Patito Nadador

No iba a indagar mucho en qué estaban haciendo las muchachas cuando entro al cuarto, eran cosas de dormidos y punto. Lo que le importaba ahora a la pirata era descansar, el resto le daba exactamente lo mismo, bien podía terminarse el mundo allí fuera, mientras la agarrara cómodamente dormida estaba bien.

-No lo sé, fíjate tu que hacer – Respondió mientras se sentaba en la cama alistándose para irse a dormir – Camina por ahí, bebe algo, trépate a donde mas te guste…. Como quieras, mientras no demuestres debilidad todo debería salir bien.

Para el final de la oración ya se había sacado las botas y estaba acomodándose junto a Minuki, agarro una manta que había medio tirada y se tapo.

-Solamente finge ser muy mala y ya…. – Y para la última parte ya estaba más en el reino de los sueños que otra cosa.

La pirata tenía un sueño pesado, producto de dormir muchas veces en lugares incómodos, barcos, tabernas y en la calle de ser necesario. A menos que la sacudieran o la pisaran seguramente seguiría profundamente dormida.

Seguramente sus sueños estuvieron llenos de piratas, aventuras increíbles, secretos revelados y tesoros encontrados. Pero en todo caso Sophitia no recordaría nada al despertarse, así que poco importan. En la vida real estaba muy cómodamente estirada en la cama, piernas para un lado, brazos para el otro, con uno de los codos en la cara de Minuki,

Minuki era una de esas personas "sensitivas de manera selectiva". Algo como un olor podía afectar su sueño sin duda, aunque podías zamarrearla, tomarla de un tobillo y levantarla, dejandola invertida, y nisiquiera lo sentiría en ocasiones. Irónicamente, algo tan fácil como romper la burbuja que a veces le salía de la nariz bastaba para despertarla y que no volviera más a su sueño.

Para su fortuna, al igual que Sophitia, no recordaba muchas veces lo que soñaba, por lo que no molestaría a la pirata cuando se despertara, por el asunto de la guardaespaldas. Seguramente eso la llevaría directo a la tabla, y no exactamente a la de multiplicar.

Aún con el codo en su mejilla, la pequeña no despertó en ningún momento.

--- El sueño ---

Mientras estaba en el mercado, sintió un golpe que la colocó de pare, con su cara de lado mientras un tronco de árbol presionaba su cara hacia la pared, en el lado de la mejilla. La guardaespaldas, por su parte, estaba golpeando a una persona, quitandole el oro y yéndose a beber a una taberna cercana.

- ¿No te gusta usarnos para crear tus robots, maldita malnacida? Ahora te toca comer astillas, y no te la vas a acabar.

El agresor era nada más ni nada menos que una criatura mágica, con forma de un árbol milenario. Era alto, con muchas ramas y extensiones que llegaban alto en el cielo. Parecía molesto con la niña, sobre todo por que estaba usando un tronco para presionar su cara, y resto del cuerpo, hacia la pared. El tronco estaba 100% hecho de materiales naturales, por cierto.

La pequeña podía sentir la presión, pero pronto sonrío, lo que molestó aún más al gran árbol mágico. Con ambas manos, toma el tronco y comienza a hacer presión inversa con toda sus fuerzas...

--- La realidad ---

Simplemente, sacó el brazo de su cara y lo dejó arriba de su cabeza.

--- El sueño ---

- Ughh.... eres... formidable...

- Lo sé, ¿verdad? Eso pasa cuando eres una super genio como yo

Humilde como ninguna, espantó al gran árbol de la escena, con una patada que, de hecho, no lo lastimó en lo absoluto (en equivalencia, cuando te pega en el mundo real), pero logró hacerlo correr mientras lloraba por la agresión hecha hacia su cuerpo. La niña no tardó en echarse a reir, aumentando su grado de egocentrismo y narcisismo al lograr espantar a la criatura.

Pero la risa no le duró mucho tiempo, ya que decenas de personas aparecieron en el puerto. Cada una tenía pancartas de "Salven a los árboles", y "Los árboles también tienen sentimientos".

- Genial... activistas ecológicos.

Todos se aglomeraron alrededor de Minuki y comenzaron a protestarle por su "reprochable" acción frente al árbol. Cada uno tenía varias cosas que decirle, sobre todo por también talar árboles para construir robots. Por su parte, como es esperable para todo el mundo que conoce a Minuki, lanzó escupitajos a sus puños y comenzó a girarlos, como si fuera a boxear.

- ¿Creen que me ganarán unos simples amantes de los árboles? ¡Vayan a su bosque a besar ramas, conmigo no jodan o el festival de puños comenzará y durará toda la noche!

Los activistas retrocedieron un paso, espantados, como si la niña realmente fuera una amenaza. Entonces, el más viejo de ellos alzó su dedo índice.

- ¡Hágase la luz!

Entonces, comenzó a nevar en el puerto


--- La realidad ---

La niña comenzó a tiritar debido al frío que comenzaba a invadir su cuerpo. No despertó en ningún momento, aunque si se pudo sentir un murmuro que decía "Que demonios..." de su boca. Por unos segundos, se quedó quieta, pero pronto, de manera inconsciente, su mano comenzó a buscar la sábana, mientras su cuerpo notaba que estaba a la interperie. Podría hacer un clima excelente de hecho, podría estar en el trópico con 80 grados a la sombra mientras los patos caen asados desde el cielo... pero si no tenía una sábana encima de ella mientras dormía, le daba tanto frío como si estuviera jugando futbol americano con hombres de nieve en invierno nevado.

Cuando su mano alcanzó la sábana, de un tirón se la llevó a su lugar correspondiente, según ella, mientras sonreía. Un murmuro salió de ella:

- Já! Eso les pasa por meterse conmigo... malditos activis....

Y comenzó a roncar. Pero antes de poder conciliar su buen sueño, nuevamente sintió frío en su cuerpo. Al parecer, había subestimado a los activistas...

Su mano volvió a buscar la sábana, recuperandola al poco tiempo. Sin embargo, al poco tiempo, también la perdía. Cuando la recuperaba, la terminaba perdiendo de nuevo. su cara mostraba que, por lo que se podía notar, su batalla contra los activistas era épica.

--- El sueño ---

Terminó siendo disparada en la última explosión del lugar, lanzandola hacia un puesto de dulces. De inmediato, sintió como una gran extensión ovalada estaba encima de ella, aunque esta no apretaba como el tronco de hace un rato.

- Eso es un "brazo de reina", mi señora. Un dulce muy popular en tierras lejanas.

La voz anciana le indicaba que se trataba de una crema que envolvía manjar en su interior y algunos trozos de coco en su exterior. Tiene otros ingredientes que, en estos momentos, no recuerdo.

Minuki no tardó en lamer el "brazo de reina", olvidando que estaba enfrentandose a los activistas, y su cara cambió a de enorme placer culinario.

- Esto está delicioso, maese - dijo, mientras lamía y lamía el exquisito dulce.

Que no pareciera débil. Como esperaba que hiciera tal cosa? Ya sentía nauseas, solo el cansancio que le permitió dormir se las quitó, pero ahora, sentía volver las nauseas. Por qué rayos los bar cos tenían que moverse tanto??

Salió del camarote del que otrora fuera el capitán. No era bueno dejar a los piratas solos tanto tiempo, aunque su cara de recién despertada no ayudara mucho tampoco. El sol del atardecer le pareció reconfortante, la brisa marina la recibió como un familiar que extraña a su sangre y eso terminó de despertar, feliz, junto con un amplio movimiento de sus brazos al desperezarse, en medio de cubierta ante la mirada recelosa y escepticismo de los piratas.

Y, ahora, qué hacer? Hasta ahí había llegado el plan.

Hora de meterse en problemas, uno, dos, tres:

Se acercó a un primer grupo de piratas, los que fregaban el piso no le llamaban la atención, los que jugaban con cuerditas y las velas tampoco, los que estaban junto al timón sí, pero al acercarse con su mejor expresión de "Soy una chica más mala que ustedes" se quedaron en silencio y la miraron con lo que ella interpretó desconfianza pero en realidad era odio, en el mejor de los casos.

Miraban mapas, pero no eran las islas que estaba acostumbrada, eran mapas del cielo, uniendo las estrellas en constelaciones, un mapa muy hermoso.

- Wow!! que lindo!! esas estrellas si se ven aquí? - preguntó interesada tumbando de inmediato su fachada de mujer mala. La mirada y la respuesta en su idioma la desconcertaron, aunque no tanto como el que guardaran el mapa para que no lo viera

- Pues tendrán que mostrarselo a la capatiana cuando le cuente - protestó enfurrufuñada

- Ve mocosa, acusanos con tu madrrre -

- Ay, pues vete a la mierda y cometela con una cuchara pequeña... la mierda, no a mi madre que esa está muerta - respondió tan infantil como era y empezaron los insultos, muchos a los cuales ella no podía responder porque no los entendía al no estar en su idioma - tan fresco y tan cobarde de acudir a tu idoma para ofernderme, como no te puedo entender, que pirata tenías que ser ni madre debia quererte y te regalo, zafio, ramplon desgaste del mar que se dejó ganar de dos mujeres, inutil... - dio un paso atras cuando el sujeto se levantó pero lo encaró con valentía, con la frente en alto y sin sacar armas, retandolo a que intentara lo que quisiera solo con el movimiento de su cabeza y su expresión resuelta.

El hombre dudó un momento y luego retrocedió, pero Dulfary no se relajó

- Tonto! - lo dijo corto, cortante, inmaduro, como si regañara a una mascota o a un niño pequeño, pero fue el insulto que rebosó la copa. el contramaestre cargó contra ella y Dulfary solo se echó a reír de tal forma que quienes estaban con ellos también - Perdón, perdón - dijo entre risas, casi apoyadose en las rodillas, lo que sacó del balance de la ira y la revancha al hombreton - no quise decir que tu mamá no te quería, fue muy feo de mi parte - se secó las lágrimas que le había hecho brotar la risa y el hombre retrocedió molesto

- Deje trrranquilo - se sentó de vuelta con sus compañeros y Dul permaneció un momento más con ellos, por no darle el gusto de irse de inmediato, al menos hasta que algo mas captó su atención.

Con pasos seguros se dirigió hacia los que jugaban con sogas y prengutó abiertamente que hacían. Estos, que habían sido parte del motín, no tuvieron problemas en responderle, así que aprovechó para preguntar sus nombres y con esto, empezó su ronda por el barco preguntando y aprendiendo el nombre de todos

Como le había dicho Sophitia, se habiá estado moviendo, pero tambien hablando con ellos y eso no había ayudado mucho a su imagen de persona mala que les puede patear el trasero.

A cambio, ademas de divertirse, estaba aprendiendo un poco mas de barcos. Eso era importante, sobre todo si iba a quedarse una temporada en el archipiélago. Tal vez no era un buen momento para recordar que no se había reportado con su casa, debía mantener la concentración en lo que hacía, en lo que aprendía.

Por ejemplo, que el viento es un aliado en el mar para moverse, pero también puede ser un temible enemigo. " Como en todas partes" había dicho ella, pero los marinos, acudiendo a lo que mejor sabían del idioma común le explicaron como el viento podía henchir las velas y darle velocidad al navío, o como podía destrozarlas y llevarse un mástil con ellas.

Eso era algo que había pensado en el pasado, pero que no había entendido de la manera en que ahora se lo explicaban, ~ vaya uno a saber por qué~, pensaba ella entretanto, más técnico, menos intuitiva y más practico. Les preguntó porque los magos de los barcos preferían atacar con fuego que con viento si las cosas eran así y entre las barreras idiomaticas no les supo entender y ella tampoco explicar.

Sería otro misterio sin resolver.

Daba igual, se estaba divirtiendo. Pasaba de un grupo de marinos, si marinos, por alguna razón, que solo su propia ingenuidad e inocencia podría explicar, ya no los veía como viles y malosos piratas capaces de vender a su madre y aprovecharse de sus hermanas si se vieran en la necesidad y aun sin esta. Los veía como marinos que llevaban mucho tiempo fuera de sus hogares, personas con historias que sin duda serían interesantes de escuchar si tuviera el tiempo y el manejo de lengua para no perderse de detalles en la traducción.

Trabajaban duro en el barco, ~ bueno, excepto esos dos se ven haraganeando... la palabra existe? ~ parecían hacerlo de buena fe a pesar del cambio de mando. Dos de los amotinados vigilaban al capitán que seguía haciendo de navegante, según le había explicado otro.

Sin poderlo resistir hizo un par de katas que hincharon las velas y la gran mayoría volteó a mirarla con aire reprobatorio al que ella respondió con una sonrisa de pilla, con la que pedía disculpas. Eso no iba con lo que había dicho Sophitia, en lo absoluto.

Si no podía bailar con el viento, el estarse moviendo por aquí y por allá pronto dejaría de ser efectivo para no marearse, como efectivamente ocurrió, así que en poco tiempo estuvo de vuelta en la baranda de estribor vomitando lo que ya no tenía en su estomago.

Así que cuando uno de los marinos-pirata se le acercó por detrás, y le puso el filo de su espada al cuello haciendo pasar por entre un par de mechones de pelo rubio, la tomó totalmente desprevenida y por sorpresa.

- Vindkraft Dancer bør ikke ha vakt, er Rubber fra ande farlig, spesielt for noen svake. Båtene er ikke for deg ... om du er fremdeles -

- Ah? - preguntó confundida

- Los barrrcos no son parrra ti - Dulfary se giró lentamente, kunai en mano

- Y? -

- Hvis du bruker vinden kan bryte seil, men du kan arbeide i mellomtiden kommer, vil jeg lære deg å kjempe bedre på en båt, ikke dekkes andre steder -

- Ahm... la tuya? - preguntó con duda y apartó la espada de su cuello antes que le hiciera daño real o la tomara de rehen. Entonces el marino-pirata señaló el mastíl, señaló la borda, señaló la red.

- Moverrrte parrra no vomitarrr, pelearrr en lugarrres diferrrentes -

- Ahhh!!!!! - sonrió y luego rió.

Para cuando Sophitia saliera, se encontraría con un circulo de marinos-piratas, que no estaban trabajando en lo absoluto, que rodeaban una pelea con cuchillos entre Dulfary u dos piratas, uno de los cuales estaba en el piso bajo los pies de Dul... y en el circulo, algunos alentando a sus compañeros y otros a Dulfary por su nombre, se corrían apuestas a base de vodka

Uno pensaría que dormir con una niña era fácil, al fin y al cabo Sophitia era mas grande y mas fuerte, pero al parecer la cosa no era tan sencilla. Minuki se movía para todos lados, y lo que era peor, le quitaba la sabana que por derecho era suya, la pirata se paso gran parte de la siesta tirando de la sabana mientras largaba maldiciones de todo tipo. Es una suerte que pudiera hacer todo eso mientras seguía durmiendo, que sino...

Un cosquilleo empezó a recorrerle todo el cuerpo, Sophitia aun dormía, y se reía entre sueños, intentaba apartar lo que sea que le hacia cosquillas, pero era insistente. Finalmente se despertó y al ver a la niña lamiéndole el brazos en sueños no sabia si reírse aun mas o empujarla.

Quito el brazo y empujo a Minuki hacia un lado, aunque con cuidado para no despertarala, se sentó en la cama, si de ella dependiera seguiría durmiendo durante un día entero, pero no era el momento, estaba un poco inquieta por dejar a Dulfary a cargo.

Salió del cuarto aun bostezando, rascándose bajo el brazo de modo nada femenino, le parecía escuchar un griterío por encima del ruido del mar, torció la boca en gesto de preocupación, pensando en que tal vez no había sido tan gran idea dejar a Dulfary sola.

Fue caminando rápido al lugar de donde surgían los ruidos, primero se sorprendió al ver lo que estaba pasando, su primer impulso fue saltar a ayudar a la muchacha, pero en seguida entendió lo que estaba sucediendo y una sonrisa traviesa ilumino su rostro. Se acerco al lugar, abriéndose camino entre el tumulto de piratas que apostaban y gritaban apoyando a uno u otro de los luchadores.

- Apuesto una botella de licor de menta a que gana la pequeña!! - Dijo animada la pirata, no tenia la menor duda de que Dulfary ganaría, la había visto pelear contra cosas cien veces mas peligrosas y mas grandes que ese pirata.

Durante algunos minutos extra, después de que Sophitia se levantara y dejara a Minuki sola durmiendo, la pequeña siguió soñando plácidamente y sin reparar en el mundo exterior, en lo que acontecía afuera, en aquel círculo de apuestas derivadas de las peleas. Aunque de haber estado ahí, entraría al círculo, hubiera apostado por ella y salido con algunas ganancias. Aunque no lo parecía, Minuki se manejaba en ciertos círculos que le ha permitido sobrevivir muy bien... su falta de cordura en algunas decisiones, así como la incapacidad de escuchar a la voz de la razón en ciertas ocasiones, le juegan en contra.

Al poco rato, eso si, sintió una pequeña pulsación que golpeaba muy suavemente su cabeza. Una voz indecifrable le indicaba que despertara, pero los golpes, al ser con una tela de seda, no surtían mucho efecto. Eso, hasta que decidió darle una cachetada que, de no ser por la seda, hubiera sido tan sonora como lo fue de dolorosa

- ¡Levantate, mierda!

Tomandose la mejilla, despertó y abrió sus ojos, molesta ante la irrupción de su sueño. Al notar una muñeca de trapo bajo su mano, se molesta levemente más.

- Maldita sea, Minukin - dijo, sobandose la mejilla aquejada -, no es necesario los golpes para hacerme despertar.

Espera... ¿estás hablando con una muñeca de trapo?

Sep

Una muñeca que sale de tu mano...

Sep

Espera, ¿como te despertó la muñeca si tu estabas...?

¿Estaba qué?

Dormida...

No entiendo tu pregunta :3

.... olvídalo.

- No es hora para dormir - la muñeca coloca sus brazos en forma de jarra -, ¿olvidas qué hora es?

- ¿Hora de Aventura?

La muñeca negó con la cabeza y apuntó hacia el exterior, en donde, desde una de las ventanas de la habitación, se podía ver el sol en una posición... normal. Sin embargo, esto inquietó a la pequeña, quien se levantó de la cama y miró por el agujero de la puerta donde se coloca la llave.

- Oh, oh... los robots saldrán en un rato más de su lugar. Y no será chistoso lo que ocurrirá después...

Después de cierto tiempo de "desaparecida", Minuki tenía a sus robots programados para accionar frente a una posible amenaza hacia su creadora, por lo que entrarían en un modo automático de rastreo-agresivo, en el que saldrían de la bodega, y...

Espera, ¿por que tienen que salir de la bodega? ¿Simplemente no les ordenaste que se quedaran ahí hasta que volvieras?

La vida en el mar es difícil. Creo que no me gustaría ser mártir en el mar, atada a un ancla que estuviera en el mar hasta convertirme en esqueletos llenos de algas. Nah... mi vida debe tener más romance, de ahí a que los robots ataquen. ¿Que más romántico que eso?

...

¿Que?

Sigo sin entender la conexión

Hablale a la mano entonces

Si, hablame a mi entonces :3

...

... y sería malo que descubrieran lo que podía hacer Minuki. La pirata tenía toda la apariencia de poder canjearla por un barril de cerveza barata Y yo valgo más que eso!, y la otra... no lo sabía con certeza, pero que involucraba golpes, existía la posibilidad.

Miró a su alrededor, y buscó que le ayudara a salir de ese predicamento, aunque no tenía muchas ideas. No habían muchos utensilios que la ayudaran a escapar.

- ¿Y si tomas una de esas repisas al lado de la cama, en las que colocan el servicio, y tomas una de los manteles de la mesa para hacer una improvisada vela sobre un improvisado mástil, y hacemos como cuando un tipo obtiene servicios de una prostituta pero no tiene dinero para pagarle?

- ¿Arrancar hasta que la prostituta se aburra de perseguirte?

- Exacto :3

No me gusta mucho la analogía, si me permiten...

Pasados algunos minutos, la puerta del suelo, que llevaba a la bodega, se abrió abruptamente, logrando que decenas de pequeños robots salieran rápidamente de aquel lugar. Los dos piratas que estuvieron abajo con Minuki podían recordarlos perfectamente, eran pequeñas sanguijuelas, no rápidas pero si bastante molestas y, al estar hechos de madera, eran algo más resistentes frente a golpes comunes y corrientes. Eran de esos diablillos que se subían a tu cabeza y la golpeaban suave pero constante y molestamente... eran de esos que podían hacerte caer debido a lo molesto que eran, y no está de más decir que algunos de ellos tenían sus circuitos vencidos, y la presencia de dos mujeres a bordo solo aseguraba que irían a darle nalgadas en el trasero o experiencias parecidas.

- Creo que esa es la señal de nuestra huída - dijo, apenas sintió cómo los gritos señalaban un nuevo desorden afuera.

Sin dudar más, en un improvisado barco, el que fue llamado S.S. "No me atraparán viva" de manera temporal, con algunos arreglos menores, como un mástil aprovechando las patas de una mesa más grande, el mantel para acaparar el viento, en forma de vela, y algunas tablas que evitaban que entrara el agua a su improvisado barco, se lanzó con este al agua

- Libertad a los presos políticos de Askajastakatransan! - excalmó, mientras caída junto con el barco

Apenas tocó agua, la fuerza del agua que existía por el impulso del gran barco del que escapaba, además de la corriente del viento que se formó en la parte baja de este barco, ayudaron en un impulso para que la pequeña balsa-- Ah, ahora es una balsa ¬¬ Cállate--fuera impulsada lejos y con gran velocidad.

Su "piso" se movió. El pirata trataba de de salir bajo ella, quien con un golpe del talón dado entre los omóplatos, un poco mas arriba pero sin llegar a la nuca lo noqueó. Ya iba uno, ahora faltaba el otro.

El segundo pirata, cuchillo en mano, se lanzó a por ella, Dulfary aprovechó el golpe que le daba al que estaba inconsciente para saltar, ayudada del viento claro está, y pasar por sobre el segundo pirata. Este, se tropezó con el cuerpo de su compañero y fue a dar contra el circulo quien lo regresó a la pela sin mucha delicadeza.

- Ole, Toro!! - lo dijo con un deje de picarda que provocó la algarabía de los demás, unos con vítores otros un poco mas... pirata. El asunto estaba siendo divertido. El barco no se movía mucho, pero todos estaban contentos y lo mas importante, Dulfary no estaba vomitando como una posesa por el borde del barco.

El sujeto que la había instado a moverse mientras navegaran, estaba de su lado y vigilaba atentamente los movimientos de su compañero, como si esperara en algún momento un ataque a traición para el que Dulfary también estaba preparada. Los cuchillos se cruzaron, el de él buscando ganar sangre, el de ella desviando su ataque con destreza y cierta gracia, que parecía jugar con el pirata cuando en realidad no era así. Le estaba costando lo suyo.

Las apuestas no las ganó nadie. El siguiente golpe, sin importar de quien era, se vio interrumpido por el abrupto rompimiento de la puerta de la bodega. Los gritos no demoraron, al menos de los mas supersticiosos, luego los de dolor y la lucha entre madreas y hombres no se hizo esperar. La fuerza de los nórdicos solo era equivalente a su reputación y aun así, les tomaba varios golpes aturdir a esas cosas.

Dulfary las evadía en la medida de la posible, los atrapaba en el viento y se defendía de los que le daban nalgadas. Retrocediendo y retrocediendo fue a dar contra la borda. Cuando el caos acabara, se preguntaría de donde habían salido y qué carajo eran esas cosas, tal vez hasta se preguntaría el por qué los atacaban.

Pero ahora, ahora el que tenía en la cabeza, antes que pudiera quitárselo, se aferró a su pelo y su piel para que no lo arrojara, pero en su desesperación, no pensó en el dolor o en las consecuencias, cuando bajara la adrenalina lo haría, con suerte. Tomo al pequeño engendro y tiró de él haciéndose una fea cortada en la cabeza que de inmediato sangró, enviando una cortina roja sobre su ojos enturbiando su visión.

Arrojó el bicho al mar y al verificar que estaba ahí, ya tenía otro trepando por ella, lo pateó y en medio de la mancha roja podría jurar que la miró como si tuviera el corazón roto por su rechazo.

- Que mierd... - su atención captó a tiempo lo que para ella era realmente importante. Los bichos no solo había atacado el barco, sino que estaban llevándose a Minuki - LA SECUESTRAN!!!! ESTOS MALPA$%&# !!! SOPHITIA!!! SECUESTRAN A MINUKI!!!!!! - dio la alarma totalmente convencida que tal cosa era del interés de la pirata y más aun, movería algo en su interior para ir a por ella.

Con base en esa creencia no lo pensó dos veces, sin ver muy bien el panorama por la sangre en su ojos, saltó al mar, con el impulso del viento, ese mismo que alejaba la balsa (o el magnifico navío en el que pretendía huir Minuki) cayó en lo que otrora fuera una tabla de comida, que de inmediato resintió el pero de un adulto y empezó resquebrajarse y por ende hundirse.

- Ya te tengo, tranquila!! Dul al rescate!! - hundirse hacia un mar que recibía a una kazekage - oh, oh, esto no debía pasar... - que no sabía nadar.

Sophitia estaba entre el publico, alentando a gritos a Dulfary mientras empujaba para mantenerse adelante y poder ver bien la pelea. La muchacha se movía con una agilidad que desconcertaba, el primero de los piratas no había tenido la menor oportunidad y el segundo parecía ir y venir como juguete.

- Acabalo de una vez!! – Alentó la pirata mientras se reía, le habían ofrecido un bonito puñal en una apuesta y ya quería tenerlo en las manos para probarlo.

En ese momento se empezaron a escuchar ruidos y gritos, pero no como los que se escuchaban hasta el momento, desconcertada, Sophitia se aparto del grupo para ver que estaba pasando ¿Sería que algunos habían aprovechado para amotinarse? No se hubiese podido imaginar ni en sus más locos sueños lo que estaba pasando en verdad.

*Un grupo de extraños seres demonios salían de la bodega, y ahora la pirata entendía porque los otros dos piratas habían salido tan espantados, esas cosas solo podían ser producto de la invocación de un mago oscuro o algo similar. La muchacha se desconcentró al sentir algo que subía por sus piernas, buscando probablemente tocar su trasero. Miró a la horrible criatura con pavor y se la sacudió de encima, pateándola contra uno de los palos mayores.

Sintió otra en el hombro, golpeándola en la nuca, la agarro y la tiro al mar con esfuerzo, ya que la cosa esa no se quedaba quieta, ni se dejaba arrancar tan fácilmente. Parecían un montón de estúpidos peleando contra esos enanos de madera. Entre medio de todo ese caos apenas logro entender lo que Dulfary le decía, entendió lo básico: “Minuki”, “Secuestran”

- ¿¡Y que mierda se su supone que haga!? – No era que no le importara la pequeña, o que fuera una desalmada, pero tenía una invasión de enanos toquetones en el barco, sin contar con la posibilidad de que los piratas aprovecharan la situación para tomar control del barco nuevamente, aunque eso ultimo lo veía complicado, estaban igual o incluso mas aterrados que la misma Sophitia.

Apenas termino de responderle a Dulfary una de esas cosas se pego a su rostro, no la dejaba ver nada, y apenas podía respirar. Iba dando tumbos por el barco y solo su buena suerte la ayudo a que no cayera al mar. Su inteligente solución fue darle un cabezazo a la baranda hasta que el bicho soltara, aun así le dejo algunos arañazos a la altura de las orejas.

Corrió hacia donde estaban Minuki y Dulfary, se asomo por costado del barco y lo que vio no sabia qué le provocaba si risa o desesperación, así que eligió el enojo.

- ¿¿¡¡Como carajo se te ocurre tirarte al mar si no sabes nadar!!?? – Si la escuchaba o no, no lo sabia, ni le importaba, estaba mirando a todos lados, buscando algo para traerlas arriba de nuevo, vio una soga, la ato improvisadamente a la baranda y se la lanzó a la kazekage, con la esperanza de que la agarre y no la hagan bajar.

Se movió del lugar segundos antes de que un sable la atravesara, claro, el temor no podía durar por siempre, uno de los piratas la vio distraída e intento aprovechar el momento para terminar con el problema. Sophitia saco su daga para defenderse, mientras uno de los pequeños demonios se subía a ella y se le pegaba a los pechos. Exasperada, no sabia a cual atravesar primero con su arma.


*[FDI]: Lo de demonios y magos oscuros es porque Sophi es una pirata muy supersticiosa XD

- Weee!

Ajena a todo el desorden y el caos, y al hecho de que los robots atacaban sin cesar a los piratas, y disfrutaban con la pirata, Minu viajaba en su barca improvisada, mientras escuchaba una canción en su cabeza, acorde a cómo se sentía... como una aventurera, quien el mundo se abre ante ella, para hacerla disfrutar con sus misterios y novedades, su gente y lugares exóticos...

Para su desgracia, no duró demasiado esa escena, cuando se dio cuenta que había una sombra que aumentaba en su tamaño bajo ella. Cuando levantó la mirada, podía ver como Dul estaba a quizás medio segundo de caer encima de ella.

*camara lenta para la ocasión. Música de fondo: https://www.youtube.com/watch?v=fY1Dd4Sx-AM *

El giro de la pequeña era lento, acorde al tiempo de la camara lenta. Sus ojos mostraban una gran seriedad, mientras lentamente Dulfary caía a la barca improvisada. El viento hacía flamear la vela lentamente, incluso en cámara lenta, mientras las olas generadas por el va y ven del barco movian la barca un poco.

- Es increíble como la vida te hace sentir desde el más absoluto regocijo... hasta el más absoluto de los miedos -pensaba la niña, mientras su mirada seguía viendo a Dulfary, que caía en camara lenta, mientras la pequeña parpadeaba en cámara lenta, la batalla en el barco era en camara lenta y todo lo demás también-... pasando por el abandono de la inocencia, la madurez, el tiempo que se escabulle entre los dedos de las personas...

A medida que, en camara lenta, todo pasaba, Minuki cierra sus ojos, dejando entrever que su destino era asumido por completo. Lentamente, coloca su mano frente a su frente, estirando sus dedos, haciendo un saludo/despedida militar... como si se estuviera despidiendo de este mundo, con el honor militar que coincide con su puesto de capitana de ese pequeño barco.

- Sé que no he logrado muchas cosas en la vida... probablemente en mis cortos siete años de vida, he hecho mucho más que otros de mi edad, pero no es excusa, desgraciadamente. Probablemente debí tomarme las cosas en serio.... ser más responsable, más humilde, más educada... y ahora... una mujer deliciosa de buena delantera caerá encima mio. Quien pensaría que los caminos de la vida te harían terminar de esta forma tu existencia....

La joven deja caer una lágrima, mientras continua con su despedida militar...

*camara normal y deja de tocar la canción*

.... Dulfary no tarda ni medio segundo en caer. Sin embargo, en vez de caer encima de la barca, cae al agua, al lado de la barca. Minu por solo un segundo se mantiene en la misma posición, y debido a que tarda mucho más de lo calculado en ser aplastada, además del ruido del cuerpo cayendo, abre uno de sus ojos y mira como la kazakage comienza a patalear por todos lados, debido a que, aparentemente, no sabe nadar.

...

...

...

Hasta el títere hacía "..."

Entonces, Minu, suspirando, salta de la barca improvisada--

¿Que? Mentira, no lo hago

Si lo haces, por que soy la narradora y no dejaré que Dul se ahogue

Pero no es justo, no me nace ayudarla >_<

Minu se lanza al mar--Mamá, me olbigan a nadar--, dejando la barca que se vaya sola y perdiendose entre las olas, debido a la falta de navegante. Mo tarda en ponerse a flote, ya que aprendió a nadar en...

Espera, ¿cuando aprendiste a nadar?

No lo sé, tu eres la narradora. Que a ti se te ocurra.

Que andamos densas...

Adivina por qué.

Bueno, aprendió a nadar en algún punto de su corta vida. Ya saben, es una genio y todo.

Entre pataleos y desesperación, se hunde un poco, aguantando el aire antes de entrar al mar, y sale detrás de ella, tomandola del cuello y elevando su cabeza por encima del mar, para que pudiera respirar.

- No te desesperes-le dice en voz alta para ser escuchada-. Manten la cabeza en alto y apoya tu espalda en mi cuerpo, saldremos de esta

Visto desde la realidad y no desde el eterno optimismo de la niña y su exceso de autoconfianza, no se trataba que la balsa cediera ante su peso de adulto y su salto. Se trataba de algo que sin duda no contaría a sus nietos, ni a sus hijos ni a su confesor ni a su almohada!!

El primer pie, cayó, en efecto, en la tabla que alguna vez fue mesa de comer y habría sido perfecto de no ser porque había errado por completo la trayectoria. Una ola más una ola menos, casi tan caótico como moverse entre las sombras, y su salto que debió ser perfecto terminó en que ese primer pie, el talón mas propiamente dicho, golpeó con la fuerza de la gravedad y el impulso en la esquina más remota de la barca y fue esta la que se rompió con el impacto.

El otro pie cayó con la gracia de un felino... directamente en el agua, con el resto del cuerpo, salpicando por todos lados.

Su expresión de sorpresa fue todo un poema. Su expresión de resuelta determinación mientras estaba en el aire se fue perdiendo a medida que caía y pronto, todo lo que sintió, además del sonrojo por su descache, fue el ardor profundo que se mantenía en el escozor, cuando el agua entró en contacto con las heridas viejas y recientes y en lugar de dar descanso, la recibió con su sal.

~ Lloraré... ~ protestó frustrada, en su mente

No alcanzó a quejarse. Se hundió casi de inmediato, y también de inmediato empezó a bracear desesperada, a patalear para buscar la superficie. En vano. Fue la mano de Minuki la que la sacó debajo del agua.

Algo más que agregar a las cosas que no contaría ni a su almohada. Ser rescatada por quien ella iba a rescatar. Paradojas de la vida, en las cuales no pensó en ese instante. Tosió de inmediato y luego boqueó.

De lo que le dijo Minuki, no escuchó nada y no se aferraba a la niña como salvavidas, sino que trataba de atraer su atención.

- Oye! oye! - entre el nado de Minuki y la longitud de la soga arrojada por Sophitia, encontrar un punto seguro solo fue cuestión de una eternidad y 45 giros adicionales de reloj de arena, al menos para Dulfary que no dejaba de tragar agua y entre malos pataleos dificultaba el acceso a la cuerda o cualquier lugar diferente al que estaban.

- Nah! salgamos de aquí - cambió de idea, no podría decirle que si moría de vergüenza cuando le contara a alguien su pequeño traspiés, le halaría las patas por las noches cuando durmiera, todas las noches. Se conformaba con salir de ahí.

Aunque los gritos que se escuchaban desde el barco, ahora que ya se sujetaban de la cuerda, le dijeran que estaban mejor en el agua que arriba.

Un extraño rulo en el tiempo espacio hacia que siempre que estuviera cerca de Dulfary todo terminara en un caos total y absoluto, con la rubia volando, o nadando y con Sophitia intentando volverla a bordo a base de acciones desesperadas. Aun que la pirata, por esta vez, le echaba la culpa a la extraña niña loca, y no a su compañera, le había generado sospechas desde la primera vez que la había visto.

Con los dos seres enanos pegados aun a su pecho intentaba esquivar los insistentes ataques del pirata, retrocedió hasta quedar cerca de la proa, una daga no era rival para un sable, le ganaba en distancia, la pirata solo podía o alejarse o intentar acortar la distancia a una en la que su arma no fuera útil.

Se agacho para esquivar uno de los ataques, y de inmediato el rival respondió en un movimiento descendente para partirla en dos, Sophitia actuó de inmediato, quitando a uno de los extraños seres de su pecho, lo levanto y lo sostuvo fuerte, con lo que el sable quedo firmemente clavado en el ser. Rápidamente la pirata tiro del bicho y el arma atrapada hacia ella, mientras golpeaba al sujeto en el estomago.

La situación poco a poco estaba volviendo a estar bajo control, aunque las peleas seguían presentes en varias partes del barco, ya no se notaba el mismo pánico que había antes. Parte de la camisa de Sophitia se había roto cuando arranco al extraño mini demonio, por suerte para ella tenía sus vendas debajo bien apretadas. Aun quedaba el otro firmemente agarrado, le clavo la daga pero aun así parecía seguir vivo, lo arranco con esfuerzo y lo lanzo al mar mientras maldecía.

Entonces se acordó de las dos muchachas, fue corriendo nuevamente hacia la baranda donde había atado la soga, esperando encontrarlas sanas y salvas.

- Dijo que iba a llorar

No hagas metajuego, Minu :\

En un punto, al ver lo pésimo que reaccionaba en el agua, se preguntaba si podría hacer posible uno de esos golpes karatecas en el cuello que dejan inconscientes a las personas con un solo impacto. Probablemente Dulfary sería más cooperativa de esa forma más que actualmente. Sin embargo, también podía darse la posibilidad de que se hundiera como una roca hasta el fondo, y dado por todo lo que escuchaba arriba, lo que menos convenía para Minu era tener otro peso adicional encima de ella.

Asintió a las palabras de Dul, aunque viendo que la única "salida" que tenían era subiendo, tomó de la cuerda y comenzó a subir... aunque cuando se dio cuenta, estaba subiendo primero antes de Dulfary.

- Aww... yo quería subir segunda :\

¿Y eso para q--? No, no preguntaré, no quiero saber...

:3

Cuando se dio cuenta que su mano derecha estaba libre, se detiene unos segundos y comienza a mirar a todos lados, buscando levemente desesperada lo que le falta. Cuando se da cuenta, a los pocos segundos, mira hacia el mar, donde el títere que llevaba en su mano flotaba lejos del alcance de cualquier ser humano, a menos que ese ser humano tuviera un brazo de 12 metros de largo.

- Wilsoooooooooooooon!!! - grita desde donde está, estirando su brazo en vano para alcanzarlo - Te estás escapando, ya te pillaré en los recónditos lugares del infierno de telas!

De hecho, estaba enojada por que la abandonó. En su mente, fue traicionada... como si aquello fuera posible.

Cuando está a punto de llegar, mira de reojo la escena y pone cara de que no tiene la culpa.

- Acción matutina, me gusta :3

Dice matutina, por que hasta minutos antes, estaba durmiendo.

En el barco, el pirata que había incitado a Dulfary a pelear para que centrara su atención en otra cosa que no fuera el mareo, parecía luchar del lado de Sophitia, que no a su lado, tratadndo de recuperar el orden del barco, no respecto al ataque de los seres de madera salidos de la nada, sino de un intento por retomar el control por parte de los demás hombres.

Su plan era sencillo de entender: mientras estuvieran en el mar, lo mejor era seguirle el juego al par de mujeres, en cuanto estuvieran cerca a la costa, se harían nuevamente al control del barco, intentarían venderlas por ahí (aunque con deshacerse de ellas bastaba) y tendrían los frutos de motín inicial. De momento, las veía como aliadas y hacerle entender eso a la facción que iniciara el motín fue sencillo.

Además, por alguna razón que él mismo no entendía porque no quería aceptar, le cían bien las dos muchachas. Y no lo aceptaba por lo siguiente, la rubia parecía una buena persona y la morena era sin duda un espécimen del mar como ellos mismos, la clase de marino que, si las circunstancias fueran otras, le gustaría tener en su barco al momento de hacer pillaje. Su orgullo de pirata no lograba procesar algo tan sencillo, así que, simplemente no lo entendía y se apegaba a su plan, así como el antiguo contramaestre y que ahora sería el capitán… ahora cuando se deshicieran de ellas y del viejo capitán.

Con una gran cantidad de destrozos de madera provenientes de los robots de Minuki, desperdigados por la cubierta, solo faltaba controlar al resto de los hombres, cosa que fue ya relativamente sencilla. Habian sido varios combates en muy poco tiempo y algunos mostraban signos de cansancio, sumado a los daños provocados por los seres de madera.

Ergo, acercase a la baranda, para Sophitia, no represento ningún problema, mucho menos un peligro.

Desde la posición en la que estaba Dulfary entender la situación de la cubierta del barco era casi imposible, en particular porque de momento le preocupaba más el permanecer sujeta a la cuerda y no hundirse.

~Estas en un grupo de islas, como es que no se te ha ocurrido lo urgente que es aprender a nadar??? ~ se reprochaba a sí misma sujetándose con toda su fuerza de la cuerda, con una mano, mientras con la otra hacia la tarea de darse seguridad enrollándola en su muñeca.

Al menos esa parte de la tarea estaba hecha y bien hecha.

Cuando termino de hacerlo, escuchó la propuesta de Minuki sobre subir de segunda y simplemente no se tomó el trabajo de contener un comentario al respcto

- Pues lo hubieras hecho, daah? – se acomodó mejor la cuerda, apoyó los pies en el maderamen del casco del barco y se impulsó para empezar a salir. El primer tirón de la cuerda para salir del agua fue el más le costó, el apoyó de los pies en la baba de agua, algas, musgos y quien sabe más de lo mas bajo del casco no ayudó mucho, pero pronto estuvo tocando el agua solo con la cola y desde ahí el ascenso fue mucho más rápido, al menos hasta el punto en que la otra niña se detuvo para gritarle a, lo que para Dul era, su muñeca.

Se mordió el labio, sorbió un poco de la sal del agua y miró en dirección a Wilson. Dulfary nunca había tenido muñecas, ni osos de felpa, lo más cercano era la muñeca con la que practicaba suturas que le regaló el doctor Andrejz, pero nada más. Aun así entendía lo importante que podían ser esas cosas para otros niños y no tenía como ayudarla. Una cosa era saltar al vacío o al agua por una persona, pero otra por un juguete y arriba las cosas no se escuchaban bien y… el asunto del infierno de telas la hizo despabilar

- Deja de pelearle a un pinche juguete y muévete!!! – le dijo urgida pero con buen humor, empujándola con la cabeza para que terminara de subir y saltar al barco.

Sophitia estaba pensando exactamente lo mismo, estando en medio de un montón de islas, el saber nadar era algo básico, era un desperdicio que siendo tan habilidosa terminara en una muerte tan tonta como ahogamiento.

- Eso mismo me pregunto yo – Dijo la pirata asomándose por la baranda, mirando como las muchachas trepaban por la resbalosa soga – Ni bien toquemos puerto te meto en una bañera y no sales hasta que aprendas a flotar al menos ¿escuchaste? – El mal humor parecía algo normal en Sophitia, pero en este caso se lo podría interpretar como preocupación.

Quito la vista de la subida de Dulfary y Minuki para ver como seguía el barco, no fuera a ser que la terminaran atacando por la espalda y terminara ella misma en el agua. Los piratas parecían estar ya en orden, o al menos parecía estar bastante mas tranquilo que hacia unos minutos, los hombres se encargaban de acabar con los últimos de esos seres que aun se arrastraban por ahí, persistentes, en cuanto los “mataban” los tiraban al mar. Otros revisaban las sogas y maquinarias en general del barco, poniendo todo en orden para poder seguir el viaje.

Le tendió la mano a cada una de las muchachas para ayudarlas a subir, con la ropa medio rota, y su aspecto desalineado aun así sonreía, se cruzo de brazos y empezó a reír.

- Bienvenidas a bordo de nuevo - cambió de tono a uno de madre regañona - ¡Que sea la ultima vez que haces esa tontería! – Le dijo a Dulfary mientras le agarraba de una oreja como si tuviera diez años – Estas loca o te falla el cerebro? – La soltó y le revolvió el pelo – A ver si logramos no meternos en mas problemas de acá a que termine esto. - Se empezó a reír, y es que los humores de la pirata cambiaban mas rápido que una tormenta de verano.

Se llevo la mano a la nuca, masajeando cansada de tanto ajetreo, luego fijo su vista en Minuki, desconfiada.

- Y a ti no quiero perderte de vista hasta que lleguemos al muelle – Dijo y la agarro de la muñeca para acercarla – Eres de lo mas sospechosa, y no quiero mas trucos raros en mi barco.

Bueno, decir que era suyo era una exageración, pero le daba un aire solemne a su discurso.

Después que estaban en suelo más firme y menos húmedo, Minu no pudo evitar mirar sus ropas. Parecía un perro que había decidido ir a la playa y refrescarse. Incluso cuando pisaba, sus zapatos hacían un sonido muy peculiar, debido a la absorción del agua. Algo normal, al final de cuentas.

No le llamó la atención que Sophitia la tomara de la muñeca, y no parecía escucharla. Miraba a su alrededor, y veía la destrucción de, quizás, casi la totalidad de los robots que construyó en el barco. Probablemente uno que otro seguía rondando por ahí. Pero no parecía mayormente afectada, aunque su primera reacción, cuando Sophitia terminó de hablar, fue sacudirse como si fuera un perro empapado con agua, mojando a quienes estaban cerca de ella como efecto secundario.

- Parece que estuvo movida la cosa por acá - claramente ignoraba a la pirata, ya que ni contestó a lo que dijo. Esto podía entenderse como una "desobediencia al poder", como si no le interesara si ella fuera realmente la encargada del barco o que ella fuera dueña del barco o no -. Parece que los piratas en general no se saben manejar fuera de los abordajes y las tabernas

Acto seguido, independiente de si fue soltada por la pirata o no, chasquea sus dedos de su mano libre, y entre los escombros de madera correspondientes a los robots destrozados, sale una pequeña figura, un robot en particular un poco más trabajado que el resto. Sus ojos se desvían hacia la dueña del sonido de dedos, y como si fuera un animal, comienza a moverse con sus cuatro extremidades. Como un mono, más bien.

Y si se lo preguntan, si... es más trabajado que el resto por lo mismo.

Minuki estiró su brazo, lo que por efecto consiguió que el robot saltara a su brazo y se posara en él, pasando rápidamente a su hombro. Ahí, se quedó sentado en sus cuatro extremidades, como si fuera en efecto un mono.

- ¿Ven qué fácil? Hasta una niña de 7 años puede hacerlo

Eso es una sentencia de miradas molestas, ¿sabías?

Cuando puedan lanzar rayos por los ojos, me preocuparé

Ante la reacción “maternal” de Sophitia, trató de dar un paso atrás, regañada, pero conteniendo una sonrisa que amenazaba con volverse un risita burlona de salir a la luz

- Lo dices como si lo hiciera a cada rato … - empezó a protestar y eso le dio el espacio a la pirata para tomarla de la oreja – OYE!!!!!! – protestó infantilmente, con un nudo en la garganta y es que, finalmente, Dulfary sí era una niña y ese tipo de reprimendas le afectaban tanto como a cualquier otro niño normal.

- Trataré no volver a salta… - dijo haciendo un mohín y bajando la cabeza, sin importarle o tan siquiera pensar, en como cambiaba eso la imagen que tenían ante los demás fieros piratas.

De hecho, se acarició la oreja como si acaso le estuviera doliendo mucho más de lo que en realidad hacia, pero su sonrisa de sana diversión volvió a la cara cuando Sophitia le dijo a Minuki que era su barco, desviando rápidamente la mirada hacia los piratas como una sugerencia que no fueran a protestar sobre tal afirmación, aun cuando los más lejanos si lo hicieron entre dientes, refunfuñando de mal humor y lanzando maldiciones sobre como la desollarían a la menor oportunidad

Eso sí, cuando vio el comienzo del movimiento de Minuki para sacudirse elagua, dio un prudente paso atrás, sin borrar su sonrisa, pasando la mano por la cara y luego por el cabello despeinado por la pirata, para quitarse el resto de agua. Las gotas que le salpicaba Minuki, a la hora de la verdad, era como si le quitara pelos a un gato: no había mayor diferencia.

La velocidad con la que tuvo un kunai en la mano en el momento en que apareció el mono de madera, hizo que el pirata más cercano a ella diera un paso atrás y se llevara la mano a la daga, antes de posar la vista en el “monito” y, sin fijarse en las reacciones o miradas de los demás, dejó que saliera por su boca lo que le iba pasando por la mente

- Claro, cuando eres quien tiene la habilidad que los controla es muy fácil, - lo dijo como si fuera obvio, aunque fuera idea que acaba de cruzarle por la cabeza. Claro está, que no había ningún tipo de reproche en su acusación, ni hostilidad o enojo, de hecho, por extraño que pareciera, había una nota de jovialidad. Eso sí, ya se estaba acercando a ellas dos para hacer lo posible por impedir una reacción de ira y violencia por parte de Sophitia.

Ah, porque ella no podía ir por la vida saltando por la borda de los barcos, de mar o aire (y nique decir de los tejados) pero Sophitia si podía ir por la vida explotando … injusto, muy injusto. Sarcásticamente, así lo veía la niña.

Sophitia recibió toda la salpicadura de agua sin inmutarse, vamos, que estando en un barco permanecer seco durante mucho tiempo resulta casi imposible. Pero el hecho no era el estar mojada o no, sino el acto en si de que la mojara, era una muestra de rebeldía, de desobediencia, y ese tipo de actitudes siempre terminaban de una sola manera, los capitanes que no son respetados pasan a la historia rápidamente.

Efectivamente, no soltó a Minuki en ningún momento, miro como el presunto mono salía del montón y su primera reacción fue llevarse la mano libre a la daga, pero este no se le tiro encima, y al verlo posarse tan tranquilo sobre el hombro de la niña todas sus sospechas se transformaron en certezas.

- Poco importa la opinión de una bruja controla monstruos – Acto seguido la soltó de la muñeca solo para agarrarla del cuello de la ropa y levantarla – Pero por mas hechicera que seas, no mato niños, va en contra de mi código – Incluso un pirata podía tener un mínimo de norma – Pero no te confíes de eso, pequeño demonio extraño, que no te mate no significa que no pueda tenerte encadenada al palo mayor hasta que lleguemos a tierra.

Llegar a tierra, si, y ¿Que hacer luego con ella? Quedarse cerca obviamente solo les triaría problemas, aunque dejarla abandonada.... “No es tu problema, suficiente con que la dejes viva, luego tiene que arreglárselas sola” Le decía su sentido común “Hay miles de niños abandonados en Jaspia, tu misma fuiste una y siempre pudiste salir adelante”

- Creo que podríamos sacar beneficio de esto, la Orden de la Dama seguro pagaría algo por una bruja – Dijo sonriendo, aunque era pura mentira que pensara hacer algo así – Mientras tanto... – La cargo bajo el brazo como si fuera un barril pequeño, y empezó a caminar por el barco, revisando con los demás los daños como si Minuki no estuviera ahí.

- ¿Cómo te sientes, Dul? – Pregunto mientras se fijaba en una vela levemente rasgada, como la muchacha se mostraba tranquila y alegre había dado por sentado que estaba bien, pero más valía estar seguros, en primera porque le preocupaba su amiga, en segundo lugar porque sin Dulfary estaba perdida en ese barco lleno de piratas que solo pensaban que matarla.

A veces, la tranquilidad de Minu podía ser tan inquietante como incomprensible. En el mejor de los casos, en ese tipo de escenario, su vida terminaría con un corte que traspasara su cuello y separar su cabeza del resto de su cuerpo. Pero de alguna forma, su rostro transmitía mucha seguridad, como si cada movimiento, acción y diálogo de los presentes fuera prevista, de alguna forma u otra. O probablemente sabía algo que los presentes no.

Sea cuál fuese el caso, no podía hacer nada más que ser zamarreada por Sophi, sin descartar a Dul en el futuro. Aunque estaba en desacuerdo, cualquiera de los presentes pudo evitar toda esta catástrofe... pero cuando te dedicas a golpear lo que desconoces, jamás entenderás al resto.

Va a regañarme. Ya saben lo que eso significa :3

¿Te refieres a...?

Sip. Música, maestro!

*inserte canción de Herb Alpert, Tijuana Taxi* ( www.youtube.com/watch?v=cK5pl6W2CFE )

Y así con aquella canción, en su mente, escuchó a Sophi hablarle. Lo siguiente es lo que llegó a la mente de Minu:

- Bla bla bla bla bla bla

Bla bla bla bla bla bla

Bla bla bla bla bla bla

Bla bla bla bla bla bla

En un punto, se rió

- Ché, en un punto, coincidió con la trompeta de la canción, jajaja :3 - pensó, sin decirlo.

No fue hasta que la frase "la Orden de la Dama seguro pagaría algo por una bruja" que paró la canción. Esperó a que la cargara para responderle.

- Si necesitas tanto el oro, no necesitas disfrazarte de bruja para que La Orden te de agarrones - no se necesitaba pensar mucho para saber a lo que se refería :\ - . Dame la oportunidad, y te pongo colorá toda la noche :3

Para cuando llegaron con Dul, siendo cargada como un barril además, se aprovechó del pánico que significaba el estar en el ángulo preciso para que Sophi no mirara lo que hacía con sus manos. Debido a esto, Dul podía observar que Minu tenía una marioneta que en extremo se parecía a Sophitia, aunque difería de sus ojos, ya que eran botones de camisas y no coincidían al 100% con los ojos de la pirata. Sin embargo, estaba en la misma forma de llevaba a la pequeña, e incluso coincidió su movimiento de boca con lo que dijo Sophitia.

Claramente, Minu abusaba en extremo de su suerte.

Cuando Sophitía soltó la muñeca de Minuki alcanzó a dar un paso al frente antes que la tomara del cuello de la ropa, pero al ver que no le haría nada mas que zarandearla, lo dejó estar.

Solo parecía una pelea entre niñas, curiosa expresión siendo ella una, y al igual que los piratas empezó a desviar su atención a otras cosas, como el comportamiento de ellos. Estaba cansada ya de tanto intento por tomar el control del barco.

- No creo que eso resulte, se soltará de todas formas y te terminarás preguntando cómo lo hizo. Más bien exageras, y mira que lo digo yo - seguía manteniendo su actitud jovial, casi burlona, de hecho lo expresó sin mirarla, buscando con la mirada a alguien más, solo regresando la vista hacia el par con lo que dijo Minuki de ponerla colorada, no por escándalo sino todo lo contrario, por no entender a qué se refería.

Pero eso sirvió para que encontrara lo que buscaba, el timón del barco y el hombre que se encargaba de controlarlo, pasando de una vez la mirada hacia la porción de vela rasgada, por lo que se perdió por completo del show del títere

- Solo necesitaré concentrarme. Creo que me equivoqué, pensé que se la llevaban, pero si quiere irse, tampoco podemos obligarla a quedarse - dijo rápidamente casi distraída, emprendiendo camino a paso veloz hacia el timonel - termina de encargarte - se desentendió del asunto, evadiendo, además, tener que responder la pregunta de la pirata de forma más exacta.

No estaba segura de sentirse bien, la herida no había sanado, el ardor de la sal marina no ayudaba, estaba cansada y el vaivén del barco ya la estaba rebotando de nuevo. Pero lo que le dijo era cierto, solo necesitaba concentrarse al manejar el viento para no rasgar la vela y así, hacer el viaje más rápido.

Ahora bien, necesitaba la ruta por la cual irían y con eso direccionar el viento y, dado que Sophitia parecía estar ocupada jugando con Minuki, recurría a quien pensaba ella que debía saber.

Miro mal humorada a Minuki al escuchar su comentario, pero en seguida largo una risotada que la hizo agarrarse la panza con la mano libre. La pequeña no solo era una bruja, también era una muchacha de lo mas ocurrente, seguramente acostumbrada a las calles si andaba hablando así.

-¿Tu? ¿Cómo se supone que lo harías, Pequeña Niña Demonio? – Dijo mientras se seguía riendo, luego la soltó, no la dejo en el piso, simplemente soltó el agarre, para que Minu aterrizara como mejor pudiera, no le importaba – Tienes razón, Dulfary, es mucho escándalo por nada, mejor concentrarse en lo importante, llevar el barco a tierra, y que la bruja haga lo que quiera.

Y no se le paso por alto que Dulfary no respondió a su pregunta, apoyó una mano en el hombro de su amiga y apretó levemente para llamar su atención, la miro fijamente en busca de reacciones de dolor.

-Si te sientes mal no tienes que obligarte a seguir, podemos esperar a que descanses un poco, no es la primera vez que manejare un barco con la vela rota, Dul – lo decía muy seria, no quería que se sobre exigiera, o que corriera el riesgo de empeorar su salud por algo así, para eso ya estaba ella, que le dolía cada hueso de su pobre cuerpo y aun así no pensaba pegar un ojo por el simple hecho de que su terquedad le ganaba.

Tal vez se habían desviado un poco el curso que habían marcado antes del ataque, pero no tanto como para no poder retomarlo, solo había pasado un instante aunque a todos les hubiese parecido horas.

-Por cierto, Niña demonio ¿De dónde vienes y a dónde vas? – Era interesante que recién entonces se le ocurriera hacer una pregunta tan básica, es que Sophitia no solía mostrarse amistosa con los demonios, o con lo que, según su mente supersticiosa, era algo relacionado con magia negra.

Al dejarla ir, la pequeña cayó al suelo de un golpe. No se mostró quejosa ni adolorida, así que tampoco se la escuchó quejarse. Pero si le molestó el gesto, y miró hacia la pirata y la kazekage.

- Ahora andan de maduritas - murmuró para su si.

No me digas que te puso de malhumor eso

Pero miralas... "soy una pirata muy fuerte, y me importa una mierda lo que haya pasado, por muy inexplicable que sea. Y ahora todos deben seguirme temiendo"

No necesitas imitar la voz de Sophitia, ¿sabes?

"Uy si, yo lo sé todo. Desde el momento en que la miré, sabía exactamente qué pasaría, qué hacía, de qué se trataba todo. Soy la más madura"

Tampoco la de Dul

"Soy la señorita toda correcta, la que nunca se equivoca, la qu"*golpe*

Mucho menos a mi.

Después del regaño mental/espiritual que acaban de presenciar, Minu se levantó y se sacudió las ropas. Siquiera respondió la pregunta de Sophitia, la cual hizo cuando ya se encontraba a mitad de camino hacia la habitación del capitan.

Ahí, entró y comenzó a desarmar muebles y a sacar los clavos de varias maderas. Puede que alguna haya sido valiosa, o sacada de algún botín del capitan antiguo, o que podría venderse a buen precio, pero esas cosas no le importaban.

- "Ay, si... soy tan perfecta que puedo convertir este barco en un robot gigante, como la pequeña mocosa rubia" - refunfuñaba

No podía estar en todo a la vez. El bamboleo del barco ya le estaba pasando factura. Sí, así de rápido, se sentía de color verde por lo enferma y mareada, pero en realidad, aun estaba más bien pálida por el sato y el momento, tal vez poco rojita por el frío del agua.

Sophitia estaba hablando de algo, la otra niña se iba para el cuarto del capitán, los piratas las miraban o hacían su trabajo y empezaba a ser demasiada información para ella.

Si no se concentraba en el viento, no sería de ninguna utilidad y si no era de utilidad, no pasarían otros 70 granos de arena en el reloj antes que estuviera en la borda vomitando bilis, ya que su estomago no tenía nada más para regalarle al oceano.

Sólo le quedaba su fe en las personas y su plena confianza en que todo saldría a pedir de boca, sobre todo con Minuki dando vueltas por ahí y dos motines a medio morir a medio vivir. Creer que haría o diría algo que les diera tiempo a ellas para ayudar.

Así que, consciente que no podía estar en todo, tomó del brazo a la pirata y la alejó un poco del timonel mientras iba hablando.

- De verdad estoy bien, solo necesito pensar en otras cosas que no sea el barco moviéndose para que... - sintió la arcada y se quedó callada un instante antes de retomar - y el viento me ayuda, me entiendes - sonrió contenta - sólo que necesito la ruta, de verdad no me estoy sobre esforzando, no me pasará nada malo, pero sí me asalta una duda: a qué se refiere Minuki con ponerte toda colorada? - preguntó de frente, con autentica curiosidad, incluso parpadeando dos veces mientras la miraba de frente.

Minuki parecía traspasar con la mirada a Sophitia, o al menos así lo sentía la pirata, y no podía causarle más gracia el asunto, así que mas se esforzó en no demostrar interés algunos, porque si había alguien más infantil que Dulfary y Minuki en ese barco, esa era la pirata, sin duda, y si encontraba algo que molestara o irritara… Entonces era cuando ella empezaba a divertirse.


-Bueno, bueno, tranquila, ya entendí – Dijo mientras era arrastrada por su amiga, en su opinión se podría haber tomado al menos una noche para descansar, curarse, y relajarse, pero ella no era madre de nadie, si quería estar con el viento hasta caer por el agotamiento ya era cosa suya – Quédate aquí y haz lo que quieras con el viento y todo eso – Resumía el asunto la pirata ya que en realidad no sabía bien cómo funcionaban las habilidades de Dulfary.

Cuando salto con la pregunta sobre el rubor no pudo más que ponerse a reír a carcajadas, es que era una actitud tan típica de ella que le daban ganas de abrazarla. Se acerco a su oído y le dijo toda una serie de cosas que solían poner color en las mejillas de las damas, mas no así de las piratas que estaban acostumbradas a esos comentarios y a otros mucho peores. Una vez que le pareció que su amiga entendió el concepto general del asunto…

-Si tienes problemas de nuevo, me llamas, iré a ver qué hace la niña demonio, no vaya a ser que se le ocurra volver a invocar seres del averno o algo peor – Dijo mientras se iba, subió las pequeñas escaleras de a saltos hacia el cuarto del capitán, sentía punzadas de dolor con cada movimiento, lo cual significaba que necesitaba alcohol urgente.

Se acerco a la puerta del camarote e iba a tocar, pero escuchaba ruidos dentro, la niña parecía sumamente enojada, y estaba…. ¿Rompiendo cosas? Bueno, a Sophitia también se le daba por romper cosas cuando estaba enojada, eso podía entenderlo, aunque el asunto de que estuviera tramando algo la tenia inquieta. Así que entró sin más.

-Te fuiste sin responder enana ¿Como se supone que voy a saber en qué puerto dejarte si no me dices a dónde vas? – Dijo mientras cerraba la puerta, miro los muebles rotos y levanto una ceja de modo interrogante - ¿Piensas hacer mas brujería? Te advierto que no pienso permitirlo…

Y si, no le pegaría a una niña por mas hechicera que fuera, pero tampoco iba a dejar que destruyera todo el barco. Opto lo por lo que le pareció más sano y la agarro de una muñeca para levantarla por el aire y que dejara lo que sea que estuviera haciendo.

Para cuando Sophitia entró a la habitación, ya había avanzado algo en la construcción de una aparente humana de madera. Claro estaba, las piernas y los brazos estaban listos, y parecía faltar el torso y la cabeza, aunque ya había una maraña de formas de madera que no se explicaban entre si. Cualquiera que viera los trabajos de Minuki, pensaría que trabajaba en modo automático cuando se trataba de cosas simples, como sus robots.

Claro estaba, romper el modo automático de la pequeña la hacía despertar como si estuviera sonámbula.

- ¿Eh? ¿Qué de que qué queque qué? - lo que no aseguraba si lo hacía en joda o no

La miró directamente a los ojos, y comenzó a girar en su eje, como si fuera una pierna de una vaca, aunque en ningún momento dejaba de referirse a ella, y la miraba cada vez que podía.

- Apuesto a que cuando alguien te muestra un reloj también gritas "Brujería, brujería", como una anciana conservadora que grita escandalizada cuando ve a una pareja tomarse de la mano, ¿eh?

Como era de costumbre, se la veía normal y tranquila. Minuki tenía una fuerte costumbre de siempre estar calmada frente a situaciones que le desfavorecían. En ese momento, podía ser perfectamente normal y esperable que Sophitia la usara para darle de comer a los tiburones, o darle un trabajo como mástil del barco. Sin embargo, su expresión no se notaba preocupada por esas cosas, quizás por desconocimiento, o quizás por conocimiento y poco interés.

- Eso que dices "brujería" se llama "trabajo de ingeniería", el mismo tipo de trabajo que permite que existan los barcos y que tú tengas un trabajo robandolos, o haciendote la machita frente a un montón de gente irrelevante, o frente a la niña esa que se cree sabelotoda y que a las de primera choca con el agua como si fuera un muro de concreto

Aunque si, lo poco interesada no le quitaba lo ácida. Probablemente lo hacía para quedarse aún más en desventaja. Probablemente pensaba que vivir la vida como la vivía le añadía levemente algo de dificultad.

- Pero bueh, si andamos con esas, propongo quemar el barco, por ser obra de un brujo :3

Pero suponiendo que todos salgan primero, ¿verdad?

... ¿verdad?

Al ver las cosas a medio construir que tenia Minuki en el cuarto pensó para sí misma que había tenido razón en lo de vigilarla, si le hubiese dado unos minutos más seguramente el barco tendría de nuevo a al menos uno de esos seres dando vueltas y haciendo vaya a saber qué cosa.

Mantuvo el agarre y también la mirada firme, segura, aunque un poco descreída, no terminaba de caer en la cuenta de que la niña fuera tan descarada en una situación tan poco provechosa para ella…

-¿Hacerme la machita frente al resto de los piratas? Niña, no tienes ni idea de nada… - Negó con la cabeza, camino con ella aun agarrada y la dejo sobre la cama sin mucho cuidado, pero al menos sobre una superficie acolchada – No lo sabes todo, pero actúas como si lo supieras, y con todos tus conocimientos sobre… “ingeniería”? – Dijo dudosa – La realidad sigue siendo una, eres una niña sola, en un mundo enorme, más precisamente en un barco pirata, y esta mujer que se hace la machita con su amiga son las que te mantuvieron con los pies sobre la borda, incluso aunque no teníamos porqué hacerlo…

Mientras hablaba miraba por el cuarto, quien la conociera sabría que buscaba algo de alcohol, aun así, se notaba que lo decía seriamente, cosa rara en ella. Tal vez era porque el descaro de la niña la había hecho acordar en cierto modo a lo desvergonzada que era ella misma cuando tenía su edad.

-Y no, no vamos a quemar el barco, lo vamos a conservar, o vender… Ya veremos que quiere hacer Dulfary – Se agarro un costado que le dolía, metiendo la mano por debajo de la ropa se fijo si tenía algo - ¿Por qué no descansas un poco? Trágate un poco el orgullo y disfruta del viaje en lugar de causarnos aun más problemas…

Le hablaba como si fuera una adulta, no como a una niña, y no solo porque era evidente que Minuki no representaba en carácter la edad que tenia, sino además porque Sophitia no tenia trato alguno con menores, mucho menos sabia el cómo ser buena y comprensiva, nadie había sido nunca así con ella.

No tenía nada, solo algunos golpes, aunque habían pasado tantas cosas que no sabía cuando había pasado. Se sentó en el piso y apoyo la cabeza en la cama, parecía que iba a dormirse, pero en realidad intentaba concentrarse en las magulladuras para que no le doliera tanto, respiro profundo varias veces, estaba tan cansada.

-Creo que necesito un poco de alcohol… - Dijo casi murmurando.