Comenzando un nuevo camino...

Pensé en decirle algo a la anciana, que resultaba ser bruja, pero se hacía evidente que no le caía muy bien, así que decidí mantenerme callado.
Observé cómo la ancina le mostraba a MaJ unas hierbas en un pequeño saquito. ¿Para qué servirían? Pareció que le daba una explicación a MaJ, pero al oído, para evitar que yo me enterase. Después de eso volvió a rebuscar entre las cajas y sacó un saco, esta vez más grande, lleno de un grano de color azulado. Al verlo Sam soltó un grito ahogaddo y se fue corriendo a comer, vorazmente.

-¡¿Pero qué rediantres le has estado dando de comer eh?! Monstruo desaprehensivo... Malditos rúnicos estos... Caracoles, no hay uno que valga la pena. -siguió susurrando y maldiciendo por lo bajo mientras se iba de nuevo a la tienda principal

¿Cómo se llamaría?
MaJ se disponía a seguirla cuando la cogí por el brazo y le susurré al oído:

-Vigila tus espaldas, parece amable pero nunca sabemos de quién te puedes fiar. ¿Vale? Y a ver si descubres algo más de ella.

Ella me miró, sin decir nada, pero expresivamente. "Anda... va... es una simple ancianita, ¿qué va a ser peligrosa?"
Se fue tras ella y yo me quedé con Sam, que seguía zampando en silencio.

La anciana comenzó a rajar de Keller. "Todos los rúnicos son iguales... " decía.

- Bah, ya se sabe... todos los hombres son iguales - la anciana y yo reímos un rato, aunque a Keller no le hizo tanta gracia...

Tras un rato de charla me fui con la anciana, aunque a Keller seguía sin gustarle esta extraña situación.

Paseé con ella por la tienda, me mostró hierbas mágicas y demás utensilios de brujería. Era fascinante.

- ¿Sabes? Podría llegar a convertirte en una gran brujita...
- A mí me encantaría. Podría ayudarte con la tienda - dije, muy animada.
- Excelente, entonces. Pero no creas que te será fácil, ¿eh? Tienes mucho que aprender. Además... tus compañías no son muy buenas... - dijo, mirando a Keller de reojo. Él dijo algo por lo bajo...