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¡Apuesta tu vida en ello!
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¡Apuesta tu vida en ello!
Desde arriba, la visión de Nehmen era la del caos, miles de chozas y casas fabricadas de modo azaroso se apiñaban ocupando cada rincón de tierra firme e incluso algunas saliéndose por fuera de esta, quedando a medías en el aire, sostenidas por vaya a saber qué milagro divino. Bajando a nivel del piso las estructuras variaban entre las de dos o tres pisos, de madera torcida y mal sujetada, parecían inclinarse sobre los peatones, tapando el estrellado cielo.
En el segundo piso de una de esas viviendas maltrechas, un grupo de piratas tenían una sesión privada de apuesta con cartas. El pequeño cuarto estaba totalmente viciado con el humo del tabaco, las jarras de alcohol vacías se acumulaban en la mesa y en el piso, a ninguno de los presentes parecía importarle mucho ni la suciedad, ni el desorden, todos estaban muy concentrados en las gastadas cartas que sostenían en ese momento.
Los juegos de cartas entre piratas merecen una explicación especial, para quien no sea entendido del asunto puede ser algo desconcertante. Si bien en líneas generales siguen las reglas conocidas por todos para jugar, hay un factor extra, lo importante no es la suerte o qué tan bien juegues las cartas, sino cuanta trampa puedas hacer sin que te descubran. Todos los que estaban sentados en ese momento a la mesa sabían que los demás estaban haciendo trampa, pero la cuestión estaba en que aun no habían llegado a agarrarlos con las manos en la masa, por eso el juego continuaba.
Sophitia miraba la mano que le había tocado y calculaba varios factores antes de decidir cuantas monedas iba a apostar en la siguiente vuelta. Tenía que intercambiar las suficientes cartas como para ganarle a los demás, pero no tanto como para causar sospechas, y además calcular cuales cartas podrían tener para que no aparecieran algunas de más, no era nada sencillo, pero resultaba sumamente emocionante. Como era de esperarse, si llegaban a descubrirla no buscarían tener una charla agradable con ella sobre lo poco honorable de su actitud.
Levanto apenas la vista para intentar adivinar qué pensaban los demás, uno estaba evidentemente nervioso, sudaba como si estuviera a punto de ser lanzado a los tiburones. Justo al lado suyo estaba un pirata veterano que miraba sus cartas con el ceño fruncido, no parecía que fuera por estar especialmente enojado, simplemente su gesto había quedado congelado en ese estado producto del paso de los años. Y el tercero miraba en ese mismo momento a Sophitia directo a los ojos…
-Tienes una cara muy sospechosa… - Le dijo apenas moviendo los labios, mientras masticaba un escarba dientes viejo.
-Y tú pareces un mono con cagalera, y no me ando quejando – Le respondió la pirata sonriéndole con sorna.
-Vete al demonio, zorra – Dijo el pirata mientras le tiraba una de las jarras vacías de cerveza, no con excesivo enojo, ya que era un modo familiar de tratarse entre este tipo de gente, pero resultando en algo inesperado, ya que al levantar Sophitia el brazo para cubrirse, de uno de los bolsillos ocultos de su manga, resbalaron algunas cartas - … ¡Sucia y asquerosa tramposa! – Tarde se dio cuenta la muchacha del error, murmuro una maldición mientras llevaba las manos a sus dagas.
Luego de eso todo paso muy rápido, los otros dos piratas se levantaron también “indignados”, no había mucho espacio para que pelearan todos, así que el mas encolerizado de ellos se adelanto con su cuchillo en mano apuntando al abdomen de Sophitia. El que antes transpiraba nervioso se lanzo contra la mesa, a intentar robarse el dinero de las apuestas, y el pirata más viejo al advertir esto saco su puñal para clavarlo luego en la espalda del infeliz.
Sophitia estaba acorralada, logró esquivar los ataques del furioso pirata hasta quedar con la espalda contra una ventana, paro una nueva envestida de su oponente, pero era más grande y fuerte que ella y de un último empujón la hizo atravesar los vidrios y caer desde el segundo piso. Golpeó primero contra unas tablas que pretendían ser una especie de techo para un portillo del primer piso, y luego fue directo al piso de un callejón… O al menos eso debería haber pasado, porque extrañamente su caída había sido amortiguada por algo más… ¿Un hombre? El pobre sujeto estaba parado en el momento y el lugar equivocado al parecer…
En el segundo piso de una de esas viviendas maltrechas, un grupo de piratas tenían una sesión privada de apuesta con cartas. El pequeño cuarto estaba totalmente viciado con el humo del tabaco, las jarras de alcohol vacías se acumulaban en la mesa y en el piso, a ninguno de los presentes parecía importarle mucho ni la suciedad, ni el desorden, todos estaban muy concentrados en las gastadas cartas que sostenían en ese momento.
Los juegos de cartas entre piratas merecen una explicación especial, para quien no sea entendido del asunto puede ser algo desconcertante. Si bien en líneas generales siguen las reglas conocidas por todos para jugar, hay un factor extra, lo importante no es la suerte o qué tan bien juegues las cartas, sino cuanta trampa puedas hacer sin que te descubran. Todos los que estaban sentados en ese momento a la mesa sabían que los demás estaban haciendo trampa, pero la cuestión estaba en que aun no habían llegado a agarrarlos con las manos en la masa, por eso el juego continuaba.
Sophitia miraba la mano que le había tocado y calculaba varios factores antes de decidir cuantas monedas iba a apostar en la siguiente vuelta. Tenía que intercambiar las suficientes cartas como para ganarle a los demás, pero no tanto como para causar sospechas, y además calcular cuales cartas podrían tener para que no aparecieran algunas de más, no era nada sencillo, pero resultaba sumamente emocionante. Como era de esperarse, si llegaban a descubrirla no buscarían tener una charla agradable con ella sobre lo poco honorable de su actitud.
Levanto apenas la vista para intentar adivinar qué pensaban los demás, uno estaba evidentemente nervioso, sudaba como si estuviera a punto de ser lanzado a los tiburones. Justo al lado suyo estaba un pirata veterano que miraba sus cartas con el ceño fruncido, no parecía que fuera por estar especialmente enojado, simplemente su gesto había quedado congelado en ese estado producto del paso de los años. Y el tercero miraba en ese mismo momento a Sophitia directo a los ojos…
-Tienes una cara muy sospechosa… - Le dijo apenas moviendo los labios, mientras masticaba un escarba dientes viejo.
-Y tú pareces un mono con cagalera, y no me ando quejando – Le respondió la pirata sonriéndole con sorna.
-Vete al demonio, zorra – Dijo el pirata mientras le tiraba una de las jarras vacías de cerveza, no con excesivo enojo, ya que era un modo familiar de tratarse entre este tipo de gente, pero resultando en algo inesperado, ya que al levantar Sophitia el brazo para cubrirse, de uno de los bolsillos ocultos de su manga, resbalaron algunas cartas - … ¡Sucia y asquerosa tramposa! – Tarde se dio cuenta la muchacha del error, murmuro una maldición mientras llevaba las manos a sus dagas.
Luego de eso todo paso muy rápido, los otros dos piratas se levantaron también “indignados”, no había mucho espacio para que pelearan todos, así que el mas encolerizado de ellos se adelanto con su cuchillo en mano apuntando al abdomen de Sophitia. El que antes transpiraba nervioso se lanzo contra la mesa, a intentar robarse el dinero de las apuestas, y el pirata más viejo al advertir esto saco su puñal para clavarlo luego en la espalda del infeliz.
Sophitia estaba acorralada, logró esquivar los ataques del furioso pirata hasta quedar con la espalda contra una ventana, paro una nueva envestida de su oponente, pero era más grande y fuerte que ella y de un último empujón la hizo atravesar los vidrios y caer desde el segundo piso. Golpeó primero contra unas tablas que pretendían ser una especie de techo para un portillo del primer piso, y luego fue directo al piso de un callejón… O al menos eso debería haber pasado, porque extrañamente su caída había sido amortiguada por algo más… ¿Un hombre? El pobre sujeto estaba parado en el momento y el lugar equivocado al parecer…
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
Estaba llegando tarde lo que supondría que todo comenzara sin el, era una oportunidad perfecta para conseguir dinero para una nave pero también se jugaría la vida en ello. Camino a doble paso, no quería correr y llegar como un desesperado, había que mantener las formas.
Al doblar en la esquina vio las luces en la ventana del piso superior de un galpón abandonado, ahí era donde se dirigía, apretó el paso un poco más y escuchó una discusión y ruidos, se detuvo a uno pasos de la puerta y observo la ventana para su sorpresa esta estalló por los aires y un bulto le cayó encima.
John se quitó de encima lo que parecía una persona y sacó su daga incorporándose, desde la ventana se oyó una voz que decía - voy a matarte asquerosa tramposa-, el sujeto miro por la ventana pero no se animó a saltar, - tu, sostenla muchacho que no se escape- el joven tomó del cuello de la camiseta a quien le había caído encima y se dio cuenta que era una chica.
Por la mente del pirata pasaron varias ideas, una era simplemente atravesarla con la daga, la segunda era sostenerla y pedir al sujeto que le de dinero por ella pero la tercera salió del fondo de sus recuerdos, John tuvo un flashback de su niñez en el cual recordó a su padre defendiendo a una criada de su marido, cuando el niño le preguntó por qué lo hizo, el padre le respondió - John puede que sea una hija de la calle o la mismísima dama pero tu eres un hombre y tu deber es proteger a la mujer-
Ese recuerdo lo hizo enfadarse, y dio un gran suspiro.
En el tiempo que el joven pensaba, el sujeto había bajado rápidamente las escaleras y estaba abriendo la puerta, John soltó a la muchacha y pateó con todas sus fuerzas la puerta golpeando al tipo con ella y tirándolo al suelo, la puerta que recibia varios azotes diarios no aguanto este último golpe y se desprendió de sus bisagras cayendo sobre el sujeto, john se colocó sobre la puerta aprisionando al sujeto contra el suelo y gritó - Nadie me tira una persona encima sin recibir su merecido, te cortaré el cuello gusano maloliente!- al terminar su frase el joven pirata alzó su vista y vio que al pie de la escalera había otro sujeto estaba con un puñal ensangrentado en la mano, en ese momento John Brown maldijo las enseñanzas de su padre
Al doblar en la esquina vio las luces en la ventana del piso superior de un galpón abandonado, ahí era donde se dirigía, apretó el paso un poco más y escuchó una discusión y ruidos, se detuvo a uno pasos de la puerta y observo la ventana para su sorpresa esta estalló por los aires y un bulto le cayó encima.
John se quitó de encima lo que parecía una persona y sacó su daga incorporándose, desde la ventana se oyó una voz que decía - voy a matarte asquerosa tramposa-, el sujeto miro por la ventana pero no se animó a saltar, - tu, sostenla muchacho que no se escape- el joven tomó del cuello de la camiseta a quien le había caído encima y se dio cuenta que era una chica.
Por la mente del pirata pasaron varias ideas, una era simplemente atravesarla con la daga, la segunda era sostenerla y pedir al sujeto que le de dinero por ella pero la tercera salió del fondo de sus recuerdos, John tuvo un flashback de su niñez en el cual recordó a su padre defendiendo a una criada de su marido, cuando el niño le preguntó por qué lo hizo, el padre le respondió - John puede que sea una hija de la calle o la mismísima dama pero tu eres un hombre y tu deber es proteger a la mujer-
Ese recuerdo lo hizo enfadarse, y dio un gran suspiro.
En el tiempo que el joven pensaba, el sujeto había bajado rápidamente las escaleras y estaba abriendo la puerta, John soltó a la muchacha y pateó con todas sus fuerzas la puerta golpeando al tipo con ella y tirándolo al suelo, la puerta que recibia varios azotes diarios no aguanto este último golpe y se desprendió de sus bisagras cayendo sobre el sujeto, john se colocó sobre la puerta aprisionando al sujeto contra el suelo y gritó - Nadie me tira una persona encima sin recibir su merecido, te cortaré el cuello gusano maloliente!- al terminar su frase el joven pirata alzó su vista y vio que al pie de la escalera había otro sujeto estaba con un puñal ensangrentado en la mano, en ese momento John Brown maldijo las enseñanzas de su padre
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
Luego de semejante caída lógicamente no esperaba que la persona se mostrara amable y preocupado por su bien estar, no en Nehmen al menos, pero tampoco pensó que la trataran como a un saco de papas. No llegó ni a decir una palabra que ya la habían tirado al piso, y apenas había puesto las rodillas en el suelo cuando sintió como la agarraban del cuello de la camisa. Indignada, apretó los dientes y comenzó con la lista de insultos:
-¿Qué te pasa maldito retardado? ¿Quien te crees que eres, pedazo de porquería maloliente? - Ya la noche había salido bastante mal como para que encima un idiota cualquiera se lo complicara todo aún más - Suéltame o te arranco la polla y te la hago tragar, imbécil - Entonces la soltó, aunque quedó en claro que no por sus insultos.
Tenía que admitirlo, lo de la puerta había sido buena idea, el tipo de idea que ella hubiese tenido también, tal vez el hombre no era tan estúpido después de todo. Se puso en pie de un salto, mientras sonreía, animada por la idea de repartir algunos buenos golpes, uno de los hombres intentaba mover la puerta con la que lo aplastaban, desequilibrando al muchacho que la ayudó, otro estaba justo donde terminaba la escalera.
-Nadie me tira encima de una persona sin recibir su merecido, jajaja - Dijo bien alto en una especie de imitación, luego sacó la daga de su padre y la arrojó, pasando junto al hombro del muchacho y clavándose con fuerza en uno de los brazos del que estaba junto a la escalera - ¡En el blanco, Damas y Caballeros! - Corrió pasando la puerta a toda velocidad, para golpear con fuerza el mango del cuchillo y terminar de enterrarlo.
El pirata dió un grito, no había ni llegado a reaccionar y ya tenía a Sophitia encima, desesperado y enojado comenzó a atacar con su daga intentando sacarse a la mujer de arriba. producto del dolor y la pérdida de sangre sus ataques eran torpes, así que la pirata no tenía muchos problemas en esquivarlos, aún así logró hacerle tajos en los brazos, uno en el hombro y otros en la camisa en la parte del abdomen.
-Quédate... quieta... maldita puta - Farfullaba el hombre, ahogado en la rabia, las monedas que antes había robado caían de sus bolsillos y no había manera de recuperarlas, siquiera sabía si saldría vivo de esa - ¡Maldita sea! - Grito por fin mientras clavaba su arma en la mano de Sophitia.
La pirata hizo un grito ahogado, y con la mano sana lo golpeó en la mandíbula, no una, ni dos, sino montones de veces, hasta que el sujeto dejó de moverse y su rostro se había vuelto una masa llena de moretones. Respirando con dificultad, Sophitia se quedó unos momentos más mirando a su rival, asegurándose de que no se levantara de sorpresa, sentía un silbido en los oídos que poco a poco iba bajando, la adrenalina se retiraba y dejaba paso a la consciencia de nuevo.
Miró su mano, la había atravesado limpiamente, pero podía sentir los dedos ¡Vaya que si los sentía! Agarró el arma y la sacó de un tirón, mordiéndose el labio para no gritar, luego se la guardó, al igual que la daga que aún descansaba en el hombro del pirata. Con la mano sana comenzó a guardarse las monedas de la apuesta, lentamente, con la esperanza de que al otro tipo no se le ocurriera seguir la pelea atacandola por la espalda.
-No se tu, pero necesito un trago ahora mismo... - Era su modo de agradecer la ayuda - Demonios esto arde - Dijo mientras se ponía en pie y revisaba los cortes que le habían hecho.
-¿Qué te pasa maldito retardado? ¿Quien te crees que eres, pedazo de porquería maloliente? - Ya la noche había salido bastante mal como para que encima un idiota cualquiera se lo complicara todo aún más - Suéltame o te arranco la polla y te la hago tragar, imbécil - Entonces la soltó, aunque quedó en claro que no por sus insultos.
Tenía que admitirlo, lo de la puerta había sido buena idea, el tipo de idea que ella hubiese tenido también, tal vez el hombre no era tan estúpido después de todo. Se puso en pie de un salto, mientras sonreía, animada por la idea de repartir algunos buenos golpes, uno de los hombres intentaba mover la puerta con la que lo aplastaban, desequilibrando al muchacho que la ayudó, otro estaba justo donde terminaba la escalera.
-Nadie me tira encima de una persona sin recibir su merecido, jajaja - Dijo bien alto en una especie de imitación, luego sacó la daga de su padre y la arrojó, pasando junto al hombro del muchacho y clavándose con fuerza en uno de los brazos del que estaba junto a la escalera - ¡En el blanco, Damas y Caballeros! - Corrió pasando la puerta a toda velocidad, para golpear con fuerza el mango del cuchillo y terminar de enterrarlo.
El pirata dió un grito, no había ni llegado a reaccionar y ya tenía a Sophitia encima, desesperado y enojado comenzó a atacar con su daga intentando sacarse a la mujer de arriba. producto del dolor y la pérdida de sangre sus ataques eran torpes, así que la pirata no tenía muchos problemas en esquivarlos, aún así logró hacerle tajos en los brazos, uno en el hombro y otros en la camisa en la parte del abdomen.
-Quédate... quieta... maldita puta - Farfullaba el hombre, ahogado en la rabia, las monedas que antes había robado caían de sus bolsillos y no había manera de recuperarlas, siquiera sabía si saldría vivo de esa - ¡Maldita sea! - Grito por fin mientras clavaba su arma en la mano de Sophitia.
La pirata hizo un grito ahogado, y con la mano sana lo golpeó en la mandíbula, no una, ni dos, sino montones de veces, hasta que el sujeto dejó de moverse y su rostro se había vuelto una masa llena de moretones. Respirando con dificultad, Sophitia se quedó unos momentos más mirando a su rival, asegurándose de que no se levantara de sorpresa, sentía un silbido en los oídos que poco a poco iba bajando, la adrenalina se retiraba y dejaba paso a la consciencia de nuevo.
Miró su mano, la había atravesado limpiamente, pero podía sentir los dedos ¡Vaya que si los sentía! Agarró el arma y la sacó de un tirón, mordiéndose el labio para no gritar, luego se la guardó, al igual que la daga que aún descansaba en el hombro del pirata. Con la mano sana comenzó a guardarse las monedas de la apuesta, lentamente, con la esperanza de que al otro tipo no se le ocurriera seguir la pelea atacandola por la espalda.
-No se tu, pero necesito un trago ahora mismo... - Era su modo de agradecer la ayuda - Demonios esto arde - Dijo mientras se ponía en pie y revisaba los cortes que le habían hecho.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
John vio a la joven pasar por su lado y lanzarse sobre el hombre del puñal, la verdad no parecía que la chica tuviera dificultades pero cuando el viejo lobo de mar le atravesó la mano pensó que debía intervenir, se había equivocado, la joven descargo toda su ira en su presa y luego se levanto ofreciendo un trago como si nada.
En cuanto al sujeto que estaba debajo de la puerta intento quitársela de encima, Brown sintió el movimiento del tipo y al ver sus dedos sujetados a la puerta en el suelo no dudo en tajearlos con su daga mientras decía - Quédate donde estas si no quieres perder mas que un par de dedos - al terminar su frase piso con fuerza las tablas de la puerta donde suponía que estaba la cabeza del sujeto, y al parecer este o decidió no moverse mas o perdió el conocimiento
El joven pirata se acerco a Sophitia mirando sus heridas -Deberías ir a ver un matasanos, mas que nada por la mano.- Opino el pirata sobre las heridas de la muchacha añadiendo - No vaya a ser que se te infecte y te la corten.
Brown miro alrededor, no había demasiado y mucho menos cosas de valor, otra noche desperdiciada, otra noche en la cual perdía una oportunidad, pensó para si mismo que si hubiera llegado a tiempo el seria el que habría lanzado a la joven por la ventana y las cosas serian distintas, luego decido que todo pasa por algo.
-Mi nombre es John Brown, y la verdad si no te preocupas por tu mano esta bien para mi ir por un trago, tu decides. comento volteando nuevamente a mirar a Sophitia mientras recorría el galpón tratando de ver si habría o no algo a cual sacarle provecho.
En cuanto al sujeto que estaba debajo de la puerta intento quitársela de encima, Brown sintió el movimiento del tipo y al ver sus dedos sujetados a la puerta en el suelo no dudo en tajearlos con su daga mientras decía - Quédate donde estas si no quieres perder mas que un par de dedos - al terminar su frase piso con fuerza las tablas de la puerta donde suponía que estaba la cabeza del sujeto, y al parecer este o decidió no moverse mas o perdió el conocimiento
El joven pirata se acerco a Sophitia mirando sus heridas -Deberías ir a ver un matasanos, mas que nada por la mano.- Opino el pirata sobre las heridas de la muchacha añadiendo - No vaya a ser que se te infecte y te la corten.
Brown miro alrededor, no había demasiado y mucho menos cosas de valor, otra noche desperdiciada, otra noche en la cual perdía una oportunidad, pensó para si mismo que si hubiera llegado a tiempo el seria el que habría lanzado a la joven por la ventana y las cosas serian distintas, luego decido que todo pasa por algo.
-Mi nombre es John Brown, y la verdad si no te preocupas por tu mano esta bien para mi ir por un trago, tu decides. comento volteando nuevamente a mirar a Sophitia mientras recorría el galpón tratando de ver si habría o no algo a cual sacarle provecho.
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
Habían pocas personas en Jaspia que pudieran entender cómo procesaba las cosas la mente de Sophitia, para el resto de los mortales era una mujer que no estaba bien de la cabeza, simple y llanamente. En ese mismo momento estaba con la mano herida invitando al mismo hombre, que hasta hacía unos segundos maldecía con toda la fuerza de su brioso espíritu, a beber algo ya que estaban allí. No tenía lógica alguna, pero es que el buen o mal talante de la pirata era demasiado pasajero, al igual que la mayor parte de las cosas en su vida.
-Ya, más luego haré que la curen, pero ahora se me antoja tomar algo - Se encogió de hombros mientras movía los dedos para asegurarse que aún les llegaba sangre - Y si la cortan podría poner un bonito garfio en su lugar ¿No crees? jajaja - Se quedó pensando unos segundos y agregó - Lo que sí es cierto es que no me atenderán si la herida anda dejando sangre por todo el lugar... - Miró el cuerpo de uno de los hombres, se agacho y con la daga que acababa de guardar le desgarró la camisa, haciendo una tira más o menos larga con ella - Bien, con esto alcanzará.
Comenzó a caminar mientras iba envolviendo la mano, pasó por arriba de la puerta sin preocuparse en lo más mínimo que abajo aún estuviera el hombre con el que había estado jugando a las cartas. La noche estaba hermosa y despejada, la pirata sonreía divertida al pensar cómo había concluido los acontecimientos, no le agradecería a John por su ayuda de forma directa, pero el que no se hubiese lanzado a atacarlo era su forma de reconocer que quería retribuirle el gesto.
-Soy Sophitia, y sí, está bien por mi ir así a beber algo - Apretó bien la improvisada venda y volvió a mover los dedos para ver si no se salía - La noche es joven, aún podemos meternos en dos o tres peleas más ¿cierto? jajaja - Empezó a caminar por la estrecha calle con las manos en los bolsillos, despreocupada - ¿Qué hacías por aquí, John? ¿Ibas a sumarte al juego? ¿O fue simple casualidad? Quiero aclarar que no suelo caer sobre las personas... No la primera vez que los veo al menos - Dejó escapar una carcajada que se perdió entre el alboroto general que era la noche en Nehmen.
-Ya, más luego haré que la curen, pero ahora se me antoja tomar algo - Se encogió de hombros mientras movía los dedos para asegurarse que aún les llegaba sangre - Y si la cortan podría poner un bonito garfio en su lugar ¿No crees? jajaja - Se quedó pensando unos segundos y agregó - Lo que sí es cierto es que no me atenderán si la herida anda dejando sangre por todo el lugar... - Miró el cuerpo de uno de los hombres, se agacho y con la daga que acababa de guardar le desgarró la camisa, haciendo una tira más o menos larga con ella - Bien, con esto alcanzará.
Comenzó a caminar mientras iba envolviendo la mano, pasó por arriba de la puerta sin preocuparse en lo más mínimo que abajo aún estuviera el hombre con el que había estado jugando a las cartas. La noche estaba hermosa y despejada, la pirata sonreía divertida al pensar cómo había concluido los acontecimientos, no le agradecería a John por su ayuda de forma directa, pero el que no se hubiese lanzado a atacarlo era su forma de reconocer que quería retribuirle el gesto.
-Soy Sophitia, y sí, está bien por mi ir así a beber algo - Apretó bien la improvisada venda y volvió a mover los dedos para ver si no se salía - La noche es joven, aún podemos meternos en dos o tres peleas más ¿cierto? jajaja - Empezó a caminar por la estrecha calle con las manos en los bolsillos, despreocupada - ¿Qué hacías por aquí, John? ¿Ibas a sumarte al juego? ¿O fue simple casualidad? Quiero aclarar que no suelo caer sobre las personas... No la primera vez que los veo al menos - Dejó escapar una carcajada que se perdió entre el alboroto general que era la noche en Nehmen.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
John miro con detenimiento a Sophitia mientras hacia su venda, era una buena forma, se notaba que no era la primera vez que aquella joven debía auto asistirse ante una herida, rió ante la idea de la otra de seguir peleando durante la noche, se notaba que no era una joven cualquiera, si no alguien con carácter.
la siguió por las estrechas calles, ella caminaba completamente despreocupada el por lo menos tenia el recaudo de mirar sobre su hombro cada tanto, no vaya a ser que el sujeto de la puerta ignorara su advertencia de quedarse ahí, si es que estaba consciente. Escucho las preguntas que Sophitia le hacia y se tardo un poco en contestar - Iba a sumarme al juego, necesito suficiente dinero como para conseguir una nave, pero otra vez el destino me juega una mala pasada. - Sacudió la cabeza al terminar la frase.
En la calle no había demasiada gente, alguna que otra fulana ofrecía sus servicios y algún que otro borracho el cual se había pasado del limite estaba tirado en la calle, la mayoría estaban en tabernas o burdeles gastando las pocas monedas ganadas para luego partir nuevamente con sus compinches de mar a conseguir mas botines, siempre era así, trabajar meses en el mar para luego gastarse todo en una o dos noches de derroche. La pareja de piratas camino un largo trecho en silencio el cual John rompió - Tu, trabajas en alguna nave en particular? la gente del galpón eran parte de tus compañeros o simples desconocidos?- El joven se le hacia incomodo hablar a una mujer como si fuera uno mas, su anterior capitán no permitía las mujeres en su nave, decía que traían mala suerte y que los hombres se distraían a menudo de sus obligaciones.
la siguió por las estrechas calles, ella caminaba completamente despreocupada el por lo menos tenia el recaudo de mirar sobre su hombro cada tanto, no vaya a ser que el sujeto de la puerta ignorara su advertencia de quedarse ahí, si es que estaba consciente. Escucho las preguntas que Sophitia le hacia y se tardo un poco en contestar - Iba a sumarme al juego, necesito suficiente dinero como para conseguir una nave, pero otra vez el destino me juega una mala pasada. - Sacudió la cabeza al terminar la frase.
En la calle no había demasiada gente, alguna que otra fulana ofrecía sus servicios y algún que otro borracho el cual se había pasado del limite estaba tirado en la calle, la mayoría estaban en tabernas o burdeles gastando las pocas monedas ganadas para luego partir nuevamente con sus compinches de mar a conseguir mas botines, siempre era así, trabajar meses en el mar para luego gastarse todo en una o dos noches de derroche. La pareja de piratas camino un largo trecho en silencio el cual John rompió - Tu, trabajas en alguna nave en particular? la gente del galpón eran parte de tus compañeros o simples desconocidos?- El joven se le hacia incomodo hablar a una mujer como si fuera uno mas, su anterior capitán no permitía las mujeres en su nave, decía que traían mala suerte y que los hombres se distraían a menudo de sus obligaciones.
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
La muchacha había crecido en Nehmen, no había un solo pasillo, una sola casa, callejón o taberna que no conociera. Así también tenía montones de conocidos, por una cuestión o por otra siempre terminaba haciendo amigos a donde sea que fuera, tener contactos por todo Jaspia era algo muy conveniente, y necesario.
-No te perdiste de mucho, ni aunque nos hubieses dejado limpios a los cuatro podrías haber conseguido una cantidad significativa, no al menos para lo que quieres comprar - Una nave no era nada barata, además que requería mucha responsabilidad y sacrificio el poder mantenerla - ¿Tienes a alguien que te secunde en esto? ¿Recomendaciones? ¿Tutores? Si no es así ve pensando en alguno, no sacaras una sola nave de este puerto sí no eres conocido.
Si bien los piratas eran caóticos en casi todos los aspectos de su vida, habían ciertas reglas que las respetaban a rajatabla, una de ellas era que no cualquiera podía ser Capitán, había que tener cierto tipo de influencia, algunos conocidos que te asistieran al momento de tu nombramiento. Era complejo, y la mayoría de las personas no lo entendían, pero todos en Nehmen sabían que era así.
-Los conocía de por ahí, se supone que eran de confianza, bien... Todo lo confiable que puede ser un pirata, jaja - Pateó una piedra de forma distraída y continuó - No importa, al menos me quede con su dinero, fue una buena noche - La mano le dolía menos ahora que estaba vendada, y en cuanto se tomara algunas copas se pasaría del todo-Ven, es por aquí - Dijo mientras doblaba en un callejón algo más oscuro.
El lugar al que iba era en realidad una taberna a cielo abierto, más bien como una parada al paso, ocupaba una esquina que se inclinaba peligrosamente cerca del agua, las mesas y sillas estaban afuera, no tenía paredes y uno iba a buscar la bebida a la barra, nada de camareras. Pero había una música muy alegre y si uno lograba esquivar los objetos que volaban de un lado a otro de vez en vez, podía disfrutar de un buen trago.
-Te invito las primeras rondas, pero luego te consigues la bebida solo - No iba a andar manteniendo vagos, ya suficiente gastaba en alcohol para ella misma - Vente a la barra, con la mano así no podré llevar ambas jarras - Los vasos que servían eran bastante generosos, seguramente no de muy buena calidad, pero para ser que estaban en Nehmen no estaba mal - Buscar un lugar será todo un reto...
Habían pocas sillas, la mayoría simplemente improvisaba algún taburete usando barriles, tablas, maderas o lo que sea que encontraran tirado por las calles, era en parte por eso que siempre tenían buenos objetos a mano para lanzarse. Sophi se acercó a la barra y pidió dos pintas mientras miraba el lugar, conocía a varios de los que estaban por allí bebiendo, y no con todos se llevaba bien, apretó la mano herida y le dio una punzada, no sería sencillo pelear así.
-No te perdiste de mucho, ni aunque nos hubieses dejado limpios a los cuatro podrías haber conseguido una cantidad significativa, no al menos para lo que quieres comprar - Una nave no era nada barata, además que requería mucha responsabilidad y sacrificio el poder mantenerla - ¿Tienes a alguien que te secunde en esto? ¿Recomendaciones? ¿Tutores? Si no es así ve pensando en alguno, no sacaras una sola nave de este puerto sí no eres conocido.
Si bien los piratas eran caóticos en casi todos los aspectos de su vida, habían ciertas reglas que las respetaban a rajatabla, una de ellas era que no cualquiera podía ser Capitán, había que tener cierto tipo de influencia, algunos conocidos que te asistieran al momento de tu nombramiento. Era complejo, y la mayoría de las personas no lo entendían, pero todos en Nehmen sabían que era así.
-Los conocía de por ahí, se supone que eran de confianza, bien... Todo lo confiable que puede ser un pirata, jaja - Pateó una piedra de forma distraída y continuó - No importa, al menos me quede con su dinero, fue una buena noche - La mano le dolía menos ahora que estaba vendada, y en cuanto se tomara algunas copas se pasaría del todo-Ven, es por aquí - Dijo mientras doblaba en un callejón algo más oscuro.
El lugar al que iba era en realidad una taberna a cielo abierto, más bien como una parada al paso, ocupaba una esquina que se inclinaba peligrosamente cerca del agua, las mesas y sillas estaban afuera, no tenía paredes y uno iba a buscar la bebida a la barra, nada de camareras. Pero había una música muy alegre y si uno lograba esquivar los objetos que volaban de un lado a otro de vez en vez, podía disfrutar de un buen trago.
-Te invito las primeras rondas, pero luego te consigues la bebida solo - No iba a andar manteniendo vagos, ya suficiente gastaba en alcohol para ella misma - Vente a la barra, con la mano así no podré llevar ambas jarras - Los vasos que servían eran bastante generosos, seguramente no de muy buena calidad, pero para ser que estaban en Nehmen no estaba mal - Buscar un lugar será todo un reto...
Habían pocas sillas, la mayoría simplemente improvisaba algún taburete usando barriles, tablas, maderas o lo que sea que encontraran tirado por las calles, era en parte por eso que siempre tenían buenos objetos a mano para lanzarse. Sophi se acercó a la barra y pidió dos pintas mientras miraba el lugar, conocía a varios de los que estaban por allí bebiendo, y no con todos se llevaba bien, apretó la mano herida y le dio una punzada, no sería sencillo pelear así.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
Cada palabra de la joven lo unida un poco mas, Una cosa era dejar el barco donde trabajo 7 años, otra era decidir ser capitán sin ayuda de nadie, medito cada una de las preguntas antes de responder mientras caminaban por las calles de la ciudad, se notaba que Sophitia sabia a donde iba, John la seguía prestando atención por donde venían, nunca se sabe cuando uno debe correr.
-Trabaje 7 años para el capitán Gibson, el podrá dar fe de mi llegado al caso, y en cuanto al dinero que podría haber conseguido, es mejor poco que nada verdad? pero ahora lo tienes tu y yo me quedare con algún trago que me ofrezcas- Al llegar siguió a Sophitia a la barra y tomo una de las pintas que esta pidió, miro al rededor y no conocía a ninguno de los sujetos que ahí estaban y estos lo miraban como a un forastero, se acerco a la pirata y le dijo - Conoces a alguien o estamos solos contra todos?, al parecer no soy bienvenido por sus caras - Tomo un trago de su pinta y trago sin saborearla, era mejor que mantenerla en la boca y darse cuenta que era una porquería.
Uno de los sujetos de una mesa improvisada con un barril se levanto y se acerco a la barra, pidió un trago y luego miro a los dos jóvenes - Lo único que te faltaba Sophitia, traer forasteros aquí, mejor váyanse antes de que los saquemos a patadas- John apuro su trago ya que seria el único que no pagaría y no quería desperdiciarlo, luego volvió hacia el sujeto, lo miro de arriba a abajo, este no tendría mas de 40 años y no seria un problema, medito si golpearlo o hablarle primero y deicidio que seria mejor la segunda ya que parecía conocer a Sophitia y no sabia si el tipo bromeaba con ella por conocerla o si de verdad era una amenaza. - Discúlpame por no haber nacido en esta pocilga de ciudad como tu, pero no te preocupes que si habrá un trasero golpeado sera el tuyo - John instintivamente al terminar la frase llevo su mano libre hacia la empuñadura de uno de sus sables mientras apoyaba el baso en la barra para tener la otra libre, pensó que la noche se volvía muy larga, no acababa de llegar al segundo lugar y ya estaba por pelearse nuevamente, pero así también demostraría ante esos idiotas que no era un cualquiera recién llegado sino un hombre al cual debian temer.
-Trabaje 7 años para el capitán Gibson, el podrá dar fe de mi llegado al caso, y en cuanto al dinero que podría haber conseguido, es mejor poco que nada verdad? pero ahora lo tienes tu y yo me quedare con algún trago que me ofrezcas- Al llegar siguió a Sophitia a la barra y tomo una de las pintas que esta pidió, miro al rededor y no conocía a ninguno de los sujetos que ahí estaban y estos lo miraban como a un forastero, se acerco a la pirata y le dijo - Conoces a alguien o estamos solos contra todos?, al parecer no soy bienvenido por sus caras - Tomo un trago de su pinta y trago sin saborearla, era mejor que mantenerla en la boca y darse cuenta que era una porquería.
Uno de los sujetos de una mesa improvisada con un barril se levanto y se acerco a la barra, pidió un trago y luego miro a los dos jóvenes - Lo único que te faltaba Sophitia, traer forasteros aquí, mejor váyanse antes de que los saquemos a patadas- John apuro su trago ya que seria el único que no pagaría y no quería desperdiciarlo, luego volvió hacia el sujeto, lo miro de arriba a abajo, este no tendría mas de 40 años y no seria un problema, medito si golpearlo o hablarle primero y deicidio que seria mejor la segunda ya que parecía conocer a Sophitia y no sabia si el tipo bromeaba con ella por conocerla o si de verdad era una amenaza. - Discúlpame por no haber nacido en esta pocilga de ciudad como tu, pero no te preocupes que si habrá un trasero golpeado sera el tuyo - John instintivamente al terminar la frase llevo su mano libre hacia la empuñadura de uno de sus sables mientras apoyaba el baso en la barra para tener la otra libre, pensó que la noche se volvía muy larga, no acababa de llegar al segundo lugar y ya estaba por pelearse nuevamente, pero así también demostraría ante esos idiotas que no era un cualquiera recién llegado sino un hombre al cual debian temer.
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
Asintió con satisfacción cuando el hombre dió por perdido el dinero, la otra opción era que se pusieran a pelear allí mismo por él, y si bien Sophitia siempre estaba dispuesta a golpear a alguien, prefería ahorrarse los moretones innecesarios. Creía conocer al Capitán Gibson al menos de nombre, eso podría servirle de apoyo, aunque todo dependía de que tan conocido fuera su jefe.
-Conozco a varios, pero eso no es garantía de nada - De hecho, a veces que lo conocieran a uno era mucho peor, Sophitia se había encargado de hacerse de una excelente reputación en el mundo pirata, o sea, de una horrible reputación para el resto de las islas - Si te sirve de consuelo, miran de esa manera a prácticamente todo el mundo, jajaja, lo que tienes que hacer es devolverles una mirada aún peor.
La pirata seguía tomando de su cerveza, aparentemente sin prestarle la menor atención al sujeto que se acercó a insultarlos. Había que saber cuando quedarse callado y como quedarse callado, porque la diferencia entre estar en silencio por miedo o no decir nada porque no vale la pena ni discutir era muy sutil.
-No se a que te refieres, Garret, lo dices como si tu hubieses nacido aquí, todos saben que eres de Denkenia- Ciertamente la mayoría de los piratas que vivían en la isla no habían nacido en ella, lo más normal era que llegaran luego de haber cometido algún crimen que les costaría la vida en cualquier otro lado, otra veces eran restos de familias que caían en desgracia, y una pequeña parte eran producto puro de Nehmen.
La intervención de John le pareció bastante oportuna, era un intento por hacerse respetar sin salirse por completo de las casillas, aunque de haberlo hecho Sophi seguramente le hubiese agregado algo de dramatismo sacando una daga y clavándola en la mesa. Las cosas siempre eran así en esa isla, no había casi ninguna regla, por lo que sí querías salir vivo solo lo lograrías ganando su respeto.
-Ya escuchaste al muchacho ¿Cierto? Lárgate de aquí, si vuelves a acercarte que sea para pelear y no solo para presumir - Luego la pirata se dió la vuelta y continuó bebiendo, demostrando así que siquiera lo consideraba un rival digno. El hombre se la quedó mirando unos segundos mientras apretaba la mandíbula, pero pronto se fue a su mesa nuevamente - Bien dicho, John, aún puedes afilar la lengua un poco más, pero no está nada mal para empezar - Levantó un poco la jarra invitandolo a brindar -Eso sí, no guardes tu sable, porque más tarde o más temprano van a venir a por nosotros.
Lo decía como un hecho porque conocía a esa gente, pero por sobre todo porque sabía cómo era esa isla.
-Pero hasta entonces mejor no preocuparse mucho - Agregó con una sonrisa despreocupada - No hay que ser un genio para darse cuenta que no eres de por aquí así que ¿Por qué andas entre piratas? - Su jarra ya estaba casi vacía, parecía absorber el alcohol como si fuera agua.
-Conozco a varios, pero eso no es garantía de nada - De hecho, a veces que lo conocieran a uno era mucho peor, Sophitia se había encargado de hacerse de una excelente reputación en el mundo pirata, o sea, de una horrible reputación para el resto de las islas - Si te sirve de consuelo, miran de esa manera a prácticamente todo el mundo, jajaja, lo que tienes que hacer es devolverles una mirada aún peor.
La pirata seguía tomando de su cerveza, aparentemente sin prestarle la menor atención al sujeto que se acercó a insultarlos. Había que saber cuando quedarse callado y como quedarse callado, porque la diferencia entre estar en silencio por miedo o no decir nada porque no vale la pena ni discutir era muy sutil.
-No se a que te refieres, Garret, lo dices como si tu hubieses nacido aquí, todos saben que eres de Denkenia- Ciertamente la mayoría de los piratas que vivían en la isla no habían nacido en ella, lo más normal era que llegaran luego de haber cometido algún crimen que les costaría la vida en cualquier otro lado, otra veces eran restos de familias que caían en desgracia, y una pequeña parte eran producto puro de Nehmen.
La intervención de John le pareció bastante oportuna, era un intento por hacerse respetar sin salirse por completo de las casillas, aunque de haberlo hecho Sophi seguramente le hubiese agregado algo de dramatismo sacando una daga y clavándola en la mesa. Las cosas siempre eran así en esa isla, no había casi ninguna regla, por lo que sí querías salir vivo solo lo lograrías ganando su respeto.
-Ya escuchaste al muchacho ¿Cierto? Lárgate de aquí, si vuelves a acercarte que sea para pelear y no solo para presumir - Luego la pirata se dió la vuelta y continuó bebiendo, demostrando así que siquiera lo consideraba un rival digno. El hombre se la quedó mirando unos segundos mientras apretaba la mandíbula, pero pronto se fue a su mesa nuevamente - Bien dicho, John, aún puedes afilar la lengua un poco más, pero no está nada mal para empezar - Levantó un poco la jarra invitandolo a brindar -Eso sí, no guardes tu sable, porque más tarde o más temprano van a venir a por nosotros.
Lo decía como un hecho porque conocía a esa gente, pero por sobre todo porque sabía cómo era esa isla.
-Pero hasta entonces mejor no preocuparse mucho - Agregó con una sonrisa despreocupada - No hay que ser un genio para darse cuenta que no eres de por aquí así que ¿Por qué andas entre piratas? - Su jarra ya estaba casi vacía, parecía absorber el alcohol como si fuera agua.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
John siguió con la mirada al sujeto hasta que se sentó mientras que escuchaba lo que Sophitia decía, miro su jarra vacía y le hizo un gesto al tabernero para que se la volviera a llenar
- No te preocupes, a ese mas temprano que tarde le partiré la cabeza - El joven aun jugueteaba con su mano en la empuñadura de su sable, luego ante la pregunta de la pirata la mente se volvió hacia el recuerdo de su padre, su familia, su antigua vida, llena de comodidades las cuales había abandonado para luego hacerse a la mar - Trabaje tres años en un barco mercante, con un pésimo capitán - Dijo recordando su primer empleo, obviando contar de su familia, quizás se esa forma borraría los recuerdos - cuando el barco del capitán Gibson se nos acerco, dijo que solo querían la carga, que no era necesario derramar sangre - dijo eso he hizo una pausa para beber - El capitán del barco mercante nos ordeno defender la carga sin importarle que apenas si teníamos unos arpones - John llego al momento de recordar la decisión que cambio su vida para siempre - y entonces me decidí, mate al capitán con un arpón, hice lo que todos pensaban - volvió a parar para tomar y recordar lo difícil que fue matar por primera vez, por mas que fuera un hombre cruel, fue muy difícil - Entonces la gente de Gibson abordo, el mismo me dijo que un hombre que mataba a otro para salvar a sus compañero era muy valioso en los días de hoy - estas palabras fueron el primer cumplido de su vida - así que me invito a formar parte de su tripulación y accedí - miro alrededor a los piratas, una vida tan distinta a la de casa, sin lujos pero a su vez tan libre.
- Trabaje siete años para Gibson, ascendí a segundo de abordo hubiera sido primer oficial , de no ser que Ferbuson fuera tan bueno en su trabajo y llevara tanto tiempo junto a gibson - No sentía rencor hacia el otro hombre, pero se había dado cuenta que nunca pasaría de lo que era estando en esa nave, así que John tomo su segunda mas difícil decisión - Entonces decidí dejar la nave y probar suerte, en fin esa es mi historia, que hay de ti? - volvió a acercar su jarra a su boca pero esta nuevamente estaba vacía - Estas jarras han de estar pinchadas - Dijo medio riendo y volviendo a a hacerle señas al tabernero
- No te preocupes, a ese mas temprano que tarde le partiré la cabeza - El joven aun jugueteaba con su mano en la empuñadura de su sable, luego ante la pregunta de la pirata la mente se volvió hacia el recuerdo de su padre, su familia, su antigua vida, llena de comodidades las cuales había abandonado para luego hacerse a la mar - Trabaje tres años en un barco mercante, con un pésimo capitán - Dijo recordando su primer empleo, obviando contar de su familia, quizás se esa forma borraría los recuerdos - cuando el barco del capitán Gibson se nos acerco, dijo que solo querían la carga, que no era necesario derramar sangre - dijo eso he hizo una pausa para beber - El capitán del barco mercante nos ordeno defender la carga sin importarle que apenas si teníamos unos arpones - John llego al momento de recordar la decisión que cambio su vida para siempre - y entonces me decidí, mate al capitán con un arpón, hice lo que todos pensaban - volvió a parar para tomar y recordar lo difícil que fue matar por primera vez, por mas que fuera un hombre cruel, fue muy difícil - Entonces la gente de Gibson abordo, el mismo me dijo que un hombre que mataba a otro para salvar a sus compañero era muy valioso en los días de hoy - estas palabras fueron el primer cumplido de su vida - así que me invito a formar parte de su tripulación y accedí - miro alrededor a los piratas, una vida tan distinta a la de casa, sin lujos pero a su vez tan libre.
- Trabaje siete años para Gibson, ascendí a segundo de abordo hubiera sido primer oficial , de no ser que Ferbuson fuera tan bueno en su trabajo y llevara tanto tiempo junto a gibson - No sentía rencor hacia el otro hombre, pero se había dado cuenta que nunca pasaría de lo que era estando en esa nave, así que John tomo su segunda mas difícil decisión - Entonces decidí dejar la nave y probar suerte, en fin esa es mi historia, que hay de ti? - volvió a acercar su jarra a su boca pero esta nuevamente estaba vacía - Estas jarras han de estar pinchadas - Dijo medio riendo y volviendo a a hacerle señas al tabernero
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
La historia de John le era sumamente familiar, y al mismo tiempo totalmente diferente a todo lo que ella había vivido. No renegaba de su pasado, ni se lamentaba de nada, a medida que habían pasado los años, tomando así distancia con los acontecimientos, podía darse cuenta de el gran número de valiosas lecciones que le había dejado todo eso. Le había enseñado sobre la naturaleza de los hombres, el poco valor que le dan a su lealtad y como el menor atisbo de debilidad podía costarte la vida.
-Dentro de todo tuviste suerte, encontraste a un capitán que sepa valorar tus cualidades y a una tripulación que te aceptara, de todo se aprende al fin y al cabo - Sophitia no descartaba de que el detalle de que fuera hombre también debía haber ayudado, aunque solo era una “cualidad” más entre tantas otras que el muchacho parecía tener - Tienes experiencia entonces, tal vez logres tener tu propio barco después de todo.
En cambio ella... Ella era poco probable que lo consiguiera ¿Hacía cuánto no pensaba ya en eso? Probablemente desde que había empezado a estar con su hermana. Desde el mismo momento en que Florangel la había salvado de la muerte en aquel callejón abandonado su vida no había sido más que aventuras para intentar sobrevivir en el día a día, dejando los intentos por recuperar el barco de su padre como algo secundario.
-Nací en un barco, mi padre era pirata, y en consecuencia yo también lo soy - Se encogió de hombros y pidió otra ronda de cervezas - Así dicho suena muy sencillo pero tuvo sus complicaciones en el medio... - Y muchas muertes, ingratitud, actos de vileza pura que ni valía la pena recordar - En cuanto este falleció me apartaron de su barco y todas sus pertenencias - Paso distraída un dedo por el borde de la nueva jarra de cerveza, luego se encogió de hombros, saliendo de las cavilaciones en las que se había adentrado durante unos segundos - Esta bien, si no eres los suficientemente fuerte como para retener algo es tu culpa cuando te lo quitan ¿Cierto?
Un barullo de fondo le daba la señal de que ya alguien había empezado una pelea, y que por el momento no los incluía, eso era bueno. Sophitia se dió la vuelta, apoyando la espalda contra la barra improvisada del bar, para observar así divertida como dos piratas bastante corpulentos se daban golpes, rodando por el piso y rompiendo los “muebles” del lugar. Cuando se acercaban demasiado a donde estaba la pirata les daba un empujón para que continuaran la confrontación, mientras reía.
-Ah, que pesado es hablar del pasado, olvidémonos de eso - Dijo con un gesto de hartazgo - Mejor vamos a... ¡Agachate! - Es todo lo que llegó a gritar la pirata mientras se inclinaba a su vez para evitar recibir un pedazo de madera con la cara - ¡Miren para donde tiran su mierda!- Grito, aún agachada, a un culpable indefinido.
-Dentro de todo tuviste suerte, encontraste a un capitán que sepa valorar tus cualidades y a una tripulación que te aceptara, de todo se aprende al fin y al cabo - Sophitia no descartaba de que el detalle de que fuera hombre también debía haber ayudado, aunque solo era una “cualidad” más entre tantas otras que el muchacho parecía tener - Tienes experiencia entonces, tal vez logres tener tu propio barco después de todo.
En cambio ella... Ella era poco probable que lo consiguiera ¿Hacía cuánto no pensaba ya en eso? Probablemente desde que había empezado a estar con su hermana. Desde el mismo momento en que Florangel la había salvado de la muerte en aquel callejón abandonado su vida no había sido más que aventuras para intentar sobrevivir en el día a día, dejando los intentos por recuperar el barco de su padre como algo secundario.
-Nací en un barco, mi padre era pirata, y en consecuencia yo también lo soy - Se encogió de hombros y pidió otra ronda de cervezas - Así dicho suena muy sencillo pero tuvo sus complicaciones en el medio... - Y muchas muertes, ingratitud, actos de vileza pura que ni valía la pena recordar - En cuanto este falleció me apartaron de su barco y todas sus pertenencias - Paso distraída un dedo por el borde de la nueva jarra de cerveza, luego se encogió de hombros, saliendo de las cavilaciones en las que se había adentrado durante unos segundos - Esta bien, si no eres los suficientemente fuerte como para retener algo es tu culpa cuando te lo quitan ¿Cierto?
Un barullo de fondo le daba la señal de que ya alguien había empezado una pelea, y que por el momento no los incluía, eso era bueno. Sophitia se dió la vuelta, apoyando la espalda contra la barra improvisada del bar, para observar así divertida como dos piratas bastante corpulentos se daban golpes, rodando por el piso y rompiendo los “muebles” del lugar. Cuando se acercaban demasiado a donde estaba la pirata les daba un empujón para que continuaran la confrontación, mientras reía.
-Ah, que pesado es hablar del pasado, olvidémonos de eso - Dijo con un gesto de hartazgo - Mejor vamos a... ¡Agachate! - Es todo lo que llegó a gritar la pirata mientras se inclinaba a su vez para evitar recibir un pedazo de madera con la cara - ¡Miren para donde tiran su mierda!- Grito, aún agachada, a un culpable indefinido.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
John escuchaba atentamente la historia se Sophitia mientras bebía su cerveza, nacida pirata pensó para el mismo, la diferencia de crianza entre los dos había sido muy distinta, el nació como noble, un simple señorito hijo de una familia adinerada, y ella hija de un pirata, su infancia quizá fue mucho mas dura pero a su vez John la envidiaba, ella siempre había sido libre.
- No me aceptaron fácil en la tripulación, pero me hice parte de ellos con el tiempo, como siempre es, la convivencia en un barco es así, o te haces amigo o no amaneces - El joven recordó lo difícil que fue descansar las primeras noches en el barco pirata, con temor de morir en cada momento, pero a su ves se veía recompensado por su propio trabajo duro y de lo que era capaz de hacer para demostrar que era un hombre de fiar. - y en cuanto a tener un barco propio, sin dinero y sin tripulación de confianza sera complicado -
El pirata pensó mucho en ese tema durante esa noche, piratas, tipos los cuales les gusta pelearse por la simple diversión de repartir unos golpes, beber hasta perder el conocimiento, gastar el poco dinero que ganaban en alcohol y furcias, no eran tipos en los que cualquier comerciante con sentido común confiara, pero John había aprendido que si un capitán les demuestra de lo que es capaz, estos hombres le serán fieles de por vida, mas aun si este capitán les llena los bolsillos cada vez que tocan puerto.
- Los piratas no son los mas fieles, supongo que con el tiempo si te empeñas seras mas fuerte, y recuperaras el barco de tu padre Las herencias para el joven no significaban nada, en su casa su padre no dudaría en desembolsar dinero para comprar una nave, pero no era lo que quería para su hijo, John debía ser como su padre, un comerciante hecho y derecho, nada de pasar meses en el mar, para se pagaban tripulaciones que hagan el trabajo por uno, pero en cuanto a lo que Sophitia le contaba, creía que era justo que ella se quedara con la nave, era de su padre y ella nació y se crió ahí - no creo que no tengas fuerza, solo que aun no debe ser el momento para reclamar lo tuyo
John no llego a tomar la recomendación de Sophitia, el pedazo de madera no lo golpeo de lleno pero si llego a tocarlo en la frente con uno de sus extremos, John sin dudarlo busco al responsable en la multitud, la pelea seguía como si nada así que no había un culpable en si. - Pensé que tendría dolor de cabeza de tanto hablar del pasado, pero esto es el colmo - John tomo la tabla que quedo sobre la barra y la lanzo hacia la pelea - Sabes ya no me queda mucho dinero, creo que me retirare antes de que todo termine mal y corte algún cuello.
- No me aceptaron fácil en la tripulación, pero me hice parte de ellos con el tiempo, como siempre es, la convivencia en un barco es así, o te haces amigo o no amaneces - El joven recordó lo difícil que fue descansar las primeras noches en el barco pirata, con temor de morir en cada momento, pero a su ves se veía recompensado por su propio trabajo duro y de lo que era capaz de hacer para demostrar que era un hombre de fiar. - y en cuanto a tener un barco propio, sin dinero y sin tripulación de confianza sera complicado -
El pirata pensó mucho en ese tema durante esa noche, piratas, tipos los cuales les gusta pelearse por la simple diversión de repartir unos golpes, beber hasta perder el conocimiento, gastar el poco dinero que ganaban en alcohol y furcias, no eran tipos en los que cualquier comerciante con sentido común confiara, pero John había aprendido que si un capitán les demuestra de lo que es capaz, estos hombres le serán fieles de por vida, mas aun si este capitán les llena los bolsillos cada vez que tocan puerto.
- Los piratas no son los mas fieles, supongo que con el tiempo si te empeñas seras mas fuerte, y recuperaras el barco de tu padre Las herencias para el joven no significaban nada, en su casa su padre no dudaría en desembolsar dinero para comprar una nave, pero no era lo que quería para su hijo, John debía ser como su padre, un comerciante hecho y derecho, nada de pasar meses en el mar, para se pagaban tripulaciones que hagan el trabajo por uno, pero en cuanto a lo que Sophitia le contaba, creía que era justo que ella se quedara con la nave, era de su padre y ella nació y se crió ahí - no creo que no tengas fuerza, solo que aun no debe ser el momento para reclamar lo tuyo
John no llego a tomar la recomendación de Sophitia, el pedazo de madera no lo golpeo de lleno pero si llego a tocarlo en la frente con uno de sus extremos, John sin dudarlo busco al responsable en la multitud, la pelea seguía como si nada así que no había un culpable en si. - Pensé que tendría dolor de cabeza de tanto hablar del pasado, pero esto es el colmo - John tomo la tabla que quedo sobre la barra y la lanzo hacia la pelea - Sabes ya no me queda mucho dinero, creo que me retirare antes de que todo termine mal y corte algún cuello.
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
Era un hombre mucho más amable y educado que el promedio de los que uno se encontraba en Nehmen, no podía asegurarlo, pero estaba casi segura que no era de origen campesino. No porque necesariamente la gente del campo careciera de cortesía, pero ese muchacho tenía un aire como de gentilhombre que no terminaba de cuadrar con sus formas de pirata, Sophitia se lo olía, pero no dijo nada, tampoco importaba donde había nacido, solo importaba donde estaba en ese momento.
Mientras se levantaba del piso la pirata dejó escapar una carcajada por el ocurrente comentario. La interrupción había sido de lo más oportuna y la mujer lo agradecía, ya que en realidad no le gustaba hablar durante mucho rato sobre su vida, ni ponerse sentimental como siempre ocurría cuando se tocaban temas así.
-Jajaja, sí se las tiras de nuevo seguramente volverán a arrojarla - Estaba muy divertida con la situación, puso algunas monedas sobre la barra y tomó lo poco que quedaba de alcohol en su jarra - Vamos pues, yo tengo que regresar con Flor y será mejor que lo haga con algo de dinero - Miró las monedas que le quedaban, con eso podría comprar alimentos durante varios días, sonrió por primera vez con dulzura al pensar en la expresión que pondría su hermana sí le llevaba algunas cosas ricas para desayunar como miel y mermeladas.
Levantó el pie y lo apoyó en la espalda de un sujeto que rodaba peligrosamente cerca de ella, empujándolo luego en dirección contraria. Miró su mano, Florangel seguramente la regañaria cuando viera la herida, le había dicho que saldría a apostar, pero no había aclarado cómo podían terminar las cosas para que no se preocupara, cuando la joven se quedaba intranquila tenía la mala costumbre de seguirla en modo invisible y eso a su vez ponía sumamente nerviosa a Sophitia.
-¿Dónde te estás quedando? Caminemos mientras nuestros caminos coincidan - Le dijo la pirata distraída mientras se tocaba la venda, ahora que había bebido un poco ya no le dolía tanto, pero tendría que atenderla antes de acostarse o se podría poner bastante feo - Estaba pensando que creo poder ayudarte...
Siguió a John subiendo por el estrecho callejón por el que habían bajado, los gritos de la pelea en la taberna poco a poco se fueron acallando, a medida que se alejaban del lugar, ahora la noche los cubría de nuevo, la oscuridad sólo era interrumpida de vez en vez por las luces que se filtraban desde algunas ventanas.
-Yo no hago caridad, y estoy bastante segura que tu no la aceptarías tampoco - Dijo mientras andaban, poniendo las manos en los bolsillos para olvidarse por el momento de la herida - Pero necesitas dinero, y yo gente de confianza, si surgiera algún trabajo, mandaré a alguien a buscarte - Lo miró como evaluandolo - Claro que si no te interesa me lo mandas de vuelta y ya...
Mientras se levantaba del piso la pirata dejó escapar una carcajada por el ocurrente comentario. La interrupción había sido de lo más oportuna y la mujer lo agradecía, ya que en realidad no le gustaba hablar durante mucho rato sobre su vida, ni ponerse sentimental como siempre ocurría cuando se tocaban temas así.
-Jajaja, sí se las tiras de nuevo seguramente volverán a arrojarla - Estaba muy divertida con la situación, puso algunas monedas sobre la barra y tomó lo poco que quedaba de alcohol en su jarra - Vamos pues, yo tengo que regresar con Flor y será mejor que lo haga con algo de dinero - Miró las monedas que le quedaban, con eso podría comprar alimentos durante varios días, sonrió por primera vez con dulzura al pensar en la expresión que pondría su hermana sí le llevaba algunas cosas ricas para desayunar como miel y mermeladas.
Levantó el pie y lo apoyó en la espalda de un sujeto que rodaba peligrosamente cerca de ella, empujándolo luego en dirección contraria. Miró su mano, Florangel seguramente la regañaria cuando viera la herida, le había dicho que saldría a apostar, pero no había aclarado cómo podían terminar las cosas para que no se preocupara, cuando la joven se quedaba intranquila tenía la mala costumbre de seguirla en modo invisible y eso a su vez ponía sumamente nerviosa a Sophitia.
-¿Dónde te estás quedando? Caminemos mientras nuestros caminos coincidan - Le dijo la pirata distraída mientras se tocaba la venda, ahora que había bebido un poco ya no le dolía tanto, pero tendría que atenderla antes de acostarse o se podría poner bastante feo - Estaba pensando que creo poder ayudarte...
Siguió a John subiendo por el estrecho callejón por el que habían bajado, los gritos de la pelea en la taberna poco a poco se fueron acallando, a medida que se alejaban del lugar, ahora la noche los cubría de nuevo, la oscuridad sólo era interrumpida de vez en vez por las luces que se filtraban desde algunas ventanas.
-Yo no hago caridad, y estoy bastante segura que tu no la aceptarías tampoco - Dijo mientras andaban, poniendo las manos en los bolsillos para olvidarse por el momento de la herida - Pero necesitas dinero, y yo gente de confianza, si surgiera algún trabajo, mandaré a alguien a buscarte - Lo miró como evaluandolo - Claro que si no te interesa me lo mandas de vuelta y ya...
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: ¡Apuesta tu vida en ello!
Esa noche había sido de lo mas interesante para John, el hacia tiempo que no hablaba de su pasado y en parte era bueno por que le recordaba el porque de sus metas, y ademas conoció a una pirata que al parecer por ahora era de confianza. El joven Brown no había tenido demasiado trato con otros piratas ademas de los de la tripulación del capitán Gibson, y si lo había tenido el trato siempre era uno de contacto en el cual alguien siempre quedaba en el suelo.
- Yo también debo volver con algo de dinero si no dormiré en la playa - Pago lo que tomo y se puso en marcha - Me estoy quedando en la posada el jarrón de barro - dijo contestándole a Sophitia mientras la miraba de reojo, esta iba tocando su herida, John ya se había olvidado de lo que había pasado pero otra vez una pequeña voz del interior le dijo que debía preocuparse por ella - Debes hacer que te curen eso, se va a infectar y sera peor -
Escucho atentamente la propuesta de Sophitia, no sonaba mal, conseguir un trabajo y hacerlo con alguien que al menos podría cubrir su espalda en caso de que algo salga mal - Si, me parece bien, durante el día paso en la habitación o en el salón de la posada - dijo mientras salían del callejón y volvían a la calle principal, donde ahora estaba todo aun mas calmado que hace un rato las chicas de la calle ya habían conseguido algún cliente y los borrachos ya habían sido despojados de sus pertenencias de valor - Si la propuesta es interesante aceptare, si no simplemente diré que no, igualmente no tengo mucho para hacer así que mas que seguro aceptare -
- Yo también debo volver con algo de dinero si no dormiré en la playa - Pago lo que tomo y se puso en marcha - Me estoy quedando en la posada el jarrón de barro - dijo contestándole a Sophitia mientras la miraba de reojo, esta iba tocando su herida, John ya se había olvidado de lo que había pasado pero otra vez una pequeña voz del interior le dijo que debía preocuparse por ella - Debes hacer que te curen eso, se va a infectar y sera peor -
Escucho atentamente la propuesta de Sophitia, no sonaba mal, conseguir un trabajo y hacerlo con alguien que al menos podría cubrir su espalda en caso de que algo salga mal - Si, me parece bien, durante el día paso en la habitación o en el salón de la posada - dijo mientras salían del callejón y volvían a la calle principal, donde ahora estaba todo aun mas calmado que hace un rato las chicas de la calle ya habían conseguido algún cliente y los borrachos ya habían sido despojados de sus pertenencias de valor - Si la propuesta es interesante aceptare, si no simplemente diré que no, igualmente no tengo mucho para hacer así que mas que seguro aceptare -
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