Rumbo a Moselec (Trama 3)

La cara de Sophitia le dijo a John todo lo que ella pensaba, así que dejo de lado sus burlas y se irguió - Tampoco pongas esa cara mujer, al menos estamos vivos, hay que pensar una forma de salir - el pirata empezó a mirar a su alrededor y a tratar de pensar en cómo salir


- Podemos intentar abrirlo al medio y rogar que no esté nadando muy profundo - Sugirió como primera medida, mientras buscaba donde podria hacer un corte con su sable escucho al kender, y luego vio la piedra cerca de él, lo que menos le interesaba en ese momento eran los tesoros así que harto del supuesto duende John intentó patear la joya


La misma se desvaneció haciéndolo perder el equilibrio y caer al suelo, en ese momento el kender tomó la joya y todo comenzó a cambiar, el tiburón empezó a achicarse, todo comenzaba a amontonarse y el aire a escasear pero un momento después estaban ya en el mar.


- Que demonios hiciste duende?! dijo al aire el pirata que mientras nadaba hacia los barcos noto al enano inconsciente hundiéndose, sin pensarlo se sumergió para rescatarlo y con el enano a cuestas llegó al barco mas cercano, al subir la capitana les dijo que debían trabajar y uno de los oficiales le dio una tarea, por suerte trabajar era mejor que estar medio muerto en el estómago de un tiburón.

El duende tampoco tenía muy claro que narices había pasado. Había visto como aquella piedra se hacia una y otra vez más y más pequeña hasta desaparecer debajo de la piel del kender, fusionándose con ella en un abrazo un poco asqueroso. Sintió un cosquilleo en todo el cuerpo cuando por fin desapareció y, después, se encogió de hombros. Solo en ese momento fue consciente de que el estómago del tiburón gigante se había reducido bastante. De hecho todavía lo hacía, más y más, hasta que... estaban de nuevo en el agua. El kender parpadeó: - ¡Wooooojojojo! - Gritó, soltando después una carcajada-. ¿Habíais visto algo así antes? Yo no. Bueno, a lo mejor sí que lo vi una vez... pero en realidad el estómago de aquel bicho enorme no se redujo... más bien se expandió. De hecho puede ser que incluso explotara... Ahora tengo dudas, pero llovió sangre ¿habéis visto llover sangre alguna vez?-, No paraba y tampoco tenía pensamiento de hacerlo, O al menos, no lo tuvo hasta que se encontró cara a cara con aquella criaturilla que, más desesperada que ellos, nadaba también hacia algún lugar seguro. Sin pensárselo mucho, a sabiendas de que tampoco era mal nadador, se acercó a ella y le ofreció el brazo para que pudiera tener al menos una especie de flotador. Pensaba subir con ella al barco. y si no, permanecería sobre uno de aquellos maderos y remaría hasta la orilla. A tozudo no le ganaba nadie, como veis.

La pequeña criatura aceptó sin pensárselo el brazo del kender, le había reconocido y era “el humanoide que había sido amable”, por lo que no pensaba separarse de alguien así que además ahora le ofrecía ayuda. Ronroneo feliz le dio un lametón en la cara y luego se escondió entre sus ropas una vez en cubierta. La criatura pensó que le gustaría ayudar al “amable humanoide” en sus labores y descubrió entonces que algo del poder de la piedra permanecía en él. Podía seguir transformándose a su antojo pero no cambiar su peso, por lo que si intentaba transformarse de nuevo en un tiburón blanco podría pero sería un mini tiburón de apenas un kilo y no más de 10 centímetros. En este momento, al pensar en ayudarlo se había transformado en un mini forzudo de apenas un kilo y 10 cm de alto.

Los diez minutos (que al final fueron 15), fueron un momento de gran actividad en todos los barcos. Algunos dejaban atrás sus barcos anclados a medio reparar con solo unos cuantos tripulantes para continuar las reparaciones mientras el resto se unían a otros barcos, otros intentaban rematar las últimas reparaciones a tiempo, un par de barcos en condiciones de navegar pero no de recorrer grandes distancias, decidieron volver atrás, la tormenta les había afectado y creían que la misión estaba maldita, preferían enfrentarse a la ira de Valeska, si era necesario, que hundirse para siempre En El Ejecutor Fina iba de un lado a otro ladrando ordenes a todos los piratas, nadie estaba parado, aun tenía que terminar de reparar los últimos desperfectos y el tiempo se agotaba, Fina no iba a perdonar a ningún tripulante perezoso que la impidiera salir a tiempo y formar parte de aquello. Cuando era necesario, la Capitana también ayudaba para luego seguir en otra parte, parecía estar en 5 sitios a la vez.

Finalmente 5 barcos se quedaron anclados por unos pocos tripulantes que terminarían las reparaciones y volverían a puerto, 4 volvieron atrás y el resto siguieron rumbo a Moselec. El resto del trayecto hasta la isla transcurrió sin más incidentes. A pocas horas de llegar a destino cada capitán del sable El Vendaval reunió a su tripulación para dar los detalles de cómo se produciría el ataque, los primeros en desembarcar serían los barcos de El Vendaval, pero no todos tendrían el mismo rumbo. Tabs, Bruce, Gordon, Harris, Lota y Mara Serían los encargados de dirigir el ataque al palacio, serían seguidos por gran parte de los otros vendavales en cuanto desembarcaran. Tabs quería ser el que tomara el mando en el palacio, para él era más que un ajuste de cuentas, quería el control de la isla. Lilith se encargaría del saqueo en las minas, saquear y controlar las minas era su misión, también se la unirían algunos barcos en cuanto desembarcaran. Para ayudarla a controlar las minas. Por último Salem, Fina y Morgan serían los encargados del saqueo a la ciudad. Habían dividió la ciudad en 3 sub-zonas para que hubiera menos peleas entre los piratas (o eso esperaban).

Fina dejó claro que en cuanto pisaran tierra cada uno debería de volver con sus respectivos capitanes y seguir sus órdenes. Les explicó detalladamente donde iba a desembarcar como llegarían a la ciudad y que zona pertenecía a cada uno de los capitanes. Estuvieron un par de horas encargándose de los detalles, dejando claro que su tripulación era una tripulación de piratas, no asesinos, que no toleraría que ninguno de sus tripulantes fuera visto regodeándose con la muerte en lugar de saqueando o encargándose de controlar algún punto clave de la ciudad que necesitaban para no verse metidos en una trampa rodeados de los soldados de la isla.

Fina se reunió con sus tripulantes de más confianza a solas para darles órdenes más específicas. Por último llamó a Sophitia a su despacho. Desplegó de nuevo el mapa de la ciudad y señalo un punto de la misma. Quería que su nueva recluta se posicionara allí con algunos hombres (a su elección) cuando fuera hora de abandonar la isla y asegurarse de derruir los edificios para cortar el paso cuando todos los piratas hubieran abandonado la zona, lo que haría mucho más difícil a cualquier soldado que los siguiera. Era una misión importante, porque en aquel punto de la ciudad se concentrarían muchos soldados gracias a la acción combinada de varios capitanes y querían crear una trampa para dejarlos allí durante varias horas. Fina quería un saqueo rápido y efectivo con las menos bajas posibles, aunque en el fondo tenía dudas de las verdaderas intenciones del segundo al mando de Valeska.

Finalmente cuando la Capitana despedía a la joven pirata con instrucciones en sobres cerrados con instrucciones para Rangashellof y John que acababan de llegarle, se oyó al vigía gritando tierra a la vista!

La acción comenzaría en pocas horas, la tensión, la emoción previa al saqueo podía empezar a saborearse…

Las instrucciones para el kender eran ayudar a su capitana en todo momento y no separarse de ella durante todo el saqueo. John tenía la misma misión que Sophi pero en otro punto de la ciudad. Con la salvedad que el no tendría hombres a su cargo si no un nuevo artefacto recién salido de “la fábrica Salem” que le ayudaría en su misión de derruir y cortar el paso y debería recoger al desembarco

FDI:

De nada servía el continuar con eso, no conseguiría respuesta lógicas ni del duende, ni de sus superiores directos, y probablemente de ninguno de los que estaban en ese barco. La única manera de explicar todo eso se podía reducir a una sola palabra: Brujería. Y eso no le gustaba nada, se había embarcado con la promesa de ir a una batalla, a una guerra para conseguir un jugoso botín de una de las islas más ricas del continente. Se suponía que para lograrlo iban a usar las armas, sus espadas, sus barcos y, sobre todo, su valentía más allá de cualquier posibilidad.

La confianza de Sophitia había sido socavada, y eso probablemente iba a tener repercusiones al momento de tener que comenzar el ataque. Ahora mismo la sensación que daba vueltas por la mente de la pirata es que el destino de esa batalla ya estaba decidido de antemano, porque cuando la magia estaba involucrada nada bueno podía pasar, porque para el sentir de la muchacha de un momento a otro se habían vuelto simples marionetas de algo mucho más grande que no lograba entender del todo.

Lo que quedó del viaje se mantuvo en silencio, compartiendo con sus camaradas entre risas cuando correspondía, trabajando con esfuerzo como bien sabia hacerlo e intentando no cruzar miradas con su capitana. Por el momento no quería llamar más la atención, su lealtad estaría siempre para con la causa pirata pero…. ¿Estaban en verdad luchando en nombre de Nehmen?

Cuando Fina la llamo Sophitia ya estaba algo más calmada, el trabajo duro siempre la ayudaba a despejarse. Escuchó en silencio sus instrucciones y cuando termino hizo algunas preguntas menores, le dijo sin titubear quienes quería que la acompañaran, el primero era John, pero al parecer él tendría otra cosa que hacer, así que dijo otros marineros que tenía en mente y con los que se había llevado bien en esos días.

La charla concluyó cuando anunciaron “Tierra a la vista”, a pesar de las dudas que aún tenía, Sophitia sonrió, porque la perspectiva de una nueva batalla siempre era emocionante.