese tono que delataba, por su sarcasmo y despreocupación, cuando le importaba o ponía atención a sus amenazas. - VALGAME!! - no pudo evitar decirlo, con alarma y de forma poco esperanzadora, que seguramente no le haría nada bien al pobre herido - bueeno, no es TAN grave - era un poco tarde para mentir y su expresión no verbal de tragedia no ayudaba en lo más mínimo.
La herida en su pierna era profunda, hecha para matar a mediano plazo. No le cabía en la mente el cómo habían logrado escapar. Si lograba salvarlo, cosa que por un momento dudó, dudaba mucho que volviera a su vida normal debido a la cojera.
- Tú también estas herido? Qué has tratado de hacer por él? - no parecía vendado o auxiliado, pero quería estar segura - Tranquilo, voy a tratar de ayudarte - le sonrió con dulzura al moribundo al acuclillarse junto a él, pero de inmediato se levantó y corrió al límite de los matorrales
- Rosmery!! necesitamos agua - se dejó caer hasta el río e interceptó a Rose hablandole en voz baja y muy rápido - Anda, te mojaste de nuevo. Tenemos un problema serio, yo sé que queríamos ir a la posada, a un sitio caliente pero... ains no puedo dejarlo así, solo será un momento, vale, será casi una semana si nos va bien, pero el problema es que no sé si el otro también está herido y está el problema mas grave, seguramente a los cuatro nos están siguiendo y es peligroso quedarnos acá, si nos agarra la guardia la vamos a pasar muy mal si sobrevivimos, si nos alcanza la elfa psicopata, suponiendo que si nos esté siguiendo, los matará a ellos solo por deporte y para mortificarnos a nosotras y no me gustaría cargar con esas muertes, tal vez a Riadh le dé lo mismo, pero creo que a ti tampoco, más cuando nos lo echará en cara de por vida de las formas mas crueles. No sé si lo puedo ayudar, peeeero a cambio, también tienen fuego y con eso nos podemos calentar hasta que se seque la ropa. Ayyy lo siento te mojaste - cerró la boca solo por un momento, la volvió a abrir como una amenaza de seguir hablando, pero se dio cuenta que había olvidado la razón por la cual había bajado a hablar con ella.
- También podemos suturar la herida, que es bieeen fea y dejar que la vida su curso y sea lo que habrá que ser, pero eso también toma tiempo, no he hecho esto de forma muy seguida - se excusó y haciendo movimientos de angustia y acelere con las rodillas que daban la impresión de terminar en un par de saltitos que no se dieron, regresó sobre sus pasos hacía el matarral sin recordar qué era lo que le quería decir.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Destino
El hombre no pareció inmutarse ante la reacción de Dulfary.
Conocía la gravedad de la herida de su compañero, y no se sorprendió. Estaba sentado en una roca, cerca del fuego, al otro lado del cual el herido yacía tendido sobre una lona empercudida de sangre. Era cierto, la herida no estaba vendada; el pantalón estaba roto por la parte en la que estaba el corte, y por encima de él habían colocado algo rudimentariamente parecido a un torniquete, pero insuficiente.
- Yo estoy bien, pero él no tiene arreglo - dijo. - Me he quedado sin nada para vendarle. Y le he vaciado dos de éstas en la pierna.
Las tenía dentro de lo que debía ser la alforja del caballo, en una cajita de madera donde quedaban tres más. Botellas de licor. No tenían identificativo alguno, pero por el color debía ser fuerte. El moribundo, un hombre joven de ojos claros cuyo abundante sudor denotaba la fiebre, no contestó cuando Dulfary le hizo aquella promesa, pero la miró como quien contempla un ángel salvador.
Pero Dulfary salió corriendo de inmediato.
"Rosmery", que, recordemos,acababa de cruzar un río, estaba saliendo del agua cuando Dulfary llegó. Empapada de pies a cabeza, trastabilló al recuperar la sensación de gravedad normal y quedó acuclillada, alzando los ojillos desconcertados hacia ella mientras goteaba insistentemente y tiritaba a causa del frío lacerando la piel mojada.
- ¿Q... qué? - preguntó, casi patética, no habiendo entendido prácticamente nada de lo que Dulfary dijo.
De entre la maraña de palabras sueltas, la expresión "una semana" se había hecho fuerte en su atención, pero no la contextualizaba. Pero daba igual, Dulfary se iba de vuelta. Rose sacudió la cabeza e hizo un esfuerzo por levantarse y seguir a la rubia al claro, donde el hombre sano terminaba de apurar un trago de la botella de licor que habría tirado de espaldas a Dulfary y a Rose juntas.
No pudo evitar, la pelirroja, acercarse tímidamente al fuego, ante la mirada entre hostil y curiosa del ahora tambaleante hombre.
Conocía la gravedad de la herida de su compañero, y no se sorprendió. Estaba sentado en una roca, cerca del fuego, al otro lado del cual el herido yacía tendido sobre una lona empercudida de sangre. Era cierto, la herida no estaba vendada; el pantalón estaba roto por la parte en la que estaba el corte, y por encima de él habían colocado algo rudimentariamente parecido a un torniquete, pero insuficiente.
- Yo estoy bien, pero él no tiene arreglo - dijo. - Me he quedado sin nada para vendarle. Y le he vaciado dos de éstas en la pierna.
Las tenía dentro de lo que debía ser la alforja del caballo, en una cajita de madera donde quedaban tres más. Botellas de licor. No tenían identificativo alguno, pero por el color debía ser fuerte. El moribundo, un hombre joven de ojos claros cuyo abundante sudor denotaba la fiebre, no contestó cuando Dulfary le hizo aquella promesa, pero la miró como quien contempla un ángel salvador.
Pero Dulfary salió corriendo de inmediato.
"Rosmery", que, recordemos,acababa de cruzar un río, estaba saliendo del agua cuando Dulfary llegó. Empapada de pies a cabeza, trastabilló al recuperar la sensación de gravedad normal y quedó acuclillada, alzando los ojillos desconcertados hacia ella mientras goteaba insistentemente y tiritaba a causa del frío lacerando la piel mojada.
- ¿Q... qué? - preguntó, casi patética, no habiendo entendido prácticamente nada de lo que Dulfary dijo.
De entre la maraña de palabras sueltas, la expresión "una semana" se había hecho fuerte en su atención, pero no la contextualizaba. Pero daba igual, Dulfary se iba de vuelta. Rose sacudió la cabeza e hizo un esfuerzo por levantarse y seguir a la rubia al claro, donde el hombre sano terminaba de apurar un trago de la botella de licor que habría tirado de espaldas a Dulfary y a Rose juntas.
No pudo evitar, la pelirroja, acercarse tímidamente al fuego, ante la mirada entre hostil y curiosa del ahora tambaleante hombre.
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
Re: Destino
Al regresar al campamento y vio las botellas de las que le hablaba casi se pone pálida. Pobre hombre, sino había muerto del herida o la infección, lo haría del dolor.
- Bien, hasta que no haya muerto tendrá arreglo - Mano a la bolsita sacó su cuerda para renovar el torniquete - Pero necesito asistencia. Rosmary está con hipotermia por tu culpa, así que te tocará a ti. Necesito agua, PERO YA!! En dos frascos, pon uno a calentar y el otro tráemelo a mi - dio cada indicación (no orden) sin mirarlo siquiera. Con una pañoleta, la que usaba en verano, le limpió la herida y dudó sobre qué hacer.
Era fea... no era tan simple como surcir. Sacó la muñeca de practica que le dio Lindo Doctor y buscó lo que le serviría. Claro que se esperó a que el hombre fuera por el agua para volverse donde Rose, con ojos vidriosos
- Rose... - susurró angustiada - no sé que hacer... no sé si lo puedo hacer - se mordió el labio como la niña que era casi lista para llorar.
- Bien, hasta que no haya muerto tendrá arreglo - Mano a la bolsita sacó su cuerda para renovar el torniquete - Pero necesito asistencia. Rosmary está con hipotermia por tu culpa, así que te tocará a ti. Necesito agua, PERO YA!! En dos frascos, pon uno a calentar y el otro tráemelo a mi - dio cada indicación (no orden) sin mirarlo siquiera. Con una pañoleta, la que usaba en verano, le limpió la herida y dudó sobre qué hacer.
Era fea... no era tan simple como surcir. Sacó la muñeca de practica que le dio Lindo Doctor y buscó lo que le serviría. Claro que se esperó a que el hombre fuera por el agua para volverse donde Rose, con ojos vidriosos
- Rose... - susurró angustiada - no sé que hacer... no sé si lo puedo hacer - se mordió el labio como la niña que era casi lista para llorar.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Destino
En los ojos del hombre se dibujó una expresión extraña.
Parecía... contradictoria. Como si por un lado la esperanza arraigase en su corazón, mientras que por el otro lo sabía todo perdido. Negó con la cabeza, casi gruñendo en dirección a la recién llegada, chorreando y agazapada junto al fuego como un conejillo.
Pero, daba igual. Levantándose, tambaleándose ligeramente, hizo exactamente lo que la jovencita le pedía, si bien no con toda la destreza que hubiera tenido si no hubiera tomado el trago de la botella. Para los frascos, decidió usar las botellas que había vaciado en la pierna del compañero; una vez se hubo aprovisionado, bajó hasta el río.
- Es... es fea - dijo Rose, helada, tiritando profundamente mientras se acercaba al herido, pero manteniéndose muy cerca del fuego. - Shh... t... tranquila.
Acercó las manos a la hoguera lo suficiente como para secárselas, y revisó la herida. No parecía tener arreglo, ni siquiera si se cosía. Claro que Rose no era médico, pero algo sabía de primeros auxilios. Le rasgó un pedazo del pantalón al hombre para utilizarlo como venda, ya que no tenían cómo sutu... no, espera, seguro que Dulfary tenía.
En cualquier caso, y movida por una corazonada, la semielfa le retiró el zapato al hombre por donde había cortado el pantalón.
O lo intentó; en cuanto lo hizo, el hombre se revolvió y gritó amargamente, casi pateando a Rose en el proceso.
- S...s... sujétale - pidió.
Parecía... contradictoria. Como si por un lado la esperanza arraigase en su corazón, mientras que por el otro lo sabía todo perdido. Negó con la cabeza, casi gruñendo en dirección a la recién llegada, chorreando y agazapada junto al fuego como un conejillo.
Pero, daba igual. Levantándose, tambaleándose ligeramente, hizo exactamente lo que la jovencita le pedía, si bien no con toda la destreza que hubiera tenido si no hubiera tomado el trago de la botella. Para los frascos, decidió usar las botellas que había vaciado en la pierna del compañero; una vez se hubo aprovisionado, bajó hasta el río.
- Es... es fea - dijo Rose, helada, tiritando profundamente mientras se acercaba al herido, pero manteniéndose muy cerca del fuego. - Shh... t... tranquila.
Acercó las manos a la hoguera lo suficiente como para secárselas, y revisó la herida. No parecía tener arreglo, ni siquiera si se cosía. Claro que Rose no era médico, pero algo sabía de primeros auxilios. Le rasgó un pedazo del pantalón al hombre para utilizarlo como venda, ya que no tenían cómo sutu... no, espera, seguro que Dulfary tenía.
En cualquier caso, y movida por una corazonada, la semielfa le retiró el zapato al hombre por donde había cortado el pantalón.
O lo intentó; en cuanto lo hizo, el hombre se revolvió y gritó amargamente, casi pateando a Rose en el proceso.
- S...s... sujétale - pidió.
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
Re: Destino
Las palabras de Rose parecieron tranquilizarla. Pero el hipito que le siguió a su puchero, delató lo cerca que estuvo de echarse a llorar. Y sí, Dulfary tenía, de hecho, la muñeca que había sacado para orientarse sobre la forma de cocerlo tenía múltiples hilos y clavadas algunas agujas para tal fin.
Eso si, había que esterilizarla.
Orden dada, saltó sobre el hombre y trató de sujetarlo, de inmovilizar la pierna lo mejor que pudo. Por lo fuerte de la reacción, por un momento pensé que se trataba de una fractura o algo, pero la patada se lo descartó.
- Te duele, lo sé, pero trata de aguantar y así estarás mejor - imprimió mas fuerza en su agarre, no tanto porque dejara de revolverse o evitar una nueva sacudida, sino para recordarle que no estaba solo.
Eso si, había que esterilizarla.
Orden dada, saltó sobre el hombre y trató de sujetarlo, de inmovilizar la pierna lo mejor que pudo. Por lo fuerte de la reacción, por un momento pensé que se trataba de una fractura o algo, pero la patada se lo descartó.
- Te duele, lo sé, pero trata de aguantar y así estarás mejor - imprimió mas fuerza en su agarre, no tanto porque dejara de revolverse o evitar una nueva sacudida, sino para recordarle que no estaba solo.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Destino
Con Dulfary de ayudante, quitarle el zapato fue más sencillo, aunque igualmente doloroso.
La corazonada de Rose parecía sencilla, y bastante evidente. Tal vez por éso la pelirroja casi gimió de lástima al constatar que tenía razón en haberlo pensado. Maldijo para sus adentros, y casi lloró la palabra mientras con un gesto involuntario extendía la mano para alcanzar la botella de la que se había deshecho el hombre de antes.
- Gangrena...
La piel alrededor del gemelo se había puesto, efectivamente, negruzca, y una especie de mancha parecía extenderse por su pierna con el centro en ésta especie de podredumbre que daba la sensación de emitir una espuma blanquecina. Rose apartó la vista, horrorizada. Contra la gangrena sólo había una cura, y si a Dulfary le había costado hacerse a la idea de suturarle la pierna, ésta...
- D... Dul - la llamó. - D...Dul, no... no... no mires, ¿V... vale?
Necesitó dar un trago de la botella. Para entrar en calor, para que el pulso dejara de temblarle, para tener el valor de... en aquellos momentos el otro hombre, ya con los frascos, subía por el acceso que Dul y Rose habían usado un minuto antes, y miró fijamente la escena. Rose se estaba llevando la mano a la empuñadura de la espada.
- Te mato - amenazó. - Si haces éso te mato.
La corazonada de Rose parecía sencilla, y bastante evidente. Tal vez por éso la pelirroja casi gimió de lástima al constatar que tenía razón en haberlo pensado. Maldijo para sus adentros, y casi lloró la palabra mientras con un gesto involuntario extendía la mano para alcanzar la botella de la que se había deshecho el hombre de antes.
- Gangrena...
La piel alrededor del gemelo se había puesto, efectivamente, negruzca, y una especie de mancha parecía extenderse por su pierna con el centro en ésta especie de podredumbre que daba la sensación de emitir una espuma blanquecina. Rose apartó la vista, horrorizada. Contra la gangrena sólo había una cura, y si a Dulfary le había costado hacerse a la idea de suturarle la pierna, ésta...
- D... Dul - la llamó. - D...Dul, no... no... no mires, ¿V... vale?
Necesitó dar un trago de la botella. Para entrar en calor, para que el pulso dejara de temblarle, para tener el valor de... en aquellos momentos el otro hombre, ya con los frascos, subía por el acceso que Dul y Rose habían usado un minuto antes, y miró fijamente la escena. Rose se estaba llevando la mano a la empuñadura de la espada.
- Te mato - amenazó. - Si haces éso te mato.
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
Re: Destino
Y Dul, como no era de esperarse... no entendió. No mirar qué? Qué había visto Rose que ella no?
No lo supo, percibió por el rabito del ojo el movimiento de la mano hacía la espada. El movimiento del hombre al regresar no la tomó por sorpresa, pero sí su reacción, su amenaza. El cerebro le estaba funcionando de forma extraña. Solo al momento de tensión que le siguió, cayó en cuenta de lo primero que dijo Rose. Gangrena.
No se trataba de no mirar la pierna, se trataba de no mirar lo que iba a hacer con ella. Pero impulsada por un resorte soltó al hombre y casi cayó de espaldas.
- Pero, pero... - miró en una dirección y en la otra. Era difícil - no es lo que piensas, no vamos a hacerle mas daño del que ya tiene, al contrario... - estaba preocupada - pero si intentas cumplir tu amenaza estarás en problemas - ahora su mirada fue más dura, algo poco intimidante para alguien que estaba esparramada como plasta en el suelo por no saberse alejar - es tu decisión -
No lo supo, percibió por el rabito del ojo el movimiento de la mano hacía la espada. El movimiento del hombre al regresar no la tomó por sorpresa, pero sí su reacción, su amenaza. El cerebro le estaba funcionando de forma extraña. Solo al momento de tensión que le siguió, cayó en cuenta de lo primero que dijo Rose. Gangrena.
No se trataba de no mirar la pierna, se trataba de no mirar lo que iba a hacer con ella. Pero impulsada por un resorte soltó al hombre y casi cayó de espaldas.
- Pero, pero... - miró en una dirección y en la otra. Era difícil - no es lo que piensas, no vamos a hacerle mas daño del que ya tiene, al contrario... - estaba preocupada - pero si intentas cumplir tu amenaza estarás en problemas - ahora su mirada fue más dura, algo poco intimidante para alguien que estaba esparramada como plasta en el suelo por no saberse alejar - es tu decisión -
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Destino
Rose se volvió muy lentamente.
Dulfary lo había entendido. Aparentemente, el hombre no. Llevaba las botellas llenas de agua hasta el borde, como Dul le había pedido, pero no avanzaba. Estaba quieto, y parecía estar planteándose si seguir llevando las botellas o echarse la mano al hachuela que llevaba al cinto.
La pelirroja avanzó un paso.
- Mira - le dijo. - T... tu amigo tiene g... gangrena, ¿De acuerdo? N... no queremos ha... haceros daño.
Hubo un momento muy tenso cuando Rose se llevó la mano a la empuñadura de la espada. Lo hizo muy despacio, pero aun así, el hombre se enervó. Su miedo se podía ver en el rostro; agarraba las botellas con fuerza, y diríase que estaba sopesando cómo debería lanzar una de ellas si quisiera golpear a Rose con ella. La pelirroja se había dado cuenta de ésto, y tendió hacia él tanto la espada como la vaina.
- Voy a desnudar la espada - dijo, despacio. modulando el tono para que la tiritera que la recorría no afectase a las palabras que iba a pronunciar. - No voy a hacerte nada con ella. La voy a clavar en la hierba. ¿Vale?
Y así lo hizo. Y dio un paso atrás, apartándose de la espada.
- Ven y mira su pi-pierna.
El hombre se aproximó muy despacio, receloso. Parecía obvio que el alcohol le había afectado, al menos un poco. Rose también parecía un poco extraña.
Dulfary lo había entendido. Aparentemente, el hombre no. Llevaba las botellas llenas de agua hasta el borde, como Dul le había pedido, pero no avanzaba. Estaba quieto, y parecía estar planteándose si seguir llevando las botellas o echarse la mano al hachuela que llevaba al cinto.
La pelirroja avanzó un paso.
- Mira - le dijo. - T... tu amigo tiene g... gangrena, ¿De acuerdo? N... no queremos ha... haceros daño.
Hubo un momento muy tenso cuando Rose se llevó la mano a la empuñadura de la espada. Lo hizo muy despacio, pero aun así, el hombre se enervó. Su miedo se podía ver en el rostro; agarraba las botellas con fuerza, y diríase que estaba sopesando cómo debería lanzar una de ellas si quisiera golpear a Rose con ella. La pelirroja se había dado cuenta de ésto, y tendió hacia él tanto la espada como la vaina.
- Voy a desnudar la espada - dijo, despacio. modulando el tono para que la tiritera que la recorría no afectase a las palabras que iba a pronunciar. - No voy a hacerte nada con ella. La voy a clavar en la hierba. ¿Vale?
Y así lo hizo. Y dio un paso atrás, apartándose de la espada.
- Ven y mira su pi-pierna.
El hombre se aproximó muy despacio, receloso. Parecía obvio que el alcohol le había afectado, al menos un poco. Rose también parecía un poco extraña.
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
Re: Destino
Compleja situación compleja. El sujeto estaba bastante receloso, ellas solo querían ayudar, el otro necesitaba... no sabía que necesitaba.
Pero Dulfary sí que necesitaba ponerse en pie y estar en una mejor posición. Así que lo hizo despacio para no alertarlo, le dejó pasar junto a ella para que se acercara a ver la gravedad de la situación de su amigo y luego... no supo qué más hacer.
Pero Dulfary sí que necesitaba ponerse en pie y estar en una mejor posición. Así que lo hizo despacio para no alertarlo, le dejó pasar junto a ella para que se acercara a ver la gravedad de la situación de su amigo y luego... no supo qué más hacer.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Destino
No llevó mucho tiempo.
Él sólo necesitaba comprobar... ¿Qué? El alcohol no le dejaba pensar bien. ¿Que no eran guardias? Saltaba al a vista, pero daba igual, a veces uno puede tener ideas extrañas sobre qué daño pretende hacer cada persona. ¿Que no iban a hacerles daño...? Tal vez.
Pero iban a hacérselo, así fuera para bien. Tan pronto como el hombre comprobó que la pierna estaba ennegrecida, Rose, que se había apartado y le había puesto las manos a Dulfary sobre los hombros - sus dedos estaban helados -, como preparándola para lo que iba a pasar. El hombre las miró, entendiendo sin entender, y la pelirroja torció el gesto.
- No - murmuró, como si le doliera pensar. - No puedo... no podéis. No sobrevivirá, y aunque lo haga, no podemos huir si le falta una pierna. Esto... no es una buena idea. Debe haber otra solución...
Él sólo necesitaba comprobar... ¿Qué? El alcohol no le dejaba pensar bien. ¿Que no eran guardias? Saltaba al a vista, pero daba igual, a veces uno puede tener ideas extrañas sobre qué daño pretende hacer cada persona. ¿Que no iban a hacerles daño...? Tal vez.
Pero iban a hacérselo, así fuera para bien. Tan pronto como el hombre comprobó que la pierna estaba ennegrecida, Rose, que se había apartado y le había puesto las manos a Dulfary sobre los hombros - sus dedos estaban helados -, como preparándola para lo que iba a pasar. El hombre las miró, entendiendo sin entender, y la pelirroja torció el gesto.
- No - murmuró, como si le doliera pensar. - No puedo... no podéis. No sobrevivirá, y aunque lo haga, no podemos huir si le falta una pierna. Esto... no es una buena idea. Debe haber otra solución...
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
Re: Destino
Pero por la mente de la niña, al menos, no pasaba ninguna otra solución. Las manos de Rose en los hombros la hacía sentirse segura, menos molesta con el malestar general que sentía... sus dedos fríos le recordaban que tanto le molestaba la ropa.
- Perdería toda la pierna y la vida de todas formas si no hacemos algo... - bajó ala vista. Era una decisión dura para tomar. Si ella tuviera que hacerla... no la tomaría, dejaría que el afectado, por muy delirante que estuviera la tomara y luego, si la opción era cortar, buscaría un mago que... no, no todo podía resolverse con magia... o sí.
- Aun pueden usar el caballo para huir. Podrá sobre vivir porque no será cortar y dejar que la sangre mala fluya y luego la sangre sana... yo puedo ayudar a que deje de sangrar, pero tendrás que llevarlo a... yo conozco alguien. un doctor que tal vez pueda ayudar y si no le haces preguntas, el tampoco las hará y así nadie tendrá que responder a la guardia o avisar ni nada - pasó saliva y miró a Rose por encima del hombro, pidiendo confirmación a sus palabras - pero sea él o nosotras, habrá que cortar la pierna... no lo dejes morir... - le pidió al hombre, en un susurro casi suplicante.
- Perdería toda la pierna y la vida de todas formas si no hacemos algo... - bajó ala vista. Era una decisión dura para tomar. Si ella tuviera que hacerla... no la tomaría, dejaría que el afectado, por muy delirante que estuviera la tomara y luego, si la opción era cortar, buscaría un mago que... no, no todo podía resolverse con magia... o sí.
- Aun pueden usar el caballo para huir. Podrá sobre vivir porque no será cortar y dejar que la sangre mala fluya y luego la sangre sana... yo puedo ayudar a que deje de sangrar, pero tendrás que llevarlo a... yo conozco alguien. un doctor que tal vez pueda ayudar y si no le haces preguntas, el tampoco las hará y así nadie tendrá que responder a la guardia o avisar ni nada - pasó saliva y miró a Rose por encima del hombro, pidiendo confirmación a sus palabras - pero sea él o nosotras, habrá que cortar la pierna... no lo dejes morir... - le pidió al hombre, en un susurro casi suplicante.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Destino
Hubo un rato de silencio tenso y culpable después de las palabras de Dulfary.
Parecía bastante obvio que el hombre no estaba en el estado apropiado para tomar la decisión. Seguramente, la decisión era lo que le había arrastrado a aquel estado en primer lugar, pero - pensó Rose - hay que tener un carácter muy fuerte para tomar una decisión así sobre un amigo y no necesitar algo para escapar de la propia idea de la responsabilidad.
Daba igual. No estaba ahí para juzgar, y no creía que hubiera nada que mereciera ser juzgado. Cuando el hombre tomó la espada de la hierba y se la entregó a Rose, la muchacha asintió con la cabeza. Esperaba que todo saliera tan bien como Dul parecía esperar, como el hombre parecía esperar. De repente la responsabilidad era algo que se había desplazado hacia ella, y Rose...
No, no iba a recurrir al alcohol para afrontarla, como el hombre. Pero tampoco podía hacerse cargo de ella inmediatamente. La muchacha se acercó muy humildemente al fuego, cabizbaja, y se arrodilló al lado de él tanto para calentarse como para limpiar la tierra de la espada.
- Voy a necesitar alcohol - dijo, y enseguida aquel comentario se encontró con su línea de pensamiento y se sintió en la necesidad imperiosa de aclarar. - Para desinfectar la hoja.
"Y voy a necesitar estar un rato aquí", pensó. "Para que el frío no me quite el pulso." Aún estaba tiritando.
Parecía bastante obvio que el hombre no estaba en el estado apropiado para tomar la decisión. Seguramente, la decisión era lo que le había arrastrado a aquel estado en primer lugar, pero - pensó Rose - hay que tener un carácter muy fuerte para tomar una decisión así sobre un amigo y no necesitar algo para escapar de la propia idea de la responsabilidad.
Daba igual. No estaba ahí para juzgar, y no creía que hubiera nada que mereciera ser juzgado. Cuando el hombre tomó la espada de la hierba y se la entregó a Rose, la muchacha asintió con la cabeza. Esperaba que todo saliera tan bien como Dul parecía esperar, como el hombre parecía esperar. De repente la responsabilidad era algo que se había desplazado hacia ella, y Rose...
No, no iba a recurrir al alcohol para afrontarla, como el hombre. Pero tampoco podía hacerse cargo de ella inmediatamente. La muchacha se acercó muy humildemente al fuego, cabizbaja, y se arrodilló al lado de él tanto para calentarse como para limpiar la tierra de la espada.
- Voy a necesitar alcohol - dijo, y enseguida aquel comentario se encontró con su línea de pensamiento y se sintió en la necesidad imperiosa de aclarar. - Para desinfectar la hoja.
"Y voy a necesitar estar un rato aquí", pensó. "Para que el frío no me quite el pulso." Aún estaba tiritando.
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
Re: Destino
Mientras duró el silencio, la niña estuvo tensa, pero cuando el hombre tomol a espada, momento en el que no se movió un apice, y la entregó a Rose, sientió como todo el peso del mundo caía sobre ella, cuando la mano de Rose se cerró en la vaina, el cansancio de varios días de mal dormir, de batallas continuas y desgastantes para el espiritu, la hizo soltar el aire muy lentamente.
Rose se ubicó frente al fuego, el hombre se movió a darle alcohol, luego de beber un poco más del pico de la botella y Dulfary... Dulfary se quedó donde estaba, viendo al hombre tendido, delirante y sufriendo por una horrible herida. Le ardían los ojos, los tenía demasiado secos para producir lagrimas que los refescaran, al apretar el puño sintió sus dedos muy fríos en una palma que ardía por una fiebre que fluctuaba.
Dio un tambalenate paso al frente y se acuclilló a la cabeza del hombre. Este la miró sin verla y ella solo le devolvió una mirado dulce carente de sonrisa, tomó aire pare decir algo, pero tuvo que tomar aun más aire, quitandole el pelo de la frente.
- Esto te va a dolor un poco - mintió, le dolería mucho - pero servirá para que luego no te duela tanto - no esperaba que entendiera, pero el hombre le tomó la mano, con fuerza voluble - y espero que ayude a que no sangres mucho -
Con la mano libre, liberó la mano y tomó la de él, deslizó los dedos por sobre su pierna, buscando, hasta que cerró los ojos. Lo importante era que no muriera, ya buscaría la forma de rehacer su vida, no sería sencillo, ni lo uno ni lo otro, pero tampoco podían dejarlo morir a su suerte por no arriesgarse.
El quejido del hombre rompió el silencio. Los dedos indice y medio de Dul se hundieron en un punto de la pierna, luego en otro y luego en otro, insencibilizando lo que más podía. Seguramente aun sentiría algo, mucho, cuando la espada hhiciera su trabajo de la mano de Rose, pero no sería tan impactante.
Ahora venía lo dificil... sacar una venda para hacer un torniquete de verdad, sin soltarle la mano.
Rose se ubicó frente al fuego, el hombre se movió a darle alcohol, luego de beber un poco más del pico de la botella y Dulfary... Dulfary se quedó donde estaba, viendo al hombre tendido, delirante y sufriendo por una horrible herida. Le ardían los ojos, los tenía demasiado secos para producir lagrimas que los refescaran, al apretar el puño sintió sus dedos muy fríos en una palma que ardía por una fiebre que fluctuaba.
Dio un tambalenate paso al frente y se acuclilló a la cabeza del hombre. Este la miró sin verla y ella solo le devolvió una mirado dulce carente de sonrisa, tomó aire pare decir algo, pero tuvo que tomar aun más aire, quitandole el pelo de la frente.
- Esto te va a dolor un poco - mintió, le dolería mucho - pero servirá para que luego no te duela tanto - no esperaba que entendiera, pero el hombre le tomó la mano, con fuerza voluble - y espero que ayude a que no sangres mucho -
Con la mano libre, liberó la mano y tomó la de él, deslizó los dedos por sobre su pierna, buscando, hasta que cerró los ojos. Lo importante era que no muriera, ya buscaría la forma de rehacer su vida, no sería sencillo, ni lo uno ni lo otro, pero tampoco podían dejarlo morir a su suerte por no arriesgarse.
El quejido del hombre rompió el silencio. Los dedos indice y medio de Dul se hundieron en un punto de la pierna, luego en otro y luego en otro, insencibilizando lo que más podía. Seguramente aun sentiría algo, mucho, cuando la espada hhiciera su trabajo de la mano de Rose, pero no sería tan impactante.
Ahora venía lo dificil... sacar una venda para hacer un torniquete de verdad, sin soltarle la mano.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Destino
La pelirroja estuvo en silencio un rato.
El fuego se reflejaba en sus ojos. Rose no era una persona dura, pero sí determinada. Había que hacer algo, pues se hacía; y si le tocaba hacerlo a ella, que fuera lo que mejor se pudiera. Éso no significaba que no le afectara.
Acercó las manos al fuego, pero se dio cuenta de que no iba a calentarse. Había una manta cerca de ella, y se la echó sobre los hombros sin pensárselo demasiado. Mientras estuviera mojada, estaría helada; mientras tiritase no sería de utilidad.
Cuando el hombre le dio la botella, Rose se lo pensó un instante, y finalmente bebió de ella. Era fuerte, quizás demasiado para ella. Un escalofrío le recorrió la espalda y le erizó el vello de la nuca. Tosió y sintió una sensación de quemazón recorrerle las entrañas, pero no era desagradable.
Cortó un pedazo de tela de la manta valiéndose de la espada, y tras empaparlo con el licor, limpió la hoja de la espada concienzudamente con él. En la botella quedó lo suficiente como para desinfectar la herida, supuso, después de cortarla. No sabía si era éso exactamente lo que había que hacer, pero sonaba lógico. Claro que el dolor sería...
Cuanto más lo pensara más le costaría. Pasados unos minutos, Rose, constatando que no le temblaba el pulso, se puso de pie e hizo girar la espada en su mano un par de veces.
- Dul - dijo, olvidándose del asunto de los nombres. - Voy a necesitar más agua.
Mentira.
Pero el mensaje de verdad estaba implícito en sus ojos cuando miró a la joven; "Dul", decían sus ojos. "Vete, no quiero que veas ésto".
El fuego se reflejaba en sus ojos. Rose no era una persona dura, pero sí determinada. Había que hacer algo, pues se hacía; y si le tocaba hacerlo a ella, que fuera lo que mejor se pudiera. Éso no significaba que no le afectara.
Acercó las manos al fuego, pero se dio cuenta de que no iba a calentarse. Había una manta cerca de ella, y se la echó sobre los hombros sin pensárselo demasiado. Mientras estuviera mojada, estaría helada; mientras tiritase no sería de utilidad.
Cuando el hombre le dio la botella, Rose se lo pensó un instante, y finalmente bebió de ella. Era fuerte, quizás demasiado para ella. Un escalofrío le recorrió la espalda y le erizó el vello de la nuca. Tosió y sintió una sensación de quemazón recorrerle las entrañas, pero no era desagradable.
Cortó un pedazo de tela de la manta valiéndose de la espada, y tras empaparlo con el licor, limpió la hoja de la espada concienzudamente con él. En la botella quedó lo suficiente como para desinfectar la herida, supuso, después de cortarla. No sabía si era éso exactamente lo que había que hacer, pero sonaba lógico. Claro que el dolor sería...
Cuanto más lo pensara más le costaría. Pasados unos minutos, Rose, constatando que no le temblaba el pulso, se puso de pie e hizo girar la espada en su mano un par de veces.
- Dul - dijo, olvidándose del asunto de los nombres. - Voy a necesitar más agua.
Mentira.
Pero el mensaje de verdad estaba implícito en sus ojos cuando miró a la joven; "Dul", decían sus ojos. "Vete, no quiero que veas ésto".
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
Re: Destino
Liberar su mano fue difícil, pero lo logró. Le hizo un rápido y eficaz torniquete, cortando la irrigación sanguínea.
Estaba totalmente concentrada en su labor, por eso el llamado de Rose la tomó por sorpresa. La miró extrañada. Agua. Pero si ya tenían agua, por qué... entonces entendió y bajó la vista.
De hecho, ella no quería verlo, pero irse y hacerle la ciega no cambiaría las cosas. Además, tenía que tener listo algo para cauterizar el corte. Asintió despacio sin levantar la vista.
- Sí, agua...- levantó la mirada - segura? - se puso en pie, lentamente.
- Eh! ustedes dos,. cual Dul, qué tu nombre no era... -
- Importa eso ahora? - la increpó, con el silencio como única respuesta. Pasó por su lado rumbo al río, debería darse prisa, pero se giró bruscamente hacia donde estaba ellos.
- No, estaré bien, acá necesitas ayuda - dijo tan testaruda como siempre - Tú, amigo, ve por más agua- sacó un cuchillo y lo acercó al fuego, exponiendo la hoja para calentarla lo suficiente. Si no quería que viera, perfecto, evitaría mirar, pero no podía irse a la mitad de la intervención.
Estaba totalmente concentrada en su labor, por eso el llamado de Rose la tomó por sorpresa. La miró extrañada. Agua. Pero si ya tenían agua, por qué... entonces entendió y bajó la vista.
De hecho, ella no quería verlo, pero irse y hacerle la ciega no cambiaría las cosas. Además, tenía que tener listo algo para cauterizar el corte. Asintió despacio sin levantar la vista.
- Sí, agua...- levantó la mirada - segura? - se puso en pie, lentamente.
- Eh! ustedes dos,. cual Dul, qué tu nombre no era... -
- Importa eso ahora? - la increpó, con el silencio como única respuesta. Pasó por su lado rumbo al río, debería darse prisa, pero se giró bruscamente hacia donde estaba ellos.
- No, estaré bien, acá necesitas ayuda - dijo tan testaruda como siempre - Tú, amigo, ve por más agua- sacó un cuchillo y lo acercó al fuego, exponiendo la hoja para calentarla lo suficiente. Si no quería que viera, perfecto, evitaría mirar, pero no podía irse a la mitad de la intervención.
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Destino
Había dado un par de pasos.
El pulso ya no le tiritaba. El efecto positivo del frío era que no sentía nada en los pies; descalza, caminaba sobre ramitas y hierba seca, pequeños rescoldos de la escarcha de la noche y lo que quiera que el suelo tuviese guardado. Tenía los dedos flexionados, pero no parecía sentir dolor.
Sin embargo frunció el ceño cuando Dul... oh, mierda, no debería haber dicho su nombre. Pero, entonces, no recordaba qué nombre le había dado. No, ahora que pensaba, no le había dado ninguno. Pero éso no importaba ahora.
- ¡No! - protestó, y casi sin darse cuenta movió la espada. - No, tú. Tienes que ser tú. Lo sabes.
La retiró en cuanto se dio cuenta de lo que había hecho. La había movido en dirección al hombre, para impedirle que avanzara, pero con las formas marciales y agresivas que tenía cuando no le ponía atención a lo que hacía. Como resultado, el hombre la miraba con cierta intensidad, entre lo preocupado y lo asustado.
- Disculpa - le dijo, muy sumisamente, pero su tono cambió enseguida mientras volvía la cabeza hacia Dul. - ¡Maldita sea! No quiero que lo veas, ¿Me entiendes?
El pulso ya no le tiritaba. El efecto positivo del frío era que no sentía nada en los pies; descalza, caminaba sobre ramitas y hierba seca, pequeños rescoldos de la escarcha de la noche y lo que quiera que el suelo tuviese guardado. Tenía los dedos flexionados, pero no parecía sentir dolor.
Sin embargo frunció el ceño cuando Dul... oh, mierda, no debería haber dicho su nombre. Pero, entonces, no recordaba qué nombre le había dado. No, ahora que pensaba, no le había dado ninguno. Pero éso no importaba ahora.
- ¡No! - protestó, y casi sin darse cuenta movió la espada. - No, tú. Tienes que ser tú. Lo sabes.
La retiró en cuanto se dio cuenta de lo que había hecho. La había movido en dirección al hombre, para impedirle que avanzara, pero con las formas marciales y agresivas que tenía cuando no le ponía atención a lo que hacía. Como resultado, el hombre la miraba con cierta intensidad, entre lo preocupado y lo asustado.
- Disculpa - le dijo, muy sumisamente, pero su tono cambió enseguida mientras volvía la cabeza hacia Dul. - ¡Maldita sea! No quiero que lo veas, ¿Me entiendes?
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
Re: Destino
Se detuvo en seco, casi suelta el cuchillo. No esperaba esa reacción de Rose. No es que no la creyera capaz de, si no que la tomó por sorpresa.
La vista de Dulfary siguió la espada. Por un momento, al percibir el movimiento creyó que la dirigiría a ella, pero no fue así. Se puso en pie rápidamente, dejando el arma entre las llamas. Estaba algo consternada por todo y le tomó su tiempo reaccionar, así que el fruncir el ceño fue una acción lenta, poco natural y su respuesta... poco coherente.
- SI! - protestó en voz alta, casi alterada - claro que lo entiendo, pero no me voy a ir, necesitas un par de manos extras que esta claro que don borracho no es capaz de proporcionar!! -
- Oye! -
- Cállate! - le ordenó al hombre y este antes de abrir la boca se vio en medio del discurso de ella - Qué harás, cortar la pierna y luego qué? Le bajé el dolor, le puse un torniquete, pero si no cerramos la herida se va morir de todas formas. Qué crees que me va a pasar? - apretó lo dientes - Si lo supiera, si lo aceptara - levantó el dedo, pero se quedó sin palabras. Si lo supiera y lo aceptara... qué?
Sabía la respuesta a esa pregunta y quería con el corazón que Rose no encajara en ella.
Si le insistía en que se fuera, lo haría; entendía sus razones y por eso acataría. Pero el entenderlas era precisamente el problema
La vista de Dulfary siguió la espada. Por un momento, al percibir el movimiento creyó que la dirigiría a ella, pero no fue así. Se puso en pie rápidamente, dejando el arma entre las llamas. Estaba algo consternada por todo y le tomó su tiempo reaccionar, así que el fruncir el ceño fue una acción lenta, poco natural y su respuesta... poco coherente.
- SI! - protestó en voz alta, casi alterada - claro que lo entiendo, pero no me voy a ir, necesitas un par de manos extras que esta claro que don borracho no es capaz de proporcionar!! -
- Oye! -
- Cállate! - le ordenó al hombre y este antes de abrir la boca se vio en medio del discurso de ella - Qué harás, cortar la pierna y luego qué? Le bajé el dolor, le puse un torniquete, pero si no cerramos la herida se va morir de todas formas. Qué crees que me va a pasar? - apretó lo dientes - Si lo supiera, si lo aceptara - levantó el dedo, pero se quedó sin palabras. Si lo supiera y lo aceptara... qué?
Sabía la respuesta a esa pregunta y quería con el corazón que Rose no encajara en ella.
Si le insistía en que se fuera, lo haría; entendía sus razones y por eso acataría. Pero el entenderlas era precisamente el problema
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Destino
Pero no había tal problema.
Lo peor es que Rose podía entenderlo. Si estuviese en la situación de Dulfary... maldita sea, ella haría lo mismo. Entonces, ¿Por qué... protegerla?
He ahí una palabra interesante. Protegerla. De alguna forma sabía que lo que iba a pasar iba a horrorizar a Dulfary, y... no quería éso. Es verdad, le hacían falta un par de manos. Pero no las de Dul.
... pero entonces cerró los ojos, suspiró. Tenía razón. No entendía por qué sentía la necesidad de protegerla, pero... no había razón para ello. Diablos... la misma noche anterior, aquella noche de pesadilla, Dul había sido testigo de cómo le cortaba el brazo a un hombre.
- Pero... - protestó, pero era en vano. - Ah... vale. Lo siento...
Hizo una mueca al recordar que no debía decir 'lo siento' de nuevo, pero estaba hecho. Se volvió hacia el hombre que aún las miraba con cierta curiosidad.
- Eh...
Resultaba... curioso.
No parecía mal hombre. La persona equivocada cogida en el momento equivocado, quizás. Ni siquiera parecía entender lo que estaba pasando. El nerviosismo relucía en sus ojos, y parecía bastante obvio, mirándolos, que había necesitado el alcohol. Sabiendo lo que sabía sobre el imperio y sus guardianes, Rose compadeció al hombre. No sabía por lo que habría pasado.
- Eh, yo solo... yo solo quiero que viva.
- Y yo - suspiró tristemente Rose mientras se volvía hacia el herido.
Lo peor es que Rose podía entenderlo. Si estuviese en la situación de Dulfary... maldita sea, ella haría lo mismo. Entonces, ¿Por qué... protegerla?
He ahí una palabra interesante. Protegerla. De alguna forma sabía que lo que iba a pasar iba a horrorizar a Dulfary, y... no quería éso. Es verdad, le hacían falta un par de manos. Pero no las de Dul.
... pero entonces cerró los ojos, suspiró. Tenía razón. No entendía por qué sentía la necesidad de protegerla, pero... no había razón para ello. Diablos... la misma noche anterior, aquella noche de pesadilla, Dul había sido testigo de cómo le cortaba el brazo a un hombre.
- Pero... - protestó, pero era en vano. - Ah... vale. Lo siento...
Hizo una mueca al recordar que no debía decir 'lo siento' de nuevo, pero estaba hecho. Se volvió hacia el hombre que aún las miraba con cierta curiosidad.
- Eh...
Resultaba... curioso.
No parecía mal hombre. La persona equivocada cogida en el momento equivocado, quizás. Ni siquiera parecía entender lo que estaba pasando. El nerviosismo relucía en sus ojos, y parecía bastante obvio, mirándolos, que había necesitado el alcohol. Sabiendo lo que sabía sobre el imperio y sus guardianes, Rose compadeció al hombre. No sabía por lo que habría pasado.
- Eh, yo solo... yo solo quiero que viva.
- Y yo - suspiró tristemente Rose mientras se volvía hacia el herido.
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
Re: Destino
No supo que decir. Tensa, estaba lista para irse a por agua, por más agua. no supo como se sentía, pero la sensación no era agradable. Pero... Sí, esa era la clave, pero. Bajó la cabeza lentamente.
Agradecía su preocupación, pero de alguna forma dolía. Lo siento. Era algo mas que lo habían dicho muchos otros. El caso era que a Rose le creía.. Así que se quedó.
- Y yo, todos lo queremos - al decir todos se refería a los presentes, no a los que supuestamente vigilaban el perímetro - Lo siento, no quise gritarle... - él no dijo nada, pero se dirigió al límite del claro a buscar más agua.
- Lo siento Rose, yo trato de entender, pero ya no soy tan niña... no va a pasar nada... lo siento, no debí hablarse así, perdóname - dijo con humildad
Agradecía su preocupación, pero de alguna forma dolía. Lo siento. Era algo mas que lo habían dicho muchos otros. El caso era que a Rose le creía.. Así que se quedó.
- Y yo, todos lo queremos - al decir todos se refería a los presentes, no a los que supuestamente vigilaban el perímetro - Lo siento, no quise gritarle... - él no dijo nada, pero se dirigió al límite del claro a buscar más agua.
- Lo siento Rose, yo trato de entender, pero ya no soy tan niña... no va a pasar nada... lo siento, no debí hablarse así, perdóname - dijo con humildad
Dulfary- Cantidad de envíos : 1481
Re: Destino
Y no había nada que decir.
Rose lo entendía. No, era ella la que lo sentía. Dulfary tenía razón, había... había más que éso. La muchacha estaba de espaldas a ella, tenía la hoja apoyada sobre el hombre. Como si estuviera midiendo las distancias. No miró a Dulfary, pero cerró los ojos.
- No seas tonta - murmuró mientras levantaba las manos ligeramente. - Soy yo quien te pide disculpas. Te he faltado al respeto. Perdóname.
No era como cuando se disculpaba aleatoriamente por algo, aunque ésto no significaba que Rose se disculpase en vano cuando lo hacía. No, ésta vez lo sentía de verdad, lamentaba haberlo hecho. Dulfary había sido su benefactora desde el minuto en que la conoció. Si, quería ahorrarle el trago, porque demasiada sangre habían visto ya. Pero...
- Aun asi - dijo, ésta vez levantando ambas manos por encima de su cabeza - No mires si no quieres recordarlo.
Y descargó el golpe.
Un alarido hizo salir de sus refugios a los pájaros que anidaban en los árboles del lugar.
Rose lo entendía. No, era ella la que lo sentía. Dulfary tenía razón, había... había más que éso. La muchacha estaba de espaldas a ella, tenía la hoja apoyada sobre el hombre. Como si estuviera midiendo las distancias. No miró a Dulfary, pero cerró los ojos.
- No seas tonta - murmuró mientras levantaba las manos ligeramente. - Soy yo quien te pide disculpas. Te he faltado al respeto. Perdóname.
No era como cuando se disculpaba aleatoriamente por algo, aunque ésto no significaba que Rose se disculpase en vano cuando lo hacía. No, ésta vez lo sentía de verdad, lamentaba haberlo hecho. Dulfary había sido su benefactora desde el minuto en que la conoció. Si, quería ahorrarle el trago, porque demasiada sangre habían visto ya. Pero...
- Aun asi - dijo, ésta vez levantando ambas manos por encima de su cabeza - No mires si no quieres recordarlo.
Y descargó el golpe.
Un alarido hizo salir de sus refugios a los pájaros que anidaban en los árboles del lugar.
Rose Riadh- Cantidad de envíos : 256
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