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No todos los espíritus son amables
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Re: No todos los espíritus son amables
La cosa se estaba poniendo de mal en peor, los cuchillos de hielo estaban saliendo de la cama e iban a ir por él mientras Iblagia estaba por salta sobre Ed, pero gracias a el golpe y la amenaza del huésped de la habitación de al lado Tsuki reaccionó y tomando todo el hielo de la habitación se cubrio con el.
Edmund, al ver que Iblagia iba a saltar sobre él, lo apuntó con sus manos y conjuró "Pyros! Haz sulran!" generando un poderozo haz de luz enceguecedor y luego se lanzó hacia la izquierda.
- ¡Tsuki! Controla a Iblagia, ¡Quiere asesinarme! - Grito Ed al tiempo que se levantaba del suelo rápidamente y se preparaba para hacer otro movimiento rápido.
Edmund, al ver que Iblagia iba a saltar sobre él, lo apuntó con sus manos y conjuró "Pyros! Haz sulran!" generando un poderozo haz de luz enceguecedor y luego se lanzó hacia la izquierda.
- ¡Tsuki! Controla a Iblagia, ¡Quiere asesinarme! - Grito Ed al tiempo que se levantaba del suelo rápidamente y se preparaba para hacer otro movimiento rápido.
Edmund Dyrle- Cantidad de envíos : 158
Re: No todos los espíritus son amables
Un golpe y un grito. Eso fue lo único que escuché, lo que me obligó a ponerme a resguardo. Una vez protegida, sentí que debía cerciorarme de que Ed estuviese bien, y como si eso hubiese sido ensayado, oí su voz. El efecto aislante que mi pequeña guarida tenía me impidió escuchar claramente lo que dijo, pero estaba convencida de que me habló. Al desarmar un poco refugio, vi a Iby en la habitación, y mi primera reacción fue sentir una inmensa alegría al verlo allí.
-¡Iby! -exclamé, sin disimular en lo más mínimo mi felicidad. Pero luego, casi por inercia, miré a Ed, que era a quien Iby observaba, y la expresión de su rostro me hizo comprender lo que allí sucedía. -¡Iby! -La segunda vez que lo nombré fue con un tono lleno de reproche. Me indignaba que agrediera a Ed aún cuando le dije que podíamos confiar en él. Me indignaba, y sin embargo, no me sorprendía. Que me desobedeciera, que hiciera caso omiso de mis palabras, era algo que se repetía siempre. ¿Qué hacía de aquel momento algo distinto? Que mi compañero quería asesinar a alguien. Alguien que me caía bien, no sabía por qué...
Lo que sí sabía era que ordenarle a Iby que se detenga sólo iba a provocar que me pusiera en ridículo otra vez, como el día en que nos conocimos. Por esa razón, decidí que la técnica para detenerlo sería otra, mucho más rústica y lejos de lo que se esperaría de la hija de dos poderosos hechiceros. Me arrojé sobre él y lo sujeté fuertemente. Lo abracé y tomé cada uno de mis brazos con la otra mano, a la altura del codo, para evitar que Iby lograra liberarse. Usé mi cabeza para trabar su cuello y me senté bruscamente en el piso para que él no pudiera usar sus piernas.
-Iby, por favor... -supliqué luego en un sollozo. Había recordado la mirada de papá cuando mi compañero me trató de esa manera frente a la gente de Pulau, y descubrí de la peor manera que ese recuerdo aún me resultaba demasiado doloroso.- Sólo te pido que por una vez, sólo una vez, confíes en mí...
-De acuerdo... sólo una vez -La respuesta de Iby se hizo esperar. Pasaron unos cuantos segundos en los que yo me encontraba llorando, destruida por esa mirada que tanto me lastimó en su momento, y resultaba seguir siendo igual de efectiva cuatro años después.
-Muchas gracias -le dije, y ese abrazo apresador pasó a ser uno amistoso, que buscaba contención en un ser que sabía que no me la brindaría. Pero aún así, a pesar de que fuese tan frío y tan distante, contar con la confianza de Iby era algo hermoso para mí, algo que esperé durante cuatro largos años.
-Ya, ya... Pero no esperes que le pida disculpas a este estorbo. Mucho menos a ti.
-¡Iby! -exclamé, sin disimular en lo más mínimo mi felicidad. Pero luego, casi por inercia, miré a Ed, que era a quien Iby observaba, y la expresión de su rostro me hizo comprender lo que allí sucedía. -¡Iby! -La segunda vez que lo nombré fue con un tono lleno de reproche. Me indignaba que agrediera a Ed aún cuando le dije que podíamos confiar en él. Me indignaba, y sin embargo, no me sorprendía. Que me desobedeciera, que hiciera caso omiso de mis palabras, era algo que se repetía siempre. ¿Qué hacía de aquel momento algo distinto? Que mi compañero quería asesinar a alguien. Alguien que me caía bien, no sabía por qué...
Lo que sí sabía era que ordenarle a Iby que se detenga sólo iba a provocar que me pusiera en ridículo otra vez, como el día en que nos conocimos. Por esa razón, decidí que la técnica para detenerlo sería otra, mucho más rústica y lejos de lo que se esperaría de la hija de dos poderosos hechiceros. Me arrojé sobre él y lo sujeté fuertemente. Lo abracé y tomé cada uno de mis brazos con la otra mano, a la altura del codo, para evitar que Iby lograra liberarse. Usé mi cabeza para trabar su cuello y me senté bruscamente en el piso para que él no pudiera usar sus piernas.
-Iby, por favor... -supliqué luego en un sollozo. Había recordado la mirada de papá cuando mi compañero me trató de esa manera frente a la gente de Pulau, y descubrí de la peor manera que ese recuerdo aún me resultaba demasiado doloroso.- Sólo te pido que por una vez, sólo una vez, confíes en mí...
-De acuerdo... sólo una vez -La respuesta de Iby se hizo esperar. Pasaron unos cuantos segundos en los que yo me encontraba llorando, destruida por esa mirada que tanto me lastimó en su momento, y resultaba seguir siendo igual de efectiva cuatro años después.
-Muchas gracias -le dije, y ese abrazo apresador pasó a ser uno amistoso, que buscaba contención en un ser que sabía que no me la brindaría. Pero aún así, a pesar de que fuese tan frío y tan distante, contar con la confianza de Iby era algo hermoso para mí, algo que esperé durante cuatro largos años.
-Ya, ya... Pero no esperes que le pida disculpas a este estorbo. Mucho menos a ti.
Tsuki Umi- Cantidad de envíos : 127
Re: No todos los espíritus son amables
Luego del grito del rubio, la hechicera salió de su extraña defensa de hielo y al ver el desastre que se estaba ocacionando saltó sobre Iblagia y lo retubo en el suelo a tiempo en que comenzaba a sollozar.
- Iby, por favor... - Comenzó a decir Tsuki mientras lagrimas recorrían su rostro. - Sólo te pido que por una vez, sólo una vez, confíes en mí... -
La situación le rompía el corazón a Edmund, el cual no le gustaba ver a la gente llorar, pero la situación se relajó cuando Iblagia respondió, luego de unos interminables segundos.
- De acuerdo... sólo una vez - Respondió el reptil de agua.
- Muchas gracias - Le dijo ella, mientras se relajaba pero parecía aun triste.
- Ya, ya... Pero no esperes que le pida disculpas a este estorbo. Mucho menos a ti. - Respondió el apresado con actitud algo despectiva.
Ed no sabía si acercarse al dúo o quedarse en su lugar, pero lo primero que hizo fue relajarse al darse cuenta que estaba bastante tensionado por el intento de asesinato por parte de Iblagia.
Relajando sus piernas se fue deslizando por la pared hasta quedar sentado en el suelo un poco mas tranquilo.
- Iblagia, ¿Podríamos llegar a alguna clase de acuerdo para evitar nuevamente esta situación? Realmente no encuentro muy comodo no poder relajarme tranquilo sin que un lagarto asesino quiera terminar con mi vida. - Dijo Edmund mientras miraba preocupado a Tsuki.
- Iby, por favor... - Comenzó a decir Tsuki mientras lagrimas recorrían su rostro. - Sólo te pido que por una vez, sólo una vez, confíes en mí... -
La situación le rompía el corazón a Edmund, el cual no le gustaba ver a la gente llorar, pero la situación se relajó cuando Iblagia respondió, luego de unos interminables segundos.
- De acuerdo... sólo una vez - Respondió el reptil de agua.
- Muchas gracias - Le dijo ella, mientras se relajaba pero parecía aun triste.
- Ya, ya... Pero no esperes que le pida disculpas a este estorbo. Mucho menos a ti. - Respondió el apresado con actitud algo despectiva.
Ed no sabía si acercarse al dúo o quedarse en su lugar, pero lo primero que hizo fue relajarse al darse cuenta que estaba bastante tensionado por el intento de asesinato por parte de Iblagia.
Relajando sus piernas se fue deslizando por la pared hasta quedar sentado en el suelo un poco mas tranquilo.
- Iblagia, ¿Podríamos llegar a alguna clase de acuerdo para evitar nuevamente esta situación? Realmente no encuentro muy comodo no poder relajarme tranquilo sin que un lagarto asesino quiera terminar con mi vida. - Dijo Edmund mientras miraba preocupado a Tsuki.
Edmund Dyrle- Cantidad de envíos : 158
Re: No todos los espíritus son amables
Estaba tan contenta de que Iby hubiese aceptado colaborar conmigo, aunque fuese sólo una vez... Tan relajada, tan feliz, tan llena de dicha, hasta que Ed dijo algo que no debía decir. Entendía perfectamente a lo que se refería, y era comprensible qué lo llevó a necesitar decir eso que le dijo a Iblagia, pero... no con esas palabras...
-¿Lagarto asesino? ¿Tú me llamaste lagarto asesino?
-¡Iby, detente! -le supliqué (aunque para alguien que no me conociera, eso podría haber sonado a orden, en lugar de a súplica) mientras hacía fuerza para evitar que se liberara y fuese a corregir los conceptos que Ed usaba para referirse a él. -Ed no te conoce, aún no sabe quién eres, es normal que te considere un lagarto. Pero no volverá a llamarte así nunca, ¿cierto, Ed?
Mis ojos buscaron los del joven que me acompañaba. Y en mi mirada, podía leerse una súplica, una súplica que pedía por todos los dioses que corrigiera aquella definición con que describió a mi familiar. Fue en ese momento que descubrí que Ed me importaba. Si Iby cooperaba, Ed no sería esencial para capturar un ipoq. Cierto que no me agradaría ver que mi compañero asesinaba a alguien frente a mis ojos, pero supuse que de haber sido otro, hubiese permitido que Iby le diera al menos un par de golpes. En cambio, no quería que él resultara herido... No podía aceptar esa idea.
-Será mejor que corrijas tu actitud, humano. O el agua que bebas puede licuarte por dentro...
-No hará falta llegar a eso, Iby -comenté con una sonrisa nerviosa-. Ed te tratará como corresponde a partir de ahora, ¿cierto? Corregirá su reprochable y excesiva confianza y te llamará Iblagia. ¿Cierto?
Las dos preguntas que hice fueron acompañadas por una mirada de súplica a Ed. No quería que hubiese problemas entre ellos.
-¿Lagarto asesino? ¿Tú me llamaste lagarto asesino?
-¡Iby, detente! -le supliqué (aunque para alguien que no me conociera, eso podría haber sonado a orden, en lugar de a súplica) mientras hacía fuerza para evitar que se liberara y fuese a corregir los conceptos que Ed usaba para referirse a él. -Ed no te conoce, aún no sabe quién eres, es normal que te considere un lagarto. Pero no volverá a llamarte así nunca, ¿cierto, Ed?
Mis ojos buscaron los del joven que me acompañaba. Y en mi mirada, podía leerse una súplica, una súplica que pedía por todos los dioses que corrigiera aquella definición con que describió a mi familiar. Fue en ese momento que descubrí que Ed me importaba. Si Iby cooperaba, Ed no sería esencial para capturar un ipoq. Cierto que no me agradaría ver que mi compañero asesinaba a alguien frente a mis ojos, pero supuse que de haber sido otro, hubiese permitido que Iby le diera al menos un par de golpes. En cambio, no quería que él resultara herido... No podía aceptar esa idea.
-Será mejor que corrijas tu actitud, humano. O el agua que bebas puede licuarte por dentro...
-No hará falta llegar a eso, Iby -comenté con una sonrisa nerviosa-. Ed te tratará como corresponde a partir de ahora, ¿cierto? Corregirá su reprochable y excesiva confianza y te llamará Iblagia. ¿Cierto?
Las dos preguntas que hice fueron acompañadas por una mirada de súplica a Ed. No quería que hubiese problemas entre ellos.
Tsuki Umi- Cantidad de envíos : 127
Re: No todos los espíritus son amables
Ed miró desconcertado a Iblagia por haberse enojado tanto, y luego maldijo para sus adentros por no poder mantener la boca cerrada.
- Ed no te conoce, aún no sabe quién eres, es normal que te considere un lagarto. Pero no volverá a llamarte así nunca, ¿cierto, Ed? - Dijo Tsuki y miró a Ed con una suplica en sus ojos. El rubio pensó para sus adentros "Perfecto, si no controlo mis palabras me voy a hacer matar por el familiar psicopata de Tsuki" y luego asintió a la hechicera.
- Será mejor que corrijas tu actitud, humano. O el agua que bebas puede licuarte por dentro... - le dijo el elemental de agua a el viajero el cual lo miró con el ceño fruncido preguntandose el porque de su reacción tan violenta.
- No hará falta llegar a eso, Iby. - le dijo la chica a Iblagia - Ed te tratará como corresponde a partir de ahora, ¿cierto? Corregirá su reprochable y excesiva confianza y te llamará Iblagia. ¿Cierto? - Dijo luego y miró a Ed una vez mas con esa mirada de suplica la cual hacía sentir al joven como el mas grande patán de la historia.
- Disculpame Iblagia, no pretendía ofenderte con mis palabras. Y como dijo Tsuki, nunca mas te llamaré de otra manera que por tu nombre, como corresponde. - Dijo el rubio, luego miró a Tsuki y se preguntó si estaba haciendo bien en acompañar a una hechicera con un familiar tan perjudicial para su salud.
- Ed no te conoce, aún no sabe quién eres, es normal que te considere un lagarto. Pero no volverá a llamarte así nunca, ¿cierto, Ed? - Dijo Tsuki y miró a Ed con una suplica en sus ojos. El rubio pensó para sus adentros "Perfecto, si no controlo mis palabras me voy a hacer matar por el familiar psicopata de Tsuki" y luego asintió a la hechicera.
- Será mejor que corrijas tu actitud, humano. O el agua que bebas puede licuarte por dentro... - le dijo el elemental de agua a el viajero el cual lo miró con el ceño fruncido preguntandose el porque de su reacción tan violenta.
- No hará falta llegar a eso, Iby. - le dijo la chica a Iblagia - Ed te tratará como corresponde a partir de ahora, ¿cierto? Corregirá su reprochable y excesiva confianza y te llamará Iblagia. ¿Cierto? - Dijo luego y miró a Ed una vez mas con esa mirada de suplica la cual hacía sentir al joven como el mas grande patán de la historia.
- Disculpame Iblagia, no pretendía ofenderte con mis palabras. Y como dijo Tsuki, nunca mas te llamaré de otra manera que por tu nombre, como corresponde. - Dijo el rubio, luego miró a Tsuki y se preguntó si estaba haciendo bien en acompañar a una hechicera con un familiar tan perjudicial para su salud.
Edmund Dyrle- Cantidad de envíos : 158
Re: No todos los espíritus son amables
Iblagia miró a Ed y, no mucho tiempo después, su forcejeo por liberarse se terminó. Estaba notablemente molesto, y no lograba descubrir por qué. Bueno, lo suponía. A duras penas me perdonaba a mí cuando lo llamaba lagarto, imaginaba que querría destrozar a Ed, incluso mucho más que antes. Sin embargo, se calmó quién sabe por qué. Dudaba mucho que fuesen mis palabras o las de Ed las que consiguieron ese resultado.
-Iby, por favor... Ed y yo necesitamos descansar, mañana iremos a averiguar sobre esos ipoq.
-¿Por qué aceptaste una misión como esa, inútil?
-No soy una inútil... Y si ella puede de verdad darme cualquier cosa, me gustaría que tú cooperaras conmigo siempre. Me gustaría que fuésemos un equipo de verdad, y no uno por obligación.
-Pfff... No veo la necesidad. Seguimos vivos, después de cuatro años de tener que tolerarte...
-¿Tolerarme? Si soy yo la que tiene que soportar cómo me tratas, cómo te muestras amigable con todo el mundo y cómo accedes a cualquier capricho de alguien que no te conoce, mientras que a mí ni siquiera me contestas cuando te pregunto una cosa.
-Y lo seguiré haciendo, pirómana, así que empieza a acostumbrarte de una buena vez. Si es que te da la inteligencia para eso.
-Cierra la maldita boca. Ed me conoce hace sólo un día y ya me cuida más que tú.
-Y te asesinará cuando tenga la oportunidad de hacerlo, estúpida.
-Sí, sí... -Luego de terminar esa discusión, que me trajo un poco al mundo real, para que no olvidara que a Iby no le importaba lo que yo pensaba, hacía o quería, regresé a la cama y me acosté abrazando a Iby. -Que descanses, Ed... Siento lo de Iby, no volverá a suceder...
-Te estoy vigilando, hombrecito lánguido -sentenció mi compañero con un tono repleto de desprecio.
-Iby, por favor... Ed y yo necesitamos descansar, mañana iremos a averiguar sobre esos ipoq.
-¿Por qué aceptaste una misión como esa, inútil?
-No soy una inútil... Y si ella puede de verdad darme cualquier cosa, me gustaría que tú cooperaras conmigo siempre. Me gustaría que fuésemos un equipo de verdad, y no uno por obligación.
-Pfff... No veo la necesidad. Seguimos vivos, después de cuatro años de tener que tolerarte...
-¿Tolerarme? Si soy yo la que tiene que soportar cómo me tratas, cómo te muestras amigable con todo el mundo y cómo accedes a cualquier capricho de alguien que no te conoce, mientras que a mí ni siquiera me contestas cuando te pregunto una cosa.
-Y lo seguiré haciendo, pirómana, así que empieza a acostumbrarte de una buena vez. Si es que te da la inteligencia para eso.
-Cierra la maldita boca. Ed me conoce hace sólo un día y ya me cuida más que tú.
-Y te asesinará cuando tenga la oportunidad de hacerlo, estúpida.
-Sí, sí... -Luego de terminar esa discusión, que me trajo un poco al mundo real, para que no olvidara que a Iby no le importaba lo que yo pensaba, hacía o quería, regresé a la cama y me acosté abrazando a Iby. -Que descanses, Ed... Siento lo de Iby, no volverá a suceder...
-Te estoy vigilando, hombrecito lánguido -sentenció mi compañero con un tono repleto de desprecio.
Tsuki Umi- Cantidad de envíos : 127
Re: No todos los espíritus son amables
Ed escuchó en silencio la discución entre la hechicera y el familiar y prefierió no agregar nada.
- No te disculpes Tsuki, Iblagia hacía lo que creía correcto. Tu también descansa. - Contestó Ed a Tsuki y luego de acomodar el desastre que dejaron los platos al caer al suelo y acomodar luego su cama improvisada se recostó e intentó dormir.
Esa noche no fue una de las mejores para el rubio, el cual no pudo dormir de corrido, sino que de a ratos, algo preocupado por las intenciones de Iblagia con él. Los rayos del sol lo despertaron realmente temprano, pero decidió quedarse sobre su cama improvisada hasta que Tsuki despertase.
- No te disculpes Tsuki, Iblagia hacía lo que creía correcto. Tu también descansa. - Contestó Ed a Tsuki y luego de acomodar el desastre que dejaron los platos al caer al suelo y acomodar luego su cama improvisada se recostó e intentó dormir.
Esa noche no fue una de las mejores para el rubio, el cual no pudo dormir de corrido, sino que de a ratos, algo preocupado por las intenciones de Iblagia con él. Los rayos del sol lo despertaron realmente temprano, pero decidió quedarse sobre su cama improvisada hasta que Tsuki despertase.
Edmund Dyrle- Cantidad de envíos : 158
Re: No todos los espíritus son amables
El sueño que tuve esa noche fue el más extraño de, al menos, los últimos diez años.
Me encontraba en un lugar repleto de nieve, rodeado de montañas. Sin embargo, llovía, y el cielo estaba muy nublado. Varios pilares de hielo rodeaban el lugar. Un lugar completamente desconocido para mí, con un símbolo en el medio, que reconocí como un sello de invocación, a pesar de no saber qué tipo de criatura se invocaría con él. Yo me encontraba frente al sello, con un libro en mis manos, y otro colgando de mi cintura, ambos cerrados.
-Bienvenido de vuelta...
Abrí el libro en una página determinada y lo arrojé al sello, notando en ese momento que sus símbolos estaban hechos de agua. Era evidente que estaba realizando algún tipo de ritual. Abrí el libro que colgaba de mi cintura, dije algo que luego no pude recordar, y las páginas del libro pasaron rápidamente. Finalmente, se cerró y una inmensa, pero realmente inmensa, cantidad de agua brotó del sello, hacia arriba, y saliendo con mucha potencia, como si se tratara de un géiser inmenso. Algo inmenso me devolvió la mirada, a través del agua, y esa mirada me hizo despertar, sobresaltada, y con lágrimas en los ojos.
-Sólo fue... un sueño... -dije respirando entrecortada. Iby seguía en mis brazos, y miré hacia mi derecha para ver a Ed. Solté a Iby, me sequé las lágrimas que caían de mis ojos, y respiré profundamente. -Buenos días, Ed...
Para ese momento, ya había olvidado quién me devolvió la mirada. Pero de algo estaba segura, eso me había provocado demasiado dolor. Debía tranquilizarme, ese día podría ser uno de los más intensos de mi vida. Busqué la vela que había apagado la noche anterior y tomé un pedernal que había en el mismo mueble, para encender la vela.
-Gran Iavdresec, dador de vida y creador de todo. Por favor, bríndame tu protección en esta jornada que estoy a punto de afrontar. Permíteme llegar a salvo al final y ser testigo una vez más de las noches que nos has regalado.
Tras unos segundos en silencio, me levanté, más serena, y apagué la vela. Ese podría ser el día más memorable de toda mi vida, y tenía un motivo más que suficiente para creerlo.
Me encontraba en un lugar repleto de nieve, rodeado de montañas. Sin embargo, llovía, y el cielo estaba muy nublado. Varios pilares de hielo rodeaban el lugar. Un lugar completamente desconocido para mí, con un símbolo en el medio, que reconocí como un sello de invocación, a pesar de no saber qué tipo de criatura se invocaría con él. Yo me encontraba frente al sello, con un libro en mis manos, y otro colgando de mi cintura, ambos cerrados.
-Bienvenido de vuelta...
Abrí el libro en una página determinada y lo arrojé al sello, notando en ese momento que sus símbolos estaban hechos de agua. Era evidente que estaba realizando algún tipo de ritual. Abrí el libro que colgaba de mi cintura, dije algo que luego no pude recordar, y las páginas del libro pasaron rápidamente. Finalmente, se cerró y una inmensa, pero realmente inmensa, cantidad de agua brotó del sello, hacia arriba, y saliendo con mucha potencia, como si se tratara de un géiser inmenso. Algo inmenso me devolvió la mirada, a través del agua, y esa mirada me hizo despertar, sobresaltada, y con lágrimas en los ojos.
-Sólo fue... un sueño... -dije respirando entrecortada. Iby seguía en mis brazos, y miré hacia mi derecha para ver a Ed. Solté a Iby, me sequé las lágrimas que caían de mis ojos, y respiré profundamente. -Buenos días, Ed...
Para ese momento, ya había olvidado quién me devolvió la mirada. Pero de algo estaba segura, eso me había provocado demasiado dolor. Debía tranquilizarme, ese día podría ser uno de los más intensos de mi vida. Busqué la vela que había apagado la noche anterior y tomé un pedernal que había en el mismo mueble, para encender la vela.
-Gran Iavdresec, dador de vida y creador de todo. Por favor, bríndame tu protección en esta jornada que estoy a punto de afrontar. Permíteme llegar a salvo al final y ser testigo una vez más de las noches que nos has regalado.
Tras unos segundos en silencio, me levanté, más serena, y apagué la vela. Ese podría ser el día más memorable de toda mi vida, y tenía un motivo más que suficiente para creerlo.
Última edición por Tsuki Umi el 29/12/11, 05:21 pm, editado 1 vez
Tsuki Umi- Cantidad de envíos : 127
Re: No todos los espíritus son amables
Edmund aún yacía sobre su intento de cama, mirando la luz de la ventana entrar a la habitación, recordando viejos tiempos en Magic Kingdom y preguntandose si volvería allí. No sabía exactamente hace cuanto había sido encerrado en aquel ataud, ni siquiera estaba seguro el porque, dado que no recordaba realmente que había pasado.
Intentar hacer memoria solo hacía que le doliese la cabeza en vano, dado que no lograba ningún progreso, asi que se dió por vencido y dejo que su mente divage, tranquilo y relajado, por recuerdos que si se encontraban allí. Lentamente se sumió a una suerte de sueño estando despierto.
Se vió a si mismo caminando por las calles de Khamar, sin rumbo, recordaba que había sido echado de su casa por sus padres. Siguió por una de las calles principales y vió un grupo relativamente grande de gente que corría, por la desgracia de Ed, a la dirección donde se encontraba el rubio.
Parecía que estaban corriendo de algo, pero, ¿De qué exactamente? El malón de gente chocó contra Ed, el cual cayó al suelo y fue pisado por varias personas.
Ed se sobresaltó, no recordaba completamente eso. Debería seguir el hilo de su memoria para recordar que paso ese fatidico día, el último en Magic Kingdom.
Tsuki pareció despertarse y dijo algo que el joven no logró escuchar completamente, pero parecía sobresaltada.
La hechicera miró a Ed y lo saludó con los ojos algo humedos, parecía que había llorado, debió ser una pesadilla o algo así.
- ¿Te encuentras bien Tsuki? ¿Tuviste un mal sueño? - Preguntó el rubio a la chica, se podía ver algo de preocupación en la mirada de éste.
Edmund se sentó sobre su cama y vió como la hechicera hacía prendía una vela y rezaba a un tal Iavdresec, dador y creador de todo. La vió luego apagarla y parecer mas relajada.
El joven se levantó y comenzó a desarmar su cama, para luego guardar su capa de viaje y guardar el relleno que consistía en ropa que había conseguido del armario de allí nuevamente en su lugar.
- Entonces, ¿El plan es capturar a una morsa y esperar a la noche para que se convierta en un Ipoq o se te ocurre algo mejor? - Preguntó Edmund a Tsuki mientras se colgaba su mochila sobre sus hombros.
Intentar hacer memoria solo hacía que le doliese la cabeza en vano, dado que no lograba ningún progreso, asi que se dió por vencido y dejo que su mente divage, tranquilo y relajado, por recuerdos que si se encontraban allí. Lentamente se sumió a una suerte de sueño estando despierto.
Se vió a si mismo caminando por las calles de Khamar, sin rumbo, recordaba que había sido echado de su casa por sus padres. Siguió por una de las calles principales y vió un grupo relativamente grande de gente que corría, por la desgracia de Ed, a la dirección donde se encontraba el rubio.
Parecía que estaban corriendo de algo, pero, ¿De qué exactamente? El malón de gente chocó contra Ed, el cual cayó al suelo y fue pisado por varias personas.
Ed se sobresaltó, no recordaba completamente eso. Debería seguir el hilo de su memoria para recordar que paso ese fatidico día, el último en Magic Kingdom.
Tsuki pareció despertarse y dijo algo que el joven no logró escuchar completamente, pero parecía sobresaltada.
La hechicera miró a Ed y lo saludó con los ojos algo humedos, parecía que había llorado, debió ser una pesadilla o algo así.
- ¿Te encuentras bien Tsuki? ¿Tuviste un mal sueño? - Preguntó el rubio a la chica, se podía ver algo de preocupación en la mirada de éste.
Edmund se sentó sobre su cama y vió como la hechicera hacía prendía una vela y rezaba a un tal Iavdresec, dador y creador de todo. La vió luego apagarla y parecer mas relajada.
El joven se levantó y comenzó a desarmar su cama, para luego guardar su capa de viaje y guardar el relleno que consistía en ropa que había conseguido del armario de allí nuevamente en su lugar.
- Entonces, ¿El plan es capturar a una morsa y esperar a la noche para que se convierta en un Ipoq o se te ocurre algo mejor? - Preguntó Edmund a Tsuki mientras se colgaba su mochila sobre sus hombros.
Edmund Dyrle- Cantidad de envíos : 158
Re: No todos los espíritus son amables
-S-sí... fue-fue sólo un sueño... -respondí a Ed intentando deshacer el nudo que las lágrimas de angustia (a pesar de no recordar qué vi, conocía mis lágrimas lo suficiente como para saber que ésas eran de angustia). -No te preocupes, ya pasará... Es que soy muy tonta -finalicé sonriendo, burlándome de mí misma.
Eso era algo que no terminaba de convencerme de mí misma. Mis emociones parecían vivir muy a pleno mis sueños, eso podía ser hermoso cuando tenía sueños lindos, pero para las pesadillas era algo realmente doloroso. Por suerte no recordaba a la criatura que vi salir del sello, porque estaba segura de que, si lo recordara, esa imagen me torturaría todo el día, apareciendo de manera insistente en mi mente. Me conocía perfectamente. Había tenido 17 años para hacerlo.
Tan ensimismada me encontraba, que no había notado que Ed empleó su tiempo en desarmar la cama y ya incorporarse, listo para partir. Fue su voz la que me hizo comprender que debíamos partir. Me desperecé para terminar de despertarme y de alejar la tristeza. Asentí y me incorporé, verifiqué que tuviese todo (no me había quitado la túnica para dormir, así que sólo debí tantear y revisar mis bolsillos) y me acerqué a la puerta.
-Te veré abajo, Ed -le dije antes de abrir la puerta para ir a asearme. Al salir al pasillo, pude ver a un hombre saliendo de la puerta de al lado, quien me miró y sonrió.
-Ja -dijo a los gritos, como si quisiera que todo el edificio lo escuchara-. Ustedes sí que saben pasar una buena noche, jovencitos.
Lo único que atiné a hacer fue mirarlo con furia, pero por desgracia las cosas no terminaron tan fácilmente.
-¿Qué insinúas, bola de mugre? -La voz de Iblagia sonó con esa hostilidad que sólo Iby podía darle. Esa hostilidad que va directo al orgullo y la autoestima.
Eso era algo que no terminaba de convencerme de mí misma. Mis emociones parecían vivir muy a pleno mis sueños, eso podía ser hermoso cuando tenía sueños lindos, pero para las pesadillas era algo realmente doloroso. Por suerte no recordaba a la criatura que vi salir del sello, porque estaba segura de que, si lo recordara, esa imagen me torturaría todo el día, apareciendo de manera insistente en mi mente. Me conocía perfectamente. Había tenido 17 años para hacerlo.
Tan ensimismada me encontraba, que no había notado que Ed empleó su tiempo en desarmar la cama y ya incorporarse, listo para partir. Fue su voz la que me hizo comprender que debíamos partir. Me desperecé para terminar de despertarme y de alejar la tristeza. Asentí y me incorporé, verifiqué que tuviese todo (no me había quitado la túnica para dormir, así que sólo debí tantear y revisar mis bolsillos) y me acerqué a la puerta.
-Te veré abajo, Ed -le dije antes de abrir la puerta para ir a asearme. Al salir al pasillo, pude ver a un hombre saliendo de la puerta de al lado, quien me miró y sonrió.
-Ja -dijo a los gritos, como si quisiera que todo el edificio lo escuchara-. Ustedes sí que saben pasar una buena noche, jovencitos.
Lo único que atiné a hacer fue mirarlo con furia, pero por desgracia las cosas no terminaron tan fácilmente.
-¿Qué insinúas, bola de mugre? -La voz de Iblagia sonó con esa hostilidad que sólo Iby podía darle. Esa hostilidad que va directo al orgullo y la autoestima.
Tsuki Umi- Cantidad de envíos : 127
Re: No todos los espíritus son amables
Ed vió como Tsuki salía de la habitación y luego escucho a alguien hablar a los gritos bastante sonoros. Luego de escuchar lo que dijo aquel hombre el rubio se asomo por la puerta y se quedo mirando al hombre con una mirada que no demostraba ni furia, ni odio, ni nada por el estilo, sino sorpresa.
Realmente no se esparaba algo así, aquel hombre lo había agarrado con la guardia baja porque, sumando el cansancio por no haber dormido bien, el hambre y el hecho de que el que te intentó asesinar la noche anterior esté aún en esa habitación no ayudaban para nada. Cuando por fin eligió cuidadosamente las palabras que iba a decir, Iblagia habló.
-¿Qué insinúas, bola de mugre? - Dijo el familiar de la hechicera mientras Edmund se preguntaba de donde había sacado esa facilidad de meterse tan a menudo en problemas.
Realmente no se esparaba algo así, aquel hombre lo había agarrado con la guardia baja porque, sumando el cansancio por no haber dormido bien, el hambre y el hecho de que el que te intentó asesinar la noche anterior esté aún en esa habitación no ayudaban para nada. Cuando por fin eligió cuidadosamente las palabras que iba a decir, Iblagia habló.
-¿Qué insinúas, bola de mugre? - Dijo el familiar de la hechicera mientras Edmund se preguntaba de donde había sacado esa facilidad de meterse tan a menudo en problemas.
Edmund Dyrle- Cantidad de envíos : 158
Re: No todos los espíritus son amables
-¿Bola de mugre? -preguntó furioso el hombre, el cual no había visto a Iblagia, y miró ferozmente a Ed. -¿Me llamaste bola de mugre, rubiecito?
-¡No fue ese engendro, gordo idiota! -Iblagia se había enfurecido más de la cuenta, no porque hubiesen culpado a otro de algo que él hizo, sino porque fue ignorado. Saltó sobre el rostro del huésped, que estaba tan sorprendido como Ed al saber que fue Iby quien le habló, y clavó sus garras en sus mejillas, para luego darle un cabezazo tras otro, dañándolo además con sus afiladas rodillas y garras.
-¡Iby, suéltalo! -sujeté a mi compañero y tiré de él con el objetivo de liberar al pobre hombre. Sin embargo, un espíritu acuático como él (me atrevería a decir, que él era un caso completamente único) no desistiría tan fácilmente. Cuando finalmente logré sacarlo, una gran cantidad de sangre caía del rostro atacado. -¡Lo siento lo siento lo siento!
Para finalizar, Iblagia le escupió en un ojo, y supe que habría que salir de allí rápidamente. Tenía la sensación de que no serviría pedir disculpas.
-Vámonos -le susurré a Ed con temor en la voz-. Por favor, vámonos...
-¡No fue ese engendro, gordo idiota! -Iblagia se había enfurecido más de la cuenta, no porque hubiesen culpado a otro de algo que él hizo, sino porque fue ignorado. Saltó sobre el rostro del huésped, que estaba tan sorprendido como Ed al saber que fue Iby quien le habló, y clavó sus garras en sus mejillas, para luego darle un cabezazo tras otro, dañándolo además con sus afiladas rodillas y garras.
-¡Iby, suéltalo! -sujeté a mi compañero y tiré de él con el objetivo de liberar al pobre hombre. Sin embargo, un espíritu acuático como él (me atrevería a decir, que él era un caso completamente único) no desistiría tan fácilmente. Cuando finalmente logré sacarlo, una gran cantidad de sangre caía del rostro atacado. -¡Lo siento lo siento lo siento!
Para finalizar, Iblagia le escupió en un ojo, y supe que habría que salir de allí rápidamente. Tenía la sensación de que no serviría pedir disculpas.
-Vámonos -le susurré a Ed con temor en la voz-. Por favor, vámonos...
Tsuki Umi- Cantidad de envíos : 127
Re: No todos los espíritus son amables
El hombre lo confundió a él con Iblagia, el cual, con una irritación injustificada y totalmente salido de si mismo, salto sobre el pobre tipo, arañandolo, dandole cabezasos y como diría Edmund, "Y Finagle sabe que mas", para luego ser separado por Tsuki.
Esta se acercó al rubio y le susurró que por favor se fueran de allí.
El viajero la miró un rato y luego al hombre del rostro sangrante, el cual mientras se tomaba el rostro, mascullaba miles de maldiciones. Asintió algo dudoso, era una situación completamente inpensada para el chico, el cual comenzaba a dudar si realmente le convenía seguir con esta chica y su familiar acuático psicópata el cual, no solo le traería problemas, sino que haría que su vida corriese peligro.
Era una lastima porque la chica le caía bien, pero el rubio prefería no tener problemas y en cuanto terminacen el encargo se iría a, bueno, no tenía idea a donde, pero lejos de allí.
Ed tomó suavemente del brazo de Tsuki y bajaron a la planta baja de la taberna, mientras el hombre gritaba que los iba a matar si los encontraba otra vez.
Will estaba en la puerta, en medio de su caminos y los miró de una manera muy seria, haciendo detenerse a Edmund en seco.
- En la taberrna de Juantso no nos gustan los prroblemas, pequeños. Temo que porr las rreglas de este establecimiento no podrrán volverr a concurrirr aquí. - Dijo el gigante pelirrojo. - Rretirrense inmediatamente. -
El joven rubio se sintió avergonzado, completamente avergonzado. Habían traicionado a aquellos que les habían dado cobijo y alimento. Salió de la taberna cabizbajo, sin siquiera ver si Tsuki lo seguía o no y se sentó en un costado de la calle. No estaba deprimido solo por eso, sino porque lo que había dicho Willhem hizo que por fin se decidiera. Luego de terminar aquel encargo de la extraña encapuchada, diría adios a Tsuki y se iría de allí, aún si le pesase separarse de su nueva amiga, sería lo mejor no solo para él, sin otambién para Tsuki, para que Iblagia tranquilice su comportamiento,
Esta se acercó al rubio y le susurró que por favor se fueran de allí.
El viajero la miró un rato y luego al hombre del rostro sangrante, el cual mientras se tomaba el rostro, mascullaba miles de maldiciones. Asintió algo dudoso, era una situación completamente inpensada para el chico, el cual comenzaba a dudar si realmente le convenía seguir con esta chica y su familiar acuático psicópata el cual, no solo le traería problemas, sino que haría que su vida corriese peligro.
Era una lastima porque la chica le caía bien, pero el rubio prefería no tener problemas y en cuanto terminacen el encargo se iría a, bueno, no tenía idea a donde, pero lejos de allí.
Ed tomó suavemente del brazo de Tsuki y bajaron a la planta baja de la taberna, mientras el hombre gritaba que los iba a matar si los encontraba otra vez.
Will estaba en la puerta, en medio de su caminos y los miró de una manera muy seria, haciendo detenerse a Edmund en seco.
- En la taberrna de Juantso no nos gustan los prroblemas, pequeños. Temo que porr las rreglas de este establecimiento no podrrán volverr a concurrirr aquí. - Dijo el gigante pelirrojo. - Rretirrense inmediatamente. -
El joven rubio se sintió avergonzado, completamente avergonzado. Habían traicionado a aquellos que les habían dado cobijo y alimento. Salió de la taberna cabizbajo, sin siquiera ver si Tsuki lo seguía o no y se sentó en un costado de la calle. No estaba deprimido solo por eso, sino porque lo que había dicho Willhem hizo que por fin se decidiera. Luego de terminar aquel encargo de la extraña encapuchada, diría adios a Tsuki y se iría de allí, aún si le pesase separarse de su nueva amiga, sería lo mejor no solo para él, sin otambién para Tsuki, para que Iblagia tranquilice su comportamiento,
Edmund Dyrle- Cantidad de envíos : 158
Re: No todos los espíritus son amables
Genial. Ya lo había conseguido. Will se había enojado muchísimo con nosotros y eso no fue gracias sino a Iblagia. Me costaba entender por qué estaba actuando tan agresivamente, comenzaba a creer que no era la clase de ser que puede pisar una civilización humana por mucho tiempo. Mi compañero seguía respondiendo a las palabras de aquel hombre que tuvo el impulso de expresar su descontento por los ruidos, y yo sabía que sería en vano intentar callarlo.
-Comienzo a pensar seriamente en que tú eres la peor compañía que podría tener, Iby -le dije con un tono serio, incluso enojado-. Se supone que fuiste enviado a ayudarme, y no haces más que causarme problemas. Es tu culpa que nos hayan expulsado de la taberna así.
-No precisamos de una maldita taberna para descansar.
-¡Pero Ed sí! ¿Podrías por una vez pensar en alguien que no seas tú? Es cierto, no puedes... Por eso tu altura no llega a mi cintura. -Dije eso en un tono tan despectivo como pude, lo cual era bastante, debido al enojo que sentía en ese momento por los problemas que mi compañero le había causado a Ed. Después de eso, lo arrojé a un lado con brusquedad, como si tirara un pedazo de basura a la calle. -Empieza a caminar, niñito fastidioso.
Me apresuré para colocarme junto a Ed y caminar a su lado. No tenía agallas para mirarlo a los ojos, gran parte de la culpa era mía. Si yo controlase a Iby como debía hacerlo, todo eso no hubiese pasado. Sólo atiné a decir una cosa, cuya utilidad me parecía realmente dudosa.
-Lo siento mucho, Ed...
-Comienzo a pensar seriamente en que tú eres la peor compañía que podría tener, Iby -le dije con un tono serio, incluso enojado-. Se supone que fuiste enviado a ayudarme, y no haces más que causarme problemas. Es tu culpa que nos hayan expulsado de la taberna así.
-No precisamos de una maldita taberna para descansar.
-¡Pero Ed sí! ¿Podrías por una vez pensar en alguien que no seas tú? Es cierto, no puedes... Por eso tu altura no llega a mi cintura. -Dije eso en un tono tan despectivo como pude, lo cual era bastante, debido al enojo que sentía en ese momento por los problemas que mi compañero le había causado a Ed. Después de eso, lo arrojé a un lado con brusquedad, como si tirara un pedazo de basura a la calle. -Empieza a caminar, niñito fastidioso.
Me apresuré para colocarme junto a Ed y caminar a su lado. No tenía agallas para mirarlo a los ojos, gran parte de la culpa era mía. Si yo controlase a Iby como debía hacerlo, todo eso no hubiese pasado. Sólo atiné a decir una cosa, cuya utilidad me parecía realmente dudosa.
-Lo siento mucho, Ed...
Tsuki Umi- Cantidad de envíos : 127
Re: No todos los espíritus son amables
El joven rubio se quedo un rato mirando la punta de sus pies, para luego mirar a Tsuki a los ojos, con una mirada triste sin ninguna muestra de reproche ni irritación, solo una mirada triste. Y no era por el episodio de la taberna, sino por el simple hecho de pensar que debería separarse de su nueva compañera.
- No te disculpes, no fue tu culpa, no fue la culpa de nadie. A veces un cúmulo de situaciones pueden desenbocar a un final desastroso. - Dijo el rubio a la hechicera, intentando dejar de parecer triste. Luego se levanto y le sonrió para intentar hacer que se sienta mejor. - Vamos, tenemos trabajo que hacer Tsuki. -
El joven, luego de esperar a que Tsuki cambie esa cara, se dirigió a la salida de Denke, y comenzó a caminar hacia la costa, con la esperanza de encontrar a las morzas y cada tanto deteniendose para decir algún que otro comentario sobre los arboles, o el cielo, intentando parecer lo mas animado posible. Sabía que era la última aventura con la joven y lamentablemente le había tomado algo de aprecio.
- No te disculpes, no fue tu culpa, no fue la culpa de nadie. A veces un cúmulo de situaciones pueden desenbocar a un final desastroso. - Dijo el rubio a la hechicera, intentando dejar de parecer triste. Luego se levanto y le sonrió para intentar hacer que se sienta mejor. - Vamos, tenemos trabajo que hacer Tsuki. -
El joven, luego de esperar a que Tsuki cambie esa cara, se dirigió a la salida de Denke, y comenzó a caminar hacia la costa, con la esperanza de encontrar a las morzas y cada tanto deteniendose para decir algún que otro comentario sobre los arboles, o el cielo, intentando parecer lo mas animado posible. Sabía que era la última aventura con la joven y lamentablemente le había tomado algo de aprecio.
Edmund Dyrle- Cantidad de envíos : 158
Re: No todos los espíritus son amables
Ed se equivocaba. Sí fue la culpa de alguien. Más aún: fue mi culpa, porque no controlaba a Iby como debía controlarlo. ¿En qué planeta se había oído que una hechicera fuese capaz de materializar un espíritu acuático que no era capaz de controlar? Eso dejaba de ser asombroso para ser estúpido. Sólo a mí se me ocurría traer un espíritu que me causaría toda clase de problemas. Sólo yo podía ser tan idiota de invocar algo que me quedaba demasiado grande.
Cierto, teníamos trabajo que hacer. Ese ipoq no iba a capturarse solo, y si realmente Nelt... esa mujer, podía darnos lo que quisiéramos, el problema que Iby me significaba terminaría, ya que rogaría a esa señora que Iby me obedezca, como se suponía que un familiar debía hacer. Aún así, no podía mirar a Ed a los ojos cuando hablaba, apenas si lo escuchaba. Estaba demasiado atenta a Iby, sabía que estaba caminando detrás nuestro, pero no tenía duda alguna de que seguía teniendo ese deseo de asesinar a Ed a la menor oportunidad. Por ese motivo no podía perderlo de vista, era demasiado peligroso hacerlo.
-Ed... -me animé a decir luego de unos cuantos minutos, pero aún sin mirarlo.- Si esa mujer realmente puede darnos lo que le pidamos, ¿qué le pedirás?
Cierto, teníamos trabajo que hacer. Ese ipoq no iba a capturarse solo, y si realmente Nelt... esa mujer, podía darnos lo que quisiéramos, el problema que Iby me significaba terminaría, ya que rogaría a esa señora que Iby me obedezca, como se suponía que un familiar debía hacer. Aún así, no podía mirar a Ed a los ojos cuando hablaba, apenas si lo escuchaba. Estaba demasiado atenta a Iby, sabía que estaba caminando detrás nuestro, pero no tenía duda alguna de que seguía teniendo ese deseo de asesinar a Ed a la menor oportunidad. Por ese motivo no podía perderlo de vista, era demasiado peligroso hacerlo.
-Ed... -me animé a decir luego de unos cuantos minutos, pero aún sin mirarlo.- Si esa mujer realmente puede darnos lo que le pidamos, ¿qué le pedirás?
Tsuki Umi- Cantidad de envíos : 127
Re: No todos los espíritus son amables
"¿El tiempo esta bastante caluroso no?", "Que bosque tan espeso", "Mira esa nube, tiene forma de dragón", "Esa otra tiene forma de basilisco... la otra... esa de ahí, bueno, realmente no es tan parecida."
Comentarios de ese tipo hacía Ed cada tanto, no quería que el silencio incomode a Tsuki, que se sintiese mal, así que los decía animado, con una sonrisa, señalando cada cosa curiosa que encontraba.
La pregunta de Tsuki lo tomó desprevenido. - ¿Qué pediría yo? - Se preguntó Edmund para luego ponerse a pensar.
¿Recordar tal vez? No... sería mejor pedir librarse de aquel libro que le inspiraba tanto rechazo. De todo lo que podía recordar, lo cual era casi nulo, no podía evitar recordar el origen maldito de ese libro.
Definitivamente pediría librarse del libro y si no era posible por lo menos saber la forma de hacerlo.
- Le pediría que terminase con mi maldición. - Dijo Edmund finalmente, algo serio, para luego preguntar. - Y tu Tsuki, ¿Qué le pedirías? -
El rubio tenía unas ganas casi incontenibles de abrazar a la pobre hechicera. Le partía el corazón verla triste, si no fuese por Iblagia ya la hubiese abrazado fuerte.
Comentarios de ese tipo hacía Ed cada tanto, no quería que el silencio incomode a Tsuki, que se sintiese mal, así que los decía animado, con una sonrisa, señalando cada cosa curiosa que encontraba.
La pregunta de Tsuki lo tomó desprevenido. - ¿Qué pediría yo? - Se preguntó Edmund para luego ponerse a pensar.
¿Recordar tal vez? No... sería mejor pedir librarse de aquel libro que le inspiraba tanto rechazo. De todo lo que podía recordar, lo cual era casi nulo, no podía evitar recordar el origen maldito de ese libro.
Definitivamente pediría librarse del libro y si no era posible por lo menos saber la forma de hacerlo.
- Le pediría que terminase con mi maldición. - Dijo Edmund finalmente, algo serio, para luego preguntar. - Y tu Tsuki, ¿Qué le pedirías? -
El rubio tenía unas ganas casi incontenibles de abrazar a la pobre hechicera. Le partía el corazón verla triste, si no fuese por Iblagia ya la hubiese abrazado fuerte.
Edmund Dyrle- Cantidad de envíos : 158
Re: No todos los espíritus son amables
Sí, sonaba sensato el pedido que Ed tenía pensado hacer. Normalmente yo pensaría en algo de ese calibre para así ayudar a alguien, pero no podía hacer eso teniendo un familiar tan fastidioso conmigo. Sería mucho más fructífero que Iby y yo funcionásemos como un equipo. Hecho que cada día me parecía más imposible, cada día parecía más difícil que en algún momento Iblagia fuese cooperativo. Era de esperarse que Ed preguntase eso; es más, hubiese sido raro muy extraño que no lo hiciera.
-Que Iby se comporte como se supone que debe hacerlo. Resulta ser mi mayor piedra, y no debería ser así. Quizás sea porque está resentido -añadí luego, con la clara intención de que Iby me oyera-. ¿Te conté que ya tiene 3000 años? Es bastante pequeño, ¿cierto? Tiene la fuerza de un espíritu desarrollado, pero sigue siendo una lagartija de charco. Se supone que debe colaborar conmigo, pero ya ves los problemas que causa. Es un parásito con forma de iguana.
Caminé junto a Ed y observé hacia atrás, para ver cómo Iby me miraba con furia. Le sonreí y luego miré hacia adelante, mientras sujetaba a Ed del brazo para caminar junto a él.
-Que Iby se comporte como se supone que debe hacerlo. Resulta ser mi mayor piedra, y no debería ser así. Quizás sea porque está resentido -añadí luego, con la clara intención de que Iby me oyera-. ¿Te conté que ya tiene 3000 años? Es bastante pequeño, ¿cierto? Tiene la fuerza de un espíritu desarrollado, pero sigue siendo una lagartija de charco. Se supone que debe colaborar conmigo, pero ya ves los problemas que causa. Es un parásito con forma de iguana.
Caminé junto a Ed y observé hacia atrás, para ver cómo Iby me miraba con furia. Le sonreí y luego miré hacia adelante, mientras sujetaba a Ed del brazo para caminar junto a él.
Tsuki Umi- Cantidad de envíos : 127
Re: No todos los espíritus son amables
Escuchó a la hechicera hablar sobre el problema de Iblagia y cuando se volteó para mirar al elemental, Ed se giró un poco, pero prefirió volver a su posición inicial. La criatura en cuestión era bastante sensible, si se ofendía por aquel gesto le daría problemas nuevamente a la hechicera y, principalmente, a su propia salud.
La joven tomó del brazo al rubio, el cual se dejó agarrar con tranquilidad y siguieron caminando juntos. Le dedicó una sonrisa y luego siguió mirando hacia el frente y pudo distinguir la costa, a la cual estaban llegado finalmente.
Desde donde estaban se distinguia un grupo de morsas las cuales se veían tan tranquilas e inofensivas que era difícil creer que por la noche se convirtiesen en los temidos Ipoqs, devoradores de almas.
El viajero titubeó, atrapar a una de esas criaturas y llevársela a Neltira, si ese era su verdadero nombre, reclamar la recompensa y viajar, a algún lado de Jaspia, realmente no le importaba, quería conseguir algo que haga que, cuando volviese a Magic Kingdom sus padres se sintiesen orgullosos. Pero esto significaba alejarse de Tsuki, lo cual era lo mas sensato, para no darle mas problemas de los que ya tenía con su elemental de agua pero... se sentía muy a gusto con ella a su lado, nunca se había sentido así.
Mientras Ed tenía todos estos pensamientos, habían llegado finalmente a la costa. Las morsas estaban a su alcance, solo era necesario que Tsuki las enjaule y las llevasen a Neltira.
El rubio se paró y miró a Tsuki con una débil sonrisa.
- Creo que este es trabajo para tu poderosa magia de hielo. - Vio nuevamente a las morsas, entre ellas una resagada, la cual estaba bastante alejada del grupo y era el blanco perfecto.
La joven tomó del brazo al rubio, el cual se dejó agarrar con tranquilidad y siguieron caminando juntos. Le dedicó una sonrisa y luego siguió mirando hacia el frente y pudo distinguir la costa, a la cual estaban llegado finalmente.
Desde donde estaban se distinguia un grupo de morsas las cuales se veían tan tranquilas e inofensivas que era difícil creer que por la noche se convirtiesen en los temidos Ipoqs, devoradores de almas.
El viajero titubeó, atrapar a una de esas criaturas y llevársela a Neltira, si ese era su verdadero nombre, reclamar la recompensa y viajar, a algún lado de Jaspia, realmente no le importaba, quería conseguir algo que haga que, cuando volviese a Magic Kingdom sus padres se sintiesen orgullosos. Pero esto significaba alejarse de Tsuki, lo cual era lo mas sensato, para no darle mas problemas de los que ya tenía con su elemental de agua pero... se sentía muy a gusto con ella a su lado, nunca se había sentido así.
Mientras Ed tenía todos estos pensamientos, habían llegado finalmente a la costa. Las morsas estaban a su alcance, solo era necesario que Tsuki las enjaule y las llevasen a Neltira.
El rubio se paró y miró a Tsuki con una débil sonrisa.
- Creo que este es trabajo para tu poderosa magia de hielo. - Vio nuevamente a las morsas, entre ellas una resagada, la cual estaba bastante alejada del grupo y era el blanco perfecto.
Edmund Dyrle- Cantidad de envíos : 158
Re: No todos los espíritus son amables
No sabía exactamente qué, y tampoco me interesaba saber en ese momento, pero Ed tenía algo que me hacía sentir tranquila. Me hacía sentir paz, que todo saldría bien. Quizás fue por eso que lo tomé del brazo, para sentir que aquella misión que aceptamos era realmente posible, que nada saldría mal, que Iby me obedecería luego, y hasta que él se desharía de ese libro que tanto parecía desagradarle, y que quizás era la causa de que Iby lo odiase tanto. Devolví a Ed la sonrisa y continuamos caminando durante un largo tiempo, en silencio. Y fue la primera vez que la ausencia de palabras no me provocó incomodidad. Por alguna razón, ese silencio de voces resultaba realmente tranquilizador.
-Si fuese siempre así -pensé en voz alta mientras nos dirigíamos a las costas de la isla.
Y es que nunca me había sentido tan segura al estar en compañía de alguien, nunca había sentido tal tranquilidad. Nunca, jamás, había sentido que no haría el ridículo con mi hechicería. Ya no me importaba que Iblagia dijese cosas malas sobre mí a mi acompañante. Estaba segura de que Ed creía en mí. Era tan bonito sentir eso... Tan bonito y, a la vez, tan desconcertante. Era tan relajante que algo comenzó a asustarme. No... no era "asustar" la palabra exacta... Algo me angustiaba, me hizo sentir cada vez más triste. La idea de que luego de eso, seguramente Ed iría por su lado y yo seguiría con mi recorrido... Y el archipiélago era un lugar enorme. ¿Cuántas posibilidades había de volver a verlo? Peor aún, ¿cuántas posibilidades había de conocer a otra persona que me hiciese sentir tanta paz como Ed lo hacía?
-¿Eh? -Mi reacción a las palabras de Ed evidenció que me trajeron de vuelta al mundo real. -Ah, sí... Claro.
Con un poco de desgano, producto de mis pensamientos, me separé lentamente de Ed y traje agua del mar hacia nosotros. Nos acercamos a la morsa que estaba alejada del grupo y poco a poco formé la jaula. En otras circunstancias, hubiese estado asustada de matar a la morsa congelada. Pero la presencia de Ed me daba la seguridad de que eso no pasaría.
-Si fuese siempre así -pensé en voz alta mientras nos dirigíamos a las costas de la isla.
Y es que nunca me había sentido tan segura al estar en compañía de alguien, nunca había sentido tal tranquilidad. Nunca, jamás, había sentido que no haría el ridículo con mi hechicería. Ya no me importaba que Iblagia dijese cosas malas sobre mí a mi acompañante. Estaba segura de que Ed creía en mí. Era tan bonito sentir eso... Tan bonito y, a la vez, tan desconcertante. Era tan relajante que algo comenzó a asustarme. No... no era "asustar" la palabra exacta... Algo me angustiaba, me hizo sentir cada vez más triste. La idea de que luego de eso, seguramente Ed iría por su lado y yo seguiría con mi recorrido... Y el archipiélago era un lugar enorme. ¿Cuántas posibilidades había de volver a verlo? Peor aún, ¿cuántas posibilidades había de conocer a otra persona que me hiciese sentir tanta paz como Ed lo hacía?
-¿Eh? -Mi reacción a las palabras de Ed evidenció que me trajeron de vuelta al mundo real. -Ah, sí... Claro.
Con un poco de desgano, producto de mis pensamientos, me separé lentamente de Ed y traje agua del mar hacia nosotros. Nos acercamos a la morsa que estaba alejada del grupo y poco a poco formé la jaula. En otras circunstancias, hubiese estado asustada de matar a la morsa congelada. Pero la presencia de Ed me daba la seguridad de que eso no pasaría.
Tsuki Umi- Cantidad de envíos : 127
Re: No todos los espíritus son amables
Ed vio como el espectáculo de la magia de Tsuki comenzaba, porque otra manera no había para llamarlo. Era impresionante ver como el agua de mar se elevaba e iba donde la hechicera comandaba. Una jaula de hielo comenzó a formarse alrededor de la morsa, hasta dejarla completamente enjaulada.
Era una construcción celeste muy bella donde las partículas de sal sacaban brillos muy bonitos.
- Impresionante... - No pudo evitar decir el rubio mientras miraba sorprendido y luego miró a la hechicera sonriendo. - Cuanto control Tsuki, esa jaula parece muy resistente. - Luego de decir esto frotó la espalda de la hechicera con cariño y se acercó al animalito aprisionado, el cual parecía muy confundido.
- Lamento esto, pequeño. Tu destino es incierto... espero que Neltira no te haga daño. - Dijo el joven a la criatura, mirándose los dos a los ojos, como si esta lo entendiese, luego giró hasta poder ver a Tsuki.
- Supongo que ya es hora de volver a Denke... no fue tan difícil como pensé. - Dijo el rubio a la joven, levantando una ceja. - Me pregunto porque nos envió a nosotros hacer algo que, si ella puede concedernos lo que queramos, podría hacer sola muy fácilmente... -
Desde un principio Edmund dudaba de aquella extraña encapuchada, desde su forma de actuar hasta su mirada y el aura que desprendía. Pero tal vez ella lo ayudase con el problema que llevaba en aquel libro maldito, o tal vez lo ayudase a recordar.
Era una construcción celeste muy bella donde las partículas de sal sacaban brillos muy bonitos.
- Impresionante... - No pudo evitar decir el rubio mientras miraba sorprendido y luego miró a la hechicera sonriendo. - Cuanto control Tsuki, esa jaula parece muy resistente. - Luego de decir esto frotó la espalda de la hechicera con cariño y se acercó al animalito aprisionado, el cual parecía muy confundido.
- Lamento esto, pequeño. Tu destino es incierto... espero que Neltira no te haga daño. - Dijo el joven a la criatura, mirándose los dos a los ojos, como si esta lo entendiese, luego giró hasta poder ver a Tsuki.
- Supongo que ya es hora de volver a Denke... no fue tan difícil como pensé. - Dijo el rubio a la joven, levantando una ceja. - Me pregunto porque nos envió a nosotros hacer algo que, si ella puede concedernos lo que queramos, podría hacer sola muy fácilmente... -
Desde un principio Edmund dudaba de aquella extraña encapuchada, desde su forma de actuar hasta su mirada y el aura que desprendía. Pero tal vez ella lo ayudase con el problema que llevaba en aquel libro maldito, o tal vez lo ayudase a recordar.
Edmund Dyrle- Cantidad de envíos : 158
Re: No todos los espíritus son amables
Esas palabras de aliento, de motivación, eran parte de lo que hacía que me sintiera tan bien junto a Ed. Pensar que papá sabría que esa jaula era apenas un granito de lo que podía hacer, de lo que debía hacer, me hacía sentir que el muchacho que me acompañaba en ese momento me comprendía, incluso más que papá. Me sonrojé levemente cuando frotó mi espalda y me felicitó, y luego vi cómo fue a hablarle a la morsa que había capturado y le llevaríamos a Neltira. Ed tenía razón, había que volver a Denke, y eso había resultado demasiado fácil.
-Es cierto. Estaré alerta por si acaso, quizás las demás se nos echen encima cuando nos llevemos a esta. Imagino que por algo quería personas con poder. Un grupo de hombres fuertes podrían llevarle una morsa de estas sin problemas.
Luego de eso, emprendimos el camino hacia Denke, con la jaula de la morsa adelante y mi adorno fragmentado, girando en círculos a nuestro alrededor, en caso de que la morsa que llevábamos prisionera o alguna de las que quedaron en la costa, descansando, nos atacaran. No pasó mucho tiempo hasta que llegamos al pequeño islote ubicado en el centro del lago. Consideré prudente convertir la jaula en un cubo, dejando algunos espacios para que el animal pudiese respirar, y regulando un poco la temperatura del interior para que no se congele. Imaginaba que todos los habitantes de Denke sabían que esas morsas se convertían en ipoqs, y no querrían tener una dentro de su ciudad, que era ni más ni menos que el único punto seguro.
-Disculpe, señor -pregunté a un hombre que luego reconocí como el ebrio que amenacé trabajando en la taberna de Juantso. Por fortuna, él no pareció reconocerme-. ¿Usted sabe dónde podemos encontrar a Neltira?
-Es cierto. Estaré alerta por si acaso, quizás las demás se nos echen encima cuando nos llevemos a esta. Imagino que por algo quería personas con poder. Un grupo de hombres fuertes podrían llevarle una morsa de estas sin problemas.
Luego de eso, emprendimos el camino hacia Denke, con la jaula de la morsa adelante y mi adorno fragmentado, girando en círculos a nuestro alrededor, en caso de que la morsa que llevábamos prisionera o alguna de las que quedaron en la costa, descansando, nos atacaran. No pasó mucho tiempo hasta que llegamos al pequeño islote ubicado en el centro del lago. Consideré prudente convertir la jaula en un cubo, dejando algunos espacios para que el animal pudiese respirar, y regulando un poco la temperatura del interior para que no se congele. Imaginaba que todos los habitantes de Denke sabían que esas morsas se convertían en ipoqs, y no querrían tener una dentro de su ciudad, que era ni más ni menos que el único punto seguro.
-Disculpe, señor -pregunté a un hombre que luego reconocí como el ebrio que amenacé trabajando en la taberna de Juantso. Por fortuna, él no pareció reconocerme-. ¿Usted sabe dónde podemos encontrar a Neltira?
Tsuki Umi- Cantidad de envíos : 127
Re: No todos los espíritus son amables
Que aún no hubiera llegado el mediodía no impedía que Garin hubiera comenzado a empinar el codo y, como diría su esposa, a tirar el dinero en antros de mala muerte y a desperdiciar su vida sin pensar en su familia. ¿Pero qué le importaba a él su familia? Él sólo quería tomar algo, después comer, pasar la tarde... y luego lo demás ya se improvisaría. Pero quería hacerlo todo en tranquilidad.
- ¿Neltira? ¿Y esa quién demoniosh es?
Se giró hacia Tsuki sin reconocerla, y le dedicó solo un rápido vistazo a Ed. Se alzó de hombros y quiso despacharlos a ambos con un movimiento de la mano. Él no conocía a ninguna Neltira, eso lo tenía claro. ¿Qué tenía, cara de amigable de esos que siempre saben quién es quién?
Pensando en esto, apenas vió por el rabillo del ojo cómo un hombre que hasta entonces había estado mirando distraídamente artículos en un tenderete se giraba hacia Ed y Tsuki. Mirándolos fijamente, asintió con la cabeza y levantó la mano en un gesto que les pedía que esperaran, y a continuación otro con el que les invitaba a seguirle. Este hombre era ojeroso, de aspecto lánguido y barba bien tallada y puntiaguda; comenzó a andar y tras doblar una esquina se detuvo y no les dijo a Ed y Tsuki más que un breve "Está en camino". Después permaneció en silencio. Pensando que eran los tres unos raros, Garin decidió desentenderse del tema, volvió a alzarse de hombros y entró a una taberna.
Pasaron apenas dos minutos cuando la mujer encapuchada apareció por el otro lado del callejón. Se acercó a ellos con lentitud, pero también una extraña seguridad; el hombre de aspecto lánguido se inclinó en una respetuosa reverencia y se apartó al instante, dejando que Neltira se detuviera ante Tsuki, Edmund, y la morsa que habían traído.
- ¿Tenéis a mi ipoq? - fue todo lo que Neltira preguntó, mirando fijamente a Tsuki con sus ojos ambarinos.
- ¿Neltira? ¿Y esa quién demoniosh es?
Se giró hacia Tsuki sin reconocerla, y le dedicó solo un rápido vistazo a Ed. Se alzó de hombros y quiso despacharlos a ambos con un movimiento de la mano. Él no conocía a ninguna Neltira, eso lo tenía claro. ¿Qué tenía, cara de amigable de esos que siempre saben quién es quién?
Pensando en esto, apenas vió por el rabillo del ojo cómo un hombre que hasta entonces había estado mirando distraídamente artículos en un tenderete se giraba hacia Ed y Tsuki. Mirándolos fijamente, asintió con la cabeza y levantó la mano en un gesto que les pedía que esperaran, y a continuación otro con el que les invitaba a seguirle. Este hombre era ojeroso, de aspecto lánguido y barba bien tallada y puntiaguda; comenzó a andar y tras doblar una esquina se detuvo y no les dijo a Ed y Tsuki más que un breve "Está en camino". Después permaneció en silencio. Pensando que eran los tres unos raros, Garin decidió desentenderse del tema, volvió a alzarse de hombros y entró a una taberna.
Pasaron apenas dos minutos cuando la mujer encapuchada apareció por el otro lado del callejón. Se acercó a ellos con lentitud, pero también una extraña seguridad; el hombre de aspecto lánguido se inclinó en una respetuosa reverencia y se apartó al instante, dejando que Neltira se detuviera ante Tsuki, Edmund, y la morsa que habían traído.
- ¿Tenéis a mi ipoq? - fue todo lo que Neltira preguntó, mirando fijamente a Tsuki con sus ojos ambarinos.
Narrador- Cantidad de envíos : 157
Re: No todos los espíritus son amables
Edmund y Tsuki caminaron hasta Denke y no tardaron mucho para llegar. En en el camino el rubio parecía tranquilo exteriormente, pero en el interior era otra cosa. Sabía que sentía algo por la hechicera, que había encontrado una persona especial y que cuando la veía sonreír sentía una gran dicha, pero también sabía que solo le iba a traer problemas gracias a que Iblagia no se llevaba bien con su "acompañante" de ojos carmesí. Se preguntaba si aquella misteriosa mujer podría ayudarlo.
Finalmente llegaron y Tsuki preguntó a un señor por aquella extraña encapuchada, Neltira. El hombre parecía algo pasado de copas, lo cual llamó la atención al chico, dado que ni siquiera era el mediodía.
Por su respuesta no tenía la mas mínima idea de quien era la mujer, seguro que eera un simple borracho de taberna o algo así.
Ed se sorprendió cuando un hombre que estaba por allí de repente se volteó a ellos y les hizo un gesto para que lo siguieran. El joven miró a Tsuki con su ceja levantada de sorpresa y lo siguieron.
Se detuvieron en un callejón no muy lejos de allí y la encapuchada hizo acto de presencia al poco tiempo. El hombre se inclinó con respeto reverencial, y se apartó al instante mientras Neltira se acercaba. Miró a Tsuki con esa mirada extraña y lo único que preguntó fue sobre el ipoq que le habían prometido.
El viajero posó su mano sobre el hombre de Tsuki y luego le sonrió, para infundirle valor, dado que aquella mujer parecía como si pudiese atravesarlo a uno con solo mirarlo.
- Como planeamos anteriormente, trajimos a la morsa, la cual llegada la noche se convertirá en su ipoq. - Dijo el rubio, ahora serio y luego decidió guardar silencio, por si la adorable hechicera quería agregar algo.
Finalmente llegaron y Tsuki preguntó a un señor por aquella extraña encapuchada, Neltira. El hombre parecía algo pasado de copas, lo cual llamó la atención al chico, dado que ni siquiera era el mediodía.
Por su respuesta no tenía la mas mínima idea de quien era la mujer, seguro que eera un simple borracho de taberna o algo así.
Ed se sorprendió cuando un hombre que estaba por allí de repente se volteó a ellos y les hizo un gesto para que lo siguieran. El joven miró a Tsuki con su ceja levantada de sorpresa y lo siguieron.
Se detuvieron en un callejón no muy lejos de allí y la encapuchada hizo acto de presencia al poco tiempo. El hombre se inclinó con respeto reverencial, y se apartó al instante mientras Neltira se acercaba. Miró a Tsuki con esa mirada extraña y lo único que preguntó fue sobre el ipoq que le habían prometido.
El viajero posó su mano sobre el hombre de Tsuki y luego le sonrió, para infundirle valor, dado que aquella mujer parecía como si pudiese atravesarlo a uno con solo mirarlo.
- Como planeamos anteriormente, trajimos a la morsa, la cual llegada la noche se convertirá en su ipoq. - Dijo el rubio, ahora serio y luego decidió guardar silencio, por si la adorable hechicera quería agregar algo.
Edmund Dyrle- Cantidad de envíos : 158
Re: No todos los espíritus son amables
La dificultad no era algo que hubiese caracterizado a la captura del ipoq. Todo lo contrario, hasta ese momento, al menos, era algo realmente sencillo. No comprendía por qué Neltira necesitaría a alguien con poder para la tarea.
El borracho que había conocido el día anterior seguía estando borracho durante la mañana, y no tenía aspecto de haber dormido demasiado, o había desayunado con alcohol. Se mostró un poco molesto al principio, pero luego llegamos ante la misteriosa Neltira, esa que nos había encargado un ipoq, guiados por un hombre que nos habló de imprevisto, como si nos hubiese estado esperando mientras paseaba por las calles.
Neltira, para no perder ese carisma con el que nos habló la primera vez, ni siquiera nos saludó. Directamente preguntó por su ipoq, y usó un tono que daba a entender que se lo debíamos. Pero no había aceptado ese trabajo porque la mujer me hubiese parecido simpática, así que pasé por alto su falta de modales, y me dejé invadir por la tranquilidad que me daba la presencia de Ed.
-Sí, optamos por ese camino. Debería funcionar. Y quizás hasta nos sirva para aprender un poco más.
No había nada que sugiriera que esos seres necesitasen de algo especial para transformarse, salvo la llegada de la noche. Y además, no teníamos demasiada información sobre esos animales. No teníamos demasiada... por no decir que no sabíamos prácticamente nada...
El borracho que había conocido el día anterior seguía estando borracho durante la mañana, y no tenía aspecto de haber dormido demasiado, o había desayunado con alcohol. Se mostró un poco molesto al principio, pero luego llegamos ante la misteriosa Neltira, esa que nos había encargado un ipoq, guiados por un hombre que nos habló de imprevisto, como si nos hubiese estado esperando mientras paseaba por las calles.
Neltira, para no perder ese carisma con el que nos habló la primera vez, ni siquiera nos saludó. Directamente preguntó por su ipoq, y usó un tono que daba a entender que se lo debíamos. Pero no había aceptado ese trabajo porque la mujer me hubiese parecido simpática, así que pasé por alto su falta de modales, y me dejé invadir por la tranquilidad que me daba la presencia de Ed.
-Sí, optamos por ese camino. Debería funcionar. Y quizás hasta nos sirva para aprender un poco más.
No había nada que sugiriera que esos seres necesitasen de algo especial para transformarse, salvo la llegada de la noche. Y además, no teníamos demasiada información sobre esos animales. No teníamos demasiada... por no decir que no sabíamos prácticamente nada...
Tsuki Umi- Cantidad de envíos : 127
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