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Allí donde me he propuesto
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Allí donde me he propuesto
Llevaba varios días caminando, y era cierto eso de que para llegar a la ciudad más importante, Enie, era cuestion de sudar tinta, así que el contemplar aquellos ciudad después de tan arduo camino fue como encontrarme un oasis en medio del desierto mas basto.
En cuanto pude busqué un asiento, me valía cualqueir cosa, un barril de madera, un pequeño taburete que más daba, lo importante era respirar tranquilamente mientras mis ojos se deleitaban con las vistas de la ciudad. Me despojé de mi espada, no la puse muy lejos por si acaso, no la descuidaba normalmente menos lo iba a permitir en tal lugar nuevo. Arquee mi cuerpo hacia y perdí mi vista en un punto fijo en el suelo, pensando en cual iba a ser mi próximo movimiento. Y es que a decir verdad no sabía que era lo que buscaba realmente, un posible entretenimiento tal vez, y una ciudad donde se encontrasen piratas....no podía ser aburrido en absoluto.
Tampoco contaba con nadie que pudiese guiarme o mostrarme los recobecos de aquí, así que ahora alzo de nuevo mi cabeza, contemplando el gentío. Gente borracha por las calles, mujeres que seguramente provenian de algún burdel...no sé si era exactamente como mi mente me había mostrado antes de llegar, pero desde luego era diferente a todo lo que había visto antes.
- Creo que debería empezar por alguna taberna... - mi voz no sonaba muy convencida y es que realmente era frustrante llegar a un lugar nuevo y tener que estar preguntando o simplemente investigando -
En cuanto pude busqué un asiento, me valía cualqueir cosa, un barril de madera, un pequeño taburete que más daba, lo importante era respirar tranquilamente mientras mis ojos se deleitaban con las vistas de la ciudad. Me despojé de mi espada, no la puse muy lejos por si acaso, no la descuidaba normalmente menos lo iba a permitir en tal lugar nuevo. Arquee mi cuerpo hacia y perdí mi vista en un punto fijo en el suelo, pensando en cual iba a ser mi próximo movimiento. Y es que a decir verdad no sabía que era lo que buscaba realmente, un posible entretenimiento tal vez, y una ciudad donde se encontrasen piratas....no podía ser aburrido en absoluto.
Tampoco contaba con nadie que pudiese guiarme o mostrarme los recobecos de aquí, así que ahora alzo de nuevo mi cabeza, contemplando el gentío. Gente borracha por las calles, mujeres que seguramente provenian de algún burdel...no sé si era exactamente como mi mente me había mostrado antes de llegar, pero desde luego era diferente a todo lo que había visto antes.
- Creo que debería empezar por alguna taberna... - mi voz no sonaba muy convencida y es que realmente era frustrante llegar a un lugar nuevo y tener que estar preguntando o simplemente investigando -
Kalel- Cantidad de envíos : 7
Re: Allí donde me he propuesto
El día era hermoso, el aire de mar hacia que todo sentara mejor, los pájaros cantaban en sus nidos, y las personas bien caminaban por las calles encargándose de sus negocios diarios, de sus asuntos y de nada mas. Nadie se metía en los problemas de los demás, podía traer muchos inconvenientes. Pero así había funcionado siempre Nehmen, y ya saben lo que dicen: Si funciona, no lo cambies.
Pero ese hermoso sol que alumbraba al resto de los seres de la tierra, fue a parar justo a los ojos de una dormida Sophitia. El sueño la había sorprendido bajo una mesa, de un bar, de algún lugar que no recordaba bien... En realidad, no recordaba nada de lo que había sucedido la noche anterior.
Abrió un solo ojo y miro por donde había entrado el rayo de luz que se había atrevido a molestarla, al parecer ya era de tarde, el sol bajaba y entraba en un ángulo con tan mala suerte que terminaba sobre su rostro. Maldijo varias veces al sol, al cielo, al día y su mala idea de quedarse desmayada cerca de la ventana.
Levanto una mano primero y se agarro de la mesa, intentando levantarse poco a poco para que la cabeza no la atormentara. Pero era una tarea imposible, en cuanto logro sentarse en la silla la misma se hizo notar con toda su fuerza. Pero la pirata estaba bastante acostumbrada a semejante molestia, miro al rededor en busca de la mesera.
Había algunos borrachos ya en el lugar, hombres que comenzaban con lo que seria una larga noche. La muchacha busco en su bolsillo, milagrosamente aun le quedaba una moneda,compro algo para beber y todos sus dolores se mitigaron. Pero aun así, algo le faltaba al bar... Pensó en eso mientras terminaba de beber el que seria su único trago... pagado por ella al menos...
Luego de meditarlo un rato, se le ocurrió lo que le faltaba a ese lugar para que tomara algo de vida. Agarro fuerte la misma jarra que tenia en la mano y la rompió sobre la cabeza del sujeto más cercano que encontró. El mismo respondió golpeando al supuesto agresor, pero Sophitia se agacho, logrando que el puño se dirigiera al que estaba detrás de ella. La pelea había comenzado, y la pirata no se dejo estar, repartió manotazos para todos lados, deteniéndose solo para beber de vez en vez el trago de alguna mesa abandonada.
Pero la fiesta acabo pronto, una enorme mano la tomo por la camisa y de pronto se encontró cara a cara con el enorme dueño del lugar. Era el cocinero, con su delantal manchado, sus brazos grandes como dos barriles y una expresión de enojo que predecía lo que vendría después.
Lo siguiente que Sophitia vio fue como volaba fuera del bar sin miramiento alguno, un pobre joven de gesto serio estaba en medio de su trayectoria.
- ¡Cuidado! - Fue lo único que llego a gritar antes de caer sobre él, tirándolo al suelo.
Pero ese hermoso sol que alumbraba al resto de los seres de la tierra, fue a parar justo a los ojos de una dormida Sophitia. El sueño la había sorprendido bajo una mesa, de un bar, de algún lugar que no recordaba bien... En realidad, no recordaba nada de lo que había sucedido la noche anterior.
Abrió un solo ojo y miro por donde había entrado el rayo de luz que se había atrevido a molestarla, al parecer ya era de tarde, el sol bajaba y entraba en un ángulo con tan mala suerte que terminaba sobre su rostro. Maldijo varias veces al sol, al cielo, al día y su mala idea de quedarse desmayada cerca de la ventana.
Levanto una mano primero y se agarro de la mesa, intentando levantarse poco a poco para que la cabeza no la atormentara. Pero era una tarea imposible, en cuanto logro sentarse en la silla la misma se hizo notar con toda su fuerza. Pero la pirata estaba bastante acostumbrada a semejante molestia, miro al rededor en busca de la mesera.
Había algunos borrachos ya en el lugar, hombres que comenzaban con lo que seria una larga noche. La muchacha busco en su bolsillo, milagrosamente aun le quedaba una moneda,compro algo para beber y todos sus dolores se mitigaron. Pero aun así, algo le faltaba al bar... Pensó en eso mientras terminaba de beber el que seria su único trago... pagado por ella al menos...
Luego de meditarlo un rato, se le ocurrió lo que le faltaba a ese lugar para que tomara algo de vida. Agarro fuerte la misma jarra que tenia en la mano y la rompió sobre la cabeza del sujeto más cercano que encontró. El mismo respondió golpeando al supuesto agresor, pero Sophitia se agacho, logrando que el puño se dirigiera al que estaba detrás de ella. La pelea había comenzado, y la pirata no se dejo estar, repartió manotazos para todos lados, deteniéndose solo para beber de vez en vez el trago de alguna mesa abandonada.
Pero la fiesta acabo pronto, una enorme mano la tomo por la camisa y de pronto se encontró cara a cara con el enorme dueño del lugar. Era el cocinero, con su delantal manchado, sus brazos grandes como dos barriles y una expresión de enojo que predecía lo que vendría después.
Lo siguiente que Sophitia vio fue como volaba fuera del bar sin miramiento alguno, un pobre joven de gesto serio estaba en medio de su trayectoria.
- ¡Cuidado! - Fue lo único que llego a gritar antes de caer sobre él, tirándolo al suelo.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Allí donde me he propuesto
No tarde mucho en encontrar aquel lugar, ni que decir tiene que todo el mundo debería saber donde se encontraba. A la primera persona medio sobria que encontré le pregunté y esta me llevo muy amablemente hasta el lugar donde se encontraba. Para después despedirse no sin antes extenderme la mano en busca de una propina, no pude evitar suspirar mientras rodaba mis ojos, para terminar dándole algo de dinero.
De nuevo sólo, alcé la vista para contemplar aquel edificio, era grande sin duda, de su interior infinidad de chillidos o diría más bien que alaridos, golpes, creo que cristales rompiéndose una maraña que no podía ser otra cosa que problemas, peleas y cosas así. Poco a poco pero con paso decidido fui acercándome a la entrada, tome aire entes de poner mi mano derecha sobre la puerta y entrar en un "mundo" que desconocía por completo.
Pero ni apenas segundos habían pasado desde mi entrada cuando algo se abalanzaba sobre mí, no me dio tiempo a ver que era, ¿una jarra? ¿una mesa? ¿un barril? Tuve el tiempo justo de retrasar mi pierna derecha para establecer un punto de apoyo y colocar mis brazos en forma de recepción, fuera lo que fuera mejor evitar que llegue al suelo, con esa velocidad no le pasaría nada bueno.
El impacto fue fuerte, quien quiera que la hubiese lanzado desde luego lo había hecho con ganas, probablemente también le añadió algo de ira a la mezcla. Casi caí de espaldas, por suerte pude aguantar el golpe y continué de pie, aunque aún corría el riesgo de que me alcanzase otra cosa. Y es que por encima de mi los efectos colaterales de la batalla campal amenazaban incesantes.
Haciendo acopio de unos instantes ante tal caos y delirio, agaché mi cabeza en busca de lo que casi provoca mi caída. Era una chica....una chica en mis brazos. No pude evitar sonrojarme de repente y girar mi rostro. De seguida la deje en el suelo, dejando que apoyase los pies para mantenerse de pie. Aún no me atrevía a devolverle mi mirada, pero por lo que pude ver parecía una de ellos, una pirata, o miembro de alguna banda sin duda.
- D-Disculpa... - era idiota que yo me disculpase cuando ella casi hace que bese el suelo, pero suelo ser de naturaleza tímida con los desconocidos y si son mujeres, piratas o no, aún más. Antes de volver a hablar o que lo pudiera hacer ella, uno de aquellos locos ebrios se abalanzó sobre mi, jarra en mano, chillando cosas incomprensibles. Su saliva escupida a mala fe mientras hablaba iba regando el camino que recorría a toda velocidad. No tuve más que apartarme ligeramente para que continuase su camino, directo a una pared, la cual se comió sin miramientos y cayó cual hoja de papel al suelo para acabar durmiendo un rato. - ¿Siempre es así por aquí? - aunque no la había vuelto a mirar, era evidentemente que me dirigía a ella. Intentando entablar un poco de conversación.
De nuevo sólo, alcé la vista para contemplar aquel edificio, era grande sin duda, de su interior infinidad de chillidos o diría más bien que alaridos, golpes, creo que cristales rompiéndose una maraña que no podía ser otra cosa que problemas, peleas y cosas así. Poco a poco pero con paso decidido fui acercándome a la entrada, tome aire entes de poner mi mano derecha sobre la puerta y entrar en un "mundo" que desconocía por completo.
Pero ni apenas segundos habían pasado desde mi entrada cuando algo se abalanzaba sobre mí, no me dio tiempo a ver que era, ¿una jarra? ¿una mesa? ¿un barril? Tuve el tiempo justo de retrasar mi pierna derecha para establecer un punto de apoyo y colocar mis brazos en forma de recepción, fuera lo que fuera mejor evitar que llegue al suelo, con esa velocidad no le pasaría nada bueno.
El impacto fue fuerte, quien quiera que la hubiese lanzado desde luego lo había hecho con ganas, probablemente también le añadió algo de ira a la mezcla. Casi caí de espaldas, por suerte pude aguantar el golpe y continué de pie, aunque aún corría el riesgo de que me alcanzase otra cosa. Y es que por encima de mi los efectos colaterales de la batalla campal amenazaban incesantes.
Haciendo acopio de unos instantes ante tal caos y delirio, agaché mi cabeza en busca de lo que casi provoca mi caída. Era una chica....una chica en mis brazos. No pude evitar sonrojarme de repente y girar mi rostro. De seguida la deje en el suelo, dejando que apoyase los pies para mantenerse de pie. Aún no me atrevía a devolverle mi mirada, pero por lo que pude ver parecía una de ellos, una pirata, o miembro de alguna banda sin duda.
- D-Disculpa... - era idiota que yo me disculpase cuando ella casi hace que bese el suelo, pero suelo ser de naturaleza tímida con los desconocidos y si son mujeres, piratas o no, aún más. Antes de volver a hablar o que lo pudiera hacer ella, uno de aquellos locos ebrios se abalanzó sobre mi, jarra en mano, chillando cosas incomprensibles. Su saliva escupida a mala fe mientras hablaba iba regando el camino que recorría a toda velocidad. No tuve más que apartarme ligeramente para que continuase su camino, directo a una pared, la cual se comió sin miramientos y cayó cual hoja de papel al suelo para acabar durmiendo un rato. - ¿Siempre es así por aquí? - aunque no la había vuelto a mirar, era evidentemente que me dirigía a ella. Intentando entablar un poco de conversación.
Kalel- Cantidad de envíos : 7
Re: Allí donde me he propuesto
El pobre muchacho la logro atajar, la caída resulto mucho mejor de lo que había esperado. Así y todo sintió algo de dolor en las piernas, como raspadas, cuando miro se dio cuenta que se había roto los pantalones en ambas rodillas, que pena, ¡sus pantalones casi nuevo! Solo tenían como 5 años desde que los había robado...
Al instante, detrás de ella salió otro ebrio que creyó reconocer como el iniciador de la pelea, según recordaba con exactitud. Tontos borrachos, había que saber beber, sino, ¿para que bebían? Sophitia se corrió a un costado para que no la golpeara, pero siquiera era necesario.
Miro al sujeto que le había servido de colchón al caer, era un tipo bastante atractivo, su semblante era mas bien tímido, algo serio, y al parecer.... ¿Avergonzado? Sus sonrojadas mejillas parecían decir eso, ¿sería solo con las mujeres o con todas las personas? Se había disculpado, que fuera educado sumaba puntos a su favor. Bien, era cierto que no resultaba algo normal que te cayeran mujeres encima... Pero debería acostumbrarse... En Nehmen no había nada normal...
- No te preocupes, en cualquier caso, gracias por hacer de mi caída algo mucho más agradable - Le sonrió con simpatía para dar a entender que era un chiste nada mas - No siempre, solo cuando yo estoy cerca.
Se sacudió el polvo que le había quedado, tanto por dormir en el piso del bar como por los múltiples golpes. Con el asunto de las rodillas no había solución alguna, la pirata simplemente se hizo gesto de indiferencia y paso a presentarse.
- Mi nombre es Sophitia, pirata desempleada por el momento - Extendió la mano en busca de un saludo - ¿Y tu quien eres? ¿En qué barco estas trabajando?
Nehmen tenia el mayor porcentaje de piratas en todo Jaspia, prácticamente todos eran o habían sido en algún momento un pirata. Al ver al sujeto allí parado, no pudo mas que pensar que él tambien lo era. Cierto era que tambien habían comerciantes, y algún que otro vecino, pero eran casi nulos.
Dentro de la taberna el alboroto iba disminuyendo poco a poco, el cocinero sacaba a empujones a los heridos al grito de "¡Y no vuelvas!". Las peleas de ese estilo eran así, tan rápido como empezaban terminaban. A Sophitia le encantaban así...
- No creo que me dejen entrar a ese lugar nuevamente... La tachare de mi lista como a las demás - Tenía que dejar de armar alborotos, sino se quedaría sin tabernas a las cuales ir.
Al instante, detrás de ella salió otro ebrio que creyó reconocer como el iniciador de la pelea, según recordaba con exactitud. Tontos borrachos, había que saber beber, sino, ¿para que bebían? Sophitia se corrió a un costado para que no la golpeara, pero siquiera era necesario.
Miro al sujeto que le había servido de colchón al caer, era un tipo bastante atractivo, su semblante era mas bien tímido, algo serio, y al parecer.... ¿Avergonzado? Sus sonrojadas mejillas parecían decir eso, ¿sería solo con las mujeres o con todas las personas? Se había disculpado, que fuera educado sumaba puntos a su favor. Bien, era cierto que no resultaba algo normal que te cayeran mujeres encima... Pero debería acostumbrarse... En Nehmen no había nada normal...
- No te preocupes, en cualquier caso, gracias por hacer de mi caída algo mucho más agradable - Le sonrió con simpatía para dar a entender que era un chiste nada mas - No siempre, solo cuando yo estoy cerca.
Se sacudió el polvo que le había quedado, tanto por dormir en el piso del bar como por los múltiples golpes. Con el asunto de las rodillas no había solución alguna, la pirata simplemente se hizo gesto de indiferencia y paso a presentarse.
- Mi nombre es Sophitia, pirata desempleada por el momento - Extendió la mano en busca de un saludo - ¿Y tu quien eres? ¿En qué barco estas trabajando?
Nehmen tenia el mayor porcentaje de piratas en todo Jaspia, prácticamente todos eran o habían sido en algún momento un pirata. Al ver al sujeto allí parado, no pudo mas que pensar que él tambien lo era. Cierto era que tambien habían comerciantes, y algún que otro vecino, pero eran casi nulos.
Dentro de la taberna el alboroto iba disminuyendo poco a poco, el cocinero sacaba a empujones a los heridos al grito de "¡Y no vuelvas!". Las peleas de ese estilo eran así, tan rápido como empezaban terminaban. A Sophitia le encantaban así...
- No creo que me dejen entrar a ese lugar nuevamente... La tachare de mi lista como a las demás - Tenía que dejar de armar alborotos, sino se quedaría sin tabernas a las cuales ir.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Allí donde me he propuesto
Cuantas preguntas, cual interrogatorio... desde luego aquella chica debió pensar sin duda que yo era un pirata, me pareció curioso y por unos momentos me miré yo mismo de abajo arriba en busca de algo parecido, similar a los que allí armaban escandolo, no veía nada que se pareciese.
Sonreí divertido ante su comentario y me giré esta vez si para mirarla al rostro. Daba la sensación de ser algo más joven que yo, y sus ropas ahora que me fijaba mejor...bueno a la altura de las rodillas estaban desgastadas y esa ropa ancha típica de ese lugar...aunque sin duda a ella le quedaban infinitamente mejor que a los demás.
Ya la situación parecía calmarse al menos de momento, un gran hombre, fornido y con cara de pocos amigos iba expulsando uno a uno a los allí presentes dejandoles claro que allí no se toleraban esa clase de comportamientos. Y la joven morena... ¿de cuantos bares la habrían echado? Sin duda no parecía ser el primero... y si no era el primero seguramente ella conocía bien la ciudad y sus alrededores, podría ser el guía perfecto para mostrarme como funcionan aquí las cosas.
- Ha decir verdad, no soy tripulante de ningún barco, de hecho no habré viajado en uno de ellos más de dos o tres veces - mientras contemplaba sus gestos, como se sacudia el pantalon, no perdía vista de mi alrededor pues en un ambiente tan hostil nunca se sabe - Mi nombre es Kalel. Había venido aquí a buscar algo de...."acción"... - reí entonces ligeramente al recordar la escena de la chica cayendo en mis brazos - aunque no de este tipo precisamente. Pero bueno... ¿quién se quejaría si al visitar un lugar le llueven chicas del cielo? - gesticule esa frase haciendo unos aspavientos con mis brazos y finalizar con mi medo indice señalando la puerta
Aquel hombre que a todos expulsaba nos miró entonces con venas recorriendo su cuello, y es que sin duda nosotros eramos los siguientes. Me acerqué a ella, no demasiado, pero si para hablarle casi entre susurros y sugerirle algo.
- Creo que deberíamos marcharnos...ya - ese ya lo eleve algo más y es que poco a poco el hombre del delantal parecía tomar carrendilla y venir a embestirnos - ¿Te parece?
Sonreí divertido ante su comentario y me giré esta vez si para mirarla al rostro. Daba la sensación de ser algo más joven que yo, y sus ropas ahora que me fijaba mejor...bueno a la altura de las rodillas estaban desgastadas y esa ropa ancha típica de ese lugar...aunque sin duda a ella le quedaban infinitamente mejor que a los demás.
Ya la situación parecía calmarse al menos de momento, un gran hombre, fornido y con cara de pocos amigos iba expulsando uno a uno a los allí presentes dejandoles claro que allí no se toleraban esa clase de comportamientos. Y la joven morena... ¿de cuantos bares la habrían echado? Sin duda no parecía ser el primero... y si no era el primero seguramente ella conocía bien la ciudad y sus alrededores, podría ser el guía perfecto para mostrarme como funcionan aquí las cosas.
- Ha decir verdad, no soy tripulante de ningún barco, de hecho no habré viajado en uno de ellos más de dos o tres veces - mientras contemplaba sus gestos, como se sacudia el pantalon, no perdía vista de mi alrededor pues en un ambiente tan hostil nunca se sabe - Mi nombre es Kalel. Había venido aquí a buscar algo de...."acción"... - reí entonces ligeramente al recordar la escena de la chica cayendo en mis brazos - aunque no de este tipo precisamente. Pero bueno... ¿quién se quejaría si al visitar un lugar le llueven chicas del cielo? - gesticule esa frase haciendo unos aspavientos con mis brazos y finalizar con mi medo indice señalando la puerta
Aquel hombre que a todos expulsaba nos miró entonces con venas recorriendo su cuello, y es que sin duda nosotros eramos los siguientes. Me acerqué a ella, no demasiado, pero si para hablarle casi entre susurros y sugerirle algo.
- Creo que deberíamos marcharnos...ya - ese ya lo eleve algo más y es que poco a poco el hombre del delantal parecía tomar carrendilla y venir a embestirnos - ¿Te parece?
Kalel- Cantidad de envíos : 7
Re: Allí donde me he propuesto
Sin duda se había equivocado con el sujeto, cuando volvió a mirarlo con más detalle era obvio que le faltaban varias características que estos poseían. Unos brazos más fornidos quizás, la piel algo más tostada, algunas cicatrices... Bien, entonces debía ser nuevo en la isla.
- Bien, Kalel, si te quedas conmigo de seguro que tendrás... - Estaba por decir "acción", luego pensó en todos los sentidos que esa palabra podía tener y decidió que lo mejor era evitarla - aventuras! - Sonrió para disimular el cambio imprevisto de palabra - Conozco todos los bares de la isla, si lo deseas, podemos hacer algunas visitas.
Ante el comentario de las chicas que llueven del cielo no pudo mas que reír, sin duda desde afuera debió verse muy graciosa su caída, había tenido mucha suerte de caer justo encima de una persona tan amena, sobre todo porque las personas "buenas" escaseaban en esta isla más que en ninguna otra.
- Si, opino igual - Respondió Sophitia ante la propuesta
No estaba segura de si ese día en especial estaba muy mal pensada o que, pero todas las oraciones sonaban muy mal interpretables. "Debe ser por Nehmen, una se termina acostumbrando a que todo sea una propuesta indecente". Aunque era más que obvio que Kalel no tenía esas intenciones, al ser nuevo no debía darse cuenta de las cosas que decía, ni de como las decía.
- Vámonos de aquí - Dijo mientras lo tomaba del brazo, con una confianza que nadie le había dado por cierto - Primera lección: Ten cuidado con como dices las cosas - Le sonrió y le guiño un ojo, luego echo a reír.
Empezó a caminar en cualquier dirección, en realidad no importaba, si había algo que sobraba en Nehmen eran las tabernas, fueran para donde fueran encontrarían algún lugar dispuesto a emborracharlos. Aún no había bebido casi nada, la habían echado de la pelea demasiado rápido, tampoco había desayunado, pero ese era un detalle insignificante en comparación.
- Bien, Kalel, si te quedas conmigo de seguro que tendrás... - Estaba por decir "acción", luego pensó en todos los sentidos que esa palabra podía tener y decidió que lo mejor era evitarla - aventuras! - Sonrió para disimular el cambio imprevisto de palabra - Conozco todos los bares de la isla, si lo deseas, podemos hacer algunas visitas.
Ante el comentario de las chicas que llueven del cielo no pudo mas que reír, sin duda desde afuera debió verse muy graciosa su caída, había tenido mucha suerte de caer justo encima de una persona tan amena, sobre todo porque las personas "buenas" escaseaban en esta isla más que en ninguna otra.
- Si, opino igual - Respondió Sophitia ante la propuesta
No estaba segura de si ese día en especial estaba muy mal pensada o que, pero todas las oraciones sonaban muy mal interpretables. "Debe ser por Nehmen, una se termina acostumbrando a que todo sea una propuesta indecente". Aunque era más que obvio que Kalel no tenía esas intenciones, al ser nuevo no debía darse cuenta de las cosas que decía, ni de como las decía.
- Vámonos de aquí - Dijo mientras lo tomaba del brazo, con una confianza que nadie le había dado por cierto - Primera lección: Ten cuidado con como dices las cosas - Le sonrió y le guiño un ojo, luego echo a reír.
Empezó a caminar en cualquier dirección, en realidad no importaba, si había algo que sobraba en Nehmen eran las tabernas, fueran para donde fueran encontrarían algún lugar dispuesto a emborracharlos. Aún no había bebido casi nada, la habían echado de la pelea demasiado rápido, tampoco había desayunado, pero ese era un detalle insignificante en comparación.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Allí donde me he propuesto
No hay que ser un erudito para notar su cambio de palabra...la forma en la que entrecortó la frase, realmente no caí en razón alguna por la que tuviese que hacerlo...hasta que escuche de sus labios la palabra aventura. Y es que era cierto quizás acción podía en ocasiones malinterpretarse, no pude evitar llevarme la palma de la mano contra mi frente.
Pero antes de siquiera poder disculparme por mi metedura de pata, mi cuerpo se movía impulsado por su empuje, y es que me tenía del brazo en busca de nuevos bares. No pude evitar trastabillar un poco hasta que conseguí retomar el control de mis pasos
- Oye - ibamos caminando bastante rápido, y es que Sophitia tenía energía por los dos , aunque quizás la idea de volver a un bar era suficiente como para despertar en ella tal enfasís - Siento mi comentario de antes...no estuve acertado... - me costaba terminar la frase, y es que no estaba acostumbrado a que una chica me corrigiese o me aconsejase...más allá de una desconocida - Tienes razón, debo medir mis palabras con cautela - ya algo más restablecido de mis dudas iniciales, sentí que podría proponer algo interesante - la próxima ronda la pago yo - aunque ella iba a mi brazo pegado, no pudo apreciar mi sonrisa y es que aún estaba sorprendido por el desarrollo de los acontecimientos....después de todo aquella pirata quizás no mentía y si podría tener aventuras ...por lo menos esa sonrisa que ahora portaba ya era más de lo que podía esperar.
Pero antes de siquiera poder disculparme por mi metedura de pata, mi cuerpo se movía impulsado por su empuje, y es que me tenía del brazo en busca de nuevos bares. No pude evitar trastabillar un poco hasta que conseguí retomar el control de mis pasos
- Oye - ibamos caminando bastante rápido, y es que Sophitia tenía energía por los dos , aunque quizás la idea de volver a un bar era suficiente como para despertar en ella tal enfasís - Siento mi comentario de antes...no estuve acertado... - me costaba terminar la frase, y es que no estaba acostumbrado a que una chica me corrigiese o me aconsejase...más allá de una desconocida - Tienes razón, debo medir mis palabras con cautela - ya algo más restablecido de mis dudas iniciales, sentí que podría proponer algo interesante - la próxima ronda la pago yo - aunque ella iba a mi brazo pegado, no pudo apreciar mi sonrisa y es que aún estaba sorprendido por el desarrollo de los acontecimientos....después de todo aquella pirata quizás no mentía y si podría tener aventuras ...por lo menos esa sonrisa que ahora portaba ya era más de lo que podía esperar.
Kalel- Cantidad de envíos : 7
Re: Allí donde me he propuesto
Como había esperado Kalel la siguió en su desenfrenada huida/búsqueda de taberna, parecía algo más grande que ella, pero no podía evitar verlo como a un muchacho. Y no era por un asunto de edad, sino por el simple echo de que era nuevo en la ciudad. Así sería más divertido, cuando se paseaba con alguien nuevo parecía que todo era inédito, todo era interesante y había mil cosas por descubrir aun.
Se lo veía algo turbado por lo de los comentarios, parecía un chico muy sensible y atento, Sophitia no pudo evitar pensar que era casi lo opuesto a ella, que siempre era atropellada, torpe, lengua larga e insensible. Pero no lo hacia por ser mala, sino mas bien de distraída, y por estar poco entrenada en el arte de hablar con personas que no fueran piratas.
- Tranquilo, a mi siempre me pasa, ya lo veras - Si iban a pasar la tarde iba a tener que acostumbrarse a sus modos bruscos, en realidad, en Nehmen solo iba a tener dos opciones, o era rudo y aguantaba las consecuencias, o era pasivo y soportaba que le pasaran por arriba. De seguro Kalel sabría elegir lo que más le convenía.
El tumulto de gente resultaba insoportable, los olores de cantidades enormes de personas apiñadas resultaban inaguantable para las narices sensibles, por todos lados había viejos pidiendo limosnas, niños robando, piratas peleando, vendedores ansiosos por venderle algo a alguien y personas deseando comprar la mejor oferta. Los materiales que se vendían eran mucho, muy variados y por supuesto de dudoso origen. ¿Como podía ser de otro modo en semejante isla?
- ¡Perfecto! Yo pagare la siguiente entonces - Acompaño el comentario de una sonrisa y señalo una puerta - Este lugar esta bien.
La taberna en cuestión no era muy grande, tenía dos ventanas con vidrios algo sucios, la puerta era de madera gruesa y resistente, abierta de par a par para cualquiera que quisiera beber algo y no fuera demasiado exigente con el servicio. Sobre la entrada, un cartel tambien de madera algo torcido decía "El hurón huraño" en un arranque de originalidad y creatividad impresionante.
Sophitia pasó sin mas al lugar, dentro se respiraba un pesado aire, mezcla de alcohol, tabaco y sudor humano. Bien podría haber llevado a Kalel a un lugar menos lúgubre, pero si lo que quería era acción, y conocer el ambiente de Nehmen entonces era necesario visitar un lugar así... Aparte, suponía que de ahí aun no la habían echado.
- Bien, aquí estamos - Abrió los brazos para abarcar todo el lugar, había unas diez mesas de madera con sus sillas, algunas personas repartidas por el lugar en diferentes estado de ebriedad.... Pero todos bebidos, eso seguro...
Sophitia se sentó en la mesa que tenía más cerca y miro al rededor contenta.
- Admito que no es el lugar más lindo de la ciudad, pero te aseguro que te la pasaras bien aquí - Sin duda que iba a haber diversión, eso podía ser muy bueno..... O muy malo...
Se lo veía algo turbado por lo de los comentarios, parecía un chico muy sensible y atento, Sophitia no pudo evitar pensar que era casi lo opuesto a ella, que siempre era atropellada, torpe, lengua larga e insensible. Pero no lo hacia por ser mala, sino mas bien de distraída, y por estar poco entrenada en el arte de hablar con personas que no fueran piratas.
- Tranquilo, a mi siempre me pasa, ya lo veras - Si iban a pasar la tarde iba a tener que acostumbrarse a sus modos bruscos, en realidad, en Nehmen solo iba a tener dos opciones, o era rudo y aguantaba las consecuencias, o era pasivo y soportaba que le pasaran por arriba. De seguro Kalel sabría elegir lo que más le convenía.
El tumulto de gente resultaba insoportable, los olores de cantidades enormes de personas apiñadas resultaban inaguantable para las narices sensibles, por todos lados había viejos pidiendo limosnas, niños robando, piratas peleando, vendedores ansiosos por venderle algo a alguien y personas deseando comprar la mejor oferta. Los materiales que se vendían eran mucho, muy variados y por supuesto de dudoso origen. ¿Como podía ser de otro modo en semejante isla?
- ¡Perfecto! Yo pagare la siguiente entonces - Acompaño el comentario de una sonrisa y señalo una puerta - Este lugar esta bien.
La taberna en cuestión no era muy grande, tenía dos ventanas con vidrios algo sucios, la puerta era de madera gruesa y resistente, abierta de par a par para cualquiera que quisiera beber algo y no fuera demasiado exigente con el servicio. Sobre la entrada, un cartel tambien de madera algo torcido decía "El hurón huraño" en un arranque de originalidad y creatividad impresionante.
Sophitia pasó sin mas al lugar, dentro se respiraba un pesado aire, mezcla de alcohol, tabaco y sudor humano. Bien podría haber llevado a Kalel a un lugar menos lúgubre, pero si lo que quería era acción, y conocer el ambiente de Nehmen entonces era necesario visitar un lugar así... Aparte, suponía que de ahí aun no la habían echado.
- Bien, aquí estamos - Abrió los brazos para abarcar todo el lugar, había unas diez mesas de madera con sus sillas, algunas personas repartidas por el lugar en diferentes estado de ebriedad.... Pero todos bebidos, eso seguro...
Sophitia se sentó en la mesa que tenía más cerca y miro al rededor contenta.
- Admito que no es el lugar más lindo de la ciudad, pero te aseguro que te la pasaras bien aquí - Sin duda que iba a haber diversión, eso podía ser muy bueno..... O muy malo...
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Allí donde me he propuesto
Desde luego las energías de Sophitia parecían provenir de un pozo sin fondo, pero su compañía era agradable, no tanto como el camino hasta nuestro destino...lleno de vagabundos, robos, suciedad. Supongo que aunque me hubiera intentado hacer a la idea de como sería una ciudad pirata uno nunca está lo suficientemente preparado. Aún así no quise prestarle más atención de la necesaria, sacudí mi cabeza y me centré en línea recta, camino por el que íbamos.
Durante unos instantes tuve un pequeño respiro, apenas de unos segundos lo justo para poder entre leer el desgastado cartel de lo que parecía ser otra taberna, decía algo así como.. "El hurón ermitaño"...no, ahora que achinaba los ojos podía verlo mejor "El hurón huraño". Lo primero que pensé al leer el cartel fue algo así como...típico aunque casi arranco a reír allí mismo, pero por respeto y cortesía siquiera dije nada. Entramos en la taberna de peculiar nombre, y por fin pude tomar algo de aire. Me llevé las manos a las rodillas y arquee mi cuerpo hacia delante, no jadeando pero si respirando aceleradamente.
Levanté la cabeza en busca de inspeccionar nuestro nuevo lugar, ese done íbamos a refrescarnos el gaznate. Desde luego había estado en sitios mejores...ventanas opacas a causa de la misma suciedad, mesas de madera desgastada y por ciertos lugares rotas y el gentío presente...mejor no ponerme a describirnos uno por uno. Sophitia rápidamente como todas sus acciones que parecían ser accionadas por un resorte tomó mesa. Tranquilamente, al contrario que ella me senté también y quedé esperando a que alguien viniera a servirnos. Aunque cambié de idea, ya que seguramente en un lugar así habría que pedir las cosas con otro..."estilo". Y ya que había dicho que la primera ronda la pagaría yo...
- ¡Camarero! - dí un fuerte golpe en la mesa con el puño, haciendo que unas jarras de otros clientes anteriores seguramente se tambaleasen levemente. - ¿Qué hay que hacer aquí para que le sirvan a uno? Dos jarras de la mejor cerveza de este condenado sitio - Sentí como todas las miradas se clavaban en mí. Pero yo me quedé con los ojos cuales platos de Sophitia. Ciertamente me había dejado llevar por la emoción del momento, y es que pasar de parecer tímido a apunto de encontrar problemas no debía ser muy normal, pero desde siempre mis intentos de ...aclimatación eran muy "bruscos". Quién sabe si esa "acción" que estaba buscando vendría antes de lo esperado...
Por suerte o por desgracias...el camarero me hizo caso y nos acercó la primera ronda hasta la mesa, donde medio dejo caer la bebida con un..."Ahí teneís". Yo tomé la mía y la levanté bien alto, esperando que Sophitia, mi compañera me imitara en el gesto.
- Por una buena... - quedé callado unos instantes, pensando esta vez sí en lo que debería decir. - ¡AVENTURA! - grité bien alto dándome igual si me oían hasta en la comarca más lejana. Me llevé la jarra a la boca y empecé a beber cual hombre sediento en desierto, dejando el recipiente prácticamente a la mitad. He de admitir que no estaba mal, el sabor y la textura dados el lugar era más de lo que podía haber esperado sinceramente - Y bien Sophitia, dime, ¿como son las cosas por aquí?
Durante unos instantes tuve un pequeño respiro, apenas de unos segundos lo justo para poder entre leer el desgastado cartel de lo que parecía ser otra taberna, decía algo así como.. "El hurón ermitaño"...no, ahora que achinaba los ojos podía verlo mejor "El hurón huraño". Lo primero que pensé al leer el cartel fue algo así como...típico aunque casi arranco a reír allí mismo, pero por respeto y cortesía siquiera dije nada. Entramos en la taberna de peculiar nombre, y por fin pude tomar algo de aire. Me llevé las manos a las rodillas y arquee mi cuerpo hacia delante, no jadeando pero si respirando aceleradamente.
Levanté la cabeza en busca de inspeccionar nuestro nuevo lugar, ese done íbamos a refrescarnos el gaznate. Desde luego había estado en sitios mejores...ventanas opacas a causa de la misma suciedad, mesas de madera desgastada y por ciertos lugares rotas y el gentío presente...mejor no ponerme a describirnos uno por uno. Sophitia rápidamente como todas sus acciones que parecían ser accionadas por un resorte tomó mesa. Tranquilamente, al contrario que ella me senté también y quedé esperando a que alguien viniera a servirnos. Aunque cambié de idea, ya que seguramente en un lugar así habría que pedir las cosas con otro..."estilo". Y ya que había dicho que la primera ronda la pagaría yo...
- ¡Camarero! - dí un fuerte golpe en la mesa con el puño, haciendo que unas jarras de otros clientes anteriores seguramente se tambaleasen levemente. - ¿Qué hay que hacer aquí para que le sirvan a uno? Dos jarras de la mejor cerveza de este condenado sitio - Sentí como todas las miradas se clavaban en mí. Pero yo me quedé con los ojos cuales platos de Sophitia. Ciertamente me había dejado llevar por la emoción del momento, y es que pasar de parecer tímido a apunto de encontrar problemas no debía ser muy normal, pero desde siempre mis intentos de ...aclimatación eran muy "bruscos". Quién sabe si esa "acción" que estaba buscando vendría antes de lo esperado...
Por suerte o por desgracias...el camarero me hizo caso y nos acercó la primera ronda hasta la mesa, donde medio dejo caer la bebida con un..."Ahí teneís". Yo tomé la mía y la levanté bien alto, esperando que Sophitia, mi compañera me imitara en el gesto.
- Por una buena... - quedé callado unos instantes, pensando esta vez sí en lo que debería decir. - ¡AVENTURA! - grité bien alto dándome igual si me oían hasta en la comarca más lejana. Me llevé la jarra a la boca y empecé a beber cual hombre sediento en desierto, dejando el recipiente prácticamente a la mitad. He de admitir que no estaba mal, el sabor y la textura dados el lugar era más de lo que podía haber esperado sinceramente - Y bien Sophitia, dime, ¿como son las cosas por aquí?
Kalel- Cantidad de envíos : 7
Re: Allí donde me he propuesto
Sophitia se sentía a sus anchas en ese lugar, todo le era bien conocido, las mesas sucias, los pisos fregados con agua dudosa, los borrachos en sus diferentes estados: Alegres, depresivos, consientes, en coma. La pirata los conocía a todos, había estado en todos esos estados tambien y los había sobrellevado con entereza.
Su compañero de mesa no parecía tan a gusto como ella misma, pero no tenía la menor duda de que en seguida se sabría acomodar. Lo que venia a continuación obviamente no se lo había imaginado, era como si Kalel imitara el modo de ser de un borracho de taberna, o algo similar, la imagen era por lo menos muy chistosa.
- Jajajaja, que tipo mas raro eres - dijo mientras le daba algunos golpes amistosos en el hombro.
Pero lo importante era que las bebidas llegaron a la mesa mucho más rápido, no podía empezar una charla como era debido sin algo con lo que mojarse la garganta. Bebió un largo trago a modo de brindis, pero no lo termino, quería que durara un poco más... Hasta que se le ocurriera como conseguir dinero para la segunda ronda.
- En lineas generales es como en cualquier otra isla, tu decides qué ser, una persona honrada, un malandrín barato o un pirata - Bebió otro poco y continuó - Elije bien quien va a ser tu acompañante, camina con cuidado, y aste camino como puedas.
La vida era así un continuo elegir opciones, no existía la tontería esa de "No tuve opción", siempre la había, pero no todos eran lo suficientemente fuertes como para afrontar las consecuencias de sus actos. Sophitia decidía, hacia, y vivía, si las cosas terminaban terriblemente, entonces no le quedaba mas que afrontarlo.
- ¿Y tu? Parece que estas en busca de un camino... - No sabia la edad de Kalel, pero no era un niño, estaba en momento de decidir qué hacer, pero si había llegado a Nehmen sin conocer a absolutamente a nadie, ni tan siquiera el lugar, era porque estaba algo perdido. No estaba en manos de Sophitia el ayudarle en eso, pero al menos le daría lo que eran para ella las opciones generales.
Su compañero de mesa no parecía tan a gusto como ella misma, pero no tenía la menor duda de que en seguida se sabría acomodar. Lo que venia a continuación obviamente no se lo había imaginado, era como si Kalel imitara el modo de ser de un borracho de taberna, o algo similar, la imagen era por lo menos muy chistosa.
- Jajajaja, que tipo mas raro eres - dijo mientras le daba algunos golpes amistosos en el hombro.
Pero lo importante era que las bebidas llegaron a la mesa mucho más rápido, no podía empezar una charla como era debido sin algo con lo que mojarse la garganta. Bebió un largo trago a modo de brindis, pero no lo termino, quería que durara un poco más... Hasta que se le ocurriera como conseguir dinero para la segunda ronda.
- En lineas generales es como en cualquier otra isla, tu decides qué ser, una persona honrada, un malandrín barato o un pirata - Bebió otro poco y continuó - Elije bien quien va a ser tu acompañante, camina con cuidado, y aste camino como puedas.
La vida era así un continuo elegir opciones, no existía la tontería esa de "No tuve opción", siempre la había, pero no todos eran lo suficientemente fuertes como para afrontar las consecuencias de sus actos. Sophitia decidía, hacia, y vivía, si las cosas terminaban terriblemente, entonces no le quedaba mas que afrontarlo.
- ¿Y tu? Parece que estas en busca de un camino... - No sabia la edad de Kalel, pero no era un niño, estaba en momento de decidir qué hacer, pero si había llegado a Nehmen sin conocer a absolutamente a nadie, ni tan siquiera el lugar, era porque estaba algo perdido. No estaba en manos de Sophitia el ayudarle en eso, pero al menos le daría lo que eran para ella las opciones generales.
Sophitia- Cantidad de envíos : 955
Re: Allí donde me he propuesto
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Para recuperarlo mandar un mp a un moderador, gracias.
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Chelsie- Cantidad de envíos : 1022
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